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La disposición legal fundamental está consagrada en el primer párrafo del artículo 1178
del Código Civil: “Todo pago supone una deuda: lo que ha sido pagado sin deberse está
sujeto a repetición”.
Esta disposición, ya tradicional en nuestros Códigos Civiles, tiene su más remoto origen
en el artículo 1235 del Código Napoleón.
NOCIONES GENERALES.
El supuesto del pago indebido es aquel que ocurre cuando una persona denominada
solvens efectúa un pago a otra denominada accipiens, sin tener una causa que lo justifique o
legitime.
El pago efectuado por el solvens puede consistir en la ejecución o cumplimiento de
cualquier prestación y no necesariamente en la entrega de una suma de dinero. La expresión
“pago” es utilizada por el legislador como sinónimo de cumplimiento de la obligación y no
de transferencia de suma de dinero.
La expresión “pago de lo indebido” quiere significar que el pago efectuado por el
solvens no responde ni obedece a ninguna causa que lo legitime o justifique, es decir, que
es un pago que no tiene causa, que lo pagado lo ha sido sin que realmente se deba. Siendo
un pago sin causa, no hay duda que empobrece al solvens y enriquece al accipiens y por lo
tanto configura un caso de enriquecimiento sin causa,
El efecto principal del pago de lo indebido es la repetición de lo pagado, entendiéndose
como tal el derecho que tiene el solvens a que el accipiens le restituya o le devuelva la
prestación o cosa que le ha cumplido o entregado. Repetir el pago significa la devolución
de lo pagado, la restitución de la prestación ejecutada.
NATURALEZA Y FUNDAMENTO.
Para que este en presencia de un pago de indebido y por lo tanto proceda la acción de
repetición lo pagado, es necesaria la concurrencia de algunas condiciones, a saber: la
realización de un pago y la ausencia de causa de dicho pago.
La realización de pago
La ausencia de causa
Es necesario que el pago efectuado por el solvens no tenga causa, es decir, no puede
justificarse ni legitimarse dentro del ordenamiento jurídico positivo. Ello significa que el
pago efectuado por el solvens no responda ninguna obligaciones existente; se refiere, pues,
a una deuda inexistente. Tal circunstancia ha obligado a la doctrina a clasificar los casos en
los cuales debe considerarse una obligación como inexistente en tres categorías:
1.- Cuando la obligación no ha existido nunca, lo que puede ocurrir: a) porque jamás
existió la obligación, bien porque solo existía en apariencia, como cuando se paga una
obligación cuyo documento que la comprueba es falso, bien porque el error se paga más de
lo debido realmente; b) Porque la obligación no ha llegado a nacer válidamente, tal como
ocurre con la sometida a condición suspensiva y el pago se realiza pendiente condittionem,
antes de cumplirse la condición; c) Porque la obligación que se pretende extinguir por el
pago, ya se había extinguido con anterioridad a dicho pago; así ocurre cuando ha operado la
compensación , o algún coobligado solidario o indivisible la había pagado.
2.- Cuando siendo el solvens un verdadero deudor, efectúa el pago a quien no era su
acreedor (hipótesis contemplada en la primer párrafo del artículo 1179 del Código Civil).
Dado que en nuestro Derecho existe una presunción relativa o juris tantum de causa,
mediante la cual esta se presupone que existe y el licita. (Artículo 1158), todo pago
efectuado por un solvens se presume causado. Ello explica por qué nuestro legislador, al
encabezar las disposiciones relativas al pago de lo indebido, dispone: “Todo pago supone
una deuda”; lo que significa que en principio todo pago efectuado por el solvens se reputa
que tiene una causa licita y corresponde al solvens desvirtuar esa presunción mediante la
prueba contraria. Al solvens le corresponde la carga de la prueba de la ausencia de causa.
La prueba de la ausencia de causa puede en algunos casos convertirse en una prueba
negativa indefinida, en el sentido de que el solvens se vería en la obligaciones de demostrar
que el pago no corresponde a ninguna de las causas contempladas en el ordenamiento
jurídico positivo (tendría que probar que no ha incurrido en ningún hecho ilícito, que n ha
celebrado ningún contrato, etc.) lo que al ser materialmente imposible de efectuarse, obliga
en la práctica al solvens a demostrar la ausencia de causa mediante la comprobación de un
hecho positivo que le configure. Este hecho positivo comprobable por el deudor consiste en
la demostración del error como motivo de pago, es decir, que este se efectuó por una
equivocación o falsa apreciación de la realidad.
EFECTOS DEL PAGO DE LO INDEBIDO.
Los efectos del pago de indebido pueden clasificarse en dos grandes categorías: efectos
relativos al accipiens y efectos en relación con el solvens.
Se entiende por tercero adquiriente al que hubiese adquirido la cosa del accipiens a
título oneroso o a título gratuito. En estos casos tenemos:
a) Si la adquisición fue a título oneroso, el tercer adquiriente puede quedar obligado
ante el solvens si este se hace ceder del accipiens su acción contra el tercer
adquiriente.
b) Si la adquisición fue a título gratuito, el tercer adquiriente queda obligado para con
el solvens dentro de los límites de su propio enriquecimiento, hasta el monto de lo
que se ha convertido en su provecho.