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Terapia Humanista

Aparece la Psicología Humanista

Podríamos simplificar la identidad de esta corriente de la psicología diciendo que


los “humanistas” no sólo investigan el sufrimiento, sino que profundizan en el
crecimiento y el autoconocimiento de la propia persona. Se preocupan más de
plantear alternativas a este sufrimiento que a estudiar la conducta. Aportan una
visión positiva y su base es la voluntad y la esperanza de la misma persona. Parten
de la bondad y la salud, y entienden que los trastornos mentales o los problemas
cotidianos son distorsiones de esta tendencia natural. Se centran en las personas
sanas, y consideran que la personalidad es innata y “buena” en sí misma.

En los modelos humanistas no se apela al pasado o a la historia personal, sino


que son las capacidades y herramientas de las que dispone la persona en el
momento actual las que influyen en su problema y/o solución. Podríamos decir
que analiza el presente, el aquí y ahora. En el momento que no se es capaz de
disfrutar y aprovechar este presente es cuando aparecen los problemas. Los
humanistas entienden que la persona “sana” es la que se enriquece con su
experiencia. Su fin es poder conocerse y aprender gradualmente.

Los orígenes de la Terapia Humanista

Se considera que el precursor del enfoque humanista fue Carl Rogers (1959). Fue
un psicólogo estadounidense que, antes de llegar a ser un psicólogo clínico
relevante, estudió agricultura en la universidad y posteriormente se interesó por
la teología, lo cual hizo que entrase en contacto con la filosofía.

Carl Rogers apareció en un contexto socioeconómico concreto, no surgió de la


nada. En los años 60 todo se cuestionaba; era el momento de los movimientos
estudiantiles, de los hippies, del feminismo, de los ecologistas… había ansias de
cambio. Y en ese caldo de cultivo apareció la Psicología Humanista.

Humanismo actual

Los humanistas defienden que cada persona tiene, de forma innata, un


potencial que le permite crecer, evolucionar y auto actualizarse y que la
patología aparece cuando estas capacidades se bloquean. Consideran que el
individuo debe aprender a ser, a conocer y a hacer, y que es la misma persona
la que debe encontrar por sí sola las soluciones, dejándole total libertad para
decidir. Los trastornos patológicos son renuncias o pérdidas de esta libertad que
no le permite seguir su proceso de crecimiento vital.

Aportaciones de la perspectiva humanista

Algunas de las aportaciones más importantes que aparecen asociadas a la


aparición de la Terapia Humanista, son las siguientes:

Visión optimista: es el potencial de la persona la herramienta para solucionar sus


propios problemas.

Énfasis en los factores sociales: el autoconocimiento debe ir ligado a una


responsabilidad social.

La terapia como intervención: colocando la ayuda a la persona como el


objetivo y meta final.

También debemos tener en cuenta que estos modelos postulan que el individuo
no reacciona ante la realidad, sino ante la percepción que tiene de ésta, que
es totalmente subjetiva.

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