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Arquitectura y urbanismo petrolero: 1940-1960

Lorena Puerta Bautista 1

En el año dos mil veinte se cumplen cien años de la promulgación de la primera ley de

hidrocarburos y demás minerales combustibles. Fue sancionada por el Ejecutivo Federal el 30 de

junio de 1920, más que una ley significó asumir que Venezuela es una nación petrolera.

En el centenario de la promulgación de la primera ley de hidrocarburos, Venezuela

continua dependiendo de la renta petrolera como una de las principales fuentes para la obtención

de recursos económicos, lo cual hace que sea una nación vulnerable ante las variaciones del

precio del barril de petróleo y a los cambios del sistema económico internacional, indicativo de

una necesaria diversificación de la economía.

En el marco de la conmemoración del centenario de la primera ley de hidrocarburos,

hemos decidido reflexionar sobre la Venezuela petrolera desde el punto de vista de la arquitectura

y urbanismo de las principales ciudades en el periodo de 1940-1960. Ya que a través de los

cambios que ocurren en el espacio geográfico, con una nueva visión de construcción de ciudad,

también se inició la formación de un nuevo ciudadano moderno con tinte petrolero.

1
Historiadora y Dra. Ciencias Sociales (Universidad Central de Venezuela). Profesora y Jefa de la Cátedra Historia
Económica General adscrita al Departamento de Ciencias Económicas y Sociales. Escuela de Administración y
Contaduría. Universidad Central de Venezuela. Profesora del Postgrado en Historia. Universidad Católica Andrés
Bello. Correo electrónico: lorenapuertab@gmail.com
1
La Ciudad Petrolera.

Cada ciudad 2 es un espacio habitado diferente, en el que se constituye una comunidad

urbana, cada ciudad es distinta y refleja la manera en la que los ciudadanos se apropian de su

espacio geográfico, del espacio habitado.

De acuerdo a Edmund Bacon, “la ciudad no es producto del azar, del accidente, sino de

un acto de voluntad, que integra desde la decisión de la implantación, el trazado, la ubicación y

tipo de las edificaciones, y las actividades que en ellos se realizan, creando en conjunto una

fuerza que guía el desarrollo de las ciudad en el tiempo” 3. Por lo tanto, en la ciudad se conjugan

una serie de factores como el demográfico, la morfología urbana, la posición y el emplazamiento,

las funciones de la ciudad, las vías de comunicación y transporte.

Se puede considerar a la ciudad como el espacio caracterizado por la proliferación del

carácter urbano, en donde se desarrolla la vida cosmopolita y sus adversidades promovidas por la

instauración de lo moderno.

En el espacio urbano de las ciudades venezolanas en el siglo XX, ocurre una ruptura

inclusive conceptual en la que interviene la modernidad arquitectónica, considerando que a

finales del siglo XIX, se encontraban rasgos de la Caracas afrancesada y europea cuya idea fue

promovida durante el periodo gubernamental de Antonio Guzmán Blanco, pero ya en la década

de los cincuenta, la influencia arquitectónica proviene fundamentalmente de los Estados Unidos

de América.

2
En referencia al estudio de la ciudad en el siglo XX se han desarrollado varias corrientes del pensamiento para
abordarla desde el punto de vista geográfico y sociológico. La Escuela de Chicago, se interesó en el desarrollo de
estudios sobre la ciudad constituyendo una influencia a la sociología norteamericana desarrollada entre 1890 y 1940,
el problema fundamental que se planteó ésta escuela fue determinar empíricamente la significación social del orden
guiado por una concepción de la autorrealización y resolución consensuada de los problemas que se presentan en
pequeñas comunidades. Un enfoque que sobresaldría en esta etapa, es una lectura más fenomenológica de la
naturaleza y la ciudad, donde se intenta esclarecer las partes de la ciudad, sus márgenes, con el objetivo de detectar el
contexto socio-cultural de la vida urbana.
3
Edmund Bacon, Design of Cities. USA, New York, Penguin Books, 1967, p. 13.
2
En este sentido, las principales ciudades en Venezuela van a empezar a estar ligadas a la

