Está en la página 1de 27

CODIGO ORGANICO DE LA FUNCION JUDICIAL

2 créditos

Profesora Autora:
Ab. Carlos Alfredo Zambrano Navarrete Mgs.

Titulaciones Semestre

• Abogado CUARTO

Tutorías: El profesor asignado se publicará en el entorno virtual de aprendizaje


online.utm.edu.ec), y sus horarios de conferencias se indicarán en la sección CAFETERÍA
VIRTUAL.

PERÍODO MAYO 2022 / SEPTIEMBRE 2022

1
UNIDAD 2

OBJETIVO: Interpretar lo que la doctrina y la ley concibe como principios y su


importancia en el Derecho.

SESION 5

1. PRINCIPIOS PROCESALES DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA

La Constitución por ser la norma suprema del Estado consagra ciertas garantías para que la
persona que es parte en un proceso pueda salvaguardar sus derechos fundamentales y
conseguir el restablecimiento de la “paz jurídica quebrantada”, es por esto que la aplicación
de dichas garantías constitucionales es obligatoria aun cuando existan normas que
discordaren con aquellas.

Directamente relacionado con “el debido proceso”, reconocido por nuestra Constitución,
ofrece a las partes procesales equilibrio y seguridad jurídica.

Lo que nos lleva a revisar que dentro de los principales principios constitucionales.
Revisemos entonces:

1.1 Art. 18.- SISTEMA-MEDIO DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA.- El


sistema procesal es un medio para la realización de la justicia. Las normas procesales
consagrarán los principios de simplificación, uniformidad, eficacia, inmediación,
oralidad, dispositivo, celeridad y economía procesal, y harán efectivas las garantías
del debido proceso. No se sacrificará la justicia por la sola omisión de formalidades.

1.2 Art. 19.- PRINCIPIOS DISPOSITIVO, DE INMEDIACIÓN Y


CONCENTRACIÓN.- Todo proceso judicial se promueve por iniciativa de parte
legitimada. Las juezas y jueces resolverán de conformidad con lo fijado por las
partes como objeto del proceso y en mérito de las pruebas pedidas, ordenadas y
actuadas de conformidad con la ley.

2
Sin embargo, en los procesos que versen sobre garantías jurisdiccionales, en caso
de constatarse la vulneración de derechos que no fuera expresamente invocada por
los afectados, las juezas y jueces podrán pronunciarse sobre tal cuestión en la
resolución que expidieren, sin que pueda acusarse al fallo de incongruencia por este
motivo.

Los procesos se sustanciarán con la intervención directa de las juezas y jueces que
conozcan de la causa. Se propenderá a reunir la actividad procesal en la menor
cantidad posible de actos, para lograr la concentración que contribuya a la celeridad
del proceso.

El principio de CONCENTRACIÓN, conlleva a que todas las diligencias procesales


deban ser evacuadas en un mismo momento; estos son, en una misma audiencia, en
las que se pueda anunciar, formular y practicar las pruebas, hacer alegaciones en
derecho y pronunciar la decisión o sentencia.

Este principio permite presentar de forma verbal o escrita las razones o argumentos
de los que se crean asistidas las partes y replicar los argumentos de la contraparte.
En este sentido, Falconí (2003), se sostiene que este principio encuentra su asidero
en todos los medios de ataque y de defensa pueden ser empleados por regla general
en la audiencia dentro del juicio, de tal modo que los incidentes deben ser resueltos
en sentencia.

El principio DISPOSITIVO, conforme este principio la actividad del juez está sujeta
o limitada a la iniciativa o voluntad de las partes. El proceso sólo puede iniciarse a
instancia de quien pretende la tutela de un derecho y no puede desarrollarse sino
mediante el impulso de las partes, así el juez es un elemento pasivo que no puede
actuar sino a petición de parte. (Falconi. 2003)

3
El principio de INMEDIACIÓN, la aplicación del principio de inmediación lo que
instrumenta la oralidad como forma de sustanciación procesal, pues el contacto
directo del juez le posibilita un acercamiento, no sólo con los sujetos-partes
(personas) e interactuación con ellos en el debate (oral, público y contradictorio)
sino, especialmente, con sus “verdades” históricas, materiales y probatorias,
necesarias para una adecuada fundamentación de los hechos y una correcta
argumentación jurídica, que dé como resultado no sólo motivar la sentencia, sino,
fundamentalmente, administrar justicia con imparcialidad. Coincidiendo con
Falconi (2003). Debe haber una comunicación directa, inmediata entre el Juez y los
distintos elementos del proceso como son las partes.

1.3 Art. 20.- PRINCIPIO DE CELERIDAD.- La administración de justicia será


rápida y oportuna, tanto en la tramitación y resolución de la causa, como en la
ejecución de lo decidido. Por lo tanto, en todas las materias, una vez iniciado un
proceso, las juezas y jueces están obligados a proseguir el trámite dentro de los
términos legales, sin esperar petición de parte, salvo los casos en que la ley disponga
lo contrario. El retardo injustificado en la administración de justicia, imputable a las
juezas, jueces y demás servidoras y servidores de la Función Judicial y auxiliares de
la justicia, será sancionado de conformidad con la ley.

El principio de CELERIDAD, lo que significa, que los fallos y sentencias de los


jueces (a) y tribunales se realizan en el tiempo establecido en el procedimiento, es
decir que sea ágil y oportuno. Sin embargo, existen principios constitucionales que
no se cumplen en su totalidad, como son los siguientes principios, en los procesos
judiciales establecidos en el Código Orgánico general de Procesos.

Los Órganos de la Función Judicial gozarán de independencia interna y externa.


