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REQUISITOS HABILITANTES DE LA CONTRATACION DIRECTA POR

URGENCIA MANIFIESTA
Resumen

La contratación directa constituye una modalidad de selección contractual


que en oposición a la licitación pública flexibiliza ciertos requisitos y
condiciones precontractuales. La urgencia manifiesta es uno de los casos
donde la administración pública puede recurrir a la contratación directa.
Esta se fundamenta a partir de los eventos previstos por el artículo 42 de
la Ley 80 de 1993, esto es, suministro de bienes, prestación del servicio o
ejecución de la obra de manera inmediata por dar continuidad al servicio,
situaciones circunscritas a un Estado de Excepción o calamidad pública
ocurrida por fuerza mayor o caso fortuito. El presente artículo de
investigación indaga sobre los requisitos habilitantes de la contratación
directa por urgencia manifiesta, considerando para ello el valor especial
de la motivación del acto administrativo de declaratoria, las
circunstancias que lo fundamentan, la idoneidad del contratista y la
fijación exacta de las condiciones contractuales, esto como elementos
configuradores de las reglas de selección objetiva y planeación
contractual.
Palabras clave

Requisitos, urgencia manifiesta, contratación directa

DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA

De acuerdo al numeral 4 del artículo 2 de la Ley 1150 de 2007 la contratación directa

procede entre otros casos, en el evento de urgencia manifiesta. Ahora bien, la declaración

de urgencia manifiesta exige el cumplimiento de unos requisitos legales prestablecidos, los

cuales se deben relacionar en la expedición de un acto administrativo debidamente

motivado. Cabe advertir que, según la tradición racionalista del poder público, la

administración se encuentra obligada a justificar sus decisiones, a incorporar una

inteligencia administrativa a su ejercicio de gobierno, de mandato constitucional. La

exigencia de una motivación puede ser de naturaleza prescriptiva, es decir, si la


fundamentación del acto administrativo se vincula a unos supuestos prescritos por la ley, o

simplemente, de carácter nominal, esto es como un deber abierto y sin un contenido

específico.

En el caso de la urgencia manifiesta, se da una exigencia de índole prescriptiva luego

la ley 80 de 1993, en su artículo 42 estipula que su declaración puede darse solo a partir de

la incidencia de las siguientes situaciones:

1. Cuando la continuidad del servicio exige el suministro de bienes, o la prestación de

servicios, o la ejecución de obras en el inmediato futuro;

2. Cuando se presenten situaciones relacionadas con los estados de excepción;

3. Cuando se trate de conjurar situaciones excepcionales relacionadas con hechos de

calamidad o constitutivos de fuerza mayor o desastre que demanden actuaciones inmediatas

y, en general, cuando se trate de situaciones similares que imposibiliten acudir a los

procedimientos de selección o concurso públicos.

Ahora bien, lo anterior denota un marco normativo apenas general de la urgencia

manifiesta, sin que de allí se logren vislumbrar los criterios, requisitos y presupuestos

concretos de su habilitación, los cuales al no hallarse señalados de manera expresa en

ninguna disposición jurídica, deben rastrearse o identificarse a partir de una lectura

sistemática de las normas constitucionales de la contratación directa, de las leyes de la

contratación estatal que resulten aplicables, las finalidades -garantía de derechos humanos

fundamentales, satisfacción de demandas publica, primacía del interés público-, principios -

economía, transparencia y responsabilidad- y reglas -selección objetiva y planeación

contractual-, la jurisprudencia constitucional y contenciosa administrativa, los conceptos

técnico administrativos de los órganos autónomos de control. Aparte de las situaciones

legales que avalan la declaración administrativa de urgencia manifiesta, existen otros


elementos legitimantes de la contratación directo. Estos pueden estar referidos a la forma, a

los procedimientos particulares de la selección del contratista, a la precisión de las

condiciones del contrato, su objeto y plazos. Al tenor de lo expuesto, se formula el

siguiente

PROBLEMA JURIDICO

¿Cuáles son los requisitos habilitantes de la contratación directa por declaración de la

urgencia manifiesta?

JUSTIFICACION

Tratándose de un evento donde la administración queda autorizada para escoger

contratista por fuera de las reglas de la licitación pública, conviene indagar respecto de los

requisitos que habilitan la contratación directa por declaración de urgencia manifiesta. Tal

cuestión no se resuelve con el mero análisis exegético de las situaciones enunciadas en el

artículo 42 de la Ley 80 de 1993. De allí que sea necesario una revisión sistemática del

ordenamiento jurídico en materia de contratación estatal, de la jurisprudencia y la teoría

correspondiente.

A partir de esta indagación se puede abordar la diferenciación clara entre los hechos

que motivan legalmente la declaratoria de la urgencia manifiesta, y los requisitos que

habilitan la contratación directa. En ese contexto se logra entender que la fundamentación

normativa del acto de declaración de urgencia manifiesta, tan solo constituye un paso de

varios para la convalidación de la contratación directa. La examinación del tema planteado


permite revisar si los limites constitucionales y legales de la flexibilización de requisitos

precontractuales de la contratación directa.

