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HORA SANTA (en el Jueves Santo)

La solidaridad da sentido a tu vida


Canto de entrada: (CV 108)
1.Junto a Ti, al caer de la tarde, y cansados de nuestra labor, te ofrecemos con todos los hombres el
trabajo, el descanso y el amor.
2.Con la noche las sombras nos cercan, y regresa la alondra a su hogar; nuestro hogar son tus manos, Oh
Padre, y tu amor nuestro nido será.
En el nombre del Padre....
Monición: Al caer de la tarde, como en aquel Jueves Santo de hace casi dos mil años en el que Jesús lo
dió todo, nos reunimos para descubrir en Jesús toda la fuerza de su mensaje y de su amor a los hombres.
La noche del Jueves Santo es una noche de ternura, de emorción, de misterio de amor. Jesús se abre a sus
discípulos para hablarles del servicio a los demás. Toda la vida de Jesús es un servicio a los demás,
especialmente a los más pobres e indefensos. Esta noche se pone a los pies de los Apóstoles para lavar sus
pies. “Y esto que yo hago con vosotros, hacedlo unos con otros”. Es la noche de la Eucaristía, del Pan
compartido y la Sangre derramada, del mandato nuevo del amor fraterno. Nuestra comunidad, cada uno
de nosotros, necesitamos una conversión seria de corazón y de cabeza. El mensaje de Jesús exige
actitudes y comportamientos nuevos en la vida, criterios nuevos a la hora de actuar; comprender que los
bienes de la tierra están al servicio de todos los pueblos, de todos los hombres; valorar al hombre como
persona, como imagen viva de Dios. Es hora de reflexionar y de comprometernos. Vamos a escuchar la
Palabra de Dios y juntos reflexionaremos sobre el mandato nuevo de Jesús de amarnos unos a otros y las
exigencias que supone para nosotros como creyentes, como Pueblo de Dios, el amor a los hermanos.

Oración: Que esta noche el Espíritu Santo descienda con sus dones sobre todos nosotros para que
aprendamos a compartir lo que somos y tenemos con nuestros hermanos más pobres y necesitados,
sabiendo que la solidaridad da sentido a nuestra vida.

A) JESUS: BUENA NOTICIA PARA LOS POBRES


Monición:
El jubileo del año 2000 pretende conmemorar y revivir el Año de Gracia inaugurado por Jesús. Jesús
identifica el Año de Gracia anunciado por los profetas como el anuncio de la Buena Noticia para los
pobres. “El me ha enviado para dar la Buena Noticia a los pobres”.
Evangelio Lucas 4, 16-21:
“Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la Sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso
en pie para tener la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y, desenrrollándolo, encontró el
pasaje donde está escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la
Buena Noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos,
para poner en libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor. Enrolló el volumen, lo
devolvió al encargado y se sentó. Toda la Sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él empezó a hablarles:
hoy, en vuestra presencia, se ha cumplido este pasaje”.
Pausa
Reflexión: La causa de Jesús es el Reino de Dios, toda la vida de Jesús está al servicio del Reino de Dios.
Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios desde su vivencia profunda de Dios como Padre y este anuncio
lo hace en una realidad histórica llena de injusticias, violencias y desigualdades, todas ellas legitimadas
por la interpretación religiosa de la Ley. En un mundo de tanta pobreza anunciar que Dios es Padre de
todos, sólo puede hacerse poniéndose del lado de los pobres y desheredados. Así lo anuncia Jesús y así
hace realidad y creíble la Buena Noticia para los pobres.
Oración: Te presentamos Señor, las necesidades del Tercer Mundo; que sean respetados sus pueblos en
sus derechos y ayudados en su promoción social; que puedan salir de sus miserias y vivir en dignidad.
Haznos Señor sensibles a esas necesidades. Que nuestros oídos no se cierren a los gritos de los indigentes.
Que nuestro corazón no se endurezca ante tanta miserica. Danos Señor un corazón grande para amar.
Canto: (CV60) Danos un corazón grande para amar. Danos un corazón fuerte para luchar. 1. Hombres
nuevos amando sin fronteras, por encima de razas y lugar. Hombres nuevos al lado de los pobres
compartiendo con ellos techo y pan.

