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1.

marco teórico

[1]
Control constitucional a la imputación de gargos

[2]
1. marco teórico

Control Constitucional
a la imputación de cargos
Una cuestión de dogmática procesal penal

[3]
Control constitucional a la imputación de gargos

[4]
1. marco teórico

Andrés Felipe Arango Giraldo

Control Constitucional
a la imputación de cargos
Una cuestión de dogmática procesal penal

[5]
SE ACTUALIZÓ PAGINACIÓN EN FICHA
Control constitucional a la imputación de gargos
345.05
A662
Arango Giraldo, Andrés Felipe

Control constitucional a la imputación de cargos: una cuestión de dogmática procesal penal


/ Alejandro Gaviria Cardona
--Medellín: Ediciones UNAULA, 2014
141 p. (Serie Ius et Respublïca)

Incluye bibliografía
ISBN : 978-958-8869-12-4

I. 1. DERECHO PENAL – COLOMBIA


2. DERECHO PENAL INTERNACIONAL
3. CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD - COLOMBIA
4. LEY 906 DE 2004
5. JUECES – COLOMBIA

II. Arango Giraldo, Andrés Felipe

Serie Ius et respublĬca


Ediciones UNAULA
Marca del Fondo Editorial “Ramón Emilio Arcila”

Control Constitucional a la imputación de cargos


Una cuestión de dogmática procesal penal
Andrés Felipe Arango Giraldo

Primera edición: octubre de 2014


ISBN: 978-958-8869-12-4

© Universidad Autónoma Latinoamericana


© Andrés Felipe Arango Giraldo

Hechos todos los depósitos legales


Derechos de autor reservados

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Editorial Artes y Letras s.a.s

Impreso y hecho en Colombia

Universidad Autónoma Latinoamericana UNAULA


Cra. 55 No. 49-51 Medellín. Conmutador: 511 2199 - Apartado 3455
www.unaula.edu.co

[6]
1. marco teórico

AGRADECIMIENTOS A:

A la Universidad Autónoma Latinoamericana, quien


hizo posible este proyecto, a mis eternos maestros, en
especial a los doctores José De Jesús Díaz Moncada y
Carlos Alberto Mojica Araque, a mis estudiantes, de
quienes tanto he aprendido; y a mi familia, que siempre
me ha brindado apoyo y cariño incondicional.

[7]
Control constitucional a la imputación de gargos

Andrés Felipe Arango Giraldo


Andrés Felipe Arango Giraldo. Abogado de la Universidad de Mede-
llín, especializado en Derecho Penal y Criminalística, Derecho Procesal
Contemporáneo y Derecho Procesal Penal; Magister en Derecho Procesal
Contemporáneo. Docente Universitario en pre-grado y pos grado, actual-
mente vinculado como docente de tiempo completo de la Universidad
Autónoma Latinoamericana donde regenta la cátedra de Derecho Procesal
Penal.

[8]
1. marco teórico

Contenido

Resumen 11

Introducción 13

1. Marco teórico 17

1.1. Marco conceptual 18

1.2. Marco contextual 78

1.3. Caracterización de la Audiencia de Formulación de


Acusación desde la imputación: Análisis jurisprudencial 104

1.4. Reglas relevantes para el control de la formulación


de imputación. Análisis dogmático y jurisprudencial 108

2. Conclusiones 125

3. Recomendaciones 133

4. Referencias bibliográficas 139

[9]
Control constitucional a la imputación de gargos

[ 10 ]
1. marco teórico

Resumen

L a sistemática incorporada con el acto legislativo 03 de 2002, pues-


ta en marcha a través de la ley 906 de 2004, ya próxima a cumplir
diez años desde su implementación gradual desde Enero de 2005,
tiene como punto de partida formal el acto de imputación de car-
gos, acto que tiene lugar en sede de audiencias preliminares y que
ha sido objeto de una no muy pacifica discusión, puesto que se ha
entendido por un sector de la doctrina, la academia y la practica ju-
risdiccional como un acto de mera comunicación, que por su natura-
leza no es objeto de controles, así como no lo son los actos de parte.
Otras corrientes, al realizar un análisis sustancial de dicha ins-
titución, entienden la necesidad de generar un cuidado exhaustivo
en dicho acto de comunicación, sugiriendo inclusive la posibilidad
de ser sometido a control jurisdiccional.
La presente obra, tiene por objeto realizar un análisis minucioso
de la imputación de cargos, para de ello derivar si se trata o no de
un acto meramente comunicativo o si por el contrario debe someter-
se a reglas constitucionales en pro de la máxima garantía al debido
proceso.

[ 11 ]
1. marco teórico

Introducción

T res temas básicos constituyen este texto. En primer lugar, un


marco teórico, en el cual aborda la conceptualización de la imputa-
ción de cargos dentro de la legislación y jurisprudencia nacional; en
segundo lugar, el panorama de discusión que recoge los análisis en
punto al precedente nacional y foráneo, de cara a su cumplimiento;
se cierra con una serie de conclusiones sazonado con reflexiones
acerca del tema central discutido.
Todos estos contenidos constituyen el resultado de un proceso
investigativo desarrollado entre enero de 2010 y octubre de 2013, y
que asumió como objeto de estudio la polémica institución de la im-
putación de cargos dentro del Sistema penal oral acusatorio [SPOA],
desde la óptica constitucional, jurisprudencial, legal y del derecho
comparado. Hoy, cuando algunas voces abogan por la supresión de
esta institución, cobra mayor vigencia y relevancia el análisis de
la imputación de cargos, ya sea vista como acto de comunicación
previo a la acusación, o bien como ejercicio jurisdiccional del acto
procesal de levantar cargos, pues más allá de la supresión o no de
la institución, lo cierto es que se reclama por parte de la academia
y los mismos destinatarios del ius puniendi, que en el ejercicio del
mismo se acojan, respeten y acaten los estándares mínimos que
propicien el ejercicio de la defensa, en un contexto democrático del
debido proceso.
Con la entrada en vigencia del Acto Legislativo 03 de 2002, y la
posterior promulgación de la ley 906 de 2004 se introduce en Co-

[ 13 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

lombia el Sistema Penal Oral Acusatorio. Mediante estas normas


se realizan cambios importantes en el sistema de juzgamiento en
materia penal, antes regulados por la Ley 600 de 2000. El anterior
sistema −de corte mixto inquisitivo− se encontraba en cabeza de la
Fiscalía General de la Nación, organismo encargado de adelantar
las fases previa y de instrucción. En estas etapas el fiscal era la
máxima autoridad dentro del proceso, y ejercía funciones jurisdic-
cionales, por esta razón puede considerarse como un Fiscal-Juez.
Posterior a la resolución de cierre de la instrucción, procedía la reso-
lución de preclusión, o la resolución de acusación; en este momento
otra autoridad –los jueces de conocimiento en materia penal− avo-
caban el conocimiento de la etapa de juzgamiento y proferían sen-
tencia; el fiscal y la defensa se encontraban en un plano de igualdad
formal y debían demostrar sus pretensiones ante ese juez.
Al realizar el cambio de legislación (tanto constitucional como
legal) ese fiscal que otrora ejercía todas las funciones jurisdicciona-
les, queda relegado al rol de parte –en igualdad de condiciones con
la defensa− y como consecuencia de ello, la mayoría de las actuacio-
nes de investigación tienen un control previo o posterior por parte
de un tercero imparcial como lo es el juez de garantías. Asimismo,
las pretensiones de la fiscalía (como la preclusión y la práctica pro-
batoria) deben ser sometidas a la decisión de un juez, previa dis-
cusión con los demás sujetos procesales. En conclusión, el cambio
de rol implica que el fiscal, a pesar de seguir vinculado a la Rama
Judicial, pierde la facultad de tomar decisiones judiciales.
Es por esta última razón que se suscita una controversia tanto
a nivel pragmático como dogmático, de si es posible una interven-
ción de la fiscalía, dentro de una etapa procesal en la cual ésta se
encuentre exenta del control de su actuación por parte de un juez.
Específicamente, si el acto de formulación de imputación debe ser
sometido a un control por parte del juez con función de control de
garantías o, si por el contrario, éste es un acto en el cual el fiscal
tiene plenas facultades dispositivas en cuento su forma y contenido.
Esto, sin duda, ha desatado argumentos a favor de una y otra
postura dadas las implicaciones que acarrea este acto procesal con
el cual se le da inicio formal a la investigación penal. Es objeto del

[ 14 ]
1.introducción
marco teórico

presente análisis determinar si está facultado el juez con función de


control de garantías para realizar un control material y formal a la
formulación de imputación de cargos que se realiza por parte de la
Fiscalía, y que a tenor del artículo 286 del Código de Procedimiento
Penal –Ley 906 de 2004– se describe como un acto a través del cual
el ente le comunica a una persona su calidad de imputado.
Para ilustrar las conclusiones en coherencia con la realidad de
la práctica judicial y con el espíritu de la norma y del sistema, el
presente estudio avoca el contexto nacional e internacional, a tra-
vés de las decisiones de los organismos de cierre constitucional y
ordinario, aunado a los diversos instrumentos internacionales que
regulan el ejercicio del derecho sancionador en lo penal.
A su vez, los hallazgos de la praxis judicial se analizan a la luz
de la configuración legislativa (debates del Acto Legislativo 03 de
2002 y de la Ley 906 de 2004) e interpretados por la doctrina nacio-
nal e internacional. Todo esto con el fin de presentar una posición
seria −fundamentada en la ley, la jurisprudencia y la doctrina– so-
bre la audiencia de formulación de imputación con el objetivo de
limitar el debate en esta audiencia fundamental para el desarrollo
del proceso.

[ 15 ]
1. marco teórico

1. Marco Teórico

S istemáticamente, la formulación de imputación de cargos se erige


como el génesis de la actuación procesal en lo penal, puesto que solo
existirá proceso, en el evento de que la fiscalía acuda ante el juez de
control de garantías para, ante éste, formalizar la investigación en
contra del ciudadano indiciado. Ahora bien, es cierto que previo a
cualquier acto de imputación, la Fiscalía a través de sus delegados
debe concurrir ante el juez constitucional para que éste autorice o
avale (control previo y posterior respectivamente) actos de indaga-
ción e investigación; Igualmente puede hacerlo la defensa si advier-
te que en su contra se adelantan indagaciones1, aun previo al acto
de imputación de cargos, pudiendo hacerlo propia la víctima2
Centraremos el objeto de este análisis en una problemática
concreta dentro del funcionamiento del Sistema Penal Acusatorio
Colombiano, en relación con el desarrollo de las audiencias preli-
minares, que por su naturaleza y las consecuencias jurídicas que
trae su celebración, tienen una vital importancia en la impartición
de justicia conforme a los fines constitucionales y legales previstos
para este fin.

1
Colombia. Corte Constitucional Colombiana. Sentencia C-799 del 02 de
Agosto de 2005. Magistrado Ponente Jaime Araujo Rentería.
2
Colombia. Corte Constitucional Colombiana. Sentencia C-209 del 21 de
marzo de 2007. Magistrado Ponente Manuel José Cepeda Espinosa.

[ 17 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Por esta razón, numerosos autores en sus tratados, y los mismos


funcionarios judiciales en sus providencias, han realizado plantea-
mientos teóricos acerca del tema que delimita nuestro objeto de
estudio. Estos planteamientos abarcan, desde diversas corrientes
jurídicas, las problemáticas que acarrea la concepción de la formu-
lación de imputación como un acto de comunicación con efectos sus-
tanciales dentro de un proceso penal y cuáles deberían de ser los
roles de los jueces encargados de presidir esta imputación.

1.1. Marco conceptual


El marco conceptual propuesto, aborda la audiencia de formu-
lación de imputación, como la define la Ley 906 de 2004 en su
artículo 286, como: “…acto a través del cual la Fiscalía General
de la Nación comunica a una persona su calidad de imputado, en
audiencia que se lleva a cabo ante el juez de control de garantías”3.
Se intenta, a partir del marco conceptual, generar una aproxi-
mación conceptual a la audiencia de formulación de imputación,
incluyendo temas como la imputación fáctica y la imputación ju-
rídica, orientado todo hacia el análisis jurisprudencial en materia
de control judicial a la imputación de cargos, donde se abordará el
Principio de Congruencia.
En concepto de esta investigación, la acepción la audiencia de
formulación de imputación, es la generada por la Corte Constitucio-
nal, quien sostiene que la imputación implica el inicio de la actua-
ción procesal penal; con ella la Fiscalía, a través de una formulación
oral, comunica a una persona su calidad de imputado, momento en
el cual el fiscal debe proceder a:
“(i) la individualización concreta del imputado que incluye nom-
bres, datos de identificación y domicilio para citaciones, y (ii) la
relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevantes,
por lo que el imputado tendrá conocimiento de unos hechos que le

3
República de Colombia. Fiscalía General de la Nación. Módulos ciencia.
Vía Internet. http://www.fiscalia.gov.co/moduloseeiccf/M5_101139AU-
DIENCIAS_PRELIMINARES%20DEFINITIVO.pdf. Actualización: 4 de
mayo de 2012. Consulta. 3 de agosto de 2012.

[ 18 ]
1. marco teórico

permitirán diseñar su defensa con la asesoría de su defensor, que


puede incluir allanarse a la imputación o celebrar preacuerdo con
la Fiscalía para obtener rebaja de pena”4.

En síntesis, es el acto por medio del cual el fiscal delegado que


dirige la investigación comunica a una persona, en audiencia ante
el juez de control de garantías, su calidad de imputada, dejando de
manifiesto que el objeto central de la audiencia de imputación es
comunicar a un ciudadano los cargos que se le atribuyen y por los
cuales está siendo investigado.
Esta acepción emana principalmente de la dogmática, cuyas raí-
ces teóricas proponen que esta audiencia se conciba como un ejerci-
cio comunicativo en el que existe un emisor y un receptor, siendo el
primer actor la Fiscalía General de la Nación por intermedio de uno
de sus agentes en ejercicio de sus funciones, cuya intención deberá
ser indagar suficientemente acerca de una presunta conducta puni-
ble, y que la autoría de ésta se puede atribuir o cargar al imputado.
Un segundo actor es el receptor, visto como el indiciado, quien
según Bolívar Acuña (2004)5 “deberá estar presente, a menos que
previamente se hayan agotado los trámites previstos para excepcio-
nalmente ser vinculado como persona ausente, o declarado en con-
tumacia, en todo caso representado por su abogado de confianza, o
en su defecto, por el defensor designado por el Sistema Nacional de
Defensoría Pública”.

1.1.1. Aproximación conceptual a la Audiencia de Formu-


lación de Imputación. Análisis Normativo y Doctrinal
Por criterios metodológicos, dentro del presente análisis norma-
tivo y doctrinal, se dará lugar a la presentación de la Audiencia de
Formulación de Imputación como quedará plasmada en el estatuto
procesal penal, es decir, la forma como el legislador dejó consagrada
la definición, los requisitos, y los efectos propios de este acto proce-
sal; posteriormente, se analizará de manera detallada los ítems que

4
Fiscalía General de la Nación. Manual de Procedimientos de la Fiscalía35
5
Bolívar Acuña, Miguel. Manual del Sistema Penal Acusatorio. Editorial
Universidad Simón Bolívar. 2004. 200 p.

[ 19 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

componen dicha consagración normativa, basándonos en los postu-


lados de diferentes tratadistas nacionales y extranjeros.

1.1.1.1. La Audiencia de Formulación de Imputación en el Códi-


go de Procedimiento Penal
La Audiencia de Formulación de Imputación se encuentra con-
sagrada en la Ley 906 de 2004, en el Libro II, Título III, Capítulo
único, entre los artículos 286 a 294. En estas disposiciones se con-
sagra el concepto, el contenido, las situaciones que determinan la
formulación de imputación, las formalidades para que se celebre la
audiencia de formulación de imputación y los efectos de la misma.
En este sentido, en el artículo 286 de la precitada Ley se consa-
gra el concepto normativo de la formulación de imputación, el cual
señala,
Artículo 286. Concepto. La formulación de la imputación es el
acto a través del cual la Fiscalía General de la Nación comunica
a una persona su calidad de imputado, en audiencia que se lleva
a cabo ante el juez de control de garantías.

En el artículo 287 se establecen las situaciones que determinan


la formulación de la imputación en los siguientes términos:
Artículo 287. Situaciones que determinan la formulación de la
imputación. El fiscal hará la imputación fáctica cuando de los ele-
mentos materiales probatorios, evidencia física o de la informa-
ción legalmente obtenida, se pueda inferir razonablemente que el
imputado es autor o partícipe del delito que se investiga. De ser
procedente, en los términos de este código, el fiscal podrá solicitar
ante el juez de control de garantías la imposición de la medida de
aseguramiento que corresponda.

El contenido de la formulación de la imputación se regula en el


artículo 288 de la siguiente manera:
Artículo 288. Contenido. Para la formulación de la imputación, el
fiscal deberá expresar oralmente:
1. Individualización concreta del imputado, incluyendo su nom-
bre, los datos que sirvan para identificarlo y el domicilio de cita-
ciones.
2. Relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevan-
tes, en lenguaje comprensible, lo cual no implicará el descu-

[ 20 ]
1. marco teórico

brimiento de los elementos materiales probatorios, evi-


dencia física ni de la información en poder de la Fiscalía,
sin perjuicio de lo requerido para solicitar la imposición de medi-
da de aseguramiento.
3. Posibilidad del investigado de allanarse a la imputación
y a obtener rebaja de pena de conformidad con el artículo 351.

Al referirse a las formalidades propias de la audiencia de for-


mulación de imputación, el Código en el artículo 289 originalmente
consagrado en la Ley 906 de 2004 prescribía:
Artículo 289. (Artículo condicionalmente exequible) La formula-
ción de la imputación se cumplirá con la presencia del imputado
o su defensor, ya sea de confianza o, a falta de éste, el que fuere
designado por el sistema nacional de defensoría pública.

Sin embargo, mediante la Ley 1142 de 2007 se realiza una adi-


ción normativa, y el texto que actualmente se encuentra en el Códi-
go de Procedimiento Penal es el siguiente:
Artículo 289. Formalidades – [Artículo condicionalmente exequi-
ble] Artículo modificado por el artículo 18 de la Ley 1142 de 2007.
El nuevo texto es el siguiente: La formulación de la imputación se
cumplirá con la presencia del imputado o su defensor, ya sea de
confianza o, a falta de este, el que fuere designado por el sistema
nacional de defensoría pública.
Parágrafo 1o. [Apartes tachados inexequible, el resto del pa-
rágrafo condicionalmente exequible] Ante el juez de control de
garantías, el fiscal podrá legalizar la captura, formular imputa-
ción, solicitar imposición de medida de aseguramiento y hacer
las solicitudes que considere procedentes, con la sola presencia
del defensor de confianza o designado por el sistema nacional de
defensoría pública, cuando el capturado haya entrado en estado
de inconsciencia después de la privación de la libertad o se en-
cuentre en un estado de salud que le impida ejercer su defensa
material. En este caso, la posibilidad de allanarse a la imputa-
ción se mantendrá hasta cuando la persona haya recobrado la
consciencia, con el mismo descuento punitivo indicado en el inciso
1o del artículo 351 de este código.
Parágrafo 2o. Cuando el capturado se encuentre recluido en clíni-
ca u hospital, pero consciente y en estado de salud que le permita
ejercer su defensa material, el juez de control de garantías, a so-
licitud del fiscal, se trasladará hasta ese lugar para los efectos de

[ 21 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

la legalización de captura, la formulación de la imputación y la


respuesta a las demás solicitudes de las partes.
Parágrafo 3o. Parágrafo inexequible.

En el artículo 290 se hace una interesante afirmación por parte


del legislador, respecto de uno de los efectos directos que trae la
celebración de la Audiencia de Formulación de Imputación:
Artículo 290. Derecho de defensa. Con la formulación de la im-
putación la defensa podrá preparar de modo eficaz su actividad
procesal, sin que ello implique la solicitud de práctica de pruebas,
salvo las excepciones reconocidas en este código.

En el artículo 291 se regula lo relativo a la contumacia,


Artículo 291. Contumacia. [Aparte en letra itálica declarado con-
dicionalmente exequible] Si el indiciado, habiendo sido citado en
los términos ordenados por este código, sin causa justificada así
sea sumariamente, no compareciere a la audiencia, ésta se reali-
zará con el defensor que haya designado para su representación.
Si este último tampoco concurriere a la audiencia, sin que justi-
fique su inasistencia, el juez procederá a designarle defensor en
el mismo acto, de la lista suministrada por el sistema nacional de
defensoría pública, en cuya presencia se formulará la imputación.

En el artículo 292 se regula otro de los efectos directos de la


Formulación de Imputación: la interrupción de los términos de la
prescripción de la acción penal,
Artículo 292. Interrupción de la prescripción. La prescripción de
la acción penal se interrumpe con la formulación de la imputación.
Producida la interrupción del término prescriptivo, este comen-
zará a correr de nuevo por un término igual a la mitad del seña-
lado en el artículo 83 del Código Penal. En este evento no podrá
ser inferior a tres años.

En el artículo 293 se regula el procedimiento que se presentaría


en el evento en el cual el imputado acepte la formulación de impu-
tación,
Artículo 293. Procedimiento en caso de aceptación de la impu-
tación. [Artículo modificado por el artículo 69 de la Ley 1453 de
2011]. El nuevo texto es el siguiente: Si el imputado, por inicia-

[ 22 ]
1. marco teórico

tiva propia o por acuerdo con la Fiscalía acepta la imputación, se


entenderá que lo actuado es suficiente como acusación. La Fis-
calía adjuntará el escrito que contiene la imputación o acuerdo
que será enviado al Juez de conocimiento. Examinado por el juez
de conocimiento el acuerdo para determinar que es voluntario,
libre y espontáneo, procederá a aceptarlo sin que a partir de en-
tonces sea posible la retractación de alguno de los intervinientes,
y convocará a audiencia para la individualización de la pena y
sentencia.
Parágrafo. La retractación por parte de los imputados que acep-
ten cargos será válida en cualquier momento, siempre y cuando
se demuestre por parte de estos que se vicio su consentimiento o
que se violaron sus garantías fundamentales.

Por último, en el artículo 294 se establecen el vencimiento del


término para la investigación penal, y las consecuencias que le aca-
rrearía al Fiscal que adelante el asunto,
Artículo 294. Vencimiento del término. [Artículo modificado por
el artículo 55 de la Ley 1453 de 2011]. El nuevo texto es el si-
guiente: Vencido el término previsto en el artículo 175 el fiscal
deberá solicitar la preclusión o formular la acusación ante el juez
de conocimiento.
De no hacerlo, perderá competencia para seguir actuando de lo
cual informará inmediatamente a su respectivo superior.
En este evento el superior designará un nuevo fiscal quien debe-
rá adoptar la decisión que corresponda en el término de sesenta
días, contados a partir del momento en que se le asigne el caso.
El término será de noventa días cuando se presente concurso de
delitos, o cuando sean tres o más los imputados o cuando el juz-
gamiento de alguno de los delitos sea de competencia de los jueces
penales del circuito especializado.
Vencido el plazo, si la situación permanece sin definición el impu-
tado quedará en libertad inmediata, y la defensa o el Ministerio
Público solicitarán la preclusión al Juez de Conocimiento.

Analizando la estructura normativa, se evidencia una secuencia


lógica y coherente de la regulación sobre la materia. Sin embargo,
el legislador omite en esta consagración normativa mencionar el rol
del juez en función de control de garantías respecto a su interven-
ción en dicha audiencia, y es éste precisamente el punto de partida
del presente estudio.

[ 23 ]
REVISAR A PARTIR DE ACÁ CAMBIÓ TEXTO (y pié de páginas)

Control constitucional a la imputación de gargos

La omisión legislativa respecto de las facultades del juez en fun-


ción de control de garantías, da lugar a la discusión que es presen-
tada como hipótesis de esta investigación, acerca de si es posible
que este juez intervenga en la audiencia realizando un control for-
mal y material al acto de la imputación.

1.1.1.2. Aspectos Sustanciales de la Formulación de Imputación


Respecto de las condiciones materiales que deben estar presen-
tes para poder realizar la formulación de imputación, los doctri-
nantes especializados6 consideran que los requisitos sustanciales
que se deben agotar para la imputación de cargos son: a) La pre-
sencia del Investigado; b) La determinación fáctica de los hechos y
su relevancia jurídica; c) La inferencia razonable de autoría o par-
ticipación y d) El análisis probatorio con base en elementos mate-
riales probatorios y la información legalmente obtenida, siguiendo
el esquema trazado por los importantes autores en cita, se podría
advertir entonces que los requisitos sustanciales para la validez de
la audiencia de Imputación de cargos se desentrañaría así:
A. La presencia del investigado
Según el artículo 289 del Código de Procedimiento Penal, “la for-
mulación de la imputación se cumplirá con la presencia del imputa-
do o su defensor, ya sea de confianza o, a falta de éste, el que fuere
designado por el sistema nacional de defensoría pública”.7
Esto quiere decir, que por regla general, el imputado debe de
estar presente en la audiencia de imputación, porque concurre a
dicha diligencia no solo para informarse, sino también para ejercer
a plenitud su defensa material (Bernal & Montealegre, 2013). Den-
tro de las posibilidades para el ejercicio de su defensa material –y
por ello la importancia de la asistencia a la audiencia- está la posi-
bilidad de proponer preacuerdos, de realizar un allanamiento a los
cargos imputados por la Fiscalía, y la posibilidad de hacer oposición

6
Bernal Cuellar, J & Montealegre Lynett, E (2013) El proceso penal
(6°Ed.). Bogotá: Universidad Externado de Colombia. P. 120 y ss.
7
Colombia. Congreso de la República. Ley 906 de 2004. Artículo 289.

[ 24 ]
1. marco teórico

a las pretensiones de la Fiscalía que tengan el objetivo de afectar


derechos fundamentales del imputado.
Sin embargo, la presencia en las audiencias –del imputado que
se encuentra en libertad- es un derecho que, a la luz de la normati-
vidad vigente, puede ser renunciado expresamente por el indicia-
do. En este evento, para la validez de la Audiencia de Formulación
de Imputación, se requerirá de la presencia del abogado de confian-
za del indiciado, o, a falta de éste, aquel que fuera designado por
el sistema nacional de defensoría pública. La renuncia al derecho
de asistir a la audiencia, y las consecuencias que se deriven de la
misma, deberán ser soportadas por el imputado, puesto que fue su
decisión libre voluntaria e informada y con el objetivo claro y espe-
cífico de no asistir a las diligencias.
En el evento de la no comparecencia del imputado, el proceso
debe continuar, porque la normativa establece los mecanismos que
permiten la realización de los trámites respectivos hasta el fallo
sin la presencia del imputado. Esta continuación del proceso tiene
como objetivo fundamental la eficiencia del sistema para evitar la
impunidad.
Las situaciones de no comparecencia del imputado se pueden
presentar, bien (i) porque no es voluntad del individuo asistir a la
audiencia de formulación de imputación, o (ii) porque es imposible
informar o localizar a la persona para que asista a la diligencia.
En el primer evento, nos encontramos frente a la figura de la
contumacia, regulada en el artículo 291 del Código de Procedimien-
to Penal. En el citado artículo, se hace referencia a que la perso-
na, siendo debidamente notificada de la pretensión de la Fiscalía
de realizar la Audiencia de Formulación de Imputación, sin justa
causa, se muestra renuente a comparecer a la diligencia. Esta si-
tuación de renuncia expresa a asistir a la diligencia, trae consigo
la presunción de una renuncia tácita al derecho de ser informado
y a los demás derechos que se desprenden del mismo acto de la
imputación. La Corte Constitucional, en sentencia C-591 de 2005,
con ponencia de la Magistrada Clara Inés Vargas Hernández se
pronunció frente al tema de la siguiente manera:
Es la regla general, que no se pueden adelantar investigaciones o
juicios en ausencia; tanto menos en el marco de un sistema proce-

[ 25 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

sal penal de tendencia acusatoria caracterizado por la realización


de un juicio oral, público, con inmediación de las pruebas, contra-
dictorio, concentrado y con todas las garantías.

Solo de manera excepcional, y con el único propósito de dar con-


tinuidad y eficacia a la administración de justicia en tanto que
servicio público esencial, la Constitución y los tratados interna-
cionales sobre derechos humanos, pueden admitirse las figuras
de la declaratoria de persona ausente y la contumacia, casos en
los cuales la audiencia respectiva se realizará con el defensor que
haya designado para su representación, o con el defensor que le
designe el juez, de la lista suministrada por el sistema nacional
de defensoría pública, según el caso. Adicionalmente, la persona
puede renunciar a su derecho a hallarse presente durante la au-
diencia de formulación de la acusación. Con todo, siendo mecanis-
mos de carácter excepcional, su ejecución debe estar rodeada de
un conjunto de garantías y controles judiciales.

Del mismo modo la Honorable Corte Constitucional Colombia-


na, en punto a la ausencia del imputado en el trámite de la audien-
cia de imputación sostuvo:
En esta misma línea, el artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos señala que toda persona acusada de
un delito tendrá derecho, en plena igualdad, “a hallarse presente
en el proceso y a defenderse personalmente o ser asistida por un
defensor de su elección; a ser informada, si no tuviera defensor,
del derecho que le asiste a tenerlo, y, siempre que el interés de
la justicia lo exija, a que se le nombre defensor de oficio, gra-
tuitamente, si careciere de medios suficientes para pagarlo”. El
artículo 8º de la Convención Americana de Derechos Humanos
dispuso que toda persona inculpada de delito tiene derecho a “de-
fenderse personalmente o de ser asistido por un defensor de su
elección y de comunicarse libre y privadamente con su defensor…
de ser asistido por un defensor proporcionado por el Estado, re-
munerado o no según la legislación interna, si el inculpado no se
defendiere por sí mismo ni nombrare defensor dentro del plazo
establecido por la ley”.

Como puede verse, las normas transcritas en precedencia recono-


cen el “derecho a hallarse presente en el proceso” o a la interven-
ción personal del sindicado en el proceso como una garantía del
derecho al debido proceso penal que hace efectiva la defensa mate-
rial del indiciado. De hecho, esta Corporación ya había dicho que

[ 26 ]
1. marco teórico

solamente puede hablarse de juicio justo cuando el ordenamiento


jurídico consagra formas eficaces de defensa y de contradicción
para el imputado, tales como su participación directa en el pro-
ceso en tanto que “la defensa se ejerce de mejor manera con la
participación directa del imputado en el proceso” . En el mismo
sentido, al interpretar el artículo 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, la Comisión Europea de Derechos
Humanos dijo que “el derecho a estar presente en la audiencia
es, singularmente en materia penal, un elemento esencial de la
noción de proceso justo. Información, presencia y defensa se en-
cuentran consecuentemente en una relación de continuidad lógica
y necesaria”8

Para Bernal y Montealegre (2013) la persona se entiende contu-


maz cuando conoce el proceso adelantado en su contra, está entera-
da de la garantía que constituye hacerse presente en las diligencias
a las que ha sido convocada y, no obstante, opta por no concurrir.9
Nos encontramos en el segundo evento, es decir, en la declarato-
ria de persona ausente, cuando por la falla del estado no es posible
encontrar a la persona que debe ser imputada. Este concepto, a di-
ferencia del primero, no ha sido consagrado de manera expresa en
la norma, sino que, ha sido la jurisprudencia la que ha desarrollado
los alcances de la misma figura. En este sentido, la Corte Constitu-
cional, en sentencia C-591 de 2005 ha dicho al respecto:
La declaratoria de persona ausente por parte del juez de control
de garantías sólo procederá cuando verifique de manera real y
material y no meramente formal, que al fiscal le ha sido impo-
sible localizar a quien requiera para formularle la imputación o
tomar alguna medida de aseguramiento que lo afecte, y se le ha-
yan adjuntando los elementos de conocimiento que demuestren la
insistencia en ubicarlo mediante el agotamiento de mecanismos
de búsqueda y citaciones suficientes y razonables para obtener la
comparecencia del procesado. Una vez verificados tales requisi-
tos, la persona será emplazada mediante un edicto que se fijará
por el término de cinco días en un lugar visible de la secretaría
del juzgado y se publicará en un medio radial y de prensa de

8
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-425 de 2008. M. P. Marco
Gerardo Monroy Cabra.
9
Bernal Cuellar, J & Montealegre Lynett, E (2013) El proceso penal
(6°Ed.). Bogotá: Universidad Externado de Colombia. P. 120.

[ 27 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

cobertura local. De igual manera, se le nombrará un defensor de-


signado por el Sistema Nacional de Defensoría Pública.

