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Epistaxis
J.-M. Prades, M. Gavid

La epistaxis es un motivo de consulta cotidiano en las urgencias de otorrinolaringolo-


gía. Existen muchas etiologías, de diversa gravedad. Las causas locales de epistaxis son
los traumatismos faciales, la mancha vascular o una perforación septal y, en menos
ocasiones, un fibroma nasofaríngeo en adolescentes masculinos o un tumor maligno
nasosinusal. Las epistaxis de causas sistémicas se relacionan con una alteración de
la hemostasia constitucional o, con más frecuencia, adquirida durante un tratamiento
antitrombótico, una enfermedad de Rendu-Osler o una enfermedad sistémica como la
enfermedad de Wegener. El tratamiento debe dirigirse simultáneamente a controlar la
hemorragia y evaluar sus consecuencias. Se deben considerar tres situaciones de grave-
dad diferente: la epistaxis de gravedad extrema con shock que requiera reanimación y la
hemostasia de un tronco arterial cefálico principal, como la arteria carótida interna; la
epistaxis grave por su contexto, porque existe un traumatismo accidental o perioperato-
rio, un trastorno de la hemostasia o, en menos casos, una enfermedad de Rendu-Osler
o un fibroma nasofaríngeo, y la epistaxis «benigna» porque responde rápidamente a
los pequeños procedimientos locales de hemostasia, sobre todo con el control de una
mancha vascular septal.
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Palabras clave: Epistaxis; Arteria esfenopalatina; Taponamiento; Ligadura arterial;


Embolización

Plan epistaxis se considera grave por sus consecuencias inme-


diatas, pero también por su riesgo de recidiva, en cuyo
■ Introducción 1 caso constituye una auténtica enfermedad hemorrágica.
Estas circunstancias no deben hacer que se pase por alto
■ Anatomía de la vascularización arteriovenosa una etiología más rara como un carcinoma nasosinusal o
de las fosas nasales 1 un trastorno constitucional de la hemostasia.
■ Etiología de las epistaxis 3 El tratamiento es complejo en ocasiones, no sólo local,
Epistaxis de causas locales 3 sino también tópico: una simple mancha vascular en los
Epistaxis de causas sistémicas 4 niños pequeños no debe hacer que se provoque una per-
■ Actitud terapéutica 5 foración septal por cauterizaciones reiteradas, la igual que
Epistaxis de gravedad extrema con shock hemorrágico 6 la embolización de la arteria esfenopalatina en ancianos
Epistaxis grave por su contexto 6 no debe causar un trombo cerebral. El desconocimiento
Epistaxis «benigna» 8 de una anemia crónica no debe causar un infarto de mio-

cardio o ceguera. La decisión terapéutica suele tomarse en
Conclusión 8
conjunto entre el cirujano otorrinolaringólogo, el médico
anestesista, el hematólogo, el cardiólogo o el médico inter-
nista.

 Introducción
La epistaxis es una situación habitual en urgencias.  Anatomía
Suele tratarse de un paciente joven, con una hemorragia
favorecida a menudo por el rascado. En la exploración, de la vascularización
se observa una «mancha vascular» septal anterior. En tal
caso, la epistaxis se considera benigna de entrada. Sin
arteriovenosa de las fosas
embargo, en ocasiones este mismo paciente puede pre- nasales
sentar una enfermedad de Rendu-Osler o un angiofibroma
nasofaríngeo. El paciente puede ser un anciano con una La anatomía comparada muestra que la fosa nasal es un
comorbilidad importante, sobre todo cardiovascular y un órgano exclusivamente olfativo en los mamíferos evolu-
tratamiento antitrombótico. Por último, otras veces el cionados. Tal es el caso en los roedores (Ratus), los cérvidos
contexto es traumático, accidental o postoperatorio. La (Capreolus), los félidos (Catus) o los cánidos (Canis), que se

