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Hábitos de estudio y tarea en casa

Proyecto Salón Hogar


Las 24 horas al Servicio de la Educación
 

L os niños no nacen con los hábitos de estudio necesarios para tener éxito en el
escuela. Al contrario, tienen que aprenderlos. Frecuentemente los niños comienzan la
escolarización sin las habilidades necesarias para que les vaya bien. He aquí algunos
consejos que los padres podemos seguir para preparar a nuestros niños para desarrollar y
mejorar sus hábitos de estudio.

Comienza temprano. Las habilidades para leer son muy importantes para tener éxito en
sus estudios. Lee a tus hijos todo lo que puedas -todos los días si es posible - les ayuda a
desarrollar amor por la lectura. Se un buen ejemplo y lee frecuentemente para que él lo vea.
Hoy día muchos hogares cuentan con computadora y acceso a Internet, si su hijo no llevara
libros al hogar como ocurre en Puerto Rico, nuestro
portal www.proyectosalonhogar.com cuenta con toda la información necesaria para que sus
hijos, puedan estudiar todas las materias y sus respectivos topicos. Cabe mencionar que es
el unico portal educativo que cuenta con los endosos del Gobierno de Puerto Rico y su
Departamento de Educación, el de La Familia y el Programa Escuela Abierta.

Motiva la curiosidad natural del niño. Podemos hacer esto hablando con los
niños, escuchándoles, respondiendo a sus preguntas. Trata de exponer al niño a
diferentes experiencias que le estimulen, sientate con ellos en la computadora y
explora los diferentes temas de estudio. Si fuera con un libro, hasta acuestate en la
cama con ellos y aprendan juntos.

Una vez los niños están en la escuela o el escuela, hay muchas cosas que podemos hacer
para motivarles a tener buenos hábitos de estudio.

Establece un horario. Si trabajas y tienes poco


tiempo, Proyecto Salón Hogar puede ser tu tutor y
ayudante en el hogar. Decide con ellos la hora en
que se hacen los deberes desde que lleguen de su
escuela. Es importante que los niños participen en
la elaboración del horario. Ellos necesitan saber
que pueden decidir sobre sus estudios. ¿Cuanto
tiempo para descansar despues de haber llegado de
la escuela? ¿Cuanto tiempo para organizarse?
¿Cuanto tiempo de televisión? ¿Cuando comer? y
¿Cuando comenzar a estudiar? La ventaja de
nuestro portal educativo estriba en que sin
moverse del asiento tendra todo lo que necesita
para sus tareas en el propio hogar. Una vez que el
horario sea escogido, ¡mantenlo! Si el niño no
tiene deberes algún día, que utiliza el tiempo para leer o trabajar en proyectos a largo plazo.
Es también muy importante que se acostumbren a estudiar todos los días.

Si el horario no funciona busca otro. Dos períodos cortos de estudio en el día pueden ser
más fáciles que uno más largo. Estudiar una hora al comienzo de la noche puede ser más
adecuado que inmediatamente después del escuela. Continua experimentando con los
horarios hasta que encuentres el adecuado.

Ofrécele una zona tranquila y cómoda para estudiar. Procura que estudie en el mismo
lugar todos los días. También asegúrate de que tienen el material necesarios (papel, lápices,
etc..) Escoge una habitación o lugar en casa en donde no haya muchas distracciones.

Ayúdale a organizarse. Ayúdale a crear un buen plan de trabajo y ponlo en un


lugar donde los dos lo podáis consultar fácilmente (Por ejemplo en la nevera). Al
apuntar que ejercicios tiene y cuando los tiene que entregar se irá acostumbrando a
seguir un plan establecido, que le permitirá disfrutar del tiempo restante. Esto se
puede conseguir mediante un calendario escolar o bien con una simple agenda. Una
mochila o bolsa para los libros le facilitará cargar sus deberes de casa al escuela.
Consíguele carpetas para que guarde sus hojas de ejercicios en un lugar seguro y se
mantenga organizado. Felicita a tu hijo por estudiar mucho y por terminar sus deberes.
Recuerda que las tareas no siempre son agradables. No esperes perfección.