En tal sentido, la Corte considera que la declaratoria de persona


ausente debe estar rodeada de las debidas garantías procesales
y ser objeto de un estricto control judicial, y que por lo tanto no
se agota con la actividad que despliega de manera obligatoria la
fiscalía para demostrarle al juez de control de garantías el agota-
miento de las diligencias suficientes y razonables para la decla-
ratoria de ausencia, sino que igualmente éstas deben continuar
por parte de la Fiscalía con posterioridad a esta declaración, a fin
de que el juez de conocimiento, al momento de la citación para la
celebración de la audiencia de formulación de acusación, realice
una labor de ponderación en relación con el cumplimiento de la
carga de ubicación del procesado, y constate que el Estado ha con-
tinuado con su labor de dar con el paradero del acusado, a fin de
autorizar de manera excepcional el juicio en ausencia, o declare
la nulidad de lo actuado por violación del derecho fundamental al
debido proceso, bien de oficio o a solicitud del acusado de confor-
midad con lo previsto en el artículo 339 de la Ley 906 de 2004, o
del defensor respectivo. Cabe recordar, que la actividad del Sis-
tema Nacional de Defensoría Pública debe encaminarse a que en
materia de juicios en ausencia el Estado cumpla efectivamente
con su deber de demostrar que adelantó todas las gestiones nece-
sarias y pertinentes para localizar al investigado o enjuiciado, así
como que el rol que juega el Ministerio público en estos casos se
acentúa para el seguimiento y vigilancia del cumplimiento de las
garantías constitucionales en el proceso.

La Corte en la sentencia mencionada asimila los efectos de la


contumacia a la declaratoria de persona ausente, sin embargo, es-
tablece unos requisitos adicionales para que sea posible decretar
esta última figura, como lo son: (i) la constatación de las actua-
ciones diligentes de búsqueda ejecutadas por parte de la Fiscalía
General de la Nación, soportada debidamente en los registros de
actuaciones de esta entidad; (ii) realizar actos de emplazamiento, a
fin de que esta persona tenga la posibilidad de conocer acerca de la
importancia y la necesidad de concurrir a la convocatoria para ejer-
cer su derecho de defensa; y, (iii) solicitar la declaratoria conforme
al artículo 127 del Código de Procedimiento Penal10:

10
Colombia. Congreso de la República. Ley 906 de 2004. Artículo 127.

[ 28 ]
1. marco teórico

ARTÍCULO 127. AUSENCIA DEL IMPUTADO. Cuando al fiscal


no le haya sido posible localizar a quien requiera para formularle
imputación o tomar alguna medida de aseguramiento que lo afec-
te, solicitará ante el juez de control de garantías que lo declare
persona ausente adjuntando los elementos de conocimiento que
demuestren que ha insistido en ubicarlo. El imputado se empla-
zará mediante edicto que se fijará en un lugar visible de la secre-
taría por el término de cinco (5) días hábiles y se publicará en un
medio radial y de prensa de cobertura local.

Cumplido lo anterior el juez lo declarará persona ausente, actua-


ción que quedará debidamente registrada, así como la identidad
del abogado designado por el sistema nacional de defensoría pú-
blica que lo asistirá y representará en todas las actuaciones, con
el cual se surtirán todos los avisos o notificaciones. Esta declara-
toria es válida para toda la actuación.

El juez verificará que se hayan agotado mecanismos de búsqueda


y citaciones suficientes y razonables para obtener la comparecen-
cia del procesado.

En el evento de declararse la contumacia, el trámite se adelan-


tará con el abogado de confianza nombrado por la persona que va a
ser imputada; y si éste no ha nombrado a su representante, el juez
de control de garantías le designará un defensor público, conforme
al artículo 291 del Código de Procedimiento Penal. Para los casos
en que la persona es declarada ausente, conforme al citado artículo
127, el juez en función de control de garantías designará el abogado
de la lista del sistema nacional de defensoría pública.
La Corte, ha señalado que el juzgamiento en ausencia es excep-
cional, pues el imputado y acusado debe de estar presente en todas
las etapas del juicio11. Por lo tanto, se deben agotar todos los meca-
nismos anteriormente mencionados para garantizar los derechos a
la defensa material, y demás conexos que se puedan ver involucra-
dos en la Audiencia de Formulación de Imputación.
Con todo, la presencia del imputado, a más de garantizar el ejer-
cicio del derecho a la defensa material, se genera en condición in-

11
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-590 de 2005. M. P. Jaime
Córdoba Triviño.

[ 29 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

dispensable para la eventual aceptación de cargos que realice el


imputado, y es que dicha eventualidad, porque no decirlo, al igual
que el ejercicio activo de defensa, también constituye un acto es-
tratégico en punto al proceso, por cuanto solo la presencia física
del Imputado, permite la aceptación de cargos, pues esta se trata
de una acción libre, voluntaria, debidamente informada y que solo
puede ser desarrollada por el imputado, en tratándose de un acto
defensivo Unipersonal y por demás personalísimo.
Así las cosas, solo si se evidencia un verdadero acto de rebeldía o
desidia contra el estado- Contumacia- o en el evento de que pese a
los esfuerzos realizados por el ente acusador, no sea posible lograr
la comparecencia del ciudadano a imputar, solo así, se justifica la
imputación de cargos en ausencia del vinculado, puesto que como lo
sostienen los autores en cita, basándose en la jurisprudencia consti-
tucional, el intereses superior de la administración de justicia, debe
ser privilegiado, aun, frente a los intereses del ciudadano ausente.
Basta resaltar, que en aquellos eventos en donde el ciudadano
a vincular, habiendo sido citado o comunicado oportunamente, no
asiste a la diligencia, empero convoca a un defensor de confianza,
habilitado bajo el derecho de postulación para su representación,
no encontraremos indudablemente frente al evento de la renuncia
al derecho a comparecer a la diligencia, puesto que al conceder el
poder a su abogado de confianza, genera una muestra inequívoca
de que conoce del trámite, más, en razón a su liberalidad desea no
estar presente en el trámite, renunciando a su derecho a conocer de
manera inmediata los cargos, y al también derecho a la aceptación
de cargos que genere en su favor beneficios procesales sustanciales.
B. La determinación fáctica de los hechos y su relevancia jurídica12
Una de las vertiente del derecho a la defensa, se encuentra en
la posibilidad de conocer, de manera inequívoca los hechos por los
cuales se adelanta la persecución penal en contra del ciudadano
vinculado, lo cual, solo se logra, sin en el acto de comunicación se

12
Acápite tomado de Bernal, J. & Montealegre. E (2013) El proceso penal (6°
Ed.) (II) Bogotá: Universidad Externado de Colombia. P. 123

[ 30 ]
1. marco teórico

expone de manera clara y circunstanciada los hechos por los cuales


se lanzan cargos al ciudadano.
Así, la ley procesal vigente, en el artículo 288.2 sostiene que al
imputado le asiste el derecho a conocer una relación clara y sucinta
de los hechos jurídicamente relevantes, en lenguaje comprensible,
de donde los hechos jurídicamente relevantes serán aquellos que
tengan incidencia en la tipificación de la conducta jurídicamente
endilgada, puesto que solo resulta relevante al derecho penal, aque-
lla conducta humana, externa y socialmente relevante, que debe ser
comunicada en lenguaje comprensible.
La Corte Constitucional, en sentencia C-025 de 2010 ha avalado
una categorización rígida del principio de congruencia, frente a su
configuración fáctica , aun cuando flexible en cuanto al componen-
te jurídico así:
En igual sentido, la Corte Constitucional considera que el dere-
cho de defensa del procesado se encuentra limitado de manera
desproporcionada al no exigirse la aplicación del principio de con-
gruencia entre la imputación de cargos y la formulación de la
acusación, es decir, limitándola a la relación existente entre la
acusación y la sentencia.

Ahora bien, la exigencia de la mencionada congruencia es de or-


den fáctico, lo cual implica que la calificación jurídica de los hechos
siga siendo provisional, pudiendo variar entre ambas audiencias;
bien entendido, dentro de unos márgenes racionales. En efecto,
la intensidad que presenta el principio de congruencia entre la
acusación y la sentencia es mayor que la existente entre la impu-
tación de cargos y la formulación de la acusación, precisamente
por el carácter progresivo y evolutivo que caracteriza al proceso
penal. En efecto, precisamente el objeto de la etapa investigativa
consiste en recolectar evidencia física y material probatorio que
permitan sustentar adecuadamente un escrito de acusación, en
tanto que el juicio oral es el escenario donde cada parte expondrá
su teoría del caso, etapa procesal que inicia, precisamente, con la
audiencia de formulación de la acusación.

En este orden de ideas, la Corte considera que el artículo 448 de


la Ley 906 de 2004, interpretado de conformidad con los artículos
29 y 31 Superiores y 8º de la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos, comporta que el principio de congruencia se en-
tiende igualmente aplicable, dentro de los límites fijados en esta

[ 31 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

sentencia, a la relación existente entre la imputación de cargos y


la formulación de la acusación.

Así las cosas, una interpretación conforme de la norma acusa-


da con la Constitución y los tratados internacionales que hacen
parte del bloque de constitucionalidad, conduce a que el cargo de
inconstitucionalidad por violación al debido proceso no esté lla-
mado a prosperar. En consecuencia, la Corte declarará exequible
el artículo 448 de la Ley 906 de 2004, por el cargo analizado.

Ahora bien, con relación a la caracterización jurídica de la con-


ducta endilgada, se impone precisar, como bien los sostiene la corte
en la cita precedente, que esta se torna en Provisional, puesto que
en la fase primigenia de la actuación, como lo es la imputación de
cargos que abre paso al escenario de la investigación, tanto fiscalía,
como defensa, al igual que los intervinientes, se encuentran habili-
tados para el desarrollo investigativo, pudiendo edificarse una ca-
lificación jurídica diferente, ya sea por cuanto en sede de acusación
así se establezco, o bien porque se acuda posteriormente a realizar
una nueva imputación jurídica que modifique la inicialmente plas-
mada en la imputación original.
Con todo, como se advertirá posteriormente, le corresponderá
en principio a la fiscalía verificar el agotamiento de unas mínimas
exigencias en el acto comunicativo, conforme los lineamientos que
se expondrán más adelante.
Igualmente, en tratándose la imputación de un acto comunicati-
vo, debe el fiscal como emisor del mismo, verificar que el receptor se
encuentre en óptimas condiciones para comprender la imputación
lanzada en su contra, de allí la exigencia de una imputación en len-
guaje comprensible, de donde se exige que dicho acto comunicativo
se aprehendido por su receptor, quien por regla general, descono-
ce de los conceptos y lenguaje jurídico, siendo el deber del fiscal
emisor, llevarlos a su comprensión, con miras a evitar actuaciones
ineficaces o violatorios de garantías fundamentales.
C. La inferencia razonable de autoría y participación13
De acuerdo al contenido del artículo 287 de la actual codificación
procedimental, la fiscalía general de la nación realiza la imputa-

13
Acápite tomado de Bernal, J. & Montealegre. E (2013) El proceso penal (6°
Ed.) (II) Bogotá: Universidad Externado de Colombia. P. 125

[ 32 ]
1. marco teórico

ción fáctica cuando de los elementos materiales probatorios y evi-


dencia física o de la información legalmente obtenida, el imputado
es autor o participe del delito investigado.
El artículo 288.2 claramente establece que para la formulación
de imputación no se hace necesaria la demostración de la inferen-
cia de autoría o participación con base en los elementos de prueba
previamente recaudados, por cuanto no exige la ley descubrimiento
probatorio alguno.
Quizás, de la lectura literal y exegética del contenido de los ar-
tículos 286 y 288.2 se ha comprendido que la imputación de cargos
se erige en un acto de mera comunicación, puesto que al no existir
descubrimiento probatorio alguno dentro de la misma, y al ser la
imputación de cargos una manifestación unilateral del ejercicio del
Ius Puniendi del estado, se ha pretendido relevar al acto comunica-
tivo de la rigurosidad propia del inicio de la pesquisa penal.
Si bien es cierto, como ya se ha reconocido, la imputación de
cargos no exige descubrimiento probatorio alguno, si se le exige a
la fiscalía que indique la razón por la cual, de cara a los elementos
materiales probatorio, evidencia física e información legalmente
obtenida, es que ha generado una inferencia razonable de autoría o
participación. En otras palabras, se exige al fiscal emisor de la im-
putación, la obligación de exponer al juez las razones por las cuales
entiende satisfecho el juicio inferencial de autoría o participación.
El juicio inferencial, como bien lo sostienen los autores en cita:
Debe entenderse como una operación de carácter lógico realiza-
da por el fiscal, regida por las reglas de apreciación probatoria,
que vinculan tanto al fiscal como al juez de garantías: al primero,
para el ejercicio de los actos de postulación y al segundo, para
la toma de decisiones concretas. Se trata de un juicio sobre los
elementos materiales probatorios, la evidencia física y la infor-
mación legalmente obtenida, sujeto a las leyes de la lógica, a la
experiencia y a los conocimientos científicos14

14
Bernal, J. & Montealegre. E (2013) El proceso penal (6° Ed.) (II) Bogotá:
Universidad Externado de Colombia. P. 125. Se recomienda acudir a los
autores para mayor profundidad al respecto.

[ 33 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

D. El análisis probatorio con base en elementos materiales pro-


batorios y la información legalmente obtenida15.
Conforme lo ordena el artículo 29 Superior en su inciso final, es
nula de pleno derecho la prueba obtenida con violación a garantías
fundamentales de allí que se ha sostenido jurisprudencial y legal-
mente, que no resulta legitimo el proceso que se adelanta conforme
a las pruebas ilegal o ilícitamente recolectadas16.
En el mismo sentido los artículos 23, 232, 276, 359 y conexos,
abordan la problemática de la legalidad del elemento de prueba o
de la prueba en sede de juicio oral, a efectos de que sea valorada por
el juez en ya sea de garantías o de conocimiento.
La dinámica probatoria plasmada en la ley 906 de 2004, dificul-
ta, al menos desde el punto de vista practicó la posibilidad de emitir
un juicio de legalidad en la inferencia adoptada por la fiscalía en
sede de imputación, por cuanto como se advirtió anteriormente, no
se exige descubrimiento probatorio alguno en sede de imputación.
Igualmente, en esta diligencia, se advierte poco probable la in-
tervención del juez en función de garantías en punto a la posible
exclusión probatoria, puesto que como lo ha sostenido la jurispru-
dencia de la Honorable Corte Suprema de Justicia en sala de Ca-
sación penal, las posibilidades de exclusión probatoria por parte
del juez en función de control de garantías se limitan solo a cinco
eventos así:
Sólo de manera excepcional, la ley expresamente consagra cinco
(5) circunstancias que le permiten al juez de control de garan-
tías verificar la legalidad de la incautación y recolección de los
elementos materiales probatorios y evidencia física, las cuales
se contraen al cumplimiento de las órdenes de registros, allana-
mientos, interceptación de comunicaciones, retención de corres-
pondencia, recuperación de información dejada al navegar por
internet, “u otros medios similares”, impartidas por la Fiscalía

15
Acápite tomado de Bernal, J. & Montealegre. E (2013) El proceso penal (6°
Ed.) (II) Bogotá: Universidad Externado de Colombia. P. 125
16
Al respecto se recomiendan las sentencia SU-159 de 2002 y C-591 de 2005
en donde la Honorable Corte Constitucional aborda el tema de la prueba
ilícita y su exclusión en materia penal.

[ 34 ]
1. marco teórico

(Art. 154-1 y 237). Su expedición -en materia de registros y alla-


namientos- con la preterición de cualquier requisito sustancial
genera la invalidez de la diligencia, “por lo que los elementos ma-
teriales probatorios y evidencia física que dependan del registro
carecerán de valor, serán excluidos de la actuación y sólo podrán
ser utilizados para fines de impugnación.” -Art. 232-.

La razón de que en tales eventos deba recurrirse al juez de con-


trol de garantías, es precisamente porque esos hallazgos derivan
de diligencias que afectan derechos fundamentales. A dicho fun-
cionario le está asignado el control, formal y material, de esos
actos de investigación, valga decir, la actividad desplegada por la
Fiscalía en ejercicio de su atribución de persecución penal17.

Aunque en lo particular, no participo de esta opinión restrictiva


de la función Constitucional en el juez en función de Control de
Garantías, si observo la imposibilidad practica que en dicha sede
se controle la legalidad de los elementos materiales probatorios,
máxime la no exigencia de su revelación.
Un escenario más adecuado para dicho control de legalidad de
los elementos de prueba recolectados se halla precisamente en las
diligencias relacionadas por la Honorable Corte, en donde el objeto
del pronunciamiento del juez, será, a no dudarlo, lo relacionado con
dichos procedimientos y consecuencialmente la evidencia en ellos
hallados. Igualmente en sede de audiencia preparatoria, el Juez
de Conocimiento se encuentra legitimado para expulsar la prueba
ilegalmente recaudada, facultad que también se abroga en el esce-
nario del juicio oral.
Con todo, si el Juez de garantías observa que la inferencia de
autoría o participación se funda en prueba ilegalmente recaudada,
valido resulta preguntarse cuál debe ser su proceder, si acaso debe
¿Dejar sin efectos la imputación? ¿No permitirla? ¿Advertir la pro-
bable ilegalidad permitiendo su continuación?
Tales interrogantes no encuentran respuesta univoca, ni en la
ley, ni en la Jurisprudencia, empero si a voces de la sentencia C-591
de 2005, solo el juez de conocimiento puede decretar la extinción

17
Colombia.Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia del 16 de
Mayo de 2007. M.P. Sigifredo Espinosa Pérez.

[ 35 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

del ejercicio de la acción penal, en principio- sin advertir que este


planteamiento sea de talante absoluto- considero que solo el juez
de conocimiento, ya sea por vía de preclusión (Causales 1 o 6 del
Artículo 332) o de absolución, podría castigar aquella imputación
y ulterior acusación fundada en elementos de prueba ilegalmente
obtenidos, más no el juez en función de garantías, frente a quien
ningún descubrimiento probatorio se efectuaría.
Aspecto disímil, debe reconocerse, encontraríamos en la solicitud
de imputación que eleve un fiscal, con posterioridad a la adverten-
cia de exclusión de los elementos de prueba anteriormente recau-
dadas, siendo eso mismos elementos de prueba, evidencia e infor-
mación la que conducen la comunicación de cargos, puesto que allí,
claramente podríamos derivar la violación flagrante del canon 287,
fundándose la imputación en elementos previamente expulsados de
la actuación, sin que ellos puedan constituir el marco inferencial de
la imputación, por cuanto, la determinación de su exclusión (Arts.
232 o 237 del C.P.P.) sería proferida por el funcionario competente,
no pudiendo entonces servir de fundamento para dicha imputación.
Sobre este particular se volverá más adelante.

1.1.1.3. Fines de la Audiencia de Formulación de Imputación


En materia normativa, no se establecen claramente las finalida-
des que persigue la institución de la Formulación de Imputación.
Sin embargo, doctrinantes como Bernal y Montealegre (2013), han
señalado como fines de la formulación de imputación los siguientes:
En primer lugar, la imputación cumple una función de informa-
ción para la persona investigada. Por medio de este acto se le
da a conocer que la administración de justicia penal, de manera
fundada, debe proceder en su contra.[…]

En segundo lugar, la labor de información está directamente liga-


da a la función de la defensa. Por tal motivo, es de gran importan-
cia la concreción fáctica y jurídica de la imputación.

[…]

En tercer lugar, la imputación tiene como objetivo formalizar la


investigación penal y determinar sus alcances […]

[ 36 ]
1. marco teórico

Frente a la primera de las finalidades propuesta por los autores


en cita, esto es, la información suministrada al ciudadano, de que
en su contra se adelanta una investigación penal, la Honorable Cor-
te Constitucional Colombiano tuvo la oportunidad de pronunciarse,
por cuanto en ejercicio del derecho de cuestionar la Constituciona-
lidad de una norma Nacional, fue demando el artículo 286 de la ley
906 de 2004, en lo que atañe al acto comunicativo de la fiscalía. En
dicha oportunidad la Honorable Corporación preciso que:
La Corte consideró que el legislador al regular la imputación de
cargos, dotó de garantías el derecho de defensa, al menos por tres
razones: (i) en primer lugar, porque se diseñó un momento pro-
cesal específico dotado de todas las garantías procedimentales e
institucionales, para informar al presunto responsable sobre la
existencia de un procedimiento penal en su contra: la audiencia
de formulación de la imputación, la cual, lejos de limitar el dere-
cho de defensa, lo hace posible; (ii) en segundo lugar, porque la
ley previó un escenario específico para delimitar el alcance de la
controversia jurídica, es decir, para que el Estado informe al par-
ticular sobre los hechos considerados relevantes y la calificación
jurídica provisional de las conductas y para que este último tenga
claridad sobre la materia sobre la cual recaerá la actividad proce-
sal del ente acusador; como esa delimitación es fundamental para
ejercer la defensa, toda vez que no es posible defenderse frente
a acusaciones indeterminadas, la realización de esta audiencia
informativa posibilita el ejercicio del derecho; (iii) aunque en esta
audiencia el presunto infractor de la ley penal no puede contro-
vertir ni modificar los términos de la imputación, tiene la posibi-
lidad de hacerlo durante todo el procedimiento penal; es decir, la
defensa material no se ejerce en dicha audiencia, sino justamente
a partir de ella. Por estas razones, el carácter informativo de la
audiencia de formulación de acusación no desconoce el derecho
al debido proceso y en consecuencia, el término “comunica” con-
tenido en el artículo 286 del Código de Procedimiento Civil, fue
declarado exequible.

De otra parte, la Corporación determinó que el derecho al debido


proceso no exige, ni de éste se deriva, la facultad para obtener
descuentos punitivos por el reconocimiento de la responsabilidad
penal, y menos aún, cuando esta aceptación no coincide con los
términos en que es formulada por la Fiscalía. A su juicio, de las
expresiones acusadas de los artículos 288.3 y 351 de la Ley 906 de
2004 no se deduce ninguna limitación para que el implicado en el

[ 37 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

proceso penal pueda desvirtuar la fórmula de la Fiscalía y para


acreditar la suya propia. Además, el actor parte de asimilar dos
hipótesis sustancialmente distintas: el allanamiento a los cargos
formulados por la Fiscalía y la aceptación de la responsabilidad,
pero en términos distintos a los propuestos por el ente acusador;
mientras que en un caso finaliza el procedimiento penal, cesa la
actividad procesal del Estado y se obtienen anticipadamente los
resultados en materia de justicia material, en el otro la contro-
versia permanece y la contención debe continuar. Esta diferencia
sustancial entre una y otra hipótesis explica la diferencia norma-
tiva. Finalmente, la medida legislativa no compromete en modo
alguno el sistema de colaboración de la justicia, ya que aunque en
este caso no existe un reconocimiento en términos punitivos de la
aceptación condicional de la responsabilidad penal, ello obedece
a que dicha aceptación no hace cesar la controversia jurídica y
adicionalmente, no afecta los demás mecanismos de la justicia
que permiten llegan a un acuerdo por colaboración, dentro del
procedimiento penal. Por consiguiente, la previsión del descuento
punitivo para la aceptación de cargos en la audiencia de formu-
lación de la acusación no se considera vulneratoria del debido
proceso y por ende, las expresiones demandadas de los artículos
288. 3 y 351 de la Ley 906 de 2004, se ajustan a la Constitución
en el aspecto analizado. Por las mismas razones, la consecuencia
de que solo se conceda el beneficio de la reducción de hasta la
tercera parte de la pena, cuando en la audiencia preparatoria el
imputado acepta los cargos formulados por la Fiscalía, lo cual no
ocurre cuando se reconoce la responsabilidad penal, pero en unos
términos distintos a los propuestos por el ente acusador, no se
consideró que vulnere el debido proceso y por ello, la expresión
impugnada del artículo 356 de la Ley 906 de 2004 fue declarada
exequible. De igual manera, el Tribunal consideró que, por los
mismos motivos, el hecho de que únicamente se conceda la rebaja
de una sexta parte de la pena imponible cuando en la alegación
inicial del juicio el acusado se declara culpable en los términos
propuestos por la Fiscalía, pero no, cuando la reconoce en otros
términos, como lo dispone el artículo 367 del Código de Procedi-
miento Penal, no desconoce el debido proceso, de manera que esta
expresión también fue declarada exequible18.

18
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-303 de mayo 22 de 2013. M.
P Luis Guillermo Guerrero Pérez.

[ 38 ]
1. marco teórico

De este modo, para La honorable corte, la naturaleza de la impu-


tación de cargos es en esencia informativa, no obstante, aun cuando
se sostiene que no es este el escenario para el ejercicio del derecho
material, bien puede entenderse que la comunicación asertiva y
ajustada a derecho que se efectué por parte de la fiscalía, condi-
ciona la efectiva realización del debido proceso, puesto que de rea-
lizarse una inadecuada comunicación, en términos anfibológicos,
ininteligibles o ambiguos, la finalidad misma de la diligencia no
cumpliría con su propósito, e inclusive una aceptación de cargos en
tal sentido, lejos se encontraría de ajustarse a derecho.
Sí, la audiencia de imputación de cargos tiene como finalidad
comunicar a un ciudadano su calidad de investigado, empero dicha
comunicación no puede apartarse del contenido mismo del debido
proceso, ajustándose a los mínimos requisitos de legalidad, tipici-
dad y correcta calificación, puesto que no puede entenderse al juez
como un mero convidado de piedra en tales diligencias, que ante la
indebida comunicación, conforme a derecho, avale el acto ejercido
por la fiscalía, que en dichos términos, se alejaría del postulado del
debido proceso.
Recientemente la Honorable Corte Suprema de Justicia en Sala
de Casación Penal, se vio avocada a dilucidar la censura dentro de
una actuación en donde el ciudadano, tras recibir la Imputación
fáctica y jurídica emitida por la fiscalía, acepta cargos por un puni-
ble inexistente en la legislación penal Colombiana al momento de
su configuración, en la sentencia19 emitida por la alta corporación
se sostuvo:
Advierte la Corte, antes de emprender el examen del cargo y en
concordancia con lo dicho en pasada oportunidad (CSJ SP, 8 Jul
2009, Rad. 31280), que el allanamiento a cargos y los preacuerdos
entre procesado y Fiscalía se encuentran sujetos a control judi-
cial. El Juez los aprueba si en su formación no se han violado de-
rechos fundamentales, dentro de los cuales se comprenden, entre
otros, la legalidad, la estricta tipicidad y el debido proceso.

19
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia del 05 De
Agosto de 2014 M.P. Patricia Salazar Cuellar.

[ 39 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

La admisión de responsabilidad, en lo que aquí interesa, “debe


contar con un grado racional de verosimilitud”. Eso significa que
si el procesado acepta la suya frente a un hecho inexistente, o en
relación con una conducta de otro, o propia pero atípica, por ejem-
plo, es deber del Juez, en desarrollo del control sobre la termina-
ción anticipada del proceso, dictar fallo absolutorio. Fue lo que
hizo la segunda instancia en el presente caso, al establecer que el
sindicado aceptó su compromiso penal respecto de una conducta
que no era delito cuando la realizó. Es claro, entonces, que el ad
quem no desbordó sus facultades.

Situaciones como la que aborda la Honorable Corte en la cita


precedente, convocan a un análisis profundo sobre la institución de
la Imputación de cargos, puesto que debe dotarse de mayor exigen-
cia en punto a evitar excesos injustificados por parte de la adminis-
tración de justicia.
Si bien es cierto, como se ha sostenido de antaño, la defensa pue-
de ser activada aún antes de que se conozca la vinculación formal
a la actuación20, pues también resulta cierto que es a partir de la
imputación de cargos en donde se activa formalmente la defensa y
puede el ciudadano, de acuerdo a la comunicación fáctica y jurídica
emitida, postular su defensa desde un punto de vista estratégico, u
optar por la aceptación de cargos y/o acuerdos de ser el caso.
Se itera, aunque la ley permite a quien no es imputado iniciar el
ejercicio material y técnico de la defensa, solo a partir de la impu-
tación se tendrá el componente factico. Es decir, los hechos debida-
mente circunstanciados, que permitan la definición estratégica de
la defensa.
Ahora bien, el artículo 126 dispone que la calidad de parte como
imputado se adquiere desde la imputación, o desde la captura si
esta ocurre primero, no obstante así lo disponga la ley, se consi-
dera inapropiado asemejar los efectos de la captura a los de la im-
putación, por cuanto la aprehensión como fenómeno transitorio de
privación legal de la libertad, tiene por finalidad la comparecencia
del indiciado ante el juez en función de control de garantías, solo

20
Colombia. Corte Constitucional. Sentencias C-228 de 2001, C-799 de 2005,
C-025 de 2009 entre otras

[ 40 ]
1. marco teórico

surtiéndose los efectos propios de la imputación (Acápite 1.1.1.4)


con la formalización del acto comunicativo, reconociendo sí, que la
captura permite al ciudadano generar una expectativa razonable
de que en su contra se iniciara una actuación, pero dicha expecta-
tiva no es indefectiblemente correcto, por cuanto es viable, verbo y
gracia, que se produzca el decreto de ilegalidad en la captura, sin
que ella genere los efectos de la imputación de cargos.
Sin embargo, si existirá un evento en el cual, la captura del sin-
dicado, dará lugar a que se entienda vinculado a la causa en su
contra, o por lo menos, dicha captura, si producirá algunos efectos
propios de la imputación de cargos. Ello sucede, en aquellos eventos
previstos en el artículo 289 de la ley 906, modificado por el artículo
18 de la ley 1.142 de 2007, que en su parágrafo primero, declarado
condicionalmente exequible por la sentencia C-425 de 2008 dispone
que:
Ante el juez de control de garantías, el fiscal podrá legalizar la
captura, [formular imputación, solicitar imposición de medida de
aseguramiento y hacer las solicitudes que considere pertinentes]
con la sola presencia del defensor de confianza o designado por el
sistema nacional de defensoría pública, cuando el capturado haya
entrado en estado de inconciencia después de la privación de la li-
bertad o se encuentre en un estado de salud que le impida ejercer
su defensa material. [En este caso] la posibilidad de allanarse a
la imputación se mantendrá hasta cuando la persona haya reco-
brado la conciencia, con el mismo descuento indicado en el inciso
primero del artículo 351 de este código.

La corte, tras realizar un minucioso examen sobre la constitucio-


nalidad de la norma analizada, en punto a la potencial afectación
de los derechos y garantías fundamentales de quien no se encuen-
tra presente en su propia imputación, concluye, que en los eventos
descritos en la norma debe realizarse un juicio de ponderación, que
permita armonizar el derecho del imputado, que por razones ajenas
a la voluntad estatal, del fiscal o de las víctimas, no se encuentra
presente dentro de la audiencia de imputación de cargos, pero que
a su turno, tampoco puede ser tratado como rebelde o contumaz o
ser declarado persona ausente, en dichos casos, concluye la corte
que:

[ 41 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

34. Sin embargo, es cierto que prohibir la formulación de la im-


putación sin la presencia del indiciado cuando éste se encuentra
inconsciente o gravemente enfermo, podría conducir a la impu-
nidad y de esta forma a afectar gravemente los derechos de las
víctimas y de la sociedad a gozar de una justicia eficiente y a
sancionar al delincuente. En efecto, al tenor de lo dispuesto en el
artículo 292 de la Ley 906 de 2004, la prescripción de la acción
penal sólo se interrumpe con la formulación de la imputación,
por lo que mientras no se adelante esa diligencia los términos
continúan produciendo efectos de sanción por la inoperancia del
aparato investigativo y judicial del Estado para imputar la res-
ponsabilidad al presunto infractor de la ley penal. No obstante, la
dificultad que aquí se plantea no surge exactamente de la norma
acusada, sino de la hermenéutica literal de otra disposición que
al aplicarla en el presente caso resulta sumamente gravosa para
los intereses de las víctimas y del Estado. Por esa razón, la Corte
considera necesario para garantizar la eficacia de los derechos
constitucionales en tensión que se deje a salvo la posibilidad de
aplicar la interpretación extensiva del artículo 292 del Código de
Procedimiento Civil y se interrumpa el término de prescripción
de la acción penal, en aquellos casos en los que no puede adelan-
tarse la diligencia de formulación de la imputación por los moti-
vos previstos en el parágrafo 1º del artículo 18 de la Ley 1142 de
2007.

En este orden de ideas, las excepciones a la regla general de pre-


sencia física del imputado en el proceso penal, no pueden enten-
derse como instrumentos para llenar exigencias de carácter nor-
mativo, sino para velar por la efectividad material de los derechos
en tensión, de tal manera que sólo puedan limitarse los derechos
del imputado a la defensa técnica y a hallarse presente en el pro-
ceso en caso de que la medida restrictiva sea realmente efectiva
para proteger los derechos de las víctimas y de la sociedad, que
pueden salvaguardarse con la interrupción del término de pres-
cripción de la acción penal21.

De esta manera, solo en el evento previsto en la regla creada por


la Corte Constitucional como legislador positivo, es viable compren-
der que con el decreto de legalidad de la captura se entiende vincu-

21
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-425 de 2008. M. P. Marco
Gerardo Monroy Cabra.

[ 42 ]
1. marco teórico

lado el imputado al proceso, advirtiendo que con ello se interrumpe


el termino prescriptivo de la acción penol y se activa formalmente
el derecho a la defensa, conservándose para el imputado la posibili-
dad de aceptar cargos haciéndose al descuento punitivo consagrado
en el artículo 351 en el evento de aceptación unilateral de cargos.
No obstante, los demás efectos de la imputación, tales como la pro-
hibición de enajenar bienes sujetos a registro (Art. 97 del C.P.P.) la
contabilización de los términos previstos en los artículos 175 y 294
de la ley 906 de 2004, modificados a su turno por los artículos 49 y
55 de la ley 1.453 de 2011, entre otros efectos que serán desarrolla-
dos en el acápite siguiente.

