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ANTONIO BUERO VALLEJO, LA FUNDACIÓN.

1.- El trasfondo histórico y la intención de la obra.


Para poder entender el significado y el éxito de La Fundación es preciso recordar cuál era la
situación del mundo y de España en aquel momento.
La situación mundial era convulsa. Se mantenía la Guerra Fría y se iban multiplicando los
conflictos (Guerra del Vietnam, golpe de Estado en Chile). En la sociedad se estaban
produciendo cambios importantes, algunos derivados de al Revolución del 68 en Francia.

En la España franquista de la época tuvieron lugar una serie de hechos que determinaron el
contexto de La Fundación: primeras reacciones en contra de la censura; tensiones sociales, en
el mundo universitario y en el mundo laboral, huelgas obreras y movilizaciones en toda
España. A todo ello, el régimen reaccionó con extrema dureza (muerte del estudiante Enrique
Ruano en las dependencias de la DGS , del anarquista Puig Antich y de los cinco abogados
laboralistas de la calle Atocha). A todo ello hay que añadir el resurgimiento de las tensiones
nacionalistas y la aparición de ETA.

La obra fue estrenada en 1974 con gran éxito de público. ¿Cómo explicar este éxito dentro de
un contexto como el anterior?:
- Buero plasma sus mayores preocupaciones, señalar las injusticias políticas y sociales.
- Subraya la dureza y la intransigencia del régimen dictatorial.
- Está protagonizada por cinco condenados a muerte por sus actividades políticas contrarias
al régimen.
- En esta época los espectadores se habían acostumbrado a hacer una doble lectura de lo que
veían en escena, puesto que sabían que los dramaturgos, como Buero, intentaban transmitir
otros significados.

Los temas fundamentales de La Fundación se relacionan con la vida político-social de


España, así Buero nos habla de la lucha por la libertad, de la necesidad de acabar con la
violencia y la pena de muerte.
La obra, desde un punto de vista ético, representa un alegato contra todos los métodos de
represión por razones políticas y una defensa de la acción frente a la injusticia; desde un
punto de vista filosófico, se trata de una reflexión sobre temas de gran trascendencia, como la
verdad frente a la ficción tranquilizadora, la acción frente a la contemplación o la violencia
como método de lucha.

2.- Los personajes, caracterización e interrelaciones.


Una de las características del teatro de Buero es la existencia de pocos personajes.
Los personajes tienen un valor simbólico, representan dos tipos habituales del teatro de
Buero: los contemplativos y los activos; sin embargo, no son caracterizados de forma
maniqueísta como buenos y malos.
Los contemplativos se caracterizan por su idealismo y por intentar vivir según una serie de
principios éticos, a pesar de que esto conlleve problemas. Se sienten angustiados, sueñan un
imposible Aun siendo conscientes de sus limitaciones, por ello están abocados, casi siempre,
al fracaso.
Los activos se definen por su obsesión por alcanzar sus propias metas, aunque ello suponga
pasar por encima de los derechos de los demás, y por su materialismo. A veces son egoístas,
crueles y violentos.
Tomás es contemplativo; Asel y Tulio , son activos con principios éticos; Max y lino, son
activos sin escrúpulos.
Según otro criterio, en la obra hay dos grupos: personajes con nombre propio (Berta y los
cinco presos) y los personajes genéricos (el Encargado, el Hombre…).
Los personajes principales de la obra son cinco claramente individualizados (Tomás, Asel,
Lino, Tulio Max y Berta), pase lo que pase nunca pierden su autonomía de personajes. Entre
todos constituyen una red de conductas diferentes diversas pero complementarias entre sí,
representan distintas zonas del subconsciente de cada individuo que van aflorando en
situaciones límite.
A lo largo de la historia veremos que los seis personajes mantienen una oscura y tirante
relación, cuyo significado no descubriremos hasta bien avanzada la obra.

El protagonista es Tomás, que tiene aficiones de escritor, y en él recae todo el peso de la


acción y el problema de desdoblamiento de la personalidad. Sin embargo, Asel es un
personaje tan bien trazado que a veces llega a eclipsar al propio protagonista. Representa la
fuerza de la ideología. La defensa de su causa (que no conocemos) le lleva a salvar la vida de
sus compañeros a costa de la propia. Es un ingeniero, aunque Tomas lo cree médico.
Indirectamente sabemos que era un destacado dirigente de la organización clandestina. De él
parten los hilos que impulsan la acción dramática: la curación de Tomás (“trastornado no
sirves; en tus cabales, sí”) y el proyecto de fuga de todos ellos.
Max viene a ser el contrapunto de Asel, ya que representa la corrupción, la indignidad y la
ruptura de unos ideales. Es débil ante el peligro y se entrega a fáciles compensaciones. Es un
tenedor de libros, aunque Tomás cree que es un matemático. Lino, un tornero, que en la
mente de Tomas aparece como ingeniero, es el personaje menos comprometido, aunque
decidido. En un momento clave decide realizar una acción arriesgada: mata a Max y ello
puede ser la salvación de los que quedan y por tanto una ventana a la esperanza, aunque esta
acción lo equipare con los carceleros.
Tulio es un fotógrafo que conserva su oficio en la mente de Tomás. Representa la
intransigencia pero también la ensoñación. A diferencia de Tomás, para quien el sueño es una
enfermedad, su sueño es el modo de salir de la realidad cruel que los envuelve. Un personaje
atípico es Berta, ya que sólo es fruto de las alucinaciones de Tomás. Igual que Dulcinea para
don Quijote, y desempeña el papel fundamental de la recuperación de Tomás. Algunos creen
que se trata de un desdoblamiento del propio Tomás ya que lleva la misma insignia C-72.