modernidad petrolera y el capitalismo rentístico que tienen una importante influencia en la

arquitectura y el urbanismo, a través de nuevas formas y funciones que comienzan a determinar

la vida cotidiana y que inspiran un cambio en las formas tradicionales de ocupación espacial. Con

un vasto giro comercial y productivo de carácter internacional que no deja de tener rápidas y

visibles repercusiones, particularmente en la capital, donde la condición urbana las admite con

más facilidad o las exige más perentoriamente. La arquitectura petrolera que se desarrolla fuera

de los campamentos y el campo petrolero es la vinculada con la ciudad cosmopolita, novedosa y

cambiante.

El espacio urbano petrolero.

La construcción del espacio urbano petrolero en Venezuela en el siglo XX, se gesta de

manera casi paralela en los núcleos geográficos en donde se instauran las compañías

trasnacionales, tiene especial atención la transformación espacial de Maracaibo, Caracas y las

principales ciudades del Oriente del país.

La ciudad de Maracaibo, para los años cincuenta, se encontraba dividida en su traza en

dos asentamientos urbanos separados: el casco tradicional y el asentamiento urbano impulsado

por las colonias petroleras de Bella Vista y las Delicias. Ambos sectores se conectaban a través

de las avenidas Las Delicias y Bella Vista. La urbanización Zapara (1958) marcaba el límite

norte, las urbanizaciones Sucre (1946) y Pomona, constituían el límite suroeste y el cementerio

Corazón de Jesús y el Hipódromo definían el límite oeste de la ciudad. Para 1953 se plantearon

los lineamientos del Plan Regulador de Maracaibo, que ordenaron el crecimiento de la ciudad.

Sobre los cambios arquitectónicos que estaba viviendo la ciudad de Caracas, la revista

Shell señala en el año de 1952 lo siguiente: es “una ciudad en camino de convertirse en una de

3
las ciudades más modernas de América Latina del Sur. Por encima de las antiguas viviendas,

testigos de una época aún reciente, cuando la pequeña capital vivía una vida tranquila y

provinciana, se levantan hoy las masas importantes de los edificios modernos, brillantes bloques

bajo el sol, que señalan la rápida marcha de una gran empresa de urbanismo” 4.

Inmersos en la idea del progreso y modernidad está el cambio de ocupación de la ciudad

de Caracas, el lugar de exclusividad dejaba de ser el centro y su pasado colonial e independentista

para ser sustituido por espacios urbanos petroleros exclusivos, en una periferia que rompía con el

pasado para sentar raíces en el futuro.

Los cambios urbanísticos pensados para la ciudad de Caracas, provenían de la asesoría y

planificación de arquitectos y urbanistas extranjeros, quienes trabajaron en conjunto con

ingenieros y arquitectos venezolanos, egresados las aulas de la Universidad Central de

Venezuela:

“En abril de 1938, el gobierno del Distrito Federal creó una Dirección de Urbanismo, la

primera oficina de planificación urbana del país. Su objetivo era producir, con la ayuda

de un equipo de asesores extranjeros y la supervisión de la Comisión de Urbanismo, el

plan maestro de la ciudad, una iniciativa de planificación general inédita en el país, al

menos desde el período colonial” 5

El plan maestro de la ciudad iba de la mano con la modernidad y por lo tanto sus

preceptos no coinciden con la preservación de espacios de la tradición, se trata de la destrucción

del pasado, cargado de construcciones que reflejan su antigüedad y que por ende debe ser

4
André de Raunies, “La casa del hombre en la ciudad”, Revista Shell, Enero de 1952, Año I, Vol. I, p. 33.
5
Lorenzo González Casas, “Modernidades alternas del urbanismo caraqueño: Territorio, arquitectura y espacio
urbano” en: Arturo Almandoz, (Editor) Caracas, de la metrópoli súbita a la meca roja. Quito, Ecuador, OLACCHI.
Organización Latinoamericana y del Caribe de Centros Históricos, 2012, p. 59.
4
sustituido por construcciones de decenas de pisos que dejen atrás a la Caracas de los techos rojos

y tranquila, para sustituirlo por una ciudad que sea capaz de competir con cualquier otra de

América Latina.

