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La granada, como fruta y como símbolo, era conocida y apreciada por las naciones de la
antigüedad, especialmente en el Medio Oriente. Símbolo de la fecundidad, la prosperidad y
la generación, la granada es una fruta que posee una cáscara dura que protege una gran
cantidad de pequeñas semillas rojas, jugosas y muy sabrosas.
En la Grecia Clásica, la granada fue usada en los ritos eleusinos, donde los sacerdotes de
Deméter portaban una corona con ramas de granado, recordando a Perséfone, que -
engañada por Hades- tenía que permanecer en el Inframundo durante seis meses al año
por haber comido seis semillas de granada.
La granada aparece citada por primera vez en el Antiguo Testamento en Éxodo 28:33,
cuando Dios da instrucciones sobre la vestimentas que deberá utilizar el Sumo Sacerdote
(Aarón): “Haz granadas de tela azul, púrpura y escarlata alrededor del borde del manto,
con campanas de oro entre ellos”.
Tradicionalmente se dice que la granada tiene 613 semillas, número que alude a las
prescripciones de la Torah, las llamadas “mitzvot”. Al reducir este número por el método
teosófico, llegamos a la unidad: 6+1+3=10, es decir 1+0=1. (1)
Aunque el número 613 es simbólico, hace pocos años se hizo un estudio científico
realmente muy curioso donde se contabilizó el número de semillas de las granadas de
varios países. Lo más increíble de esta investigación es que el promedio de semillas
terminó siendo 613. Ver estudio aquí.
Granadas en el templo
Los dos pilares del Templo de Salomón, llamados Jachin y Boaz, fueron decorados con
granadas a petición del mismo rey, el que tenía una particular predilección por esa fruta.
De acuerdo al relato bíblico, Hiram de Tiro“fundió
dos columnas de bronce. (…) Hizo también dos hileras de granadas alrededor de la red,
para cubrir los capiteles que estaban en las cabezas de las columnas con las granadas; y
de la misma forma hizo en el otro capitel. (…) Tenían también los capiteles de las dos
columnas, doscientas granadas en dos hileras alrededor en cada capitel, encima de su
globo, el cual estaba rodeado por la red. Erigió estas columnas en el pórtico del templo; y
cuando hubo alzado la columna del lado derecho, le puso por nombre Jaquín, y alzando la
columna del lado izquierdo, llamó su nombre Boaz” (I Reyes 7:15-21).
Los masones tomaron como modelo el Templo salomónico y adoptaron a la granada como
uno de sus símbolos, colocándola entreabierta en la parte superior de las columnas del
templo.
En este caso, la granada refiere a la Unidad en la diversidad, enseñando que cada masón
es una “semilla” que -al reunirse en logia- pasa a formar parte de un mismo cuerpo fuerte
y unido, donde cada semilla es diferente en su forma pero idéntica en su esencia.
Toda semilla tiene el potencial de convertirse en un enorme árbol, pero para lograr esto
debe morir como semilla, renunciar a su identidad chiquita y limitante a fin de
transformarse en algo mayor.
La
s columnas masónicas
La sangre
Mientras que algunos esoteristas hablan de la sangre como el “vehículo del Alma”, la
tradición judía sostiene que “la sangre es nefesh”es decir que “la sangre es el Alma”. En
Levítico 17:14 puede leerse: “La vida de toda carne es su sangre; por tanto, he dicho a los
hijos de Israel: No comeréis la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne es
su sangre; cualquiera que la coma será cortado”, un pasaje interesante que leído de forma
literal ha llevado a los Testigos de Jehová a reprobar las transfusiones de sangre.
Los cabalistas, aunque también sostienen que la sangre es el medio de conexión entre el
Alma y el cuerpo (soporte de la vitalidad) (3), no se niegan a las transfusiones porque
salvar una vida es una de las “mitzvot” más importantes que existen (Levítico 18:5).
Recordémoslo siempre: el principio de “caridad” al interpretar un texto sagrado establece
que, si una interpretación nos lleva a la unidad, lo bueno y lo justo, y otra nos conduce a
la diversidad, lo malo y lo injusto, la interpretación verdadera será siempre la primera.
Esta asociación de las granadas con los amantes aparece en el Cantar de los Cantares
(8:2): “¡Que yo te llevara, que yo te metiera en casa de mi madre; que me enseñaras,
que te hiciera beber vino adobado del mosto de mis granadas!” y también fue fuente de
inspiración para San Juan de la Cruz en su Cántico Espiritual: “Y luego a las subidas
cavernas de las piedras nos iremos que están bien escondidas, y allí nos entraremos, y el
mosto de granadas gustaremos”.
Imágenes
Escudo de la provincia de Granada
Granada de marfil en el Museo de Israel
(1) Esto mismo ocurre en el tablero del ajedrez, donde una aparente dualismo
representado por las 64 casillas blancas y negras esconde la unidad: 6+4=10, y 1+0=1.
(2) Dice René Guénon: “La sangre constituye efectivamente uno de los lazos del
organismo corporal con el estado sutil del ser viviente, que es propiamente el “alma”
(nefesh haiah del Génesis), es decir, en el sentido etimológico (anima), el principio
animador o vivificador del ser”. (“Sobre Cábala y Judaísmo”)