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1.1.

El origen del término Cuando se hace el rastreo respecto a lo que es el currículo, la posición
común de los trabajos sobre el tema es justamente que no hay una definición definitiva de lo
que es el currículo, ya que algunas dan mayor relevancia a uno u otro aspecto de los que lo
componen o a una u otra forma de 36El currículo: fundamentos teóricos y prácticos
comprenderlo epistemológicamente, dependiendo de la corriente teórica en la que esté
inscrito quien aporta en la conceptualización. De hecho, Hamilton (1991, citado por
Estebaranz, 1995), señala que: No se redefine sólo por la insatisfacción, sino que cada
definición se construye desde una perspectiva o ideología y lo interesante es analizar las
relaciones existentes entre el concepto que se expresa y la situación sociocultural en la que se
crea, es decir, ¿por qué se hace o se adopta una definición?, ¿a qué interés sirve? y ¿qué
consecuencias se derivan?; porque, además, los distintos enunciados no sólo describen o
definen, sino que intentan persuadir de lo que hay que hacer. (p. 148) En este sentido, se
valida la idea que el currículo responde a unas intencionalidades identificadas en la escuela y,
de algún modo, influenciadas por diferentes circunstancias sociales, políticas culturales y
económicas. Sin embargo, antes de dar paso a las múltiples definiciones que tienen respecto
al currículo, se da paso al rastreo del origen del término, para lo cual se sigue de cerca el
trabajo realizado al respecto por Hamilton (1991), profesor de la Universidad de Liverpool, a
través de una publicación suya hecha por la Revista Iberoamericana de educación. En su texto,
Hamilton, quien reconoce de manera inicial que la disertación más amplia sobre los orígenes
del concepto de clase en la escolarización se puede hallar en Ariès (1960), pretende informar
sobre el origen de los términos clase y currículo, para lo cual hace un recorrido histórico desde
el periodo Clásico con las instituciones de Quintiliano en el año 95 d. C, pasando por la época
Medieval (Erasmo, 1521), La Universidad de Bolonia (1219), La Universidad de París (siglo XI y
XIII), Las Escuelas del siglo XV; hasta la época del Renacimiento (siglo XVI), poniendo en
evidencia los grandes cambios y agitaciones en todos los ámbitos que fueron acompañando la
evolución conceptual y las trasformaciones al interior de las dinámicas escolares.
2. Dentro del proceso, se destaca la configuración y desarrollo de las escuelas, como el aporte
más significativo del Medioevo, bajo el dominio de la iglesia católica, quien ejercía poder
sobre la educación y sobre la organización de la docencia, donde aquellos que obtenían el ius
ubique Currículo, Los orígenes 37 docendi o privilegio papal, eran los que podían ejercer la
profesión y gozaban del privilegio de ser docentes. Así mismo, la iglesia se preocupó por
formar sus propios centros educativos y sus propios administradores, por lo que propusieron
una nueva estructura organizativa y fundaron colegios, pedagogías y casas de instrucción. De
hecho, El primer uso conocido de ‘clase’ aparecía en un informe abreviado de la Universidad
de París, publicado en 1517 por Bobert Goulet, profesor de teología. La última parte del
compendium Universitas Parisiensis de Goulet incluía una serie de preceptos que, según
pensaba Goulet, debía adoptar cualquiera que deseara fundar o reformar un colegio. Aparte
de exhortar a los lectores a seguir un modo de vida y de enseñanza ya practicado en París, el
primer precepto de Goulet describía la planificación del colegio adecuado: debería contar, al
menos, con doce clases o pequeñas escuelas, según las exigencias del lugar y auditores.
(Hamilton, 1991, p. 3) Años más adelante, en el periodo del renacimiento y con las
revoluciones a la orden del día, se dieron grandes cambios en el ámbito educativo y se
propendió por hacer del aprendizaje algo más eficiente y técnico, dadas las necesidades
económicas de la época. Así, surgen también grandes corrientes filosóficas y políticas como el
protestantismo y el calvinismo que marcaron sus ideas en la conceptualización y diseño de los
currículos educativos de la época. Recapitulando, si bien el primero que reconoció la acepción
del término “Clase”, fue Quintiliano; Hamilton (1991), deduce que fue necesario un cambio
social para impulsar la emergencia del mismo; así, gracias a las nuevas pautas de organización,
generadas por el Renacimiento, fue posible que se adaptara (el término “Clase”) a las nuevas
circunstancias. Otra es la historia que se teje en torno al concepto de currículum; sin embargo,
los estudios sobre sus orígenes han sido menos amplios que los del término clase. El primer
punto en este camino, de acuerdo con lo que indica Hamilton (1991), se encuentra en El
Oxford English Dictionary, que localiza la primera fuente del ‘currículum’ en los registros de la
Universidad de Glasgow, de 1633.

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