3.- Los temas morales (traición y supervivencia, muerte y libertad).

Desde el punto de vista ético, la obra representa un alegato contra los métodos de represión
por razones políticas y una defensa de la acción frente a la injusticia.

Traición y supervivencia
A lo largo de la obra, sobre todo de la segunda parte, se va descubriendo una verdad
iluminadora: Estos hombres están en la cárcel porque Tomás, en un momento de flaqueza,
los ha delatado, de ahí las reticencias y falta de confianza que muestran hacia él. La traición
se repite, esta vez por parte de Max por conseguir unas miserables mejoras en el trato
carcelario. Ambas traiciones no son equiparables: Tomás flaqueó durante la tortura y
tampoco era muy consciente de su delación; En el caso de Max, él mismo se ofrece a los
carceleros confesando que hay un plan de fuga entre sus compañeros, aunque no da detalles
pues los desconoce. La culpabilidad de Max no es justificable. La responsabilidad de Max es
un reflejo, según Buero, de la responsabilidad colectiva que afecta a la sociedad como
cómplice activo o pasivo de la represión institucionalizada.
Relacionada directamente con la traición, está el tema de la supervivencia
Los cinco hombres están condenados a muerte. Ante esta situación terrible, el personaje de
Tomás opta por la locura como válvula de escape. Para sobrevivir Tomás delató a sus
compañeros de célula, conforme avanza la obra sabremos que igual hizo Asel, el guía moral
del grupo y, por último, Max, que quiso mejorar sus condiciones de supervivencia en la
cárcel. Ninguno de ellos es criticado por el autor, incluso Max cuenta con cierta
comprensión.

Libertad
Con respecto al tema de la libertad, al final de la obra se llega a la conclusión de que el
ser humano es un prisionero (como el ratón de Berta, llamado Tomás, igual que el
protagonista), encerrado en una sociedad engañosa, con apariencia de mundo feliz (igual
que la fundación imaginada por Tomás).
Partiendo de esta premisa, Tomás (ya cuerdo) y Asel debaten si merece la pena luchar
por la libertad, arriesgarse a intentar la fuga, siguiendo un plan laborioso y con pocas
posibilidades de éxito, diseñado por Asel, que consiste en excavar un túnel desde las
celdas de castigo.
 Tomás, al principio, huye de la lucha. Primero porque se engañaba a sí mismo
al negarse a admitir que vivía en una cárcel. Ahora, ya consciente de la realidad, sigue
mostrándose reacio al plan de Asel, porque considera que ese túnel “no es libertad, sino el
infierno” (p.150). Pero, finalmente, los argumentos, y sobre todo, la muerte de Asel lo
obligan a actuar, a “excavar el túnel espantoso hacia la libertad”(p.171).
 Asel, en cambio, es partidario de luchar siempre. Convence a Tomás diciéndole:
“No dejes de actuar. No podemos despreciar las pequeñas libertades engañosas
que anhelamos aunque nos conduzcan a otra prisión”(p.155). Merece la pena el sacrificio
para “deambular sin trabas, beberme el sol, leer, disfrutar, engendrar un hijo” (p.155).
Muerte
Las situaciones planteadas en La Fundación relacionadas con la muerte (la angustia de la
espera, los planes de fuga, los conflictos entre compañeros, ocultar la muerte de uno para
apropiarse de su comida, el asesinato de Max, el suicidio de Asel…) parten de una
situación real, pues el propio Buero Vallejo estuvo condenado a muerte al terminar la
Guerra Civil. La muerte está presente desde el principio hasta el final de la obra. Los cinco
hombres comparten celda con otro compañero que está muerto; el suicidio de Asel, el
asesinato de Max…y el coro de voces que al unísono gritan “asesinos”, de modo que la
situación que afecta a los cinco presos trasciende a los personajes y se convierte en
testimonio de una represión generalizada.