Toda violación a este principio conllevará responsabilidad administrativa, civil y
penal de acuerdo con la ley. Sin embargo, en los grandes procesos judiciales, en los
que intervienen el Estado, como demandado, la mayor parte de resoluciones y

4
sentencias, los jueces (a), y tribunales, fallan en favor del Estado; por el contrario,
en ciertos procesos judiciales por decir lo menos no ha existido imparcialidad.

1.4 Art. 21.- PRINCIPIO DE PROBIDAD.- La Función Judicial tiene la misión


sustancial de conservar y recuperar la paz social; garantizar la ética laica y social como
sustento del quehacer público y el ordenamiento jurídico; y, lograr la plena eficacia y
acatamiento del ordenamiento jurídico vigente.

Toda servidora y servidor de la Función Judicial en el desempeño de sus funciones


observará una conducta diligente, recta, honrada e imparcial.

1.4 Art. 23.- PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA DE LOS


DERECHOS.- La Función Judicial, por intermedio de las juezas y jueces, tiene el
deber fundamental de garantizar la tutela judicial efectiva de los derechos
declarados en la Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos
humanos o establecidos en las leyes, cuando sean reclamados por sus titulares o
quienes invoquen esa calidad, cualquiera sea la materia, el derecho o la garantía
exigido. Deberán resolver siempre las pretensiones y excepciones que hayan
deducido los litigantes sobre la única base de la Constitución, los instrumentos
internacionales de derechos humanos, los instrumentos internacionales ratificados
por el Estado, la ley, y los méritos del proceso. La desestimación por vicios de
forma únicamente podrá producirse cuando los mismos hayan ocasionado nulidad
insanable o provocado indefensión en el proceso.

La tutela judicial efectiva, es el derecho a acudir al órgano jurisdiccional del Estado


a fin de que el mismo disponga una respuesta fundada en derecho a una pretensión
determinada, al acceso debe corresponder una decisión sobre el fondo del asunto,
que reúna los requisitos constitucionales y legales del caso, la tutela judicial se lo
efectiviza mediante un proceso, que debe reunir condiciones mínimas, para que el
proceso se justo y que la resolución que se dicte asegure su eficacia y ejecución,

5
para que la decisión no quede en una mera declaración de buenas intenciones, es
decir el derecho a la tutela judicial efectiva cumple con su esencia con el acceso
gratuito a la jurisdicción, un proceso justo y equitativo, con el debido derecho a la
defensa, sin dilaciones innecesarias, a una sentencia debidamente motivada con
observación especial a la casuística del tema y las normas aplicables al mismo, y
finalmente dicho derecho toma vida con la ejecución de la sentencia, ya que, sin la
ejecución no se estaría garantizando la efectividad de la tutela judicial (Aguirre
Guzmán, 2010, págs. 14-15).

Para garantizar la tutela judicial efectiva de los derechos, y evitar que las
reclamaciones queden sin decisión sobre lo principal, por el reiterado
pronunciamiento de la falta de competencia de las juezas y jueces que previnieron
en el conocimiento en la situación permitida por la ley, las juezas y jueces están
obligados a dictar fallo sin que les sea permitido excusarse o inhibirse por no
corresponderles.

1.4.1 TUTELA JUDICIAL EN LA CONSTITUCIÓN Y TRATADOS.

El artículo 75 de la Constitución, determina que las personas tienen derecho al acceso gratuito
y a la tutela efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e intereses, la misma que debe
sujetarse a los principios de inmediación y celeridad. Para José García la tutela judicial
efectiva es el derecho al libre acceso a los jueces y tribunales de justicia, obtener un fallo, a
que el fallo se cumpla a fin de que el ciudadano afectado sea repuesto en su derecho y
compensado si hubiere lugar a ello por el daño sufrido (García Falconi, 2004, pág. 36)

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) en su artículo 10, se determina


que toda persona en igualdad de condiciones tiene derecho a ser oída públicamente y con
justicia por un tribunal independiente e imparcial, y de esta forma se determina sus derechos
y obligaciones.

6
En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966) en su artículo 14, se
establece que todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de justicia, y los
individuos tienen derecho a ser oídos públicamente y con las debidas garantías por un tribunal
competente, independiente e imparcial en la sustanciación de cualquier acusación.

En la Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969) en su artículo 8 contempla


las garantías judiciales estableciendo de esta forma que toda persona tiene derecho a ser oída,
con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por los jueces o tribunales
competentes, independientes e imparciales en la sustanciación de cualquier acusación.

La Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas de delitos y
del abuso del poder (1985), determina que las víctimas tendrán derecho a los mecanismos de
la justicia así como una pronta reparación del daño que hayan sufrido por medio de
procedimientos judiciales y / o administrativos los mismos que serán expeditos, justos, poco
costosos y accesibles, evitando las demoras innecesarias en la resolución de las causas y en
la ejecución de los mandamientos o decretos que concedan indemnizaciones a las víctimas.

La Corte Constitucional ha indicado, que el derecho a la tutela judicial efectiva: El derecho


a la tutela efectiva, imparcial y expedita de los derechos de las personas tiene relación con
el derecho de acceso a los órganos jurisdiccionales para, luego de un proceso que observe
las garantías mínimas establecidas en la Constitución y en la ley, hacer justicia. Por tanto,
se puede afirmar que su contenido es amplio y se diferencian tres momentos: el primero
relacionado con el acceso a la justicia; el segundo, con el desarrollo del proceso en estricto
cumplimiento de la Constitución y la Ley en un tiempo razonable, y el tercero, en relación
con la ejecución de la sentencia. Por lo tanto, bajo esta premisa se encuentra que el derecho
a la tutela judicial efectiva mantiene una estrecha vinculación y dependencia con el derecho
a la seguridad jurídica y al debido proceso. Así, habrá tutela judicial efectiva, imparcial y
expedita de los derechos si el órgano jurisdiccional, previo a dictar sentencia, ha observado
la Constitución y la Ley; si ha aplicado normas claras, predeterminadas y públicas; si el
proceso judicial se ha desarrollado con estricto respeto del debido proceso constitucional y
si las partes han obtenido una sentencia motivada y fundada en derecho.

