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Unidad III: El debate sujeto- estructura en el pensamiento contemporáneo.

El pensamiento de Pierre Bourdieu.


Ficha de cátedra. Problemas Sociológicos. 2020

La sociología intenta explicar, entender los cambios surgidos a partir del


nacimiento de la modernidad, con todo lo que este momento histórico conlleva.
¿Cual debe ser el objeto de estudio de esta disciplina? ¿Cómo debe estudiarse?
Algunos proponen entender como objeto de estudio a la estructura social, en
tanto, sistema social (Dukheim y Merton, por ejemplo). Otros (Weber y Schutz)
postulan como objeto de estudio las acciones sociales entendidas éstas como
las relaciones intersubjetivas entre los miembros de un colectivo social. Ahora
bien, Pierre Bourdieu propone entender a la sociología como el estudio de
complementariedades y no de oposiciones, él considera que las mismas son
falsas dicotomías. Para ello, plantea, por un lado, una metodología para el
estudio de lo social que implica la interrelación de dos actividades en la
producción de conocimiento: la investigación empírica y la generalización
teórica. Y, por otro lado, nos propone como objeto de estudio, la doble
existencia de lo social, es decir, no el sujeto no tampoco la estructura.

Pierre Bourdieu: datos biográficos:

Los elementos biográficos permiten explicar algunas propiedades objetivas del


autor, por lo tanto, no es mero ejercicio de estilo, menos aún, cuando se trabaja
desde la propuesta sociológica de Pierre Bourdieu, ya que funda su práctica en
el concepto de habitus que se construye en la historia individual y social.

Pierre Bourdieu nació en 1930, en Denguin, una aldea pobre ubicada al


sudoeste de Francia. Pese a su humilde origen, su propio padre (un aparcero
devenido en cartero que nunca terminó el secundario) quien lo impulsa a
formar parte de los reductos educativos más exclusivos de Francia, como la
École Normale Supérieure, una de las grandes escuelas francesas,
considerada en su momento como la más importante y lugar de origen de
reconocidos intelectuales como Sartre o Levy-Strauss, por citar algunos.
Ha sido profesor ayudante de distintas Facultades de Filosofía y Letras (Argelia,
París, Lille), dirigió desde 1975 la revista Actes de la recherche en sciences
sociales y ocupaba la cátedra de Sociología del College de France desde 1981
hasta su defunción en el año 2002.

A medida que su carrera académica va madurando académicamente, se


implica más aún en el accionar político, bajo el presupuesto de desarrollar una
sociología práctica. Justamente dentro de su faceta de activista político publicó
uno de sus libros más conocidos: La Miseria del Mundo, en el año 1993, en el
cual denuncia un sistema desigual y el sufrimiento humano de los
desamparados y desheredados, señalando -sin titubear- como único culpable
al modelo neoliberal.

Contexto histórico de la formación de Pierre Bourdieu.

Una teoría jamás se elabora en un vacío social. Se inscribe en


un contexto particular que modela las problemáticas.

En el plano Internacional, la década de los años 50, marca el final del


stalinismo, la prosecución de la guerra fría, la oposición política e ideológica de
los bloques capitalista y comunistas.

En el Plano Nacional, Francia ingresa en los 30 gloriosos, período de


prosperidad económica en el cual la producción y el consumo de masas mejora
el nivel de vida de la población. Es un tiempo marcado por corrientes
intelectuales dominantes: fenomenología (Husserl, Heidegger, Merlau Ponty);
estructuralismo (lingüística de Saussere, antropología de Levy Strauss, filosofía
de Althusser).

Influencias teóricas en el pensamiento de Pierre Bourdieu.

La elaboración de una teoría y la construcción de


conceptos innovadores también se apoyan en
trabajos sociológicos anteriores. (Bonnewitz, 2003,
p.)

Asistió a las clases del antropólogo Lèvi Strauss en el Collège de France y


trabajó como ayudante del sociólogo Raymond Aron.
Influido esencialmente por el estructuralismo, el marxismo y el psicoanálisis,
forjó en el terreno de la sociología una línea de pensamiento original y en
permanente desarrollo a lo largo de tres décadas.

