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Los estándares no muestran una jerarquía clara en los contenidos, se puede observar que hay
algunos a los que se les da más énfasis en cada curso que a otros. Por ejemplo, en grado 10° a
11° se puede ver que los contenidos establecidos en el pensamiento numérico abordan cinco
ítems que se relacionan con los números reales, haciendo gran énfasis en ellos y dando una
secuencialidad de los mismos, mientras que los contenidos relacionados con el sistema métrico,
los trabajan únicamente en tres ítems que al leerlos plantean cuestiones similares, lo que se
podría presentar en un solo estándar. Por otra parte, se deja abierto al criterio del profesor el
planteamiento de contenidos por periodo y el alcance de estos en cada grado.
Como se puede ver, el documento de los estándares es extenso, difícil de comprender, pues
abarca muchos elementos a tener en cuenta en la educación matemática, pero no presenta una
relación específica y directa entre ellos. Por ejemplo, no relaciona los pensamientos con los
procesos generales. Adicionalmente, las cuatro dimensiones establecidas por Rico (1997a), no
son abordadas de manera explícita y concatenada, sino que se deja a la interpretación de los
docentes, ya que los estándares se pueden ver de manera ambigua como objetivo (de los cuales
se extraen los contenidos) y como indicadores de evaluación.
Así mismo, se muestra una estructura igual para todos los derechos de aprendizaje planteados,
para todos los grados, la cual se establece de la siguiente manera: a) Un enunciado, el cual hace
referencia a lo que el estudiante debe lograr al finalizar el año escolar, b) “Las evidencias”, que
hacen referencia a los indicadores de cómo va el aprendizaje del estudiante en cualquier
momento del año (estas están vinculadas con el contenido), y c) “el ejemplo”, que hace
referencia a las actividades realizadas que sustentan el aprendizaje del estudiante.
Como se puede evidenciar, los derechos básicos son un referente para la realización de los
currículos en nuestro país. Estos derechos, se basan en los documentos de los estándares y los
lineamientos curriculares, teniendo coherencia con ellos, pero especificándolos al planteamiento
del currículo de acuerdo a las implicaciones socio-culturales de cada institución y a las
características particulares de sus estudiantes. Estos derechos, dejan en el profesor la
responsabilidad de establecer objetivos, temáticas secuenciadas, metodología y criterios de
evaluación, partiendo de unos mínimos a alcanzar por cada estudiante.
El documento de los estándares está escrito de manera general, es extenso y genera confusión en
los profesores al momento de usarlo para el planteamiento del currículo, mientras que los
derechos básicos de aprendizaje se encuentran estructurados de manera más específica y
amigable para su comprensión por parte de los entes educativos.
Por otra parte, se logra concluir que, en el currículo colombiano, no se está dando importancia a
la dimensión formativa, partiendo desde los documentos curriculares generales, en los que no se
presenta ninguna metodología a abordar para cumplir con los objetivos a alcanzar, igualmente
ocurre en los planes de área, donde esta responsabilidad recae en lo que los docentes consideren.
4. REFERENCIAS
Gómez, P. (2007). Desarrollo del conocimiento didáctico en un plan de formación inicial de
profesores de matemáticas de secundaria. Granada, España: Departamento de Didáctica de la
Matemática de la Universidad de Granada