7
Además, el derecho a la tutela judicial, asegura el derecho al acceso a la justicia y el debido
proceso, a fin de que exista un control judicial efectivo frente al ejercicio del poder público,
se convierte por lo tanto en un control sobre actuaciones administrativas que puedan
perjudicar a los ciudadanos con lesión en sus derechos (Araujo Oñate, 2011, pág. 259).

Para la Corte Constitucional (2013), el derecho a acceder a una tutela judicial efectiva, fue
adoptado procesalmente como una de las garantías fundamentales con las que cuentan los
ciudadanos, dicha facultad se la conoce procesalmente como derecho de petición que
conduce a una serie de obligaciones por parte del Estado, es decir se requiere de la existencia
de un órgano jurisdiccional y la presencia de juezas y jueces quienes, investidos de potestad
jurisdiccional, deben velar por el cumplimiento de la Constitución y la ley, no obstante dicho
acceso a los órganos judiciales no es suficiente para que se tutelen los derechos de los
ciudadanos, ya que una vez ejercitada la acción correspondiente es preponderante que los
operadores de justicia realicen una labor diligente en donde se efectivice la defensa de los
derechos de una forma justa y equitativa entre las partes procesales.

1.4.2 Garantías a la Tutela Judicial Efectiva.- Juan Benalcázar señala las siguientes
garantías, que ofrece el derecho a una tutela judicial efectiva:

a.- acceso a la justicia gratuito;


b.- el acceso a la justicia no se debe ver mermado por la falta de observancia en
las formalidades del proceso, siempre y cuando las faltas de estas formalidades no
impliquen un cambio sustancial en la resolución del proceso, conforme el artículo 169
de la Constitución y el principio pro actione;
c.- imparcialidad, así como la celeridad con la que se debe administrar justicia;
d.- cumplimiento de las resoluciones tomadas por la justicia.

A todo lo que se analiza, se tiene la certeza que ninguna de las funciones del Estado, debería
injerir en las atribuciones que la ley ha otorgado a la función judicial, garantizando un juicio

8
justo en contra de las transgresiones e inobservancias de las normas legales en las que el
Estado haya incurrido.

Sobre la tutela judicial efectiva, la Corte Constitucional ha indicado:

“80. Con relación al derecho a la tutela judicial efectiva, el artículo 75 de la Constitución


dispone que: “Toda persona tiene derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela
efectiva, imparcial y expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de
inmediación y celeridad; en ningún caso quedará en indefensión. El incumplimiento de las
resoluciones judiciales será sancionado por la ley”.

Conforme lo ha señalado este Organismo, el derecho constitucional a la tutela judicial


efectiva se fundamenta en la observancia de tres elementos esenciales:

1) el derecho de acción, que implica el acceso a los órganos de judiciales,


2) elemento dividido en dos presupuestos:
2.1) la diligencia a la tramitación de la causa,
2.2) la obtención de una respuesta fundada en derecho a las pretensiones formuladas y,
3) el rol de los operadores de justicia una vez dictada la resolución, tanto en la ejecución
como en la plena efectividad de los pronunciamientos.”

1.5 Art. 22.- PRINCIPIO DE ACCESO A LA JUSTICIA.- Los operadores de


justicia son responsables de cumplir con la obligación estatal de garantizar el acceso
de las personas y colectividades a la justicia. En consecuencia, el Consejo de la
Judicatura, en coordinación con los organismos de la Función Judicial, establecerá
las medidas para superar las barreras estructurales de índole jurídica, económica,
social, generacional, de género, cultural, geográfica, o de cualquier naturaleza que
sea discriminatoria e impida la igualdad de acceso y de oportunidades de defensa en
el proceso.

9
El principio al ACCESO GRATUITO A LA JUSTICIA y a la tutela efectiva,
imparcial y expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de
inmediación y celeridad. El principio en ningún caso quedará en indefensión;
igualmente estos principios constitucionales no se cumplen en su totalidad por decir
lo menos.

El principio del incumplimiento de las resoluciones judiciales será sancionado por


la ley, es otro principio que es bastante discutible en la práctica, casi siempre dado
a la complejidad de lo sancionado.

1.6 Art. 24.- PRINCIPIO DE INTERCULTURALIDAD.- En toda actividad de la


Función Judicial, las servidoras y servidores de justicia deberán considerar
elementos de la diversidad cultural relacionados con las costumbres, prácticas,
normas y procedimientos de las personas, grupos o colectividades que estén bajo su
conocimiento. En estos casos la servidora y el servidor de justicia buscará el
verdadero sentido de las normas aplicadas de conformidad a la cultura propia del
participante.

El Constitución de la República del Ecuador Artículo 1. El Ecuador es un Estado


constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente,
unitario, intercultural, plurinacional y laico Constitución de la República del
Ecuador Artículo 83. Son deberes y responsabilidades de las ecuatorianas y los
ecuatorianos, sin perjuicio de otros previstos en la Constitución y la ley: Numeral
10. Promover la unidad y la igualdad en la diversidad y en las relaciones
interculturales.

Tiene directa relación con el Convenio sobre pueblos indígenas y tribales de la


Organización Mundial del Trabajo (1989) Artículo 28. Numeral 3. Deberán
adoptarse disposiciones para preservar las lenguas indígenas de los pueblos
interesados y promover el desarrollo y la práctica de las mismas.

10
Además, la Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad de las
Expresiones Culturales de la UNESCO (2005) Artículo 1. Numeral c. Fomentar el
diálogo entre culturas a fin de garantizar intercambios culturales más amplios y
equilibrados en el mundo en pro del respeto intercultural y una cultura de paz.