La problematización de lo anterior, permite dimensionar el sentido de la contratación

directa frente a la declaración de urgencia manifiesta, su alcance y resignificación

conceptual y práctica. Parece importante observar si la autorización de escoger contratista

por vía de contratación directa comporta una absoluta rendición de los principios y reglas

de la contratación estatal, o simplemente, representa su readecuación al tenor de ciertas

situaciones que ameritan una respuesta inmediata.

El examen teórico, normativo, jurisprudencial y técnico de lo previsto resulta

bastante pertinente tras poner de manifiesto la inexistencia de una referencia legal que

especifique el conjunto de requisitos habilitantes de la contratación directa respecto de la

declaración de urgencia manifiesta, hecho que aparte de generar un vacío legal, abre un

espacio grande a la corrupción administrativa. En ese sentido, la investigación adquiere

significativa relevancia en cuanto a que ofrece una respuesta sustentada en el orden

constitucional de la contratación estatal directa, su régimen legal -finalidades, principios y

reglas-, criterios jurisprudenciales, administrativo y técnicos.

OBJETIVOS

Objetivo General

-Precisar los requisitos habilitantes de la contratación directa en materia de

declaración de urgencia manifiesta.


Objetivos Específicos

-Estudiar el marco normativo de la contratación directa

-Examinar la declaratoria de la urgencia manifiesta

ESTADO DE LA CUESTION

En artículo científico titulado “La aplicación del principio de planeación ante la

declaratoria de la urgencia manifiesta”, se sostiene que la motivación del acto

administrativo de declaración de urgencia manifiesta constituye un ejercicio concreto de

planeación contractual, dado que a partir de ello, se hace la identificación de una necesidad,

la cual puede ser la ocurrencia de hechos de fuera mayor o caso fortuito que obstaculicen la

celebración oportuna del contrato, las condiciones desencadenantes de un siniestro que

ameriten una respuesta inmediata, la prestación continua e ininterrumpida de un servicio o

la situación de estado de excepción. (Ruiz y Cano, 2019)

En investigación denominada ‘La selección objetiva en la contratación directa por

urgencia manifiesta’, se argumenta que, en razón de la declaración de urgencia manifiesta,

las entidades contratantes flexibilizan los requisitos y formas de contratación, hecho que

amerita o mejor, exige el establecimiento de unos criterios de contrapeso como el principio

de selección objetiva, esto en miras evitar decisiones arbitrarias y/o parcializadas. (Barón y

López, 2018)

MARCO DE REFERENCIA TEÓRICO

La Corte Constitucional, en sentencia C-772 de 1998 Expediente D-2107, sobre la

urgencia manifiesta, refiere lo siguiente: La "urgencia manifiesta "es una situación que
puede decretar directamente cualquier autoridad administrativa, sin que medie autorización

previa, a través de acto debidamente motivado. Que ella existe o se configura cuando se

acredite la existencia de uno de los siguientes presupuestos: - Cuando la continuidad del

servicio exija el suministro de bienes, o la prestación de servicios, o la ejecución de obras

en el inmediato futuro. - Cuando se presenten situaciones relacionadas con los estados de

excepción. - Cuando se trate de conjurar situaciones excepcionales relacionadas con hechos

de calamidad o constitutivos de fuerza mayor o desastre que demanden actuaciones

inmediatas y, - En general, cuando se trate de situaciones similares que imposibiliten acudir

a los procedimientos de selección o concurso públicos.”

La Secretaría Jurídica de la Alcaldía Mayor de Bogotá (2020), trae consigo la

siguiente definición de urgencia manifiesta: “La urgencia manifiesta es una modalidad de

contratación directa que faculta a las entidades estatales sometidas al Estatuto General de

Contratación de la Administración Pública8a seleccionar de manera directa a un contratista

sin necesidad de agotar un proceso de selección público como la licitación, la selección

abreviada o el concurso de méritos” (pp. 7-8)

En miras de fundamentar la investigación, no sobra relacionar al contrato estatal en

su sentido genérico, tomando además bajo consideración su carácter ontológico y

teleológico. Al respecto, Rúa (2019) comenta: “La Constitución Política establece que

“compete al Congreso, expedir el Estatuto General de Contratación de la Administración

Pública y, en especial, de la administración nacional” (artículo 150). En razón de esta

autorización constitucional se expidió la Ley 80 (1993) modificada por la Ley 1150 (2007)

con el fin de diseñar un régimen legal para el logro de los objetivos constitucionales del
Estado social de derecho, puesto que, como lo ha establecido la Corte Constitucional

cuando comenta que el contrato estatal no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr

los altos objetivos del Estado.” (p. 97)

Sin lugar a dudas, la contratación directa implica una flexibilización de las

condiciones de contratación estatal, hecho que impone subrayar en la necesitan jurídica e

institucional de reafirmar los principios de transparencia, selección objetiva y planeación.