Es necesario cambiar las formas preexistentes de la arquitectura venezolana de siglos

pasados para renovarla acorde a las exigencias del momento. Los ejes de ocupación de la élite se

mudan del centro de la ciudad hacia el este en clara evidencia de expansión y ubicación de

mejores condiciones geográficas y paisajísticas del Valle del Caracas.

De esta manera, el centro de la ciudad, espacio de referencia histórica de la Caracas

colonial y republicana va cambiando su función de espacio residencial a espacio de sedes

administrativas y comerciales. En lugar de las casas de una planta, comienzan aparecer oficinas,

edificios de varios pisos cuya presencia se impone a la exigua Caracas republicana.

La expansión se genera en la construcción de una ciudad desconocida, novedosa y que

presume de ser fastuosa. Ocurre una “traslación sostenida de la capital en su viaje hacia el Este,

llevando cada vez más lejos los límites de Caracas, pues como Caracas se consideran ya las

urbanizaciones que pisan los umbrales del Estado Miranda y las que se adentran hacia el

aeropuerto de La Carlota” 6.

En las nuevas urbanizaciones que surgen en el este de Caracas, tienen sus formas de

ocupación representadas por la construcción de quintas, todo impone una imagen de orden,

racionalidad y bienestar, típica de los ideales de la american way of life de la década del 1950, en

donde la construcción de las urbanizaciones de quintas, sustituyen los espacios de las antiguas

haciendas coloniales, y representan en términos espaciales el ascenso de una nueva clase social,

preocupada por recrear espacios de la modernidad, posando en un primer momento su mirada en

6
“Construcción. Industria que moviliza 50.000 hombres y utiliza más de Bs. 100.000.000 anuales” El Farol,
Caracas, abril de 1948, Año IX, Nº CVII, p.29.
5
la arquitectura desarrollada en Europa de la década de 1930 y posteriormente americanizando sus

elecciones habitacionales, en una conjugación posterior con el rescate de lo nacional. “la

herencia nacional, la tradición, ‘el carácter’ nacional, adquieren entonces un significado

arquitectónico. En un primer momento se identifican los modelos nacionales en las formas

decorativas y constructivas coloniales y populares, en la etapa siguiente, en los esquemas (…)

como el patio, el corredor, el color…” 7. Esta tendencia nacional o más bien colonial, que

también se encuentra en algunas quintas construidas en la década de 1950, no continúa su

impulso dentro de la arquitectura, sino más bien empieza a prevalecer las tendencias europeas y/o

americanas en las nuevas formas de ocupación espacial habitacional.

La transformación espacial de Caracas expone a una ciudad moderna con edificios

volados, montados al aire, urbanizaciones modernas, autopistas cruzando la ciudad y alargándola

hasta el litoral, en donde le espera a los ciudadanos los nuevos espacios de la recreación como los

balnearios. Con esta transformación espacial también se ubica al nuevo ciudadano joven,

optimista y sin pasado, el inmígrate y lo novedoso.

7
Ibídem, pp. 349 – 350.
6
Figura Nº 1
Casa en Volado. Colinas de Bello Monte. 1954.

Fotógrafo: Alfredo Cortina.