1.1.1.4. Contenido de la Audiencia de Formulación de Imputación


En el tenor de la norma, ley 906 de 2004, la audiencia de formu-
lación de imputación tiene unos requisitos para ser adelantada, los
cuales se señalan en el artículo 288 de la siguiente manera:
ARTÍCULO 288. CONTENIDO. Para la formulación de la impu-
tación, el fiscal deberá expresar oralmente:

1. Individualización concreta del imputado, incluyendo su nom-


bre, los datos que sirvan para identificarlo y el domicilio de cita-
ciones.

2. Relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevan-


tes, en lenguaje comprensible, lo cual no implicará el descubri-
miento de los elementos materiales probatorios, evidencia física
ni de la información en poder de la Fiscalía, sin perjuicio de lo re-
querido para solicitar la imposición de medida de aseguramiento.

3. Posibilidad del investigado de allanarse a la imputación y a


obtener rebaja de pena de conformidad con el artículo 351.

1. La individualización concreta del imputado, incluyendo su


nombre, los datos que sirvan para identificarlo y el domicilio de
citaciones.

En el estatuto procesal de 2.000, ley 600 del mismo año, la plena


identidad del imputado, e inclusive del condenado, no genera tales
polémicas, como hoy se suscitan dentro de la actual sistemática.
En vigencia de dicho estatuto (aclarando que se encuentra vigente

[ 43 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

para aquellos hechos anteriores a 01 de Enero de 2005 y a aquellos


casos que se tramitan conforme al numeral tercero del artículo 235
de la Constitución Política de 1991) , bastaba con la individuali-
zación del sindicado, incluso del condenado, sin que ello generará
mayores dificultades prácticas.
Es así como en el canon 17º de la ley 600 se dispone:
Artículo 170. Redacción de la sentencia. Toda sentencia conten-
drá:

2. La identidad o individualización del procesado.

La investigación previa, consagrada en el artículo 332 de la ley


600 de 2000, incluye como una de sus finalidades la individuali-
zación o la identificación de los probables autores o participes así:
Artículo 322. Finalidades. En caso de duda sobre la procedencia
de la apertura de la instrucción, la investigación previa tendrá
como finalidad determinar si ha tenido ocurrencia la conducta
que por cualquier medio haya llegado a conocimiento de las au-
toridades, si está descrita en la ley penal como punible, si se ha
actuado al amparo de una causal de ausencia de responsabilidad,
si cumple el requisito de procesabilidad para iniciar la acción pe-
nal y para recaudar las pruebas indispensables para lograr la
individualización o identificación de los autores o partícipes de
la conducta punible.

Para ordenar captura basta con que el fiscal conozca la indivi-


dualización del sujeto a capturar, ello a falta de los datos que sirvan
para identificarlo.
Artículo 350. Orden escrita de captura. La orden de captura de-
berá contener los datos necesarios para la identificación o indivi-
dualización del imputado y el motivo de la captura.

En la práctica judicial resultaba bastante común que dentro de


la parte resolutiva de la sentencia se generaran resoluciones que
indicaran: “Se condena a quien dijo llamarse” ello, por cuanto se
consideraba que la sentencia o resolución que cobijaba al encarta-
do, se imponía frente a quien compareció a la diligencia, así ese no
fuera su nombre o identidad plena, empero los efectos de la provi-
dencia se dirigían a quien se encontraba individualizado al momen-

[ 44 ]
1. marco teórico

to de soportar la actuación procesal. Lógicamente, la posibilidad


de incurrir en violaciones a garantías fundamentales era latente,
configurándose, en no pocos casos sentencias que perjudicaban a
homónimos, quien solo podían acudir o bien al mecanismo de la
revisión o al de la tutela22.
Expedida la ley 906 de 2004 en su redacción original, frente al
tema de la plena identidad se dispuso:
Artículo 128: Identificación o individualización. La Fiscalía Ge-
neral de la Nación estará obligada a verificar la correcta identifi-
cación o individualización del imputado, a fin de prevenir errores
judiciales.

Naturalmente, tal disposición en nada contribuyo a variar


las situaciones expuestas en precedencia, razón por la cual, la
reforma implementada en la ley 1.142 de 2007, en su artículo 11
agrego un segundo inciso a la norma donde se dispuso:
Inciso adicionado por la Ley 1142 de 2007, artículo 11. En los
eventos en que el capturado no presente documento de identidad,
la policía judicial tomará el registro decadactilar y lo remitirá
inmediatamente a la Registraduría Nacional del Estado Civil a
efectos de que expida en forma inmediata copia de la fotocédula.
En caso de no aparecer registrada la persona en sus archivos,
la Registraduría Nacional del Estado Civil lo registrará con el
nombre que se identificó inicialmente y procederá a asignarle un
cupo numérico.”.

De esta manera, se previó que aquel ciudadano detenido o por


cualquier motivo indocumentado, sin que suministrara datos para
su identificación, podría ser identificado plenamente mediante el
procedimiento en cita.
Por último, ya en vigencia de la ley 1.453 de 2011, específica-
mente en su artículo 99 se integran otras especificaciones a la nor-
ma, siendo este el texto vigente:
Artículo 128. Modificado por la Ley 1453 de 2011, artículo 99.
Identificación o individualización. La Fiscalía General de la Na-

22
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia de tutela
29.797 del 01 De Marzo de 2007 M.P. Sigifredo Espinoza Pérez.

[ 45 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

ción estará obligada a verificar la correcta identificación o indi-


vidualización del imputado, a fin de prevenir errores judiciales.

En los eventos en que el capturado no presente documento de


identidad, la Policía Judicial tomará el registro decadactilar y ve-
rificará la identidad con documentos obtenidos en laRegistradu-
ría Nacional del Estado Civil y sus delegadas, de manera directa,
o a través de la consulta de los medios técnicos o tecnológicos de
los que se dispongan o tengan acceso.

En caso de no lograrse la verificación de la identidad, la policía ju-


dicial que realizó la confrontación remitirá el registro decadacti-
lar de manera inmediata a la Registraduría Nacional del Estado
Civil a efectos de que expida copia de la fotocédula, en un tiempo
no superior a 24 horas.

En caso de no aparecer la persona en los archivos de la Registra-


duría Nacional del Estado Civil, esta autoridad lo registrará de
manera excepcional y por única vez, con el nombre que se iden-
tificó inicialmente y procederá a asignarle un cupo numérico, sin
tener que agotar los procedimientos regulados en el Decreto 1260
de 1970, o demás normas que lo modifiquen o complementen.

Concluido el procedimiento la Registraduría Nacional del Estado


Civil informará los resultados a la autoridad solicitante.

La norma, en los términos expuestos, permite atender al reque-


rimiento de la plena identificación e individualización del ciuda-
dano a vincular, previendo un trámite sumario, ágil y efectivo que
en un término inferior a las 24 horas garantiza obtener la plena
identidad del procesado.
Como escenario epistemológico, el decurso procesal exige el paso
de la incertidumbre hacía el conocimiento que supera la duda, y en
dicho camino, la identidad plena juega un rol importante, que des-
de la indagación se erige como bastión sustancial.
La plena identidad, es entonces, requisito sustancial y procesal
para la imputación de cargos, así como esta lo es para la presenta-
ción de la acusación y su ulterior materialización, siendo entonces
la plena identidad un requisito imprescindible para la imputación,
la falta de este no permite considerar que la misma se ajusta a
derecho.

[ 46 ]
1. marco teórico

Compartimos el criterio jurisprudencial en punto a que el tema


de la plena identidad no es de objeto probatorio dentro del juicio
oral puesto que ella, además de ser requisito para la imputación de
cargos, es un tema de obligatoria inclusión en el texto acusatorio
(Art. 336.1) y de obvia verificación dentro del trámite de sanea-
miento propio de la audiencia de formulación de acusación (Art.
339) En otras palabras la plena identidad no debe ser objeto de
verificación en sede de juicio oral, puesto que es un requisito para
el mismo desarrollo de las fases primigenias del proceso.
Así lo sostuvo la Honorable Corte en reciente providencia23:
Sobre el particular, amplia y suficientemente la Fiscalía, a par-
tir de la audiencia de formulación de imputación, registró en los
correspondientes escritos de solicitud de pruebas y al interior de
las diligencias, no solo los datos básicos de identificación de la
acusada, sino su profesión y ocupación precisas para el momento
de los hechos que se le atribuyen, sin que ese fuese un tema discu-
tible u oscuro.

No entiende la Sala cuál es la motivación que impulsa a la defen-


sa técnica a reclamar tarjeta decadactilar o copia de preparación
de la cédula de la funcionaria, cuando está claro que la ley no es-
tablece ningún tipo de tarifa probatoria al respecto, pero, además,
con los elementos de juicio desde el comienzo aportados el tópico
fue siempre pacífico e incontrovertible.

Es necesario precisar, además, que el tema de la plena identidad


del acusado no aparece determinado como propio del objeto de lo
discutido ante el fallador y, por ende, debería entenderse ajeno al
material probatorio reclamado por las partes para introducir en
la audiencia de juicio oral, en el entendido que es ese, el de la iden-
tificación, un factor necesario para el inicio mismo del trámite
formalizado del proceso, a la manera de concluir, en estricto sen-
tido jurídico, que si se llega a la audiencia de juicio oral es nece-
sariamente porque en la audiencia de formulación de imputación
y en la siguiente de acusación, ya se encontraba suficientemente
identificada la persona.

23
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia 43.002 del 19
de Febrero de 2014 M.P. Gustavo Malo Fernández.

[ 47 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Es por ello que expresamente el artículo 288 de la Ley 906 de 2004,


que referencia los elementos formales de la imputación, reclama
en su numeral primero la “Individualización concreta del imputa-
do, incluyendo su nombre, los datos que sirvan para identificarlo
y el domicilio de citaciones”. Incluso, se ha establecido un siste-
ma para que a la persona se le cedule, en caso de no contar con
la correspondiente ficha en la Registraduría Nacional del Estado
Civil.

En el escrito de acusación, a su vez, ha de contenerse, conforme


lo estatuye el numeral primero del artículo 337 ibídem: “La in-
dividualización concreta de quiénes son acusados, incluyendo su
nombre, los datos que sirven para identificarlo y el domicilio de
citaciones”.

Cuando se han adelantado las audiencias previas a la del juicio


oral, desde luego que necesariamente debió identificarse a la per-
sona objeto de acusación, así que el tema de la llamada “plena
identidad”, no tiene por qué representar objeto de prueba para
el juicio, a no ser que ello sea punto concreto de discusión y se
alegue, en consecuencia, la conducencia y pertinencia de verificar
algo que se entendía dilucidado desde el comienzo del trámite.

Aun cuando el estado cuenta con las herramientas necesarias


para la identificación plena de los autores o participes de las con-
ductas delictivas, es viable que se generen errores judiciales debido
a la falta de precaución o exceso de confianza dentro de las diligen-
cias previas a la captura, tal y como tuvo oportunidad de verificar
la Honorable Corte Constitucional dentro de una cusa en donde
un ciudadano fue capturado en situación de flagrancia, exhibiendo
documentos pertenecientes a un tercero, sin que en el asunto en
cuestión se verificará la identidad del capturado, dando lugar a un
fallo condenatorio en disfavor de un ciudadano ajeno a la causa
penal adelantada, debiendo la Honorable Corte, dejar sin efecto los
fallos de instancia e inclusive los que negaron la acción de tutela
invocada. Estos fueron los planteamientos del alto tribunal24:

24
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia T-177 de 2012. M. P. María
Victoria Calle Correa.

[ 48 ]
1. marco teórico

En el proceso penal que concluyó con las sentencias condenato-


rias atacadas en este caso mediante tutela, la Fiscalía y la Policía
Judicial tenían según la ley los siguientes deberes. Primero, el
deber de identificar plenamente al imputado estaba a cargo es-
pecíficamente de la Fiscalía “a fin de prevenir errores judiciales”
(art. 128, inc. 1). Segundo, por haberse tratado de una persona
capturada en flagrancia, estaba en primer término en cabeza de
la Policía Judicial –GAULA- el deber de identificar plenamente
al aprehendido (art. 302, parágrafo). Tercero, si el capturado no
presentó documento de identidad, la Policía Judicial estaba en la
obligación legal de tomarle el registro decadactilar y de remitirlo
inmediatamente a la Registraduría Nacional del Estado Civil a
efectos de que expidiera en forma inmediata copia de la fotocédula
(art. 128, inc. 2). En consecuencia, el error evidente que hubo en
las providencias del Juzgado Penal del Circuito Especializado y
del Tribunal Superior, no puede imputárseles a los Jueces que las
expidieron, porque la función de identificar plenamente a quien
suplantó al accionante en ese proceso penal, debía ser cumplida
por la Fiscalía y el GAULA. Es evidente que no cumplieron su fun-
ción de manera impecable, pues el penado suplantó la identidad
de quien hoy interpone el amparo.

No basta pues con la mera enunciación de los datos del impu-


tado, es deber de la fiscalía general de la nación, verificar la plena
identidad del sujeto a vincular agotando la totalidad de los meca-
nismos que la ley aporta para ello.

2. Relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevan-


tes, en lenguaje comprensible, lo cual no implicará el descubrimien-
to de los elementos materiales probatorios, evidencia física ni de la
información en poder de la Fiscalía, sin perjuicio de lo requerido
para solicitar la imposición de medida de aseguramiento.

Como se viene advirtiendo desde ítems pasados, el acto comuni-


cativo de la imputación, enmarca la congruencia fáctica por la cual
habrá de regirse la actuación penal hasta su culminación. Si bien es
cierto la imputación jurídica es flexible o provisional, los hechos por
los cuales se adelantará la persecución penal son estáticos en inmo-
dificables, debiendo el fiscal velar por una adecuada tipificación de
la o las conductas por las cuales se investiga al imputado.

[ 49 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

La imputación de cargos debe realizarse en un lenguaje com-


prensible, no al juez ni a las demás partes e intervinientes, sino
al imputado, pues es este quien soporta los efectos de la persecu-
ción penal y quien debe comprender los hechos y las consecuencias
jurídicas que se devienen del acto comunicativo realizado por la
fiscalía.
La errónea comunicación por parte del fiscal, puede conducir a
equívocos por parte del imputado, que conducirán necesariamente
a problemáticas tales como la retractación al allanamiento (Art.
293) o eventuales nulidades (Art. 455 y ss.,) por cuanto cualquiera
sea la determinación que adopte el imputado en punto al allana-
miento, debe tratarse de una decisión libre, consciente, voluntaria
y debidamente informada de donde solo es posible lograr dichos
cometidos en tanto y en cuanto la fiscalía cumpla con el precepto
objeto de estudio de presentar una narración clara y sucinta de los
hechos jurídicamente relevantes, en un lenguaje comprensible al
imputado.
Por otro lado, como ya se ha advertido, la Imputación de cargos
no se erige como un escenario en donde el fiscal se encuentre en
la obligación de exhibir descubrimiento probatorio alguno, pero de
acuerdo a lo normado en los artículos 286 y 287, la imputación de
cargos se presenta cuando de los elementos materiales probatorios,
evidencia física e información legalmente obtenida se pueda afirmar
que el hecho existió y que el ciudadano es autor o participe de la
conducta investigada, razón por la cual se insiste en que la fiscalía,
pese a no encontrarse obligada a descubrir elemento de convicción
alguno, si debe por lo menos enunciar cuales son los elementos que
lo llevan a la inferencia necesaria de autoría o participación, pues
de lo contrario se abriría la puerta a imputaciones deshilvanadas
en desmedro de las garantías mínimas de los coasociados.

3. Posibilidad del investigado de allanarse a la imputación y a


obtener rebaja de pena de conformidad con el artículo 351.

La audiencia de formulación de Imputación, marca el primer


momento procesal en el cual, el imputado puede aceptar respon-
sabilidad penal por los cargos endilgados, haciéndose acreedor al
descuento punitivo consagrado en el artículo 351 de la ley 906 de
2004, esto es, de hasta un 50% de la pena a imponer, siempre que

[ 50 ]
1. marco teórico

dicho allanamiento opere en la audiencia de Imputación de cargos


o hasta ante de presentarse el escrito de acusación.
No obstante con posterioridad a la entrada en vigencia de la ley
906 de 2004, se inició una sistemática reducción de los beneficios
procesales a quienes se acogían al mecanismo de terminación anti-
cipada del proceso por vía de allanamiento a cargos.
Fue así, como en un primer momento la ley 1098 de Noviembre
8 de 2006, incorporo la prohibición de beneficios y subrogados para
aquellos delitos enlistados en el artículo 199 de la norma en cita, in-
corporando también la prohibición degenerarse las circunstancias
descritas en el artículo 200 de la misma norma así:
Artículo 199. Beneficios y mecanismos sustitutivos. Cuando se
trate de los delitos de homicidio o lesiones personales bajo moda-
lidad dolosa, delitos contra la libertad, integridad y formación se-
xuales, o secuestro, cometidos contra niños, niñas y adolescentes,
se aplicarán las siguientes reglas:

1. Si hubiere mérito para proferir medida de aseguramiento en


los casos del artículo 306 de la Ley 906 de 2004, esta consistirá
siempre en detención en establecimiento de reclusión. No serán
aplicables en estos delitos las medidas no privativas de la liber-
tad previstas en los artículos 307, literal b), y 315 de laLey 906
de 2004.

2. No se otorgará el beneficio de sustitución de la detención pre-


ventiva en establecimiento carcelario por la de detención en el
lugar de residencia, previsto en los numerales 1 y 2 del artículo
314 de la Ley 906 de 2004.

4. No procederá el subrogado penal de Suspensión Condicional de


la Ejecución de la Pena, contemplado en el artículo 63 del Código
Penal.

5. No procederá el subrogado penal de Libertad Condicional, pre-


visto en el artículo 64 del Código Penal.

6. En ningún caso el juez de ejecución de penas concederá el be-


neficio de sustitución de la ejecución de la pena, previsto en el
artículo 461 de la Ley 906 de 2004.

7. No procederán las rebajas de pena con base en los “preacuerdos


y negociaciones entre la fiscalía y el imputado o acusado”, previs-
tos en los artículos 348 a 351 de la Ley 906 de 2004.

[ 51 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

8. Tampoco procederá ningún otro beneficio o subrogado judicial


o administrativo, salvo los beneficios por colaboración consagra-
dos en el Código de Procedimiento Penal, siempre que esta sea
efectiva.

Parágrafo transitorio. En donde permanezca transitoriamente


vigente la Ley 600 de 2000, cuando se trate de delitos a los que
se refiere el inciso primero de este artículo no se concederán los
beneficios de libertad provisional garantizada por caución, extin-
ción de la acción penal por pago integral de perjuicios, suspensión
de la medida de aseguramiento por ser mayor de sesenta y cinco
(65) años, rebajas de pena por sentencia anticipada y confesión;
ni se concederán los mecanismos sustitutivos de la pena privativa
de la libertad de condena de ejecución condicional o suspensión
condicional de ejecución de pena, y libertad condicional. Tampoco
procederá respecto de los mencionados delitos la prisión domi-
ciliaria como sustitutiva de la prisión, ni habrá lugar a ningún
otro beneficio subrogado legal, judicial o administrativo, salvo los
beneficios por colaboración consagrados en el Código de Procedi-
miento Penal siempre que esta sea efectiva.(Nota: Ver Sentencia
C-055 de 2010.).

Artículo 200. El artículo 119 de la Ley 599 de 2000 quedará así:

Artículo 119. Circunstancias de agravación punitiva. Cuando con


las conductas descritas en los artículos anteriores, concurra algu-
na de las circunstancias señaladas en el artículo 104 las respecti-
vas penas se aumentarán de una tercera parte a la mitad.

Cuando las conductas señaladas en los artículos anteriores se co-


metan en niños y niñas menores de catorce (14) años las respecti-
vas penas se aumentaran en el doble.

Las disposiciones previstas en el artículo 199 y 200 de la ley


1098 de 2006, se han interpretado incluyendo en el alcance de las
mismas a la aceptación unilateral de cargos por vía de allanamien-
to, siendo improcedente cualquier beneficio en este tipo de punibles.
Posteriormente la ley 1.121 de Diciembre de 2006, restringe nue-
vamente la aplicación de beneficios procesales por vía de aceptación
de cargos o cualquier otro beneficio en los punibles allí enlistados así:
Artículo 26. Exclusión de beneficios y subrogados. Cuando se tra-
te de delitos de terrorismo, financiación de terrorismo, secuestro
extorsivo, extorsión y conexos, no procederán las rebajas de pena

[ 52 ]
1. marco teórico

por sentencia anticipada y confesión, ni se concederán subroga-


dos penales o mecanismos sustitutivos de la pena privativa de la
libertad de condena de ejecución condicional o suspensión condi-
cional de ejecución de la pena, o libertad condicional. Tampoco
a la prisión domiciliaria como sustitutiva de la prisión, ni habrá
lugar ningún otro beneficio o subrogado legal, judicial o adminis-
trativo, salvo los beneficios por colaboración consagrados en el
Código de Procedimiento Penal, siempre que esta sea eficaz.

Ya en vigencia de la ley 1.453 de 2011, el artículo 57 de la misma


sostiene:
Artículo 57. Flagrancia. El artículo 301 de la Ley 906 de 2004
quedará así:

Artículo 301. Flagrancia. Se entiende que hay flagrancia cuando:

(…)

Parágrafo. La persona que incurra en las causales anteriores sólo


tendrá ¼ del beneficio de que trata el artículo 351 de la Ley 906
de 2004.

La norma en cita suscito múltiples discusiones en punto a su


aplicación, considerándose por muchos que debería ser inaplicada
al tratarse de una norma inconstitucional, violatoria del principio
de igualdad y estricta tipicidad; Otros, por su parte consideraron
que existía en el legislador, la voluntad de generar una rebaja de
pena estándar a quien fuere sorprendido en situación de flagrancia,
dicha rebaja ascendería de manera única al 25% de la pena a im-
poner; Otra de las interpretaciones conducía a que debía generarse
una rebaja de pena gradual, de hasta ¼ de la pena a imponer de
acuerdo al momento procesal en el cual se efectuara el allanamien-
to a cargos. Esta última fue la posición acogida por la Honorable
Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, posición
por demás adoptada por vía constitucional en sentencia C-654 de
2012. En ella, el máximo tribunal Constitucional25 postulo que:

25
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-645 de 2012. M. P. Nilson
Pinilla Pinilla

[ 53 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

La hermenéutica adecuada del parágrafo del artículo 57 de


la Ley 1453 de 2011, en lo que respecta a la limitación de los be-
neficios punitivos en caso de allanamiento o aceptación de cargos
y preacuerdos o negociaciones entre la fiscalía y el imputado o
acusado, cuando exista flagrancia resulta aplicable no sólo cuan-
do esa forma de terminación anticipada del proceso tenga lugar
en (i) la audiencia de formulación de la imputación (hasta en 1/4
parte del beneficio, que allí es hasta la mitad de la pena indivi-
dualizada, es decir, entre un día y el 12,5% de la pena a imponer);
también en posteriores actuaciones como durante (ii) la audien-
cia de formulación de acusación (hasta en 1/4 parte del beneficio
a otorgar que es hasta 1/3, esto es, entre un día y el 8.33% de la
eventual pena) y (iii) en el juicio oral (1/4 parte de la 1/6 que allí
se otorga, es decir, 4.16% de la pena respectiva).

Audiencia de Rebaja original Rebaja actual


imputación hasta ½ (50%) 12.5 % (hasta 1/4
Art. 351 (L. 906/04 de la mitad)

Audiencia hasta 1/3 (33.3%) 8.33% (hasta 1/4


preparatoria de la tercera parte)
Art. 356 numeral
5 (L. 906/04)
Audiencia 1/6 (16.6%) 4.16% (1/4 de la
juicio oral sexta parte)
Art. 367
(L. 906/04)

Así las cosas la intención originaria del legislador se ha venido


a menos, así como la sistemática acusatoria, permitiendo e incor-
porando de manera gradual y sistemática más y más excepciones y
prohibiciones con respecto a la posibilidad de terminaciones antici-
padas de procesos, en donde el imputado, por iniciativa propia o por
acuerdo con la fiscalía den por finalizado el proceso. A este fenóme-
no de aumento indiscriminado de penas y limitación de beneficios,
la Honorable Corte Suprema de Justica en Sala de Casación Penal,
le dio la denominación de inflación legislativa y en una profética
decisión advirtió:
la Corte no podría culminar sin dejar de expresar al Alto Gobier-
no y particularmente al Congreso de la República, su creciente

[ 54 ]
1. marco teórico

preocupación por la manifiesta inflación legislativa que observa,


específicamente en lo atinente al aumento indiscriminado y des-
mesurado de penas y la supresión de beneficios de toda índole por
la realización de específicos tipos de conductas punibles, mediante
la expedición de un cúmulo de normas, las cuales, las más de
las veces, no obedecen al resultado de estudios políticos, crimi-
nológicos o sociológicos serios, sino al mero capricho de quienes
las proponen o aprueban, cuando no al interés de un sector de la
economía o de la política, en desmedro de caras garantías fun-
damentales y principios inherentes al concepto de Estado social
y democrático de derecho, tales como los de igualdad, legalidad,
favorabilidad y proporcionalidad, para solo mencionar algunos
de ellos.

Lo anterior, sin perjuicio de advertir cómo de manera paulati-


na últimamente el principio acusatorio se ha venido a menos, a
través de la introducción de múltiples excepciones a la que, en
un comienzo, no solamente se consideró como regla general sino
también columna vertebral del nuevo sistema de procesamiento
penal, esto es, la posibilidad de lograr el proferimiento de fallos
de conformidad con el acusado, el allanamiento a cargos o la ce-
lebración de acuerdos y preacuerdos con la Fiscalía, cuyos fines,
a términos del artículo 348 de la Ley 904 de 2004, no eran otros
que los de “humanizar la actuación procesal y la pena; obtener
pronta y cumplida justicia; activar la solución de los conflictos
sociales que genera el delito; propiciar la reparación integral de
los perjuicios ocasionados con el injusto y lograr la participación
del imputado en la definición de su caso” y sobre los cuales se
desarrolló y se puso en funcionamiento el modelo, bajo la idea de
alcanzar mayores grados de una justicia material, restaurativa,
pronta y eficaz.

La Corte hace saber que de continuar esta tendencia, los proce-


sos penales que en condiciones de normalidad deberían terminar
a la mayor brevedad posible a través de sentencias anticipadas
proferidas de conformidad con el imputado, por fuerza de una
normativa expedida sin contar con estudios criminológicos, socio-
lógicos o estadísticos previos que le sirvan de fundamento, deben
continuar su curso en etapa de juicio, surtir todas las fases ordi-
narias del trámite, y llegar incluso a casación, con el resultado
de generar mayores grados de congestión en los despachos judi-
ciales, incluyendo por su puesto a la Corte, con evidente perjuicio

[ 55 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

para los derechos de las victimas, los acusados y el conglomerado


en general, pues mientras la sentencia no se encuentre en firme, no
resulta de obligatorio cumplimiento26

Y más recientemente estableció la misma corporación:


3.8 Cuestión final: exhortación a la consistencia de la política cri-
minal.

No obstante, haciendo abstracción de dicha realidad y denotando


una absoluta falta de consistencia en la política criminal –carac-
terizada por ser reactiva; carente de fundamentación empírica;
incoherente; alejada de una perspectiva de derechos humanos;
tendiente al endurecimiento de penas; poco reflexiva frente a los
desafíos del contexto colombiano y subordinada a la política de
seguridad --, las iniciativas legislativas en materia penal y proce-
sal penal, a la batuta de un exacerbado populismo punitivo, han
venido restringiendo las posibilidades de aplicación de mecanis-
mos de justicia premial, sin considerar que, lejos de avanzar en
el afianzamiento de una pronta, cumplida y adecuada justicia,
están perjudicando la funcionalidad del sistema y consolidando
su inoperancia.

Y no podía ser de otra manera, por cuanto, junto a otros factores


regresivos, los recortes a los mecanismos de terminación antici-
pada del proceso –con las consecuentes prohibiciones de rebaja
de pena y prohibición de beneficios favorables a la libertad perso-
nal-- conducen inexorablemente a la congestión judicial, en tanto,
careciendo de los recursos económicos, humanos y logísticos sufi-
cientes para procesar ordinariamente todas las causas, el sistema
no puede atender con suficiencia la demanda de justicia penal, lo
que, a su vez, aumenta el riesgo de impunidad y deslegitima la
labor de la judicatura.

En consecuencia, la Corte reitera su llamado de atención a las


instancias legislativas y gubernativas competentes, a fin de que,
de una vez por todas, la política criminal en Colombia transite
por los senderos que dictan tanto la Constitución como la raciona-
lidad instrumental de las medidas procesales implementadas con
ocasión del Acto legislativo N° 03 de 2002 . Se trata, entonces, de

26
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia del 5 de Noviembre de 2008.
Radicado 29.053. M. P. José Leónidas Bustos .

[ 56 ]
1. marco teórico

lograr coherencia, consistencia y permanencia en los lineamientos


para el tratamiento de los fenómenos delictivos, sin desconocer
que la fijación de las penas debe responder a criterios de propor-
cionalidad y que el sistema penal ha de articular con fina preci-
sión las medidas penales sustanciales con los efectos que, a través
del proceso, pretende materializar el Estado social y democrático
de derecho.

Pues bien, pese a los llamados efectuados por la alta corporación


de cierre, se tiene que actualmente las limitaciones a los benefi-
cios procesales por allanamiento a cargos se mantienen, por cuanto
aun cuando la Honorable Corte hace un llamado a la morigeración
en la política criminal, las normas ya promulgadas mantienen su
vigencia y aplicación. No obstante, por vía jurisprudencial, la mis-
ma colegiatura ha considerado, que en tratándose de los delitos de
extorsión y conexos- enlistados en el artículo 26 de la ley 1.121 de
2006 – y los delitos contra la libertad y formación sexual, vida e in-
tegridad personal y libertad individual y otras garantías, en donde
el sujeto pasivo sea un menor de 18 años, no es aplicable el artículo
14 de la ley 890 de 2004, por cuanto dicha normativa tuvo por obje-
to aumentar las penas de la parte especial del código penal en 1/3
parte frente al mínimo y la ½ frente al máximo de la pena, en aras
a que ante el eventual fenómeno de aceptación de cargos , la reba-
ja otorgada – de hasta el 50% de la pena a imponer- no generara
penas irrisorias, empero, ante la restricción en las rebajas de pena
por allanamiento a cargos, ningún objeto tendría aplicarle este au-
mento de pena a los procesados.
Por consiguiente, a la luz de la argumentación aquí desarrollada,
fuerza concluir que habiendo decaído la justificación del aumento
de penas del art. 14 de la Ley 890 de 2004, en relación con los de-
litos incluidos en el art. 26 de la Ley 1121 de 2006 --para los que
no proceden rebajas de pena por allanamiento o preacuerdo--, tal
incremento punitivo, además de resultar injusto y contrario a la
dignidad humana, queda carente de fundamentación, conculcán-
dose de esta manera la garantía de proporcionalidad de la pena…

Así mismo, en ejercicio de su función de unificación de la juris-


prudencia, la Sala advierte que, en lo sucesivo, una hermenéutica
constitucional apunta a afirmar que los aumentos de pena previs-

[ 57 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

tos en el art. 14 de la Ley 890 de 2004 son inaplicables frente a los


delitos reseñados en el art. 26 de la Ley 1121 de 2006. No sin an-
tes advertir que tal determinación de ninguna manera comporta
una discriminación injustificada, en relación con los acusados por
otros delitos que sí admiten rebajas de pena por allanamiento y
preacuerdo, como quiera que, en eventos de condenas precedidas
del juicio oral, la mayor intensidad punitiva no sería el producto
de una distinción arbitraria en el momento de la tipificación le-
gal, ajustada por la Corte, sino el resultado de haber sido venci-
do el procesado en el juicio, sin haber optado por el acogimiento
a los incentivos procesales ofrecidos por el legislador; mientras
que, frente a sentencias condenatorias por aceptación de cargos,
la menor punibilidad, precisamente, sería la consecuencia de ha-
berse acudido a ese margen de negociación, actualmente inacce-
sible a los delitos referidos en el art. 26 de la Ley 1121 de 200627.

Por consiguiente, y en la línea que se ha defendido a lo largo de


esta disertación, se tiene que el acto de comunicación de la Impu-
tación, no es una mera comunicación informal, es y así se reconoce,
un acto comunicativo de índole procesal, que debe ajustarse a los
mínimos requisitos de inferencia razonable de autoría o participa-
ción, fundado en elementos de convicción legalmente allegados a la
actuación, en donde el fiscal debe imputar fácticamente los hechos
por los cuales se dará inicio a la investigación penal, obligándose a
realizar un juicio de estricta tipicidad, no solo en cuanto al delito
o delitos imputados, sino también frente a la eventualidad de los
beneficios procesales de frente al imputado. Se advierte, que en tra-
tándose del allanamiento a cargos la decisión debe estar exenta de
vicios razón por la cual es el fiscal, en principio, el llamado a tras-
mitir dicha imputación fáctica y jurídica sin vicio alguno, y en el
evento en que así no suceda, son las partes, pero sobre todo el juez,
el llamado a exigir la corrección de la imputación, cuando menos,
en lo que tiene que ver con el allanamiento a cargos, por cuanto
este debe ser libre, consciente, voluntario y exento de vicios en el
consentimiento.