En ese sentido, respecto de la planeación contractual, Amaya (2015) apunta: “…se

advierte la existencia de un principio de planeación para la contratación estatal colombiana,

resultado de un proceso sistemático de interpretación de las fuentes, así como las

consecuencias de su no aplicación en el proceso contractual. Es por ello que el principio de

planeación es considerado la piedra angular de la contratación estatal, en atención a su

ropaje como engranaje central del proceso.” (p.105)

A despecho de lo que podría pensarse de la contratación directa, refiriéndose al

principio de selección objetiva y a los límites del contratante, Nieves (2017), pretexta: En

este orden de ideas, hay que tener claro que la Administración no goza de discrecionalidad

per se para contratar, porque dada la naturaleza del interés público que se pretende

satisfacer, debe acudir a la adjudicación directa que está sujeta como todo proceso de

escogencia del contratista al principio de selección objetiva y de transparencia consagrados

en el artículo 209 constitucional. (p. 17)

Tal como le refiere Martínez y González (2014): El Principio de Transparencia,

preside el procedimiento de selección o escogencia objetiva del contratista, instituido para

garantizar el pleno desarrollo de los principios, entre otros de: Imparcialidad, contradicción,

publicidad y moralidad. Esto implica, que la actividad contractual debe efectuarse de

manera imparcial y objetiva, en igualdad de oportunidades y bajo el imperativo de la


moralidad pública. De igual forma, bajo el numeral 8 del mismo artículo, prevé que las

autoridades no actuarán con desviación o abuso de poder, para lo cual se deben ceñir a la

ley y a la finalidad del interés público, prohibiendo eludir los procedimientos de selección

objetiva y los demás procedimientos previstos en el presente estatuto. (p. 16)

HIPOTESIS

Hipótesis del trabajo: En el marco de la urgencia manifiesta, La motivación del acto

administrativo y escogencia del contratista debe ceñirse a los principios de la contratación

estatal y sus reglas.

Hipótesis alternativa: Los requisitos habilitantes de la contratación directa por

declaratoria de urgencia manifiesta, no se agotan con lo estipulado por el artículo 42 de la

ley 80 de 1993.

Hipótesis nula: La contratación directa por urgencia manifiesta se origina en la

necesidad de seleccionar un contratista sin los formalismos y límites de la licitación

pública.

DISEÑO METODOLOGICO

El presente ensayo es producto de una investigación de carácter cualitativo, análisis

dogmático, exegético y sistemático, así como también uso de hermenéutica jurídica. Se

propone recoger la teoría del caso y enfatizar en conocimientos y proposiciones


encaminados a dar una respuesta óptima y satisfactoria al siguiente problema jurídico:

¿Cuáles son los requisitos de declaración de la urgencia manifiesta a efectos de convalidar

la contratación directa?

En desarrollo de lo anterior, se seguirán las siguientes fases de investigación:

1. Definición del problema de investigación: en esta fase se determinarán los objetivos de la

investigación, presentación del problema, importancia y justificación del tema con el objeto

de precisar el nivel de sus alcances.

2. Elaboración del marco teórico: en esta fase se revisarán los antecedentes del problema, la

normatividad y jurisprudencia constitucional referente al tema del debido proceso en los

casos de imposición de sanciones por reincidencia en infracciones de tránsito. Además, se

consultará desde un enfoque analítico y hermenéutico sobre las metodologías que podrían

aplicarse al caso, las teorías aplicables, publicaciones, jurisprudencia, normatividad legal y

constitucional y demás documentos que puedan aportar luces sobre la temática en mención.

3. análisis de las fuentes primarias de jurisprudencia, doctrina, leyes y publicaciones: en

esta fase se efectuará el respectivo análisis de las fuentes que debe conducir al

entendimiento y comprensión integral del problema planteado.

4. análisis de los datos: En esta fase se revisarán los datos aportados en la recopilación de

información y se examinará el derecho al trabajo de los creadores artísticos frente a la a la

luz de la ley y la jurisprudencia.

5. Elaboración del reporte de resultados: en esta fase se elaborará el documento final

utilizando las normas requeridas para la presentación según los lineamientos de la

Universidad y del programa.

INTRODUCCION
Este artículo de investigación parte de la pregunta o problema jurídico de ¿Cuáles

son los requisitos habilitantes de la contratación directa por urgencia manifiesta? Para ello,

se toma en consideración la raíz constitucional de la contratación estatal enunciada por el

articulo 355, el cual pretexta que el gobierno en cualquiera de sus órdenes territoriales -

nacional, departamental, distrital y municipal-, puede celebrar contratos con entidades

privadas sin ánimo de lucro y de reconocida idoneidad, esto a través de la canalización de

sus recursos públicos y en aras de impulsar programas y actividades de interés público

afines al Plan Nacional de Desarrollo. Aparte de ello, se advierte que el carácter teleológico

de toda la contratación estatal está marcado por los postulados constitucionales de fines,

principios -intervencionismo estatal, protección de derechos fundamentales, función social

y ecológica de la contratación estatal etc.-.