También se ha visto influido por el pensamiento de Durkheim y Weber. Como


Marx, considera que la sociedad está constituida por clases sociales en lucha
de apropiación de diferentes capitales y las relaciones de fuerza y de sentido
contribuyen ya sea a la perpetuación del orden social, o bien, a su recusación.
Como Durkheim, afirma la posibilidad de un conocimiento científico de lo social.
Como Weber, estima necesario tener en cuenta las representaciones que los
individuos elaboran para dar sentido a la realidad social.

Se le considera estructuralista pero llega a la conclusión de que el


estructuralismo tenía tantas limitaciones como el existencialismo, él quería
integrar el estructuralismo de Lévi Strauss con al menos una parte del
existencialismo de Jean- Paul Sartre. Es a partir del diálogo con estos dos
pensadores como se han ido forjando sus ideas.

Bourdieu se orientó siempre en una búsqueda destinada a superar las viejas


contradicciones que ponían freno al desarrollo de la sociología, su intención era
construir una ciencia social total como superación del divorcio entre teoría y
metodología científica.

Principales obras del autor:


Trabajo y Trabajadores de Argelia (1963), Los Herederos (1964), El Oficio del
Sociólogo (1968), Teoría de La Práctica (1972), La Reproducción: elementos
para una teoría del sistema de enseñanza (1979), La Distinción (1979), El
Sentido Práctico (1980), Homo Academicus (1984), La Miseria del Mundo
(1993), Razones prácticas: Sobre la Teoría de la Acción (1997),
Sobre la Televisión (1997), entre muchas otras.

Objetivismo vs. subjetivismo. Superación del dualismo.

El pensamiento sociológico de Bourdieu se destaca por ser un intento de


superación entre la dualidad tradicional en sociología, es decir, entre las
estructuras sociales -objetivistas, positivistas-, por un lado, frente a la acción
social -subjetivistas, comprensivas-, por otro lado; el fisicalismo versus la
hermenéutica.

Para superar este dilema, Bourdieu se centra en la práctica social, considerada


como el producto de la relación dialéctica entre la acción y la estructura, es
decir, entre el sistema y el modo en que las personas construyen la realidad
social. Este pensamiento se refleja en la denominación que el mismo autor da a
su propia orientación teórica: estructuralismo genético.

“Al hablar de estructuralismo …existen estructuras objetivas,


independiente de la conciencia y de la voluntad de los
agentes…Con constructivismo me refiero a la existencia una
génesis social, por un lado, de los esquemas de percepción
pensamiento y acción…y, por otro, de las estructuras sociales”.
(Bourdieu, 1993, p. 24)

Las teorías objetivistas explican las prácticas sociales como determinadas por
la estructura social. Los sujetos tienen la función de actuar como soportes de la
estructura de relaciones en que se encuentran. A su vez, las teorías
subjetivistas, explican las acciones sociales como agregación de las acciones
individuales.

Según Bourdieu, ambos tipos de teorías conducen a un callejón sin salida. Las
objetivistas, porque al reducir al sujeto a mero soporte de la estructura, no
pueden explicar el hecho de que sujetos en posiciones idénticas produzcan
prácticas distintas. Las subjetivistas, porque no pueden dar cuenta de las
regularidades sociales -regularidades que se producen al margen de la
voluntad y la consciencia de los individuos.

Las mismas están basadas en la dicotomía entre individuo y sociedad -


privilegiando cada una uno de los dos términos. La teoría de Bourdieu pretende
sustituir esta dicotomía, en la explicación de las prácticas sociales, por la
relación construida entre dos modos de existencia de lo social, por un lado, las
estructuras sociales externas, lo social hecho cosa - campo – y, por otro lado,
las estructuras sociales internalizadas, incorporadas al agente en forma de
esquemas de percepción, pensamiento y acción - habitus -.
Las estructuras sociales internalizadas. Lo social hecho cuerpo. El Concepto de
Habitus.
El concepto de habitus es central en la teoría del autor, ya que mediante él
puede hacerse patente la dinámica de la vida social. Se remonta a Aristóteles:
habitus es la traducción latina de hexis, es decir, las posturas y disposiciones
que toma el cuerpo. Este término juega un papel clave como concepto
intermedio, entre el acto y la potencia y entre lo exterior y lo interior, es decir,
explicaría la interiorización de lo externo, ligando así la historia pasada a las
actualizaciones presentes-.

La definición de Bourdieu de habitus es la siguiente:

"…se define como un sistema de disposiciones durables y


transferibles -estructuras estructuradas predispuestas a funcionar
como estructuras estructurantes- que integran todas las experiencias
pasadas y funciona en cada momento como matriz estructurante de
las percepciones, las apreciaciones y las acciones de los agentes
cara a una coyuntura o acontecimiento y que él contribuye a
producir" (Bourdieu, 1972, p. 178).

El concepto de habitus permite comprender de que manera el hombre se


convierte en un ser social. Sistema de disposiciones supone un conjunto de
esquemas generativos a partir de los cuales los sujetos perciben el mundo y
actúan en él, es decir, actitudes, inclinaciones a percibir, sentir, hacer, pensar
interiorizadas por los individuos debido a sus condiciones objetivas de
existencia y, que funcionan entonces, como principios de acción, percepción y
reflexión. …durables y transferibles, es producto de la historia, es lo social
incorporado - estructura estructurada -, que se ha encarnado de manera
durable en el cuerpo, como una naturaleza socialmente constituida.

El cuerpo está en el mundo social, pero el mundo social está en el


cuerpo (en forma de hexis).
Es un estado del cuerpo que adoptan las condiciones objetivas incorporadas y
convertidas así en disposiciones durables. En tanto, estructura estructurante el
habitus se constituye en una esquema organizador y generador, tanto de las
prácticas sociales como de las percepciones y apreciaciones de las propias
prácticas y de las prácticas de los demás agentes.

El cuerpo constituye el asiento de la subjetividad al mismo tiempo que expresa


lo códigos de la cultura. La historia y las trayectorias están encarnadas en los
cuerpos, es decir, tanto los condicionamientos sociales como los culturales
modelan la corporeidad humana. Las formas de andar, caminar, hablar,
sentarse, las posturas, los gestos son expresión del habitus.

El habitus puede dar, en cierta forma, respuesta a una interrogante que


atraviesa la reflexión sociológica desde sus orígenes: ¿por qué la vida social es
tan regular? Bourdieu responde a esta pregunta postulando que es el habitus,
en tanto mecanismo estructurador, el que permite responder a las demandas
del campo de manera coherente. Mediante la internalización, desde la infancia
a través del proceso socializador, se genera una lógica práctica que permite
preconocer e interpretar las respuestas que se esperan del sujeto en cada caso.

El habitus, si bien es generado por estructuras objetivas, opera desde el interior


estableciendo relaciones de sentido no conscientes. Las necesidades y gustos
son, en definitiva, el reflejo de la coherencia de elecciones que genera un
habitus, formas de elegir -paradójicamente- determinadas.

El habitus incluye las estructuras mentales cognitivas mediante las cuales las
personas manejan el mundo social, se adquiere como resultado de la
ocupación duradera de una posición dentro del mundo social. El habitus varía
en función de la naturaleza de la posición que ocupa la persona en ese mundo.
Los que tienen la misma posición suelen tener habitus parecidos. El autor hace
referencia, por ejemplo, al habitus de clase
El concepto de habitus servirá, así, para superar la dicotomía entre
determinismo objetivista y subjetivismo puesto que, frente al determinismo de
las estructuras, supone que hay que tomar en cuenta, en la explicación de las
prácticas, a los sujetos, no como sujetos libres y autónomos, sino como sujetos
socialmente producidos en estados anteriores del sistema de relaciones
sociales. Y, frente al subjetivismo, supone que los sujetos no actúan libremente,
es decir, sus prácticas están condicionadas por toda la historia anterior que ha
sido incorporada en forma de habitus. También supone que no se puede hablar
de sujetos en abstracto: hay una producción diferencial de los sujetos sociales -
de sus esquemas de acción, percepción y apreciación- en función de las
condiciones sociales diferenciales en que han sido producidos.

Las estructuras sociales externas. Lo social hecho cosas. El concepto de


campo.

La noción de campo ha sido planteada por Bourdieu para dar cuenta del
conjunto de relaciones objetivas en las que históricamente se encuentran
ubicados los agentes y con la cual intenta sobrepasar las arbitrarias
oposiciones entre estructura e historia, entre conservación y transformación.

Los campos se presentan como espacios estructurados de posiciones, las que


pueden ser analizadas independientemente de las características de sus
ocupantes. Bourdieu ha examinado diversos campos: el campo intelectual, el
campo político, el campo del arte, el campo de la filosofía, el de la alta costura,
el campo religioso. Se trata, no de la suma de las personas que se consagran a
la política o la producción cultural, sino del sistema de posiciones que ocupan
esos agentes en la política o en la cultura.

