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1.

EL CAFÉ A NIVEL NACIONAL


Nuestro país, es un gran productor de café especial, el cual es una gran
alternativa para los caficultores en apostar por la producción de cafés
especiales. En este tipo de café prima la calidad de taza (aroma, cuerpo,
acidez, sabor).
La producción de café en Perú en la temporada comercial 2022/2023 sería de
4,03 millones de sacos de 60 kg, un aumento del 2% con respecto al año
anterior.
En tanto, las exportaciones de café de Perú en 2022/2023 llegarían a 3,95
millones de sacos, un ligero aumento con respecto al año anterior.
Alentados por precios extraordinarios en el mercado internacional, las
exportaciones de café peruano para el presente año generarían 1,200 millones
de dólares, una cifra extraordinaria no vista desde el 2011, que sumaron en ese
entonces 1,594 millones de dólares.
Se tiene una coyuntura favorable para las familias cafetaleras peruanas, que
tendrán un buen precio por segundo año consecutivo, aunque los costos de
producción se han incrementado.
En cuanto a la campaña cafetalera del 2022, habrá una menor cosecha de 6%,
en relación al año pasado, a consecuencia del estrés de las plantas por la
cosecha pasada, generando una alternancia bianual en sus rendimientos,
además de las secuelas de plagas de roya y broca, principalmente.
Existe un serio problema en la caficultura; el desorden crónico en las esferas
gubernamentales, que incumplen los compromisos de trabajo concertado, y la
incompetencia técnica y política para entender los procesos de articulación en
la cadena de valor. Se enfrenta un maltrato crónico a los pequeños
agricultores, por parte de funcionarios públicos, que alientan enfrentamientos
entre nosotros. Por tanto, es necesario que la gobernabilidad y transparencia
facilite condiciones para la reconversión de la caficultura. Además, urge
trabajar la adaptación al cambio climático e implementar un programa de “café
peruano – cero carbono-”.
En el contexto económico y productivo del sector, los ingresos familiares se
encuentran en un proceso de recuperación al igual que el nivel de empleo, en
tanto que los circuitos logísticos internos (desde los centros de producción
hasta los puntos de acopio) y externos (dificultades en los envíos y
encarecimiento de los fletes) también se regularizan paulatinamente. Este año
se ha sumado un nuevo elemento a la fórmula: el conflicto Rusia-Ucrania y el
alza de los fertilizantes, como la urea. Este escenario adverso compromete a
toda la agricultura del país, puesto que la mayoría de los productores se
dedican a más de un cultivo a la vez. En algunas líneas de cultivo existe una
fuerte dependencia de la fertilización que, al encarecerse, elevan los costos de
producción; o, por el contrario, si se disuade su uso, los rendimientos tenderán
a deprimirse.
No todos los cambios coyunturales han tenido un efecto negativo. En el caso
particular del sector cafetalero, los desequilibrios entre la oferta y demanda
mundial del café han agudizado una creciente elevación de los precios
internacionales de este producto tal es así que, a pesar de que los volúmenes
exportados desde nuestro país están sufriendo reveces, el valor de estas
exportaciones ha tenido una tendencia opuesta en los últimos tres años.
Evidentemente, el ‘efecto precio’ ha permitido compensar la reducción de la
oferta exportable manteniendo un valor en crecimiento sostenido. Estas
ganancias por factor precio no solo han sido de beneficio para la larga lista de
exportadores de café peruano, sino también para las propias zonas de
producción.
Según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego, los precios en chacra en los
últimos tres años tienen un incremento acumulado del 69% pasando de 5.2
soles a 8.8 soles por kilogramo, en promedio. Entre los meses de agosto y
noviembre del año pasado llegaron incluso a pasar los 10 soles por kilogramo,
valores solo cercanamente comparables a los registrados luego de la crisis de
la roya.
El Perú está recuperando sus volúmenes de exportación, el café se muestra
como un producto resiliente en un mercado dinámico y de oportunidades. Es
muy importante afianzar procesos y articular actores para que estas
oportunidades sean aprovechadas, es el café peruano en que debe cimentar su
posición internacional. Al mismo tiempo, ser conscientes y consecuentes con
los riesgos que ello podría implicar
