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Todos tenemos sueños, proyectos, queremos mejorar como personas y

profesionales, pero te aseguro que todo esto es imposible sin buenos hábitos.
Los hábitos son pequeñas tareas o comportamientos que repites diariamente de
forma automática y sin esfuerzo.
Sin unas rutinas y procesos que te mantengan enfocado y alineado con tus
objetivos, fallarás una y otra vez.

Tener nuevos objetivos sin nuevos hábitos es como tener un coche sin ruedas.
Los hábitos son las ruedas que te hacen poder avanzar hacia tus objetivos.

Seguro que esto no es nada nuevo y que ya sabes la importancia que tiene los
hábitos pero, lo que de verdad nos cuesta a todos es mantenerlos verdad?
Los típicos propósitos de año nuevo: hacer ejercicio, comer más sano, mejorar el
inglés. Empiezas una semana, dos, y al final acabamos dejándolo.

Según demuestra este estudio, alrededor de un 45% de lo que haces a diario son
hábitos.

Así que con esa cifra, es fácil entender que nuestros hábitos determinan en gran
medida nuestra vida.

Piensa qué quieres cambiar, qué rutinas quieres incorporar a tu vida para
mejorarla y ponte manos a la obra con nuestros 6 pasos para crear y mantener
hábitos.
6 PASOS PARA CREAR HÁBITOS

1. EMPIEZA POCO A POCO: ESTABLECE METAS ESPECÍFICAS

Un hábito a la vez. Puede que tengas muchas ganas de empezar a cambiar y


mejorar cosas, pero si te lo propones todo a la vez, probablemente acabes
agobiándote y tirando la toalla. Salir a correr, dejar de fumar, empezar a comer
sano, levantarte más temprano… empezar con todos estos buenos propósitos el
mismo día puede ser una locura!
Bueno, puede que el primero lo consigas por esa motivación inicial, pero si
aguantas una semana, serás un superhéroe.
Lo mejor es empezar con uno o dos hábitos a la vez y cuando los tengas
consolidados, pasar a los siguientes.

Empieza en pequeño

Como dice Leo Babauta en su libro El poder de lo Simple, cuando estés


intentando crear un hábito, ve poco a poco haciéndolo más complicado.
Por ejemplo, si quieres levantarte más temprano, empieza por 10 minutos, luego
20 y así hasta el que sea tu objetivo.
Si quieres crear el hábito de salir a correr, lo mismo, empieza con 15 minutos de
carrera continua el primer día y ve incrementando a medida que te sientas
cómodo.
Es más fácil hacerlo de forma progresiva.

Haz tus hábitos específicos

Otra cosa es que las metas y hábitos que te propongas sean muy específicos de
forma que puedas de verdad saber si los estás cumpliendo. No es lo mismo decir:

“voy a levantarme más temprano” que “voy a levantarme 30 minutos antes todos
los días” o “voy a meditar todos los días” que “voy a meditar durante 10 minutos
por la mañana antes de desayunar”

2. FUERA EXCUSAS: DEFINE UN PLAN

Cuando se trata de cambiar hábitos, vas a tener que estar en continua lucha ya
que tu cerebro tenderá siempre a volver a sus antiguas costumbres.
Van a aparecer sí o sí excusas y obstáculos así que si los piensas y preparas de
antemano, minimizarás el riesgo de fallar.
Típicas excusas pueden ser la pereza, no me da tiempo, no tener a mano el
material necesario, olvidos, etc
Somos débiles, así que no tientes a la suerte, identifica todas las posibles
excusas o situaciones en las que puedes fallar en ese hábito y crea tácticas para
evitarlas.
Por ejemplo:
Si quieres salir a correr todos los días → prepara las zapatillas y la ropa de
deporte la noche anterior.
Si quieres meditar todos los días → prepara la habitación con la esterilla, cojín, el
incienso, para que luego solo sea llegar y sentarte.
Si quieres no usar el móvil mientras estás trabajando → desconecta las
notificaciones, el sonido o pon el móvil lejos de tu vista.

3. PONTE RECORDATORIOS Y AVISOS


De nada sirve escribir nuestro nuevo propósito, ponerlo en nuestro panel de visión,
si luego en el día a día no nos acordamos de hacerlo.

Ponerte alarmas y avisos es una de las claves para crear nuevos hábitos.
Por ejemplo, dejarte notas en el espejo del baño para recordarte por la mañana
que tienes que beber un vaso de agua o salir a correr o ponerte alarmas en el
móvil para levantarte cada hora de la silla y estirar.

Cualquier aviso que te sirva para no tener la excusa de “se me ha olvidado”.


A lo mejor estás pensando en un hábito más abstracto como: “Voy a estar más
calmado y presente durante el dia” y puede que no veas como puedes aplicar aquí
esto de los avisos.

Bueno, pues precisamente en estos casos, es cuando más importancia tienen.


¿Por qué no te pones varias alarmas en el móvil durante el día que digan: “Cierra
los ojos y cuenta hasta 10 mientras respiras profundamente.”
No solo una, sino una cada 2-3 horas.

Te aseguro que estas “interrupciones” cambiarán tu vida y te harán estar más


enfocado y alineado con tus propósitos.

4. CREA RITUALES Y APLICA EL MINDFULNESS

Una buena estrategia para crear nuevos hábitos es convertirlos en rituales.


Un ritual es una secuencia de pasos que haces siempre de la misma forma.
Diría que se diferencia de un simple hábito en que es algo que de verdad
disfrutas haciendo, que te encanta hacer. Y esa es la clave para ayudar a
afianzar el hábito.
Además, un ritual tiene un fuerte componente emocional y de “mindfulness”.
El termino mindfullness está muy de moda y quiere decir atención plena, estar
presente en el momento. Ese ritual se convierte así en un momento especial para
estar contigo mismo.
Mira la diferencia:
Hábito:
– Tomar un batido de frutas todas las mañanas
Ritual:
– Pongo música que me gusta en la cocina mientras preparo los ingredientes
– Preparo el batido siendo consciente de los beneficios que me va a aportar
– Me lo echo en mi recipiente favorito para batidos y zumos
– Me lo tomo tranquilamente mientras miro por la ventana el nuevo día que
amanece.
Sí, puede sonar un poco “cursi” 🙂 es verdad, pero es solo un ejemplo.
Se trata de no quedarse solo con la acción en sí, como si fuera una obligación,
sino ir un poco más allá.
Mezcla el hábito con atención plena y con emociones para crear un ancla
positiva que haga que lo disfrutes y lo necesites.
Nosotros llevamos más de un mes meditando todas las mañanas. Era un hábito
que queríamos crear desde hacía tiempo pero estar de viaje y cambiando cada
dos por tres de apartamento no ayuda mucho.
Una vez en casa, aprovechamos el mes de Septiembre para comenzar y ha sido
bastante fácil.
Teníamos una habitación aparte para la meditación, con la esterilla de yoga, unos
cojines, el incienso y las velas preparadas. Me encanta levantarme por la mañana,
poner el incienso y encender una velita para estar 10 minutos meditando. Es
nuestro ritual.
Hemos aplicado la estrategia de empezar en pequeño, así que iremos
aumentando el tiempo poco a poco. Ahora estamos de nuevo de viaje en
Tailandia, y ya no nos cuesta ponernos por la mañana aunque no tengamos la
esterilla o el incienso, casi podría decir que lo hemos adquirido como hábito
aunque aun no quiero confiarme.

5. CONTROLA Y ANALIZA EL PROGRESO


Establece revisiones periódicas para revisar tus avances en los nuevos
hábitos.
Puede ser de ayuda anotar cada noche en una libreta o en una nota en el móvil, si
has cumplido los hábitos ese día para que no se te olvide.
Anota también, en el caso de que hayas fallado, cuáles han sido los motivos,
para intentar detectar y evitar que vuelva a pasar.
Revisa luego semanal o mensualmente los avances. ¿Cuántas veces has
cumplido el nuevo hábito? ¿Lo haces ya con menos esfuerzo o aún te cuesta?
Si sientes que lo estás haciendo bien, quizás puedas proponerte nuevos retos
e ir al siguiente nivel.
Si has fallado mucho, tendrás que analizar los motivos y si realmente quieres
implementar ese hábito.
Puede que te hayas propuesto salir a correr, pero te está costando demasiado, ni
poniéndote alarmas o preparándote la ropa.

A lo mejor es que no te gusta nada correr y tienes que buscar otras alternativas.

Pregúntate: ¿Cual es el motivo real de querer crear ese hábito?


¿Hacer algo de ejercicio diario?
En ese caso hay otras alternativas. Igual te gusta más hacer yoga, o una rutina de
10 minutos de ejercicio intenso que tener que salir a la calle a correr.

6. CELEBRA TUS LOGROS

No seas duro contigo mismo, aunque hayas fallado algún día, habrá otros muchos
que sí lo hayas hecho bien.

Valora esos días y celébralo, eso te dará ánimos para continuar.


Es muy importante que te mantengas motivado.
Ojo, si te das una recompensa por llevar una semana cumpliendo tu
hábito, esta debe ser coherente con el hábito.
Si el hábito es comer saludable, la recompensa no puede ser comerte un paquete
de donuts o 3 hamburguesas del McDonalds.
¿está claro no? 🙂
La única forma de lograr crear un nuevo hábito es repetirlo las veces que haga
falta hasta que se vuelva automático. Para esto hace falta constancia,
motivación y fuerza de voluntad.

La Guía Definitiva de Cómo Crear Un Hábito Paso a Paso


“Somos lo que repetidamente hacemos. La excelencia, entonces, no es un acto,
pero un hábito.”
Aristóteles
Dicen que los seres humanos somos criaturas de hábito. Si es así, entonces la
próxima pregunta razonable sería, ¿cómo es que establecemos nuestros hábitos?