1.7 Art. 25.- PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURÍDICA.- Las juezas y jueces tienen
la obligación de velar por la constante, uniforme y fiel aplicación de la Constitución,
los instrumentos internacionales de derechos humanos, los instrumentos
internacionales ratificados por el Estado y las leyes y demás normas jurídicas.

La Seguridad Jurídica brinda la confianza al ciudadano, al tener los mecanismos


frente al poder y demás individuos en sus relaciones privadas, más aún en relación
con el poder que se manifiesta a través de instituciones, de principios y valores del
Derecho Público, especialmente el constitucional y administrativo, es el derecho
sobre el poder y los límites que el mismo debe observar a fin de respetar los derechos
de los miembros de la sociedad, la seguridad jurídica en relación con el ejercicio del
poder es un derecho fundamental que se efectiviza mediante las garantías
procesales, un proceso justo e imparcial, derecho a la defensa, derecho a un
procedimiento y a ser escuchado por los jueces (Peces Barba, 1990, págs. 222-228).

Esta Corte ha indicado, que la Seguridad Jurídica, constituye el pilar sobre el cual
se asienta la confianza ciudadana respecto de las actuaciones de los poderes
públicos, pues brinda a las personas la certeza de que la aplicación normativa se
realizará acorde a la Constitución y a las normas aplicables al caso concreto han
sido determinadas previamente, son claras y públicas, y aplicadas únicamente por
autoridades competente, Solo de esta manera se logra conformar una certeza de que
normativa existente en la legislación será aplicada cumpliendo ciertos lineamientos
que garantizan el acceso a la justicia y a una tutela efectiva, imparcial y expedita de
sus derechos e intereses. Caso 0285-12-EP. Sentencia. 178-15-SEP-CC.

11
De igual manera, la seguridad jurídica implica la confiabilidad en el orden jurídico
y la sujeción de todos los poderes del Estado a la Constitución y a la ley, como
salvaguarda para evitar que las personas, pueblos y colectivos sean víctimas del
cometimiento de arbitrariedades. Esta salvaguarda explica la estrecha relación con
el derecho a la tutela judicial, pues cuando se respete lo establecido en la
Constitución y la ley, se podrá garantizar el acceso a una justicia efectiva imparcial
y expedita. Caso 1055-11-EP. Sentencia 045-15-SEP-CC.

La seguridad jurídica es el requerimiento de toda sociedad moderna y libre para


desenvolverse racionalmente dando estabilidad a los agentes productivos, y certeza a
los individuos acerca de cuáles son sus derechos y cuáles son sus deberes; pues la
seguridad jurídica exige la previsión de una respuesta conforme a derecho para los
diferentes conflictos que se suscitan en la convivencia humana; pues solo de esta
manera se produce estabilidad, que a la final es conseguir la fidelidad al principio de
legalidad.

12
En la sustanciación de las causas judiciales, también encontramos otros principios que
involucra a las partes procesales, sus abogados, inclusive terceros, a fin de acreditar la
verdad procesal, revisemos.

1.8 Art. 26.- PRINCIPIO DE BUENA FE Y LEALTAD PROCESAL.- En los


procesos judiciales las juezas y jueces exigirán a las partes y a sus abogadas o
abogados que observen una conducta de respeto recíproco e intervención ética,
teniendo el deber de actuar con buena fe y lealtad. Se sancionará especialmente la
prueba deformada, todo modo de abuso del derecho, el empleo de artimañas y
procedimientos de mala fe para retardar indebidamente el progreso de la litis. La
parte procesal y su defensora o defensor que indujeren a engaño al juzgador serán
sancionados de conformidad con la ley.

El principio de la buena fe busca regular el comportamiento de las personas


involucradas, más no los resultados de actuar contrarios a la lealtad, honestidad,
como valores que integran el concepto de la buena fe.

De acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española, mala fe significa:


“Malicia o temeridad con que se hace una cosa o se posee o detenta algún bien.”,
mientras que temeridad de conformidad al mismo diccionario es: “Calidad de
temerario. Acción temeraria. Juicio temerario”.

Si existe una conjugación apropiada de bienes, valores, derechos y principios


constitucionales, aquello -frente a la buena fe procesal- refleja una clara
aproximación de respeto al derecho positivo o natural, con sus principios generales
que lo informan; y, es donde, salvo mejor criterio encontramos el sustento apropiado
de la buena fe, que busca intrínsicamente convertirse en el vértice que regule el
comportamiento, exigible en todo tipo de procedimiento, ya sea administrativo o
jurisdiccional, rechazando las peticiones, incidentes, interposición de recursos

13
notoriamente maliciosos, que en gran medida revelan abuso del derecho o entrañar
violación al proceso o la ley.

El principio de Buena Fe siempre determina en los procesos jurisdiccionales, la


sanción al litigio malicioso o temerario, la generación de obstáculos; en procura de
potenciar una conducta acertada en donde el fair play o juego limpio predomine,
moralizando el proceso por una necesidad imperiosa.

El abuso de los derechos procesales se produce en dos sentidos; a saber en forma


subjetiva cuando :
“1) sin motivo legitimo promueve un proceso con el solo propósito de molestar a su
contrario, revelando conducta dolosa o gravemente culposa;
2) Con igual fin promueve recursos infundados, sin más objeto que dilatar la
efectividad de la sentencia recaída;
3) Provocando dilaciones o retrasando de cualquier modo la resolución de los
litigios, para molestar o alegar la declaración del derecho discutido…”.1

El actuar con buena fe y lealtad procesal es un deber de orden legal y, su


incumplimiento se sanciona conforme la ley.2

1.9 Art. 27.- PRINCIPIO DE LA VERDAD PROCESAL.- Las juezas y jueces,


resolverán únicamente atendiendo a los elementos aportados por las partes. No se
exigirá prueba de los hechos públicos y notorios, debiendo la jueza o juez
declararlos en el proceso cuando los tome en cuenta para fundamentar su resolución.