Los mismos se mantienen o se transforman por los enfrentamientos entre las


fuerzas que los constituyen –todo campo es un lugar de lucha– con el objetivo
de alcanzar la autoridad.

Analizar lo social en término de campos implica tres momentos necesarios y


vinculados entre sí: primero, se debe examinar la posición de un campo en
relación al campo del poder; segundo, se debe establecer la estructura objetiva
de las relaciones entre las posiciones ocupadas por los agentes o las
instituciones que se encuentran en lucha en ese campo; y, tercero, se deben
analizar los habitus de los agentes, los diferentes sistemas de disposiciones
que ellos han adquirido a través de la interiorización de un determinado tipo de
condiciones económicas y sociales y que encuentran en su actuación en el
campo una ocasión más o menos favorable para actualizarla

Los agentes sociales están situados en el espacio social, lugar distinto y


distintivo que puede ser caracterizado por la posición relativa que ocupa en
relación a otros lugares (por ejemplo, arriba, abajo, entre) y por la distancia que
los separa de ellos.

El campo se constituye, entonces, por la existencia de un capital común


(conocimientos, habilidades, poder, entre otros), la lucha por su apropiación,
una jerarquización entre quienes detentan el capital y aquellos que aspiran a
tenerlo.

Los campos son las distintas configuraciones de clases o relaciones sociales,


donde se unen para relacionarse. Bourdieu lo explicaba como si fuera una red,
donde las relaciones son necesarias. Estas relaciones con su respectiva razón
de ser y también con su estatus social que los hace relacionarse de tal o cual
manera.

Campo y capital:

En este punto cabría preguntar qué es lo que constituye un campo. La


respuesta como tal es un capital común y la lucha por su apropiación. La
definición que toma este autor de capital es la propuesta por Marx, como el
conjunto de bienes acumulados que se producen, se distribuyen, se consumen,
se invierten y se pierden. Extiende esta definición de Marx dándole un sentido
más amplio. Cabe agregar que no todo bien constituye necesariamente un
campo, para que sea constituyente tiene que ser un bien apreciado, buscado,
que, al ser escaso, produzca interés por su acumulación.

Bourdieu, refiere a tipos de capital, entre ellos, capital económico - ligado a la


posesión de bienes materiales -, capital cultural- ligado a conocimientos,
ciencia y arte -, capital social - recursos ligados a la pertenencia a un grupo, o
sea esos lazos permanentes y útiles que unen a los agentes -. Así mismo, el
capital cultural se preserta de tres formas: en estado incorporado, bajo la forma
de disposiciones durables, relacionadas con determinado tipo de conocimientos,
ideas, valores (por ejemplo, creencias religiosas); en estado objetivado, bajo la
forma de bienes culturales (cuadros, libros) y, en estado institucionalizado, que
constituye una forma de objetivación. (títulos universitarios).

Otro tipo de capital, es el capital simbólico. Único tipo que no define campo y
refiere al sobreañadido de prestigio, autoridad, reconocimiento, a la posición
que se tiene por el empleo del capital específico de ese campo.

Un campo, entonces, puede ser económico, cultural o social. Dentro de estas


categorías hay una gran variedad de subcampos; por ejemplo, dentro del
campo cultural existe el arte, y a su vez, dentro de él, el subcampo de la
literatura, la música, el cine.

Al ser el campo un espacio de lucha, los agentes rivalizan por el tipo específico
de capital que allí se juega, que es el fundamento del poder o de la autoridad
característica del mismo, asumiendo dos posiciones. Una de ellas, la de los
agentes que detentan que tienen el capital, y la de aquellos que aspiran a
poseerlo.

La distribución no equitativa del capital es la que define la posición relativa que


cada agente va a ocupar en un campo. Las personas, entonces, luchan entre sí
para obtener algún capital, para mantener su capital, o para tener mayor
cantidad de los bienes preciados. Entonces, los agentes sociales implementan
estrategias en defensa de los intereses ligados a la posición que ocupan en el
campo.

Bourdieu distingue dos tipos de estrategias; por un lado, los que tienen más
antigüedad usan estrategias de conservación para sacar provecho de un
capital acumulado progresivamente, defendiendo lo clásico. Por otro, los que
disponen de menos capital se inclinan a usar estrategias de subversión
orientadas a la acumulación de capital específico, lo que supone una
devaluación del capital que poseen los dominantes.