Quizás recuerdas que anteriormente habíamos escrito otro artículo acerca


de cómo programar tu mente para nuevos hábitos. Con más de 6 millones de
personas que han pasado por nuestros programas, el Método Silva de Vida te
enseña paso a paso no solamente cómo cambiar tus hábitos, sino además una
manera nueva de vivir.

Lo básico de un hábito
Si alguna vez has intentado establecer una rutina de ejercicio, o quizás hayas
querido dejar algún mal hábito, o cambiar un comportamiento habitual, es posible
que entiendas lo poderosos que pueden ser nuestros hábitos.

Son parte inherente de lo que somos. Es más, una vez establecidos, nuestros
hábitos parecen ser automáticos. Parecen tomar vida propia, siendo invisibles e
incuestionables.

A pesar de que la ciencia ha avanzado mucho en darnos la explicación de cómo


funcionan los hábitos, lo cierto del caso es que la gran mayoría de la veces no nos
resulta tan fácil crear o establecer un nuevo hábito cuando queremos.
¿O sí? Tenemos algunas ideas que quizás te puedan ayudar.

Todo lo que hacemos, o pensamos, está regido por impulsos neurológicos entre
las células de nuestro cerebro. Con la repetición de un comportamiento, el cerebro
empieza a formar “caminos” o secuencias que toman los impulsos eléctricos, de
tal manera que con el tiempo esos caminos se convierten usuales y automáticos.

Aquí podría entonces encontrarse las llaves al cambio. Al tomar una serie de
pasos que aprovechan la repetición de un comportamiento, se logra establecer
una nueva secuencia que crea un nuevo comportamiento habitual. Veamos cómo:

Aprovecha tu impulso
Todos sabemos lo que pasa cuando entramos en movimiento. Es mucho más fácil
permanecer en movimiento, aprovechando el impulso que tenemos, que
detenernos para volver a empezar de nuevo.

Si puedes tomar un paso hacia un nuevo comportamiento, aunque sea pequeño,


ésto te ayudará a permanecer en movimiento.

Es más, frecuentemente lo que sucede cuando estamos estableciendo objetivos,


es que los hacemos muy grandes, entonces son tan grandes que al pensarlos nos
sentimos desmotivados y ni siquiera empezamos del todo.

Si te ha pasado, te sugerimos que hagas de tu gran meta, una serie de objetivos


más pequeños y aproveches tu impulso una vez que vayas conquistándolos. Hay
una analogía que quizás te ayude: ¿Cómo se come un elefante? Pues un pequeño
bocado a la vez…

Motivación, Habilidad y Disparadores. Las bases del comportamiento


Nuestros comportamientos tienen dos componentes: la motivación y la habilidad.

Para cambiar un comportamiento, debemos vernos motivados a cambiar y


debemos mantener esa motivación por un cierto tiempo.

No solo eso, sino que también debemos tener la habilidad para hacer el nuevo
comportamiento que queremos establecer.
Una vez que contamos con estos dos componentes, lo que necesitamos es un
disparador que nos mueve a actuar.

Estableciendo tus disparadores


Un disparador es un recordatorio que te impulsa a actuar. Todos sabemos que
conforme empezamos nuestro día, es usual que aunque lo tengamos todo
planeado, se pueden presentar cosas que debemos hacer inesperadamente.

Por eso es importante establecer recordatorios automáticos que nos impulsen a


actuar. Puede ser una nota en algún lugar visible o bien lo puedes calendarizar y
recibir el recordatorio en tu teléfono portátil.

Aumentando tu habilidad
Toma cualquier oportunidad para aumentar tu habilidad para cumplir tu nuevo
hábito. ¿Puedes cambiar o remover las condiciones que hacen difícil tu nuevo
hábito? ¿Hay algo que puedes hacer que tu nuevo hábito sea más fácil?

Librarnos de la tentación
Quizás no te des cuenta, pero las tentaciones funcionan como disparadores de
hábitos usuales. Si estás acostumbrado a fumarte un cigarrillo luego de tomar
café, entonces cambia tu comportamiento usual y podría ser más fácil romper tu
hábito de fumado.

Tu capacidad de tomar decisiones está limitada


¿Sabías que tienes solamente una cantidad de fuerza de voluntad limitada? Han
descubierto incluso que conforme vas tomando decisiones durante el día, esta
cantidad va disminuyendo hasta el punto que tu capacidad para tomar decisiones
razonadas se ve algo limitada.

Por eso muchas veces es recomendable limitar la cantidad de decisiones que


tienes que tomar cada día. Y si es necesario que tomes una decisión importante,
quizás sea buena idea que la tomes en las mañanas o cuando empieces tu día,
cuando cuentas con una mayor cantidad de fuerza de voluntad.

Cómo te vas a mantener responsable?


Todos hacemos excepciones. El problema es cuando estas excepciones se
vuelven a convertir en la norma. En otras palabras, cuando volvemos a nuestros
viejos hábitos y nos olvidamos de lo que estábamos intentando lograr.

Por eso procura tener una manera de mantenerte responsable. Sea que enlistes la
ayuda de tus amigos o establezcas alguna consecuencia que te obligue a cumplir
con tus objetivos, te ayudará a formar tu nuevo hábito.

Si no lo mides, no lo cambias
Muchas personas nos vemos motivados al ver que avanzamos. Si no mides tu
progreso, difícilmente vas a contar con un indicador que te permita saber que lo
que estás haciendo ha funcionado.

Un hábito por otro


Es más fácil suplantar un hábito por otro que tratar de eliminarlo. Por ejemplo si
tienes el hábito de apagar tu despertador que se encuentra al lado de tu cama,
intenta colocarlo en otro lugar del cuarto.

Este cambio suplantará el comportamiento automático de apagar el despertador


porque te obliga a levantarte.

Quieres cambiar un comportamiento? Empieza por cambiar tus creencias


¿Te piensas como alguien que puede cambiar, o por el contrario te has escuchado
diciendo “Yo soy así,” alguna vez? Hay una diferencia entre estas creencias. Y por
lo general si sos flexible, tienes más oportunidad de cambiar hábitos.

Tus creencias sobre algo rigen cómo vas a actuar en determinadas circunstancias.
Si crees que puedes o no, tienes razón siempre.

Qué pasa cuando cambia tu rutina?


Todos conocemos los efectos sobre nuestros hábitos cuando cambia nuestra
rutina. Estos cambios pueden ayudar o afectarnos, por lo cual es necesario
planear para ellos.

¿Cómo te vas a asegurar que vas a mantener tu constancia cuando viajas por
ejemplo? Es mejor que lo planees de antemano.
Cuánto tiempo vas a durar en cambiar un hábito?
Se ha dicho que usualmente un hábito tarda 21 días en crearse. La realidad nos
dice algo distinto, muchas veces tarda mucho más, puesto que por definición un
hábito es algo automático.

Sin embargo, conforme vayas practicando tu nuevo hábito, con el paso del tiempo
lo cierto es que tu cerebro empieza a formar los nuevos caminos neurológicos
hasta que adopte el nuevo comportamiento habitual.

Listo, estos pasos te deberían ayudar a establecer, cambiar o deshacerte de tus


hábitos. Ahora bien, existe otra manera de como crear hábitos más fácilmente.

Con el Método Silva de Vida, aprendes a como entrar conscientemente en un


estado mental donde tu ondas cerebrales se desaceleran haciendo más fácil el
aprendizaje y adopción de nuevos hábitos.

Te garantizamos que utilizando nuestros métodos vas a poder crear nuevos


hábitos no solamente más fácilmente sino que vas a poder crear conscientemente
comportamientos que deseas establecer. Cuéntanos más abajo tus experiencias
con tus hábitos y recuerda revisar nuestros cursos.

Cómo formar (y mantener) buenos hábitos

¿Todas las semanas te pones propósitos que nunca cumples? La clave está en
soñar en grande y empezar pequeño.
¿Alguna vez te has establecido la meta de formarte un nuevo hábito, únicamente
para encontrarte no haciéndolo después? Sé que yo lo he hecho.

¿Por qué es tan difícil formar buenos hábitos? ¿Por qué cuesta tanto ser
consistente con el cambio? ¿Cómo es que podemos tener toda la intención de
convertirnos en mejores personas, pero luego ver muy poco progreso? Y aún más
importante, ¿hay algo que podamos hacer?

Tus metas de vida no son tus hábitos


Las audaces metas de vida son fabulosas. Nos enorgullecemos de tenerlas. Pero
es posible que esas metas estén diseñadas para distraerte de lo que realmente
temes –el cambio en tus hábitos diarios que podría significar una reinvención de
cómo te ves a ti mismo. –SethGodin.
Todos tenemos sueños y esperanzas. Si no los tienes, no eres del tipo de persona
que leería este artículo. Y la mayor parte de las veces, tenemos al menos una idea
general de cuáles son esas metas: la forma en que queremos que luzcan nuestros
cuerpos y la buena salud que queremos disfrutar, el respeto que queremos
conseguir de nuestros colegas y el importante trabajo que queremos crear, las
relaciones que queremos con nuestras familias y amigos y el amor que deseamos
compartir.