1.9.1 Hipótesis Teórica de la Verdad.- El problema de la posibilidad de conocer la


verdad absoluta no es de por sí relevante para el proceso, si lo es, en cambio, la
hipótesis teórica de la verdad absoluta como absoluta correspondencia entre la
determinación judicial y los hechos del mundo real, ya que estas sirven para

1
Martín Ferrer, Abuso del Derecho en el Proceso, Barcelona, T. I, R. D. Proc, 1969, p. 149
2
Lema Quinga, Bolívar Sandrino. El principio de la buena fe procesal en materia penal. Quito – Ecuador
2009.

14
fundamentar conceptualmente una perspectiva en la que el problema de la
determinación de los hechos se plantea racionalmente en términos de modalidades
y técnicas para obtener la mejor verdad relativa, es decir, la mayor aproximación de
la determinación de los hechos a la realidad, pues la dicotomía entre verdad relativa
y verdad absoluta, permite evitar confusiones con otras cosas que también suceden
en el proceso, especialmente las pruebas legales, de tal modo que la regulación legal
de la eficacia de las pruebas está en la antítesis de la determinación de los hechos
en términos de verdad, ya que procura típicamente que el juez juzgue los hechos
sobre la base de parámetros distintos de aquellos que afectan a la aproximación de
la realidad.

1.9.2 Verdad Judicial vs Verdad Material.- Este tema es problemático, pues los juristas
se plantean, por un lado, la verdad judicial, la verdad formal, que sería establecida
en el proceso por medio de las pruebas y de los procedimientos probatorios, y por
otro lado una verdad material, histórica, empírica o simplemente verdad referida al
mundo de los fenómenos reales, o en todo caso, a sectores de experiencia distintos
del proceso y que se obtendrían mediante instrumentos cognoscitivos distintos de
las pruebas judiciales.

Es habitual también distinguir, entre una verdad relativa, que es típica del proceso
y una verdad absoluta, que exigiría algún lugar fuera del proceso; de lo que se
concluye que la distinción entre verdad formal y verdad material, es según Taruffo,
inaceptable, por varias razones que la doctrina menos superficial ha puesto en
evidencia desde hace tiempo, pues parece insostenible la idea de una verdad judicial
que sea completamente distinta y autónoma de la verdad real por el solo hecho de
que es determinada en el proceso y por medio de las pruebas.

De lo que se concluye, que la verdad del proceso, tiene algunas peculiaridades


relevantes que derivan de su visión conceptual, y la consecuencia es que la verdad
material entra en el proceso creando problemas ulteriores, de lo que se concluye que
el hecho es que la distinción entre verdad formal y material deja sin definir la última

15
de ellas, identificada únicamente por oposición con la verdad formal, que se
considera la típica del proceso.

Además, señala que la única verdad que importa, es la que es la establecida por el
juez en la sentencia, ya que fuera de ella no hay ninguna otra verdad que interese al
Estado o a la administración de justicia o mucho menos a las partes.

De acuerdo a Taruffo, un enunciado descriptivo es verdadero si y solo sí se


corresponde con un hecho; un enunciado verdadero describe un hecho que ocurre o
en el caso de un enunciado sobre el pasado, un hecho que ocurrió; por el contrario,
un enunciado falso da cuenta de un hecho que no ocurre o no ocurrió.

La verdad, es en suma la correspondencia con un hecho, pero también señala de si


es posible el conocimiento de la verdad absoluta de los hechos y si sobre ellos es
posible un estado de certeza total e incontestable; y aquí nace la pregunta ¿Si hay
que buscar la verdad procesal o la verdad real?, y concluye Taruffo diciendo, que la
prueba judicial se halla sujeta a regulación legal en diversos aspectos: la
admisibilidad de los diferentes medios de prueba posibles, la formación de la prueba
en el proceso, la valoración de la prueba producida y, por último, la exposición en
el fallo de los juicios acerca de los hechos probados en el proceso.

El Art. 27 del Código Orgánico de la Función Judicial, señala, que se debe buscar
la verdad procesal, mientras que el Art. 78 de la Constitución de la República y el
130.10 del Código Orgánico de la Función Judicial, señalan que el objetivo es
buscar la verdad y entonces nace la interrogante: ¿qué es la verdad?

Al respecto, el maestro Piero Calamendri, señala: ¿Entre la previsión del abogado y


la verdad oficial que se escribirá al final de la sentencia se interpone toda una serie
de obstáculos a través de los cuales se enreda y en consecuencia se rompe el hilo de
la previsión: misteriosos interruptores psíquicos que desvían o impiden totalmente
el paso de la corriente?.

16
El mismo maestro, señala: Se enseña en las cátedras que la verdad escrita en las
sentencias no es sino el hecho filtrado a través de la mente del juez. Pero en realidad
las cosas son mucho más complicadas: antes de llegar el hecho a la mente del juez,
tiene que pasar a través de la narración que de él haga cada litigante a su defensor y
después en la fase instructora a través de los olvidos o de las reticencias de los
testigos, y más tarde aún, en el debate final, a través de las no imparciales
reconstrucciones de los defensores. Y, por último, llega al juzgador; no por un solo
camino que corra a la luz del sol, sino por dos diversas y tortuosas rutas que en gran
parte discurren por túneles, ya que tienen que atravesar los oscuros meandros del
espíritu humano.3

1.10 Art. 28.- PRINCIPIO DE LA OBLIGATORIEDAD DE ADMINISTRAR


JUSTICIA.- Las juezas y jueces, en el ejercicio de sus funciones, se limitarán a
juzgar y hacer que se ejecute lo juzgado, con arreglo a la Constitución, los
instrumentos internacionales de derechos humanos y las leyes de la República.