Ofrécele ayuda. Debes estar atento y  responder


cualquier pregunta que tenga. Trata de darle
información sin hacerle los deberes. Al dialogar y hacer
preguntas sobre los deberes, le puedes ayudar a
reflexionar a fondo y dividir los pasos requeridos de
manera que pueda completarlos a tiempo. Estas son
algunas preguntas que te pueden ayudar:

 ¿Entiendes bien lo que se te pide que


hagas? Una vez que el niño haya leído las
instrucciones cuidadosamente, pídele que te
explique en sus propias palabras de qué se trata.
Si no entiende las instrucciones, leanlas juntos de nuevo y hablen sobre los
ejercicios. ¿Contiene palabras que todavía no se ha aprendido bien? ¿Cómo pueden
investigar el significado de estas palabras?

 ¿Necesitas ayuda para entender cómo hacer este ejercicio? Observa, no tiene


una buena base para hacer los ejercicios que le están pidiendo, por ejemplo, si tiene
que dividir con decimales y todavía no controla bien la multiplicación difícilmente
podrá solucionar el problema. O quizá el profesor necesita explicarle de nuevo
cómo aplicar las reglas de puntuación. Si entiende bien la materia, quizás puedas
ayudarle con algunos ejemplos. Pero no te olvides de dejar que tu niño haga los
deberes por su propia cuenta.
 
 ¿Tienes todo lo que necesitas para hacer los deberes? Algunas veces necesitan
materiales especiales, como rotuladores, reglas, un compás, calculadora, mapas o
libros de referencia. Revisa todo lo que necesita.
 
 ¿Tiene sentido la forma en que has contestado a las preguntas? Para ver si
entiende bien lo que está haciendo, pídele que te explique cómo resolvió un
problema de matemáticas o que te dé un resumen de lo que escribió en su redacción.

Deja que se responsabilice de sus deberes. No puedes obligar a un niño a que estudie.
Los niños tienen que aprender que ellos son responsables de sus estudios y sus deberes.
Concédeles más responsabilidad cada año, en el momento de establecer el horario para sus
deberes. Déjales sufrir las consecuencias, si por ejemplo, no entregan un trabajo a tiempo.
Tu papel es enseñarles responsabilidad, motivarles y apoyarles.

Debes estar alerta a las señales de frustración Si su niño demuestra señas de frustración,
permítele que se tome un descanso. Anímalo y hazle saber que tienes plena confianza en su
capacidad para completar su trabajo.

No dejes de elogiarlo. Las personas de todas las edades responden muy bien al


estimulo positivo, los elogios. Y los niños necesitan palabras de aliento de las
personas cuyas opiniones cuentan más - sus familias. "¡Muy buen borrador para tu
redacción!" o "Has hecho muy buen trabajo" son palabras que traerán gratos
resultados. Los niños también necesitan saber cuando no han realizado su mejor esfuerzo.
Pero mide siempre que tus críticas sean constructivas. En vez de decirle a un alumno de
cuarto de primaria, "No vas a entregar esa basura, ¿no?" mejor di, "El maestro va a
entender tus ideas mucho más claramente si te esfuerzas por escribir con más cuidado." Y
no dejes de elogiarle cuando acabe una versión en limpio.

A medida que los niños van adquiriendo buenos


hábitos de estudio, desarrollarán la
autodisciplina que necesitan para alcanzar
éxito en la escuela y en la vida.

Muchos de los problemas respecto al éxito en la


escuela, giran alrededor del desarrollo de buenos
hábitos de estudio y expectativas respecto a las tareas
en casa. Los padres pueden desempeñar un papel
importante proveyendo, estímulos, ambiente, y
materiales necesarios para que el estudio sea una
actividad exitosa.

Algunas cosas generales que los adultos pueden hacer,


incluyen:
 Establecer una rutina para las comidas, hora de ir a la cama, estudio y hacer la tarea. 
 
 Proporcionar libros, materiales y un lugar especial para estudiar. 
 
 Animar a su niño para que esté "listo" para estudiar sólo (concentrar su atención y
relajarse.) 
 
 Ofrecer estudiar con su niño periódicamente (deletree en voz alta palabras o utilice
tarjetas.)
 

Una rutina de estudio establecida es muy importante, especialmente para niños pequeños de edad
escolar. Si un niño sabe, por ejemplo, que él necesita hacer la tarea inmediatamente después de
cenar y antes de ver televisión, él podrá ajustarse y estar listo, a diferencia de si él hace la tarea
cuando quiera.