En segundo lugar, se remarcan las generalidades de la contratación estatal: (i) los

fines -cumplimiento de los fines del Estado Social de Derecho, garantía de derechos

fundamentales y prestación efectiva de servicios públicos- (ii) los principios -transparencia,

responsabilidad y economía- y (iii) las reglas -selección objetiva y planeación contractual-.

Esto en el entendido del carácter obligante de los fines, los principios y las reglas, incluso,

si se trata de modalidad de selección de la contratación directa por urgencia manifiesta.

En un tercer renglón, se relaciona la normatividad referida a la contratación directa.

La ley 1150 de 2007 en su artículo 2 numeral 4 califica a la contratación directa como una

modalidad de selección de la contratación estatal, y admite a la urgencia manifiesta como

una de sus expresiones. De otra parte, la Corte Constitucional en sentencia C-508 de 2002

expedientes D-3871 y el Consejo de Estado en sentencia seis (6) de agosto de dos mil

nueve (2009) Radicado No 37044, coinciden en manifestar el carácter obligante de las


generalidades de la contratación estatal para el caso de la contratación directa por urgencia

manifiesta, y además de la necesidad de motivar tal declaratoria.

Por último, se denota la urgencia manifiesta desde una perspectiva constitucional,

legal, jurisprudencial y administrativa. En el ámbito constitucional, se cita el enunciado del

artículo 215, que habla sobre la posibilidad del gobierno nacional de decretar Estado de

Excepción por la ocurrencia de una calamidad publica que perturbe el orden económico. En

lo legal, se relacionan los tres casos justificantes de la declaración de la urgencia manifiesta

estipulados por el articulo 42 de la Ley 80 de 1993: (i) suministro de bienes, prestación de

un servicio o ejecución de una obra de manera inmediata para garantizar la continuidad del

servicio (ii) situaciones circunscritas a un Estado de Excepción y (iii) grave ocurrencia de

una calamidad pública provocada por fuerza mayor o caso fortuito. Con el objeto de

sedimentar y profundizar los enunciados de carácter legal, se tratan jurisprudencia de la

corte constitucional y del consejo de Estado. Al final, hay una mención explicativa de una

circular de naturaleza administrativa expedida conjuntamente por la Contraloría General de

la República, la Auditoria General de la República y la Procuraduría General de la Nación,

donde se establecen ciertas reglas relacionadas a la urgencia manifiesta.

I. MARCO NORMATIVO DE LA CONTRATACIÒN DIRECTA

I.1 Fundamento constitucional de la contratación estatal en su modalidad


de selección de contratación directa

El fundamento constitucional de la contratación estatal se encuentra enunciado en el

artículo 355 de la Carta Fundamental, el cual dispone que el gobierno en todos sus niveles,

es decir, nacional, departamental, distrital y municipal, puede celebrar contratos con


entidades privadas sin ánimo de lucro y de reconocida idoneidad, esto a través de sus

recursos públicos y en aras de impulsar programas y actividades de interés público afines al

Plan Nacional de Desarrollo.

Desde una interpretación extensiva se logra visualizar al artículo 355 como el

fundamento constitucional de la contratación estatal, pese a que su enunciado restringe la

facultad de firmar contratos a entidades privadas sin ánimo de lucro. Sin embargo, otras

disposiciones normativas de la Constitución Nacional también sirven de base a la

contratación estatal. Por ejemplo, el artículo 334 que otorga al Estado la dirección general

de la economía nacional o el artículo 339, donde se establece la imperatividad del Plan

Nacional de Desarrollo y sus líneas de acción administrativa.

De igual manera, la contratación estatal se ve informada por principios de naturaleza

constitucional como el intervencionismo estatal, protección de derechos fundamentales,

principio de la función social y ecológico, libertad de empresa, autonomía privada,

relatividad contractual y buena fe. A continuación, una tabla explicativa de cada uno de

estos principios:

