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 ¿En qué consiste ser homeópata?

Fco X Eizayaga

Ernesto Puiggrós

                                     
Los que lo somos con humildad y esfuerzo, lo sabemos. Pero estas reflexiones se dirigen  a quienes
no lo son y desean sinceramente saberlo.
Puedo comenzar recordando a los maestros de mi juventud. A quienes enseñaban con autoridad y
dedicación en los años 60 y 70. ¿Cuál era el perfil de aquellos hombres si es que había unos trazos
que los definieran?
Eran médicos, eran especialistas de la medicina que llamamos alopática, que a menudo cerca de la
edad media de la vida se habían sentido abocados a una búsqueda. La insatisfacción del ejercicio
de su profesión, la falta de respuestas válidas a los grandes interrogantes, las innumerables
enfermedades incurables, los enfermos tildados de psicosomáticos que abundaban en los
consultorios, la iatrogenia inevitable de una Farmacología que comenzaba su explosión colosal, en
fin habían constatado que el ejercicio de la medicina no consistía en aquello que habían soñado o
cuando menos proyectado. Y echaban en falta el enfoque psicosomático desde la medicina, no ya
desde lo psicológico.

Además me atrevo a asegurar que tenían algunos rasgos en común más allá de su condición de
médicos. Se trataba de personas con posiciones filosóficas definidas aunque desde luego no
siempre ellas fueran ni siquiera parecidas. Todos compartían sin embargo su adherencia al
vitalismo. Pero además algunos eran partidarios del realismo crítico, otros neoplatónicos y muchos
no se planteaban la filosofía aunque participaran de ella sin saberlo. En todo caso concebían la
Medicina desde el humanismo.

LA HOMEOPATÍA ES COSA DE MÉDICOS?

Denis Demarque

                                         

Lo que siempre había sido indiscutible es que la Homeopatía se trataba de una actividad de
médicos ya que la homeopatía era y es Medicina. De médicos heterodoxos si se quiere o de "la
otra escuela" pero cosa de médicos. También los detractores lo consideraban así sin dudarlo. La
Homeopatía era así un regreso, una actividad que los médicos emprendían "de vuelta" de un
camino por la medicina hospitalaria. Y a nadie se le ocurría que pudiera ser de otra manera.
Me dirán que esto se puso en duda desde los albores de la Homeopatía y que la mujer de
Hahnemann, su discípula, no era médica y que Hering era abogado y muchos otros ejemplos. Pero
lo que sostengo es que el homeópata es fundamentalmente un clínico. 

Porque es clínica la minucia del detalle, del síntoma, seguir al enfermo junto a su cama, tocar al
paciente con afán de pesquisa y de comunicación, vincular los signos hallados, encontrar aquello
que realmente debemos curar.

Y porque nadie es más médico que el homeópata, el homeópata debe ser médico.

Tomás Pablo Paschero

                                              

En los últimos años en el imaginario de la gente, la Homeopatía se suele confundir diluida entre las
llamadas medicinas alternativas. Y entonces aparece adherida a un conjunto de prácticas
pretendida o ciertamente holísticas que son emprendidas con entusiasmo por muchos pero que
han perdido la conexión con la Medicina y frecuentemente ostentan una posición anti-medicina.
 Muchos médicos jóvenes la estudian en algunos casos porque no ven otra salida airosa a su vida
profesional y la desorientación los lleva a confundir Homeopatía con una mera técnica. Y allí se
pierde aquello de la Medicina Humanista.

Pero la Homeopatía es un bien a proteger. Comenzando por rescatarla. Rescatarla del descrédito


perpetrado por sus enemigos que generalmente hablan desde la ignorancia del método y de su
praxis. Y rescatarla del daño que le provocan quienes desde dentro se empeñan en declarar la
preeminencia de una forma única de su ejercicio, una supuesta verdadera Homeopatía. 

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