Tener el concepto de una rutina de estudio, es tener el concepto de un calendario de tareas. Esta
idea visual tiende a ser efectiva, especialmente con niños de edades entre 9 y 12 años.

El calendario puede verse más o menos así:

Día Lectura Ortografía Ciencias Español Matemáticas Historia Inglés


Lunes  1/2 hora  1/2 hora  1 hora   1 hora    
Martes  1/2 hora  1/2 hora    1 hora     1 hora
Miércoles  1/2 hora  1/2 hora       2 horas  
Jueves      1/2 hora  1/2 hora 1/2 hora 1/2 hora 1/2 hora
Viernes      1/2 hora  1/2 hora 1/2 hora 1/2 hora 1/2 hora
Sábado  Libre  Libre  Libre  Libre Libre Libre Libre
Domingo   1/2 hora   1/2 hora          

Regalele a su hijo(a) un libro o algo que sea entretenido y que el tenga


que leerlo y a la vez aprenda, esto fomenta el amor por la lectura y crea
el habito de leer.

Todos los niños necesitan un lugar especial en casa para hacer la tarea. El espacio no necesita ser
grande o de lujo, pero es importante que sea propio para que sientan que es "su lugar de estudio."

Recuerde, los estilos de aprendizaje son diferentes en cada niño, así que el lugar de estudio debe
permitir estas diferencias. Los padres pueden caminar alrededor de la casa con su niño para
encontrar un lugar especial y adecuado.

Inspire amor hacia el aprendizaje

Los niños que tienen amplio conocimiento y experiencia


en una variedad de temas encontrarán el aprendizaje y
la escuela más fácil y más interesante que aquellos que
no los tienen. Los padres tienen el privilegio y la responsabilidad de compartir sus experiencias de
vida con sus niños ello les estimula el pensamiento.

Hablar con sus niños sobre sus experiencias diarias les ayudará a usted y a su niño a entender
mejor los diferentes puntos de vista, valores, sueños, e intereses de otras personas. Los padres no
solamente necesitan hablarles, sino también escuchar a sus niños. Contestarles preguntas, o
ayudarles a buscar respuestas, ayudará mucho a sus niños a desarrollar el valor de respeto a sí
mismos.

Muchos padres piensan que actividades tales como ir al zoológico, museos, o presentaciones,
compensarán el tiempo perdido con sus niños. Pero, también puede haber actividades educativas
diarias, tales como ir al banco, ir de compras a la tienda, o hacer cualquier proyecto en casa. Los
padres necesitan planear anticipadamente algunas cosas que pueden ayudar a su niño a descubrir
el mundo.

Aquí hay algunas sugerencias para que usted y su niño disfruten de algunas actividades:

 Miren noticias o programas educativos por televisión. 


 
 Renten o compren videos educativos. 
 
 Visiten museos de historia natural, ciencia, arte, museos para niños, zoológicos, jardines
botánicos, y algunos lugares históricos de su lugar.
 
 Visiten parques y bosques de la ciudad, o hagan un viaje corto a un lugar cercano.
 
 Lean artículos en el periódico, noticias, y algún otro tipo de revistas. 
 
 Vayan a la biblioteca pública. 
 
 Hagan de las vacaciones una experiencia de aprendizaje. 
 
 Hagan pequeñas fiestas con un "tema" especial para los niños. Por ejemplo, una fiesta de
disfraces alegóricos a una época, una presentación teatral, la imaginación es importante en
este tipo de actividades.
 

Algo importante que los padres deben recordar es que ellos son los profesores más importantes en
la vida de sus niños. Los niños desde que nacen muestran ansiedad por aprender, pero los padres
necesitan ayudarles a canalizar ese aprendizaje. Hablar con los niños antes, durante, y después de
cualquier actividad les ayuda a aprender los pasos necesarios en el aprendizaje.

Esta conversación también mejorará la comunicación y relación diaria con su niño. Cuanto más
hable el uno con el otro, mejor será la comunicación y más placentera, y mejor conocerá usted a su
niño.