4.- La realidad y la apariencia


La obra, en el planteamiento de la condición humana, con sus referencias a la prisión,
recuerda al personaje de Segismundo de La vida es sueño, de Calderón de la Barca.
La Fundación, como si se tratara de una fábula verdadera, plantea al espectador el eterno
problema de la realidad y la ficción producida por el rechazo del mundo exterior, por la
imaginación, por el trastorno mental o por la alucinación.
- La fundación, que representa la realidad falseada, deformada y embellecida por la mente de
Tomás para su evasión de la realidad. Desde el punto de vista individual son los sueños, las
convicciones acomodaticias a las que nos agarramos para rehuir y evadirnos de nuestras
responsabilidades. Desde el punto de vista colectivo, representa y denuncia las falsas
seguridades con las que la sociedad moderna nos aleja de las partes más negativas de su
sistema.
Ha transformado una realidad que no le gusta para crear un mundo idílico. Así pues:
La cárcel se convierte en una fundación dedicada a la investigación.
 La celda inmunda, dotada únicamente de un retrete, se transforma en una confortable.
habitación, con vistas al campo, electrodomésticos (nevera, televisión, teléfono), muebles de
maderas nobles (estanterías, cinco sillones…) y delicado menaje.
 A sus compañeros, los presos políticos, les cambia la profesión para adaptarlos a su papel
de investigadores de la Fundación: el ingeniero Asel pasa a ser médico, el tornero Lino a
ingeniero, el contable Max a matemático. Únicamente el protagonista y Tulio conservan
sus verdaderas profesiones: escritor y fotógrafo, respectivamente.
 Los carceleros burlones actúan y visten, en la mente de Tomás, como complacientes
camareros.
 Llega, incluso, a crear a una novia ideal. La Berta de Tomás es, como la Dulcinea de
D.Quijote, un producto de la imaginación del protagonista (por eso les corresponde a
ambos el mismo número de identificación: el A-72.
El simbolismo, tanto de los hologramas, como de la Fundación o los ratones, sugiere que la
diferencia entre la realidad y ficción es más leve de lo que parece a simple vista. El
simbolismo, tanto de los hologramas, como de la Fundación o los ratones, sugiere que la
diferencia entre realidad y ficción es más leve de lo que parece a simple vista. Los
hologramas son imágenes proyectadas en el aire. Tulio, el escéptico del grupo y experto en
hologramas, reconoce que los hologramas se confunden fácilmente con la realidad (él mismo
llegó a perseguir un holograma pensando que era su novia). La Fundación representa a la
sociedad actual, donde el ser humano vive tan engañado como Tomás en su Fundación.
Vivimos en un mundo engañoso que pretende ocultarnos la cara trágica de la vida: la muerte,
el hambre, las injusticias…Nuestra sociedad consumista es una cárcel con apariencia de
mundo feliz. El ratón de Berta, Tomás, representa al propio Tomás y al ser humano en
general: un prisionero cuyo destino es la muerte.

5.- El «efecto de inmersión» y la escenografía


Buero llevó a cabo una serie de innovaciones dramáticas inéditas en el panorama dramático
de la época; la más importante son los llamados efectos de inmersión, que permiten que el
espectador penetre en la conciencia de los personajes participando de una manera más
intensa e íntima en el desarrollo del drama.
Se trata de un recurso de participación mediante el cual el autor pretende introducir al
espectador en el drama, quiere entablar entre la escena y el espectador una nueva relación,
más fructífera y más enriquecedora.
En el caso de La Fundación, los efectos de inmersión ideados por Buero Vallejo llegan a su
punto culminante: el espectador va a ver la realidad deformada, porque ve con los ojos del
alucinado Tomás; según éste vaya recobrando la cordura, la ficción se irá transformando para
dar paso a la realidad, y de la sorpresa, de la desazón y de la angustia de Tomás participará el
espectador, que irá viendo sucederse ante sus ojos los diferentes cambios en la escena a
medida que Tomás va descubriendo paulatinamente la verdad. El espectador se conmueve
con el personaje, y se verifica así esa catarsis que, como veremos está en el concepto mismo
de la tragedia clásica. Se cumple también del mismo modo lo que muchas veces ha declarado
Buero que es la función principal del dramaturgo dentro de la sociedad en la que vive: "El
escritor debe convertirse en parte de la conciencia de su sociedad."
Estos efectos de inmersión en La Fundación obligan al autor a idear una puesta en escena que
posibilite mostrar mediante ingeniosos y complejos juegos sobre el escenario el cambio que
se va produciendo en la mente trastornada de Tomás. Así, se verifica un nuevo paso adelante
en la progresión del autor en lo que a los recursos técnicos de su teatro se refiere y que se
basa en la presentación de un escenario múltiple, capaz de significar diferentes lugares
explotando al máximo nuevas técnicas de decorado, de iluminación y de sonido.
Situados desde la conciencia de Tomás, que ve la celda en donde viven él y sus compañeros
como elegante fundación, el espectador seguirá su proceso mental desde tan peculiar
perspectiva. (..) Por la transformación del decorado seguiremos la de Tomás, con toda la
espectacularidad del caso, pero con todo el trucaje que obliga a la acción propiamente dicha.
Estamos ante el espacio escénico como metáfora, que será utilizada en su momento como
motivo de intencionalidad: cuando cae la puerta del hipotético frigorífico rompe la metáfora
y traslada a personaje y espectador a la cruda realidad de la cárcel.

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