Fuente: Fotografía Urbana Venezolana. 1850 – 2009. p. 205

La ciudad moderna y petrolera también la encontramos en la Urbanización Altamira,

desarrollo de inversión privada enfocada a las clases media y alta impulsado por Luis Roche y

sus socios en 1943 en la antigua Hacienda El Paraíso, en ella se distingue la aparición de otros

espacios habitacionales, tales como los edificios de varios pisos que comenzaran a definir una

parte de la ciudad de Caracas a partir de mediados de la década de 1940. Con el paso de la casona

urbana al apartamento, no solamente conlleva y refleja un cambio en las relaciones psicológico –

sociales, sino también un cambio en la estructura económica de la propiedad. Las familias pasan

de poseer lotes de terrenos con sus linderos establecidos a una ocupación moderna del espacio,

parcelado.

7
FIGURA Nº 2
Avenida San Juan Bosco, Plaza Altamira. 1952.

Fotógrafo: Leo Matiz


Fuente: Fotografía Urbana Venezolana. 1850 – 2009. p. 172

Además, el edificio de apartamentos establece obligatoriamente a través de sus paredes y

pisos, los ascensores, corredores y escaleras, los patios de juego y los estacionamientos, los

balcones y ventanas, un contacto, una comunicación visual, acústica, informativa a la cual es

imposible sustraerse en la que se incrementa la dependencia de los servicios públicos y la

masificación del espacio. De las casonas coloniales y su aislamiento, en la ciudad ahora convive

la masificación de la población, el establecimiento de nuevas normas de convivencia y prácticas

sociales que rigen la habitabilidad en los edificios.

Con la proliferación de urbanizaciones en los antiguos espacios de las haciendas

coloniales, surgen espacios petroleros dentro de la ciudad, los cuales requieren de una mejor

infraestructura, vías de comunicación, servicios, higiene, saneamiento y espacios de recreación y

turismo que reflejen el progreso, reafirmando la relación ciudad y petróleo.

8
Es el caso emblemático en la ciudad de Caracas de la urbanización Las Mercedes y las

áreas que la circundan, exclusivamente ideada como lugar de residencia de la mayoría de los

empleados principales de la Creole Petroleum Company; allí no solamente se construye la

urbanización sino también el centro comercial “Las Mercedes” con su supermercado, ubicado en

las cercanías de la autopista del Este, la tienda por departamentos Sears en Bello Monte, el

Centro Venezolano – Americano (CVA), el Colegio Americano, la estación de gasolina en la

avenida principal de Las Mercedes, el Valle Arriba Golf Club, el Hotel Tamanaco, ubicado al Sur

del Guaire.

Se trata de un suburbio que se erige fuera del centro de la ciudad rompiendo cualquier

lazo de conexión con la antigua ciudad de Caracas. Con lo cual inicia la construcción de los

nuevos espacios de recreación y negocios en las principales ciudades de Venezuela.

En la figura Nº 3 se muestra la urbanización Las Mercedes, con su diseño planificado,

abrigada por el Ávila y sus calles pavimentadas pensadas para el uso de los vehículos.

9
Figura Nº 3
Urbanización Las Mercedes. 1948

Fuente: “Asfalto” El Farol, Caracas, Marzo de 1948, Año IX, Nº CVI, p. 12.

La tienda por departamentos Sears, la cual se convierte en un espacio de preferencias para

el consumo de los ciudadanos, existieron dos sucursales una ubicada en Bello Monte y la otra en

San Martin, sin embargo es importante destacar que no se trata de cualquier tienda por

departamento, sino que es una venida de los EE.UU, por lo tanto, en ella se encuentran productos

típicamente americanos que recrean la experiencia de cualquier tienda por departamentos en

EE.UU. “Se trata sobre todo de automóviles, neveras, cocinas y lavadoras. Estas cosas las

puedes conseguir con facilidades de pago increíbles, precisamente porque el país está anegado

de productos americanos” 8

Con la tienda Sear, se recrea “una de las transformaciones fundamentales de la

espacialidad urbana contemporánea es aquella que afecta las relaciones entre los distintos