PRINCIPIO DESCRIPCION
Intervencionismo Estatal El Estado entendido como un agente
promotor e impulsor del desarrollo y del
bienestar general. Tal cuestión que lo
faculta para intervenir ciertos sectores de
la economía, ya sea desde un rol activo o
simplemente como ente regulador. En el
marco de la contratación estatal, el Estado
interviene la economía para generar unas
condiciones materiales o inmateriales al
servicio de los ciudadanos y del mercado -
infraestructura en telecomunicaciones,
vial, energética, acueducto, alcantarillado,
redes inalámbricas, industria, obras civiles-
(Alfonso, 2010, pp. 385-390)
Protección de Derechos Fundamentales A partir de la promulgación de la
Constitución Política de 1991, el
constituyente impone una teleología
orientada a la protección de derechos
fundamentales. Esto significa que el
ordenamiento jurídico, las acciones de la
administración y toda expresión del poder
público debe darse en clave de la garantía
de los derechos fundamentales (Cifuentes
e Higuera, 2014, pp. 116-120).
Principio de la función social y ecológica Las actividades económicas, incluyendo las
ejecutadas o promovidas por el Estado, se
ciñen a una función social y ecológica, es
decir, deben responder a una necesidad
de la comunidad y no comprometer la
sostenibilidad ambiental (Pérez, 2016, pp.
176-186).
Autonomía privada y libertad de empresa El ordenamiento constitucional reconoce
la autonomía privada como una fuerza
motora del crecimiento, desarrollo y
progreso de la sociedad, la cual, se expresa
especialmente a través de la libertad de
empresa. Por ello, en la Constitución
económica se dispone la prohibición de
monopolios privados, con excepción de
ciertos monopolios públicos que se dan en
razón de la utilidad común y general
(López, 2007, pp. 145-173) .
Relatividad contractual En virtud de este principio, se establece
que los terceros no pueden intervenir en
los acuerdos firmados por las partes en un
contrato. Tal cuestión se impone en aras
de proteger la libertad contractual
(Velásquez, 2016, pp. 214-220).
Buena Fe Este principio afirma la presunción de
honradez que debe primar en cualquier
relación contractual.
Tabla de elaboración propia

I.2 Generalidades de la contratación estatal con incidencia en la modalidad


de selección de la contratación directa
En primera instancia, conviene connotar que las generalidades de la contratación

estatal se hallan básicamente expuestas en la Ley 80 de 1993. El artículo 3 de la precitada

ley estipula como finalidades de la contratación estatal: (i) cumplimiento de los fines

estatales (ii) prestación de servicios públicos (iii) garantía de derechos fundamentales. Cabe

advertir que los particulares contratistas, además de obtener los beneficios y pagos

contractuales, debe colaborar con la materialización de las finalidades de la contratación

estatal.

De otra parte, el articulo 23 estipula que la contratación estatal se dará con sujeción a

los principios de transparencia, economía y responsabilidad, así como también aquellos

criterios que orientan la función administrativa. Sobre la materia recaen las normas

disciplinarias, fiscales y penales que rigen la conducta de los servidores públicos, las reglas

de interpretación de la contratación, los principios generales del derecho y las normas de

derecho administrativo.

De acuerdo al artículo 24, el principio de transparencia comporta los siguientes

presupuestos: (i) los oferentes podrán conocer y controvertir conceptos, informes y

decisiones que se adoptan en el marco de la contratación (ii) las actuaciones de las

autoridades y los documentos referidos al proceso contractual serán públicos, es decir, de

acceso a todas las personas interesadas (iii) en los pliegos de condiciones se expresarán los

requisitos objetivos de selección de contratistas (iv) las reglas de la licitación serán

objetivas, justas, claras y completas (v) se definirán de manera explícita, clara y exacta los

costos de los servicios u obras del objeto contractual (vi) Los actos administrativos

proferidos en el marco de la contratación estatal deberán motivarse sobre argumentos

legales.
El principio de economía ordena: (i) planear las fases del contrato, sus procesos y

probables contingencias (ii) seleccionar la propuesta mas favorable -no la mas barata, sino

la más económica- (iii) generar la disponibilidad y reserva presupuestal correspondiente

(iv) definir con precisión cada una de las etapas constitutivas del proceso contractual -

precontractual, contractual y post contractual- (v) asegurar un desarrollo eficiente del

proceso contractual, a partir de la minimización de costos y la maximización de beneficios

y (vi) garantizar la efectividad del contrato, es decir, la consecución de sus acometidos

concretos (Bahamòn, 2018, pp. 25-30).

De otra parte, el principio de responsabilidad sugiere que los servidores públicos

procuren el cumplimiento estricto de las clausulas del contrato estatal, esto a través de la

vigilancia y el emprendimiento de las correspondientes acciones legales: demanda, multa,

clausula penal y caducidad. En virtud de la responsabilidad, los servidores públicos deberán

responder por sus conductas y omisiones antijuridicas e indemnizar los daños si fuere el

caso. Las entidades y servidores públicos responderán judicialmente en caso de haber

abierto procesos licitatorios sin previa elaboración de los pliegos de condiciones, diseño de

estudios previos -técnicos, factibilidad, estudios financieros- (Bahamòn, 2018, pp. 25-30).

