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Tema 6
Concepto
El enriquecimiento ilegítimo o sin causa, se presenta cuando, de acuerdo con el Artículo
1767, una persona se enriquece sin causa en detrimento de otro. El principio que se enarbola
se complementa con la regla de que el que se beneficia, deberá indemnizar al que se empobrece
hasta por el monto en que se obtuvo el provecho.
Ejemplo. Como se apuntará mas delante, el caso típico es el pago de lo indebido: A debe a B una cantidad de dinero,
pero al efectuar el pago lo hace a C. Aquí, C está obligado a restituirle a A lo que pagó, puesto que no hay causa
legítima para hacerse de ese valor en su patrimonio.
El fundamento de este principio es privilegiar la equidad en las relaciones de las personas cuando
no hay razón jurídica suficiente para la supremacía de una a costa de la otra. La ley, pues, sienta
una carga para los actos donde la carga aparenta estar de un lado y el beneficio del otro sin
reciprocidad, para que deba probarse si existe un motivo que cause la desproporción.
Para determinar que no existe causa legítima, continúa Rojina, debemos proceder con exclusión;
es decir, si el enriquecimiento a costa de otro no proviene de un contrato, declaración unilateral
de voluntad, delito o hecho ilícito, estaremos entonces en presencia de una ausencia de causa y
por tanto se configurará la situación jurídica que se expone.
Ejemplo. No hay causa en el caso que llegue de improvisto A a dar una cantidad de dinero a B, sin que haya contrato
de por medio, estipulación a favor de B, o hubiese cometido un ilícito en contra de él y quisiera resarcirle. Por tanto, B
debería reembolsar lo que se le entregue.
Efectos al presentarse
El Artículo 1767 antes expuesto nos refiere el efecto deseado cuando hay enriquecimiento
indebido: se está obligado a indemnizar el empobrecimiento en la medida en que se enriqueció
el beneficiado por el hecho. Así, será la justa medida el incremento patrimonial del beneficiado,
a pesar de que la pérdida ajena fuera muy superior, como bien apunta Bejarano.
Ejemplo. A entrega a B un costal de cebolla morada, pensando que existía aun una deuda que tenían. El precio de la
cebolla morada a ese tiempo era de $500 el costal. Luego, B vende a C el costal sin mala fe; pero como el precio de
la cebolla morada por su escasez subió a $1,000, esa cantidad es la que C le entrega a B. Luego, A reclama a B lo
que pagó injustamente; sin embargo, como C actuó de buena fe y pagó dinero por el costal, B deberá reembolsar
aquello por lo que se enriqueció, pero hasta la medida que A se empobreció. Así, A no puede reclamar los $1,000,
sino los $500.
La solución, dice tal jurista, es entonces justa y equitativa, ya que el beneficiado que no participó
ni provocó el hecho (porque en tal caso actuaría de mala fe y tendría consecuencias diversas) y
por tanto es correcto que responda respecto a lo que entró a su patrimonio efectivamente y nada
más.
El Artículo 1778, aunque restringido en la legislación al pago de lo indebido, debe tomarse como
regla general; así en todo caso, la acción in rem verso prescribe en un año contado desde que
se conoce el error en el pago, siempre que sea antes de cinco años.
Ejemplo. A entrega el costal de cebollas a B, y pasan los años y una década mas tarde, haciendo un claro ejercicio de
memoria, recuerda que realmente no lo debía. En ese caso, A no puede ejercitar la acción, puesto que aun reparando
en el error apenas entonces, ya pasó el término de cinco años; así, si se hubiera acordado al año 3 o 4, podría
reclamarlo un año tras de que cayera en cuenta.
PAGO DE LO INDEBIDO
La especie más típica de enriquecimiento ilegítimo es el pago de lo indebido. Nuestro Código en
el Artículo 1768 la tipifica como la situación que se presenta cuando se recibe una cosa que no
se tiene derecho a exigir y que por error ha sido indebidamente pagada, lo que origina la
obligación de restituir.
Efectos:
Los efectos que se causan por el pago de lo indebido dependen de la actuación del que recibe
el pago, principalmente del contenido moral de la misma, en cuanto a si obra de buena fe o mala
fe.
Art. 1768, 2º párrafo: “Si lo indebido consiste en una prestación cumplida, cuando el que la recibe
procede de mala fe, debe pagar el precio corriente de esa prestación; si procede de buena fe,
sólo debe pagar lo equivalente al enriquecimiento recibido.”