En general, esto es algo bueno. Es agradable saber qué es lo que quieres, y tener
metas te da una sensación de dirección y propósito. Sin embargo, hay una forma
en la que tus esperanzas y sueños te sabotean e impiden que seas mejor: tus
deseos pueden seducirte fácilmente a morder más de lo que puedes tragar. Esto
es lo que quiero decir:

- Te inspiras por The Biggest Loser, vas al gimnasio, pero te ejercitas hasta el
cansancio, por lo que necesitas los próximos tres meses para recuperarte.
- Finalmente tienes la necesidad de escribir tu libro, escribes todo el fin de semana
y después regresas el lunes al trabajo y te olvidas de él.
- Te motivas por las historias de tus amigos de viajes a diferentes países, por lo
que empiezas a planear el tuyo alrededor del mundo, terminando abrumado por
los detalles y quedándote en casa.

Demasiado seguido dejamos que nuestras motivaciones y deseos nos lleven a


intentar resolver todos nuestros problemas de una sola vez, en lugar de empezar
poco a poco con una nueva rutina.

Lo sé, lo sé. No es ni remotamente igual de ‘sexy’ que decir que perdiste 15 kilos
en tres meses. Pero la verdad es ésta: los sueños que tienes son muy distintos a
las acciones que te llevarán a ellos.

¿Entonces cómo balanceamos nuestro deseo de hacer transformaciones que


cambien nuestra vida, con la necesidad de crear hábitos pequeños y sostenibles?

Los buenos hábitos: Sueña en grande, pero empieza pequeño


Si de verdad quieres hacer un cambio significativo (en otras palabras, si estás
dispuesto a hacer las cosas mejor a como las haces actualmente), tienes que
empezar en pequeño.

Imagina los típicos hábitos, tanto los buenos como los malos: Lavarte los dientes.
Ponerte el cinturón de seguridad. Morderte las uñas. Estas acciones son lo
suficientemente pequeñas como para que ni siquiera pienses en ellas.
Simplemente las haces en automático. Son pequeñas acciones que se convierten
en patrones consistentes.
¿No tendría sentido que si quisiéramos formas nuevos hábitos, la mejor forma de
comenzar sería hacer pequeños cambios que nuestro cerebro pudiera aprender
rápidamente y repetir automáticamente?

¿Qué pasaría si empezaras a pensar en tus metas de vida, no como en cosas


grandes y audaces que sólo podrías conseguir cuando el tiempo sea el indicado o
cuando tengas más recursos, sino en comportamientos pequeños y diarios que
repites hasta que el éxito sea inevitable?

¿Qué pasaría si, por ejemplo, perder 20 kilos no dependiera de que alguien
descubriera la dieta perfecta o de que encontraras una voluntad sobrehumana,
sino de una serie de pequeños hábitos que pudieras controlar siempre? Hábitos
como caminar 20 minutos al día, beber ocho vasos de agua al día y medirte en
cada comida.

Creo que la siguiente cita de BJ Fogg, un profesor en Stanford, resume bien esta
idea:

Si plantas la semilla correcta, en el lugar correcto, crecerá sin mayor persuasión.


Creo que ésta es la mejor metáfora para crear hábitos. La “semilla correcta” es el
pequeño comportamiento que eliges. El “lugar correcto” es la secuencia (lo que
viene después). Y la “persuasión” es amplificar la motivación, que pienso no tiene
nada que ver con la creación de hábitos. De hecho, enfocarse en la motivación
como la clave de los hábitos es equivocado. Déjame explicarme: Si eliges bien el
pequeño hábito y la secuencia, entonces no tendrás que motivarte para que
crezca. Simplemente ocurrirá con naturalidad, como una buena semilla plantada
en un buen lugar. –BJ Fogg.

La estrategia típica es sumergirte en lo profundo cuando recibes la dosis exacta de


motivación, sólo para fracasar rápidamente y desear que tuvieras más voluntad
mientras que tu nuevo hábito se hunde. La nueva estrategia es entrar a la orilla y
poco a poco irte a lo profundo, de manera que llegues a un punto en el que
puedas nadar, estés o no motivado.

Enfócate en el estilo de vida, no en el cambio de vida


Seguido nos obsesionamos con hacer transformaciones que cambien vidas.

- Perder 20 kilos sería un cambio de vida, beber ocho vasos de agua al día es un
nuevo estilo de vida.

- Publicar tu primer libro sería un cambio de vida, escribir dos cuartillas todos los
días es un nuevo estilo de vida.

- Correr un maratón sería un cambio de vida, correr tres veces a la semana es un


nuevo estilo de vida.
- Ganar $100,000 más al año sería un cambio de vida, trabajar cinco horas extra a
la semana como freelancer es un nuevo estilo de vida.

¿Notas la diferencia?

Las metas de vida son buenas porque brindan dirección, pero también pueden
engañarte y hacerte tomar más de lo que puedes lidiar. Los hábitos diarios
(pequeñas rutinas repetibles) es la forma en la que puedes convertir grandes
sueños en realidad.

Por esto, con el objetivo de complementar, te presento las 6 claves para


desarrollar hábitos positivos:

1- Conecta el cambio que quieres hacer con tu visión:

Es común que personas comienzan a trabajar en buenos hábitos por el simple


hecho de que son buenos hábitos, sin conectarlos con la visión que tienen para su
vida. A la larga sólo trae frustración y fracaso.

Por ejemplo, si tu plan de vida incluye ser una persona saludable, puedes caer en
el error de intentar desarrollar hábitos de un atleta llevándolo al extremo. Si tu plan
es ser un atleta, desarrolla hábitos de atleta, si es ser una persona saludable,
desarrolla hábitos que te hagan más saludable al nivel que quieres llegar.

2- Invierte gran energía en desarrollar el hábito por 21 días y comienza en las


próximas 48 horas:

Tal como comentaba en el artículo “El Poder del Hábito”, los expertos en el tema
aseguran que 21 días es el tiempo necesario para desarrollar un hábito. Enfócate
en desarrollar el hábito que quieres desarrollar y comprométete por 21 días como
mínimo.

¿Por qué comenzar en las próximas 48 horas? Porque la mayoría de las personas
pasan su vida planeando los hábitos que quieren desarrollar y nunca comienzan.
Comienza ya y después ajusta.

3- Enfócate en lo que quieres, no lo que estás eliminando:

Muchas veces nos enfocamos en lo que estamos tratando de eliminar en vez de


tener la mirada fija en lo que queremos lograr. No pienses en lo que la dieta que
escogiste te está prohibiendo comer, piensa en la persona en que te vas a
convertir como resultado de desarrollar el hábito de comer saludable.

No te enfoques en el sacrificio, enfócate en el logro. Te hará el camino mucho más


fácil.
4- Enfócate en pocos cambios a la vez:

Uno de los errores más comunes es que las personas deciden cambiar toda su
vida de la noche a la mañana. Deciden que no soportan más vivir así y dejan el
cigarro, comienzan a comer saludable, se inscriben en un gimnasio, se compran
un buen libro para retomar la lectura, tiran el televisor a la basura y donan 10% de
su ingreso a una causa noble.

Salvo en pocas excepciones, no logran los resultados y vuelven a los antiguos


hábitos.

La clave está en no olvidar que los malos hábitos se desarrollaron poco a poco a
lo largo de mucho tiempo. De la misma manera necesitamos ir desarrollando los
buenos, poco a poco.

Independientemente que quieras cambiar todo en tu vida, comienza con uno o dos
hábitos hasta que lo domines, luego agrega otro y cambia poco a poco. No es una
carrera, es un proceso.

5- Sé preciso en qué habito quieres desarrollar:

Proponerse desarrollar hábitos ambiguos no ayuda mucho. Por ejemplo,


desarrollar el hábito de la generosidad es ambiguo. Desarrollar el hábito de donar
un 10% de tu ingreso a tu iglesia, caridad o alguien necesitado es un hábito mucho
más preciso.

¿Ser saludable? Ambiguo. ¿Caminar 30 minutos por 5 días a la semana? Mucho


mejor. ¿Desarrollar una vida espiritual más profunda? Ambiguo. ¿Orar todos
juntos como familia antes de acostarnos en acción de gracias por el día que nos
fue dado? Mucho mejor.

Asegúrate de especificar cuál es la acción que necesitas ejecutar en el hábito.

6- Crea un ambiente de soporte

Hace un par de meses mi esposa y yo decidimos eliminar los carbohidratos


procesados de nuestra dieta 6 días a la semana (y el sábado es la recompensa,
podemos comer lo que queramos).

¿Cómo desarrollamos un ambiente de soporte? No compramos carbohidratos


procesados cuando vamos al mercado. Me llevo la comida lista al trabajo (ahorro
dinero y elimino la tentación de quererme comer una hamburguesa con queso),
nos apoyamos mutuamente en los momentos duros, etc.
El punto que quiero transmitir es que necesitas desarrollar una atmósfera que
facilite la creación del hábito y te aleje de la tentación de volver atrás. Por ejemplo,
conozco personas que botaron a la basura las tarjetas de crédito para poder salir
de deudas; otros van a dormir con su ropa de correr para estar listos al
despertarse y salir a hacer ejercicio a primera hora.

Espero que estas 6 claves te ayuden a desarrollar hábitos positivos en tu vida que
te lleven al éxito. Recuerda que el agua, gota a gota, rompe la roca. Tus hábitos,
día a día, definirán tu destino.

En Productividad un hábito suele estar orientado a sólo una cosa: actuar. La


necesidad de un nuevo hábito surge a su vez por la necesidad de cambio cuando
nosotros mismos comprobamos que hay “algo que no está funcionando”. (De ahí
parte la Motivación de la que hablaré otro día.)
Generalmente es algo que hemos detectado que zancadillea nuestro rendimiento:
frecuentes despistes, incapacidad para concentrarnos, nuestra tendencia a
mezclar lo importante con lo trivial, etc. En este artículo no me quiero centrar en el
motivo para desarrollar el nuevo hábito sino en cómo ponerlo en práctica y sobre
todo en cómo convertirlo en algo duradero.