Respecto de la responsabilidad del contratista, el artículo 26 de la Ley 80 de 1993, dispone:

“6. Los contratistas responderán cuando formulen propuestas en las que se fijen
condiciones económicas y de contratación artificialmente bajas con el propósito de
obtener la adjudicación del contrato. 7o. Los contratistas responderán por haber
ocultado al contratar, inhabilidades, incompatibilidades o prohibiciones, o por
haber suministrado información falsa. 8o. Los contratistas responderán y la entidad
velará por la buena calidad del objeto contratado.”

Ahora bien, aparte de las finalidades y principios, la contratación estatal se funda

sobre la base de la aplicación de dos reglas generales: selección objetiva y planeación

contractual. La selección objetiva constituye una regla ordenadora de la actividad


contractual del Estado, y tiene como fin, generar ciertos presupuestos materiales y formales

que aseguren la escogencia de la oferta más favorable a los intereses de la entidad

contratante (Amaya, 2016, pp. 106-119). Por otro lado, la planeación contractual se conoce

como una regla derivada del principio de economía y que, por tanto, impone la realización

de estudios previos, la previsión de riesgos contractuales, la evaluación continua del

proceso de contratación, la actualización y la respuesta a contingencias propias de función

administrativa.

No sobra manifestar que la Ley 1150 de 2007, en su artículo 5 numeral 2 define la

regla de selección objetiva a partir de los siguientes términos:

“La oferta más favorable será aquella que, teniendo en cuenta los factores técnicos
y económicos de escogencia y la ponderación precisa y detallada de los mismos
contenida en los pliegos de condiciones o sus equivalentes, resulte ser la más
ventajosa para la entidad, sin que la favorabilidad la constituyan factores diferentes
a los contenidos en dichos documentos.”

I.3 Normas de la contratación directa


La ley 1150 de 2007 por medio de la cual se introducen medidas para la eficiencia y

la transparencia en la Ley 80 de 1993 y se dictan otras disposiciones generales sobre la

contratación con Recursos Públicos, en su artículo 2 numeral 4 incorpora a la contratación

directa como una modalidad de selección de la contratación estatal. Cabe advertir que, de

acuerdo a dicha disposición normativa precitada, la contratación directa procederá en los

casos de la urgencia manifiesta.

La Corte Constitucional en sentencia C-508 de 2002 expedientes D-3871, sostiene

que en materia de contratación estatal deben aplicarse las finalidades, principios y reglas

contenidas en la Ley 80 de 1993, esto con independencia de la modalidad de selección

contractual, es decir, sin importar si se trata de una licitación pública o una contratación

directa. Aparte de ello, y tal como lo enuncia la ley, deben tenerse en cuenta los principios
generales del derecho, las reglas de interpretación contractual, y los principios y normas de

la función administrativa.

El Consejo de Estado Sala de lo Contencioso Administrativo Sección Tercera, en

sentencia seis (6) de agosto de dos mil nueve (2009) Radicado No 37044, sostiene que en el

marco de la contratación directa, la entidad contratante también aparece obligada a la

aplicación de los criterios normativos de la contratación estatal -transparencia, economía,

responsabilidad, selección objetiva y planeación contractual-, entre esos la subregla de la

motivación de los actos administrativos, de manera que la administración debe exponer las

razones objetivas que fundamentan la escogencia de un contratista determinado. Lo anterior

se sustenta en la Ley 1150 de 2007, articulo 2 parágrafo 1, el cual establece que la entidad

pública debe “justificar de manera previa a la apertura del proceso de selección de que se

trate, los fundamentos jurídicos que soportan la modalidad de selección que se propone

adelantar”

Dado que el procedimiento de la contratación directa es de carácter excepcional y

adelgaza la rigurosidad de la contratación estatal, se hace más exigible y perentoria la

motivación de los actos de apertura y escogencia de contratista. Esto desde luego encuentra

su lógica en la necesidad de minimizar el riesgo de arbitrariedad administrativa.

II. LA URGENCIA MANIFIESTA

II.1 Reglas normativas y jurisprudenciales sobre la urgencia


manifiesta

En primer lugar, resulta oportuno precisar que la base constitucional de la urgencia

manifiesta se haya referenciada en los artículos 212 a 215 de la Carta Fundamental. Vale la
pena apuntar que el articulo 215 autoriza al presidente de la República para declarar Estado

de Emergencia en razón de la ocurrencia de hechos que perturben el orden económico,

político, social y ecológico del país o por eventos que configuren grave calamidad pública,

esto a través de declaración motivada.

La Ley 80 de 1993, en su artículo 42, establece que, en el ámbito de la contratación

estatal, la urgencia manifiesta se justifica para los siguientes casos: (I) si la continuidad del

servicio exige el suministro de bienes, la prestación de servicios o la ejecución de obras de

forma inmediata (ii) Por situaciones circunscritas a los estados de excepción (iii) cuando se

dé calamidad pública o de fuerza mayor y caso fortuito como desastres, siniestros o

tragedias. Vale la pena aclarar que la urgencia manifiesta debe ser declarada a través de

acto administrativo motivado. La entidad que contrata directamente por urgencia

manifiesta, se halla autorizada de hacer los traslados presupuestales necesarios para

responder al objeto del contrato.