Involucramiento de los padres en la escuela y el proceso de aprendizaje


Estudios han indicado que los niños cuyos padres o
cualquier otro adulto, comparte actividades educativas
con ellos, tienden a ser mejor en la escuela. Algunos
beneficios que se han identificado y que miden el
grado de involucramiento de los padres en la
educación, incluyen:

 Calificaciones/ notas altas en las pruebas o


exámenes.
 
 Educación a largo plazo. 
 
 Actitudes positivas y buen comportamiento. 
 
 Programas más exitosos.
 
 Escuelas más eficaces.

Todos los padres quieren que sus niños pasen de


grado, sean adultos exitosos y responsables. De igual
manera, muchos padres desean involucrarse en la educación formal de sus hijos. A veces, sin
embargo, no saben dónde comenzar, cuándo encontrar el tiempo, o cómo establecer conexiones
positivas con la escuela.

En el nivel más básico, los padres pueden comenzar respaldando la educación de sus niños
demostrando que ellos mismos valoran verdaderamente la educación.

¿Necesita ayuda en los estudios de sus hijos y quiere hacer algo por
ellos cuanto antes?
Tenemos el programa de tutorías en línea más importante de Puerto Rico, disponible
para usted  las 24 horas, 7 días de la semana y 365 días del año. Más información
[Aquí]

www.proyectosalonhogar.com
Los hábitos de estudio y la tarea escolar
Luis Felipe Ortiz Gómez

Asesor de la Unidad UPN 094

De manera ideal, la tarea escolar debería ser un breve periodo de


estudio para el niño, durante la mañana o tarde según el turno al que
asiste al aula. Sin embargo, en muchas escuelas es motivo de diario
conflicto escolar. Los buenos hábitos de estudio, que todos los maestros
deben enseñar a sus alumnos, pueden poner un alto a esta vieja
pesadilla.

La concentración varía con la edad


Algunos de los muchos problemas a los que se enfrentan nuestros
alumnos al estudiar o al hacer la tarea, pueden reducirse si se toman en
cuenta diversos factores que se conjugan para lograr buenos hábitos de
estudio.

1. Unos provienen de la edad y características del propio niño.


2. Otros provienen de circunstancias externas tales como:

 El ambiente que rodea al niño.


 El tipo de tarea que debe realizar.
 El tipo de apoyo y retroalimentación que recibe con respecto a ella.

Idealmente, la madurez física e intelectual del niño aumentará


gradualmente hasta hacer posible que el niño sea capaz de efectuar un
trabajo con atención constante y sostenida de aproximadamente 30
minutos, a los 8 años de edad.
En este trabajo podrá usar su imaginación y razonamiento para resolver
los problemas que se le presenten y para desarrollar su potencial
creativo, si se trata de un trabajo artístico.

En los años preescolares, la tarea sólo debería de servir como puente de


comunicación entre la escuela y la casa, como una extensión de lo que
sucede en clase.

Es difícil pedirle a un niño de 4 años que mantenga la atención por más


de 10 minutos o que tenga suficiente coordinación para escribir letras con
exactitud y nitidez.

Es hasta los 7 u 8 años de edad que el niño puede asumir con


responsabilidad un trabajo de tipo académico.

¿Para qué es la tarea escolar?


En la etapa de la escuela primaria, le da la oportunidad de practicar en
casa, a su propio ritmo, y de invertir el tiempo en las materias que más le
gusten, ya sea la lectura, el dibujo o las matemáticas.

«En este sentido, no estaría de más que los maestros se esforzaran en diseñar trabajos y
tareas divertidas, breves y creativas, relacionadas con la vida cotidiana, que den
respuesta a las dudas y necesidades de sus alumnos».

Los propósitos que deben perseguir los maestros con la tarea, es que el
niño aplique en una situación que le sea familiar, los conceptos
aprendidos en clase. Por ejemplo, si se le enseñaran las medidas de
longitud, se le podría pedir de tarea que midiera el perímetro de su propio
cuarto y de los muebles que se encuentran en éste.

Cuando los padres de familia observen que hay algún problema


relacionado con la tarea del niño, cuando él no muestre entusiasmo ni
interés, cuando se le dificulte mucho o sea excesiva, deben ponerse en
contacto con el maestro para encontrar una solución.