27
Colombia. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Sala Penal. Sentencia de
casación 33.254 del 27 de Febrero de 2023 M.P. José Leónidas Bustos.
Postura ratificada en el radicado 39.719 de Junio 19 de 2014 y más recien-
temente en sentencia de revisión 43.264 de Agosto 20 de 2014.

[ 58 ]
OJO: TENGO DUDA CON ESTA NUMERACIÓN... SI ES CORRECTO???? VENI-
MOS TRABAJANDO 1.1.1.X (no hemos hecho numeral 2, ni 2.1, ni 2.2, ni 2.1.1... que
serían los que anteceden a este numeral.)
1. marco teórico

2. Advierte la Corte, antes de emprender el examen del cargo y en


concordancia con lo dicho en pasada oportunidad (CSJ SP, 8 Jul
2009, Rad. 31280), que el allanamiento a cargos y los preacuer-
dos entre procesado y Fiscalía se encuentran sujetos a control
judicial. El Juez los aprueba si en su formación no se han violado
derechos fundamentales, dentro de los cuales se comprenden, en-
tre otros, la legalidad, la estricta tipicidad y el debido proceso.28

2.2.1.1. Efectos de la Audiencia de Formulación de Impu-


tación

Autores como Bernal & Montealegre (2013), señalan como efec-


tos de la imputación la (i) Formalización de la Investigación Penal;
(ii) Interrupción de la prescripción; (iii) La persona imputada ad-
quiere la condición de vinculado (iv) La imputación determina el
lapso para el perfeccionamiento de la investigación penal, que debe
culminar con la preclusión de la investigación o la acusación ante
el juez de conocimiento, salvo que se apliquen las formas anticipa-
das de terminación del proceso, igualmente la imputación de cargos
conlleva a la (v) La prohibición de enajenación de bienes sujetos a
registro (vi) la imposibilidad de dar por terminado el proceso me-
diante archivo o conciliación (viii) la apertura a la aplicación del
principio de oportunidad (viii) la posibilidad de optar por la media-
ción penal entre otros.

I. Formalización de la investigación penal.


La formulación oral de imputación, implica la superación de la
incertidumbre y la llegada al estadio epistemológico de la inferen-
cia razonable de autoría o participación, razón por la cual al im-
putar cargo el fiscal formaliza la investigación en la cual, a partir
de ese momento debe reunir los elementos de prueba suficientes o
bien para presentar escrito de acusación (Art. 336 y ss.) Solicitar
la preclusión (Art. 331 y ss.) o darle aplicación al principio de opor-
tunidad.

28
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala Penal. Sentencia de casación
40.972 del 5 de Agosto de 2014 M.P. Patricia Salazar Cuellar.

[ 59 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

La indagación en lo penal, conforme los artículos 205 y ss., de la


ley 906 de 2004 tendrá por objeto verificar la existencia de la con-
ducta punible, la identidad del presunto infractor, el agotamiento
de las condiciones de procesabilidad- querella- y procedibilidad –
conciliación pre judicial obligatoria, la verificación de ausencia de
circunstancias de ausencia de responsabilidad (Art. 32 del C.P) y la
afectación económica de ser el caso. Imputar cargos implica, sino
bien el estricto agotamiento de cada uno de estos requisitos, si la
certidumbre de quien es el presunto autor o participe de la conduc-
ta delictiva y la verificación ontológica de una conducta delictiva,
y si bien imputar cargos no genera inequívocamente la obligación
de emprender la acción penal mediante la acusación, si supone la
intención del fiscal de emprenderla.
II. Interrupción de la prescripción.
Bajo la redacción original de la ley 599 de 2000, la interrupción
de la prescripción operaba con la resolución de acusación en firme
Artículo 86 Interrupción y suspensión del término prescriptivo de
la acción. La prescripción de la acción penal se interrumpe con la
resolución acusatoria o su equivalente debidamente ejecutoriada.

La ley 890 de 2004, claramente preparatoria de la entrada en


vigencia de la ley 906 de 2004, en su artículo sexto indicó:
Artículo 86. Inciso modificado por la Ley 890 de 2004, artículo 6,
La prescripción de la acción penal se interrumpe con la formula-
ción de la imputación.

Y en igual sentido fue plasmado por la ley 906 de 2004, en su


artículo 291:
Artículo 292. Interrupción de la prescripción. La prescripción de
la acción penal se interrumpe con la formulación de la imputación.

Producida la interrupción del término prescriptivo, este comen-


zará a correr de nuevo por un término igual a la mitad del seña-
lado en el artículo 83 del Código Penal. En este evento no podrá
ser inferior a tres (3) años

A excepción de lo previsto en el artículo 298, parágrafo primero


modificado por la ley 1.142 de 2007 en su artículo 18, y declarado

[ 60 ]
1. marco teórico

exequible condicionalmente por la sentencia C-425 de 2008, solo


la imputación de cargos interrumpirá el termino prescriptivo de la
acción penal, mismo que se verá suspendido con el proferimiento
de la sentencia de segunda instancia conforme el artículo 189 de la
ley 906 de 2004
Artículo 189. Suspensión de la prescripción. Proferida la senten-
cia de segunda instancia se suspenderá el término de prescrip-
ción, el cual comenzará a correr de nuevo sin que pueda ser su-
perior a cinco (5)

III. Vinculación formal al proceso.


Como se ha advertido, el ejercicio del derecho a la defensa no
tiene límite temporal29 alguno pudiendo ejercerse actos de defensa
activa desde fases previas a la imputación de cargos, como clara-
mente lo sostuvo el legislador en el artículo 267 de la ley 906 de
2004, no obstante, es la imputación de cargos, el acto procesal por
excelencia en donde se vincula formalmente al investigado, ya en
calidad de imputado, comunicándosele el inicio formal de una in-
vestigación en su contra.
IV. Activación de los terminos procesales para el perfecciona-
miento de la investigación.

Conforme al artículo 175 de la ley 906 de 2004, modificado por el


artículo 49 de la ley 1.453 de 2011, a partir del día siguiente al de la
formulación de imputación, se le genera al fiscal la carga procesal
o bien de presentar acusación, solicitar la preclusión o darle aplica-
ción al principio de oportunidad.
Artículo 175. Modificado por la Ley 1453 de 2011, artículo 49.
Duración de los procedimientos. El término de que dispone la Fis-
calía para formular la acusación o solicitar la preclusión no podrá
exceder de noventa (90) días contados desde el día siguiente a la
formulación de la imputación, salvo lo previsto en el artículo 294
de este código.

El término será de ciento veinte (120) días cuando se presente


concurso de delitos, o cuando sean tres o más los imputados o

29
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia del 21 De Marzo de 2007 M. P.
Marco Gerardo Monroy Cabra

[ 61 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

cuando se trate de delitos de competencia de los Jueces Penales


de Circuito Especializados.

A su vez el artículo 294 de la ley 906 de 2004, modificado por el


artículo 55 de la ley 1.453 de 2011, dispuso la sanción frente al ven-
cimiento del termino máximo previsto en la norma anteriormente
citada
Artículo 294. Modificado por la Ley 1453 de 2011, artículo 55.
Vencimiento del término. Vencido el término previsto en el ar-
tículo 175 el fiscal deberá solicitar la preclusión o formular la
acusación ante el juez de conocimiento.

De no hacerlo, perderá competencia para seguir actuando de lo


cual informará inmediatamente a su respectivo superior.

En este evento el superior designará un nuevo fiscal quien debe-


rá adoptar la decisión que corresponda en el término de sesenta
(60) días, contados a partir del momento en que se le asigne el
caso. El término será de noventa (90) días cuando se presente
concurso de delitos, o cuando sean tres o más los imputados o
cuando el juzgamiento de alguno de los delitos sea de competen-
cia de los jueces penales del circuito especializado.

Vencido el plazo, si la situación permanece sin definición el im-


putado quedará en libertad inmediata, y la defensa o el Minis-
terio Público solicitarán la preclusión al Juez de Conocimiento.

La posibilidad de solicitar la preclusión frente a este tipo de


eventos, fue limitada por la Honorable Corte Constitucional en
Sentencia C-806 de 200830 en donde se consideró que:
El artículo 294 de la Ley 906 de 2004 regula un supuesto excepcio-
nal, consistente en que, ante una omisión grave del órgano de in-
vestigación, la defensa o el Ministerio Público quedan facultados
para solicitarle al juez decretar la preclusión de la investigación
pasados sesenta (60) días de la audiencia de imputación de car-
gos, sin que exista formulación de una acusación, y el imputado
quedará en libertad inmediata; pero no establece una causal ob-
jetiva de extinción de la acción penal; tan sólo pretende ponerle

30
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia c-806 de 2008 M. P. Humberto
Antonio Sierra.

[ 62 ]
1. marco teórico

término a una situación procesal anormal, derivada de la inacti-


vidad del órgano investigador.

En este orden de ideas, si bien lo usual es que la Fiscalía Gene-


ral de la Nación le solicite al juez de conocimiento decretar la
preclusión de la investigación, el artículo 294 de la Ley 906 de
2004 regula un supuesto excepcional, consistente en que, ante una
omisión grave del órgano de investigación, la defensa o el Minis-
terio Público quedan facultados para solicitarle al juez decretar
la preclusión de la investigación pasados sesenta (60) días de la
audiencia de imputación de cargos, sin que exista formulación de
una acusación. Señala asimismo el artículo 294 del nuevo C.P.P.
una segunda consecuencia jurídica: el imputado quedará en liber-
tad inmediata.

Adviértase entonces que, contrario a lo sostenido por la deman-


dante, el juez de conocimiento no deberá declarar la preclusión de
la investigación pasados sesenta (60) días, sino que la defensa o
el Ministerio Público podrán solicitarle tal medida. En otras pa-
labras, el juez decidirá autónomamente si se presenta o no alguna
de las causales legales que justifiquen tal decisión.

Cualquiera sea la interpretación que se le dé a la norma, lo cier-


to es que a partir del día siguiente a la imputación de cargos, el
fiscal, coherente con el compromiso de haber vinculado al imputado
a la actuación, se obliga a definir su situación jurídica, ya sea por
vía de la acusación, dando inicio a la fase de juzgamiento, o dando
aplicación al principio de oportunidad, o por ultimo solicitando la
preclusión si no existiere mérito para acusar. El evento de que el
fiscal incumpla con su deber constitucional, legitimará a la defensa
y al ministerio público para acudir al juez de conocimiento, a quien
en principio solo puede acudir el fiscal dada la fase procesal en la
que se encuentra, para que este resuelva sobre la petición de extin-
ción de la acción penal.
V. Prohibición de enajenación de bienes sujetos a registro.
La imputación por sí misma, no tiene la virtualidad de afectar
la libertad personal del Imputado, pues ella se debate solo en sede
de solicitud de imposición de medida de aseguramiento, pero de
manera accesoria a la imputación le deviene al vinculado la carga
procesal de no enajenación de bienes sujetos a registro, conforme lo
dispone el artículo 97 de la ley 906 de 2004 así:

[ 63 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Artículo 97. Prohibición de enajenar. El imputado dentro del pro-


ceso penal no podrá enajenar bienes sujetos a registro durante los
seis (6) meses siguientes a la formulación de la imputación, a no
ser que antes se garantice la indemnización de perjuicios o haya
pronunciamiento de fondo sobre su inocencia.

Esta obligación deberá ser impuesta expresamente en la audien-


cia correspondiente. Cualquier negociación que se haga sobre los
bienes sin autorización del juez será nula y así se deberá decretar.

Para los efectos del presente artículo el juez comunicará la pro-


hibición a la oficina de registro correspondiente.

Lo anterior sin perjuicio de los negocios jurídicos realizados con


anterioridad y que deban perfeccionarse en el transcurso del pro-
ceso y de los derechos de los terceros de buena fe, quienes podrán
hacerlos valer, personalmente o por intermedio de abogado den-
tro de una audiencia preliminar que deberá proponerse, para ese
único fin, desde la formulación de la imputación hasta antes de
iniciarse el juicio oral, con base en los motivos existentes al tiem-
po de su formulación. El juez que conozca del asunto resolverá de
plano.

Esta carga procesal se caracteriza por: (i) Tener una duración


condicionada a los 6 meses posteriores a la imputación, lo cual la
diferencia de las medidas cautelares que pueden solicitar la víctima
o la fiscalía que perduraran durante todo el proceso; (ii) Esta obli-
gación puede obviarse por el Juez de garantías, en el evento de que
exista garantía de reparación previa a la imputación, o levantarse
por el mismo funcionario o un homologo suyo al existir garantía
de reparación de perjuicios; (iii) Debe ser expresa, es decir, no se
trata de una obligación tacita en contra del imputado, esta debe
comunicarse por el juez como efecto propio de la imputación, advir-
tiendo que cualquier negociación que se realice con posterioridad a
la comunicación será susceptible de anulación. El juez, culminada
la imputación se obliga a remitir los oficios a los registradores de
instrumentos públicos correspondientes; (iv) En todo caso el juez
de garantías que conozca de la imputación u otro diferente, podrá
autorizar la celebración de negocios anteriores, en pro de la no afec-
tación de terceros de buena fe, advirtiendo que su determinación es
de plano.

[ 64 ]
1. marco teórico

Frente a la figura objeto de análisis restan dos observaciones:


1. ¿Dicha prohibición debe operar en todas las imputaciones? Si
la finalidad de la prohibición de enajenación es la de la reparación
de perjuicios e indemnización a las víctimas, acaso dicha limita-
ción ¿no debería operar solo en los eventos de víctima identificada
o identificable? Consideramos que efectivamente, solo en los delitos
en donde claramente se afecta un bien jurídico particular (perso-
na natural o jurídica) es predicable dicha prohibición, por cuanto
aplicarla en delitos con sujeto pasivo indeterminado o en aquellos
bienes jurídicos abstractos tales como la seguridad pública, salu-
bridad pública etc., dicha limitación al patrimonio resulta inútil y
desproporcionada.
2. ¿Será válido predicar que la prohibición de enajenación de
bienes sujetos a registro, como efecto de la imputación es también
un acto comunicativo? ¿Carente de recursos al adoptarse de plano?
Frente a este interrogante se considere que la respuesta debe ser
negativa por varias razones: a.) La prohibición de enajenar bienes
sujetos a registro no es un acto de comunicación, sino una determi-
nación jurisdiccional por parte del juez en función de garantías; b.)
Los jueces, conforme al artículo 161 de la ley 906 de 2004 emiten,
autos, sentencias u órdenes, el juez de garantías se encuentra ha-
bilitado para dictar autos y ordenes, las ultimas de cumplimiento
inmediato sin que pueda predicarse la procedencia de recursos en
contra de ellas; c.) La prohibición de enajenar bienes sujetos a re-
gistro, limita un derecho del procesado, razón por la cual no debe
entenderse como una orden, sino como un auto, que debe ser comu-
nicado conforme al artículo 168 de la ley 906 de 2004 y por ultimo
d.) Los autos que se refieran a la libertad del imputado o que tengan
incidencia patrimonial son susceptibles de doble instancia, razón
por la cual son susceptibles de recurso de apelación.
Concluimos entonces que al no ser una determinación que se
adopte como orden, ni frente a la cual no sea susceptible de recurso
alguno, dicha prohibición debe imponerse mediante auto, motivan-
do las razones de la misma y permitiendo los recursos de ley, y a
falta de ellos será susceptible la interposición de la queja,

[ 65 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

VI. Imposibilidad de dar por terminado el proceso por archivo o


cocniliación.

El fiscal titular del ejercicio de la acción, conforme lo ordenan los


artículos 78 y ss., de la ley 906 de 2004, puede generar el archivo
de las diligencias, emitiendo una orden escrita y motivada, comu-
nicada a la víctima y al ministerio público, quienes podrán recurrir
tal determinación ante el juez de garantías31 , cuando no encuentre
elementos para imputar. Dicho archivo a voces de la Honorable
Corte Constitucional, en sentencia C-1.154 de 2005 se ajusta a la
constitución siempre y cuando:
Habiendo constatado que el archivo de la diligencia no correspon-
de a una aplicación del principio de oportunidad ni tampoco se
trata de una preclusión del proceso, no son de recibo los argumen-
tos planteados por los demandantes sobre la inconstitucionalidad
del archivo de la diligencia por parte del fiscal sin el control del
juez de garantías o juez competente. Sin embargo, la amplitud de
los términos empleados en la norma acusada para referirse a la
causa del archivo, hace necesario precisar la expresión para que
se excluya cualquier interpretación de la norma que no correspon-
da a la verificación de la tipicidad objetiva. Como la decisión de
archivo de una diligencia afecta de manera directa a las víctimas,
dicha decisión debe ser motivada para que éstas puedan expre-
sar su inconformidad a partir de fundamentos objetivos y para
que las víctimas puedan conocer dicha decisión. Para garantizar
sus derechos la Corte encuentra que la orden del archivo de las
diligencias debe estar sujeta a su efectiva comunicación a las víc-
timas, para el ejercicio de sus derechos. Igualmente, se debe resal-
tar que las víctimas tienen la posibilidad de solicitar la reanuda-
ción de la investigación y de aportar nuevos elementos probatorios
para reabrir la investigación. Ante dicha solicitud es posible que
exista una controversia entre la posición de la Fiscalía y la de las
víctimas, y que la solicitud sea denegada. En este evento, dado que
se comprometen los derechos de las víctimas, cabe la intervención
del juez de garantías. Se debe aclarar que la Corte no está orde-
nando el control del juez de garantías para el archivo de las dili-
gencias sino señalando que cuando exista una controversia sobre
la reanudación de la investigación, no se excluye que las víctimas

31
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia-C591 de 2005 M. P. Clara
Inés Vargas

[ 66 ]
1. marco teórico

puedan acudir al juez de control de garantías. De acuerdo a las


anteriores consideraciones, para que dicho artículo sea ajustado
a la Constitución se debe condicionar el sentido de la expresión
“motivos o circunstancias fácticas que permitan su caracteriza-
ción como delito” en el entendido de que dicha caracterización co-
rresponde a la tipicidad objetiva y que la decisión del archivo de
las diligencias debe ser motivada y comunicada al denunciante y
al Ministerio Público para el ejercicio de sus derechos y funciones.
Por lo tanto, la Corte Constitucional declarará la exequibilidad
del artículo 79 de la Ley 906 de 2004 condicionándolo en dichos
términos32.

Así las cosas, la posibilidad de que el fiscal archive las diligen-


cias, caducará en el momento en que formule la imputación de car-
gos, pues a partir de esta, deberá, si sobrevienen las causales para
considerar la conducta amparada en una causal de ausencia de res-
ponsabilidad, inexistente, atípica, existente más no realizada por el
imputado o siendo imposible desvirtuar la presunción de inocencia
del mismo, solicitar la preclusión ante el juez de conocimiento.
VII. Posibilidad de darle aplicación al principio de oportunidad.
Conforme el artículo 323, la fiscalía en la investigación o en el
juicio, hasta antes de la audiencia de juzgamiento, podrá suspen-
der, interrumpir o renunciar a la persecución penal, en los casos
que establece este código para la aplicación del principio de oportu-
nidad.
La imputación de cargos marca el culmen de la fase de inda-
gación y el inicio de la investigación, razón por la cual el principio
de oportunidad solo le es aplicable a quien se encuentra imputado
dentro de un trámite procesal.
No sobra advertir, que el principio de oportunidad, a diferencia
del archivo y la preclusión que operan ante la imposibilidad de ini-
ciar o proseguir el ejercicio de la acción penal, opera, en aquellos
eventos en los cuales, no obstante que existe fundamento para ade-
lantar la persecución penal, suspenderla, interrumpirla o renunciar
a ella, por razones de política criminal, según las causales taxativa-

32
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-1.154 de 2005 M. P. Manuel
José Cepeda.

[ 67 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

mente definidas en la ley, con sujeción a la reglamentación expedida


por el Fiscal General de la Nación y sometido a control de legalidad
ante el Juez de Garantías.
VIII. Mediación penal.
Conforme la legislación vigente la mediación es un mecanismo
por medio del cual un tercero neutral, particular o servidor público
designado por el Fiscal General de la Nación o su delegado, confor-
me con el manual que se expida para la materia, trata de permitir
el intercambio de opiniones entre víctima y el imputado o acusado
para que confronten sus puntos de vista y, con su ayuda, logren so-
lucionar el conflicto que les enfrenta y procede, conforme al artículo
524 de la ley 906 desde la formulación de la imputación y hasta
antes del inicio del juicio oral para los delitos perseguibles de oficio
cuyo mínimo de pena no exceda de cinco (5) años de prisión, siempre
y cuando el bien jurídico protegido no sobrepase la órbita personal
del perjudicado, y víctima, imputado o acusado acepten expresa y
voluntariamente someter su caso a una solución de justicia restau-
rativa.
IX. Otros efectos:
Con la imputación de cargos se genera la Activación formal de
la defensa y la exigencia, como requisito de validez del acompaña-
miento de defensor técnico, al respecto se pronunció la Honorable
Corte Constitucional así:
En consecuencia, la activación del derecho de defensa es una
prioridad esencial para aquella persona que se vea sometida a
la vulneración de uno de sus derechos fundamentales. El caso
representativo es la vulneración del derecho fundamental a la
libertad a través de la captura, la cual inmediatamente activa el
derecho de defensa de la persona capturada.
La activación del derecho de defensa en un capturado trae consi-
go un conjunto de derechos y prerrogativas en quien recae dicho
acto , precisamente porque se está violentando el derecho a la
libertad personal, esencial en un estado de Derecho. Entre este
conjunto de derechos encontramos entre otros:
- El derecho a guardar silencio y que éste no se utilice en su
contra.

[ 68 ]
DESDE EL NUMERAL 1.1.2 CONTINUA EL TEXTO COMO ESTABA
(solo se reenumeraron los pié de página para continuar el orden...)
1. marco teórico

- El derecho a conocer la razón por la cual se realiza la captura.


Así mismo, a entender la razón a través de un intérprete si le
es imposible hacerlo por los órganos de los sentidos o hacerlo
oralmente.
- El derecho a cuestionar la propia privación de la libertad.
- El derecho a ser conducido ante un juez en el término de
treinta seis horas que estipula la Constitución.
- El derecho de no autoincriminación.
- El derecho a ser representado por un abogado de confianza.
- El derecho a comunicarse efectivamente con su abogado.
- El derecho a que se le nombre un abogado de oficio si la persona
capturada no cuenta con recursos para costearse uno propio.
- El derecho a disponer de un término razonable para preparar
su defensa33.

1.1.2. La Formulación de Imputación desde el punto de


vista doctrinal
De acuerdo con Fierro Méndez [2012], la formulación de la impu-
tación es el acto procesal oral por medio del cual la Fiscalía General
de la Nación comunica en audiencia, presidida por un juez de con-
trol de garantías, a una persona su calidad de imputado34.
El acto procesal de formulación de imputación se hace efectivo
cuando el fiscal, en presencia y bajo supervisión de un juez de con-
trol de garantías y de manera oral, da a conocer la individualización
concreta del imputado, su nombre, los datos que sirvan para indi-
vidualizarlo y el domicilio a donde deben hacérsele las citaciones.
Presenta una relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente
relevantes, en lenguaje comprensible y, si es del caso, solicita la im-
posición de medida de aseguramiento. Así también ofrece al impu-
tado la posibilidad de allanarse a la imputación y a obtener rebaja
de pena por preacuerdo35.

33
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-799 de 2005 M. P. Jaime
Araujo Rentería.
34
Fierro Méndez, H. [2012] La imputación y la acusación en el Sistema Pe-
nal Acusatorio. 2° Ed. Bogotá: Leyer, p.155.
35
Fierro Méndez, H. [2012] La imputación y la acusación en el Sistema Pe-
nal Acusatorio. 2° Ed. Bogotá: Leyer, p. 155.

[ 69 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

En el derecho comparado, específicamente en el modelo de proce-


samiento penal español, según Moreno Catena [1999]:
La imputación “[…] es pieza esencial en el proceso penal, en la
medida en que a través de ella se determina el sujeto pasivo y se
le confiere la condición de parte procesal, porque, sabido es, no
puede hablarse de proceso y de actividad jurisdiccional, para sa-
tisfacer el derecho a la tutela judicial efectiva y, al propio tiempo,
se le permite el ejercicio del derecho a la defensa. La imputación
consiste en atribuir a una persona determinada participación cri-
minal en unos concretos hechos que presentan los caracteres de
delito o falta. Se trata, pues, de una doble concreción, subjetiva
y objetiva, que somete al enjuiciamiento unos hechos y no los de-
más; a una persona y no al resto. Con ello no solo se identifica el
procedimiento, impidiendo la simultánea o sucesiva tramitación
de lo que ya está substanciado, sino que, esencialmente, sirve
como garantía del sujeto pasivo, y le permite, primero, conocer
el contenido del proceso y las razones de su apertura y curso y,
segundo, ejercitar su derecho a la defensa, reaccionar frente a la
agresión que la imputación supone. Esta doble virtualidad, de
atribuir la condición de parte pasiva al imputado y de delimitar
el objeto del proceso penal, conforma básicamente el concepto de
la imputación. Pero la obligada concreción que implica la imputa-
ción persigue sobre todo evitar una inquisición general [inquisitio
generalis] contra un ciudadano; es decir, que se abra un proce-
dimiento penal a sus espaldas, y que el objeto mismo se pueda
extender a cualquier hecho en que el sujeto hubiera tenido parti-
cipación. En definitiva, la imputación exigirá que el proceso solo
se abra ante la afirmación de que se han producido unos concre-
tos hechos con apariencia delictiva, impidiendo naturalmente su
apertura para comenzar a indagar dentro de él si acaso ha tenido
lugar algún hecho, y que se celebre el juicio precisamente ante la
atribución de responsabilidad criminal por ellos a la parte pasiva
de proceso. Son estos hechos los que constituyen en realidad el
factor determinante para iniciar la fase de investigación y el obje-
to de la misma, por lo que no es preciso que en ese primer momen-
to del procedimiento penal haya de estar determinada la persona
presuntamente responsable. Tan es así que una de las funciones
legalmente atribuidas a la instrucción es la de averiguar y hacer
constar “la culpabilidad de los delincuentes”, las “personas que
hayan participado” en el hecho delictivo, determinando la legi-

[ 70 ]
1. marco teórico

timación pasiva. Si esta esencial función no se cumple no puede


pasarse al enjuiciamiento y será necesario sobreseer el procedi-
miento, archivando las actuaciones”36.

A su vez, Franco Cordero [2001], al referirse a la legislación ita-


liana, establece que los “fantasmas” legales e imputaciones perte-
necen a planos diversos. Al proceso le sirven hipótesis históricas,
que incluso pueden fijar situaciones alternativas. Lo importante es
que ellas precisen un thema decidendum. Por thema decidendum el
autor citado entiende la conducta humana descrita como un hecho
en un contexto definido de tiempo y lugar, así como el instrumento
de la causación supuesta37.
Montón Redondo, citado por Bernal y Montealegre [2013], dis-
tingue entre imputación en sentido lato e imputación en sentido
formal. La primera supone la atribución, más o menos fundada, de
un acto presuntamente punible, sin que implique necesariamente
una acusación en contra de la persona. En sentido formal, la im-
putación constituye el cumplimiento del requisito exigido para es-
tructurar correctamente el proceso penal. Sólo si existe una causa
probable debe hacerse la imputación y poner en conocimiento del
posible imputado los derechos que le asisten38
De las acepciones legitimadas para esta investigación, bien pue-
de decirse que la imputación trae consigo consecuencias jurídicas,
las cuales se enmarcan en situaciones y condiciones necesarias
para dar por terminadas ciertas actuaciones [como la terminación
por indemnización integral de los daños y perjuicios a través de los
mecanismos de la justicia restaurativa como la mediación y la con-
ciliación], además se puede dar inicio al plazo para que la Fiscalía
General de la Nación radique el escrito de acusación y finalmente,
se gesten nuevos derechos para el imputado, como el de ser citado y
estar presente en la regularidad de las audiencias.

36
Moreno Catena, V [1999] Derecho procesal penal. Madrid: Colex. p. 315.
37
Franco Moreno [2001] Procedimiento penal. Bogotá: Temis, p. 346.
38
Bernal Cuellar, J & Montealegre Lynett, E [2013] El proceso penal.
6°Ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, p. 118.

[ 71 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Coinciden los doctrinantes que, “imputar unos hechos a una per-


sona es un acto muy serio y exigente, que además activa el perento-
rio lapso para acusar, como también la obligación de citar para que
imputado y defensor asistan, si a bien lo tienen, a todas las diligen-
cias que lleve a cabo la Fiscalía y que tengan relación con el hecho
imputado”. [Fierro, 2012]. Por esta razón los elementos específicos
de la imputación deben cumplirse para evitar una violación a los
derechos del imputado.
Las consecuencias más importantes que pueden enunciarse a
partir de la celebración de la Audiencia de Formulación de Impu-
tación son: (i) es la primera actuación formal dentro de la investi-
gación, con la cual se vincula al presunto infractor de la ley penal
–artículo 288 CPP–; (ii) se suspenden los términos de la prescrip-
ción –artículo 292 CPP–; (iii) se abre la posibilidad de permitir la
imposición de una medida de aseguramiento –artículos 306 y ss.
CPP–; y (iv) se presenta la primera oportunidad procesal para que
el imputado se allane a los cargos que le fueron formulados, con-
forme a lo dispuesto en el artículo 351 del Código de Procedimiento
Penal.
Adicional a estas situaciones, se inicia formalmente la investiga-
ción penal, lo que conduce a la definición previa de las estrategias
investigativas por parte de la Fiscalía, cuya intención es soportar
su posición procesal; del mismo modo se desarrollan las condiciones
para que se haga presente el derecho de defensa, lo que en con-
secuencia permite que se estructure el primer presupuesto de la
congruencia “[…] en tanto al limitar el acontecer histórico que se
imputa, se reduce a ello los hechos que se pueden relacionar en el
escrito de acusación y por tanto aquellos por los que se puede pro-
ferir sentencia condenatoria”39. Para Bernal y Montealegre [2013]:
La solución más acertada para delimitar un núcleo de encuen-
tro entre la imputación propia de la teoría penal y la imputación
como momento funcional del proceso es resuelta bajo la noción
de “hecho histórico”. Este concepto debe conservar todos los ele-
mentos relevantes desde el punto de vista jurídico, esto es los que

39
Hernández Ezquivel, A. (2009) Imputación fáctica y jurídica. Bogotá, p. 87.

[ 72 ]
1. marco teórico

sean exigidos por el ordenamiento, de tal forma que les permitan,


por una parte, a la Fiscalía impulsar la actuación y, por otra, al
juez de conocimiento tomar una decisión que cumpla los presu-
puestos del principio de legalidad40.

Se presenta entonces una relación en el proceso de imputación,


donde se habla de la congruencia fáctica y la jurídica41, aspecto que
por la relevancia que presenta para la investigación y sus conclu-
siones será analizado en acápite posterior.

1.1.3. Congruencia fáctica y jurídica


En teoría general del proceso, el principio de congruencia confi-
gura una regla que condiciona la competencia de las autoridades ju-
diciales, en el sentido de que sólo pueden resolver sobre lo solicitado
y probado por las partes. De tal suerte que el juez, en su sentencia,
no puede reconocer lo que no se le ha pedido [extra-petita] ni más de
lo pedido [ultra-petita]. De allí la necesidad de fijar con precisión,
desde el comienzo, el objeto del litigio.
Ahora bien, en materia procesal penal, el principio de congruen-
cia adquiere una mayor relevancia debido a su íntima conexión con
el ejercicio del derecho de defensa. De tal suerte que no se trata de
una simple directriz, llamada a dotar de una mayor racionalidad y
coherencia al trámite procesal en sus diversas etapas, sino de una

40
Bernal Cuellar, J & Montealegre Lynett, E [2013] El proceso penal.
6°Ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, p. 118.
41
Corte Constitucional. Sentencia C-025 de 2010. Magistrado Ponente Hum-
berto Sierra Porto. “[…] En este orden de ideas, el derecho de defensa su-
pone que la formulación de la acusación por el Estado sea precisa, no sólo
desde el punto de vista fáctico sino también jurídico. No basta entonces
que el órgano estatal encargado de sustentar la acusación señale los he-
chos materiales que sirven de base a la pretensión punitiva del Estado; es
también indispensable que indique la calificación jurídica de los mismos,
pues la estrategia de defensa depende, en gran medida, de la valoración
jurídica de los hechos. Con todo, la búsqueda de la justicia material, el
cumplimiento de los deberes estatales de lucha contra la criminalidad, así
como la garantía de los derechos de las víctimas, indican que la calificación
jurídica tenga carácter provisional, pudiendo ser modificada, bajo deter-
minadas condiciones, bien sea en primera o segunda instancia […]”.

[ 73 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

garantía judicial esencial para el procesado [Corte Constitucional,


2010]42.
En términos contextuales, es necesario entender la congruencia
fáctica y jurídica como:
La exigencia de correlación entre la acusación y la sentencia.
Esto en el sentido que, en todo caso, la sentencia debe tener como
fundamento el hecho histórico investigado durante el proceso y
que ha sido concretado en la acusación. En otros términos: la
acusación cumple con la función primordial de delimitar el objeto
de la relación jurídica, puesto que la sentencia, como el acto que
concluye el proceso, debe proferirse en correspondencia con los
hechos que motivaron la acusación y los imputados a quienes se
les formuló pliego de cargos. [Parma, 2010]43.