No sobra mencionar que una vez se celebre el contrato por urgencia manifiesta, la

entidad celebrante tendrá que enviar los documentos de soporte y antecedentes

administrativos -acto administrativo motivado, pruebas y actuaciones- a la entidad

encargada y competente del control fiscal, la cual, emitirá un concepto sobre las

circunstancias y hechos que motivaron la declaración. Si encuentra un uso indebido o

abusivo de la figura de la urgencia manifiesta, la entidad de control fiscal instará a la

autoridad competente para iniciación de la respectiva investigación disciplinaria. La Corte

Constitucional en sentencia C-772 de 1998 Expediente D-2107, refiriéndose al caso de la

urgencia manifiesta, sostiene lo siguiente:

La "urgencia manifiesta" es una situación que puede decretar directamente


cualquier autoridad administrativa, sin que medie autorización previa, a través de
acto debidamente motivado. Que ella existe o se configura cuando se acredite la
existencia de uno de los siguientes presupuestos: - Cuando la continuidad del
servicio exija el suministro de bienes, o la prestación de servicios, o la ejecución
de obras en el inmediato futuro. - Cuando se presenten situaciones relacionadas
con los estados de excepción. - Cuando se trate de conjurar situaciones
excepcionales relacionadas con hechos de calamidad o constitutivos de fuerza
mayor o desastre que demanden actuaciones inmediatas y, - En general, cuando se
trate de situaciones similares que imposibiliten acudir a los procedimientos de
selección o concurso públicos.

Del mismo modo, el Consejo de Estado en Sala de Consulta y Servicio Civil

Concepto C.E. 925 de 1996, pretexta que la declaración de urgencia manifiesta debe

motivarse en las situaciones señaladas por la ley de la contratación estatal, es decir, el

suministro de un bien, la prestación de un servicio o la ejecución de una obra para dar

continuidad al servicio, situaciones relacionados a los Estados de Excepción o ocurrencia

de una calamidad publica o evento de fuerza mayor y/o caso fortuito.

La Contraloría General de la República, la Auditoria General de República y la

Procuraduría General de la Nación, de manera conjunta expiden la Circular número 014 del

1 de junio de 2011, donde se señala que con e fin de hacer un uso adecuado de la figura de

urgencia manifiesta, deben acatarse las siguientes recomendaciones:

-En primer lugar, constatar si los hechos que sirven de motivación a la declaración de

urgencia manifiesta se corresponden con los casos autorizados por el articulo 42 de la Ley

80 de 1993.

-Pese a que no se requiere de estudios previos, resulta aconsejable motivar de forma

generosa, explicita y precisa la declaratoria de urgencia manifiesta.

-Determinar la idoneidad del contratista señalando en específico su actitud para

prestar servicios de alta complejidad, de responsabilidad social, manejo de información

reservada y responsabilidad social.


-Aplicar la normatividad referida a licencias, permisos y autorizaciones, así como

también las medidas de seguridad industrial, gestión del riesgo y manejo ambiental.

-Comprobar que el valor del contrato esté acorde a los precios del mercado respecto

del bien, servicio u obra.

-Designar un supervisor o interventor idóneo para el seguimiento de la ejecución del

contrato.

-Expresar con claridad las condiciones generales del contrato referidas a objeto,

valor, termino, obligaciones, forma de pago, constitución de garantías, indemnidad.

-Elaborar informes periódicos y un definitivo donde se registren todas las actuaciones

hechas en el marco de la contratación.

-Trasladar la declaración de urgencia manifiesta y los contratos suscritos en ese

marco a la respectiva autoridad de control fiscal.

II.2 Teoría y dogmática sobre la urgencia manifiesta

La contratación directa flexibiliza las condiciones precontractuales en razón de

agilizar el proceso de celebración del contrato estatal. Ahora bien, cuando se trata de

urgencia la contratación directa se fundamenta en la necesidad de una inmediatez por

firmar el acuerdo contractual. De allí que este tipo de contratación se justifica en la medida

que la administración debe responder de forma perentoria a una situación excepcional. Pese

a ello, puede suceder que la autoridad, en aras de sortear el cumplimiento de los requisitos

precontractuales de la licitación pública, intente encuadrar unos supuestos de hechos a los

propios de la urgencia manifiesta, tergiversando con ello el sentido de esta modalidad de

contratación estatal (Figueroa, 2011, pp. 10-16).


De hecho, en 2009 la máxima autoridad nacional de control fiscal -Contraloría

General de la República- advirtió que la urgencia manifiesta solía instrumentalizarse para

soslayar los requisitos de ley de la contratación estatal, hecho que comporta una modalidad

de corrupción administrativa. La urgencia manifiesta no puede convertirse en una forma

legal y legitima de suspender los efectos vinculantes del Estatuto General de la

Contratación Estatal. Por tanto, resulta de vital importancia el conocimiento preciso de los

requisitos que habilitan la contratación directa en caso de urgencia manifiesta, luego ello

previene un uso arbitrario y abusivo de dicha figura (Ruiz y Cano, 2019, pp. 205-219).