No podrán excusarse de ejercer su autoridad o de fallar en los asuntos de su


competencia por falta de norma u oscuridad de las mismas, y deberán hacerlo con
arreglo al ordenamiento jurídico, de acuerdo a la materia.

Los principios generales del derecho, así como la doctrina y la jurisprudencia,


servirán para interpretar, integrar y delimitar el campo de aplicación del
ordenamiento legal, así como también para suplir la ausencia o insuficiencia de las
disposiciones que regulan una materia.

1.11 Art. 29.- INTERPRETACION DE NORMAS PROCESALES.- Al interpretar la


ley procesal, la jueza o juez deberá tener en cuenta que el objetivo de los

3
García Falconí, José. LA VERDAD OS HARÁ LIBRES. https://derechoecuador.com/verdad-procesal/

17
procedimientos es la efectividad de los derechos reconocidos por la Constitución,
los instrumentos internacionales de derechos humanos y la ley sustantiva o material.

Las dudas que surjan en la interpretación de las normas procesales, deberán


aclararse mediante la aplicación de los principios generales del derecho procesal, de
manera que se cumplan las garantías constitucionales del debido proceso, se respete
el derecho de defensa y se mantenga la igualdad de las partes.

En este estudio es pertinente reseñar lo analizado en sentencia No. 22-13-IN/20 .


CASO No. No. 22-13-IN Jueza ponente: Teresa Nuques Martínez. Quito, D.M., 09
de junio de 2020. En párrafo 81. Se cita:

“81. El acceso a la justicia ha sido desarrollado por el Comité de Derechos Humanos


como deber de garantizar efectivamente que en todo caso en que se demande justicia
"asegurar que ninguna persona se vea privada, por lo que toca al procedimiento,
de su derecho a exigir justicia". Este Comité ha considerado que, cuando no se
permite el acceso para que un tribunal resuelva una pretensión jurídica, se viola el
derecho a la tutela judicial efectiva4. No obstante, en este punto cabe señalar que el
acceso a la jurisdicción no es incompatible con que el legislador establezca ciertas
condiciones para dicho acceso, en la medida en que estos no sean manifiestamente
irrazonables o arbitrarios.”5

A lo que se agrega que cualquier vacío en las disposiciones de las leyes procesales,
se llenará con las normas que regulen casos análogos, y a falta de éstas, con los
principios constitucionales y generales del derecho procesal.

4
Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 32, El derecho a un juicio imparcial y a la igualdad
ante los tribunales y cortes de Justicia, 2007, párr. 9.
5
Tribunal Constitucional español en su STC 62/1997 de 7 de abril, fundamento jurídico segundo.

18
Otros principios

1.12 Art. 30.- PRINCIPIO DE COLABORACIÓN CON LA FUNCIÓN


JUDICIAL.- Las Funciones Legislativa, Ejecutiva, Electoral y de Transparencia y
Control Social, con sus organismos y dependencias, los gobiernos autónomos
descentralizados y los regímenes especiales, y más instituciones del Estado, así
como las funcionarias y funcionarios, empleadas y empleados y más servidoras y
servidores que los integran, están obligados a colaborar con la Función Judicial y
cumplir sus providencias.

La Policía Nacional tiene como deber inmediato, auxiliar y ayudar a las juezas y
jueces, y ejecutar pronto y eficazmente sus decisiones o resoluciones cuando así se
lo requiera.

Las juezas y jueces también tienen el deber de cooperar con los otros órganos de la
Función Judicial, cuando están ejerciendo la facultad jurisdiccional, a fin de que se
cumplan los principios que orientan la administración de justicia.

Las instituciones del sector privado y toda persona tienen el deber legal de prestar
auxilio a las juezas y jueces y cumplir sus mandatos dictados en la tramitación y
resolución de los procesos.

Las personas que, estando obligadas a dar su colaboración, auxilio y ayuda a los
órganos de la Función Judicial, no lo hicieran sin justa causa, incurrirán en delito
de desacato.

Mandato de optimización dirigido a las funciones legislativa, ejecutiva, electoral y


de transparencia y control social, y a todos los órganos del sector público, que
dispone la obligación de colaborar con la función judicial y cumplir sus
providencias.

19
Que, dentro de las facultades genéricas de juezas y jueces, particularmente la
establecida en el artículo 129 numeral 7 del Código Orgánico de la Función Judicial
se establece: “Requerir de toda autoridad pública o de instituciones o personas
privadas el auxilio que demande en el ejercicio de sus funciones”;

1.13 Art. 31.- PRINCIPIO DE IMPUGNABILIDAD EN SEDE JUDICIAL DE LOS


ACTOS ADMINISTRATIVOS.- Las resoluciones dictadas dentro de un
procedimiento por otras autoridades e instituciones del Estado, distintas de las
expedidas por quienes ejercen jurisdicción, en que se reconozcan, declaren,
establezcan, restrinjan o supriman derechos, no son decisiones jurisdiccionales;
constituyen actos de la Administración Pública o Tributaria, impugnables en sede
jurisdiccional.

20
1. ORGANIZACIÓN Y FUNCIONAMIENTO.

La Sección cuarta. Organización y funcionamiento de la Función Judicial. Del Código


Orgánico de la Función Judicial describe los órganos que la componen. “Art. 177.- La
Función Judicial se compone de órganos jurisdiccionales, órganos administrativos, órganos
auxiliares y órganos autónomos. La ley determinará su estructura, funciones, atribuciones,
competencias y todo lo necesario para la adecuada administración de justicia”. Podremos
graficar.