Habitus, campo y prácticas sociales

Hasta este punto, se ha definido los dos grandes conceptos de la teoría


sociológica de Bourdieu, habitus y campo, lo social hecho cuerpo y lo social
hecho cosa. Ambos conceptos son igualmente relacionales, en el sentido en
que se comprende uno en relación al otro. Ahora bien, nos resta hablar de las
prácticas sociales. Las disposiciones del habitus que han encontrado
condiciones propicias para ejercerse en el campo se actualizan, se vuelven
acto en las prácticas sociales.

El principio generador de las prácticas es una intencionalidad sin intención, una


regularidad sin sumisión consciente a una regla, una racionalidad sin cálculo y
una causalidad no mecanicista. Es decir, se trata de descartar, no sólo la
explicación mecanicista por la determinación de estructuras inconscientes u
objetivas, sino también el modelo consensual de la sumisión a reglas, normas y
valores que se impondrían desde el exterior, o, a la inversa, el principio de
agregación de decisiones individuales y racionales postulado por el
individualismo metodológico

Estas prácticas sociales son producto de un sentido práctico del agente, es


decir, de su aptitud para moverse, actuar y orientarse según la posición
ocupada en el espacio social, según la lógica del campo y la situación en la
cual se está implicado. En otras palabras, podemos decir que una práctica
social es el producto de la relación dialéctica entre un habitus y los obstáculos y
oportunidades de una situación presente, o sea, del campo. El habitus,
sistema de disposiciones durables y transferibles, funciona como matriz de
percepciones y acciones, haciendo posible el cumplimiento de tareas
infinitamente diferenciadas.

El sentido práctico permite al agente realizar muchas prácticas sin necesidad


de tener que hacer siempre una reflexión consciente o un control lógico. Sin
embargo, es posible también hacer frente a situaciones imprevistas o a un
nuevo contexto situacional ya que es posible reorganizar, y reformular las
disposiciones adquiridas y producir prácticas transformadoras, pues las
disposiciones que constituyen el habitus son parcialmente sustituibles, y así es
posible inventar una infinidad de soluciones.

Esto permite adjudicar a toda práctica social dos dimensiones coexistentes y


siempre presentes: una dimensión ritual, mecánica, previsible, sin reflexión
consciente, y una dimensión estratégica consciente, que se produce en una
situación crítica. Ambas dimensiones permiten la reproducción de esquemas
previos, por una parte, y la posibilidad de invención que facilita la resolución
original de la situación, por otra.
Analizando el campo disciplinar en el que se inserta la asignatura Problemas
Sociológico desde la perspectiva de Pierre Bourdieu. La Psicología como
campo intelectual.

Pensar a la Psicología supone ubicarla como un subcampo del campo


intelectual construido históricamente como un espacio de juego. Surge como
disciplina científica, al igual que la sociología, a fines del S XIX -historia
bastante reciente en comparación con otros campos del conocimiento- y lo
hace teñida de un fuerte matiz de ciencia positiva. En el intento de definir su
propio espacio de juego, los agentes sostuvieron las leyes y la estructura de
esta ciencia en consonancia con las ciencias naturales, privilegiadas de la
época que dominaban simbólicamente el campo intelectual. Wundt y el primer
laboratorio de psicología, así lo demuestran. Freud, otro representante clásico
del psicoanálisis, en sus escritos iniciales reproduce el lenguaje de las ciencias
médicas (su producción inicial da cuenta de ello, es un escrito para neurólogos,
intentando hacer de la psicología una ciencia al modelo de las ciencias
naturales

La búsqueda de institucionalizar a esta disciplina dentro del campo científico,


lleva a sus agentes a usar estrategias como la que recién vimos de Freud.
Estas estrategias tienen como fin abrir el juego e insertar a la psicología como
ciencia, ir adquiriendo mas poder dentro del campo. Posteriormente, las
estrategias variarán de acuerdo al grado de independencia y poder que vaya
ganando la psicología. Podemos postular que desde los inicios de esta
disciplina, el campo de la psicología se ha posicionado dentro del campo
intelectual y del campo científico convirtiéndose en un campo de luchas en
donde los jugadores ya en posición de detractores, ya de continuadores, ya de
sostenedores, ya de críticos, ya de opositores hacen uso de diversas
estrategias que dan como resultado la continuidad de este campo.