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Volume 46 > n◦ 2 > mayo 2017
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Figura 1. Paredes medial y superior. 1. Apófisis alar de la
crista galli; 2. crista galli; 3. apófisis etmoidal del hueso esfenoi-
Figura 2. Paredes lateral y superior. 1. Apófisis alar de la crista
des; 4. relieve del surco óptico en el seno esfenoidal; 5. orificio
galli; 2. agujero etmoidal; 3. orificio del conducto etmoidal ante-
del seno esfenoidal; 6. rama septal de la arteria esfenopalatina;
rior; 4. apófisis etmoidal del hueso esfenoides; 5. yugo esfenoidal;
7. coana izquierda; 8. vómer; 9. lámina perpendicular del hueso
6. clivus; 7. trompa auditiva de Eustaquio; 8. agujero esfeno-
etmoides; 10. apófisis posterior del cartílago septal; 11. orificio
palatino; 9. conducto palatino posterior y conductos accesorios
del órgano vomeronasal de Jacobson; 12; mancha vascular de
(9 ); 10. arteria del subtabique (septal nasal); 11. arteria etmoidal
Kiesselbach; 13. arteria del subtabique (septal nasal); 14. arteria
anterior; 12. hueso frontal; 13. apófisis lagrimal del cornete nasal
etmoidal anterior.
inferior (CNI); 14. apófisis etmoidal del CNI; 15. apófisis maxilar
del CNI.
consideran animales «macrosmáticos» en relación con el
desarrollo de su rinencéfalo, órgano indispensable para
su supervivencia. La rata posee un laberinto turbinal que La arteria nasal posterolateral es descendente, en la cara
ocupa casi toda la fosa nasal. En los primates y en el ser medial de la lámina perpendicular del hueso palatino. Da
humano, el laberinto turbinal macrosmático ha involu- origen a las colaterales turbinales media e inferior, pero
cionado y la fosa nasal se ha convertido en un órgano también a las meáticas superior, media (arteria fontane-
respiratorio en relación con el desarrollo del neoencéfalo y lar) e inferior. Esta arteria forma una red anastomótica
la regresión del rinencéfalo. El laberinto etmoidal, vestigio etmoidoturbinal particularmente profusa, con las ramas
del laberinto turbinal primitivo, es sobre todo respiratorio terminales de las arterias etmoidales.
y está recubierto por un órgano olfativo reducido. El ser Las arterias etmoidal anterior y posterior son las ramas
humano es un animal «microsmático» [1] . colaterales de la arteria oftálmica, procedentes de la arte-
La importancia vital de la fosa nasal olfativa ancestral ria carótida interna. Se originan en la cara medial de la
explica probablemente la riqueza particular de su vascula- órbita y penetran en la fosa nasal por dos agujeros entre la
rización arterial, que constituye un sistema anastomótico lámina orbitaria del etmoides por abajo y la cara orbitaria
denso entre las redes carotídeas interna y externa: la arte- del hueso frontal por arriba.
ria esfenopalatina, rama terminal de la arteria maxilar, es La arteria etmoidal anterior es la más constante y volu-
el aporte principal. Las arterias etmoidales anterior y pos- minosa, con un diámetro de casi 1 mm. Se origina a
terior, ramas colaterales de la arteria oftálmica procedente 20-24 mm de la cresta lagrimal anterior mediante un corto
de la arteria carótida interna, así como la arteria nasal infe- trayecto oblicuo en sentido anteromedial antes de atrave-
rior, rama colateral de la arteria facial, son aportes más sar su agujero [5, 6] . Desde allí, recorre el conducto etmoidal
secundarios (Figs. 1 y 2). anterior, que también presenta una oblicuidad anterome-
La arteria esfenopalatina es la porción terminal de la dial, a la altura de la pared superior de la masa lateral,
arteria maxilar en la fosa pterigopalatina [2] . Entra en las inmediatamente detrás del infundíbulo frontal o de la
fosas nasales a través del agujero esfenopalatino, que cons- celdilla etmoidofrontal [7, 8] . El conducto etmoidal puede
tituye un hilio vasculonervioso esencial de la fosa nasal. estar dehiscente, dejando ver la arteria etmoidal anterior
En el agujero esfenopalatino, la arteria esfenopalatina se en el laberinto etmoidal en más del 50% de los casos [9] .
bifurca en las colaterales lateral y medial. Estas mismas Se termina en la cara septal y la cara turbinal anterosupe-
colaterales pueden originarse en la propia fosa pterigopa- rior de la fosa nasal, presentando numerosas anastomosis
latina. Por tanto, la identificación endonasal del agujero con las ramas terminales de la arteria esfenopalatina. En
esfenopalatino, marcado por la cresta etmoidal, es esen- su trayecto, también vasculariza la duramadre, el bulbo y
cial [3, 4] . La cresta etmoidal limita por delante el agujero, el nervio olfatorio [8–10] .
que aumenta de tamaño por encima y por debajo para La arteria etmoidal posterior es inconstante, más del-
permitir el paso a las dos colaterales de la arteria esfeno- gada, del orden de 0,5 mm de diámetro. Se origina a
palatina, septal y turbinal. 12-15 mm del tronco de la arteria etmoidal anterior y se
La arteria septal posterior es ascendente en la cara ante- sitúa a 4-5 mm del conducto óptico. Se anastomosa con
rior del cuerpo esfenoidal, a 1 cm del arco de la coana. A la arteria etmoidal anterior y la arteria esfenopalatina en
este nivel, puede dar origen a una colateral turbinal supe- las caras septal y turbinal posterosuperior [8–10] .
rior. Alcanza el vómer y se dirige oblicuamente en sentido La arteria facial se origina de la arteria carótida externa;
anteroinferior en un surco dirigido hacia el conducto discurre sobre la mejilla en la cara lateral del músculo
palatino anterior o incisivo. A ese nivel, se anastomosa buccinador, dando origen a las ramas labiales inferior y
con la rama terminal de la arteria palatina descendente. superior a 16 mm de la comisura labial. La rama labial
De este modo, se forma un primer círculo anastomótico superior da origen a la arteria del subtabique o arteria nasal
palatoseptal posterior. También se anastomosa con las septal. La arteria facial se termina en la cara lateral de la
ramas terminales de las arterias etmoidales, formando un pirámide nasal por la arteria angular. Ésta se anastomosa
segundo círculo anastomótico etmoidoseptal anterior. con las ramas terminales de la arteria oftálmica [11] .

