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Derecho a la Igualdad
Artículo 24. Igualdad ante la Ley
Todas las personas son iguales ante la ley. En consecuencia, tienen derecho, sin
discriminación, a igual protección de la ley.
101. En concordancia con ello, este Tribunal considera que el principio de igualdad ante la
ley, igual protección ante la ley y no discriminación, pertenece al jus cogens, puesto que
sobre él descansa todo el andamiaje jurídico del orden público nacional e internacional y es
un principio fundamental que permea todo ordenamiento jurídico. Hoy día no se admite
ningún acto jurídico que entre en conflicto con dicho principio fundamental, no se admiten
tratos discriminatorios en perjuicio de ninguna persona, por motivos de género, raza, color,
idioma, religión o convicción, opinión política o de otra índole, origen nacional, étnico o
social, nacionalidad, edad, situación económica, patrimonio, estado civil, nacimiento o
cualquier otra condición. Este principio (igualdad y no discriminación) forma parte del
derecho internacional general. En la actual etapa de la evolución del derecho internacional, el
principio fundamental de igualdad y no discriminación ha ingresado en el dominio del jus
cogens.
Corte IDH. Caso Atala Riffo y niñas Vs. Chile.
79. Sobre el principio de igualdad ante la ley y la no discriminación, la Corte ha señalado que
la noción de igualdad se desprende directamente de la unidad de naturaleza del género
humano y es inseparable de la dignidad esencial de la persona, frente a la cual es
incompatible toda situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a
tratarlo con privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o
de cualquier forma lo discrimine del goce de derechos que sí se reconocen a quienes no se
consideran incursos en tal situación. La jurisprudencia de la Corte también ha indicado que
en la actual etapa de la evolución del derecho internacional, el principio fundamental de
igualdad y no discriminación ha ingresado en el dominio del jus cogens. Sobre él descansa el
andamiaje jurídico del orden público nacional e internacional y permean todo el
ordenamiento jurídico
104. Además, los Estados están obligados a adoptar medidas positivas para revertir o cambiar
situaciones discriminatorias existentes en sus sociedades, en perjuicio de determinado grupo
de personas. Esto implica el deber especial de protección que el Estado debe ejercer con
respecto a actuaciones y prácticas de terceros que, bajo su tolerancia o aquiescencia, creen,
mantengan o favorezcan las situaciones discriminatorias.
Corte IDH. Caso Norín Catrimán y otros (Dirigentes, miembros y activista del Pueblo
Indígena Mapuche) Vs. Chile.
200. La Corte ha determinado que una diferencia de trato es discriminatoria cuando la misma
no tiene una justificación objetiva y razonable, es decir, cuando no persigue un fin legítimo y
no existe una relación razonable de proporcionalidad entre los medios utilizados y el fin
perseguido.
66. Ahora bien, la Corte recuerda que no toda diferencia de trato será reputada
discriminatoria, sino sólo aquella que se base en criterios que no puedan ser racionalmente
apreciados como objetivos y razonables, es decir, cuando no persigue un fin legítimo y no
existe una relación razonable de proporcionalidad entre los medios utilizados y el fin
perseguido. Asimismo, en casos de tratos diferentes desfavorables, cuando el criterio
diferenciador se corresponde con uno de aquellos protegidos por el artículo 1.1 de la
Convención que aluden a: i) rasgos permanentes de las personas de los cuales éstas no
pueden prescindir sin perder su identidad; ii) grupos tradicionalmente marginados, excluidos
o subordinados, y iii) criterios irrelevantes para una distribución equitativa de bienes,
derechos o cargas sociales, la Corte se encuentra ante un indicio de que el Estado ha obrado
con arbitrariedad.
288. La Corte nota que ciertos grupos de mujeres padecen discriminación a lo largo de su
vida con base en más de un factor combinado con su sexo, lo que aumenta su riesgo de sufrir
actos de violencia y otras violaciones de sus derechos humanos. En ese sentido, la Relatora
Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias ha establecido que “la
discriminación basada en la raza, el origen étnico, el origen nacional, la capacidad, la clase
socioeconómica, la orientación sexual, la identidad de género, la religión, la cultura, la
tradición y otras realidades intensifica a menudo los actos de violencia contra las mujeres”.
En el caso de las mujeres con VIH/SIDA la perspectiva de género exige entender la
convivencia con la enfermedad en el marco de los roles y las expectativas que afectan a la
vida de las personas, sus opciones e interacciones (sobre todo en relación a su sexualidad,
deseos y comportamientos).
Corte IDH. Caso Trabajadores de la Hacienda Brasil Verde Vs. Brasil (estructural
336. La Corte ha señalado que “los Estados deben abstenerse de realizar acciones que de
cualquier manera vayan dirigidas, directa o indirectamente, a crear situaciones de
discriminación de jure o de facto”. Los Estados están obligados “a adoptar medidas positivas
para revertir o cambiar situaciones discriminatorias existentes en sus sociedades, en perjuicio
de determinado grupo de personas. Esto implica el deber especial de protección que el Estado
debe ejercer con respecto de actuaciones y prácticas de terceros que, bajo su tolerancia o
aquiescencia, creen, mantengan o favorezcan las situaciones discriminatorias”.
337. La Corte se ha pronunciado en el sentido de establecer que toda persona que se
encuentre en una situación de vulnerabilidad es titular de una protección especial, en razón de
los deberes especiales cuyo cumplimiento por parte del Estado es necesario para satisfacer las
obligaciones generales de respeto y garantía de los derechos humanos. El Tribunal recuerda
que no basta con que los Estados se abstengan de violar los derechos, sino que es imperativa
la adopción de medidas positivas, determinables en función de las particulares necesidades de
protección del sujeto de derecho, ya sea por su condición personal o por la situación
específica en que se encuentre, como la extrema pobreza o marginación.
338. La Corte estima que el Estado incurre en responsabilidad internacional en aquellos casos
en que, habiendo discriminación estructural, no adopta medidas específicas respecto a la
situación particular de victimización en que se concreta la vulnerabilidad sobre un círculo de
personas individualizadas. La propia victimización de estas demuestra su particular
vulnerabilidad, lo que demanda una acción de protección también particular, que en el caso
de las personas reclutadas en la Hacienda Brasil Verde se ha omitido.
Corte IDH. Caso Artavia Murillo y otros (Fertilización in vitro) Vs. Costa Rica
143. El ámbito de protección del derecho a la vida privada ha sido interpretado en términos
amplios por los tribunales internacionales de derechos humanos, al señalar que éste va más
allá del derecho a la privacidad. La protección a la vida privada abarca una serie de factores
relacionados con la dignidad del individuo, incluyendo, por ejemplo, la capacidad para
desarrollar la propia personalidad y aspiraciones, determinar su propia identidad y definir sus
propias relaciones personales. El concepto de vida privada engloba aspectos de la identidad
física y social, incluyendo el derecho a la autonomía personal, desarrollo personal y el
derecho a establecer y desarrollar relaciones con otros seres humanos y con el mundo
exterior. La efectividad del ejercicio del derecho a la vida privada es decisiva para la
posibilidad de ejercer la autonomía personal sobre el futuro curso de eventos relevantes para
la calidad de vida de la persona.. La vida privada incluye la forma en que el individuo se ve a
sí mismo y cómo decide proyectarse hacia los demás, y es una condición indispensable para
el libre desarrollo de la personalidad