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El juguete más vendido en la historia

¿Cuáles podrían ser los candidatos?, pelotas y


muñecas podrían ser, ¿no?, ¿Qué otros se le
ocurren?, hay uno que sí me sorprendió saber que
se vendieron más de ¡350 millones de copias en los
últimos 32 años!. Me estoy refiriendo a un cubo. Sí,
a un cubo.
Erno Rubik era un escultor y profesor de arquitectura
húngaro que enseñaba en la Academia Nacional de
Arte Aplicado en Budapest, Hungría. Nació en julio
de 1944, hijo de una madre poeta y un padre que
era ingeniero aeronáutico. Corría el año 1974, época
en la que no había computadoras personales ni
programas que permitieran reemplazar a los diseños
manuales, y Rubik tenía ante sí uno de los desafíos
a los que se enfrentaban los de su época (y la mía):
lograr que sus alumnos pudieran “imaginar”
objetos en tres dimensiones y ser capaces de
visualizar (entre otros movimientos) sus posibles
rotaciones y simetrías. Como se sentía impotente y
frustrado, diseñó en su casa un cubo formado por pequeños “cubitos”. Cada una de
las caras del cubo grande (y por lo tanto, los nueve cuadraditos que la componen)
tenía un color asignado: blanco, rojo, azul, naranja, amarillo y verde. La particularidad
del diseño es que cada cara externa y el “anillo central” pueden rotar
independientemente del resto. Esto lo logró Rubik con un mecanismo interno que le
permite pivotear y lograr múltiples configuraciones. Y así nació el Rubik’s Cube o el
Cubo Mágico.
Rubik lo patentó en 1975 y recién en 1977 se empezó a comercializar en Hungría y en
1980 se expandió al mundo entero.
Si usted le dedica un rato a buscar en YouTube, es posible encontrar más de 46 mil
videos con instrucciones y soluciones de distinto tipo, y el video que fi gura en la
página web http://www.youtube.com/watch?v=HsQIoPyfQzM ya tuvo más de ¡22
millones de visitas!

¿Y para qué podría servir?


Jessica Fridrich, es doctora en matemática, lo interesante es que su trabajo es
reconocido mundialmente no solamente por haber elaborado los algoritmos más
eficientes que se conocen hasta hoy para resolver el Cubo Mágico, sino que ahora
vive con otra obsesión que pretende resolver usando lo que aprendió en su
experiencia con el Rubik’s Cube: dada una fotografía cualquiera, ser capaz de
recorrer el camino inverso y descubrir ¡cuál fue la cámara que se utilizó para
obtener la foto!. Parece una tarea imposible, pero en particular el FBI y otras
agencias equivalentes quieren utilizar los resultados para descubrir a malhechores
que se dedican a la trata de personas.

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