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La «mancha vascular de Kiesselbach» es la zona septal • la fractura de Le Fort III alta se caracteriza por una dis-
anteroinferior donde se anastomosan la arteria del subta- yunción de la raíz de los huesos propios nasales, de la
bique y las ramas septales de la arteria etmoidal anterior lámina perpendicular del etmoides cerca de la lámina
y de la arteria esfenopalatina. cribosa, de la parte alta de las paredes mediales de la
El drenaje venoso es satélite de las arterias. Las venas órbita y de la raíz de las apófisis pterigoides. El riesgo es
etmoidales drenan en la vena oftálmica superior y, des- la afectación de las arterias etmoidales y una rinorrea
pués, en el seno cavernoso. Las venas esfenopalatinas de líquido cefalorraquídeo (LCR) [16] .
drenan en los plexos venosos pterigoideos. Las venas ves- Las fracturas esfenoidales de la base del cráneo se aso-
tibulares anteriores drenan en la vena facial. Estas venas cian a un riesgo doble, de rinorrea de LCR y de lesión de la
nasales satélites de las arterias son profundas, yuxtaperiós- arteria carótida interna, causante de una hemorragia cata-
ticas. Existe una red superficial de capilares submucosos y clísmica, pero a veces poco importante inicialmente. La
de venas cavernosas anexa a la anterior, lo que explica las angiotomografía computarizada (TC) tras el control de la
capacidades congestivas de la mucosa nasal. epistaxis, mediante una sonda con doble balón, por ejem-
plo, sin y con inyección de contraste, se dirige a buscar los
trazos de fractura y la afectación carotídea (disección, fuga
 Etiología de las epistaxis de contraste, hematoma) [17] .
Las fracturas laterofaciales de las paredes del seno maxi-
Las epistaxis responden a muchas causas, cuya gravedad lar (piso orbitario, pared medial de la órbita, fractura del
es diferente. Por motivos didácticos, pueden clasificarse en hueso cigomático) por impacto sobre el globo ocular o
causas locales y sistémicas. el arco cigomático causan epistaxis generalmente poco
abundantes. Pueden corresponder en ocasiones al vacia-
miento del contenido hemático de la cavidad sinusal.
Epistaxis de causas locales
Las epistaxis de origen local suelen originarse en la man- Perforación septal
cha vascular septal, en un traumatismo del macizo facial o Una perforación septal es un defecto del tabique nasal
en una perforación septal. En menos ocasiones, se deben con una pérdida de sustancia pericóndrica y/o perióstica
a un tumor benigno o maligno, a una malformación vas- asociada a una isquemia-necrosis de la mucosa. Los bor-
cular o a un angiofibroma nasofaríngeo. des de la perforación se epitelizan, lo que impide el cierre
espontáneo. El flujo por las narinas está alterado, lo que
Mancha vascular de Kiesselbach provoca una rinitis, en ocasiones sobreinfectada con cos-
tras y epistaxis recidivante [18] . La perforación suele ser
La mancha vascular es una red anastomótica de la por-
anterior y amplia (≥ 2 cm). Cuando es más pequeña,
ción anteroinferior del tabique, a 1 cm por encima de
puede causar una sibilancia respiratoria. Cuando es
la espina nasal anterior y está particularmente expuesta
posterior, es menos sintomática, al aprovechar la humi-
al rascado, pero también directamente al aire inspi-
dificación de toda la mucosa nasal. Sin embargo, más del
rado [12, 13] . Es la responsable de más del 90% de las
50% de los pacientes presentarían una perforación septal
epistaxis recidivantes benignas [14] . En los niños pequeños,
asintomática [19] .
además del rascado digital, la causa puede ser una rinofa-
La perforación septal puede deberse a muchas etiolo-
ringitis invernal o un cuerpo extraño.
gías, esencialmente traumáticas, tóxicas o relacionadas
Desde el punto de vista sintomático, la epistaxis es
con una enfermedad sistémica.
escasa, anterior, a menudo unilateral y recidivante. Se
Una perforación septal traumática tras una septoplas-
detiene con facilidad en unos minutos mediante la com-
tia es una causa frecuente que puede producirse hasta en
presión bidigital del ala nasal sobre el tabique.
el 30% de los pacientes operados. La prevención consiste
La rinoscopia anterior la muestra con facilidad, antes
en realizar la disección estrictamente en el plano subperi-
de aplicar anestesia local para realizar un procedimiento
cóndrico y subperióstico. En ocasiones, el traumatismo se
de hemostasia [12, 13] .
relaciona con una cirugía endonasal por poliposis o edema
hipofisario, una cauterización repetida de una mancha
Traumatismo del macizo facial vascular o taponamientos traumáticos y mal controlados,
El traumatismo de la pirámide nasal o del macizo un hematoma septal de origen quirúrgico o accidental no
facial es la segunda causa local de epistaxis en términos drenado, una fijación transeptal prolongada de una sonda
de frecuencia. La epistaxis está presente en el 50% de nasogástrica o de un tubo nasotraqueal y, en menos oca-
los traumatismos del tercio medio facial. La tomografía siones, un cuerpo extraño particular como una pila o un
computarizada es fundamental en urgencias, después del imán, que puede causar una perforación en unas horas.
control de la epistaxis, para buscar una fractura que puede Por último, puede tratarse de un microtraumatismo septal
afectar a las arterias de la base del cráneo, sobre todo al por «rascado».
conducto carotídeo [15] . Una perforación septal tóxica puede estar relacionada
Un dato destacado de las fracturas centrofaciales altas es con el consumo de cocaína esnifada, causante de una
la frecuencia de la epistaxis asociada a una fractura de los vasoconstricción intensa y por las sustancias irritantes
huesos propios nasales. Las fracturas con disyunción alta asociadas (talco, harina); la heroína o las anfetaminas pue-
órbito-naso-etmoido-frontal son más raras y se sospechan den ser otra causa. Algunos tóxicos industriales pueden ser
por la existencia de un telecanto a menudo oculto por el responsables, como el polvo de cemento o de mármol o
edema facial. La epistaxis puede estar relacionada con una los vapores de cromo.
lesión de las arterias etmoidales. Puede existir una perforación septal relacionada con
Las fracturas maxilares u oclusofaciales se asocian a un una enfermedad sistémica: entre las enfermedades disin-
trastorno de la oclusión dentaria. Se describen según la munitarias, la vasculitis de Wegener es la más frecuente,
clasificación de Le Fort: con una rinosinusitis costrosa sobreinfectada y hemorrá-
• la fractura de Le Fort I baja se caracteriza por una gica, asociada en ocasiones a una afectación pulmonar
disyunción palatina que puede lesionar los conductos y renal. En menos ocasiones, la causa es un lupus eri-
palatinos y las arterias del subtabique; tematoso diseminado, una sarcoidosis, una rectocolitis
• la fractura de Le Fort II intermedia se caracteriza por hemorrágica o una enfermedad de Takayasu. Entre las
una disyunción del piso orbitario y de la parte media enfermedades infecciosas sistémicas, hay que citar la
de las apófisis pterigoides. Se puede acompañar de una tuberculosis, la sífilis, la lepra o la leishmaniosis, pero tam-
lesión de las arterias esfenopalatinas; bién ciertas micosis (aspergilosis, actinomicosis, etc.) y, en