Todos estamos preparados para un cambio pero no todos logramos cambiar. El


modo en el que desarrolles y practiques ese nuevo hábito determinará tu éxito.

Todos en algún momento de nuestra vida hemos formulado resoluciones del tipo
“voy a adelgazar, pienso ir al gimnasio todos los días”, o similares. Nos fijamos un
gran objetivo, un cambio para el que por lo general sí estamos preparados
pero no para hacerlo de cualquier manera.
En Productividad ocurre exactamente lo mismo e incluso es todavía más
acentuado. Las bravuconadas, los “ya verás esta semana” o intentar drásticos y
violentos cambios… simplemente no funcionan. Y aunque aparentemente sí lo
hagan, será sólo a muy corto plazo, nunca a la larga. Yo puedo forzar hoy,
mañana y hasta pasado ciertas rutinas productivas, pero serán gestos
antinaturales y artificiales que terminarán por desaparecer.
Todos estamos preparados para un cambio pero no todos logramos cambiar. El
modo en el que desarrolles ese hábito determinará tu éxito.

Se cambia de verdad cuando esos gestos productivos surgen de forma instintitva,


espontánea o, al menos, provocados con un menor esfuerzo. ¿Cómo por tanto
conseguir eso? Desde luego es un tema muy complejo para desarrollarlo en un
único artículo pero me voy a atrever a concentrarlo en tres pasos:

1Un solo cambio a la vez, pequeño y sencillo


Uno de los mayores errores que cometí en Productividad fue el de intentar
demasiados cambios a la vez. El “yo soy capaz” y “ya verás” son loables y
necesarios, hay que tener motivación y recordarte con frecuencia el porqué del
cambio. Pero es imprescindible que contengamos nuestros caballos, que
refrenemos nuestro entusiasmo y que no nos lancemos a cambiar a lo loco y en
todas las direcciones.
Es esencial intentar sólo un cambio a la vez. Lo que ya es un notable reto de por
sí. Además, hay que proponerse cambios muy pequeños y muy sencillos pero
repetirlos cada día. Yo diría que debemos marcarnos micro cambios. Fíjate un
minúsculo cambio en tu rutina productiva que puedas llevar a cabo. Algo como
(ojo, sólo son ejemplos):
 No voy a entrar en Facebook hasta haber terminado la primera Tarea Clave del
día.

 Cuando esté trabajando quitaré todos los notificadores, avisadores de actividad y


aplicaciones en segundo plano.

 Voy fijar un momento y tiempo límite-máximo para feeds y blogs.

 No voy a tener el Email permanentemente abierto.

 Voy a hacer descansos regulares entre tarea y tarea

 En lugar de abrir el Email a primera hora empezaré a trabajar con la Tarea Clave
que tenía planificada.

2Fíjate cambios concretos que puedas medir y palpar


Otro de los errores que cometí en el pasado fue el de proponerme cambios
demasiado intangibles o poco concretos. El “ya verás, esta mañana voy a ser
productivo de verdad” está muy bien como inspiración y punto de partida pero para
lograr cambios duraderos tienes que fijarte retos muy concretos, muy
palpables que fácilmente puedas medir y decir: “lo he conseguido” o “no lo he
conseguido”.
En todos los casos esos cambios supondrán hacer o no hacer algo, esto es,
requerirán de una acción. Además, el fijar objetivos concretos te permitirá dos
cosas:
 Evaluar tus progresos con avances (o retrocesos) reales y tangibles.

 Saborear y felicitarte por cada avance: tú lo verás hecho y serás el primer


beneficiado.

Recuerda algo muy importante: todo aquello que no se ejercita se pierde.

3Repite y repite con regularidad diaria y constante


Al hábito se llega por la rutina y a la rutina por la repetición. Para hacer crecer un
hábito de forma duradera y sólida es imprescindible ser constante y persistente.
En general tendemos a abandonar algo con la misma rapidez con la que nos
entusiasmamos. En el terreno de los cambios productivos esto está mucho más
presente y firmes y bienintencionados propósitos se vienen abajo en muchos
casos por la falta de constancia.

Ser regular no es fácil, requiere motivación, disciplina y la iniciativa de querer


hacer las cosas. Pero el hecho de fijarte cambios muy pequeños y cambios que
además tú mismo puedas palpar y ver realizados, será determinante a la hora de
facilitar esa repetición tan necesaria a la hora de crear rutinas productivas.
Recuerda algo muy importante: todo aquello que no se ejercita se pierde.

Las 3 Reglas Para Lograr Un Nuevo Hábito Saludable En Tu Vida

Todos los juegos tienen reglas que hay que seguir y conocer estas reglas es
fundamental para poder ganar. Lo mismo pasa con los hábitos: si sabemos
algunas de las reglas, el cambio aún es más fácil.
Por ejemplo, cuando era pequeña, me encantaba un juego que inventamos en la
escuela, se llamaba: “la pared”. Simplemente porque se necesitaba una pared
para jugar. La regla era muy clara: no dejes caer la pelota. Era un juego muy
simple, pero para poder ganar teníamos que jugar todos-los-días.

Cualquier cambio en nuestra vida, es como comenzar a jugar a un nuevo juego,


porque también tiene algunas reglas muy simples, y es importante conocerlas para
poder ganar ¿quieres saber cuáles son?…

Siempre ten una pequeña lista de metas para alcanzar; cuando completes una,
continúa con la siguiente.

¡Los recreos eran tan divertidos gracias a este juego de la pared!

Como la pared era muy angosta nos turnábamos. Primero iba un equipo y luego el
otro (aunque como cualquier juego inventado tenía sus variables) pero en general
se trataba de lo siguiente:

Cuando iniciaba el partido los jugadores tenían que estar frente a la pared y
quedarse listos para empujar la pelota, la cual rebotaba en la pared.

Todos los jugadores de ese equipo se alternaban para empujarla contra la pared y
así sucesivamente.

El equipo ganador era aquel que lograba el mayor numero de rebotes contra la
pared sin dejar caer la pelota al suelo. Al principio era complicado ganar, pero
invirtiendo más recreos jugando, podías pasar horas y horas sin dejar caer la
pelota.

Algo similar sucede con los hábitos.

Iniciar un cambio parece complicado, pero esto es sólo al principio porque


después, conforme pasa el tiempo, el proceso se vuelve cada vez más fácil y
divertido.

Así que relájate porque en poco tiempo, podrás incorporar más y mejores hábitos
en tu vida, sólo diviértete, disfruta y aprende de este cambio positivo que estás por
lograr.

Las siguientes reglas resuelven algunas de las preguntas más frecuentes que
existen al iniciar un nuevo hábito y te guían en este nuevo juego que estás por
comenzar.

¿Cuántos Hábitos Puedo Incorporar A La Vez?

Creo que no hay una respuesta única para todo el mundo…


¿Por qué?

Porque incorporar un hábito es una habilidad que se desarrolla con el tiempo,


cada persona tiene habilidades diferentes y además cada hábito puede ser más
simple o más complejo que otro.

Es probable que en un principio pueda tomarte más tiempo y dedicación formar un


nuevo hábito, pero conforme pasa el tiempo el proceso de formar nuevos hábitos
se vuelve más rápido y fácil.

El hábito de formar el hábito se aprende con el tiempo

Y esto sólo se logra empezando, lo que nos lleva a la primera regla.

Primer Regla: Empieza Con Una Meta A La Vez

Como acabas de leer, cada uno tenemos diferentes habilidades, por eso tal vez
para algunas personas un mismo hábito puede ser poco más complicado,
mientras que para otras personas puede ser mucho más fácil.

Esto ocurre porque además de que el hábito es una habilidad


desarrollada, también depende de la magnitud de los hábitos que se estén
incorporando.

Habrá algunas metas que no requieran demasiado esfuerzo pero, por el contrario,
habrá algunas otras que sean todo un reto personal.

Por ejemplo, salir a correr cada mañana puede parecer que llevará mucho más
esfuerzo que la construcción de un pequeño hábito como lavarse los dientes, ya
que correr requiere de más energía (física y mental).

Un primer hábito representa una nueva meta por cumplir en tu vida y es


importante concentrarse sólo en una meta, sobre todo al inicio.

Es decir, siempre es mejor empezar con un solo hábito y ver el avance con este
hábito.

Algunas veces nos sentimos muy motivados para mejor nuestra vida. Esta dosis
de motivación extra nos impulsa a proponernos muchas metas al mismo tiempo,
tratamos de hacer muchos cambios a la vez.

Al principio parece que sí somos capaces pero desafortunadamente es muy


probable que renunciemos al poco tiempo a todos estos cambios.

Empieza con un solo hábito y evalúa tu avance


Si no logras ser constante con un hábito será necesario seguir repitiendo esa
acción hasta que la domines. Todo se reduce en probar y monitorear tus avances.

Segunda Regla: Registra Tu Avance Diario (Incluso Si Fallas)

La única forma de lograr incorporar un hábito es repetir la acción tantas veces


hasta que se vuelva automática. Para lograr esto se requiere de constancia.

El problema empieza cuando a veces no somos capaces de recordar si hemos


sido constantes o no.

Los humanos tendemos a maximizar las acciones positivas que realizamos y a


minimizar las negativas. Buscamos cambiar el hilo de las historias de forma más
familiar y coherente para nosotros mismos. Esto quiere decir que nuestro cerebro
nos engaña, lo que hace que no seamos objetivos para recordar y mucho menos
para evaluarnos a nosotros mismos.

Por esta misma razón todos los partidos y juegos del mundo registran la
puntuación en marcadores.