En el 2021, los envíos del café alcanzaron los US$ 807 millones, sin embargo,
su desempeño no fue suficiente para volver a posicionarse como líder de la
canasta. Ese año, los productos estrella fueron la uva, el arándano y la palta,
frutos que superaron los US$ 1,000 millones, dejando al café en el cuarto lugar
del ranking.
Sin embargo, este 2022 puede ser un año completamente diferente para el
café peruano. La tendencia creciente de los precios en el mercado
internacional ha permitido que las exportaciones tengan un incremento
extraordinario durante el primer trimestre; se espera que el volumen exportado
de café siga creciendo en lo que resta del año y que el precio se mantenga
alrededor de los US$ 4.55 por kilogramo. De esta manera, al cierre del 2022,
las exportaciones de café peruano sumarían más de 470 mil toneladas por US$
2,142 millones, el doble en volumen y valor.
Con estos resultados, el café se volvería a posicionar como el líder de la
canasta agroexportadora. Asimismo, se convertiría en el primer producto en
romper la barrera de los US$ 2,000 millones.
Se estima un precio anual promedio de US$ 231.65 por saco; mayor a los del
2021 (US$ 128.50 por saco). Incluso, el precio puede llegar a ser el doble en el
caso de los cafés especiales, con alta calificación y orgánicos. Claramente, el
valor del grano seguirá siendo alto en los siguientes meses, reforzando las
estimaciones que se realizaron.
El alza de precios se está dando por la escasez que se ha generado en el
mercado. Brasil, principal productor del mundo (casi 30% de participación),
sufrió los efectos de un clima adverso desde mediados del 2021. La sequía y la
posterior helada redujeron su oferta drásticamente, generando un incremento
inesperado en el precio del grano.
Considerando que entre el 2010 y el 2013 se observó un fenómeno similar
asociado a los cambios climáticos, se puede intuir que este durará entre dos y
tres años. Por lo tanto, se debe tener en cuenta que los precios altos
permanecerán por un periodo prolongado de tiempo. Aunque, cuando Brasil
retome su producción habitual, estos volverían a la normalidad.
Pero, hay algunos desafíos que están surgiendo a nivel nacional e
internacional. Por una parte, empieza a preocupar las presiones que surgieron
en los costos y las mayores exigencias en mercados internacionales. Ya es
bien sabido que los costos de contenedores se han triplicado, afectando el
retorno de los empresarios y los tiempos de transporte. Asimismo, en Europa y
Estados Unidos ha surgido una mayor preocupación por la alta presencia de
metales pesados — como el cadmio— en alimentos, lo que viene afectando el
ingreso de algunos productos (cacao y espárrago).
Por otra parte, al interior del país están surgiendo nuevos desafíos que podrían
afectar la producción y las exportaciones. Al incremento de los salarios de los
trabajadores agrarios y la Nueva Ley de Promoción Agraria, se le suma un
aumento en el sueldo mínimo de 10%. Esto tendría un impacto directo en los
costos de las empresas exportadoras, que verían una presión en todo su
esquema salarial. Asimismo, las manifestaciones que se dieron en los últimos
meses impidieron la movilización del grano para que lleguen dentro de los
plazos establecidos a los puertos, ocasionando que se incumpla con los
clientes y se deje una mala imagen del país.
Durante el primer trimestre del año, los principales destinos del café peruano
fueron Alemania (22% de participación), Estados Unidos (19%), Colombia
(14%) y Bélgica (10%).

La mayoría de las 223.000 familias productoras de café del país son pequeños
agricultores con parcelas de entre tres y cinco hectáreas como media. Un tercio
del empleo agrícola está relacionado con el mercado del café (alrededor de 2
millones de peruanos dependen de esta actividad) y es habitual que los
productores formen parte de asociaciones o cooperativas para obtener mejores
precios, mejorar el manejo de la producción posterior a la cosecha y cooperar
en estrategias de comercialización más efectivas.
Perú, con unas 90,000 hectáreas orgánicas certificadas, es el principal
exportador mundial de café orgánico, según la USDA
El consumo de café en Perú alcanza los 1.4 kilos por persona al año, de los
cuales 900 gramos corresponden a café nacional y 500 gramos a café
importado (principalmente solubles).

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