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ocasiones, infecciones bacterianas agudas como la fiebre Las epistaxis de origen tumoral maligno se ven favo-
tifoidea, la escarlatina o la difteria. recidas por factores locorregionales relacionados con el
Algunas etiologías no deben ignorarse, como un tumor propio desarrollo del tumor: la reacción inflamatoria o
maligno por su aspecto irregular y doloroso, que requiere la complicación infecciosa, la infiltración tumoral perifé-
la realización de una biopsia para su estudio histopato- rica y los procesos ulceronecróticos destructores, así como
lógico. La perforación idiopática de Hajek o perforación la angiogénesis anárquica que da origen a plexos vascu-
«congénita» es un diagnóstico de eliminación. lares frágiles. Estos fenómenos se analizan mediante la
El tratamiento de una perforación septal sólo está indi- RM realizada antes de la biopsia para su estudio histo-
cado en las formas sintomáticas [20, 21] . patológico y que permite explicar no sólo las epistaxis,
sino también el riesgo hemorrágico perioperatorio [31] : la
Fibroma nasofaríngeo y otros tumores vascularización tumoral se evalúa mediante la dinámica
benignos hemorrágicos de realce del producto de contraste y la presencia de una
imagen redonda de vacío de señal (flow void) que refleja
El fibroma nasofaríngeo o angiofibroma juvenil es un
un flujo arterial rápido intratumoral. Además del riesgo
tumor benigno infrecuente de la pubertad masculina.
hemorrágico, la neoangiogénesis tumoral tendría un valor
Provoca una epistaxis unilateral recidivante y una obs-
pronóstico desfavorable [31] . Los tumores malignos prima-
trucción nasal unilateral en el 76% de los casos [22] . La
rios nasosinusales sólo son el 3% de todos los cánceres de
histopatología muestra un tumor violáceo compuesto
la cabeza y cuello [32] : carcinoma epidermoide vestibular,
por vasos irregulares y dilatados, asociado a un estroma
adenocarcinoma de etmoides o de la hendidura olfativa,
conjuntivo de colágeno y de fibroblastos, infiltrado por
carcinoma indiferenciado nasosinusal, estesineuroblas-
células inflamatorias. La fisiopatología es controvertida y
toma olfativo, linfoma maligno o melanoma mucoso. Los
la hipótesis más aceptada es la de un disembrioma angio-
tumores metastásicos nasosinusales son mucho menos
génico del primer arco branquial, que implica a las células
frecuentes, de origen renal, pulmonar, prostático, tiroi-
de la cresta neural que expresan receptores hormona-
deo, hepático, etcétera. En ocasiones son la forma de
les (andrógenos, estrógenos). Esto explica la topografía
revelación de la lesión primaria [33–35] .
constante en el agujero esfenopalatino y en el conducto
vidiano, pero también su aparición en jóvenes de sexo
masculino de 9-19 años [23] . Epistaxis de causas sistémicas
La TC con contraste y la resonancia magnética (RM)
con gadolinio permiten confirmar el angiofibroma, su Se deben a una perturbación constitucional o adquirida
localización de implantación y su extensión locorregional (sobre todo terapéutica) de la hemostasia, a una enfer-
(Fig. 3): se observa como una masa hipervascularizada con medad de Rendu-Osler o a una enfermedad sistémica
ampliación de la fosa pterigopalatina, erosión de la raíz de disinmunitaria.
la apófisis pterigoides (65% de los casos) y del conducto
pterigoideo o vidiano en el 100% de los casos [24] . La angio- Perturbaciones de la hemostasia
grafía selectiva es la prueba de imagen indispensable, al
Pueden ser constitucionales o adquiridas, en particular
permitir el análisis de todas las arterias que vascularizan
de origen terapéutico [36] .
el tumor antes de la embolización preoperatoria. En el
36% de los casos, existe una vascularización bilateral [25] . Perturbaciones constitucionales de la hemostasia
El tratamiento del fibroma nasofaríngeo es esencialmente primaria
quirúrgico, y la resección endoscópica es la alternativa Entre ellas, hay que citar las trombocitopenias, trombo-
predominante [23] . citopatías y la enfermedad de Von Willebrand. El déficit
Los otros tumores benignos hemorrágicos aparte del de factor de Von Willebrand tiene una gravedad variable
fibroma nasofaríngeo son los papilomas, el hemangiope- y causa una anomalía de la adhesión y de la agregación
ricitoma y el hemangioma capilar lobular, denominado plaquetarias. En la mayoría de los casos, existe una dis-
antes «granuloma piógeno» [26] . minución asociada del factor VII de la coagulación. Los
Los papilomas nasosinusales están representados por el pacientes del grupo sanguíneo O tienen concentraciones
papiloma invertido (el más frecuente), el papiloma exo- de factor de Von Willebrand un 40-50% más bajas de
fítico benigno del tabique en los individuos jóvenes y el forma fisiológica. Las epistaxis y hemorragias observadas
papiloma oncocítico (el menos frecuente). Se puede pro- se producen de forma espontánea, o provocadas por un
ducir una transformación maligna en el 5-15% de los traumatismo o una intervención quirúrgica, como una
casos, únicamente para los papilomas invertidos y los adenoidectomía, una amigdalectomía o una extracción
papilomas oncocíticos. El tumor puede recidivar más de dental.
10 años después de su resección [27] .
El hemangiopericitoma puede tener una topografía Perturbaciones constitucionales de la coagulación
ubicua en el organismo; sólo aparece en las cavidades Las perturbaciones constitucionales de la coagulación
nasosinusales en el 5% de los casos. Los tumores mayores corresponden sobre todo a las hemofilias A (déficit de
de 6 cm, necróticos, con atipias celulares y muchas mitosis factor VIII) y B (déficit de factor IX). Son enfermedades
pueden ser malignos. Se pueden producir recidivas tardías genéticas de transmisión recesiva ligadas al X (muje-
después de 10 años [28] . res portadoras, varones afectados). Las epistaxis suelen
El hemangioma capilar lobular, denominado antes producirse en un contexto de accidentes hemorrágicos
«granuloma piógeno» es un tumor benigno vascular de provocados, con hemartrosis y equimosis subcutáneas.
la piel en más del 80% de los casos o de las mucosas bucal Perturbaciones adquiridas de la hemostasia de causa
y nasal anterior, sobre todo al nivel de la mancha vascu- no terapéutica
lar septal. Estaría favorecido por los microtraumatismos
Pueden existir formas adquiridas de enfermedad de Von
(intubación, taponamiento repetido) y la gestación [29] .
Willebrand en pacientes con hemopatías, insuficiencia
renal, tumor maligno sólido o enfermedades disinmuni-
Tumores malignos primarios o metastásicos
tarias.
Todos los tumores malignos de las cavidades nasosinu- Los trastornos adquiridos de la coagulación también
sales pueden causar epistaxis. Éstas suelen ser bilaterales pueden observarse durante una coagulación intravascular
y recidivantes, del lado de la obstrucción nasal y no se diseminada, una fibrinogenólisis aguda, una insuficiencia
les presta atención porque en la mayoría de los casos son hepática grave o una hipovitaminosis K en ausencia de tra-
de escasa cuantía, pero también aparecen en individuos tamiento con antivitamínicos K por carencia alimentaria,
expuestos al serrín de madera, por ejemplo [30] . malabsorción o antibioticoterapia prolongada.

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A B C
Figura 3. Resonancia magnética. Fibroma nasofaríngeo.
A. Corte horizontal.
B. Corte frontal.
C. Corte sagital.