Para formar hábitos nuevos ocurre lo mismo. Es sumamente importante llevar un


registro por escrito sobre el tiempo. Sobre todo porque nuestra memoria no es tan
precisa como creemos. Además, cuando pasa el tiempo, los recuerdos que
tenemos de determinada situación se hacen cada vez más borrosos.

La única forma de ser constante es midiendo tus avances por escrito con una
cadena de metas.

Una cadena de metas, tiene el único objetivo de no romper la cadena de aciertos


(días cumplidos). Esto quiere decir, acumular la mayor cantidad de días realizando
tu meta, para que entonces sea más rápido incorporar el hábito.

Para saber si debes incorporar un nuevo hábito en tu vida o esperar un poco más,
tienes que saber la tercera regla:

Tercer Regla: Evalúate Cada 21 Días

Si durante este tiempo no has roto la cadena (has cumplido todos los días con
esa meta), pero sobre todo si tú consideras que ya no te genera mucho
esfuerzo esa acción, es el momento de incorporar una nueva o de aumentar la
intensidad de esta acción.

Pero si, por el contrario, después de 21 días aún te genera un esfuerzo (no has
logrado realizarlo de manera continua), quiere decir que aún no estás listo para
incorporar un nuevo hábito. Espera otros 21 días para volverte a evaluar.
Un nuevo hábito o aumentar la intensidad del primero, significa una nueva
meta. Por ejemplo:

 Si estoy corriendo 10 minutos diarios, y mi nueva meta específica tiene que


ser aumentar a 20 minutos.
 Si estoy comiendo 1 pieza de fruta al día, aumentar además 1 porción de
verduras en la cena.

Pero, ¿por qué 21 días?

Al parecer la primera persona que habló sobre los 21 días fue el doctor Maxwell
Maltz en su libro, que en 1960 fue todo un éxito (1). Él se dio cuenta que sus
pacientes tardaban 21 días para dejar de sentir la conocida “sensación fantasma”
después de la amputación de una extremidad. Encontré este documental que
describe bien el punto.

Esta teoría NO es la verdad absoluta, como dije cada persona es diferente y por
eso es importante evaluarte a ti mismo para saber cuándo estás preparado para
incorporar un nuevo hábito.

Los 21 días eran solo una estimación de adaptación a un cambio, pero no siempre
se logra incorporar un hábito durante este tiempo.

Por eso es importante usar únicamente esos 21 días como parámetro para re-
evaluarnos y ver si estamos listos para incorporar un nuevo hábito, o simplemente
necesitamos más tiempo.

Estoy segura que la siguiente pregunta está pasando por tu mente…

¿Cuánto Tiempo Tarda En Formarse Un Hábito?

Lamento decirte que tampoco existe una sola respuesta.

Un estudio reciente intentó investigar de forma objetiva cuánto tiempo en realidad


se necesita para formar un nuevo hábito.

Para descubrirlo se examinaron los hábitos de 96 personas durante un período de


12 semanas. Cada participante eligió un hábito (desde tomar agua hasta correr
por las mañanas). Durante el experimento los participantes tenían que medir su
avance por escrito (usaron una cadena de metas). De esta forma pudieron
verificar si habían cumplido con el hábito de su elección, o por el contrario no
habían cumplido.

Los resultados mostraron que, en promedio, se requieren 66 días para que el


esfuerzo en realizar una actividad disminuya.
En otras palabras, la acción se había convertido en lo más parecido a un hábito
después de 66 días de repetición continua (2).

Pero esto no es una verdad absoluta. Hubo una marcada variación en el tiempo
que les tomó a los participantes en formar un nuevo hábito, algunos lo lograron
incluso en 18 días, mientras que otros requirieron mucho más tiempo.

Como era de esperar, algunos hábitos eran más sencillos de incorporar que otros.
Por ejemplo: beber un vaso de agua al despertar se convirtió en un hábito muy
rápido; en cambio, hacer 50 abdominales por la mañana tardó más tiempo.

Los investigadores también observaron algo muy interesante:

Faltar un solo día a ese hábito no alteraba la formación del hábito (siempre y
cuando se retomará inmediatamente).

La repetición es la clave para formar un hábito nuevo

Ahora ya sabes que, cuando empiezas con un nuevo hábito, puedes usar los
primeros 21 días para evaluarte.

Si, después de ese tiempo, aún no estás listo para incorporar un nuevo hábito, no
hay que entrar en pánico. Sólo necesitas un poco más de tiempo para volverte a
evaluar.

Si eres consistente con la acción, se formará un hábito nuevo (garantizado).

Además es probable que en este proceso empieces a conocerte mejor a ti mismo


y descubras algunas estrategias personales que se adaptan perfectamente a tus
necesidades y habilidades.

Recuerda que para ganar el juego de la pared es necesario no dejar caer la pelota
al suelo y además divertirte también en el recreo…

Lo mismo pasa con el cambio de hábitos ¡Diviértete en el proceso!

Cuéntame de ti, ¿qué hábito empezarás a incorporar en tu vida?

¿Cuánto tiempo toma crear un hábito?


Por lo general, cuando se habla de crear un hábito, se dice que debes ejercitarlo
durante determinado tiempo; es decir, que requieres hacer la misma cosa todos
los días hasta que se convierta en una costumbre. Sin embargo, también se sabe
que si dejas de hacerlo en más de una ocasión, no podrás establecerlo.
Cuando deseas crear un hábito nuevo, y más aún si deseas cambiar un mal
hábito, como hacer ejercicio o alimentarte correctamente, se requiere un poco de
disciplina y compromiso, pero no casi tanto como hacer un cambio permanente.
Toda privación que se percibe es sólo temporal, por lo que es necesario fijarse
metas a corto plazo.
Al menos eso era lo que se pensaba anteriormente, ya que se consideraba que
para crear un hábito se necesitaban solo 21 días, tal como el beber más vasos de
agua. Sin embargo, esta máxima está basada en un libro publicado en 1960 por el
cirujano plástico Maxwell Maltz.
En su libro, el especialista cuenta que a ciertos pacientes amputados les tomó, en
promedio, 21 días para adaptarse a la pérdida de una extremidad, por lo que
argumenta que las personas toman ese número de días para adaptarse a los
cambios importantes de la vida.
Sin embargo, debido a que los hábitos de alimentación o ejercicio se relacionan
principalmente con las características sociales, económicas y culturales de una
población e incluso de la familia, reprogramar toda una vida con o sin ciertos
hábitos pudiera tomar un poco más de tiempo.
De acuerdo con investigadores del University College de Londres, crear un hábito,
como hacer ejercicio o alimentarse de manera más saludable, puede tomar
alrededor de 66 días, periodo que permite fijarlo y mantenerlo por muchos años.
A partir de ese momento, el hábito adquiere cierto automatismo, y no hace falta
voluntad, ni tan siquiera pensar en ello intencionadamente, para poder repetir
dicho comportamiento, explica Jane Wardle, coautora del estudio que se publicaba
en la revista European Journal of Social Psychology.
Lo que este estudio revela es que cuando queremos desarrollar un hábito
relativamente simple, como comer un pedazo de fruta cada día o tomar un paseo
de 10 minutos, nos puede llevar más de dos meses de repeticiones diarias antes
de que el comportamiento se vuelve un hábito.
Por el contrario, la omisión de un solo día no es perjudicial en el largo plazo, son
esas repeticiones tempranas las que nos dan el mayor aumento en automaticidad
para establecerlo.
Fomentar buenas costumbres relacionadas con la alimentación y el ejercicio es
una tarea de todos los días. Con solo 21 o 28 días, como se pensaba hasta ahora,
las neuronas no asimilan lo suficiente un determinado comportamiento, por lo que
es fácil abandonarlo. Si bien cambiar o crear un hábito nuevo es posible, sí
requiere de disciplina y constancia.

Cómo crear hábitos para conseguir objetivos


Decía Churchill que “El éxito es la habilidad de ir de fracaso a fracaso sin perder el
entusiasmo” es una buena definición que nos ayuda con la idea de cómo crear
hábitos. Tú lo sabes, conseguir objetivos cuesta, vencer a la inercia no es tarea
fácil. Por eso Churchill dice “de ir de fracaso en fracaso”, porque aquel o aquella
que quiera crear hábitos tendrá que conocer varios fracasos y algunos éxitos. En
este artículo encontrarás algunas claves para crear hábitos.

CÓMO CREAR HÁBITOS PARA CONSEGUIR OBJETIVOS

Crear hábitos va a ser fundamental si quieres empezar a cambiar algo en tu vida


profesional o personal. Si cada año consiguieras crear tan sólo dos hábitos tu vida
mejoraría exponencialmente. Antes de nada tienes que saber ¿Qué quieres
conseguir?, definir bien tus objetivos.

Una de las costumbres más sanas que considero haber adquirido con el paso de
los años es la meditación diaria. Tomar quince o veinte minutos al comienzo del
día para la meditación y visualización, es una práctica que me reporta múltiples
beneficios (especialmente contra el estrés), desde un mayor bienestar y equilibrio
interior hasta una mayor capacidad de focalización a la hora de conseguir mis
objetivos.