«Los maestros deberían tener presente que el fin de la tarea es que el niño la elabore
solo, sin ayuda, de manera que se pueda comprobar lo que es capaz de hacer y detectar
dónde tiene problemas».
En el hogar, los hábitos de estudio pueden mejorarse notablemente si se
aplican las sugerencias que se mencionan a continuación:

Pasos para mejorar los hábitos de estudio:

1. Poner énfasis en el término: hábito

Es conveniente fijar una hora para la tarea si no se quiere caer en la


mala costumbre de dejarla «para el último momento». Pero esa hora
también debe corresponder a las necesidades de la niña o el niño.

Después de llegar de la escuela necesita un momento de descanso y


esparcimiento, tal vez algo de ejercicio físico como un juego o deporte y
de convivencia (comunicación) en familia.

Otros niños, tal vez, ya estén demasiados cansados para iniciar el trabajo
después de las 6 de la tarde. La meta es integrar la tarea al ritual de la
vida diaria. Al mismo tiempo se busca hacer de ese momento la
oportunidad para trabajar individualmente, cada quien en lo suyo, pero
podemos acompañarlo haciendo las cuentas de los gastos de la casa o
escribiendo los correos electrónicos o simplemente leyendo un libro.

El niño es muy sensible a los modelos que le presentamos; si observa un


modelo de trabajo intelectual tenderá a imitarlo.

2. Rodear al niño del ambiente adecuado

Es inútil tratar de que la niña o el niño se concentren en el trabajo si


están escuchando y menos aún viendo la televisión. En lo posible es
aconsejable posponer las llamadas telefónicas y evitar el ruido excesivo,
tanto de la calle como el de la casa misma.

Un ambiente de tranquilidad, en el que todos pueden hacer algo


silenciosamente al mismo tiempo, es el mejor aliado del estudio. Si los
niños menores no tienen tarea que hacer, pueden dibujar, armar
rompecabezas o cualquier otra cosa que no llame la atención de los
niños mayores.
Es importante el que se cuente con todo el material necesario, no sólo de
papelería sino también de consulta: libros y enciclopedias de diferentes
temas, revistas y folletos que puedan recortar, mapas y globo terráqueo,
calendarios que muestren los meses y las estaciones del año.

El comprarles un material nuevo puede motivar a reiniciar el trabajo con


más entusiasmo: unos plumones nuevos, estampas de animales o
transportes, una colección de minerales, hasta una computadora cuando
existan las posibilidades económicas. Esto puede despertar el interés por
algo que nunca antes había llamado su atención.

Algo muy importante, es que los maestros y los padres de familia deben
enseñar a los niños a usar cada uno de los materiales de consulta como:
diccionarios, enciclopedias y sobre todo a navegar en internet.

3. Proporcionar apoyo suficiente, sin resolver su responsabilidad

En muchas ocasiones el adulto se pregunta hasta dónde debe ayudar a


los niños con la tarea. Existen padres que asumen la responsabilidad con
lo cual sus hijos toman la cómoda posición de dejarse guiar en cada
línea. En otros hogares la tarea se convierte en una lucha de poder, que
usan los padres para demostrar que pueden controlar a los hijos y los
hijos para demostrar que no pueden ser controlados.

Si el niño ve las tareas como pequeños logros personales, estará más


dispuesto a esforzarse en la escuela. Asimismo los padres no deben ser
demasiado exigentes, sino más bien motivar al niño a exigirse a sí
mismo; a llegar hasta donde él pueda llegar; si no se hace de esta
manera, se corre el riesgo de que el niño sienta toda responsabilidad
como una carga.

Ante todo, es necesario evitar confrontaciones emocionales; no se debe


transmitir nunca la noción de que la tarea es un castigo.

Dar apoyo suficiente significa estar allí cuando el niño nos necesita,
explicar algo que no ha entendido y proporcionarle todos los materiales
necesarios. Cuando necesite algo, lo mejor es llegar al punto donde
pueda resolver el problema por sí mismo, retrocediendo en el
conocimiento hasta donde él se sienta capaz, irlo conduciendo a
responder las preguntas que lo lleven a una solución.
El poner ejemplos también puede ser útil para la comprensión. «En
gustos se rompen géneros», dice el refrán, y lo que puede ser muy
interesante o divertido para un niño puede ser insoportable para otro. No
estará demás buscar la manera más «agradable e interesante» de hacer
la tarea y de restar importancia a lo superfluo cuando lo que se busca es
un aprendizaje personal.