Perturbaciones adquiridas de la hemostasia de causa con dolor y deformación del pabellón auricular y perfo-
terapéutica ración septal. Por último, la sarcoidosis puede causar una
Las epistaxis relacionadas con la toma de antitrom- rinitis costrosa con epistaxis en menos de un tercio de los
bóticos (antiagregantes plaquetarios o anticoagulantes) paciente [44] .
son un problema grave de salud pública, sobre todo en
Enfermedad de Wegener
ancianos. Los antiagregantes (clopidogrel, aspirina) pue-
den multiplicar por 10 el riesgo de epistaxis en adultos [37] . La enfermedad de Wegener causa una vasculitis necro-
Las epistaxis provocadas por la toma de antitrombóticos sante de los vasos de pequeño calibre con una afectación
se caracterizan por su gravedad [38] . rinosinusal en el 87% de los pacientes (a menudo es la
forma de presentación), una afectación pulmonar con dis-
nea, hemoptisis, tos y nódulos pulmonares a menudo
Enfermedad de Rendu-Osler bilaterales en la TC, así como una afectación renal con
La enfermedad de Rendu-Osler, o telangiectasia hematuria e insuficiencia renal rápida que determina el
hemorrágica hereditaria, es una enfermedad genética rara, pronóstico [45] . En las pruebas de laboratorio, se caracteriza
con una incidencia estimada de uno de cada 6.000 naci- por la presencia de anticuerpos anticitoplasma de neutró-
mientos. Se caracteriza por una hiperangiogénesis y en filos en el 80% de los casos y un síndrome inflamatorio
más del 50% de los pacientes aparece antes de los 20 importante con elevación de la proteína C reactiva y del
años [39, 40] . Su diagnóstico clínico se basa al menos en tres fibrinógeno. La rinitis costrosa hemorrágica clásica suele
criterios (criterios de Curaçao): evolucionar hacia una perforación septal por necrosis,
• una transmisión hereditaria autosómica dominante con nariz en silla de montar. La enfermedad de Wegener
presente en todos los pacientes; es una urgencia diagnóstica y terapéutica (corticoterapia,
• telangiectasias cutaneomucosas diseminadas; metotrexato, ciclofosfamida, rituximab). Antes siempre
• epistaxis espontáneas bilaterales reiteradas, anemizan- era mortal. Actualmente, a pesar de las recidivas, que se
tes, responsables de hospitalizaciones repetidas. producen en más del 50% de los pacientes, la superviven-
• malformaciones arteriovenosas viscerales que for- cia es superior al 80% a los 5 años [46, 47] .
man cortocircuitos vasculares, esencialmente hepáticos
Enfermedad de Churg-Strauss
hasta en el 80% de los pacientes, pulmonares hasta en el
50%, pero también neurológicos cerebrales o medulares Consiste en una rinosinusitis crónica eosinófila con
hasta en el 25% [41] . asma y alteración febril del estado general. La rinosinu-
La histopatología muestra una dilatación de las vénu- sitis es con frecuencia costrosa, con poliposis y epistaxis.
las poscapilares en las telangiectasias, con una evolución La necrosis es menos importante que en la enfermedad de
progresiva hacia una dilatación arteriolar y, después, a un Wegener [48] . La afectación pulmonar consiste en una aso-
cortocircuito arteriovenoso cutáneo o visceral. ciación de asma y la presencia de infiltrados torácicos en
En más del 90% de los pacientes, se observan mutacio- la TC. En las pruebas de laboratorio, la eosinofilia mayor
nes de los genes de la endoglina o del receptor similar a la del 10% es característica, asociada a un síndrome infla-
activina tipo 1, causantes de una activación de la angiogé- matorio y, en el 30% de los casos, a una elevación de los
nesis. Esta activación ha permitido proponer tratamientos anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos [49] .
antiangiogénesis de tipo antifactor de crecimiento endo-
telial vascular (anti-VEGF) [42, 43] .
 Actitud terapéutica
Enfermedades sistémicas (enfermedades
del tejido conjuntivo, vasculitis, La evaluación de la gravedad de una epistaxis es el
prerrequisito indispensable para su tratamiento. Se pue-
granulomatosis) den describir tres situaciones clínicas diferentes: epistaxis
La enfermedad de Wegener o granulomatosis con de gravedad extrema con un shock hemorrágico, epista-
polivasculitis es la más frecuente de este grupo, con xis grave por su contexto (sobre todo traumático o por
una rinosinusitis hemorrágica. La enfermedad de Churg- la toma de tratamientos antitrombóticos) y, por último,
Strauss o granulomatosis eosinofílica con polivasculitis es epistaxis benigna, fácilmente controlada con «pequeños
más rara, al igual que la policondritis crónica atrofiante, procedimientos» exclusivamente locales.