Conseguir ser constante no fue fácil, sobre todo al comienzo, cuando la


meditación no figuraba todavía entre mis prioridades. Sin embargo, con el paso del
tiempo, esta práctica se convirtió́ en una necesidad, que echo de menos cuando
por algún motivo no puedo practicarla (aunque tengo que confesar que hay días
que me cuesta horrores, e incluso me duermo haciéndolo). Aquí me gusta mucho
la filosofía de Rafa Nadal con el entrenamiento “si un día no entrenas por algún
motivo importante, pase. Pero que no sean dos”. Con los años he aprendido a ser
flexible conmigo mismo (be flexible my friend)

Particularmente, algo parecido me ha ocurrido siempre que he querido crear un


habito en mi vida, al principio dificultad y sacrificio, pero con el tiempo: satisfacción
y mejora. De esta forma he conseguido meter dentro de mi ADN algunas
costumbres muy beneficiosas. Una de las que mi mujer y yo estamos más
orgullosos es la de cenar al menos cuatro días a la semana yogurt y fruta. Elimina
algunos miles de calorías de nuestra dieta semanal.
Algunas personas te dirán “¿pero cómo puedes…? sin embargo, lo mejor de todo
cuando creas un hábito es que te cuesta más no hacerlo que hacerlo. Los fines de
semana me cuesta más no ir a correr nada más despertarme que quedarme en la
cama, de esta forma no fallo. Mi cuerpo (y mi mente) se han acostumbrado y lo
necesitan.

Suele ocurrir que, al principio de querer conseguir crear un habito, nos cueste
mucho ponernos manos a la obra e incluso lo dejemos de realizar a los pocos días
de comenzar. Esto es habitual. Sin embargo, la fuerza del hábito, es muchas
veces tan fuerte que a los pocos días de practicar, si el hábito está alineado con
tus valores, no podrás dejarlo de practicar.

Para crear un hábito hay que conseguir vencer una inercia importante, por este
motivo muchas personas dicen aquello de los 21 días. Tengo que afirmar que lo
considero una norma inutil. Porque si algo no te gusta ni te apasiona, por mucho
que lo hagas 21 días seguirá siendo una pérdida de tiempo. Tienes que estar muy
alineado con la idea del hábito que quieres crear, tienes que encontrar sentido a lo
que haces.

“En realidad, solo podemos crear hábitos, con aquellos objetivos con los que
estemos alineados”

Hoy en día te sientes comprometido con algo, estoy seguro de ello. A nivel
personal:

 Te gustaría mejorar tu salud en algún aspecto.


 Mejorar tu capacidad de establecer relaciones.
 Conseguir algún reto importante en tu vida.
 Mejorar tu situación financiera
 Te gustaría tener más equilibrio y paz en tu vida

O a nivel profesional:

 Te gustaría ser más eficaz con tu trabajo.


 Aprender algún idioma.
 Mejorar la gestión de tu tiempo.
 Incrementar los resultados comerciales.
 Profesionalizar tu empresa, departamento…
Todo lo puedes conseguir si estás comprometido con la idea, y si creas hábitos
para ello. Dice RobinSharma que “la repetición es la madre de todo aprendizaje”.

Por lo tanto, si quieres dejar de cometer auto sabotaje y conseguir tus objetivos,
tienes que empezar a crear hábitos que para ti sean valiosos y significativos. Crear
un hábito es como utilizar un nuevo músculo en tu cuerpo que hasta ahora no
utilizabas demasiado. El primer día será́ extraño ejercitar este músculo, te
parecerá́ raro y además, tendrás agujetas al dia ́ siguiente. Pero a medida que lo
ejercites, el músculo tomará fuerza y será́ para ti tan significativo como todos los
demás.

Que tengas un gran día, empieza hoy con tus hábitos, da ese pequeño paso que
marca la diferencia entre no hacer nada y conseguir tus metas

¿Qué hábitos has conseguido a lo largo de tu vida? Puedes añadirlos a


comentarios.
Keepwalking

Creación De Hábitos Exitosos

Es muy seguro que los hábitos que tengamos en determinado instante, definan en
gran medida los resultados que obtengamos en la vida. Si somos ricos, pobres,
negativos, optimistas, ingenieros, proactivos o perezosos, es porque tenemos
ciertos hábitos que programan la manera como nuestra vida se desarrolla a través
del tiempo.

Esto nos lleva de inmediato a pensar, que lo contrario también es cierto. Si


tenemos ciertos objetivos por lograr, cierto estilo de vida deseado, y ciertos éxitos
por alcanzar, crear los hábitos correspondientes harán que lleguemos a esos
deseos mucho más rápidamente.

La cuestión se resume entonces en 2 retos principales:

1. Qué Hábitos Debemos Crear

2. Cómo Crear Dichos Hábitos

Y es justo de lo que hablaremos hoy, de los buenos hábitos. De los hábitos que
nos llevarán al éxito inevitablemente. Por supuesto, existe una enorme lista de
hábitos positivos que podemos crear en nuestra vida, y no todos sirven para todo
el mundo.
Es muy difícil que yo te diga qué hábitos crear para alcanzar ciertos triunfos en tu
vida, pues no conozco en lo más mínimo tus deseos, aspiraciones, frustraciones y
dificultades.

Es por esta razón, que debes ser tú mismo quien defina qué hábitos crear para
efectivamente avanzar en tu camino a la cima.

Sin embargo, un buen conjunto de parámetros que debes tener en cuenta a la


hora de definir un hábito a estructurar e implantar en tu vida, es el siguiente:

 Tu nuevo hábito debe ajustarse a tu estilo de vida

 Tu nuevo hábito debe ser positivo y no negativo

 Tu nuevo hábito debe reforzar alguna cualidad o habilidad tuya

 Tu nuevo hábito debe poder ser integrable de manera progresiva

 Tu nuevo hábito no puede ir en contra de los deseos de nadie

 … y lo más importante, tu nuevo hábito debe acercarte a tus metas

Y existe una gran ventaja con respecto a los buenos hábitos, que pocas personas
conocen… Robert Puller lo dijo de una excelente manera:

“Los buenos hábitos, una vez se establecen, son tan difíciles de eliminar como los
malos hábitos”. Robert Puller

Así que luego de tener claro exactamente aquello que deseas implantar en tu vida
debes saber que si lo haces bien, las probabilidades de volver a tu vieja vida,
serán pocas.

Sin embargo, esto nos lleva a cuestionarnos sobre “Cómo Hacerlo Bien” en
términos de creación e implantación de hábitos. Y es justamente eso lo que te
explico a continuación.

3 Pasos Para Crear Un Nuevo Hábito

La creación de un buen hábito no se da de la noche a la mañana. Lo primero que


hay que considerar es que se requiere bastante constancia y que serán
necesarios al menos unos 30 días (Hecho científico que mencionamos en el Reto
de los 30 Días).

1 Paso: Compromiso

El primer paso para crear un nuevo hábito positivo, es comprometerte con ello. Es
decir, poner toda tu fe, empeño, esfuerzo y alma en ello.

No será suficiente con que digas “Voy a hacer ejercicio todas las mañanas”.
Deberás tener claro que si bien podrán haber cosas para hacer en las mañanas,
deberás tener la fuerza de voluntad suficiente como para postergarlas y actuar en
lo que has definido como tu hábito.

El problema con la creación de hábitos en la mayoría de las personas es el


compromiso. Ellos se dejan llevar por tantas otras cosas innecesarias que
terminan postergando sus hábitos, y con ello, su éxito.

Es indispensable que hagas de tu nuevo hábito, LO MÁS IMPORTANTE QUE


TIENES QUE HACER. Y que cualquier otra cosa que debas hacer en el mismo
tiempo, pueda ser desplazada por su prioridad inferior.

El compromiso también requerirá que te recuerdes a ti mismo todo el tiempo que


estás dispuesto a actuar sin reservas camino a tus metas. En ocasiones imprimir
un papel y pegarlo en la pared es suficiente. A veces cuando las personas nos
pregunten por ese compromiso, activa nuestro cerebro y alimenta nuestras
neuronas como para evitar que lo olvidemos.

2 Paso: Seguimiento

Luego de estar totalmente comprometido con tu nuevo hábito, y que hasta muchas
personas lo sepan, será necesario hacer seguimiento.

Hace poco leía un artículo sobre Por qué las personas no adelgazan cuando se lo
proponen. Y comentaban que la razón principal, es que ellos creen que el proceso
será algo temporal, un camino con un final.

Ellos desconocen que vivir un estilo de vida sano y contar con un metabolismo
atlético, es un proceso que nunca terminan. Entonces luego se plantean metas
tales como: “Quiero adelgazar 10 kilos”. Y muchos lo logran, pero luego de eso,
creen que todo ya terminó y vuelven al mismo estado de antes… o peor.
Por lo tanto, tu camino al éxito requerirá que tus nuevos hábitos no sean
temporales (a menos que quieras que así mismo sea tu éxito). Y para esto, lo
mejor es realizar un gran seguimiento, ya sea escrito en papel, o en un programa
de computadora.

Es algo tan simple como anotar la cantidad de veces que de hecho estás
realizando las nuevas actividades o cumpliendo con tu compromiso. En el caso del
ejercicio, puede consistir de simplemente anotar todos los días en que sales.

Y luego de esto, darte cuenta las veces que no pudiste cumplir, cuáles fueron los
motivos. Para al final del mes hacer un compendio y efectivamente buscar
soluciones proactivas al problema.

3 Paso: Práctica

Este paso es uno que no puede faltar en nada que tenga que ver con el éxito. Si
no practicas y refinas tus habilidades, no te convertirás en una mejor persona.
Garantizado.

Para mejorar tus habilidades y reforzar tus nuevos hábitos en tu cerebro (hasta
que éstos se vuelvan automáticos) será necesario practicar y repetir.

El viejo adagio dice: “La repetición es la madre del aprendizaje”. Y en cuestiones


de hábitos, ésto no podría ser más cierto.

Sea lo que sea en que estés comprometido, deberás poder actuar constantemente
y con persistencia durante un buen tiempo para auto-transformarte y convertirte en
la persona que quieres ser.