En términos más concretos, según Vladimir Tobón Perilla, “En


cuanto a la congruencia [artículo 448 del Código de Procedimiento
Penal], se hace necesario recordar que nuestro sistema optó por
una imputación fáctica y una imputación jurídica, que deben deter-
minarse desde el instante en que se formula la imputación, pues,
como lo tiene señalado la ley, los extremos de la relación jurídico
procesal deben estar cabalmente delimitados y, por lo mismo, pues-
tos en conocimiento del imputado y su defensor”44.
Tanto la Corte Constitucional Colombiana, como la Sala de Ca-
sación Penal de la Corte Suprema de Justicia, participan de esta
posición, tal como se refleja en la sentencia C-025 de 2010, en donde
la Corte Constitucional retoma la línea que uniformemente ha sos-
tenido la Corte Suprema de justicia así:
En relación con los eventos en los cuales el sujeto pasivo de la
acción judicial penal se allana a los cargos, la Sala ha destacado

42
Corte Constitucional. Sentencia C-025 de 2010. Magistrado Ponente Hum-
berto Sierra Porto.
43
Parma, C. [2010] Derecho penal y criminología latinoamericana. Argenti-
na, p. 272.
44
Tobón Perilla, V [2011]. Principio de congruencia en el sistema penal de
tendencia acusatoria. Derecho de Defensa vs Objeto Litigioso Provisional.
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Facultad de Derecho, Cien-
cias Políticas y Sociales.

[ 74 ]
1. marco teórico

que la formulación de imputación que sirve de base para tal alla-


namiento debe contener la relación clara y sucinta de los hechos
jurídicamente relevantes como marco de la actuación a fin de que
no exista duda de la conducta que se imputa, pues se la ha de
tener como acusación: “…tal concepción se articula con la idea de
que la imputación, como ya se dijo, y como lo impone el sistema
penal colombiano, y lo ha expresado la Corte, no puede ser solo
fáctica –no por razón de una construcción histórica ligada a un
específico sistema procesal, sino porque como entre otras cosas lo
exige el nuevo código procesal–, desde la misma formulación de la
imputación, el fiscal debe hacer una narración clara y sucinta de
los hechos jurídicamente relevantes, lo que implica valorar desde
la perspectiva jurídica los hechos que se imputan.

Así el artículo 287 de la Ley 906 de 2004 ciertamente no contri-


buya a esta claridad, sin embargo, teniendo como fundamento la
imputación las nociones de autoría y participación, ésta es nece-
sariamente jurídica también, en tanto lo fáctico no es comprensi-
vo de tales nociones.

Por ello, se ha insistido en que la imputación fáctica y jurídica se


impone para su adecuada formulación, la cual ha de ser conocida
por el imputado y su defensor a efectos del allanamiento, como
marco que sujeta al juzgador so pena de infringir el principio de
congruencia, ora por acción o por omisión cuando se: i) condena
por hechos o por delitos distintos a los contemplados en las au-
diencias de formulación de imputación o de acusación, ii) condena
por un delito que no se mencionó fáctica ni jurídicamente en el
acto de formulación de imputación o de la acusación, iii) conde-
na por el delito atribuido en la audiencia de formulación de im-
putación o en la acusación, pero deduce, además, circunstancia,
genérica o específica, de mayor punibillidad, y iv) suprime una
circunstancia, genérica o específica, de menor punibilidad que se
haya reconocido en las audiencias de formulación de la imputa-
ción o de la acusación. En este orden, la Corte ha enfatizado en
que la confrontación para efectos del principio de congruencia
debe hacerse según el tipo de proceso, por cuanto será diferente
para los trámites abreviados merced al allanamiento a los cargos
o preacuerdos y negociaciones entre la Fiscalía y el imputado, de
cuando se surten todas las etapas en el procedimiento ordinario.
La Sala también precisó que no se cumple cabalmente con uno
de los fines sociales del Estado de facilitar la participación de
todos en las decisiones que los afectan cuando al incriminado se
le comunica una imputación, ora que la acepte o la debata, pero

[ 75 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

se le condena por otros delitos con el pretexto de constituir un ele-


mento objetivo irrefutable que se advierte implícitamente y que
por lo mismo debió ser conocido desde un comienzo. [Sentencia
C-025 de 2010].

De forma contextualizada, al tenor de los dispuesto en la Ley


906 de 2004:
El escrito de acusación debe contener la individualización del
acusado, con indicación de su nombre, los datos que permitan
identificarlo y su domicilio para las citaciones; una relación cla-
ra y sucinta de los hechos jurídicamente relevantes, y el delito o
delitos por los cuales se acusa al imputado, esto es, la imputación
fáctica y jurídica de la conducta que se le endilga, describiendo de
manera sintética las circunstancias de tiempo, modo y lugar en
las que el hecho se realizó y su adecuación típica; una relación de
bienes y recursos afectados con fines de comiso; el nombre y ubi-
cación del defensor de confianza o del designado por el Sistema
Nacional de Defensoría Pública; y el descubrimiento de las prue-
bas, efecto para el cual se presenta un documento anexo [Fiscalía
General de la Nación, 2007]45.

Ante estas acepciones, se entiende la presencia del Principio de


Congruencia en los procesos de imputación, entendiendo inicial-
mente la congruencia como
La conformidad de la sentencia con la demanda ha de ser refirién-
dose exactamente a las personas que litigaron, al objeto sobre el
que se litigó, al motivo que se expuso y a la razón que se dedujo.
Debe ser también conforme a derecho, ha de recaer sobre cosa
cierta y no ha de excederse en lo pretendido46.

Dicho principio se enmarca en el principio general denominado


debido proceso y en el caso colombiano se define en el artículo 448

45
Avella Franco, p. [2007]. Estructura del proceso penal acusatorio. Bogotá:
Fiscalía General de la Nación, p. 175.
46
De Vicente y Caravantes, J. [1856] Tratado Histórico, Crítico y Filosófico
de los Procedimientos Judiciales en Materia Civil Según Nueva Ley de
Enjuiciamiento; con sus Correspondientes Formularios, Madrid: Imprenta
de Gaspar y Roig, p. 290. Citado en Avella Franco, p. [2007]. Estructura
del proceso penal acusatorio. Bogotá: Fiscalía General de la Nación

[ 76 ]
1. marco teórico

de la Ley 906 de 2004, donde se predica tanto de la concordancia


entre la acusación y la sentencia como, guardadas proporciones,
entre la imputación de cargos y la audiencia de formulación de la
acusación, siendo manifestación del derecho al debido proceso pe-
nal (art. 29 C.P.), acorde con lo estipulado en el artículo 14 de Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
En estos términos, el Principio de Congruencia constituye un
principio derivado del sistema dispositivo y consiste en la exigencia
de que medie identidad entre los sujetos, objeto y hechos de una
pretensión principal o incidental y la decisión judicial que la diri-
me, tal como lo afirma Mabel de los Santos (s.f.)47, lo cual se contex-
tualiza en el fallo de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia
dado el 1 de febrero de 2012, donde se establece que:
[…] además del principio de congruencia que se materializa des-
de el acto de acusación al definir los aspectos material, jurídico y
personal del objeto del proceso los cuales se reflejarán en la sen-
tencia, se debe también abogar por un principio de coherencia a
lo largo del diligenciamiento a fin de que entre los actos de formu-
lación de imputación y acusación; entre el allanamiento a cargos
o preacuerdos y alguna de aquellas audiencias; entre la formula-
ción de la acusación y los alegatos de conclusión; así como entre el
anuncio del sentido de fallo y la sentencia propiamente dicha se
preserve siempre el núcleo básico fáctico de la imputación.

Bajo tal óptica, se ha precisado que la formulación de imputación


ha de ser fáctica y jurídica, ubicándose en el terreno de la posi-
bilidad al venir precedida de la noticia criminal y las pesquisas
tendientes a su verificación, luego, según el principio de progresi-
vidad, se allegarán elementos materiales probatorios y evidencia
a fin de acreditar el aspecto fenomenológico del delito y la respon-
sabilidad del incriminado con miras a sustentar la formulación
de acusación con un grado de probabilidad de verdad, momento
culminante de la investigación que la reviste de un halo definitivo
delimitando el marco factual y jurídico dentro del cual habrá de
surtirse el debate oral […]

47
De los Santos, M. [2005] La flexibilización de la congruencia, L.L. Sup.
Esp. Cuestiones Procesales Modernas, p. 80 y ss.

[ 77 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

1.2. Marco contextual


1.2.1. El rol del juez en función de control de garantías
dentro del SPOA
Es necesario contemplar la presencia de un tercer actor, ade-
más de los dos mencionados previamente en el marco conceptual
de esta investigación: el juez en función de control de garantías,
un “Funcionario judicial que, por regla general, tiene a su cargo
ejercer el control de legalidad sobre todas las medidas tomadas en
la etapa de investigación que afecten los derechos fundamentales
del acusado”48.
La participación del juez de control de garantías dentro de la
Audiencia de Formulación de Imputación tiene múltiples perspec-
tivas. Inicialmente, respeto de los derechos fundamentales del indi-
ciado, su función es la de propender para que la imputación jurídica
sea acorde con la imputación fáctica, para garantizar el principio
de legalidad, lo cual hace efectivo al solicitar al fiscal las claridades
pertinentes.
Adicional a esta función, se encarga de analizar cuidadosamente
los E.M.P., E.F. y la I.L.O., “[…] con el fin de auscultar si la inferen-
cia razonable efectuda por el fiscal en realidad da cabida al fenóme-
no de autoría o participación. Si considera que la adecuación típica
realizada por el fiscal es inapropiada debe dejar constancia, pero no
puede variar oficiosamente la imputación, porque la F.G.N., es la
titular de la acción penal”49.
Según el Manual para el Juez de Control de Garantías en el
sistema acusatorio penal, este funcionario “no está autorizado cons-
titucionalmente para aprobar o improbar la imputación porque es
un sistema de parte, si no comparte desde el punto jurídico y fáctico
la imputación realizada por la fiscalía puede dejar su constancia”
[Fiscalía General de la Nación, 2012]. En este marco:
[…] es el encargado de verificar que el proceso de comunicación
se realice de manera exitosa. Satisfagan todos los requisitos obje-

48
Fiscalía General de la Nación. Reforma a la Fiscalía. Vía Internet. http://
www.colombia.com/especiales/2003/reforma_fiscalia/glosario.asp. Actuali-
zación: mayo de 2012. Consulta: Agosto de 2012.
49
Fiscalía General de la Nación. Op. Cit., 2012.

[ 78 ]
1. marco teórico

tivos propios del ejercicio de la acción penal. Que existe un recep-


tor debidamente presentado y re-presentado Que comparece un
delegado de la Fiscalía en ejercicio de sus funciones. Que existe
un mensaje para transmitir. Lo que hace entonces el juez es per-
mitir que se den las condiciones necesarias para que el acto de
comunicación sea eficaz, y en consecuencia, debe garantizar que
el imputado manifieste su voluntad de aceptar o no los cargos for-
mulados por la Fiscalía con lealtad, de manera libre, consciente
y debidamente informado50 [Fiscalía General de la Nación, 2012].

De lo anterior se puede decir que la función del Juez Control de


Garantías es la de “[…] establecer límites y controles al ejercicio del
monopolio de la persecución penal… quienes apoyados en las reglas
jurídicas hermenéuticas deberán establecer la proporcionalidad, ra-
zonabilidad, y necesidad de las medidas restrictivas de los derechos
fundamentales solicitadas por la Fiscalía, o evaluar la legalidad de
las actuaciones objeto de control posterior”; como bien lo definen
Dora Soto y Carmen Ospina, quienes además establecen dentro de
las funciones sustantivas de este funcionario, las siguientes:
[…] b. El Juez Control de garantías es un servidor público some-
tido al imperio de la ley, según lo estipulado en el artículo 230 de
la Constitución Nacional, en concordancia con lo consagrado en el
artículo 138 del Código de Procedimiento Penal.
c. El Juez Control de garantías sólo actuará cuando medie solici-
tud por parte de la Fiscalía General de la Nación, en quien recae
la acción penal.
d. El Juez Control de garantías no discute sobre responsabilidad
penal.
e. Es el encargado de velar por el respeto de los derechos y garan-
tías que le asisten a las partes intervinientes en el proceso penal.
f. Quien haya actuado como Juez Control de garantías no podrá
ejercer como Juez de conocimiento.
g. En cada caso concreto, el Juez Control de garantías no podrá
perder de vista los principios fundamentales de: necesidad, ade-
cuación, proporcionalidad y razonabilidad.
h. La decisión que adopte el Juez Control de garantías de ma-
nera negativa tiene ejecutoria formal; es decir, se puede acudir

50
Fiscalía General de la Nación. Op Cit., 2012.

[ 79 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

nuevamente ante el mismo u otro para formular la petición, solo


si el fundamento fáctico ha variado.
i. El Juez Control de garantías le da impulso a todo proceso pe-
nal, puesto que ante él se lleva a cabo la audiencia de imputación,
acto indispensable para llegar a una terminación anticipada del
proceso, en caso de la aceptación de cargos, o la puerta para ir a
juicio51 [Ospina y Soto, 2012]”.

Dentro de estas funciones se infieren entonces las facultades del


Juez de Control de Garantías, y se enmarcan en las siguientes:
a. Puede decretar la exclusión de un medio de prueba cuando
aquel se obtuvo o se ejecutó con violación de las garantías consti-
tucionales y legales.
b. En punto de la orden de captura, si hay fundamento, puede
emitirla; o negarla, si el ilícito no comporta medida de detención,
o, los medios de prueba no son suficientes para inferir la partici-
pación del indiciado en la conducta punible.
c. Siempre y cuando la medida sea idónea, necesaria y proporcio-
nal, autorizará bajo las condiciones de bioseguridad y humanidad
la obtención de muestras que involucren al imputado y/o a los
lesionados o víctimas de agresiones sexuales.
d. Con respecto al control judicial de la captura en flagrancia, el
Juez Control de garantías tendrá que revisar minuciosamente si
se cumplieron a cabalidad los requisitos contenidos en los artícu-
los 301, 302, 303 del código de procedimiento penal, procederá a
legalizarla, de lo contrario ordenará la libertad inmediata.
e. Legalizará el registro y allanamiento, siempre que la orden se
ajuste a la Constitución y la ley, además, existan motivos funda-
dos para restringir el derecho fundamental a la intimidad, y se
hayan respetado las garantías procesales. De hallar violación a
derechos fundamentales se declarará la nulidad absoluta de la
actuación; y en caso de incumplirse con algún requisito formal se
decretará la ilegalidad.
f. En cuanto a la Formulación de imputación, verificará que se
cumplan a cabalidad los requisitos contenidos en el artículo 288
del Código de Procedimiento Penal. Si el imputado se allana a

51
Ospina López, C. & Soto Rojas, D. (2012) El rol del juez de control de ga-
rantías, en la audiencia preliminar de imputación. Santiago de Cali: Uni-
versidad San Buenaventura.

[ 80 ]
1. marco teórico

los cargos, deberá cerciorarse que ello sea producto de su propia


voluntad, libre y consciente. En caso de que no haya aceptación a
los cargos requerirá al fiscal que continúe con la formulación de
acusación o la preclusión de la investigación.
g. El Juez Control de garantías está facultado para imponer me-
dida de aseguramiento, obviamente siempre que la medida sea
razonable, idónea, proporcional y necesaria para los fines perse-
guidos con la misma.
h. Está facultado para decretar el secuestro o embargo de los bie-
nes del imputado. Así mismo, podrá suspender el poder dispositi-
vo de los bienes incautados.
i. Podrá aprobar o improbar la aplicación del principio de oportu-
nidad, según el estudio que realice del caso concreto.
j. Puede emitir la autorización para realizar la práctica de una
prueba anticipada, o negarla en caso de no haber presupuestos
legales y poder practicarse en la audiencia de juicio oral. [Ley
1453 de 2011]52.

Ahora, para mayor soporte legal, es pertinente establecer las ba-


ses que, en el marco colombiano, legitiman la presencia y actuación
del juez de control de garantías:
Al respecto Avella Franco [2007] establece que es función sus-
tantiva del Juez de Control de Garantías, la de controlar que los
actos de investigación gestados por la policía judicial, en cumpli-
miento de las órdenes emitidas por el fiscal director de la misma
entidad, que impliquen limitaciones a los derechos fundamentales
se ajusten a la Constitución y a la ley, dando cumplimiento a la
norma superior, enfáticamente al artículo 39 de la Ley 906 de 2004,
reformado por el artículo 3 de la Ley 1142 de 2007 en su artículo
250 a los jueces penales municipales y a los jueces promiscuos mu-
nicipales, salvo las excepciones contenidas en la ley.
Avella Franco [2007] expone además casos particulares, tal como
aquellos en que en el evento donde en la respectiva localidad exista
un solo juez penal o promiscuo municipal y a éste le corresponda
conocer del juzgamiento concurra en él una causal de impedimento,
“la función de control de garantías la deberá ejercer otro juez mu-

52
Colombia. Congreso de la República. Ley 1453 de 2011.

[ 81 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

nicipal del mismo lugar sin importar su especialidad o, a falta de


éste, uno del municipio más próximo” Avella Franco [2007, 70 p.].
Se sabe entonces que la distribución de la función de control de
garantías en los jueces penales municipales y promiscuos munici-
pales prevista en el artículo 39 de la Ley 906 de 2004, fue reforma-
da por el artículo 3 de la Ley 1142 de 2007.
De acuerdo con el artículo 238 de la Ley 906 de 2004, reformada
por el artículo 17 de la Ley 1142 de 2007, las decisiones del juez de
control de garantías referidas a las órdenes, su trámite y resultados
respecto de registro y allanamiento, retención de correspondencia,
interceptación de comunicaciones o recuperación de información
dejada al navegar por Internet, podrán ser impugnadas y darán
pie a apelación, según el artículo 13 de la misma ley reformatoria.
Valga decir además que la Ley 1142 de 2007 creó la figura del
juez de control de garantías ambulante, para que actúe en los sitios
donde sólo existe un juez municipal y, además, se trate de un lugar
en el que el traslado de las partes e intervinientes se dificulte por
razones de transporte, distancia, fuerza mayor u otras análoga, pa-
rágrafo 3º del artículo 3, que reformó el artículo 39 de la Ley 906 de
2004. [Avella Franco, 2007].
Ante estas funciones sustantivas, es prudente citar las exi-
gencias que el sistema penal acusatorio presenta, en cuanto a las
competencias del juez de control de garantías, las cuales han sido
expuestas por la Fiscalía General de la Nación en el manual men-
cionado previamente.
Al respecto, se sabe que existen exigencias de carácter argu-
mentativo, dentro de las que pueden distinguirse varios niveles
de argumentación y de construcción lógica de la decisión del juez;
por ejemplo en el caso de las medidas de aseguramiento, estos tres
niveles de argumentación son fundamentales, tratándose de una
secuencia argumentativa en la cual el Juez de Control de Garantías
obra como auténtico juez constitucional.
Un primer nivel estaría determinado por la argumentación de
tipo fáctico, lo que conduce a que el juez debe verificar los hechos
de carácter fáctico que le son narrados, es decir, se trata de la na-
rración puramente fáctica, empírica, de hechos que son materia de
investigación.

[ 82 ]
1. marco teórico

Un segundo nivel es la argumentación legal, donde el juez debe


ajustar la información obtenida –legalmente como lo recalcan va-
rias normas del Código–, los elementos de relevancia probatoria,
las diversas evidencias, a las disposiciones legales, dando pie a un
juicio basado en la estructura positiva o legal del Código. Se trata
del clásico ejemplo de la subsunción legal.
En el marco de este nivel, el juez debe ordenar su juicio, de
acuerdo con la estructura lógica de la disposición. Debe seguir el
orden de la disposición.
Por último, se encuentra el nivel de argumentación constitucio-
nal, donde se expresa la complejidad del juicio y de la inferencia
razonable que finalmente debe hacer el juez, quien:
[…] una vez ha adelantado una argumentación de tipo fáctico y
una vez ha verificado que se cumplen los requisitos establecidos
en las disposiciones legales para adoptar una medida con injeren-
cia sobre los derechos fundamentales de una persona, debe cons-
tatar el cumplimiento de los fines previstos para estas medidas53.

Ahora bien,
El juez de control de garantías tiene especiales y amplias faculta-
des para decidir frente a la petición de imputación por parte del
fiscal. Lo anterior no solo por cuanto este funcionario está llama-
do a velar por la legalidad procesal y la garantía de los derechos
de los intervinientes, sino también por las posibilidades jurídi-
cas que emanan para dichas personas del acto de imputación. En
efecto, la imputación, como forma de vinculación procesal, define
la suerte del vinculado y las facultades para ejercer de manera
plena los derechos que tienen los intervinientes a partir de esa
actuación procesal. Precisamente por esto entendemos el papel
activo y amplio qu cumple el funcionario judicial.
Resulta difícil exponer aquí todas las posibles actuaciones, pos-
turas y manifestaciones del juez de control de garantías frente a
una imputación. No obstante, es factible que el funcionario judi-
cial rechace la solicitud de imputación propuesta por el fiscal por
falta de claridad y fundamentación, por ejemplo, porque conoce la
existencia de evidencia en contrario que desvirtúa la solicitud de

53
[Avella Franco, 2007. 71 p.]

[ 83 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

imputación, o porque el fiscal está valiéndose de información ob-


tenida sin el lleno de los requisitos legales, o porque la atipicidad
objetiva es evidente, o porque existen causales de extinción de la
acción penal, entre otras.
Si el juez de control de garantías está llamado a ser garante den-
tro del proceso debe tener la facultad de decidir de plano cuando
considere que no se dan los presupuestos necesarios para imputar54.

A pesar de que en la definición legal de la formulación de im-


putación se establece que ésta es un acto de mera comunicación,
es obvio que la imputación puede afectar derechos fundamentales,
por lo que se hace necesaria una intervención del juez con función
de control de garantías, acogiéndose la teoría de la competencia
amplia en cuanto a la protección de dichos derechos. Es decir, la
competencia se extiende al control material de las pretensiones de
la Fiscalía, precisamente debido a los derechos fundamentales que
están en juego. Si durante la audiencia de imputación se afectan o
se pueden afectar derechos fundamentales, es lógico que deba dár-
sele la oportunidad a la defensa para que controvierta dicha afecta-
ción, con base en lo establecido en el artículo 29 de la Constitución.
Para Bernal & Montealegre [2013]55, el artículo 286 CPP no pue-
de interpretarse exegéticamente en el sentido de que el acto de co-
municación es simplemente dar aviso al procesado de la iniciación
del proceso penal. La norma citada debe interpretarse de manera
sistemática, conforme a la Constitución y a las finalidades de la au-
diencia de imputación, lo cual significa que a la persona sometida
a imputación se le deben facilitar todos los medios procesales para
defender sus derechos, que, como se dijo, pueden ser afectados a
partir de dicha audiencia. El término comunicación es dar aviso de
la iniciación de una etapa procesal, pero el contenido de la audien-
cia de imputación presupone tiene en cuenta criterios sustanciales
que apuntan a la protección de derechos fundamentales por medio
de la actividad del juez de control de garantías.

54
Bernal Cuellar, J & Montealegre Lynett, E [2013] El proceso penal, 6ª.
Ed. Bogotá: Universidad Externado de Colombia, p. 151.
55
Op. Cit.

[ 84 ]
1. marco teórico

Los mismos autores señalan como derechos fundamentales que


pueden verse afectados con ocasión de la Audiencia de Formulación
de imputación los siguientes56:
A. Derecho a la presunción de inocencia
El derecho a la presunción de inocencia de arraigo constitucional
puede quedar en entredicho cuando existe una imputación sin
fundamento o defectuosa. En este caso, la exigencia que se hace
a la Fiscalía, relativa a la operación lógica de proponer una infe-
rencia razonable sobre la autoría o participación del imputado en
el delito que se investiga, puede fallar justamente cuando dicha
inferencia no observa las reglas de la lógica, las reglas de la expe-
riencia y los conocimientos científicos. Esta situación nos permite
sostener que el juez de control de garantías no actúa como un
simple observador del acto de imputación. Por el contrario, tiene
capacidad de rechazarla cuando la imputación fáctica exigida por
el artículo 287 CPP es inconsistente.
Así mismo, el artículo 287 CPP establece que otra de las fuentes
para hacer la imputación es la información legalmente obtenida.
De hecho, no consulta la noción de control de garantías la cir-
cunstancia de permitir que la imputación de carácter fáctico esté
fundamentada en información obtenida con violación de los pre-
ceptos legales o constitucionales. Debe tenerse en cuenta que la
imputación es una diligencia que, según su contenido, tiene por
finalidad afectar o desvirtuar la presunción de inocencia. En este
sentido, el artículo 276 CPP establece que la licitud y la legalidad
del elemento material probatorio y la evidencia física dependen
de que en la diligencia en la cual se recogen o se obtienen se haya
observado lo prescrito en la Constitución Política, en los tratados
internacionales sobre derechos humanos vigentes en Colombia
y en las respectivas leyes. En consecuencia, el juez de control de
garantías podrá declarar la ilicitud probatoria si encuentra que
la fuente de imputación esta viciada o ha violado el mandato refe-
rido a la prohibición de utilizar determinados medios probatorios
(obligación de no declarar contra sí mismo, por ejemplo).
B. Derecho al buen nombre
El acto de imputación también puede comprometer el derecho
fundamental al buen nombre, porque una actuación pública,
como lo es la audiencia de imputación, tiene la suficiente enti-
dad para generar descrédito social a la persona investigada. Una

56
Op. Cit. p. 148

[ 85 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

atribución vaga o realizada bajo un presupuesto distinto del de


una inferencia razonable puede lesionar de manera efectiva el
derecho a la honra y al buen nombre. Así la persona sea después
exonerada de responsabilidad, la opinión pública pudo haber en-
tendido que estuvo bajo indicios fundados de haber sido autor o
partícipe de un hecho punible.
C. Derecho a la defensa
Una imputación carente de fundamento, abstracta e imprecisa,
tiene entidad suficiente para generar un estado de indefensión,
que resulta inadmisible desde el punto de vista constitucional. El
literal h del artículo 8° CPP, a título de principio rector y garantía
procesal establece lo siguiente:
Para efectos de la defensa, el imputado tiene derecho a conocer
los cargos que le sean imputados, expresados en términos com-
prensibles, con indicación expresa de las circunstancias conoci-
das de modo, tiempo y lugar que los fundamentan.
El juez de control de garantías puede solicitar a la Fiscalía la pre-
cisión adecuada de la imputación o puede rechazar el mencionado
acto de postulación cuando de manera ostensible se separe de la
Constitución o la ley.
D. Derecho a la libertad personal
La precisión de los hechos y su correspondiente denominación ju-
rídica en la imputación constituyen base fundamental para afec-
tar l derecho de la libertad, bien sea adoptando una medida de
aseguramiento o profiriendo sentencia condenatoria con base en
el allanamiento a los cargos.
El artículo 287 CPP contiene la exigencia de hacer imputacio-
nes fácticas pero teniendo en cuenta supuestos eminentemente
normativos (textualmente: autoría o participación en el delito in-
vestigado). El juez de control de garantías tiene que valorar deta-
lladamente, en consecuencia, que los hechos que propone el fiscal
en la imputación tengan respaldo probatorio, máxime cuando el
numeral 3 del artículo 288 CPP admite la figura del allanamiento
a la imputación.
El juez de control de garantías no puede permitir que el imputado
se allane a una formulación defectuosa o carente de fundamento,
allanamiento cuyo examen posterior por parte del juez de conoci-
miento se realiza sobre las variables de espontaneidad, libertad
y voluntad exenta de apremio (art. 293 CPP). Además, el alla-
namiento o conformidad es un acto que no permite retractación,
excepto que se demuestre una violación de garantías fundamen-
tales o exista un vicio de la voluntad del procesado.

[ 86 ]
1. marco teórico

E. Derecho al debido proceso


Si bien es cierto que los artículos 15, 125, 142, y 337 de la Ley
906 del 2004 establecen que es deber del fiscal, en la audiencia de
acusación, descubrir a la defensa los elementos que haya obteni-
do dentro de su labor investigativa y sean favorables al imputado,
estos artículos no deben entenderse de forma excluyente para la
audiencia de formulación de imputación. Por el contrario, dichas
normas deben interpretarse de tal manera que se entienda que la
audiencia de acusación es la última oportunidad para descubrir
esos elementos materiales probatorios y evidencia física, por lo
que si en la audiencia de imputación están en poder del fiscal
elementos favorables para el imputado y son relevantes para el
objeto de esa audiencia, el fiscal debe entregarlos al defensor para
garantizar un adecuado ejercicio del derecho de defensa.
Además, como desarrollo del debido proceso y del principio de
lealtad procesal, esos mismos elementos favorables deben ser
puestos de presente ante el juez de control de garantías para que
éste pueda tomar las decisiones a que haya lugar de manera ple-
namente informada. Lo anterior encuentra fundamento en una
interpretación sistemática de la Ley 906 del 2004 y conforme a la
Constitución, de las normas que regulan lo referente a la audien-
cia de imputación, ya que, como se dijo, en esta audiencia pueden
afectarse de manera intensa múltiples derechos fundamentales,
razón por la cual las garantías para el procesado deben maximi-
zarse.
En suma, el juez de control de garantías tiene suficientes he-
rramientas constitucionales y legales para rechazar un acto de
imputación o para convalidarlo cuando estén cumplidos o no los
supuestos legales y constitucionales. Debemos decir, de la forma
más respetuosa, que los argumentos propuestos son suficientes
para no compartir la posición de la Sala de Casación Penal de la
Corte Suprema, que entiende la imputación fundamentalmente
como una acto de comunicación y como un acto de parte sin con-
troles judiciales de fondo. En decisión de segunda instancia, la
Corte Suprema de Justicia afirmó:
[…] la Corte encuentra oportuno referirse a la mala práctica judi-
cial adelantada por jueces de control de garantías (de magistra-
dos para el caso apelado), relativa a la aprobación o improbación
que hacen de la imputación, cuando la misma está llamada a ser
un acto de parte, de comunicación al imputado, cuya legalidad
está controlada por el juez, sin que sus atribuciones se extiendan
a la posibilidad de aprobarla o improbarla; lo cual no excluye que
el juez por iniciativa propia pida a la Fiscalía que precise, aclare o

[ 87 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

explique elementos constitutivos de la imputación, contenidos en


el artículo 288 de la Ley 906 dl 2004, especialmente en relación
de los hechos jurídicamente relevantes.
De suerte que para el juez de control de garantías, como servidor
público que es, no se encuentra norma alguna que lo conmine o lo
autorice a aprobar o improbar la imputación, precisamente por-
que nuestro sistema jurídico concibe tal actividad como un acto
de parte, y como tal, no existiendo la posibilidad de decidir sobre
su aprobación o improbación, menos podrá afirmarse que tal deci-
sión pudiera ser impugnada, como equivocadamente lo entiende
el a quo57.
Los razonamientos de la Corte se distancian de una interpreta-
ción sistemática que debe partir de la Constitución y del bloque
de constitucionalidad en cuanto a los roles funcionales del juez
de garantías, que tienen como finalidad la protección de dere-
chos fundamentales. Las apreciaciones de la Corte Suprema de
Justicia están fundamentadas en una lectura del término “co-
municación”, sin considerar que dicha expresión se refiere a la
atribución de comportamiento delictuoso n condición de autor o
partícipe. En otros términos, la imputación que se comunica es
una categoría que exige valoración probatoria, porque a partir de
dicha información, como se afirmó, se inicia la construcción de la
responsabilidad penal y empieza a desvirtuarse la presunción de
inocencia.

1.2.2. Caracterización de la audiencia de formulación de


acusación desde la imputación en la jurisprudencia. Análi-
sis jurisprudencial.
Como se ha advertido de la redacción literal del artículo 286 del
C.P.P., Ley 906 de 2004, la Formulación de Imputación, ha sido en-
tendida, al menos desde el plano normativo, como el acto a través
del cual la Fiscalía General de la Nación comunica a una persona
su calidad de imputado, en audiencia que se lleva a cabo ante el
juez de control de garantías. Lo anterior ha llevado a que en la
práctica judicial se polarice la discusión y se opte por alguna de las
siguientes vertientes:

57
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia de 16 de abril de 2009. M.
P. José Leonidas Bustos Martínez.