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E – 20-310-A-10  Epistaxis

Epistaxis de gravedad extrema con la ligadura de las arterias etmoidales mediante cantotomía
medial.
shock hemorrágico Una epistaxis en la que la TC muestra una fractura
La epistaxis con shock hemorrágico se sospecha ante la de la fosa craneal media, petroesfenoidal, obliga a sos-
presencia de varios síntomas: pechar una lesión carotídea: ésta se puede manifestar de
• una disminución de la presión arterial sistólica menor entrada con una epistaxis cataclísmica, una hemorragia
de 80 mmHg y una reducción de la presión diferencial, en dos tiempos o la formación retardada de un seudoa-
con una presión arterial media baja inferior a 50 mmHg, neurisma. El paciente debe ser llevado enseguida a la sala
y pulso femoral o carotídeo rápido y filiforme; de radiología intervencionista para realizar una angiogra-
• oligoanuria por insuficiencia renal funcional; fía y un tratamiento endovascular (colocación de una
• polipnea superficial; endoprótesis de cobertura o de un balón oclusivo). El
• agitación con angustia o, por el contrario, postración y taponamiento del seno esfenoidal puede ser un procedi-
confusión por bajo flujo cerebral; miento transitorio pero, aunque la epistaxis se resuelva,
• vasoconstricción cutánea con extremidades frías y es obligatorio realizar una angiografía en este contexto.
livedo reticularis, que a menudo comienza en las rodi- Además, la observación de una fractura del conducto caro-
llas. El tiempo de recoloración cutánea está aumentado tídeo en la TC obliga a buscar la aparición retardada de un
(> 3 segundos). seudoaneurisma, de una fístula carotidocarvernosa, o de
• sudor frío, sed e hipotermia. una disección parietal, sobre todo si la epistaxis recidiva,
Este cuadro clínico se relaciona con una pérdida del 25- acompañada de un exoftalmos o de un déficit de un par
40% de la masa sanguínea [50] . Las pruebas de laboratorio craneal [52] .
confirman la pérdida de sangre y detectan una insufi- Una epistaxis con una fractura de la pirámide nasal se
ciencia orgánica, sobre todo cardíaca, renal y hepática. asocia a un desplazamiento osteocartilaginoso, en ocasio-
Constan de: nes importante. Sin embargo, siempre debe aconsejarse
• un hemograma con determinación del grupo san- la realización de una TC craneofacial para detectar una
guíneo y estudio de la hemostasia en busca de una fractura más compleja [53] .
coagulación intravascular diseminada;
• un ionograma sanguíneo y urinario («riñón de shock»); Epistaxis durante un traumatismo
• un estudio hepático («hígado de shock»); perioperatorio
• enzimas cardíacas (creatinina fosfocinasa, mioglobina,
troponina). La epistaxis puede producirse durante o después de
Se realiza un electrocardiograma y una radiografía de la intervención quirúrgica. La actitud preventiva frente
tórax sistemáticamente en el estadio inicial. a un paciente que va a operarse, que presenta una
La actitud terapéutica consta simultáneamente del tra- comorbilidad importante y que toma un tratamiento
tamiento local de la lesión hemorrágica y de la corrección antitrombótico se evalúa durante una consulta de anes-
sistémica del shock. Dependiendo del contexto, puede tesia [54] .
realizarse en reanimación, en el quirófano e incluso en la
Epistaxis peroperatoria
sala de radiología intervencionista para controlar los gran-
des vasos cervicocefálicos. La colocación de vías venosas Cualquier cirugía endoscópica nasosinusal puede cau-
periférica y central debe asegurar un aporte óptimo de sar una hemorragia peroperatoria.
volumen. La diuresis se determina mediante la colocación Se pueden describir tres orígenes: un origen mucoso
de una sonda urinaria. Puede ser necesario realizar una arteriolocapilar (el más frecuente y el menos grave), un
intubación traqueal para lograr una oxigenación satisfac- origen arterial que afecte a un tronco arterial princi-
toria y proteger la vía aérea. pal, o un origen venoso. Sin embargo, cualquier pérdida
de sangre peroperatoria mal evaluada en un paciente
con comorbilidad sobre todo cardiovascular es potencial-
Epistaxis grave por su contexto mente grave.
La hemorragia mucosa arteriolocapilar en sábana se
Existen dos situaciones clínicas particularmente fre- ve favorecida por ciertos procedimientos quirúrgicos que
cuentes: la epistaxis traumática accidental o perioperato- deben evitarse, como el arrancamiento no controlado de
ria y la epistaxis asociada a un trastorno de la hemostasia, la mucosa o de un cornete nasal, así como la sección
sobre todo de origen terapéutico. Otras dos situaciones subtotal del cornete inferior. Un contexto infeccioso e
son menos frecuentes: la epistaxis del fibroma nasofarín- inflamatorio también es un factor favorecedor; hay que
geo y la de la enfermedad de Rendu-Osler. tratarlo antes de la intervención quirúrgica mediante una
corticoterapia por vía oral en pauta corta, continuada con
Epistaxis en un contexto traumático rinocorticoides tópicos, sobre todo en caso de poliposis
nasosinusal [55–57] . El tratamiento consta de una serie de
accidental procedimientos sencillos: posición de la cabeza inclinada
En un traumatismo accidental, la epistaxis puede hacia delante, taponamiento suave mediante mechas con
corresponder a un cuadro de shock hemorrágico o a lidocaína y nafazolina mantenido durante varios minu-
una epistaxis rápidamente abundante: ante un trauma- tos, repitiéndolo si la hemorragia es molesta, sobre todo
tismo accidental craneofacial complejo, el taponamiento al final de la intervención, así como limitación moderada
bilateral anteroposterior de las fosas nasales con gasas de la presión arterial sistólica.
vaselinadas, o con una sonda de doble balón, incluso un La hemorragia arterial puede proceder de un tronco
taponamiento nasofaríngeo siempre conlleva un riesgo de principal, sobre todo la arteria esfenopalatina, que se debe
introducción endocraneal del taponamiento debido a la identificar en el agujero esfenopalatino y pinzarla con
fractura conminuta de la base del cráneo [51] . Suele ser clips por vía endonasal en lugar de coagularla. En ocasio-
necesario realizar una intubación orotraqueal. Una vez nes, se trata de la arteria maxilar, que se puede ligar por vía
controlada la fractura, sus trazos se evalúan mediante la endonasal transantral a través de una meatotomía media
TC craneofacial. amplia. La lesión de la arteria etmoidal anterior obliga a
Una epistaxis en la que la TC muestra una fractura de la sospechar un hematoma orbitario, que puede provocar
fosa craneal anterior obliga a buscar una brecha osteo- un aumento de la presión venosa orbitaria, con su riesgo
meníngea, que requiere urgentemente una vacunación de ceguera. La aparición de un exoftalmos doloroso es
antineumocócica, una exploración quirúrgica endonasal, una urgencia que obliga a realizar un acceso transcutáneo
si es posible con el cierre de la brecha (grasa) y, si es preciso, paracantal interno para permitir el control de la arteria