Generalmente los campeones han convertido los hábitos de éxito en algo


totalmente automático. Algunos deportistas olímpicos pasan hasta 10 años
practicando todos los días hasta el momento de la competencia. ¡De ese tipo de
práctica te estoy hablando!

Será imposible que conviertas la felicidad y la plenitud en un estilo de vida, sin la


práctica. Y yo sé que es fácil que nos desviemos por momentos, o que nos
olvidemos de llevar a cabo nuestras actividades necesarias.

Sin embargo, nadie dijo que fuera fácil. Lo que sí es cierto, es que no es
imposible. Lo importante es que las enseñanzas de este artículo las tengas claras
hoy, y dentro de algún tiempo.
Algunos Ejemplos De Grandes Hábitos

Hasta ahora sabes cómo definir los hábitos que te llevarán al éxito, y cómo
implantarlos en tu vida correctamente. Pero si quieres más, aquí hay una lista con
ejemplos de grandes hábitos que puedes implantar en tu vida.

Podría haber algunos mejores, podrían sobrar otros. Como te digo, en tu caso
aplica lo que te sirva.

 Practicar deporte, caminar, tener un hobbies que incluya actividad física

 Dejar de ver malas noticias (leer periódicos, ver noticieros y televisión en general)

 Alimentarte con información positiva y optimista

 Leer cada día algo nuevo

 Escribir cada día

 Tener una lista de actividades diaria e ir tachando lo realizado

 Llevar el registro de TODO el dinero que se mueve en tu vida, tanto el que gastas
como el que ganas

 Tener una lista de objetivos para el mes

 Levantarte más temprano y aprovechar el tiempo adicional

 Empezar a reducir las quejas y las justificaciones

 Dejar de lado el emocionalismo y buscar la objetividad en todo momento

 Cuestionarse todo un poco más. Dejar de aceptar todo tal y como es y


preguntarse ¿Por qué estoy haciendo esto?

 Aplicar el autoanálisis en la vida diaria, dejar de vivir en automático y reorganizar


el diálogo interno

 Meditar todos los días

 Realizar un seguimiento diario de los planes y objetivos que tienes en mente

 Buscar la manera de mejorar cada día un aspecto de tu vida


 Premiarte cada vez que alcances un buen logro

 Detectar las cosas innecesarias que hay en tu vida, y deshacerte de ellas (aplica
tanto para lo físico, como para lo mental) O en otras palabras, volverte minimalista

 Hablar todos los días con una persona diferente

 Tomarse descansos más de seguido

 Determinar un ciclo de sueño específico (monofásico, bifásico, polifásico… etc) y


cumplirlo a cabalidad

 Llevar a cabo una nutrición balanceada y de igual manera que con el sueño,
cumplir a cabalidad

 Hacer del Desarrollo Personal una prioridad

 Priorizar tus cosas en la vida, por encima de las de los demás

 Ser proactivo, liderar y alcanzar grandes niveles de creatividad

 …etc.

Así que ahí lo tienes, el proceso de creación de hábitos nunca fue tan claro y
sencillo de llevar a cabo. Lo único que falta es que te levantes y empieces a
actuar. Pero hazlo HOY, no mañana, y verás en un tiempo los grandiosos
resultados 🙂

Finalmente, recuerda que estos nuevos hábitos deben llevarte cada vez más cerca
de TUS metas. No las de otros. Así que cada que te determines a crear un nuevo
hábito, haz que tus sueños estén atados a éstos, y de esta manera serás mucho
más feliz luego de un tiempo.

Cómo Crear Hábitos Que Te Lleven Al Éxito Personal Fácilmente

Construir y crear hábitos, sin importar qué tanto la gente diga lo contrario, es fácil.
Las personas usualmente te dirán que es complicado crear nuevos hábitos que
contribuyan con tu éxito, pero esto no tiene por qué ser así.

Realmente en ocasiones tendemos a dificultar las cosas más de lo que realmente


son, y terminamos por ver una realidad que no existe.
Crear hábitos es tan fácil como hacer algo una vez, repetirlo en otra ocasión, y
seguirlo repitiendo hasta que se convierta en algo automático.

Ahora bien, es muy simple y tan fácil, que muchas personas no creen que pueda
ser así, de hecho es tan simple que una persona fracasada económicamente
puede acoger la abundancia en 6 meses o menos, con tan sólo implantar hábitos
de éxito.

Lo anterior, puedo afirmarlo por conceptos como los que imparte T. HarvEker y por
entrenamientos que conozco para este tipo de problemas. Normalmente, cambiar
nuestra vida y mejorar totalmente, no toma más que unos pocos meses.

¿Y cómo lograr estos cambios? Simplemente con base en la repetición enfocada.

Quizás lo más importante aquí, es que para crear un hábito, hay que actuar una
vez, y luego repetir. Pero muchas personas ni siquiera viven esa primera vez.
Es decir, si quieres adelgazar y adquirir el hábito de comer saludable, llegará un
momento en el que quieras excederte consumiendo comida chatarra… la clave
está entonces, en abstenerse de seguir tus impulsos, por primera vez.

El hábito exitoso finalmente será el de comer sano. Pero nunca podrás crearlo, si
no tomas acción 1 VEZ. Hay quienes dicen que el primer paso, es la mitad del
camino. Y esto no podría ser menos cierto para la generación de hábitos
orientados al éxito total.

Básicamente, un comportamiento es una manera de reaccionar a cierta


eventualidad, de determinada manera. O en otras palabras, un hábito de reacción.

¿Cómo adquirimos hábitos comportamentales? Simplemente, a través de la


repetición, desde pequeños y con mucha, pero mucha paciencia (cosa que ni
notamos, dado que todo se produce a nivel subconsciente).

Al final, terminamos programados totalmente en nuestro interior para reaccionar


de cierta manera, y lo hacemos de forma totalmente automática.

Así que, ¿Cómo crear hábitos para el éxito? O en términos negativos ¿Cómo
liberarnos de aquellos hábitos destructivos y mejorar nuestras vidas? Simple.
Hackeando la manera como generas tus comportamientos de vida.
Si estás acostumbrado a generar comportamientos a través de la creación
repetitiva de hábitos, la manera de hackear el proceso es simplemente generando
hábitos que tú mismo desees conscientemente.

Y es a este punto al que quería llegar: Para crear y construir hábitos de éxito de
forma automática, lo ideal es encontrar un evento disparador. Dicho evento, debe
estar ligado con el comportamiento del hábito a crear.

Por ejemplo, si quieres ir al gimnasio todos los días, entonces define una hora
específica, digamos: las 8:00 a.m.

Si te levantas a las 6:30 a.m. y terminas de hacer tus cosas a las 7:00 a.m. estarás
pendiente del horario para efectivamente cumplir con la asistencia. Una buena
manera es asistir a un gimnasio que solo abra en las mañanas.

Tendrás un evento que disparará la necesidad por actuar, y luego de hacerlo la


primera vez, sólo restará repetirlo unos cuantos días. Fácilmente en unas dos
semanas, estarás predispuesto automáticamente para ejercitarte y estar más
saludable, sin mayor esfuerzo.

Ahora bien, lo mismo pasa con los hábitos negativos. Si un día dejas de ir porque
hubo lluvia, sencillamente NO debes dejar, que pase de nuevo.

Porque si permites que un nuevo comportamiento se vuelva repetitivo, se formará


en su lugar un nuevo hábito, quizás uno tan destructivo, como dejar de ir al
gimnasio y volver a engordar 🙂

Por supuesto que hay más ejemplos, pero con esto creo que tienes idea de lo que
quiero comunicarte en este artículo, básicamente piensa en el hábito que deseas
crear, y enfócate entonces, en el evento disparador que te motivará a actuar, tanto
la primera vez, como las siguientes repeticiones constantes que realices.
Los hábitos son comportamientos en los que nos involucramos de forma rutinaria y
en repetidas ocasiones, sin los cuales sería muy difícil realizar muchas de
las tareas que hacemos a diario. De hecho, si somos eficientes en la realización de
tareas complejas, es porque las aprendimos y las internalizamos, lo cual nos
permite realizarlas sin pensar.

Hablar, caminar, escribir, conducir o tocar un instrumento, por ejemplo, son algunas
habilidades que ahora están arraigadas en nuestro sistema.

Nuestro cerebro no tiene que pensar para ejecutarlas, por lo que somos capaces de
llevarlas a cabo rutinariamente, sin esfuerzo consciente. Por lo tanto, podemos
concluir que los hábitos son muy útiles para nosotros.
Sin embargo, hay hábitos que hemos formado que no son tan productivos y que se
consideran malos. Es el caso de la costumbre de morderse las uñas, los tics
faciales o el movimiento incontrolado de los pies mientras se espera, por
ejemplo. Estos hábitos pueden ser muy molestos y desagradables para otros en
situaciones sociales.
Hábitos como regañar, criticar, la búsqueda de atención en los demás o la
manipulación también se pueden considerarse molestos. Al igual que ocurre con los
hábitos que nos ayudan positivamente en las tareas habituales del día a día,
también nos involucramos en estas actividades negativas sin hacer ningún esfuerzo
consciente; las cuales, en vez de ayudarnos, pueden volverse contra nosotros. Por
lo tanto, es importante romper estos malos hábitos para mejorar las conexiones
interpersonales, las etiquetas sociales y nuestro crecimiento personal.