[ 88 ]
1. marco teórico

a) Soló conceder la palabra a la Fiscalía General de la Nación, en


el entendido de que la imputación es un mero acto de comunicación.
b) Permitir la intervención de la defensa o intervinientes, ad-
virtiendo no obstante, que al ser la Fiscalía General de la Nación
la titular de la acción penal, no podrán las partes inmiscuirse en el
nomen iuris.
c) Advertir por parte de la judicatura la inconformidad en la ti-
pificación de la conducta, dejando la observación para valoración
posterior del juez de conocimiento.
d) En pocos casos, se ha optado por improbar o entender no acer-
tada la imputación jurídica.
Ya en varias providencias la Honorable Corte Suprema de Jus-
ticia ha expuesto las consideraciones frente al tema estudiado así:
Pues bien: Independientemente de que acepte la responsabilidad
por unos hechos [imputación fáctica], cuando el juzgador advierta
error ostensible en relación con la imputación jurídica [en este
caso imprudencia, preterintención, tipo simple], deberá corregir
de forma oficiosa el error, pues no es permisible emitir sentencia
de mérito por un comportamiento leve que no se compadezca con
la conducta realmente cometida:
El ejercicio de la imputación reclama la exactitud que exigen las
categorías dogmáticas de la conducta punible: tipicidad inequívo-
ca, antijuridicidad y culpabilidad [arts. 9, 10, 11, 12, 21, 22, 23, 24
de la Ley 599 de 2000] a la hora de formular la acusación.
Cuando en la imputación [ya fáctica, ya jurídica] se advierten
graves errores que la apartan del referente óntico, el juez, en ejer-
cicio del control constitucional del proceso penal, deberá declarar
la nulidad de la actuación en procura de acertar en la calificación
jurídica que la conducta reclama, en la medida que las decisiones
judiciales deben adoptarse dentro del marco de la legalidad, de
los derechos fundamentales y de las garantías procesales”58 [ne-
grillas fuera de texto].

En auto en donde le correspondía al máximo tribunal definir la


competencia para continuar la actuación se precisó:

58
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Proceso
23521 del 5 de noviembre de 2008, Magistrado Ponente Alfredo Gómez
Quintero.

[ 89 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

[…] 3. La formulación de la imputación en el sistema procesal


actual con tendencia acusatoria, configura no solamente un acto
de formalización de la investigación que realiza la Fiscalía ante el
juez de control de garantías [artículo 286, Ley 906 de 2004], sino
que, ante todo, en virtud de la misma se comunica a una persona
–si se halla capturada–, su calidad de imputado, condición que
igual se alcanza si previamente es emplazada y declarada per-
sona ausente cuando no ha sido posible su localización [artículo
127 ibídem].
Supone el acto de formulación de la imputación la presencia del
imputado o de su defensor, ya sea de confianza, o si falta el mis-
mo, del que fuere designado por el sistema nacional de la defen-
soría pública.
Así también, a la formulación de la imputación respecto de la per-
sona presente o de la declarada ausente, sobreviene la solicitud
de medida de aseguramiento por parte de la Fiscalía que puede
serlo privativa de la libertad o no en términos del artículo 307 del
mismo cuerpo normativo. Es decir que la existencia de persona
imputada es presupuesta para la adopción de medida alguna de
aseguramiento en su contra.
Por manera que aun cuando formal y jurídicamente resulta po-
sible distinguir la legalización de la captura, la formulación de la
imputación y la adopción de medida de aseguramiento, al margen
de que, como lo advierte el Magistrado en la decisión recurrida, se
entendiesen que son actos en principio independientes así se rea-
licen en desarrollo de una misma audiencia preliminar –confor-
me sucedió en este caso–, dado que el Tribunal decretó la nulidad
a partir de la propia "diligencia de imputación" pena que vuelva a
formarse, necesariamente sin persona imputada es un imposible
entender existente respecto de ella una medida de aseguramiento
que, entonces, pudiera justificar la privación de su libertad.
4. La persona capturada debe ser puesta a disposición de un juez
de control de garantías en el plazo máximo de treinta y seis ho-
ras, con posterioridad a su material aprehensión, en forma tal
que en audiencia preliminar disponga lo pertinente en relación
con su libertad. Como quiera que el Tribunal dejó sin efectos lo
actuado a partir del acto de formulación de la imputación inclu-
sive, es incontrovertible que la decisión cobijó, forzosamente, la
medida de aseguramiento impartida en contra de [...], en forma
tal que ha debido ser puesto en libertad, pues con la determina-
ción adoptada estarían más que vencidos los términos señalados
en la ley para resolver a partir de su captura, que se produjo el 8

[ 90 ]
1. marco teórico

de diciembre de 2006 y consiguientemente sin fundamento legal


privado de ella.59”

En Antioquia, el H. Tribunal Superior de Medellín, en Sala de


Decisión Penal, indicó:
La formulación de imputación por definición legal es aquel acto
mediante el cual la Fiscalía General de la Nación comunica a
una persona su calidad de imputado. La jurisprudencia ha ido
decantando sus características, entre las que se destacan que es
provisional, pues se formula con fundamento en los primeros
elementos materiales probatorios, evidencia física o información
legalmente obtenida, la que puede variar a medida que se per-
feccione la investigación. Es por eso que no se puede confundir
con los cargos, que pertenecen al ámbito de la actuación procesal
posterior y que se viene a consolidar con la formulación de la acu-
sación. Debe tener un contenido fáctico y jurídico, toda vez que en
ella se comunican hechos relevantes para la sociedad –delimita-
ción fáctica–, que han sido además previstos en la ley como delito
–delimitación jurídica completa–. Debe ser clara y precisa, no
solo respecto de los hechos jurídicamente relevantes, sino de las
razones por las cuales de los medios persuasivos de que se dispo-
ne “se puede inferir razonablemente que el imputado es autor o
participe del delito que se investiga”, aspecto determinante de la
imputación como lo establece el art. 287 del CPP.
[…] Es potestativa de la Fiscalía, como titular de la persecución
penal que es, lo que no quiere decir que la imputación correspon-
da a un capricho de la Fiscalía, pues la misma tiene la función de
atribuir la calificación jurídica que corresponda a los hechos que
investiga, actividad que debe ajustarse al principio de legalidad
y al de tipicidad estricta, de conformidad con lo dispuesto por
los artículos 29 de la Constitución Política, 6 y 10 del C. Penal.
Por ello la adecuación típica que haga de los hechos debe corres-
ponder a lo ocurrido, de acuerdo con los elementos probatorios
e información legal obtenida con que cuenta para ese momento
procesal.
Esa atribución tiene que ejercerla la Fiscalía con absoluta leal-
tad, como que “[…] aquel [el fiscal] no tiene plena libertad para
hacer la adecuación típica de la conducta [léase imputar], pues

59
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Auto Habeas Corpus de 19 de abril
de 2007. Radicado 27303. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero.

[ 91 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

se encuentra limitado por las circunstancias fácticas y ju-


rídicas que resultan del caso. Por lo que, aun mediando una
negociación entre el fiscal y el imputado, en la alegación con-
clusiva debe presentarse la adecuación típica de la con-
ducta según los hechos que correspondan a la descripción
que previamente ha realizado el legislador en el Código
penal”60. [Destaca la Sala]. El Fiscal no puede darles a los hechos
una calificación jurídica distinta de la que legalmente les corres-
ponda, según lo tiene ya decantado la jurisprudencia.
Esto último es lo que ha permitido extender a las partes e
intervinientes el que puedan ejercer un control efectivo
a la imputación, en la medida que desde aquel momento
procesal se averiguan delitos, hechos jurídicamente rele-
vantes61. Claro que ese control se advierte muy limitado, pues
las partes e intervinientes a lo sumo podrán manifestar su
desacuerdo con los términos de la imputación y sugerir
al Fiscal que la adecué a su particular concepción, sin que
puedan realmente oponerse a la misma, por tratarse de un acto
de comunicación el que no es susceptible de recurso alguno.
Igualmente, dicho control sobre la imputación puede ser ejerci-
do por el juez de control de garantías, pues desde el comienzo
de la aplicación del nuevo sistema penal acusatorio, la Corte Su-
prema precisó que los jueces no eran convidados de piedra, como
que ellos tienen el deber de velar por el respeto irrestricto a las
garantías fundamentales, entre las cuales se encuentran las de
tipicidad y legalidad estrictas, debiendo velar el funcionario por
que en cada caso se presente una correcta adecuación típica de
los hechos:
El descuido […] también debe ser cargado a los jueces, pues
tratándose de su función de controlar la legalidad de los actos
de allanamiento, su labor no puede ser la de simples obser-
vadores. Equivocadamente, algunos juzgadores han entendido
que esa tarea se limita a verificar que la aceptación del imputado
sea libre, voluntaria y con la debida asistencia de su defensor,
cuando por mandato legal se les impone el deber de velar
por el respeto irrestricto a las garantías fundamentales

60
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-1260 de 2005. Magistrada Po-
nente Clara Inés Vargas Hernández.
61
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 29117, del 2 de julio de
2008. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero.

[ 92 ]
1. marco teórico

(artículos 6 y 351 inciso 4º del Código de Procedimiento Penal),


dentro de las cuales, a no dudarlo, se encuentran la de la
legalidad de los delitos y de las penas y de tipicidad estric-
ta, principios protegidos como derechos constitucionales
fundamentales por el artículo 29 de la Carta Política”62.63
(Negrillas fuera de texto)

Y en reciente providencia, de especial importancia, la Corte Su-


prema de Justicia, varía su precedente frente al tema de la con-
gruencia, de especial importancia en lo que atañe a la imputación
así:
Conforme a lo anterior, se tiene que en el postulado de congruen-
cia, convergen la imputación fáctica y la jurídica, entendidas en
su amplitud y complejidad, la cual abarca con respecto a esta últi-
ma todas las categorías sustanciales que valoran la conducta pu-
nible, y se integran de manera inescindible dos eslabones, valga
decir, los hechos y los delitos, los cuales en la sentencia no podrán
ser distintos a los contemplados en las audiencias de formulación
de imputación o de acusación, según el caso.
Pues bien, en lo que dice relación con la imputación fáctica, es
claro que los jueces de instancia bajo ningún pretexto se pueden
apartar de los hechos y menos cuando estos no constan en la acu-
sación en los términos de que trata el artículo 448 ejusdem.
No ocurre lo mismo tratándose de la imputación jurídica, de la
cual se pueden apartar los jueces cuando se trate de otro delito
del mismo género y de menor entidad como lo ha planteado la
jurisprudencia64, entendiéndose que aquél no se circunscribe de
manera exclusiva y excluyente a la denominación específica de
que se trate, sino que por el contrario hace apertura en sus alcan-
ces hacia la denominación genérica, valga decir, hacia un com-
portamiento que haga parte del mismo nomen iuris y que desde
luego sea de menor entidad, ejercicio de degradación el cual rea-

62
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 25724 de 19 de octubre de
2006, Magistrado Ponente Álvaro Pérez Pinzón.
63
Colombia. Tribunal Superior de Medellín, Sala de Decisión Penal. Auto de
Segunda Instancia 2009-01033, de 26 de agosto de 2009.
64
Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación Penal, sentencia del 27 de ju-
lio de 2007, Radicado 26.468, Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Penal, sentencia del 3 de junio de 2009, Radicado 28.649, Sentencia del 31
de julio de 2009, Radicado 30.838.

[ 93 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

firma el postulado en sentido de que si se puede lo más, se puede


lo menos, insístase en la dimensión que viene de referirse, esto
es, valga precisarlo que esa degradación opera siempre y cuando
los hechos constitutivos del delito menor hagan parte del núcleo
fáctico contenido en la acusación”65.

En resumidas cuentas, si bien se ha optado por hacer posible el


ejercicio de control constitucional en los jueces de control de garan-
tías, todavía y en gran medida, se mantiene la concepción de que
la Audiencia de Formulación de Imputación, se erige como un mero
acto de comunicación.
Lo anterior, de la mano a la última sentencia reseñada, en donde
el juez oficiosamente puede variar la calificación, exige claridad y
actividad de los jueces e intervinientes en la imputación de cargos,
como ejercicio de garantías procesal y sustancial.
Durante la el desarrollo de esta investigación, la Corte Consti-
tucional, emitió el comunicado de prensa número 20 de 2013, en el
cual se hace alusión, a la sentencia C-303 del 22 de mayo de 201366.
En dicho comunicado la Honorable Corte se pronunció así:
la Corte debe resolver (i) si se lesiona el derecho de defensa cuan-
do la imputación en contra de una persona, se formula sin que
previamente tenga la posibilidad de pronunciarse integralmente
sobre los cargos que se le imputan; (ii) si el derecho de defensa
comprende la facultad para obtener descuentos punitivos por el
reconocimiento condicional de la responsabilidad penal; (iii) si el
principio de la justicia premial impone la necesidad de reconocer
descuentos punitivos al reconocimiento condicional de la respon-
sabilidad penal; y (iv) si el reconocimiento condicionado de la res-
ponsabilidad penal debe ser equiparado, en términos punitivos,
a la hipótesis del reconocimiento puro y simple de la responsabi-
lidad.
La Corte consideró que el legislador al regular la imputación de
cargos, dotó de garantías el derecho de defensa, al menos por tres
razones: (i) en primer lugar, porque se diseñó un momento pro-

65
Colombia. Corte Suprema de Justicia, Sentencia 32684 del 16 de marzo de
2011. Magistrado Ponente Fernando Alberto Castro Caballero.
66
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-303 de mayo 22 de 2013.
Magistrado Ponente Luis Guillermo Guerrero Pérez.

[ 94 ]
1. marco teórico

cesal específico dotado de todas las garantías procedimentales e


institucionales, para informar al presunto responsable sobre la
existencia de un procedimiento penal en su contra: la audiencia
de formulación de la imputación, la cual, lejos de limitar el dere-
cho de defensa, lo hace posible; (ii) en segundo lugar, porque la
ley previó un escenario específico para delimitar el alcance de la
controversia jurídica, es decir, para que el Estado informe al par-
ticular sobre los hechos considerados relevantes y la calificación
jurídica provisional de las conductas y para que este último tenga
claridad sobre la materia sobre la cual recaerá la actividad proce-
sal del ente acusador; como esa delimitación es fundamental para
ejercer la defensa, toda vez que no es posible defenderse frente a
acusaciones indeterminadas, la realización de esta audiencia in-
formativa posibilita el ejercicio del derecho; (iii) aunque en esta
audiencia el presunto infractor de la ley penal no puede
controvertir ni modificar los términos de la imputación,
tiene la posibilidad de hacerlo durante todo el procedi-
miento penal; es decir, la defensa material no se ejerce en
dicha audiencia, sino justamente a partir de ella. Por estas
razones, el carácter informativo de la audiencia de formulación
de acusación no desconoce el derecho al debido proceso y en con-
secuencia, el término “comunica” contenido en el artículo 286 del
Código de Procedimiento Civil, fue declarado exequible.
De otra parte, la Corporación determinó que el derecho al debido
proceso no exige, ni de éste se deriva, la facultad para obtener
descuentos punitivos por el reconocimiento de la responsabilidad
penal, y menos aún, cuando esta aceptación no coincide con los
términos en que es formulada por la Fiscalía. A su juicio, de las
expresiones acusadas de los artículos 288.3 y 351 de la Ley 906 de
2004 no se deduce ninguna limitación para que el implicado en el
proceso penal pueda desvirtuar la fórmula de la Fiscalía y para
acreditar la suya propia. Además, el actor parte de asimilar dos
hipótesis sustancialmente distintas: el allanamiento a los cargos
formulados por la Fiscalía y la aceptación de la responsabilidad,
pero en términos distintos a los propuestos por el ente acusador;
mientras que en un caso finaliza el procedimiento penal, cesa la
actividad procesal del Estado y se obtienen anticipadamente los
resultados en materia de justicia material, en el otro la contro-
versia permanece y la contención debe continuar. Esta diferencia
sustancial entre una y otra hipótesis explica la diferencia norma-
tiva. Finalmente, la medida legislativa no compromete en modo
alguno el sistema de colaboración de la justicia, ya que aunque en
este caso no existe un reconocimiento en términos punitivos de la
aceptación condicional de la responsabilidad penal, ello obedece
a que dicha aceptación no hace cesar la controversia jurídica y

[ 95 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

adicionalmente, no afecta los demás mecanismos de la justicia


que permiten llegan a un acuerdo por colaboración, dentro del
procedimiento penal. Por consiguiente, la previsión del descuento
punitivo para la aceptación de cargos en la audiencia de formu-
lación de la acusación no se considera vulneratoria del debido
proceso y por ende, las expresiones demandadas de los artículos
288.3 y 351 de la Ley 906 de 2004, se ajustan a la Constitución
en el aspecto analizado. Por las mismas razones, la consecuencia
de que solo se conceda el beneficio de la reducción de hasta la
tercera parte de la pena, cuando en la audiencia preparatoria el
imputado acepta los cargos formulados por la Fiscalía, lo cual no
ocurre cuando se reconoce la responsabilidad penal, pero en unos
términos distintos a los propuestos por el ente acusador, no se
consideró que vulnere el debido proceso y por ello, la expresión
impugnada del artículo 356 de la Ley 906 de 2004 fue declarada
exequible. De igual manera, el Tribunal consideró que, por los
mismos motivos, el hecho de que únicamente se conceda la rebaja
de una sexta parte de la pena imponible cuando en la alegación
inicial del juicio el acusado se declara culpable en los términos
propuestos por la Fiscalía, pero no, cuando la reconoce en otros
términos, como lo dispone el artículo 367 del Código de Procedi-
miento Penal, no desconoce el debido proceso, de manera que esta
expresión también fue declarada exequible.

Este nuevo pronunciamiento reafirma la posición de la Corte Su-


prema de Justicia, Sala de Casación Penal, y unifica el criterio de la
Corte Constitucional, en el entendido que no es posible realizar un
control material a la formulación de imputación propuesta por la
Fiscalía, debido a que éste es un acto de parte, que tiene una finali-
dad informativa, y que la inconformidad al mismo debe de ser pre-
sentada y discutida en las instancias venideras del proceso penal.

1.2.3. Análisis jurisprudencial en materia de control ju-


dicial a la imputación de cargos. Principio de congruencia.
Son diversas las posiciones que se encuentran acerca del con-
trol jurisdiccional a la Audiencia de Formulación de Imputación
de Cargos por parte del Juez en Función de Control de Garantías
y la consagración del Principio de Congruencia67, y las consecuen-

67
Colombia. Congreso de la República. Ley 906 de 2004. Código de Proce-
dimiento Penal. Art. 448: El acusado no podrá ser declarado culpable por

[ 96 ]
1. marco teórico

cias directas de realizar este control. Por esta razón, es necesario


decantar cada una de dichas posiciones, debido a que de ellas se
desprenden sanciones procesales importantes, como por ejemplo, la
nulidad de la actuación.
En primer lugar, cabe resaltar la posición que expone la doctri-
na, la cual es adoptada por esta investigación. Consiste en que:
[…] el juez de garantías no es simplemente un destinatario de
la imputación, en el sentido que ante él se hace un acto de for-
mulación de imputación y que por lo tanto es una audiencia de
control para lo siguiente: a) debe controlar la inferencia razona-
ble de autoría o participación en el delito investigado sobre la
base de evidencia física o información legalmente obtenida, es
decir, que exista esa base para poder determinar en un grado
de inferencia razonable que la persona es susceptible de imputa-
ción como autor o partícipe del delito que se está investigando, b)
controlar que los elementos probatorios y evidencia física que so-
portan la imputación hayan sido legalmente obtenidos, es decir,
recaudados con cumplimiento del debido proceso y c) determinar
la inferencia razonable, en otras palabras, un examen de lógica
sobre la pretensión de la fiscalía, de manera que la imputación
sea correcta entre persona y conducta [Zapata, C.M, 2013, p. 73].

En este sentido, la jurisprudencia de la Corte ha señalado que


“tratándose de la función de controlar la legalidad de la formula-
ción de imputación, su labor no puede ser la de simples observado-
res, pues su deber es velar por el respeto irrestricto a las garantías
fundamentales [artículo 6 y 351 del C.P.P], dentro de las cuales se
encuentran las de legalidad de los delitos y de las penas y de tipici-
dad estricta, principios protegidos como derechos constitucionales
fundamentales por el artículo 29 de la C.N”. La tipicidad estricta
reclama la “exactitud que exigen las categorías dogmáticas de la
conducta punible: tipicidad inequívoca, antijuridicidad y culpabi-
lidad (arts. 9, 10, 11, 12, 21, 22, 23, 24 de la Ley 599 de 2000) a la
hora de formular la acusación”68.


hechos que no consten en la acusación, ni por delitos por los cuales no se
ha solicitado condena.
68
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 23521de 5 de noviembre
de 2008. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero

[ 97 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Esta línea jurisprudencial es repetida en sentencia de casación


29.117 de 2 de julio de 2008, que señala que cuando no exista iden-
tidad jurídica entre la imputación, la acusación y el fallo [principio
de congruencia] es menester la declaratoria de nulidad. Sin embar-
go, señala que existe discusión en cuanto la cobertura de esa nuli-
dad, es decir, el momento procesal desde el cual debe declararse. Al
respecto señala la Corte:
[…] La discusión que pudiera presentarse en relación con la co-
bertura de la nulidad en este caso, permitiría pensar que debe
decretarse a partir de un estadio posterior a la formulación de la
imputación para evitar la invalidación de la actuación [como por
ejemplo la presentación del escrito de acusación, la audiencia de
sustentación de acusación o la audiencia de juicio oral y público],
estadios en los que la Fiscalía puede modular válidamente la ade-
cuación típica de la conducta porque el proceso penal en general
se construye de manera progresiva.
No obstante, al tiempo se advierte que el desafuero en la formula-
ción jurídica de la imputación compromete garantías defensivas
porque existen estrategias desde aquel estadio procesal que –de
explorarlas– pueden incidir de forma directa en la determinación
de la condena [Corte Suprema de Justicia, 2008].

En este punto advierte la Corte, que debido al grave desacierto


por parte de la Fiscalía en la Formulación de Imputación, debe de-
clararse la nulidad incluso desde esta audiencia, debido a las con-
secuencias nocivas que acarrea para el efectivo cumplimiento del
debido proceso en cuanto al ejercicio del derecho a la defensa.
Sin embargo, en sentencia del 8 de octubre del mismo año, con
ponencia del mismo Magistrado, se varía sustancialmente la posi-
ción según la cual no procede la nulidad desde la formulación de
imputación, y se propone la misma desde un estadio procesal poste-
rior, ya que el colegiado aduce:
[…] la formulación de la imputación en el sistema procesal actual
constituye además de un acto de formalización de la investiga-
ción, ante todo un acto de comunicación que se hace a una perso-
na [capturada o no] de su calidad de imputada, sin que por tanto
se pueda confundir y menos identificar este señalamiento delimi-
tador preliminar del episodio fáctico y su fisonomía jurídico penal
–o lo que es igual este marco fáctico jurídico de imputación–, con

[ 98 ]
1. marco teórico

los cargos, que pertenecen a un ámbito de la actuación procesal


posterior y que se viene a consolidar con la formulación de la acu-
sación, dado no solamente su disímil contenido y alcance, sino la
diversa fundamentación que la ley exige para la composición de
uno y otro acto, pues como ya se vio, tratándose de la formula-
ción de la imputación basta que existan elementos que posibiliten
inferir razonablemente que el imputado es autor o partícipe del
delito que se investiga, en tanto que para construir una acusación
la ley exige que se pueda afirmar, con probabilidad de verdad,
que la conducta delictiva existió y que el imputado es su autor o
partícipe.
4. Ninguna ligazón o efecto condicionante de congruencia o con-
sonancia jurídica –salvo desde luego que el marco de referencia
fáctico sea naturalísticamente [sic] el mismo–, puede existir en-
tre el acto de formulación de la imputación y la acusación o la
sentencia, toda vez que dicha sujeción sólo puede ser comprendi-
da entre el pliego de cargos y el fallo, pues el acusado no puede
ser declarado culpable por hechos que no consten en la acusación,
ni por delitos por los cuales no se haya solicitado su condena [ar-
tículo 448 C. de P.P.].
De modo que la formulación de la imputación se presenta como
un liminar señalamiento fundado en una inferencia razonable
sobre el eventual compromiso penal que le puede deparar a una
persona y cuya valoración le corresponde a la defensa con miras a
intuir en su capacidad de anticipación y estrategia el desenvolvi-
miento que pueda tener en orden a una posible atribución formal
de cargos y decisión adversa consolidada en el fallo69.

Más adelante, en sentencia del 5 de noviembre del mismo año,


con el mismo Magistrado Ponente, señala la Corporación:

Cuando el juez [individual, colectivo o extraordinario] anula la


sentencia porque encuentra un error en la calificación jurídica, lo
hace en virtud de su oficio como juez constitucional, por el simple
hecho de que el funcionario judicial siempre tiene como referen-
tes ineludibles el cumplimiento de la Constitución y de la ley”70:

69
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 29338 de 8 de octubre de
2008. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero
70
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 23521de 5 de noviembre
de 2008. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero

[ 99 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

En suma, al juez como director de la etapa de juzgamiento le co-


rresponde velar porque la acusación haya sido correctamente for-
mulada, sin que ello comprometa su imparcialidad, y esa función
no es ajena a los juzgadores colectivos [Tribunales y Corte].
La Corte reitera su pensamiento pacífico en el sentido de que,
cuando la imputación difiere del supuesto fáctico real no puede
ser tenida como fundamento correcto de la sentencia […] senci-
llamente porque no se hace justicia material cuando el fallo no
tiene un referente fáctico correcto; al encontrar una resolución de
acusación acertada en lo fáctico [imputación fáctica] pero abierta-
mente desfasada en lo jurídico [imputación jurídica], la nulidad
se impone como remedio.

No obstante, parece que el lineamiento de la Corte alcanza un


solo sentido, en la aclaración de voto de la Sentencia de Casación
23521 de 5 de noviembre de 2008, el Magistrado Yesid Ramírez
Bastidas señala:
[…] 3. La calificación de la conducta punible y la responsabilidad
del procesado, desde luego sujeta a la prueba recaudada y a la ley
preexistente, constituye punto de partida para la fase del juzga-
miento, de manera que en virtud de los principios procesales de
separación funcional y preclusión, no puede ser desconocida con
el pretexto de una mejor o más atinada decisión, a menos que en
el ejercicio del control que le incumbe al juez como garante de
la legalidad la misma ofrezca equivocación que implique cambio
de competencia o cuando carezca por completo de motivación, la
motivación sea incompleta o deficiente, o cuando la motivación es
ambivalente o dilógica, o cuando la motivación es falsa.
4. El juez puede disentir de la resolución de acusación, no para
acomodarla a sus convicciones o por medio de sesgadas nulidades
retrotraer el proceso a fases procesales superadas, para introdu-
cir los cambios que por equivocación o descuido no se realizaron,
cuando pudieron y debieron producirse. Proceder de esta manera
traduce un quebranto a las formas propias del juicio, incurriéndo-
se además, en un desconocimiento a la lealtad procesal.

Y en el colofón de su aclaración enfatiza:


6.13. El juez debe fallar sobre la imputación fáctica y jurídica
contenida en la resolución de acusación, en la variación efectuada
por el fiscal y en la propuesta por el juez, como objeto de contro-
versia, respetando el principio de congruencia.

[ 100 ]
1. marco teórico

Por tanto, le está vedado agregar nuevos hechos, suplir las ate-
nuantes que se le hayan reconocido al acusado, adicionar agra-
vantes y, en general, hacer más gravosa su situación.
No se desconoce la congruencia si el juez, al decidir sobre los car-
gos imputados, condena atenuadamente, por la elemental razón
de que si puede absolver, puede atenuar, siempre y cuando se
respete el núcleo básico de la conducta imputada.
7. La congruencia o consonancia no puede entenderse como una
exigencia de perfecta armonía e identidad entre los juicios de la
acusación y el fallo, sino como una garantía de que el proceso
transite alrededor de un eje conceptual fáctico–jurídico que le
sirve de marco y límite, y no como una atadura irreductible, de
modo que el juez al fallar sobre los cargos imputados puede, in-
cluso dentro de ciertos límites, degradar la responsabilidad, sin
desconocer la consonancia.

Si bien esta sentencia proviene de un proceso tramitado bajo el


esquema procesal anterior, tiene plena vigencia el planteamiento
doctrinal acogido por los colegiados en la sustentación de la deci-
sión, y tiene validez para esta investigación pues la consagración
del principio de congruencia en el actual sistema tiene el mismo
límite material que en la legislación anterior.
Pese a que la Corte habría adoptado la posición según la cual
procede la nulidad cuando se advierten graves errores en la For-
mulación de Imputación, fractura su línea jurisprudencial en la
sentencia del 8 de julio de 2009, con ponencia del magistrado Julio
Enrique Socha Salamanca, en el radicado 31280, cuando concluye:
La labor del operador judicial y, en este caso de la Corte Suprema
de Justicia como garante y protector de los derechos y garantías
fundamentales, no puede quedarse en la simple aplicación de la
ley, la labor hermenéutica ha de nutrirse de muchas aristas, aquí
específicamente la variable que representa la anulación desde la
audiencia de formulación de imputación y por ende de todo el di-
ligenciamiento, si bien acarrea como efecto inmediato la libertad
incondicional del procesado [pues al quedar sin efecto tal audien-
cia, significa que no hay imputado], ello no se compadecería con
los fines de proceso, más concretamente con el propósito racional
de economizar jurisdicción cuando se trata de un procedimiento
abreviado.
De otro lado, es evidente que si bien la configuración típica su-
frió una alteración, no se agregó un hecho nuevo, ni se cambió la

[ 101 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

esencia de la base fáctica. Se trataba sí de un cambio circunstan-


cial que favorecía al procesado y con el cual el defensor estaba de
acuerdo cuando ratificó la disertación de la representante de la
Fiscalía acerca de la forma como se desarrollaron los hechos.
Esa identidad fáctica, pese a la postrera variación jurídica de los
cargos de homicidio simple a homicidio cometido en exceso de una
legítima defensa no sorprendía ni afectaba al procesado pues no
se trataba de una circunstancia de mayor entidad.
Para la Sala es evidente, entonces, que no resulta procedente ac-
ceder a la declaración de nulidad de la actuación desde la audien-
cia de formulación de imputación como lo invoca el demandante,
sino reconocer la diminuente de responsabilidad por razón del
exceso en la legítima defensa71.

En sentencia C-025 de 2010 la Corte Constitucional hace un


análisis detallado acerca de la congruencia entre la Formulación de
Imputación y la Formulación de Acusación, y concluye:
Para la Sala, la formulación de imputación se constituye en condi-
cionante fáctico de la acusación, de ahí que deba mediar relación
de correspondencia entre tales actos. Los hechos serán inmodifi-
cables, pues si bien han de serle imputados al sujeto con su con-
notación jurídica, no podrá la acusación abarcar hechos nuevos.
Lo anterior no conlleva a una inmutabilidad jurídica, porque pre-
cisamente los desarrollos y progresividad del proceso hacen que
el grado de conocimiento se incremente, por lo tanto es posible
que la valoración jurídica de ese hecho, tenga para el momento de
la acusación mayores connotaciones que implican su precisión y
detalle, además, de exigirse aún la imposibilidad de modificar la
imputación jurídica, no tendría sentido que el legislador hubiera
previsto la formulación de imputación como primera fase y ante-
cedente de la acusación.

Ya para el año 2013, la Corte Suprema de Justicia consolida


el abandono del principio de congruencia comprendido en sentido
estricto, al resolver una acción de revisión, en donde tras analizar
toda la línea jurisprudencial acerca del principio de congruencia
puntualiza:

71
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia
31280 de 8 de julio de 2009, Magistrado Ponente Julio Enrique Socha Sa-
lamaca.

[ 102 ]
1. marco teórico

La Sala ratifica su propósito de consolidar una línea jurispru-


dencial sólida que deje atrás ese concepto rígido de congruencia
estricta, que impedía al juez, al momento de dictar el fallo, mo-
dificar la denominación jurídica de los hechos efectuada por la
Fiscalía, para abrir paso a una postura que faculte la potestad
oficiosa para degradar la conducta a favor del procesado, siempre
que se respete el núcleo fáctico de la acusación y no se afecten los
derechos de los demás intervinientes.
En tales condiciones, el punto resaltado por el demandante no
puede tenerse como referente para su pretensión revisoria, pues
ya la Sala ha dicho que para que una determinada decisión, por sí
misma, constituya precedente jurisprudencial, es necesario com-
binar criterios cuantitativos y cualitativos:
“Los primeros dicen relación con la existencia de un conjun-
to de decisiones que de manera reiterada y pacífica aborden
a profundidad un tema de derecho y lo desarrollen, enten-
diéndose que esa reiteración implica ya una decantada po-
sición que reclama de los operadores judiciales asumirla o
continuarla.
“A su turno, el aspecto cualitativo remite a la trascendencia
y consecuencias de esas decisiones, ora porque efectivamen-
te asume el estudio detallado de una cuestión problemática,
ya en atención a que se busca que esa solución hallada sirva
de guía o norte para que casos similares se resuelvan de
igual manera…”72
Conceptos que aplicados al caso concreto, llevan a descartar que
el auto invocado por el demandante contenga un precedente de
cambio jurisprudencial relevante, pues allí nunca se buscó refor-
mar los condicionamientos para facultar la potestad oficiosa del
juez en orden a modificar, en la sentencia y a favor del procesado,
la calificación jurídica que de la conducta haga la Fiscalía, máxi-
me cuando lo allí consignado no ha sido objeto de reiteración en
posteriores providencias, por lo que, por sustracción de materia,
mal puede hablarse de un conjunto de decisiones pacíficas y reite-
radas que resuelvan el tema en el sentido alegado en la demanda.
Ahora, tampoco tiene razón el demandante cuando esgrime que
en el antecedente que cita como presupuesto de su pretensión,
la Corte quiso establecer una subregla jurisprudencial, según la
cual, cuando no se cumplen todas las condiciones que activan la

72
Auto de única instancia del 1 de agosto de 2011, radicado No. 29.877.

[ 103 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

facultad oficiosa del fallador para modificar en la sentencia, a fa-


vor del procesado, la calificación jurídica de la conducta –entre
ellas, la petición expresa de la Fiscalía–, y el delito respecto del
cual la Fiscalía omite la reclamación de condena fue discutido en el
juicio, se impone la absolución.
Lo que se extracta del apartado citado en la demanda73, es sim-
plemente una tautología que evidentemente tiende a significar
cómo el silencio del Fiscal respecto de una específica conducta
discutida en juicio, obliga a la absolución. Pero, ello no dice nin-
guna relación con la posibilidad de que el funcionario degrade la
denominación jurídica de la conducta en los términos que con-
figuran la línea jurisprudencial vigente, pues, sobra anotar, en
este caso efectivamente el Fiscal se pronunció y pidió condena por
la conducta objeto de acusación –homicidio tentado–, lo que des-
de luego se aparta ostensiblemente del caso regulado en la cita
descontextualizada que trae el demandante, remitida, se repite,
a los casos en los que el pronunciamiento de condena se omite74.

