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LA LEYENDA DE

LA CARRETA DE
LA MUERTE

“Es más fácil soportar la muerte sin pensar en ella,


que soportar el pensamiento de la muerte”. Blaise


Pascal

Se cuenta que todos los días se Pero lo sucedido no era noticia nueva
escuchaba un tenebroso sonido. para el pueblo, ya que tiempo atrás,
Era el de una carreta que, por cuando no existía la electricidad y
las mismas calles y a la misma cuando toda la ciudad de Oaxaca se
hora ponía en alerta a sus encontraba a oscuras, se presentó el
pobladores. Un día, una mismo suceso inexplicable.

persona intrigada por el Todos los días en el callejón de


insólito ruido, se dispuso a La Soledad, ahora Av. Morelos,
investigar y el resultado fue la cerca del Convento de las
muerte. De hecho, todo indica Capuchinas, de la Iglesia de la
que su manera de morir fue Soledad y de San José,
verdaderamente espeluznante.

se escuchaba pasar una carreta Un día, una señora querida por todo el
a toda velocidad, precisamente pueblo, una tal doña Nila, al escuchar la
cuando ya la noche se carreta, y escéptica del rumor que corría por
apoderaba de la ciudad. Esto el pueblo, decidió enfrentarlo y asomarse a
pasó rápidamente de voz en su ventana.
voz por todo el pueblo y el
temor inundaba a cada uno de

sus habitantes. Algunos


afirmaban que se escuchaba el Al hacerlo, descubrió la sombra
rechinar de las llantas y el de los grandes caballos y
galope de los caballos, al grado cuando trató de identificar
de no dejarlos dormir. Otros quién era el chofer, fue tanta su
afirmaban que el lamento de sorpresa que la encontraron al
algunas personas se podía otro día al pie de su ventana,
escuchar a lo lejos. desmayada.

Con estas señales los pobladores


pronto atribuyeron el
Una vez recuperada y aún fallecimiento de la señora a la “La
aturdida, gritó a los cuatro carreta de la muerte”. El pueblo
vientos: ¡estamos perdidos! ¡es a entero asustado, desde entonces
la muerte! ¡es la muerte! A los comenzó a rezar todas las noches
tres días, la mujer fue encerrados en sus casas.
encontrada muerta, llena de
moretones, raspaduras y La gente se dormía temprano,
quemaduras, como si hubiera comenzaron a evitar el rumbo y,
sido arrastrada durante un se cuenta que el sacerdote del
largo trayecto. convento organizaba una
procesión todos los viernes,
llevando una imagen de Jesucristo
hasta una ermita que quedaba
exactamente con el número 8 de la
hoy Avenida Morelos, recorriendo a
su paso el callejón tenebroso donde
se decía aparecía el espanto.
Hoy algunos habitantes oaxaqueños
todavía aseguran escuchar por las
noches la famosa carreta, pero al
conocer la leyenda, nadie se ha
atrevido a salir a su ventana a
descubrir de quien se trata, pues
temen encontrar antes de lo
esperado… con la mismísima muerte.

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