2. ORGANOS DE LA FUNCION JUDICIAL

El Art. 178 del Código Orgánico de la Función Judicial, indica: Los órganos jurisdiccionales,
sin perjuicio de otros órganos con iguales potestades reconocidos en la Constitución, son los
encargados de administrar justicia, y serán los siguientes:

1. La Corte Nacional de Justicia.


2. Las cortes provinciales de justicia.
3. Los tribunales y juzgados que establezca la ley.
4. Los juzgados de paz.
El Consejo de la Judicatura es el órgano de gobierno, administración, vigilancia y isciplina
de la Función Judicial.

La Función Judicial tendrá como órganos auxiliares el servicio notarial, los martilladores
judiciales, los depositarios judiciales y los demás que determine la ley.

21
La Defensoría Pública y la Fiscalía General del Estado son órganos autónomos de la Función
Judicial.

La ley determinará la organización, el ámbito de competencia, el funcionamiento de los


órganos judiciales y todo lo necesario para la adecuada administración de justicia.
En relación con el Art. 38 del Código Orgánico de la Función Judicial, se cita.

Art. 38.- CONFORMACION DE LA FUNCION JUDICIAL.- Integran la Función Judicial


y se denominan, en general, servidores de la Función Judicial:

1. Las juezas y jueces; las conjuezas y los conjueces, y demás servidoras y servidores de la
Función Judicial que prestan sus servicios en la Corte Nacional de Justicia, cortes
provinciales, tribunales y juzgados de primer nivel;
2. Las juezas y jueces temporales, mientras estén encargados de la unidad;
3. Las vocales y los vocales, y los demás servidoras y servidores de la Función Judicial que
prestan sus servicios en el Consejo de la Judicatura;
4. La Fiscal o el Fiscal General del Estado, la Defensora o Defensor Público General, y los
demás servidoras y servidores de la Función Judicial que prestan sus servicios en la Fiscalía
General del Estado y en la Defensoría Pública;
5. Las notarias y los notarios y los demás servidoras y servidores de la Función Judicial que
prestan sus servicios en los órganos auxiliares de la Función Judicial; y,
6. Quienes sean designados servidoras y servidores judiciales provisionales para prestar
servicios en los órganos de la Función Judicial.

3. ESTRUCTURA Y COMPETENCIAS DE LA FUNCIÓN JUDICIAL.

La misión de la Función Judicial es: “Proporcionar un servicio de administración de Justicia


eficaz, eficiente, efectivo, íntegro, oportuno, intercultural y accesible, que contribuya a la

22
paz social y a la seguridad jurídica, afianzando la vigencia del Estado constitucional de
derechos y justicia”.

Los artículos 177 y 178 de la Constitución de la República del Ecuador señalan la


organización y funcionamiento que tiene la Función Judicial. La Función Judicial se
encuentra conformada por: el Consejo de la Judicatura como órgano de gobierno,
administración, vigilancia y disciplina de la Función Judicial; la Corte Nacional como órgano
jurisdiccional; la Fiscalía General del Estado y la Defensoría Pública, como órganos
autónomos; y el servicio notarial como órgano auxiliar.

3.1 INTEGRANTES DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA.

La Sección quinta. Consejo de la Judicatura. Del Código Orgánico de la Función Judicial. En


el indica. Art. 179.- El Consejo de la Judicatura se integrará por 5 delegados y sus respectivos
suplentes, quienes serán elegidos mediante ternas enviadas por el Presidente de la Corte
Nacional de Justicia, cuyo representante lo presidirá; por el Fiscal General del Estado, por el
Defensor Público, por la Función Ejecutiva y por la Asamblea Nacional.

Los delegados mencionados en el inciso anterior serán elegidos por el Consejo de


Participación Ciudadana y Control Social, a través de un proceso público de escrutinio con
veeduría y posibilidad de una impugnación ciudadana.

El procedimiento, plazos y demás elementos del proceso serán determinados por el Consejo
de Participación Ciudadana y Control Social.

Los miembros del Consejo de la Judicatura, tanto titulares como suplentes, durarán en el
ejercicio de sus funciones 6 años.

El Consejo de la Judicatura rendirá su informe anual ante la Asamblea Nacional, que podrá
fiscalizar y juzgar a sus miembros.

23
3.2 FUNCIONES DEL CONSEJO DE LA JUDICATURA

Conforme el Art. 181.- Serán funciones del Consejo de la Judicatura, además de las que
determine la ley:

1. Definir y ejecutar las políticas para el mejoramiento y modernización del sistema


judicial.
2. Conocer y aprobar la proforma presupuestaria de la Función Judicial, con excepción
de los órganos autónomos.
3. Dirigir los procesos de selección de jueces y demás servidores de la Función Judicial,
así como, su evaluación, ascensos y sanción. Todos los procesos serán públicos y las
decisiones motivadas.
4. Administrar la carrera y la profesionalización judicial, y organizar y gestionar
escuelas de formación y capacitación judicial.
5. Velar por la transparencia y eficiencia de la Función Judicial.
Las decisiones del Consejo de la Judicatura se tomarán por mayoría simple.

4. ÓRGANO ADMINISTRATIVO DE LA FUNCIÓN JUDICIAL

4.1 Art. 40.- CLASIFICACION DE LAS SERVIDORAS Y LOS SERVIDORES DE


LA FUNCION JUDICIAL.- Las servidoras y los servidores de la Función Judicial
se clasifican en:

1. Titulares: Aquellos que han sido nombrados y posesionados para desempeñar un


cargo constante en el distributivo de sueldos de la Función Judicial, con duración
indefinida o a periodo fijo. Las conjuezas y conjueces serán servidores titulares
sujetos a los mismos requisitos, régimen disciplinario e inhabilidades que las juezas
y jueces; y,
2. Temporales: Aquellos que han sido designados para prestar servicios
provisionales en un puesto vacante; para reemplazar a una servidora o a un servidor
de la Función Judicial que se halle suspenso en sus funciones mientras no se dicte

24
resolución en firme sobre su situación; para sustituir a una servidora o a un servidor
durante el tiempo que estuviere de vacaciones, con licencia o asistiendo a programas
de formación o capacitación; en caso de que se hubiese declarado con lugar la excusa
o recusación de la jueza o juez; o si se requiera atender necesidades extraordinarias o
emergentes del servicio de justicia.