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Epistaxis  E – 20-310-A-10

etmoidal anterior y, si es posible, la evacuación del posible y se realiza siempre en colaboración con los especialistas
hematoma, así como la abertura de la fascia periorbitaria de la hemostasia [36] .
para descomprimir el contenido celuloadiposo.
En menos ocasiones, la arteria carótida interna puede Epistaxis en un contexto de tratamiento
lesionarse durante una cirugía del seno esfenoidal, selar antitrombótico y estrategia preventiva
o paraselar. Puede tratarse de un adenoma hipofisario,
Constituye más del 50% de las hospitalizaciones por
un granuloma de colesterol, un cordoma o una polipo-
epistaxis [64] . La repercusión de la epistaxis en las pruebas
sis nasosinusal. Una cirugía asistida por ordenador no
de laboratorio se debe verificar siempre en este contexto.
protege totalmente frente a este riesgo. En el análisis
El tratamiento consta de tres etapas sucesivas.
preoperatorio mediante TC se debe evaluar siempre la
Durante una epistaxis inicial, en primer lugar se pro-
neumatización nasosinusal: el grosor del hueso que recu-
pone un taponamiento anteroposterior mediante gasas
bre la arteria carótida interna esfenoidal puede ser menor
vaselinadas o con un material reabsorbible (polivinilalco-
de 0,5 mm en el 88% de los pacientes operados y se puede
hol, alginato cálcico). Si el control es mediocre, se coloca
observar una dehiscencia de la pared lateral del seno esfe-
una sonda con doble balón durante 48 horas. Siempre
noidal hasta en el 22% de las personas [58] . Aparte del
debe tenerse en cuenta la aparición de dolor y molestias.
tratamiento sistémico del shock hemorrágico, se deben
En las recidivas de la epistaxis, se propone una ligadura
realizar procedimientos locales rápidamente [59] :
endonasal de la arteria esfenopalatina, en lugar de vol-
• mantener la cabeza inclinada hacia delante;
ver a colocar una sonda con doble balón, sobre todo si
• comprimir el eje carotídeo cervical;
el paciente presenta una comorbilidad importante y no
• el taponamiento del seno esfenoidal con celulosa
se aconseja interrumpir los tratamientos antitrombóticos.
hemostática puede permitir el control de la hemorragia
Se puede realizar la ligadura de la arteria etmoidal anterior
y el transporte urgente del paciente a la sala de radiolo-
simultáneamente por vía de cantotomía medial o endos-
gía intervencionista para un tratamiento endovascular.
cópica [65–67] . La eficacia de las ligaduras arteriales es del
Si el paciente sobrevive sin secuelas neurológicas, debe
92-100% [68] .
realizarse una angiografía de control 2-4 semanas des-
Para una epistaxis «rebelde» a pesar de los procedimien-
pués del episodio para detectar una disección carotídea,
tos precedentes o dependiendo de las costumbres de cada
un seudoaneurisma o una fístula carotidocavernosa. Sin
equipo, se puede plantear una angiografía con emboliza-
embargo, el pronóstico es grave, con una mortalidad
ción selectiva de las arterias facial y maxilar. Debe volver
del 10%, la posibilidad de una hemiplejía definitiva, de
a plantearse la «reversión» del tratamiento antitrombó-
ceguera o de confusión mental [58] .
tico de acuerdo con el resto de especialistas encargados
Una hemorragia de origen venoso puede ser abundante.
del paciente.
Se puede originar en la duramadre durante el acceso a la
Los tratamientos antitrombóticos son los antiagregan-
fosa craneal anterior o en el seno cavernoso durante un
tes plaquetarios (aspirina, clopidogrel o ticlopidina) y los
acceso esfenoidal. Suele controlarse con éxito mediante
anticoagulantes. Entre estos últimos, se incluyen los anti-
la compresión con taponamiento sinusal con celulosa
vitamínicos K (fluindiona, acenocumarol o warfarina) y,
hemostática, adhesivo biológico, grasa o la asociación de
desde 2009, los nuevos anticoagulantes orales que inhi-
estos materiales [60] .
ben la protrombina o el factor X activado (rivaroxabán,
Epistaxis postoperatoria dabigatrán y apixabán). Los anticoagulantes inyectables
La epistaxis postoperatoria puede ser del mismo tipo son las heparinas estándar y las de bajo peso molecular
que la observada durante una intervención quirúrgica: que tienen los riesgos de sobredosis y de trombocitopenia
mucosa, arterial o venosa. Por tanto, requiere la misma inducida.
estrategia terapéutica. El tratamiento preventivo debe Cualquier epistaxis grave por su volumen o su rei-
plantearse en todos los casos. teración en un paciente que reciba un tratamiento
El taponamiento de la cavidad quirúrgica con mate- antitrombótico obliga a plantear la «reversión» del trata-
rial reabsorbible o no reabsorbible no es obligatorio y miento sopesando la relación beneficio/riesgo. En todos
no previene el riesgo hemorrágico. Favorece la aparición los casos, la opinión del cardiólogo o del médico anes-
de molestias al despertar, e incluso de dolor, y puede tesista es indispensable. El plazo de restauración de la
inducir una epistaxis al retirar el taponamiento [61] . La hemostasia de un paciente que recibe antiagregantes pla-
cirugía ambulatoria no obliga sistemáticamente a reali- quetarios una vez suspendidos es del orden de 5-10 días;
zar un taponamiento [62] : la selección de los pacientes la duración de acción de un antivitamínico K puede per-
es primordial, así como el tipo de intervención quirúr- sistir 2-5 días antes de volver al valor blanco de índice
gica. El tratamiento ambulatorio de ciertas intervenciones normalizado internacional [69] .
quirúrgicas ha sido objeto de una recomendación de
la Société Française d’Oto-rhino-laryngologie en 2013: Epistaxis de la enfermedad de Rendu-Osler
septoplastia, meatotomía media y reducción de una No existe ningún tratamiento curativo de las telangiec-
fractura de los huesos propios nasales. Algunos fac- tasias mucosas. Existen muchos métodos terapéuticos,
tores obligan a ser prudentes: la comorbilidad y los que se asocian siempre a una recidiva de la epistaxis des-
tratamientos antitrombóticos, las reintervenciones qui- pués de una hemostasia de duración variable.
rúrgicas, una epistaxis abundante peroperatoria o la La repetición de las cauterizaciones eléctricas o quí-
asociación de varios procedimientos (p. ej., septoplastia y micas conlleva un riesgo de necrosis, sobre todo septal.
etmoidectomía [63] ). Ésta puede agravar las epistaxis. Las cauterizaciones
La irrigación nasal postoperatoria dos veces al día con hemostáticas con láser YAG KTP han permitido lograr
suero fisiológico iso o hipertónico, por ejemplo, favorece remisiones superiores a 6 meses, así como una reducción
la eliminación de las costras de la cavidad quirúrgica, de las transfusiones [70] .
mejora la comodidad y no favorece la hemorragia [62, 63] . Las inyecciones mucosas de adhesivo biológico de
fibrina tienen una cierta eficacia, pero su reiteración puede
Epistaxis asociada a una perturbación de la causar anafilaxia [71] . Las inyecciones mucosas de fármacos
hemostasia, adquirida o constitucional (de esclerosantes de tipo Ethibloc no están autorizadas en esta
indicación. El etoxisclerol utilizado para la embolización
causa no terapéutica) de angiomas digestivos permite disminuir la frecuencia y
El tratamiento es curativo, pero también preventivo, la gravedad de las epistaxis. Debido a la fluidez del pro-
sobre todo antes de realizar cualquier intervención. ducto, existe un riesgo de difusión a la arteria oftálmica
Depende de la importancia del déficit del factor implicado (ceguera) [72] .