Si las dificultades fueran insuperables, la consulta y acuerdo con el


maestro son indispensables.

4. Resaltar los aciertos, no los errores, a la hora de revisar el trabajo escolar.

Si se desea que un niño se sienta bien con lo que está haciendo lo


primero es resaltar sus puntos positivos, es decir los aciertos. Lo mismo
que al recibir su boleta de calificaciones, las calificaciones altas deben
contar más que las bajas, en los pequeños trabajos de cada día se
resaltará el esfuerzo y la dedicación, más que los resultados.

Una maestra compañera de trabajo me comentó una anécdota referente


al tema:

Cierto día a mi hijo, le dejaron de tarea elaborar un dibujo de un animal.

«Voy a hacer un tigre» me dijo. Y cuando terminó, un tigre mal logrado, el


mismo pastito de siempre en el inferior de la hoja, el fondo blanco y sin
vida, lo ví y le dije: «¿No puedes hacer algo mejor?, le deberías de poner
un escenario, algo de vida».

En ese momento volteó boquiabierto y me contesto: «Está bien; no sé


dibujar; ya nunca voy a dibujar». Tomo la hoja y la arrugó; después subió
a su cuarto y se encerró. Esa noche al acostarlo, me dijo:

«Ni siquiera te fijaste en lo bien que me quedó la cara del tigre».

No supe qué responder; sólo le pedí: «Discúlpame, por favor, no había


visto la cara del tigre».
5. Ejercitar su atención, memoria y sobre todo razonamiento

Los hábitos de estudio tienen, indudablemente, una relación con la


capacidad de aprender. Un niño hábil mentalmente tendrá facilidad para
aprender, aunque sus hábitos de estudio no sean muy deseables. Otros
niños son sobresalientes en algunas materias, pero en otras no.

En cualquier caso, sin embargo, el fomentar los hábitos de estudio


conduce a ir adquiriendo organización, disciplina mental, constancia y
tenacidad suficientes para completar o finalizar un trabajo.

A la hora de aprender, encontramos tres conceptos involucrados en este


proceso mental:

La atención
Nos permite centrar nuestras actividades alrededor de un objetivo.

 Si a un niño no le gusta leer, pero le fascinan los automóviles.


Podríamos vencer su resistencia a la lectura si le
proporcionáramos un libro ilustrado sobre la invención del
automóvil.
 Si una niña no puede concentrarse al hacer la tarea. Si
establecemos periodos cortos de trabajo y descanso y los vamos
prolongando poco a poco, esa niña irá aprendiendo a sostener
cada vez más su atención. Podemos decirle: «Vas a trabajar 10
minutos y luego tendrás 5 para descansar; pero mientras trabajas
deberás concentrarte». Cuando haya dominado esto, se pueden
prolongar los tiempos a 20 minutos de trabajo y 8 de descanso,
hasta llegar a media hora de trabajo por 5 minutos de descanso.
 Se debe rodear al niño de un ambiente de estudio y trabajo. Estar
disponibles para escuchar sus preguntas y responder a sus dudas,
pero no presionarlos.

La memoria
Nos proporciona todo un caudal de imágenes, datos y experiencias
grabadas en nuestra mente, y a las cuales podemos recurrir cuando
necesitamos encontrar la solución a un problema.

Para ejercitarla hay que decir al niño varias palabras que representen
objetos (una por cada año de edad) y hacer que las repita.

Ayudarle a recordar lo que hizo ayer, la semana pasada, hace un mes o


un año.

El razonamiento
Sirve para relacionar las experiencias pasadas con las actuales,
sacamos conclusiones, formamos conceptos y los podemos utilizar en
una teoría.

Aunque a los 5 años de edad dista mucho de ser una facultad


desarrollada, el razonamiento es utilizado por el ser humano desde
etapas muy tempranas de su vida. El niño no podría aprender a leer y
escribir sin el uso del razonamiento.

Contestar todas sus preguntas es una forma de estimular su


razonamiento.

Las adivinanzas son también juegos para aprovechar su agilidad mental.


A los 4 años ya pueden inventar sus propias adivinanzas, si bien
bastantes chuscas o tal vez inexactas.

Menciona Guillermo Michel en su obra «Aprende a aprender» que


llegamos al conocimiento mediante experiencias:

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