Esta última conclusión posterior permite retomar la idea de la


procedencia de la nulidad de la Formulación de Imputación, en el
entendido en que ésta constituye una violación al principio del de-
bido proceso, por la afectación directa al principio de congruencia,
máxime si se avala la posibilidad –por demás ajena a un sistema
“adversarial” y acusatorio– de que el juez de conocimiento varíe de
manera oficiosa la calificación elegida por el fiscal.
En otras palabras, si del precedente analizado se habilita la po-
sibilidad de que el juez se aleje de la calificación jurídica definitiva
que corresponde efectuar al fiscal en el alegato conclusivo, para de
manera oficiosa optar con una que atienda a su concepción en punto

73
“…si no hay solicitud expresa de condena, tampoco puede emitirse fallo en
ese sentido, pero si el hecho o delito respecto del cual la Fiscalía no hace
esa reclamación fue objeto de controversia en el juicio, el asunto no puede
dejarse en suspenso, sino que se impone un fallo de absolución. En el su-
puesto contrario, es decir, el hecho o delito sobre el que no se pidió condena
no fue debatido en el juicio, hay lugar a la ruptura de la unidad procesal,
con la compulsa de copias respectivas en aras de que la Fiscalía adopte las
determinaciones que estime conducentes”.
74
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sala de Casación Penal. Sentencia
de revisión 40.093 del 15 de Agosto de 2013. Magistrado Ponente Gustavo
Enrique Malo Fernández.

[ 104 ]
1. marco teórico

a una adecuada tipificación delictiva, ello debe generar la obliga-


ción constitucional de examinar la adecuada tipificación que a la
conducta del imputado se le atribuya pues, de no hacerlo, el compo-
nente acusatorio desaparecería, dejando en el juez la libre elección
de la calificación final.
Ahora bien, siendo la imputación de cargos una actuación de
parte, de la cual se desprenden consecuencias jurídicas concretas75,
y que no es factible impugnar la decisión76 que en ella se toma, es
menester tener criterios claros y vinculantes para que el juez rea-
lice dicho control jurisdiccional. Estas reglas o criterios serán pro-
puestos y analizados en un acápite posterior de esta investigación.

1.3. Caracterización de la Audiencia de Formulación de Acu-


sación desde la imputación en la jurisprudencia. Análisis juris-
prudencial

La Formulación de Acusación77 se constituye en el procedimiento


por medio del cual se concreta la función de acusación, constitucio-
nal y legalmente atribuida a la Fiscalía General de la Nación. Es el
acto dispositivo a través del cual, aquella materializa formalmente
la acción penal ante el juez de conocimiento.
El rango de persuasión exigible para proceder a acusar se remi-
te a la probabilidad de verdad, inferida a partir de los elementos
materiales probatorios, evidencia física o información legalmente
obtenida, recaudados durante la investigación, respecto de la exis-
tencia de la conducta delictiva y el compromiso de responsabilidad
que se atribuye al imputado de ser su autor o partícipe, conforme lo
establece el artículo 336 de la Ley 906 de 2004.
En esta etapa, además, inicia el procedimiento de descubrimien-
to de la prueba, en tanto es en este momento procesal cuando la

75
Posibilidad del allanamiento y su correspondiente rebaja de penas; se vin-
cula formalmente al indiciado al proceso y con ello inicia el derecho de
defensa material; interrumpe la prescripción, se prohíbe enajenar bienes
sujetos a registro.
76
No se encuentra contemplado en el artículo 177
77
Colombia. Módulo de Formación para Fiscales: http://www.fiscalia.gov.co/
moduloseeiccf/estructura%20del%20Proceso%20penal.pdf – p. 90.

[ 105 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Fiscalía exhibe a la defensa, en presencia del juez, los elementos de


convicción y el material probatorio que pretende hacer valer como
prueba en el juicio oral.
Se concluye entonces que la acusación es un acto complejo que
se integra por (i) la presentación del escrito de acusación y (ii) la
formulación de la acusación. Por ésta razón es imprescindible confi-
gurar y caracterizar ésta actuación procesal, bajo la luz de su ante-
cedente procesal, el cual es la Formulación de Imputación.
De las primeras características que cabe resaltar es la de la pro-
cedencia de la aplicación del principio de congruencia que debería
existir entre la Formulación de Imputación y la Formulación de
Acusación.
Conforme a lo analizado en el acápite anterior, y retomando la
sentencia 29338, señala la Judicatura que “ninguna ligazón o efec-
to condicionante de congruencia o consonancia jurídica salvo desde
luego que el marco de referencia fáctico sea naturalísticamente el
mismo, puede existir entre el acto de formulación de la imputación
y la acusación o la sentencia, toda vez que dicha sujeción sólo puede
ser comprendida entre el pliego de cargos y el fallo, pues el acusado
no puede ser declarado culpable por hechos que no consten en la
acusación, ni por delitos por los cuales no se haya solicitado su con-
dena” [artículo 448 C. de P.P.].
Sin embargo, en sentencia C-025 de 2010 manifiesta la Corte, en
relación con el Principio de Congruencia, ajustado al análisis juris-
prudencial de las decisiones de la Sala Penal de la Corte Suprema
de Justicia:
[…] (i) se trata de un principio cardinal que orienta las relaciones
existentes entre la formulación de la acusación y la sentencia; (ii)
su aplicación se extiende al vínculo existente entre la audiencia
de imputación de cargos y aquella de formulación de la acusación;
(iii) de allí que esta última no pueda incorporar hechos nuevos, es
decir, no imputados previamente al procesado; y (iv) lo anterior
no significa que la valoración jurídica de los hechos deba perma-
necer incólume, precisamente por el carácter progresivo que ofre-
ce el proceso penal. En otras palabras, fruto de la labor investi-
gativa desarrollada por la Fiscalía durante la fase de instrucción,
es posible, al momento de formular la acusación, contar con ma-
yores detalles sobre los hechos, lo cual implica, eventualmente,

[ 106 ]
1. marco teórico

modificar, dentro de unos parámetros racionales, la calificación


jurídica de los hechos.

Con esta conclusión se puede dar inicio a la caracterización pro-


puesta para esta etapa procesal, la cual, a la luz de los artículos
336 y siguientes del Código de Procedimiento Penal, establece unos
parámetros, que son: la presentación de un escrito de acusación, y
la celebración de una audiencia de acusación.
En relación con el escrito de acusación, éste debe contener la in-
dividualización del acusado, con indicación de su nombre, los datos
que permitan identificarlo y su domicilio para las citaciones; una
relación clara y sucinta de los hechos jurídicamente relevantes, esto
es, la imputación fáctica y jurídica de la conducta que se le endil-
ga, describiendo de manera sintética las circunstancias de tiempo,
modo y lugar en las que el hecho se realizó y su adecuación típica;
una relación de bienes y recursos afectados con fines de comiso; el
nombre y ubicación del defensor de confianza o del designado por
el Sistema Nacional de Defensoría Pública; y el descubrimiento de
las pruebas, efecto para el cual se presenta un documento anexo78.
En relación con la celebración de la audiencia, en el tenor del
artículo 339, se señala que el Juez de Conocimiento le concederá la
palara a las partes para que “expresen oralmente las causales de
incompetencia, impedimentos, recusaciones, nulidades, si las hu-
biere, y las observaciones sobre el escrito de acusación, si no reúne
los requisitos establecidos en el artículo 337, para que el fiscal lo
aclare, adicione o corrija de inmediato”79.
En este sentido, la defensa, el Ministerio Público, la víctima80,
pueden manifestarse sobre la correspondencia del escrito de acusa-
ción con los hechos imputados en la Audiencia de Formulación de
Imputación, o proponer la nulidad por la violación a las garantías
defensivas producidas por el error de la Fiscalía al realizar imputa-

78
Avella Franco, P. O. Fgn. Escuela de Estudios e Investigaciones Crimi-
nalísticas y Ciencias Forenses, Estructura del Proceso Penal Acusatorio.
2007 Bogotá http://www.fiscalia.gov.co/en/wp-content/uploads/2012/01/
EstructuradelProcesoPenalAcusatorio.pdf
79
Colombia. Congreso de la Republica. Ley 906 de 2004. Artículo 339.
80
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-209 de 2007. Magistrado
Ponente Manuel José Cepeda Espinosa

[ 107 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

ciones no ajustadas fáctica o jurídicamente a los hechos con los que


posteriormente acusa.

1.4. Reglas relevantes para el control de la formulación de


imputación. Análisis dogmático y jurisprudencial
De lo decantado anteriormente, cabe señalar como reglas para el
control jurisdiccional a la formulación de imputación las siguientes:
• El juez en función de control de garantías, no es un simple ob-
servador de la formulación de imputación. Por ello es posible
que se ejerza un control, a petición de parte, o de oficio, sobre
la imputación de cargos realizada por la Fiscalía.
El juez de garantías no es simplemente un destinatario de la
imputación, en el sentido que ante él se hace un acto de formulación
de imputación y que por lo tanto es una audiencia de control para
lo siguiente: 1) debe controlar la inferencia razonable de autoría o
participación en el delito investigado sobre la base de la evidencia
física o información legalmente obtenida, es decir, que exista esa
base para poder determinar en un grado de inferencia razonable
que la persona es susceptible de imputación como autor o partícipe
del delito que se está investigando; 2) controlar que los elementos
probatorios y evidencia física que soportan la imputación hayan
sido legalmente obtenidos, es decir, recaudados con cumplimiento
del debido proceso; y 3) determinar la inferencia razonable, en otras
palabras, un examen de lógica sobre la pretensión de la Fiscalía, de
manera que la imputación sea correcta entre persona y conducta.
Si bien que al tenor de los dispuesto en el artículo 288.2 del Códi-
go Instrumental, no le es exigido a la Fiscalía descubrimiento pro-
batorio alguno, de lo previsto en los artículos 286 y 287, se puede
establecer que el acto de imputación tiene como fundamento los
elementos materiales probatorios, la evidencia física y la informa-
ción legalmente obtenida. Y precisamente la legalidad81 de dicha
información, se convierte en el presupuesto para que la inferencia
de autoría o participación sea válida.

81
Colombia. CONGRESO DE LA REPÚBLICA. Ley 906 de 2004. Código de
Procedimiento Penal. Art.276: La legalidad del elemento material proba-
torio y evidencia física depende de que en la diligencia en la cual se obtiene

[ 108 ]
1. marco teórico

En ese orden de ideas, aun cuando el fiscal no se obliga a des-


cubrir los elementos materiales probatorios, la evidencia física o el
soporte de la información que ha obtenido, éste si se encuentra en
la obligación, de dar cuenta ante el juez, y el imputado, de las razo-
nes de legalidad de dicha inferencia.
Si en gracia de discusión se admite la tesis de que la imputación
de cargos se erige en un acto de mera comunicación, la regla plan-
teada no es de recibo, por cuanto ningún rol debería ejercer el juez
constitucional; si por el contrario, el rol constitucional del juez de
garantías es reafirmado, éste se encuentra obligado a controlar la
actuación de la Fiscalía.
Un breve ejemplo permite ilustrar la afirmación planteada: Su-
póngase que a través de tortura de “W” se obtiene información en
punto al punible de homicidio de un ciudadano “X” en donde es
autor “Y”.
Si de la anterior información se entiende que la imputación de
cargos es un acto de mera comunicación, ninguna objeción puede
recibirse a la imputación, por cuanto, la Fiscalía solo estaría infor-
mando de la investigación que se inicia en contra del ciudadano.
Si por el contrario, el juez en función de garantías, ejerce un
rol constitucional, deberá, desde la fase primigenia de la actuación,
controlar la legalidad –en este caso absoluta ilicitud–82 de la infor-
mación recaudada y en ese orden de ideas, aplicar de manera direc-


se haya observado lo prescrito en la Constitución Política, en los tratados
internacionales sobre derechos humanos vigentes en Colombia y en las
leyes.
82
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia SU-159 de 2002. Salvamento
de voto: “Los suscritos magistrados acogemos plenamente al sector de la
doctrina que plantea el tema de la prueba ilícita como aquella totalmen-
te inadmisible y que debe ser excluida del proceso, por cuanto valorar y
apreciar la prueba ilícita obtenida mediante la violación de una norma
de derecho procesal, material o constitucional es estimular y autorizar
su consecución. Este planteamiento desarrolla la teoría de los frutos del
árbol envenenado (fruit of the poisonous tree doctrine), según la cual las
pruebas obtenidas lícitamente dentro del proceso pero que tienen su ori-
gen o fundamento en una prueba practicada de manera irritual, ilícita o
prohibida, necesariamente vicia los medios de convicción lícitos que ten-
gan capacidad de probar un determinado hecho, concluyendo que tampoco

[ 109 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

ta la Constitución Política colombiana83 e impedir, que fundado en


prueba ilícita o ilegal, se formule imputación a un ciudadano.
El control de forma y de fondo de las actividades que realiza la
Fiscalía –cuando ésta tiene el objetivo de restringir derechos fun-
damentales– el artículo 250 de la Constitución Política prevé la
existencia del juez de control de garantías. En virtud de su función
de interpretación, la Corte Constitucional, en sentencia de 200384
señaló:
La “institución jurídica” de los jueces de control de garantías […]
se concibió […] como un mecanismo para compensar o encontrar
un equilibrio entre la eficacia de la justicia representada en el
amplio poder instructivo que a través de la reforma se asigna a
la Fiscalía General de la Nación y la protección de las garantías
fundamentales susceptibles de ser afectadas como consecuencia
del ejercicio de dicha facultad, como mandato constitucional in-
eludible.

Así mismo, las omisiones de la Fiscalía General de la Nación


también deben ser controladas por parte del juez con función de
control de garantías, tomando como fundamento la sentencia SU-
1184 de 200185, que establece:
En virtud del principio de igualdad, cuando la acción y la omi-
sión son estructural y axiológicamente idénticas, las consecuen-
cias deben ser análogas: si la conducta activa es ajena al servicio,
también deberá serlo el comportamiento omisivo.


dichas pruebas legales pueden ser admitidas. Al mismo tiempo esta doc-
trina tiene un fin utilitario para erradicar prácticas policiales o de otra
índole consistentes en valerse de medios espurios para iniciar la investiga-
ción y luego presentar las pruebas necesarias para fundar la imputación.
El efecto expansivo de la prueba ilícita, únicamente faculta para valorar
pruebas autónomas e independientes, es decir que no tengan, conexiones
causa con la ilícitamente practicada, debiéndose poner especial atención
en no confundir “prueba diferente” (pero derivada) con “prueba indepen-
diente“. (Sin conexión causal).
83
Colombia. Constitución Política. Art. 29.
84
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-1092 de 2003. Magistrado
Ponente Álvaro Tafur Galvis.
85
Colombia. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia SU-1184 de 2001. Ma-
gistrado Ponente Eduardo Montealegre Lynett.

[ 110 ]
1. marco teórico

En este sentido, las omisiones, al igual que las acciones, no sólo


pueden afectar el proceso penal sino que además pueden ser fuente
de violación de derechos fundamentales. Bajo el modelo anterior, la
Corte Constitucional avaló que las actuaciones de la Fiscalía fue-
ran objeto de control judicial, con base en la idea de la existencia de
una colaboración entre fiscales y jueces y la necesidad de asegurar
el respeto por los derechos fundamentales de los asociados. Con el
nuevo modelo la posibilidad del control de las omisiones está apo-
yada exclusivamente en la necesidad de asegurar el debido respeto
a los derechos fundamentales que eventualmente se vean afectados
por las actuaciones y omisiones del controlado.

• La Fiscalía, en la imputación de cargos, no obstante ser una


calificación provisional, debe velar por la correcta adecuación
típica de los hechos que eventualmente constituyen el ilícito
investigado.

La adecuación típica basada en los hechos jurídicamente rele-


vantes señalados en la imputación fáctica que se realiza en la Au-
diencia de Formulación de Acusación, debe de estar conforme a los
elementos materiales probatorios, la evidencia física y la informa-
ción legalmente obtenida.
Para darle contenido a la presente regla, se retoma lo señalado
anteriormente por Julio Meier:
La imputación correctamente formulada es la llave que abre la
puerta de la posibilidad de defenderse eficientemente, pues per-
mite negar todos o alguno de sus elementos para evitar o amino-
rar la consecuencia jurídico-penal a la que, se pretende, conduce
o, de otra manera, agregar los elementos que, combinados con los
que son afirmados, guían también a evitar la consecuencia o a
reducirla. Pero, para que la posibilidad de ser oído sea un medio
eficiente de ejercitar la defensa, ella no puede reposar en una
atribución más o menos vaga o confusa de malicia o enemistad
con el orden jurídico, esto es, en un relato impreciso y desordena-
do de la acción u omisión que se pone a cargo del imputado, y mu-
cho menos en una abstracción [cometió homicidio o usurpación],
acudiendo al nombre de la infracción, sino que, por el contrario,
debe tener como presupuesto la afirmación clara, precisa y cir-
cunstanciada de un hecho concreto, singular, de la vida de una

[ 111 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

persona. Ello significa describir un acontecimiento –que se su-


pone real– con todas las circunstancias de modo, tiempo y lugar
que lo ubiquen en el mundo de los hechos [temporal y espacial-
mente] y le proporcionen su materialidad concreta; el lenguaje se
debe utilizar como descriptivo de un acontecimiento concreto ya
ocurrido, ubicable en el tiempo y en el espacio, y no para mentar
categorías conceptuales.

Conforme la regla anteriormente descrita, aun cuando la impu-


tación jurídica es provisional, el control que debe realizar el juez
en función de control de garantías, debe comprender un estudio
mínimo de la tipicidad86 objetiva, de acuerdo a la evidencia prelimi-
nar que se ha recaudado, y que conforme a la regla anterior, debe
haber superado el primer filtro de legalidad. Así las cosas, si de los
elementos oportuna y legalmente recaudados, se puede establecer
la existencia de una conducta humana, externa y socialmente re-
levante, debe el fiscal circunscribirla de manera específica y deta-
llada a una norma positiva descrita por el legislador en el código
sustancial, indicando, el o los verbos rectores que actualizan la des-
cripción típica que encuadra en la conducta endilgada al ciudadano.
Si el procedimiento anteriormente señalado se cumple a cabali-
dad, deberá entenderse que el acto de imputación cumplió su fina-
lidad; de lo contrario, no puede avalar el juez dicha imputación, por
ser esta farragosa y violatoria del derecho al debido proceso, a la
defensa y a la contradicción.
Siguiendo a Bernal Cuellar y Montealgre Lynett se tiene que:
El concepto de causa probable, como se explicó, alude a la existen-
cia de elementos probatorios mínimos y a una valoración sobre la
ocurrencia de determinados hechos. Tales hechos corresponden,
exclusivamente, a lo que materialmente, conforme al tipo, se ca-
lifica como conducta punible.
Lo anterior supone una restricción adicional al ejercicio abusivo
o arbitrario del sistema penal. De esta manera delimita de forma

86
Colombia. Congreso de la República. Ley 599 de 2000. Código Penal.
Art.10 La ley penal definirá de manera inequívoca, expresa y clara las ca-
racterísticas básicas estructurales del tipo penal. En los tipos de omisión,
también el deber tendrá que estar consagrado y delimitado claramente en
la constitución o en la ley.

[ 112 ]
1. marco teórico

precisa las conductas que pueden ser objeto de la investigación.


Si la conducta de la cual se tiene información no está compren-
dida, luego de un análisis prima facie, dentro de aquellas que la
ley establece como punibles, no habrá lugar al inicio de investi-
gaciones […]
[…] No son procedentes las denominadas “pescas milagrosas” por
parte de la fiscalía o los organismos de la policía judicial87.

Por lo tanto, si bien la calificación jurídica es provisional, lo ló-


gico y jurídicamente acertado, es que la variación de la imputación
obedezca a fenómenos de justicia premial [acuerdos entre fiscalía o
defensa] o movilidad de la misma conducta delictiva [tentativa de
homicidio a homicidio consumado, homicidio agravado a homicidio
simple o a la inversa etc.) por cuando el sistema procesal es progre-
sivo, y la superación de las etapas procesales, permiten un aumento
en el nivel de comprensión de la conducta investigada.
Lo inadmisible, para los efectos de la presente regla, serían las
imputaciones desarticuladas, las “pescas milagrosas” [siguiendo a
los autores citados] o las cacerías de brujas, que a la postre deslegi-
timan la actuación procesal, y potencialmente vulneran garantías
fundamentales.

• El control de tipicidad realizado por el juez en función de con-


trol de garantías, debe propender por la supresión de la impu-
tación simultánea de tipos penales, que impliquen un concur-
so ideal o aparente, o que se genere vulneración al principio
del non bis in ídem.

De acuerdo con los planteamientos anteriores, el juez no puede


avalar las imputaciones que contemplen doble incriminación sobre
el mismo aspecto, o que de la misma conducta se generen plurali-
dad de imputaciones jurídicas a través de fenómenos de concurso
aparente o ideal, como ocurre verbo y gracia en los eventos de le-
siones personales, en donde se hace necesario acudir al principio de
unidad punitiva88, o cuando se deja de lado la unidad de designio

87
Bernal C., J & Montealegre L., E (2013). El Proceso Penal 6° Ed. Bogotá.
Universidad Externado de Colombia. p. 248.
88
Colombia. Congreso de la República. Ley 599 de 2000. Código Penal.
Art.117.

[ 113 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

criminal, obviando los conceptos de delito–medio y delito–fin, o sim-


plemente en el yerro frente a la adecuación típica, dando lugar a
fenómenos de doble o múltiple imputación, obviando los principios
de subsunción o especificidad en la imputación jurídica.
Sobre el particular la Honorable Corte suprema de Justicia se
pronunció al respecto indicando que:
Cuando se trata de armas de fuego o municiones resulta imperio-
so que se establezca de manera concreta el tipo o clase de arte-
facto, porque la principialística vinculada a la estricta tipicidad
demanda que con absoluta refulgencia se verifiquen las caracte-
rísticas del arma o de la munición para así determinar si la con-
ducta punible se adecúa al tipo que hace referencia a las armas,
municiones y explosivos de defensa personal o a las armas de uso
privativo de las fuerzas militares.
[…] Es inadmisible y contrario a toda hermenéutica considerar
que por contener un artefacto material explosivo se siga que el
mismo pueda ser considerado como explosivo, pues si ello fuese
así y teniendo en cuenta que todo tipo de munición tiene entre sus
componentes material explosivo [definido legalmente como aquel
“cuerpo o mezcla que en determinadas condiciones puede produ-
cir rápidamente una gran cantidad de gases con violentos efectos
mecánicos o térmicos”89], ningún pertrecho podría ser calificado
como de uso privativo de la fuerza pública.
Por las anteriores precisiones se hace evidente el yerro de las
instancias al considerar que con las acciones desplegadas por los
procesados se realizó un concurso de delitos, pues realmente su
proceder criminal encaja sólo y exclusivamente en la acción típica
identificada bajo el nomen iuris de la fabricación, tráfico y porte
de armas y municiones de uso privativo de las fuerzas armadas,
consagrado en el artículo 366 del Código Penal90.

89
Colombia. Decreto 2535 de 1993, artículo 50. La Convención Interameri-
cana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícitos de Armas de Fuego, Muni-
ciones, Explosivos y otros materiales relacionados”, adoptada en Washin-
gton, el 14 de noviembre de 1997, adoptada mediante Ley 737 de 2002 y
Decreto 2122 de 2003, artículo I-5, entiende por explosivo “toda aquella
sustancia o artículo que se hace, se fabrica o se utiliza para producir una
explosión, detonación, propulsión o efecto pirotécnico”.
90
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 24.786 del 6 de septiem-
bre de 2007. Magistrado Ponente Yesid Ramírez Bastidas.

[ 114 ]
1. marco teórico

• Frente al allanamiento de los cargos propuesto por la Fiscalía,


el acusado tiene una primera oportunidad para manifestarse
acerca de su responsabilidad penal en los hechos que se le en-
dilgan. Por ello es importante que la imputación sea acertada
jurídicamente para evitar los vicios del consentimiento del im-
putado a la hora de aceptar los cargos.
La calificación de la conducta punible y la responsabilidad del
procesado, desde luego sujeta a los elementos recaudados y a la
ley preexistente, constituye punto de partida para la fase del juz-
gamiento, misma que puede ser pretermitida, si es que existe un
allanamiento temprano al cargo, o cargos endilgados por el ente
acusador, de manera que en virtud de los principios procesales de
separación funcional y preclusión, no puede ser desconocida con el
pretexto de una mejor o más atinada decisión, a menos que en el
ejercicio del control que le incumbe al juez como garante de la lega-
lidad la misma ofrezca equivocación que implique cambio de compe-
tencia o cuando carezca por completo de motivación, la motivación
sea incompleta o deficiente, o cuando la motivación es ambivalente
o dilógica, o cuando la motivación es falsa.
La imputación de cargos, como acto procesal que permite el
inicio formal del derecho de defensa, debe contener una relación
inequívoca de las situaciones fácticas endilgadas, y se itera, aun
cuando la imputación jurídica se torna en provisional, el fiscal debe
detallar las conductas circunscribiéndola minuciosamente a la tipi-
cidad objetiva, que a titulo jurídico se le imputa al ciudadano proce-
sado. Así las cosas, un legítimo acto de defensa, será el de aceptar
los cargos, empero, esa aceptación se condiciona a la legalidad de
la imputación, pues de lo contrario, ni el juez de garantías, ni el de
conocimiento, se atan a la declaración de culpabilidad, puesto que
si el acto de imputación, no se ajusta a la legalidad y a las reglas
ahora planteadas, el acto de allanamiento se torna en ineficaz.
En el año 2013, la Sala de Decisión de Tutelas de la Corte Su-
prema de Justicia, tuvo la oportunidad de pronunciarse sobre este
particular, en los siguientes términos:
En esa medida, la simplificación procesal lograda a través de
los legítimos instrumentos de los acuerdos y allanamientos, no
suprime la posibilidad de que el juez de conocimiento, a partir

[ 115 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

de la realidad procesal simplificada, juzgue sobre los elementos


jurídicos y fácticos que se le alleguen después de celebrado un
allanamiento o un acuerdo. En efecto, la jurisprudencia de esta
Sala ha destacado que no es admisible edificar una sentencia so-
bre la base de una verdad “formal” o meramente consensuada;
que la naturaleza de la negociación en penal no es equiparable a
la noción civil de ese concepto, por lo que no puede convertirse en
un “festín de regalías”; que no es admisible utilizar tales dispo-
sitivos con el objetivo de cumplir estadísticas laborales ; que en
nuestro sistema aún sigue rigiendo el principio de legalidad, aún
en la aprobación de acuerdos o declaraciones de culpabilidad y
que se debe contar, para su aplicación, con un mínimo de respaldo
probatorio.
Suponer, entonces, que por el solo hecho de presentarse un alla-
namiento, la consecuencia indefectible es la sentencia condenato-
ria y eliminar así la posibilidad de “juzgar” por parte del juez de
conocimiento, implicaría automatizar al operador judicial para
hacerlo notario de actos entre partes sobre los cuales no tendría
otra función que su protocolización, situación que ni siquiera es
admisible en el derecho civil, cuando los conflictos giran en torno
a intereses privados y en donde, según las tendencias actuales,
el juez puede interferir en pro de salvaguardar fines de orden
público.
[…] Para la Sala, ni el juez de garantías ni el de conocimiento
están atados a la declaración de culpabilidad obtenida a través
de un allanamiento. Si se observa que los elementos materiales
probatorios –pues ni siquiera alcanzan el grado de prueba al no
cumplir con los presupuestos de publicidad, contradicción e in-
mediación– son frágiles, endebles, es decir, insuficientes para dar
cuenta cercana de la verdadera realidad de la conducta, por más
que medie un allanamiento, la condena no procedería91.

• Aplicación del Principio de Congruencia, según lo expuesto


por la sentencia C-025 de 2010, en cuanto la formulación de
imputación se constituye en un condicionante factico de la
acusación y en consecuencia del fallo que se pueda presentar
en ese proceso.
En el precedente citado, la Honorable Corte señaló que la formu-
lación de acusación: (i) Se trata de un principio cardinal que orienta

91
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Decisión de tutela T- 66463 del 11
de junio de 2013. Magistrado Ponente Javier Zapata Ortiz.

[ 116 ]
1. marco teórico

las relaciones existentes entre la formulación de la acusación y la


sentencia; (ii) su aplicación se extiende al vínculo existente entre la
audiencia de imputación de cargos y aquella de formulación de la
acusación; (iii) de allí que esta última no pueda incorporar hechos
nuevos, es decir, no imputados previamente al procesado; y (iv) lo
anterior no significa que la valoración jurídica de los hechos deba
permanecer incólume, precisamente por el carácter progresivo que
ofrece el proceso penal. En otras palabras, fruto de la labor inves-
tigativa desarrollada por la Fiscalía durante la fase de instrucción,
es posible, al momento de formular la acusación, contar con mayo-
res detalles sobre los hechos, lo cual implica, eventualmente, modi-
ficar, dentro de unos parámetros racionales, la calificación jurídica
de Las conductas.
La imputación de cargos, comporta el limitante factico de la acu-
sación, que a su vez, de cara a lo ordenado por el artículo 448 del
código procesal penal, ata al juez, para que “no se condene por he-
chos que no constan en la acusación, ni por delitos que no se haya
solicitado condena” y conforme a la sentencia C-025 de 2010, dichos
hechos no pueden ser distintos a los de la acusación. Al respecto, se
ha pronunciado la Honorable Corte Suprema de Justicia, en línea,
que aun cuando no es del todo pacifica, siempre lo ha sido en punto
a la congruencia fáctica entre la imputación, la acusación y el fallo.
Para el año 2007 así se pronunció el máximo tribunal:
Esto es así porque la congruencia tiene que ser entendida como
parámetro de racionalidad en la relación que debe existir entre
acusador y fallador pues lo ejecutado por el primero limita las
facultades del segundo; siendo la Fiscalía General de la Nación
quien a nombre del Estado ejerce la titularidad de la acción pe-
nal, los jueces no pueden ir más allá de lo propuesto como elemen-
tos fácticos y jurídicos de la acusación. Esto equivale a decir que
los jueces no pueden derivar consecuencias adversas para el im-
putado o acusado, según sea el caso, ni de los elementos que no se
derivan expresamente de los hechos planteados por la Fiscalía ni
de los aspectos jurídicos que no hayan sido señalados de manera
detallada y específica por el acusador so pena de incurrir en grave
irregularidad que deslegitima e ilegaliza su proceder; dicho en
forma simple: el juez solamente puede declarar la responsabili-
dad del acusado atendiendo los limitados y precisos términos que

[ 117 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

de factum y de iure le formula la Fiscalía, con lo cual le queda ve-


dado ir más allá de los temas sobre los cuales gira la acusación92.

• A pesar de ser una etapa procesal, contra la cual no proceden


los recursos de ley, por ser considerada un acto de comunica-
ción, es posible solicitar la nulidad de éste acto cuando por
graves errores en su procedimiento se afectan las garantías de
defensa del imputado.
La formulación de imputación se constituye en condicionante
fáctica de la acusación, de ahí que deba mediar relación de corres-
pondencia entre tales actos.
Los hechos serán inmodificables, pues si bien han de serle impu-
tados al sujeto con su connotación jurídica, no podrá la acusación
abarcar hechos nuevos.
Lo anterior no conlleva a una inmutabilidad jurídica, porque
precisamente los desarrollos y progresividad del proceso hacen que
el grado de conocimiento se incremente, por lo tanto es posible que
la valoración jurídica de ese hecho, tenga para el momento de la
acusación mayores connotaciones que implican su precisión y deta-
lle, además, de exigirse aún la imposibilidad de modificar la impu-
tación jurídica, no tendría sentido que el legislador hubiera previs-
to la formulación de imputación como primera fase y antecedente
de la acusación.
Esta conclusión posterior permite retomar la idea de la proce-
dencia de la nulidad de la Formulación de Imputación, en el en-
tendido en que ésta constituye una violación al principio del debido
proceso, por la afectación directa al principio de congruencia.
La regla que ahora se eleva, sería la conclusión lógica y futura,
a una discusión que ahora se inicia, por cuanto, se debe partir de la
base de que, así como la demanda en materia civil, se torna en un
acto de parte, la imputación en materia penal también lo es, razón
por la cual, no resulta recurrible93 como acto de parte, no obstante,

92
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 24.786 del 6 de septiem-
bre de 2007. Magistrado Ponente Yesid Ramírez Bastidas. Cit.
93
Al respecto ver: Colombia. CORTE SUPREMA DE JUSTICIA. Auto
29.772 del 17 de septiembre de 2008. Magistrado Ponente Augusto Ibáñez
Guzmán.