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La inyección de gel hemostático de tipo Surgiflo o Flo- cadas menos de 5 minutos y sólo en pacientes mayores
seal, que utilizan matrices de gelatina reabsorbible, puede de 6 años. Esta anestesia permite realizar una endosco-
realizarse a domicilio [73, 74] . pia para identificar con precisión el sitio de origen y,
La utilización de bevacizumab (anticuerpo monoclonal por tanto, efectuar un procedimiento de hemostasia local
anti-VEGF) es un tratamiento adaptado a la fisiopatología ambulatoria: la cauterización eléctrica con un electrodo
de la enfermedad, porque reduce la microvascularización mono o bipolar es sencilla, rápida y eficaz en más del 90%
anárquica dependiente de la acción del VEGF aumentado. de los casos. La cauterización química puede realizarse con
El uso local ha demostrado su eficacia antiangiogénica y un bastoncillo de nitrato de plata, que se aplica menos de
su inocuidad en modelos oftalmológicos como la degene- 10 segundos sobre la mancha vascular, evitando contactar
ración macular relacionada con la edad y la retinopatía con otras zonas cutáneas o mucosas [83] . La aplicación dos
diabética proliferativa [75] . Los primeros ensayos de un veces al día de una crema antiséptica de clorhexidina con
aerosol local durante 7 días han permitido el control de neomicina durante 15 días disminuye significativamente
las epistaxis durante 4 meses [76] . Es necesario utilizar una el riesgo de epistaxis benignas infantiles [85] .
escala específica de la enfermedad de Rendu-Osler (escala La cauterización (sobre todo eléctrica) precisa del sitio
de gravedad de la epistaxis); sin embargo, a fecha de 2016 de origen de la hemorragia es el método de elección
el bevacizumab no estaba autorizado para esta indicación recomendado respecto al taponamiento anterior que se
y se encontraba en fase de evaluación [77, 78] . realizaba sistemáticamente con anterioridad. La pinza
bipolar parece ser más eficaz que el nitrato de plata [86] .
Epistaxis del fibroma nasofaríngeo
La TC y la RM preoperatorias con inyección de contraste Taponamientos
permiten analizar todas las extensiones tumorales y los Se proponen cuando los «procedimientos simples» y la
pedículos de vascularización uni o bilaterales proceden- cauterización precisa son ineficaces. Se realiza un tapo-
tes de la arteria carótida externa o de la arteria carótida namiento «anterior» de los dos tercios anteriores de la
interna. Se realiza una embolización de las colaterales de fosa nasal o asociado al taponamiento «posterior» de la
la arteria carótida externa 24-48 horas antes de la inter- región del agujero esfenopalatino. Existen muchos proce-
vención quirúrgica. Se ha propuesto la inyección directa dimientos de taponamientos anteriores, de los que no hay
de adhesivo líquido en el tumor, pero conlleva un riesgo ninguno que sea significativamente mejor que los demás:
de migración [79] . Se puede realizar una prueba de oclusión las mechas reabsorbibles se proponen sobre todo después
si el tumor presenta una vascularización significativa por de una intervención quirúrgica o en caso de epistaxis en
la arteria carótida interna. pacientes con trastornos de la hemostasia. Para ellos, se
La resección por vía endonasal es actualmente el utiliza celulosa trenzada (Surgicel), esponja de gelatina
método preferente respecto a las vías externas clásicas. (Gelfoam) o ácido hialurónico esterificado (Merogel). Las
Es indispensable utilizar un instrumental adecuado: fresa mechas no reabsorbibles son más baratas y su uso es muy
recubierta larga, ópticas de distintas angulaciones de alta frecuente, como las tiras de gasa vaselinada [87] .
definición y, si es posible, cirugía asistida por ordena- El taponamiento simultáneo anterior y posterior está
dor [80] . En ocasiones, se realiza una optimización de la indicado en las epistaxis graves y suele realizarse con son-
vía de acceso endonasal hacia la región de la fosa pterigo- das de doble balón (Bivona). Resulta eficaz en el 90% de
palatina: resección septovomeriana, maxilectomía medial los casos [88] .
completa, resección de la pared posterior del seno maxilar, En todos los taponamientos, es indispensable vigilar de
fresado de la raíz de la apófisis pterigoides. Los tumo- forma reiterada su eficacia; la duración no ha de superar
res pequeños se resecan en monobloque, pero los que las 48-72 horas; en la mayoría de los casos, se aconseja
tienen una extensión compleja suelen requerir un frac- una antibioticoterapia durante el taponamiento y 5 días
cionamiento hacia la zona de implantación de la fosa después [89] .
pterigopalatina [81] . Sin embargo, en ocasiones la resección Hay que tener en cuenta las complicaciones, sobre
tumoral total no es posible y se deja in situ un tumor resi- todo el dolor durante el taponamiento y la recidiva de
dual: en tal caso, se plantea una vigilancia con posibilidad la epistaxis al retirarlo; la infección locorregional puede
de involución tumoral o una radioterapia dirigida [82] . complicarse con un síndrome de shock tóxico por libe-
ración endovascular de toxinas bacterianas. Por último,
las necrosis mucosas, cartilaginosas o cutáneas de las alas
Epistaxis «benigna» nasales se relacionan en la mayoría de los casos con
La evaluación inicial de la epistaxis permite consi- unas presiones de compresión excesivas de los balones de
derarla «benigna» porque se visualiza bien mediante hemostasia [90] .
rinoscopia anterior, es poco abundante o fugaz, reite-
rada pero irregular, fácilmente accesible a la compresión
bidigital anterior, sin una comorbilidad particular y con
resultados normales en las pruebas de hemostasia [83] : en
 Conclusión
la mayoría de los casos, se trata de niños con una «mancha
Las epistaxis son una urgencia, la mayoría de las veces
vascular» cuya hemorragia se ve favorecida por el rascado
benigna, para el otorrinolaringólogo. Existen muchas
y la colonización por Staphylococcus aureus responsable de
etiologías, de diversa gravedad. La conducta terapéutica
una neoangiogénesis por inflamación crónica [84] .
debe contemplar tres situaciones diferentes: la epistaxis
de gravedad extrema con shock hemorrágico, la epistaxis
Cauterizaciones grave en relación con un contexto particular (trastorno de
La epistaxis benigna requiere un procedimiento senci- la hemostasia, tumor benigno o maligno, traumatismo,
llo y atraumático de hemostasia local después de eliminar etc.) y, por último, la epistaxis benigna a menudo secun-
las costras y los coágulos de la cavidad nasal (sonarse daria a la mancha vascular en un paciente joven.
la nariz, lavado, aspiración, etc.) y compresión bidigital
septal anterior con la cabeza ligeramente inclinada hacia
delante. Estos dos procedimientos pueden realizarse en el  Bibliografía
domicilio.
Si se produce la recidiva de una epistaxis anterior, se [1] Prades JM, Martin CH. Anatomie comparée des cavités naso-
realizará una anestesia local mediante mechas embebidas sinusiennes de quelques espèces de Mammifères. J Fr ORL
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J.-M. Prades (jean.michel.prades@univ-st-etienne.fr).


M. Gavid.
Service ORL, Hôpital Nord, CHU de Saint-Étienne, 42270 Saint-Priest-en-Jarez, France.
Laboratoire d’anatomie, Faculté de médecine J.-Lisfranc, Campus Santé Innovations, 10, rue de la Marandière, 42270 Saint-Priest-en-Jarez,
France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Prades JM, Gavid M. Epistaxis. EMC - Otorrinolaringología
2017;46(2):1-10 [Artículo E – 20-310-A-10].

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complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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