B) COMPARTIR UNA MISMA MESA


Monición:
Jesús no sólo se acercó a los pobre sy se puso de su lado. Jesús compartió con ellos mesa y mantel. Los
pobres son los grandes invitados a su cena.
Evangelio Lucas 14, 16-24:
“Un hombre dio una gran cena y convidó a muchos; a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los
invitados: "Venid, que ya está todo preparado." Pero todos a una empezaron a excusarse. El primero le
dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo; te ruego me dispenses." Y otro dijo: "He comprado
cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas; te ruego me dispenses." Otro dijo: "Me he casado, y por eso no
puedo ir." Regresó el siervo y se lo contó a su señor. Entonces, airado el dueño de la casa, dijo a su
siervo: "Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad, y haz entrar aquí a los pobres y lisiados, y ciegos
y cojos." Dijo el siervo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía hay sitio." Dijo el señor al siervo:
"Sal a los caminos y cercas, e insísteles hasta que entren y se llene mi casa." Porque os digo que ninguno
de aquellos invitados probará mi cena.
Pausa
Reflexión:
El Señor invita a los pobres, los acoge en su casa y los sienta a la mesa como sus invitados. Sentar a
alguien a nuestra mesa y compartir con él nuestra comida, es un signo claro de nuestra acogida, de nuestra
amistad, de considerarlo como un miembro más de la familia. Esa es la actitud de Jesús con los pobres.
Los acoge, son sus amigos, sus hermanos. Los pobres serán incluso un signo vivo de us presencia entre
nosotros. Nos preguntamos ¿cómo y con quién conparto yo el banquete de mi vida? ¿A quiénes siento a
mi mesa, con quién comparto mi tiempo, mi amistad, mis bienes, mis intereses? ¿A quiénes estoy
excluyendo de ella? ¿Qué podrán decir de mí cuando me muera.... era egoísta, no compartía nada, no
pensaba más que en sí mismo...o todo lo contrario?
Oración:
Te presentamos Señor, las necesidades de la Iglesia y de todos los grupos cristianos; las necesidades de
cuantos anuncian la Buena Noticia de Jesús; que todos renovemos nuestra fidelidad a Cristo y vivamos,
como él, en el amor y servicio, sobre todo, con los pobres y desamparados.
Canto: (CV 207)
1. Una espiga dorada por el sol, el racimo que corta el viñador, se convierten ahora en pan y vino de
amor, en el cuerpo y la sangre del Señor.
2. Comulgamos la misma comunión. Somos trigo del mismo sembrador, un molino, la vida nos tritura
con dolor. Dios nos hace Eucaristía en el amor.
3. En la mesa de Dios se sentarán, como hijos su pan comulgarán. Una misma esperanza caminando
cantarán. En la vida, como hermanos se amarán.

C) EL ESPIRITU VENDRA SOBRE VOSOTROS


Monición:
Jesús sabe que ha llegado su hora y reúne a sus más íntimos amigos para celebrar la última Cena. Es la
hora de la despedida. Pero Jesús no va a dejarles solos. El Espiritu Santo, su mismo Espíritu les guiará y
les ayudará a repetir los gestos de Jesús en favor de los hermanos: el lavatorio de los pies como signo del
servicio a que se debe todo cristiano y la eucaristía como signo del mandamiento de compartir con los
demás.
Evangelio de San Juan 16, 7, 13-15:
“Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy no vendrá vuestro abogado; en cambio si me voy, os
lo enviaré... Cuando El venga, el Espíritu de la verdad, os irá guiando en la verdad toda, porque no
hablará en su nombre, sino comunicará lo que le digan y os interpretará lo que vaya viniendo. El me hará
honor, porque tomará de lo mío y os lo interpretará. Todo lo del Padre es también mío, por eso digo que
tomará de lo mío y os lo interpretará”
Pausa
Reflexión:
Jesús esta noche nos pide vivir su mandato nuevo de amor fraterno y nos pide gestos de servicio a los
demás. Nos tenemos que preguntar: si nuestra fe no nos lleva a compartir con los otros ¿de que sirve
celebrar la eucaristía?. Si nuestra fe no nos impulsa a respetar a los otros ¿quizás tampoco respetamos a
Dios?. Si nuestra fe no nos lleva a amar de verdad a los demás, con gestos de servicio y de generosidad
¿qué sentido tiene dirigirnos a Dios como Padre?...
Canto: (CV 118)
Libertador de Nazaret, ven junto a mí, ven junto a mí; Libertador de Nazaret ¿qué puedo hacer sin Tí?
1. Yo sé que eres camino, que eres la vida y la verdad; yo sé que el que te sigue sabe a dónde va; quiero
vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz; quiero beber tu cáliz, quiero llevar tu cruz.
 

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