[ 118 ]
1. marco teórico

tampoco se trata de un acto no reglado. Por el contrario, se trata


de un acto procesal reglado y delimitado por la ley, en concordancia
con la Constitución y los tratados internacionales.
Así las cosas, si el acto procesal, no resulta recurrible, lo que de
él se debe predicar en su ineficacia a través de la nulidad procesal.
Aun cuando no existe pronunciamiento expreso sobre el particu-
lar, si resulta interesante plasmar cierta evolución jurisprudencial
al respecto. En decisión de 200794 la Corte avaló la posibilidad de
que la nulidad de la imputación fuera decretada. En aquella opor-
tunidad, le correspondió decidir sobre una definición de competen-
cia, y para tal efecto citó su propio precedente así:

3. La formulación de la imputación en el sistema procesal actual


con tendencia acusatoria, configura no solamente un acto de for-
malización de la investigación que realiza la Fiscalía ante el juez
de control de garantías (artículo 286, Ley 906 de 2.004), sino que,
ante todo, en virtud de la misma se comunica a una persona –si se
halla capturada–, su calidad de imputado, condición que igual se
alcanza si previamente es emplazada y declarada persona ausen-
te cuando no ha sido posible su localización (artículo 127 ibídem).
Supone el acto de formulación de la imputación la presencia del
imputado o de su defensor, ya sea de confianza, o si falta el mis-
mo, del que fuere designado por el sistema nacional de la defen-
soría pública.
Así también, a la formulación de la imputación respecto de la per-
sona presente o de la declarada ausente, sobreviene la solicitud
de medida de aseguramiento por parte de la Fiscalía que puede
serlo privativa de la libertad o no en términos del artículo 307 del
mismo cuerpo normativo. Es decir que la existencia de persona
imputada es presupuesto para la adopción de medida alguna de
aseguramiento en su contra.
Por manera que aun cuando formal y jurídicamente resulta posi-
ble distinguir la legalización de la captura, la formulación de la
imputación y la adopción de medida de aseguramiento, al margen
de que, como lo advierte el Magistrado en la decisión recurrida, se
entendiesen que son actos en principio independientes así se rea-

94
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Auto de definición de com-
petencia 28.136 de 2007. Magistrado Ponente Jorge Luis Quintero
Milanés.

[ 119 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

licen en desarrollo de una misma audiencia preliminar –confor-


me sucedió en este caso–, dado que el Tribunal decretó la nulidad
a partir de la propia "diligencia de imputación" pena que vuelva a
formarse, necesariamente sin persona imputada es un imposible
entender existente respecto de ella una medida de aseguramiento
que, entonces, pudiera justificar la privación de su libertad.
4. La persona capturada debe ser puesta a disposición de un juez
de control de garantías en el plazo máximo de treinta y seis ho-
ras, con posterioridad a su material aprehensión, en forma tal
que en audiencia preliminar disponga lo pertinente en relación
con su libertad. Como quiera que el Tribunal dejó sin efectos lo
actuado a partir del acto de formulación de la imputación inclu-
sive, es incontrovertible que la decisión cobijó, forzosamente, la
medida de aseguramiento impartida en contra de [...], en forma
tal que ha debido ser puesto en libertad, pues con la determina-
ción adoptada estarían más que vencidos los términos señalados
en la ley para resolver a partir de su captura, que se produjo el 8
de diciembre de 2.006 y consiguientemente sin fundamento legal
privado de ella”83.

De modo alguno se observa la solución de fondo a la problemáti-


ca planteada, no obstante se evidencia, que el problema jurídico se
reconoce en su existencia, sin que por ahora se haya abordado de
fondo por la alta corporación. No obstante lo anterior, de manera
reciente el Tribunal Superior de Bogotá, ha dejado sin efectos un
allanamiento a los cargos, al considerar que se obvió el principio de
estricta legalidad y de tipicidad, acercándose al punto de la nulidad
del acto mismo de imputación:
Ante esta violación flagrante del principio de legalidad, en su
especie de tipicidad estricta, que dispone que los hechos deben
quedar subsumidos en las normas legales correspondientes que
los describan con mayor riqueza y de un modo completo, no puede
impartirse un pronunciamiento de fondo frente al recurso, sino
anular la actuación desde la oportunidad en que el juez de pri-
mera instancia debía pronunciarse sobre la aprobación del alla-
namiento a la imputación, momento procesal al cual se retrotrae
esta actuación, desaprobando dicho allanamiento a la imputa-
ción.

95
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Auto del 19 de abril de 2007. Radi-
cación 27303.

[ 120 ]
1. marco teórico

[…] La Sala Mayoritaria considera que debe exigirse a los jueces


una mayor vigilancia sobre lo que aprueban, y a los delegados
fiscales un mayor rigor jurídico en lo que imputan o acusan para
que exista estricta consonancia entre lo fáctico y lo jurídico. Se
destaca que el control judicial a un allanamiento [o acuerdo] no
se cumple con una simple revisión formal de lo imputado por la
Fiscalía [o preacordado por las partes], dado que el juez, como
suprema autoridad jurisdiccional debe velar porque las garantías
y derechos permanezcan incólumes, sin escamoteos que desco-
nozcan el principio de legalidad, de modo que en caso de adver-
tir desconocimiento de las referidas reglas, bien por ignorancia,
improvisación o colusión, tiene la obligación –en cumplimiento
de sus deberes constitucionales y legales– de rechazar el allana-
miento [o el acuerdo], y disponer con la continuación del procedi-
miento ordinario, salvo que las partes inmediatamente procedan
a enmendar las ilegalidades advertidas por la judicatura.
[…] Así mismo, con la postura adoptada se defiende la facultad
jurisdiccional de ejercer un control material sobre las actividades
de las partes, facultad que en últimas realiza fines esenciales del
Estado, como lo son garantizar la efectividad de los principios, de-
rechos y deberes consagrados en la Constitución, permitiéndose
así que los poderes públicos laboren en la búsqueda de un orden
justo en el que se proscriba la impunidad84.

Y si la regla de anulación funcionó para garantizar la vigencia


del principio de legalidad, no existe motivo que permita afirmar,
que en el evento de incumplimiento de las normas mínimas en pun-
to a la legalidad de la imputación de cargos, pueda obviarse el debi-
do proceso y mantener la imputación, aun cuando resulte contraria
a derecho, siendo la solución, indefectiblemente la nulidad del acto
informativo.
Y es que el adecuado control formal y material a la imputación,
no es un aspecto que privilegie a la parte defensiva, ni a la parte
acusadora, ni mucho menos a los intervinientes. El adecuado con-
trol constitucional a la imputación de cargos, privilegia el concepto
del derecho al debido proceso.

96
Colombia. Tribunal Superior de Bogota. Auto de 15 de agosto de 2013.
Magistrado Ponente Alberto Poveda Perdomo. Radicado 11001600000020120
114001.

[ 121 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Recientemente el Tribunal Superior de Bogotá, tuvo la oportuni-


dad de pronunciarse en punto al adecuado control que debe hacerse
por parte de los jueces en función de control de garantías al acto de
imputación de cargos. En esta oportunidad el Honorable Tribunal
revisó en segunda instancia la sentencia condenatoria proferida
por el Juzgado cuarenta y cuatro penal del Circuito de Bogotá, que
ante el allanamiento a cargos de los imputados profirió sentencia
de condena en contra de los mismos por los punibles de tentativa de
homicidio y hurto calificado y agravado. Inconforme con la decisión,
la defensa interpuso el recurso de apelación en punto a la dosifica-
ción punitiva. En aquella oportunidad el Tribunal consideró:
Sería del caso entrar a resolver de fondo la apelación interpuesta
por la defensa contra la sentencia de primera instancia si no se
observara que existe una ofensa grave al principio de legalidad,
que invalida la actuación, y por Sala mayoritaria así se resolverá.
[…] Estos hechos fueron tipificados por la Fiscalía como hurto ca-
lificado por la violencia contra la víctima y agravado por la copar-
ticipación criminal. El ataque físico fue tipificado como tentativa
de homicidio.
Respecto de la tentativa de homicidio, punible que por el bien
jurídico protegido y la cantidad de pena prevista constituye el
más grave, se equivocó la Fiscalía al proponer esa calificación, y
el juez al aceptarla, porque no se trata de tentativa del (sic) ho-
micidio simple sino de tentativa de homicidio agravado de confor-
midad con el numeral 2 del artículo 104 del CP, que dice“… para
preparar, facilitar o consumar otra conducta punible…”, como
surge evidente de la descripción fáctica.
Respecto de la tipificación del hurto, se considera que no se con-
figura la calificante la violencia contra la víctima, pues los actos
que la constituyen quedan subsumidos por la tentativa de homi-
cidio, de manera que reprochar tales actos dos veces vulnera la
prohibición de atribuir dos veces lo mismo.
Igualmente, para que la imputación jurídica corresponda con la
descripción típica, se impone que a los procesados se les atribuya
la circunstancia de mayor punibilidad consagrada en el artículo
58-10 del Código Penal, porque la ejecución de los delitos se hizo
por tres sujetos, dos de los cuales son los procesados en el sub
examine.
Ante esta violación flagrante del principio de legalidad, en su
especie de tipicidad estricta, que dispone que los hechos deben

[ 122 ]
1. marco teórico

quedar subsumidos en las normas legales correspondientes que


los describan con mayor riqueza y de un modo completo, no puede
impartirse un pronunciamiento de fondo frente al recurso, sino
anular la actuación desde la oportunidad en que el juez de pri-
mera instancia debía pronunciarse sobre la aprobación del alla-
namiento a la imputación, momento procesal al cual se retrotrae
esta actuación, desaprobando dicho allanamiento a la imputa-
ción.
[…] La Sala Mayoritaria considera que debe exigirse a los jue-
ces una mayor vigilancia sobre lo que aprueban, y a los delega-
dos fiscales un mayor rigor jurídico en lo que imputan o acusan
para que exista estricta consonancia entre lo fáctico y lo
jurídico. Se destaca que el control judicial a un allanamiento
[o acuerdo] no se cumple con una simple revisión formal de lo
imputado por la Fiscalía [o preacordado por las partes], dado que
el juez, como suprema autoridad jurisdiccional debe velar porque
las garantías y derechos permanezcan incólumes, sin escamoteos
que desconozcan el principio de legalidad, de modo que en caso
de advertir desconocimiento de las referidas reglas, bien por ig-
norancia, improvisación o colusión, tiene la obligación –en cum-
plimiento de sus deberes constitucionales y legales– de rechazar
el allanamiento [o el acuerdo], y disponer con la continuación del
procedimiento ordinario, salvo que las partes inmediatamente
procedan a enmendar las ilegalidades advertidas por la judica-
tura.
[…] Así mismo, con la postura adoptada se defiende la facultad
jurisdiccional de ejercer un control material sobre las actividades
de las partes, facultad que en últimas realiza fines esenciales del
Estado, como lo son garantizar la efectividad de los principios, de-
rechos y deberes consagrados en la Constitución, permitiéndose
así que los poderes públicos laboren en la búsqueda de un orden
justo en el que se proscriba la impunidad97.

De lo expuesto se evidencia que el adecuado control formal o ma-


terial a la imputación, no incide de manera exclusiva en intereses
de parte, sino que permea toda la estructura procesal, dado que una
adecuada imputación, activa realmente el derecho a la defensa, y

97
Colombia. Tribunal Superior de Bogota. Auto de 15 de agosto de 2013.
Magistrado Ponente Alberto Poveda Perdomo. Radicado 1100160000
0020120114001.

[ 123 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

permite un adecuado ejercicio de la posibilidad discrecional de alla-


namiento a los cargos, o en su defecto la de un preacuerdo o juicio
oral.
La antítesis a este argumento deja de lado la función jurisdiccio-
nal misma, convirtiendo al juez en función de control de garantías
en un mero convidado de piedra, que ninguna labor ejerce en el acto
de imputación de cargos.
El proceso jurisdiccional, en su vertiente penal, sólo tendrá un
resultado legítimo, cualquiera sea la forma en la que el mismo ter-
mine, si la actuación transcurre en absoluta armonía y respeto a las
partes e intervinientes.
Una imputación de cargos, deshilvanada, carente de control
jurídico, alejada de la realidad fáctica, dará lugar, de manera in-
defectible, a la ineficacia del acto procesal mediante la nulidad,
o peor aún, a una sentencia absolutoria o condenatoria ilegitima,
y ello por cuanto, cualquiera sea la determinación final que se
adopte, ella no será legitima si no se ciñe el proceso a la estricta
legalidad.

[ 124 ]
2. conclusiones

2. Conclusiones

Con base en el análisis realizado en la presente investigación, se


puede concluir que el precedente jurisprudencial sobre la imputa-
ción de cargos es dinámico y variable; su desarrollo gira en torno
de la necesidad de establecer un estricto control jurisdiccional a la
imputación de cargos, en aras de preservar el derecho a la defensa
técnica, a la contradicción a la legalidad del proceso, del delito y de
las penas.
La discusión jurisprudencial, si bien no es pacífica, evoluciona
rápidamente hacía la tesis que ahora se expone, que no es otra que
la del necesario activismo jurisdiccional, por parte del juez en fun-
ción de control de garantías, en el desarrollo de su función consti-
tucional.
La verdadera problemática radica en el entendimiento que se le
ha dado al control constitucional a la imputación de cargos. La ma-
yoría de los jueces consideran que la imputación de cargos es, por lo
menos en principio, un acto de mera comunicación, tesis que según
el reciente pronunciamiento de la Corte Constitucional colombia-
na98 se avala en el sentido de que la audiencia de formulación de
imputación es de naturaleza Informativa, pero no por ello, pueden,
ni deben los jueces, convertirse en meros convidados de piedra.

98
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-303 de mayo 22 de 2013.
Magistrado Ponente Luis Guillermo Guerrero Pérez.

[ 125 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

De la Jurisprudencia, doctrina y análisis reseñados, al igual que


de las reglas relevantes para la imputación de los cargos, se puede
establecer que el control, tanto formal como material, a la imputa-
ción de cargos –cuando este se requiera– permite el cabal ejercicio
del derecho a la defensa, y en todos los eventos, garantiza el pre-
supuesto de legitimidad de la sentencia, que no es otro que el del
debido proceso.
Ya en el apartado relativo a las reglas relevantes para el con-
trol de la formulación de imputación, análisis dogmático y
jurisprudencial, se indicó la existencia de una serie de reglas
para el adecuado control constitucional a la imputación de cargos.
Ellas son:
• El juez en función de control de garantías, no es un simple ob-
servador de la formulación de imputación. Por ello es posible
que se ejerza un control, a petición de parte, o de oficio, sobre
la imputación de cargos realizada por la Fiscalía.
• La Fiscalía, en la imputación de cargos, no obstante es una
calificación provisional, debe velar por la correcta adecuación
típica de los hechos que eventualmente constituyen el ilícito
investigado.
• El control de tipicidad realizado por el juez en función de con-
trol de garantías, debe propender, por la supresión de la impu-
tación simultanea de tipos penales que impliquen un concurso
ideal o aparente, o que se genere vulneración al principio del
non bis in ídem.
• Frente al allanamiento de los cargos propuesto por la Fiscalía,
el acusado tiene una primera oportunidad para manifestarse
acerca de su responsabilidad penal en los hechos que se le en-
dilgan. Por ello es importante que la imputación sea acertada
jurídicamente para evitar los vicios del consentimiento del im-
putado a la hora de aceptar los cargos.
• Aplicación del principio de congruencia, según lo expuesto por
la sentencia C-025 de 2010, en cuanto la formulación de impu-
tación se constituye en un condicionante factico de la acusa-
ción y en consecuencia del fallo que se pueda presentar en ese
proceso.

[ 126 ]
2. conclusiones

• A pesar de ser una etapa procesal, contra la cual no proceden


los recursos de ley, por ser considerada un acto de comunica-
ción, es posible solicitar la nulidad de éste acto cuando por
graves errores en su procedimiento se afectan las garantías de
defensa del imputado.
Aunado a lo anterior, resulta claro generar unas nuevas pautas
que permitan el adecuado desarrollo del control constitucional a
la imputación de cargos, con la delimitación de los conceptos de
control formal, y control material de la imputación, al igual que sus
componentes:
Control formal. Comprende la determinación de los presu-
puestos legales para el acto procesal de Imputación se ciña a la
legalidad. Para tal efecto el juez en función de control de garantías
debe verificar que:
• El imputado se encuentre plenamente identificado e indivi-
dualizado, tal como se desprende del contenido de los artículos
288 numeral 1 y del contenido del artículo 128 de la Ley 906
de 2004 con las modificaciones incorporadas por la Ley 1142
de 2007 en su artículo 99.
• Que el fiscal presente una narración breve y sucinta de los
hechos jurídicamente relevantes, en un lenguaje comprensible
al imputado. Para tal efecto, no requerirá descubrimiento pro-
batorio alguno, salvo que sea su deseo solicitar la imposición
de medida de aseguramiento.
Dentro de la narración de los hechos jurídicamente relevan-
tes, le corresponde al juez en función de control de garantías,
verificar que el imputado comprenda los hechos que se le es-
tán atribuyendo.
Como quiera que del acto informativo se desprende una do-
ble imputación (fáctica y jurídica) el juez debe velar porque
la imputación fáctica sea lo suficientemente circunstanciada,
a efectos de que el imputado conozca la totalidad de los mis-
mos, puesto que como se sabe la imputación fáctica se torna
en inmodificable99 mientras que la imputación jurídica tiene
connotación provisional.

99
Colombia. Corte Constitucional. Sentencia C-025 de 27 de enero de 2010.
Magistrado Ponente Humberto Sierra Porto.

[ 127 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

• Del mismo modo, si dentro de la audiencia de formulación de


imputación, el ciudadano vinculado puede aceptar los cargos
obteniendo los descuentos punitivos consagrados en el artícu-
lo 351, pues resulta apenas lógico que de la imputación fáctica
se genera una imputación jurídica, pues de lo contrario nin-
gún cargo podría ser aceptado.

Concluido el control formal a la imputación de cargos, debe el


juez realizar el control material a la imputación, que mínimamente
deberá contener:
• El cumplimiento de las condiciones de procesabilidad –quere-
lla– (art. 74 del C.P.P.) y de procesabilidad –conciliación judi-
cial previa– (art. 522 del C.P.P.). En los delitos querellables le
corresponde al juez en función de control de garantías verifi-
car el cumplimiento de ambos requisitos, pues de lo contrario
la Fiscalía no puede iniciar el ejercicio de la acción penal.
• La prescripción del ejercicio de la acción penal. Si el paso del
tiempo ha incidido en la posibilidad estatal para la persecu-
ción penal, no puede el juez en función de control de garantías,
avalar una imputación de cargos, por cuanto, como ya se indi-
có, existirá una causal que imposibilita el ejercicio de la acción
penal.
• Control de estricta tipicidad. Partiendo de la base de que el
fiscal realizó una adecuada caracterización fáctica de la im-
putación, le corresponde al juez, verificar que dicha caracteri-
zación fáctica se acople al tipo o tipos penales endilgados por
la Fiscalía. Lo anterior por cuanto de este control se derivan
múltiples situaciones que ya han sido abordadas, pero basta
con recalcar:
• El apego al principio de estricta legalidad y tipicidad. Aun
cuando el fiscal es el titular del ejercicio de la acción pe-
nal, ello no lo habilita para sustraerse del estricto principio
de tipicidad, consagrado en el artículo 10 del Código Penal,
razón por la cual debe ubicar de manera detallada la im-
putación jurídica de la conducta delictiva, aunado al verbo
rector imputado. Lo anterior reviste alta importancia, por

[ 128 ]
2. conclusiones

cuanto al ser humano no se le imputan normas aisladas,


sino conductas humanas socialmente relevantes y exterio-
rizadas, es decir, conductas que por acción o por omisión,
se han infringido –al menos posiblemente– y por ello se le
comunica al ciudadano de la investigación por las mismas.
Conocer la estricta modalidad de la conducta imputada, ha-
bilita el ejercicio de la defensa.
Mínimamente el juez en función de control de garantías,
debe realizar un control de tipicidad objetiva, a efectos de
que el fiscal no desborde la modalidad descriptiva de la con-
ducta endilgada.
• El concurso real o aparente de tipos penales. De acuerdo a
la caracterización fáctica de la imputación, el juez debe ve-
rificar, si en el evento de concurso de conductas punibles, el
fiscal no está incurriendo en un concurso aparente de tipos
penales.
Bien podría sostenerse que la imputación de cargos, al ser
un acto de parte, no podría ser sometido a discusión jurídi-
ca, y en ese sentido, se itera, el pronunciamiento de la Corte
Constitucional en la pluri-mencionada sentencia C-303 de
2013, dirime la controversia. Ello no es óbice, para que el
juez, evitando nulidades posteriores, habilite el uso de la
palara de partes e intervinientes, o de manera directa, lla-
me la atención de la fiscalía sobre el particular. Pues como
se advierte en el siguiente numeral, de ello pueden derivar-
se consecuencias sustanciales para el procesado.
• La posible violación al principio del non bis in ídem. No por
ser un acto de parte, la imputación se convierte en un acto
procesal carente de reglamentación. El juez de garantías no
puede permitir doble incriminación por los mismos hechos
verbo y gracia, que se impute un homicidio agravado en ra-
zón a la coparticipación criminal en circunstancias de ma-
yor punibilidad por la misma causa. Permitirlo sería poner
el peligro los derechos del imputado.

[ 129 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

• La caracterización fáctica de una conducta, dejando de lado


los aspectos normativos de la misma. Contrario al plantea-
miento esgrimido en el punto anterior, no puede avalar el
juez en función de garantías, una imputación que desde lo
factico exponga agravantes, calificantes y circunstancias de
mayor punibilidad, y que desde lo jurídico obvie la conse-
cuencia normativa de ellas, verbo y gracia, aludir desde lo
factico a un homicidio realizado en coparticipación crimi-
nal, por precio o promesa remuneratoria, y valiéndose de la
actividad de un inimputable, para luego desde lo normati-
vo, imputar a los vinculados, homicidio simple.
Una situación de tal naturaleza, implicaría quebranta-
miento a los derechos de las víctimas, y al cometido de la
imparcialidad y búsqueda de la justicia y verdad material.
De otro lado avalaría allanamientos a cargos, en donde el
imputado se haría acreedor a un doble beneficio, proscrito
tanto legal como jurisprudencialmente [art. 350 del C.P.P.
y sentencia C-1260 de 2005].
• La posibilidad de allanamientos a cargos y el reconocimien-
to de un beneficio procesal por ello. El acto de allanamiento
a cargos, implica la renuncia al derecho a guardar silencio
por parte del procesado [art. 8vo del C.P.P.] y para tal efecto
se debe tratar de un acto libre, consciente, voluntario y de-
bidamente informado por el abogado defensor. De la mano
de lo expuesto en el literal anterior, se requiere de una ade-
cuada estructuración típica, tanto para que el beneficio pro-
cesal por allanamiento a cargos sea justo para el procesado,
como para evitar excesos, en los beneficios obtenidos.
• La imposibilidad de retractarse al allanamiento, salvo cau-
sas excepcionales. Una vez surtido el allanamiento a car-
gos, el procesado no puede retractarse al acto de aceptación,
salvo evento de fuerza mayor, coacción o error acreditado.
Una inadecuada imputación, carente de control por par-
te del juez en función de control de garantías, dará lugar,
o a la producción de una sentencia injusta, violatoria del

[ 130 ]
2. conclusiones

principio de legalidad y tipicidad, o a la necesaria declarato-


ria de nulidad por parte del juez de conocimiento, con todo
lo cual se dilata el proceso, y se genera perjuicio al interés
superior de la justicia.

[ 131 ]
3. RECOMENDACIONES

3. Recomendaciones

Del análisis hasta ahora efectuado, puede llegarse a dos tipos de


recomendaciones. Las primeras, de índole correccioncita, orienta-
das a la mejoría en los ámbitos e implementación del sistema, ajus-
tando el comportamiento procesal a los estándares internacionales.
Las segundas, de índole abolicionista que tendrían en la supresión
de la audiencia de formulación de imputación la respuesta a la pro-
blemática hasta ahora planteada.
• En cuanto a la primera línea de recomendaciones, bastaría
afirmar que los jueces en función de control de garantías, de-
ben realizar un control tanto formal como material a la impu-
tación de cargos, en donde, dando cumplimiento a la impar-
cialidad judicial que de ellos debe predicarse, verifiquen los
requisitos de estricta tipicidad, que de acuerdo a los hechos
jurídicamente relevantes se extraigan. En otras palabras, el
juez en función de control de garantías, debe hacer un minu-
cioso análisis sobre la imputación de cargos realizada por la
fiscalía, y si se entiende, como ya lo sostuvo la Honorable Cor-
te Constitucional, que la audiencia de imputación de cargos es
de naturaleza meramente informativa100 ello para nada riñe
en la función que debe realizar el juez de control de garantías,
pues la claridad de la información y la importancia procesal
del acto comunicativo, sólo se legitiman en la medida en que

100
Ibíd.

[ 133 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

cumplen con los requisitos sustanciales de la imputación de


cargos.
En primer lugar, porque se diseñó un momento procesal es-
pecífico dotado de todas las garantías procedimentales e ins-
titucionales, para informar al presunto responsable sobre la
existencia de un procedimiento penal en su contra: la audien-
cia de formulación de la imputación, la cual, lejos de limi-
tar el derecho de defensa, lo hace posible. En segundo lugar,
porque la ley previó un escenario específico para delimitar el
alcance de la controversia jurídica, es decir, para que el Esta-
do informe al particular sobre los hechos considerados rele-
vantes y la calificación jurídica provisional de las conductas, y
para que este último tenga claridad sobre la materia sobre la
cual recaerá la actividad procesal del ente acusador. Como esa
delimitación es fundamental para ejercer la defensa, toda vez
que no es posible defenderse frente a acusaciones indetermi-
nadas, la realización de esta audiencia informativa posibilita
el ejercicio del derecho; “aunque en esta audiencia el pre-
sunto infractor de la ley penal no puede controvertir
ni modificar los términos de la imputación, tiene la po-
sibilidad de hacerlo durante todo el procedimiento pe-
nal; es decir, la defensa material no se ejerce en dicha
audiencia, sino justamente a partir de ella”101 (Negrillas
fuera del original).
Siendo así las cosas, solo una adecuada imputación, en donde
medie control efectivo por parte del juez en función de control
de garantías, de ser ello necesario, posibilitará el ejercicio de
la controversia, la defensa, la igualdad de armas, y el acceso a
la justicia premial, de así disponerlo el imputado.
• Una segunda línea de pensamiento, optaría por la supresión
de la audiencia de Formulación de Imputación de la estructu-
ra acusatoria Colombiana, y que ella fuera subsumida, de ser
el caso, por la de imposición de la medida de aseguramiento.
Es decir que dentro de la fase preliminar de la actuación, fue-

101
Ibíd.

[ 134 ]
3. RECOMENDACIONES

se eliminada la audiencia de formulación de imputación, y que


el carácter informativo de los cargos, sólo se encontraría como
obligación para el fiscal, en el caso de solicitar la imposición de
la medida de aseguramiento.
De hecho, la estructura de la solicitud de la imposición de la
medida de aseguramiento, genera como exigencia para el fis-
cal, realizar un juicio inferencial sobre la existencia del delito
–debidamente tipificado– y la participación del indiciado –de
cara a los elementos materiales probatorios recaudados–. De
no existir dicha inferencia razonable de autoría o participa-
ción, el juez debería de abstenerse de imponer medida alguna.
De hecho, en la práctica judicial, la medida de aseguramiento
se toma en la audiencia preliminar de contendido controver-
sial, y en ella le asiste a las partes e intervinientes la posibili-
dad de cuestionar la tipicidad estricta, la inferencia razonable
de autoría o participación, y la necesidad de la medida.
Tal postura no riñe con el postulado de la Corte en la decisión
ya citada102, puesto que de desaparecer la imputación de car-
gos del ordenamiento procesal penal, no se resquebrajaría la
estructura del debido proceso, pues en igual forma se tendrían
las posibilidades de ejercer la controversia y cuestionar la acu-
sación. Y en el evento de que existiera una solicitud de medida
de aseguramiento, de naturaleza meramente excepcional [art.
295 Ley 906 de 2004] la defensa y demás intervinientes cono-
cerían ex ante los hechos y cargos por los cuales se adelanta
la acusación.
En síntesis, la segunda de las propuestas avala la posibilidad
de erradicar la imputación de cargos dentro de la estructu-
ra procesal penal, dejando sólo el escenario de la solicitud de
imposición de la medida de aseguramiento como el escenario
para conocer –previo a la acusación– los cargos a imputar y los
elementos que sustentan la imputación provisional y la priva-
ción de la libertad.

102
Colombia. CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia C-303 de 22 de mayo
de 2013. Cit.

[ 135 ]
Control constitucional a la imputación de gargos

Cualquiera de las dos propuestas puede llevarse a cabo, sin em-


bargo, en lo que atañe a las tesis que se ha esbozado a lo largo de
esta investigación, se optará por recomendar el ejercicio de la pri-
mera de ellas.
Lo anterior por cuanto, si bien es más sencillo erradicar las for-
mas procesales que reajustarlas, el modelo acusatorio colombiano,
con las particularidades que éste tiene, privilegió, entre otras una
estructura premial, en donde el imputado conocidos los cargos pue-
den ejercer el acto defensivo de aceptarlos.
Del mismo modo, el acto informativo de la imputación, permite
al imputado prepararse para una eventual acusación, o bajo acuer-
do acudir de la mano de la Fiscalía al principio de oportunidad.
También por cuanto la imputación de cargos posibilita formalmen-
te la activación de la defensa y, en ocasiones, dicho ejercicio de de-
fensa interfiere positivamente en la labor de la Fiscalía, avalando
resultados positivos para la política criminal, o impidiendo excesos
injustificados de la misma.
Para dar cumplimiento a esta finalidad, basta un mínimo es-
fuerzo de todos y cada uno de los operadores judiciales. De un lado,
a los fiscales se les debe exigir una estructuración de la imputación
que, desde lo factico y lo jurídico, se acople a los principios de estric-
ta tipicidad y razonabilidad a la comunicación. Al Ministerio Pú-
blico, de estar presente, se le debe exigir un efectivo control, como
garante de los derechos fundamentales de partes e intervinientes.
A la defensa, que debe ser escuchada en la audiencia103 se le debe
exigir la máxima atención y oportuna intervención en aras a que su
patrocinado puede conocer de manera acertada los hechos y cargos
por los cuales se le investiga, y sobre todo, si de acuerdo a la infor-
mación responsable del abogado, es acertado o no, como mecanismo
de defensa, aceptar los cargos, optar por un acuerdo o concurrir a
juicio oral y público. Y al juez en función de control de garantías,
como máximo garante de los derechos de partes e intervinientes,

103
Colombia. Corte Suprema de Justicia. Sentencia 29117, del 2 de julio de
2008. Magistrado Ponente Alfredo Gómez Quintero.

[ 136 ]
3. RECOMENDACIONES

debe exigírsele un control factico y jurídico a la imputación de car-


gos, un llamado al orden, en el evento de que la Fiscalía sobrepase
las barreras de la legalidad y estricta tipicidad, un efectivo control
de la inferencia razonable de autoría o participación y por último,
la sabiduría jurisdiccional, para desechar y entender por ineficaces,
los actos de comunicación que no cumplan con el rigor legal y cons-
titucional que ya se ha decantado. En otras palabras, puede el juez
dar por no cumplida la formalidad de la imputación, levantando el
trámite y finalizando la diligencia.

[ 137 ]
3. RECOMENDACIONES

4. Referencias bibliográficas

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Control constitucional a la imputación de gargos

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Ciencia. Vía Internet. http://www.fiscalia.gov.co/moduloseeiccf/
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3. RECOMENDACIONES

pdf. Actualización: 4 de mayo de 2012. Consulta. 3 de agosto de


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http://www.colombia.com/especiales/2003/reforma_fiscalia/glosario.
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Tribunal Superior de Medellín. Sala de Decisión Penal. [2009]. Auto de
segunda instancia dentro de la radicación 2009-01033.

[ 141 ]
Control Constitucional a la imputación de cargos
Una cuestión de dogmática procesal penal
Se imprimió en la Editorial Artes y Letras S.A.S
para el Fondo Editorial UNAULA en octubre de 2014.
En su elaboración se utilizó papel Propalibros beige 70 g
en páginas interiores y Propalcote 150 g para carátula.
Fuente tipográfica: Century Schoolbook 10.5 puntos

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