8
Claus Adolph Sierich, Jardín habitado. Un viajero alemán en la Venezuela de los 1950. Caracas, Editorial Latina,
2006, p. 17.
10
grupos sociales – etarios, familiares y culturales – y los espacios públicos, donde aquéllos

desarrollan buena parte de su vida cotidiana, en especial en las esferas del intercambio

comercial, de la recreación y de la alimentación…” 9

Cabe destacar que las tiendas por departamentos, los centros comerciales, los

supermercados y los autocines, se convierten en los espacios de la urbanidad de la ciudad

petrolera, estos nuevos espacios de la modernidad petrolera, está ligada a la expansión del

mercado norteamericano, al respecto el alemán Claus Adolph Sierich, destaca que “…la riqueza

más grande está en las compañías petroleras, el americano es como un dios infalible y muy

respetado que, a su vez, está inundando al país de su mercancía” 10. Más allá del comercio o de

las actividades económicas se trataba de la propagación de un estilo de vida, la difusión de la

cultura del petróleo en todos sus niveles.

Estos espacios de la modernidad petrolera que se ubican en la ciudad, son los geosímbolos

que comienzan a darle nuevas características a la ciudad de Caracas y a las principales ciudades

de Venezuela entre la década de 1940 y 1960, se presentan las transformaciones urbanísticas de

mayor relevancia en relación a la presencia americana. Hay todo un cambio espacial cuya

finalidad es la modernización del espacio urbano, pero no de cualquier tipo, es una modernidad

permeada por el recurso petrolero que promueve la urbanidad petrolera

Reflexión final

Cuando finalmente desde el centro del poder se asume que Venezuela es una nación

petrolera, los ciudadanos comienzan un proceso de cambios importantes que conducen del

abandono de los patios del secado del café a la comprensión y manejo de la industria petrolera
9
José Enrique Finol, “Globalización, espacio y ritualización: de la plaza pública al mall”. Espacio abierto, octubre –
diciembre 2005, vol 14, Nº 4, pp. 573 – 588; p. 573.
10
Claus Adolph Sierich, Ob. Cit., p. 17.
11
operada al principio por compañías trasnacionales extranjeras, principalmente de origen

americano.

El petróleo instaura nuevas conductas y vinculaciones, que tienen expresión en el espacio

geográfico a través de la apropiación que hacen los ciudadanos del espacio que habitan, la

modernidad, el consumo de nuevos bienes y servicios, la construcción de nuevos espacios de

habitación como edificios de ocupación multifamiliar y las nuevas quintas que ocupan los

espacios del este de Caracas, todo ello nos demuestra que a principios del siglo XX he incluso

antes de llegar a la década de 1950, Venezuela tenía otro ritmo alejado de la antigua economía

agrícola.

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Reseña biográfica de la autora.

Lorena A. Puerta Bautista. (Caracas, 1984).

Licenciada en Historia y Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Central de Venezuela.


Profesora categoría asistente de la asignatura Historia Económica General. Escuela de
Administración y Contaduría de la Universidad Central de Venezuela. Profesora de las
asignaturas Geohistoria de Venezuela e Historia Regional en el Postgrado de Historia de la
Universidad Católica Andrés Bello. Premio Rafael María Baralt, quinta bienal que otorga la
Academia Nacional de la Historia y la Fundación Bancaribe (2015). Autora de los libros: Los
paisajes petroleros del Zulia en la mirada alemana (1920-1940). (Caracas, 2010). Geosímbolos
del petróleo en Venezuela (1900-1960). (Caracas, 2016). Participa en el libro Cuando las
bayonetas hablan: nuevas miradas sobre la dictadura militar 1948-1958. (Caracas, 2015).
Autora de la obertura Petróleo en Venezuela. Los debates de una industria. Serie Verbum
(Caracas, 2018). Autora y Coordinadora junto con Tomás Straka de la obra colectiva 250 años de
Alexander von Humboldt: El nacimiento del cosmos. (Caracas, 2020). Miembro del Comité
Editorial de la Revista Tiempo y Espacio. (Caracas, 2020) Ha publicado en revistas arbitradas y
participado en congresos y simposios.

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