En un nuestro país, el campo de la psicología ha tomado los lineamientos


sociales, económicos, culturales y, principalmente políticos del mismo. En la
década de los 60 se institucionaliza la formación de los psicólogos, ocupando
posiciones fundamentalmente en el campo de la salud, consolidándose un
campo de trabajo con apertura a lo social. En la década de los 70 se produce
una ruptura de este campo, en el que se produce una pérdida de autonomía del
mismo: se generan nuevas reglas de juego como la prohibición de las prácticas
profesionales de abordaje de lo social. Así, desde una dinámica de génesis, los
agentes sociales, los psicólogos, formularon nuevas reglas de juego y nuevas
estrategias, las cuales consistieron en poner un mayor énfasis en la
enfermedad, en las prácticas individuales, en ámbitos físicos de consultorio.

A parir de la década de los 90 principalmente, este campo, los agentes sociales


posicionados diferencialmente e implicados en el mismo están reconstruyendo
y creando prácticas profesionales enfatizándolo como campo de la salud (tal es
el caso de la corriente teórica psicología positiva) y de esta manera
consolidando nuevamente la autonomía disciplinar.

A modo de cierre:

Como hemos visto a lo largo de esta clase, la propuesta sociológica de


Bourdieu supera la falsa dicotomía de objetivismo/subjetivismo e incorpora en
su análisis, tanto de las estructuras sociales objetivas – campo - como el de las
estructuras sociales internalizadas – habitus - la doble aproximación analítica:
la aproximación sincrónica y la aproximación diacrónica. Esto significa que no
sólo hay que tener en cuenta los distintos sistemas de relaciones objetivas tal
como se presenta al momento del análisis sino también cómo ha sido su
historia, como han ido conformándose y reestructurándose en términos de
campos de posiciones sociales relativamente autónomo. Así también los
esquemas de generación y organización, de percepción y de apreciación de las
prácticas sociales deben ser analizados como procesos de incorporación de
habitus en relación a la trayectoria modal de la clase social en la que se ubica a
los agentes sociales y en relación a la trayectoria individual de dichos agentes
insertos en los diferentes campos.

Por último y para terminar la clase resta decir que para Bourdieu la sociología
permite, mediante la reflexibidad, tomar conciencia de las determinaciones o,
dicho de otro modo, del carácter no esencial sino relacional, producto de
nuestras relaciones, nuestros gustos, nuestra identidad.
De esta manera la sociología, al evidenciar los determinismos sociales, pone
en duda los presupuestos de libertad y autonomía inherentes al individuo
moderno.

A su vez, sin embargo, se erige como instrumento para alcanzar esta libertad
para conseguir algo parecido a individuos autónomos al ayudar, mediante
socio-análisis, a tomar conciencia de las propias determinaciones.

El oficio del sociólogo y porque no pensar el de los científicos sociales apunta a


problematizar, a desnaturalizar y en última instancia a liberar.

Hacer concientes ciertos mecanismos que hacen dolorosa e


incluso intolerable la vida no significa neutralizarlos; sacar a la luz
las contradicciones no implica resolverlas. Empero, por escéptico
que uno sea respecto de la eficacia social del mensaje sociológico,
no es posible considerar nulo el efecto que puede ejercer al
permitir a quienes sufren descubrir la posibilidad de atribuir ese
sufrimiento a causas sociales y así sentirse disculpados.
(Bourdieu, 1999, p. 555).

La invitación al socio-análisis, al movimiento de mirada múltiple, al


descentramiento social para recorrer el espacio de los puntos de vista, la tarea
a la vez científica, práctica y ética a la que nos invita su trabajo se vuelve un
reto para nuestra labor, los profesionales no dejamos nunca de ser agentes
involucrados en el mundo desde el lugar del espacio social que habitamos.

BIBLIOGRAFÍA

Bourdieu, P. Sociología y Cultura. Ed. Grijalbo, 1984. México

__________ Razones Prácticas. Ed. Anagrama, 1985, España

__________ El Oficio de Sociólogo. Ed. Siglo XXI, 2008. Argentina

__________ Pensamiento y Acción. Ed. Zorzal, 2002. Argentina

__________ Cosas Dichas. Ed. Gedisa, 1996. España

__________La miseria del mundo. Fondo de Cultura Económica. España


Gutierrez, Alicia. Pierre Bourdieu: Las Prácticas Sociales. Ed. Centro Editor de
America Latina. 1994. Argentina

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