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• En este artículo:
• Hay algo que todos los padres y madres tienen muy claro en la teoría pero que,
en la práctica, parece más complicado de cumplir: proponer buenos hábitos y
rutinas a los niños y que estos funcionen en el día a día. Son esenciales para el
buen desarrollo físico, pero también emocional de tus hijos, de ahí la
importancia de establecer estas costumbres en casa de una manera respetuosa
pero efectiva.
• Para dar con todas las claves que nos ayuden, hemos hablado con el pedagogo
Mario Pinel. Él te explica la importancia de los hábitos, señala aquellos que no
pueden faltar en casa y te ha dado algunos consejos para proponérselos a los
niños.
• Para conocer la importancia de los hábitos y las rutinas para los niños, Mario
Pinel suele contar una metáfora:
• Nosotros, tanto los adultos como los niños, somos un líquido sin forma. Sin
embargo, cuando este líquido lo metemos en una botella, es decir, le ponemos un
hábito, se adapta al recipiente en el que lo hemos introducido. Este objeto es el
que determina el tipo de vida (y las rutinas y los hábitos) que queremos para
nosotros y para tus hijos.
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Por qué tu hijo necesita tener rutinas que se repitan a diario
-No puedes olvidar que la rutina y los hábitos ofrecen esos beneficios a los niños:
• Los niños se sienten mejor, más seguros, con más confianza en ellos mismos y,
por tanto, el ambiente familiar consigue ser de mayor afectividad y
tranquilidad.
• Los hábitos ayudan a los niños a ser cada día un poco más autónomos. Y es que
cuando los pequeños adquieren un buen hábito, lo pueden incorporar a cualquier
momento de su vida, lo que les ayuda a saber mejor cómo enfrentarse a su
cotidianidad, sin ayuda externa y, por tanto, de una manera más independiente.
• Cuando incorporas los hábitos a tu vida familiar, enseñas a tus hijos a ser
corresponsables (todos os responsabilizáis de las tareas), comprometidos
(cumplís con vuestras responsabilidades), constantes (os tenéis que esforzar
por lo que tenéis que hacer) y apreciáis lo que tenéis.
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Hábitos familiares muy necesarios en el hogar
• Los hábitos y las rutinas también ayudan a que la convivencia en casa sea más
sencilla y agradable. Por ello, estos son algunos de los hábitos que no pueden
faltar en casa.
• Hábitos alimenticios saludables. Los bebés tienen el paladar 'virgen' por lo que
los primeros años de vida deben sentarse las bases de la alimentación
saludable.
• Buen hábito de sueño. Los hábitos y las rutinas también ayudan al sueño, ya que
predisponen a que los niños vayan bajando el ritmo hasta que llega el momento
de irse a la cama.
• Hábitos de orden. Cada cosa tiene su sitio en casa y todos debéis participar en
su organización. Para que este hábito funcione, puedes proponer a los niños un
horario para el orden y el desorden. Por ejemplo, el salón será una sala de
juegos para todos, hasta las 19 horas. Llegado ese momento, tenéis que recoger
todos los juguetes (ese es el hábito que vas a establecer) para que todos
podáis utilizar la sala de estar para cenar en familia.
• El hábito de hablar bajito. Si sueles hablar a tus hijos en un volumen 8 (en una
escala de 0, que es silencio, y 10 que es chillidos tronadores), cuando os
enfadéis utilizaréis un volumen 9 o 10. Casi sin darte cuenta, puedes estar
hablando a los niños en un volumen demasiado alto. E, igual que ocurre con la
gota que cae constantemente del grifo o los pasos de los vecinos de arriba,
cuando el oído se acostumbra a oír algo, deja de escucharlo. ¿Quieres que esto
ocurra en tu hogar?
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¿Y cómo se pueden establecer los hábitos y las rutinas de mejor forma? Te
damos las claves y, a continuación, las desarrollamos con detalle:
• Ahora que ya hemos una revisión rápida por todas las pautas a tener en cuenta,
continuación vamos a conocer más sobre cada una de ellas.
-Aunque se suelen dar consejos generales, lo cierto es que no todos funcionan para
todos los niños. Cada uno de ellos es único y, por tanto, debes pararte y escuchar a tus
hijos. Es posible que cada uno de ellos tenga su propio ritmo y su propia forma de ver
el mundo, por lo que los hábitos y las rutinas que les propongas deben adecuarse a su
personalidad.
-La clave para que las rutinas funcionen para vosotros es buscar y apostar por aquellas
que adaptan al tipo de familia que quieres formar y a los valores sobre los que quieres
sustentarla. Para ello, debes sustentar estas rutinas en el amor y no en el miedo
(miedo al castigo, miedo a que me griten...).
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-La mejor forma para poner las rutinas a los niños es hacerlo poco a poco, paso a paso.
Por ejemplo, si quieres que cojan el hábito de poner la mesa, un día les puedes
proponer el juego de llevar una servilleta (¡que pesa mucho!) hasta la mesa. Al día
siguiente, tendrán que llevar un vaso (¡cuidado, que se rompe!). Otro día, el pan... Y así,
paso a paso, los niños adquirirán el hábito de poner la mesa.
¿Debes 'negociar' los hábitos que tienes en tu casa? Mario Pinel explica que cuando
haces una reunión familiar para fijar y pactar 'las normas del juego', los niños se
siente partícipes del proceso y, por tanto, están más predispuestos a aceptarlos.
-Sin embargo, nunca puedes olvidar que quienes 'mandan' en casa son siempre papá y
mamá. Y, por lo tanto, siempre es tu voz la que va a prevalecer, sobre todo en lo que se
refiere a las normas necesarias para que haya seguridad en casa.
-La colaboración y la responsabilidad son dos de los valores que debes transmitir a los
niños y que ayudan a que todo el mundo acate y cumpla con las rutinas.
-Si tus hijos empatizan contigo cuando ven que sufres cuando no te hacen caso, a
pesar de repetirles las órdenes una y mil veces, comenzarán a cumplir con los hábitos
que les propones.
-Para que los hábitos funcionen, debes ser constantes y estables, así como claros con
las 'reglas' de funcionamiento. Sin embargo, también puedes dejar cierto margen para
la flexibilidad (un 80 por ciento de rutina - un 20 por ciento de flexibilidad, propone
Mario).
-Cuando planteas los hábitos (por ejemplo, el hábito de estudiar) puedes hacerlo
mediante los retos y los juegos. ¿Y si animas a tus hijos a que se pongan pequeños
desafíos a ellos mismos? Por ejemplo, hacer una división en un minuto o escribir una
redacción en 20 minutos.
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¿Y cuando vas a perder los nervios?
-A menudo, la situación en casa se puede convertir en un coche de alta gama con una
gran potencia que acelera, y acelera, y acelera... Y los nervios cada vez van a más, al
tiempo que los gritos aumentan y dices cosas más feas... ¿Cómo puedes frenar y
ayudar a tus hijos a frenar? ¡Respira y sorbo de agua! Gracias a que bebes agua
conseguirás 'apagar el fuego'.
-A los seres humanos nos encanta tener rutinas (aunque no queramos aceptarlo
siempre), por eso, nunca va a ser demasiado tarde para proponer hábitos a tus hijos.
-Ante todo, educar a tus hijos desde la afectividad y desde el disfrute. No hay mejor
guía para establecer los hábitos que a través del amor.
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