✡ Accipiens de buena fe
En este caso, el que recibe la cosa sólo deberá pagar lo equivalente al enriquecimiento en su
patrimonio (Artículo 1768). Además, responderá de menoscabos o pérdidas en la cosa y sus
accesiones solo en la medida del enriquecimiento. Si enajenó la cosa onerosamente, restituirá el
precio (indemnizará) o cederá la acción para hacerlo efectivo (Artículo 1772); si la donó (Artículo
1773) no subsistirá el contrato de donación e igualmente se debe restituir el precio.
Ejemplo. En el caso del menoscabo, A entregó a B el costal de cebollas, y algunas se pudrieron. En este caso,
responderá solo por el monto en que se enriqueció, aunque ahora cueste mas reponer cada cebolla.
Así mismo, el accipiens de buena fe tiene derecho a que se le abonen los gastos necesarios y a
retirar mejoras útiles, siempre que no cause detrimento a la cosa; en ese caso, se le deberá
pagar el importe de la misma (Artículo 1774).
Ejemplo. B colocó en una bodega con refrigeradores especiales la cebolla precisamente para que no se pudriera. Los
gastos erogados le deben ser reembolsados.
✡ Accipiens de mala fe
En este caso, no nos topamos con la figura jurídica que nos atañe en este tema, sino con un
hecho ilícito. De cualquier manera, el legislador dispone ciertas reglas al respecto de esta
hipótesis.
El accipiens de mala fe debe responder no solo por su enriquecimiento, sino por el precio
corriente de la prestación (Artículo 1768); abonará el interés legal si se trata de capitales (dinero),
o los frutos percibidos y/o dejados de percibir de cosas que puedan producirlos (Artículo 1769).
Ejemplo. A entregó a B una planta de chile a cuenta de una deuda inexistente respecto a B, pero éste le dijo que esa
deuda si existía y que aceptaba su pago. La planta dio frutos durante tres años, por determinado importe; y eso deberá
abonar B a A cuando le reclame la devolución.
Responderá aparte de los menoscabos sufridos por cualquier causa y los perjuicios causados al
que entregó hasta que la recobre. Solo no responde del caso fortuito si éste hubiera igualmente
afectado a la cosa si estuviera en poder del solvens.
Ejemplo. A entrega a B una hamaca en pago de una obligación inexistente, siendo que B se la cobró maliciosamente
aun cuando la deuda fue saldada ya. A y B viven en dos jacales enseguida de la costa de Cancún, y de repente cae
un huracán que se lleva la hamaca. B no responderá de su pérdida, pues aunque obrara en poder de A, el huracán
se la hubiera llevado.
CARGA DE LA PRUEBA
La carga de la prueba del pago de lo indebido incumbe a quien pretende haberlo hecho (Artículo
1776), así como del error en que se encontraba. Esto, salvo que el demandado negare haber
recibido la cosa; en este último caso, si se justifica la entrega de la misma, se invierte la carga
de la prueba para recaer en el demandado.
Respecto al error, se presume que existe si se entrega cosa que no se debe o que ya está pagada
(como se señaló antes); pero el accipiens queda libre en derechos de acreditar que lo que recibió
era por causa legítima (Artículo 1777).
➠ Cuando la cosa se haya entregado para realizar un fin ilícito, teniendo conocimiento de
tal finalidad (Artículo 1780). Entonces, cualquier interesado o el Ministerio Público puede
reclamar la nulidad por objeto, motivo o fin ilícito, y lo recibido pasará a manos de la Asistencia
Social Pública del Estado.
Ejemplo.- Omar pensaba que Vicente le había comprado marihuana para distribuirla en la ciudad, así que se la entregó.
En este caso Omar no puede reclamar de vuelta la hierba, sino que el MP o cualquier interesado puede ejercitarla,
pasando a asegurarse dicho objeto ilícito.
Ejemplo.- Miguel le quedó a deber un dinero a doña Josefa, a pesar de que eso sucedió hace 15 años y ya todas las
acciones de doña Josefa han caducado, Miguel quiere “limpiar su nombre” y paga el adeudo a doña Josefa.
Ejemplo.- Ramiro ha perdido en la mesa de juego una cantidad mayor a la que la ley dice que es exigible; sin embargo,
según el dicho “deudas de juego, son deudas de honor”, le paga a Juan el importe de lo que le quedó a deber.
Ejemplo.- Don Alfonso recomendó a su hijo para que Joaquín le diera crédito. El hijo no paga y aunque Alfonso no
tomó ninguna obligación, se siente obligado a pagar a Joaquín lo que su hijo le quedó a deber.
Ejemplo.- El Sr. Acosta le paga al Sr. Ruiz los 10 mil pesos que le adeuda, sin darse cuenta de que tenía todavía 3
meses más para hacer el pago. El Sr. Acosta no podrá pedir al Sr. Ruiz la devolución de los 10 mil pesos, pero sí los
intereses que generen durante 3 meses.