Se tiene que de un lado se considera la urgencia manifiesta como una forma de

quebrar el régimen general de la contratación estatal, y de otro, se observa como una

modalidad que, si bien relaja la exigibilidad de ciertas normas y requisitos propios de la

licitación pública, si de tomar en consideración la aplicación de principios y reglas del

ámbito contractual: transparencia, responsabilidad, economía, planeación y selección

objetiva. No es que desaparezca la imperatividad de determinadas condiciones formales y

sustanciales, sino que se adecuan en función de agilizar el proceso de contratación para dar

una respuesta oportuna y satisfactoria a una necesidad grave y/o de carácter urgente (Ruiz y

Cano, 2019, pp. 205-219).

Conviene reconocer que los casos de la urgencia manifiesta estipulados en el artículo

42 del Estatuto General de la Contratación Estatal y referidos al suministro de bienes,

prestación de servicios o ejecución de obras de manera inmediata para darle continuidad al

servicio, las situaciones circunscritas a Estados de Excepción, o situaciones de calamidad

publica derivadas de caso fortuito o fuerza mayor, exigen la motivación del acto

administrativo, y son la base del cumplimiento de reglas de selección objetiva y planeación


contractual, así como también la aplicación de principios de responsabilidad, economía y

transparencia (Cerón, 2020).

CONCLUSIONES

Los requisitos habilitantes de la urgencia manifiesta en materia de contratación

directa son: (i) constatación y demostración de la concurrencia de uno de los tres casos

previstos por el artículo 42 de la contratación estatal, es decir, suministro del bien,

prestación del servicio o ejecución de la obra de manera inmediata para darle continuidad al

servicio, eventos circunscritos a Estados de Excepción o casos de calamidad pública por

fuerza mayor o caso fortuito (ii) debida motivación del acto administrativo de declaración

de la urgencia manifiesta, donde se expongan, señalen y sustenten los casos que activan la

contratación directa (iii) verificación de la idoneidad del contratista, esto es, de su aptitud y

experiencia en el objeto del contrato (iv) fijación de las condiciones generales y especiales

del contrato como objeto, obligaciones del contratista y del contratante, plazo, honorarios

percibidos, garantía, designación de supervisor o interventor y (v) traslado de la

declaratoria de urgencia, del contrato y todos los actos administrativos antecedentes a la

autoridad fiscal competente para su revisión.

En aras de determinar los requisitos habilitantes de la contratación directa por

urgencia manifiesta debe precisarse que la declaratoria de la urgencia manifiesta constituye

la base legitimante de la contratación directa. Ello significa que los casos o eventos

previstos en el articulo 42 del estatuto general de la contratación estatal, son solo una parte

del conjunto de requisitos habilitantes. La fundamentación normativa de la declaratoria se

surte mediante la evocación de uno de los casos del articulo 42 acompañada de una
motivación debida y razonada, esto es, un conjunto de argumentos que eluciden la

necesidad de darle continuidad al servicio o la ocurrencia de eventos circunscritos a

Estados de Excepción o casos de calamidad pública por fuerza mayor o caso fortuito.

La flexibilización de las formas y requisitos precontractuales y contractuales, no

significa en modo alguno la inobservancia del núcleo fundamental de la contratación

estatal. Por ello, resulta imperioso que la entidad contratante aplique el principio de

transparencia y la regla de selección objetiva y en efecto, escoja al contratista de acuerdo a

criterios de idoneidad, experiencia y aptitud. Esto debe hacerse constar en los estudios

previos y en la misma suscripción del contrato. En esa línea, se deben fijar condiciones

generales y especiales del contrato: objeto, obligaciones del contratista y del contratante,

plazo, honorarios percibidos, garantía, designación de supervisor o interventor. No cumplir

con el traslado de la declaratoria de urgencia, del contrato y todos los actos administrativos

antecedentes a la autoridad fiscal competente para su revisión, podría derivar en una

nulidad por desatención de las formas legales del contrato estatal.

Conviene proponer una resignificación de la contratación directa por urgencia

manifiesta, de modo tal que no se le catalogue un quiebre del Estatuto General de la

Contratación Estatal, de sus principios y reglas, sino simplemente una readecuación de los

mismos en aras de atender una eventualidad o situación excepcional. Dee este modo,

resulta oportuno adherirse a la concepción que observa los casos estipulados en el artículo

42 de la ley 80 de 1993, como la base de la motivación del acto administrativo de

declaración manifiesta y la expresión peculiar de las reglas de selección objetiva y

planeación contractual, y los principios de transparencia, economía y responsabilidad.

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