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AULA: 03
DOCENTES:
● ANDRADA, AGUSTINA
● GIMENEZ, LEONARDO SEBASTIAN
INTEGRANTES:
● MARISCAL, CELESTE
● SEQUEIRA, MÓNICA
SEGUNDO PARCIAL 2022
Consigna:
Esta dificultad para la transmisión está también presente en las escuelas. Hay una
secundarización de la tarea de “enseñar” que podría resultar de la confluencia de varios
factores: la importancia otorgada a las funciones asistenciales que recortarían el tiempo
dedicado a las tareas específicas; la difusión de las teorías constructivistas y la cultura
“psi” (Varela, 1991) que desplazan al adulto/docente de la posición de transmisor para
ocupar el lugar de facilitador o guía de los aprendizajes espontáneos de los niños, o la
brecha cultural entre adultos y jóvenes, a la que nos referimos en los párrafos precedentes,
que imposibilita la función de transmisión. El primero de estos factores exige una acción
por fuera de la escuela que reponga una situación de mayor equidad social y despeje a la
institución de esta tarea asistencial, el segundo propone una reposición pedagógica de la
función de transmisión cultural a través de la legitimación de esta acción, el último pone a
la institución en posición de cuestionar su patrón cultural de modo de transformarlo
incorporando críticamente los nuevos formatos culturales y retomar desde este lugar su
función de transmisora cultural” (p. 898)
TEXTO ARGUMENTATIVO Y REFLEXIVO:
Podría creerse en este sentido que lo que afirmaba el autor Agamben era algo que se vería
muy lejano en el tiempo, sin embargo, lo estamos viviendo día tras día lo cual incapacita en
muchas oportunidades a la escuela para poder establecer un verdadero sentido o cumplir el
verdadero sentido de la formación de nuevos individuos de tal forma que sean útiles para la
sociedad actual y que dejen realmente unas bases sólidas para las generaciones venideras
como se decía en el párrafo anterior los jóvenes viven el día a día, además encontramos en los
chicos que en lo posible viven de una forma subjetiva sus pensamientos, se aglomeran o se
vinculan con mucha facilidad dada a los medios de comunicación.
Podríamos decir que hoy por hoy en las escuelas o en la educación en general nos estamos
enfrentando como docentes a un hedonismo depresivo que según Fisher – sería un
capitalismo represivo ya que lo que buscan la gran mayoría de los jóvenes es el placer propio
sin importar que dejen de lado el futuro o sencillamente cómo fundamentar el presente.
Cabe resaltar que nuestros jóvenes son producto en primera instancia de las familias, es decir,
de una educación doméstica, pero actualmente la nueva familia demuestra debilidad para
transmitir mandatos, como lo expresa Lewkowicz (2004)“en la era de la fluidez hay chicos
frágiles con adultos frágiles”.
La escuela según Tiramonti Guillermina (2005) “es una producción institucional de otro
momento histórico y que, por lo tanto, nació asociada a otras circunstancias sociales, políticas
y culturales”, tenía como misión formar ciudadanos, esta visión histórica tenía el apoyo de la
familia, la cual instauraba el labor formativo de dicha institución en los pequeños.
Ser sujeto escolar en las instituciones modernas implicaba la demarcación de distintas reglas
impuestas por las organizaciones e instituciones con procedimientos que incitan a la
subjetividad imponiendo la obediencia, reglas dóciles y disciplinarias. Las experiencias que
allí se vivieron y se viven actualmente modifican las conductas de cada sujeto hacia una
dirección determinada.
En cuanto a la modernidad líquida los estudiantes de hoy presentan menos interés, sólo
surge de la parte interna del ser como tal, por esta razón se torna más difícil poder estimular
o fomentar el ánimo en los educandos dentro de las aulas y el aprendizaje es menos
fundamentado, menos significativo. Entonces, ¿cómo se adapta la escuela a esta liquidez?
Podemos decir que se encuentra en proceso de adaptación buscando un nuevo sentido, por lo
tanto se ve en la obligación de generar nuevos espacios de significación colectiva, capaz de
recibir al consumidor de hoy.
Entonces como docentes de la posmodernidad podemos ser la guía para estas nuevas
subjetividades que llegan, donde como escuela busquemos cómo invertir sobre nosotros
mismos y así lograr tener un rol central en el juego del mercado para no ser excluidos de este.
Los estudiantes buscan información siguiendo sus necesidades, ya no siguen un plan como lo
hacían en la antigua escuela. Entonces se debe considerar que la institución escolar hoy está
involucrada en responder a la multiculturalidad, como establecimiento contemporáneo debe
poder ver los grises en la oscuridad, desde una distancia que le permita objetivar las
cuestiones que hoy debe atender la escuela. Transformar las instituciones educativas es una
exigencia que no puede dejar de responder y para esto debe buscar nuevos recursos,
estrategias tal como lo dice Deleuze (1999) “no hay lugar para el temor o la esperanza, sólo
cabe buscar nuevas armas”.
Bibliografía: