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La regla del minuto, método japonés contra la

pereza
Educar es una tarea complicada para todos los padres, pero cuando los hijos
son un poco perezosos o les cuesta hacer una tarea podemos caer en la
desesperación. Necesitaremos mucha paciencia para intentar que hagan
todos los días los deberes sin protestar y sin tardar demasiado. Las tareas
del colegio, arreglar su habitación o tener preparada la mochila la noche
anterior para no llegar tarde a clase pueden convertirse para ellos en tareas
complicadas e inabordables.
Una buena idea es aplicar la regla del minuto o el Método japonés Kaizen.
Su nombre oriental se puede traducir como “sabiduría para cambiar” y su
objetivo es conseguir que los niños dediquen un sólo minuto a alguna
actividad o tarea que les dé pereza y se conviertan en perseverantes.
Este método japonés para combatir la pereza mejora los hábitos ya que
consiste en destinar solo un minuto a la tarea que más les cuesta. La única
condición es que realicen esta tarea siempre a la misma hora para así crear
una rutina. Por ejemplo, si les resulta complicado recoger y ordenar su habitación,
fijaremos una hora específica para que la realicen todos los días. Para ello podemos
poner una alarma diaria a las seis de la tarde para que no se olviden de hacerlo
nunca. Seguro que podrán empezar a ordenar su habitación dedicándole solo un
minuto sin que les resulte complicado.
Un método eficaz para cambiar hábitos
Aunque parezca imposible, este pequeño y sencillo paso puede ser el
comienzo de un cambio profundo en los hábitos de nuestro hijo. La
constancia le ayudará a mejorar y cambiar esa actitud perezosa. El
siguiente paso será ir aumentando el tiempo de forma progresiva. Por
ejemplo, ese primer minuto a cinco y unos días más tarde a diez. Los padres
iremos viendo como llegará un día en el que no le costará ordenar su
habitación y además no le importará el tiempo que tienen que dedicarse a
ello.
Aplicar este método japonés para combatir la pereza resultará sencillo y
muy eficaz para lograr de forma progresiva que nuestros hijos vayan
cambiando su actitud hacia aquellas tareas que hacen con pereza. Una actitud
que les ayudará a afrontar cualquier reto en el futuro y les beneficiará en su vida de
adulto.

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