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Antecedentes de la ecología

Los antecedentes de la ecología se remontan a los orígenes de la humanidad. Los primeros


humanos debieron estudiar el medio ambiente y pasar el conocimiento a las generaciones, o no
habrían sobrevivido.

La historia de la ecología en sus inicios no consideraba completamente el estudio de las


interacciones entre organismos y su ambiente como una ciencia, sino como un punto de vista de
interés de ciertas personas o grupo con experiencia sobre la naturaleza.

La ecología fue durante mucho tiempo una parte de la biología y un área de estudio
interdisciplinaria, dependiendo de ocupaciones, profesiones, intereses y necesidades dentro de las
sociedades complejas en crecimiento.

También se consideraba la historia natural como un punto de inicio consensuado de estudios y


registros realizados con alcances ecológicos, por ejemplo, en el mundo antiguo.

No es sino hasta mediados del siglo pasado que la ecología toma real reconocimiento mundial
dada la extendida preocupación por el estado del ambiente, la contaminación, la crisis de los
ecosistemas y la extinción de especies.

El término “ecología”
En 1869, el biólogo alemán Ernst Haeckel le da nombre a esta rama de la biología utilizando los
términos del griego oikos, que significa casa, y logia, que significa estudio. “Casa” se refería al
hábitat de los organismos vivos.

Ecología es, etimológicamente, el estudio del hábitat de los seres vivos, y Haeckel la definió como
el estudio de la interdependencia y de la interacción entre los organismos vivos, animales y plantas
con su medio ambiente.

Su carácter interdisciplinario la cruza actualmente con otras áreas de estudio, como la geografía,
las ciencias de la Tierra y la biología.

Actualmente, la ecología también se enfoca en el efecto humano en el entorno y la administración


de recursos naturales.

Primeros indicios de la ecología


El conocimiento de las observaciones del ser humano sobre su entorno natural se puede remontar
a las civilizaciones más antiguas, especialmente en agricultores, ganaderos, cazadores, pescadores,
acuicultores, pastores y criadores de animales.
A lo largo de la evolución de las sociedades, el conocimiento ecológico era familiar para un número
reducido de personas. Además de los antes mencionados, se comenzaron a agregar los interesados
en satisfacer su curiosidad y registrar sus observaciones.

De aquí nacen los primeros biólogos de la historia. Todas estas personas compartían una red de
conceptos, metodologías, publicaciones, asociaciones profesionales y preocupaciones
entrelazadas, pero no coincidentes, sobre las relaciones de los organismos vivos, como poblaciones
y comunidades, con su medio ambiente.

En el caso de los inicios como ciencia de estudio más formal y sistemática de la naturaleza, se le
debe a la antigua Grecia alrededor del siglo III o IV a.C., pues el pensamiento ecológico tiene sus
raíces en la enseñanza de la filosofía, la ética y la política.

En los textos de historia natural de Aristóteles y de su discípulo Teofrasto, hay registros de sus
estudios sobre plantas y animales y sus interacciones. Las diferencias entre árboles del mismo tipo
ya las habían considerado en sus escritos.

Por ejemplo, la posición de la planta, el suelo húmedo, pantanoso o seco donde crecían, la
cercanía al agua, la exposición al sol o a la sombra, y detalles para el cultivo.

Los avances del siglo XVIII


Iniciando el siglo XVIII, Antoni van Leeuwenhoek fue el primero en desarrollar y proponer el
concepto de la cadena alimenticia entre los organismos. En aquel momento se conocían alrededor
de 20.000 especies de plantas.

También nacieron dos corrientes de pensamiento que demarcaron el crecimiento del estudio de la
ecología: la escuela Arcadia y la Imperial.

La Ecología Arcadia se abocaba a la relación armoniosa del humano con la naturaleza, y la Ecología
Imperial creía en el establecimiento del dominio humano sobre la naturaleza a través de la razón y
el trabajo.

Ambas tenían visiones diferentes al respecto y llegaron a rivalizar entre ellas, hasta que Carlos
Linneo apareció en el panorama. Fue pionero en la taxonomía, ciencia que otorga nombre y
clasificación a los organismos.

Linneo descubrió una gran cantidad de plantas y animales, los cuales incluyó en su libro Systema
Naturae.

Linneo apoyó la postura imperialista y gracias a su popularidad, la escuela de la Ecología


Imperialista se convirtió en la visión dominante de la disciplina.
Los avances del siglo XIX
En los primeros años, las potencias marítimas europeas como Gran Bretaña, Portugal y España
promovían las expediciones para descubrir nuevos recursos naturales y dejar registros de los
hallazgos. Se conocían para entonces alrededor de 40.000 especies de plantas.

Era común que los barcos de flotas navales al servicio de los reinos llevaran en su tripulación a
unos cuantos científicos, como biólogos y botánicos, interesados en explorar y documentar —
incluyendo dibujos— especies nuevas de animales y vegetales durante el recorrido por el mar y las
islas.

Es esta época vivió el botanista alemán Alexander von Humboldt, reconocido actualmente como el
padre de la ecología. Humboldt fue el primero en profundizar en el estudio de las relaciones entre
los organismos y sus especies.

Descubrió la relación entre las especies vegetales observadas y el clima, y le dio una explicación
referente a la distribución geográfica con respecto a los datos geológicos, usando latitud y
longitud. De allí nació la geobotánica.

A mediados de siglo, Charles Darwin propuso su teoría de la evolución. Con esto se incluye en los
estudios sobre los organismos vivos la propiedad de cambiar y adaptarse con respecto a su
entorno, con el solo propósito de sobrevivir como especie, y asegurar la reproducción de la
siguiente generación.

El término “biosfera”, fue propuesto por Eduard Suess en 1875, bajo el concepto de las condiciones
óptimas que permiten la vida en la Tierra, que incluye flora, fauna, minerales, ciclos, entre otros.

Los avances del siglo XX


En 1920 emergió el estudio de la ecología humana para estudiar científicamente la influencia de
las ciudades y sitios residenciales en la naturaleza.

Unos años después, Vladímir Vernadsky redefinió la biosfera como un sistema ecológico global que
integraba a todos los seres vivos y sus relaciones, incluyendo sus interacciones con los elementos
de la litosfera, la geosfera, la hidrosfera y la atmósfera.

En 1935 se aplicó el término “ecosistema”, como una comunidad biológica de organismos


interrelacionados y su espacio físico. Gracias a esto, la ecología se convirtió en la ciencia de los
ecosistemas.

Después de la Segunda Guerra Mundial, y a partir de la mitad del siglo, el impacto de las
actividades humanas en los ecosistemas y la desaparición de especies, hizo tomar un rumbo
diferente a la ecología, ahora enfocada también al conservacionismo.

Referencias
Frank Egerton. A History of the Ecological Sciences: Early Greek Origins (online document).

ESA – Ecological Society of America – Ecology Journal. Recuperado de esapubs.org/bulletin.

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