Art. 41.- VERIFICACION DE LA IDONEIDAD DE LAS SERVIDORAS Y LOS


SERVIDORES DE LA FUNCION JUDICIAL.- Desde el inicio del proceso de ingreso y
durante todo el tiempo que dure su desempeño se verificará que las servidoras y los servidores
de la Función Judicial no se hallen incursas o incursos en las inhabilidades o incapacidades
que establece este Código. La verificación se realizará, obligatoriamente, al inicio del proceso
de ingreso al servicio y posteriormente se lo hará en forma periódica o aleatoria o a petición
de parte interesada siempre que, en este último caso, se acompañen pruebas pertinentes.

Art. 42.- CARRERAS DE LA FUNCION JUDICIAL.- Las servidoras y servidores de la


Función Judicial pertenecen a la carrera judicial, de acuerdo a la siguiente clasificación:
1. Quienes prestan sus servicios como juezas y jueces pertenecen a la carrera judicial
jurisdiccional;
2. Las demás servidoras y servidores judiciales pertenecen a la carrera judicial administrativa;
3. Quienes prestan sus servicios como fiscales pertenecen a la carrera fiscal;
4. Las demás servidoras y servidores de la Fiscalía pertenecen a la carrera fiscal
administrativa;
5. Quienes prestan sus servicios como defensores públicos pertenecen a la carrera de la
defensoría; y,
6. Las demás servidoras y servidores de la Defensoría Pública pertenecen a la carrera
defensorial administrativa.
Cuando una servidora o servidor que pertenece a una carrera administrativa ingrese a las
carreras judicial jurisdiccional, fiscal o de la defensoría, tendrá derecho a que se le reconozca
el tiempo que haya prestado servicios como servidora o servidor de carrera administrativa,
de manera que se cuente ese tiempo como años de ejercicio profesional desde la obtención
de su título profesional.

25
Las vocales y los vocales del Consejo de la Judicatura y sus suplentes, las juezas y los jueces
de la Corte Nacional de Justicia y las conjuezas y conjueces, la Fiscal o el Fiscal General del
Estado, la Defensora Pública o el Defensor Público General, las notarias y notarios y quienes
prestan sus
servicios en las notarías, así como las servidoras y servidores que desempeñan labores en que
prima el esfuerzo físico sobre el intelectual, no pertenecen a ninguna de estas carreras.
Concordancias:
CONSTITUCION DE LA REPUBLICA DEL ECUADOR, Arts. 170

Art. 43.- REGIMEN LEGAL DE LAS DIVERSAS CARRERAS.- Quienes pertenecen a las
carreras judicial, fiscal o de la defensoría pública se rigen por las normas que establecen este
Código, el Estatuto Orgánico Administrativo de la Función Judicial y los reglamentos.
La Carrera Administrativa que comprende a todas las servidoras y servidores que colaboran
con los diversos órganos de la Función Judicial y que no desempeñan funciones como jueces,
fiscales o defensores públicos, están sujetos a este Código y subsidiariamente a la Ley
Orgánica de Servicio Civil y Carrera Administrativa. A estas servidoras y servidores les está
prohibido, aún por delegación, ejecutar funciones de carácter jurisdiccional, o aquellas
exclusivas de fiscales y defensores.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

- Aguirre Guzmán Vanessa, La tutela judicial efectiva como derecho humano: una
aproximación a su concepción y situación en el Ecuador, UASB, 2010;
- Araujo Oñate Rocío, Acceso a la justicia y tutela judicial efectiva, Colombia, 2011;
- Benalcázar Guerrón Juan Carlos, Derecho Procesal Administrativo Ecuatoriano,
Fund. Andrade & Asociados, Ecuador, 2007;
- Cadena Posso, Alipio Absalón. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS
CONSTITUCIONALES EN LOS PROCEDIMIENTOS JUDICIALES
ESTABLECIDOS EN EL CÓDIGO ORGÁNICO GENERAL DE PROCESOS.

26
Debate Jurídico Ecuador. Revista Digital de Ciencias Jurídicas de UNIANDES Vol.
3 / Nro. 1 / enero-abril / Año. 2020 / pp. 30-40.
- Corte Constitucional del Ecuador, Sentencia No. 029-13-SEP-CC, 10 de Julio de
2013.
- Comité de Derechos Humanos, Observación General No. 32, El derecho a un juicio
imparcial y a la igualdad ante los tribunales y cortes de Justicia, 2007, párr. 9.
- Gordillo Agustín, El acto administrativo, 2007;
- García Falconi José, El Derecho Constitucional a la Tutela Efectiva en la
Administración de Justicia, Ed. Rodin, 2004;
- García Falconí, José. LA VERDAD OS HARÁ LIBRES.
https://derechoecuador.com/verdad-procesal/
- Martín Ferrer, Abuso del Derecho en el Proceso, Barcelona, T. I, R. D. Proc, 1969,
p. 149
- Peces Barba Gregorio, La seguridad jurídica desde la filosofía del derecho, 1990;
- Tribunal Constitucional español en su STC 62/1997 de 7 de abril, fundamento
jurídico segundo.
- Sentencia No. 22-13-IN/20. CASO No. No. 22-13-IN Jueza ponente: Teresa
Nuques Martínez. Quito, D.M., 09 de junio de 2020. Párrafo 81.
- Zambrano Navia Jaime Eduardo, Tutela efectiva imparcial como garantía de
seguridad jurídica entre particulares y el Estado, UESS, 2017;

27

También podría gustarte