¿Cómo eliminar los malos hábitos? Pasó a paso

Los hábitos son comportamientos aprendidos a base de dedicación extrema,


persistencia y conciencia.
Cuanto más nos involucramos en nuestros hábitos, más se arraigan y se ven
reforzados en nuestro sistema. Sin embargo, cada vez que intentamos hacer algo
diferente a lo que son nuestros hábitos, estos tienden a debilitarse y el nuevo
comportamiento alternativo se fortalece gradualmente con el uso repetido.
Un hábito de ruptura implica un enfoque paso a paso. Gillian Butler y Tony Hope
proponen un sistema en seis pasos para romper los malos hábitos. Son los
siguientes:

1. Decide cambiar

2. Sé consciente de todos los detalles relacionados con ese mal hábito

3. Diseña estrategias para ayudar a detener el hábito

4. Reemplaza el hábito con una conducta alternativa

5. Persiste en ser consistente y hacer el seguimiento del progreso

6. Aprende a manejar los lapsos


A continuación veremos cómo desarrollar estos pasos uno a uno:

Paso #1 – Decide cambiar


Lo primero y lo más importante para romper un mal hábito, es decidir desprenderse
de esa mala costumbre. Cuando se piensa en las desventajas de ese hábito, es
más fácil tomar esta decisión. Igual de importante es pensar en los beneficios que
vendrán después.
Pero es muy difícil cortar un mal hábito de raíz solo con decidirlo. Hay mucha gente
solo con este paso puede, pero no es lo habitual. Si estás en el grupo de la mayoría,
no desesperes. Lo conseguirás si tomas la decisión y sigues este programa. Así
que no dejes de leer, te quedan 5 pasos más…
Paso #2 – Sé consciente de todos los detalles relacionados con ese mal
hábito
Para detener un mal hábito hay que ser consciente de que se tiene y de que solo
uno mismo es capaz de eliminarlo. También es importante entender qué es y cómo
funciona ese hábito que se desea eliminar.
Tienes que preguntarte por qué, en qué circunstancias, cómo… y cualquier otra
cosa que pueda ayudarte a hacer una descripción detallada de ese mal hábito. Un
punto fundamental es saber cuáles son los desencadenantes ambientales que lo
provocan.
Paso #3 – Diseña estrategias para ayudar a detener el hábito
Con toda la información recopilada en el paso anterior, ahora puedes estar atento y
saber en qué momento eres más propenso a desarrollar ese mal hábito antes de
que suceda. Es el momento de diseñar una estrategia para frenar ese
comportamiento, una estrategia “stop”.

Cuando te encuentres haciendo un mal hábito, deja de hacerlo de inmediato


diciéndote “stop”. Puede ser útil escribir STOP en una tarjeta con letras de colores y
tenerla a mano para mirarla cuando te encuentres a ti mismo ejecutando ese mal
hábito.

Paso #4 – Reemplaza el hábito con una conducta alternativa

Cuando un hábito implica el uso de una parte del cuerpo, es muy útil tratar de
ocuparla con una actividad alternativa para que sea incompatible con el mal
hábito. Aunque ello implique hacer algo molesto, e incluso poco agradable a la vista,
es un paso importante para erradicar la mala costumbre.
Otra opción, es pensar en la sensación que te invade cuando vas a hacer eso que
se quiere erradicar y pensar en algo que te ayude a disipar esa sensación previa.
También puede ser útil desarrollar habilidades que te ayuden a enfrentarte a las
situaciones que provocan el mal hábito. Todo depende de cuál sea el hábito que
deseas erradicar.
Paso #5 – Persiste en ser consistente y hacer el seguimiento del progreso
La consistencia y persistencia, son las dos medidas más importantes para romper el
hábito de intervención. Si trabajas duro la primera semana, pero luego aflojas, no
conseguirás erradicar el mal hábito. Tienes que ser constante y controlar todos los
pasos para debilitar el hábito.
Es posible que en algún momento sientas que no puedes conseguirlo, que es
demasiado para ti. Por eso es importante que establezcas un sistema de
recompensas para reforzarte y que sigas pensando en las ventajas que obtendrás
cuando lo consigas.
Paso #6 – Aprende a manejar los lapsos
Los hábitos tienen tendencia a repetirse hasta que estén completamente
rotos. Puesto que son automáticos, tienden a re-emerger. Por lo tanto, tendrás que
hacer un gran esfuerzo para romperlos completamente para evitar esta repetición.
Cuanto más lo intentes, mejores serán las posibilidades de tu mal hábito
desaparezca.

10 CLAVES PARA ERRADICAR MALOS HÁBITOS

Gracias a los hábitos, el cerebro logra conducir nuestro cuerpo en piloto


automático. Sin embargo, no todas las rutinas son buenas para la salud ni para
una vida social fructífera.

Se dice que el cambio de hábitos, por pequeños que éstos sean, permiten a las
personas a salir de la cotidianidad convirtiéndose en un motor para la innovación y
el bienestar, incluso para la armonía en sociedad.

Sea cierto o no, hay cosas que un individuo tiene que cambiar para mejorar su
estilo de vida. Eso no quita el hecho de que el cambio sea muy difícil, se requiere
de disciplina, rigor y mucha paciencia.

Seguramente te han sugerido dejar de hacer esto o aquello; si tu pareja o familia


te lo hace ver porque te genera problemas a ti y a ellos, debes saber que es hora
de un cambio.

No te espantes, tienes que saber que no estás solo o sola, aquí te dejamos una
lista que te ayudará con tu objetivo.

1. Pon de tu parte. Los cambios son difíciles. No todas las personas


los reciben de la misma manera. Por ejemplo: hay personas que
deciden levantarse más temprano, pero insisten en dormirse tarde.
No es que sus esfuerzos sean en vano, pero el cuerpo necesita el
descanso necesario, por tanto, jamás se levantará a la hora
deseada. Esto pasa por la falta de planeación y la carencia de
disposición para atender de forma realista la situación.

2. Comienza con cosas sencillas. Si quieres dar grandes pasos y no


los logras, comenzarás a desanimarse. Sé congruente contigo
mismo, no aceleres las cosas. Todo es un paso a paso. Inicia con
cosas pequeñas, como la impuntualidad, bajar la tapa del baño, o
masticar con la boca cerrada.
3. Calendario. Es importante marcar límites. Cuando te plantea un
lapso de tiempo, las cosas fluyen con mayor disciplina. Planea
dependiendo del tipo de reto, debes fijar un calendario. No debe
preocuparte si otros avanzan más rápido que tú, recuerda que esto
no es una competencia, cada persona tiene su propio ritmo y
objetivos.
4. No postergues. Dejar todo para después es algo común entre los
seres humanos. Puede ser parte de una forma de ser, un estilo de
vida o incluso un trastorno llamado procrastinación. Un problema
que hace que una persona, de manera sistemática, evite actividades
de cualquier índole, de cualquier importancia, y no pueda manejar
las circunstancias que rodean esa postergación. Para alejarte de
esto, debes hacer un esfuerzo por realizar actividades a cada
momento. No debes dejarlo para después. Luego de un tiempo,
realizar actividades se hará algo más fácil. Tendrás más tiempo libre
si no dejas pendientes.
5. Nuevas actividades. Sustituye tus rutinas. Por ejemplo, si estás
tratando de cambiar tus hábitos alimenticios entonces no acudas a
lugares donde haya tentaciones culinarias que puedan interferir con
tus objetivos. Por otra parte, si sabes que a las cinco de la tarde
siempre te da hambre, ocupa ese tiempo en alguna actividad para
que te despejes.
6. Cambia de círculo social. Al menos por tres semanas toma
distancia de las personas que comparten el hábito que estás por
cambiar. Por ejemplo, si quieres dejar de fumar y te encuentras en
una reunión de fumadores puedes caer en una trampa. Por otra
parte, habrá alguien que no comprenda o se mofe de tus intenciones
de cambiar y entonces puede que eso te desanime y no consigas
dejar el cigarro.

7. Aprende a levantarte. Un fracaso no es absoluto. Si en alguna


ocasión rompes tu dieta o no cumples un reto, no lo tires todo a la
borda. Retómalo nuevamente. El primer tropiezo es el definitivo para
la gran mayoría de las personas, casi siempre terminan diciendo “lo
intenté”, y ya no continúan con el cambio. Recuerda que no es
imposible. Todos los humanos cometemos errores, es parte del
proceso.

8. No te engañes. Tu objetivo no puede ser “tirar menos basura en la


calle” o “escupir menos”. Eso es muy difícil de medir, y es muy fácil
engañarse a sí mismo. Es preferible marcar cosas bien definidas
como “vaciar la basura dos veces al día en un bote” o “no escupir″.
De este modo puedes saber perfectamente si lo está cumpliendo o
no.

9. No vueles. A veces el ánimo está para comerse al mundo, a veces


no. Lo recomendable es que hagas una cosa a la vez. Concéntrate
en una sola cosa. Luego que lo domines cumple otro objetivo y así
sucesivamente. Si haces demasiados cambios al mismo tiempo,
seguro los terminarás tirando. Debes dedicarle tiempo a la
planeación y seguir un plan estratégico para que puedas alcanzar la
gloria. De ese modo te será menos complicado y tendrás bien
definido lo que deseas.

10. Se llaman Apps. Hoy en día existen dispositivos y aplicaciones que


pueden ayudarte a ser una persona más organizada, e incluso, una
persona con una vida más sencilla. Para cambiar tus malos hábitos
puedes hacer uso de programas, por ejemplo, que te indican
cuántas calorías tiene un refresco, o cuántos kilómetros te faltan por
caminar. Asimismo, puedes hacer uso de estos aparatos para que te
ayuden en tu trabajo diario y así, poder ahorrar tiempo y dinero,
cosa que te será muy útil para tus proyectos y metas.

Cómo Eliminar Los Malos Hábitos Definitivamente

Los malos hábitos van a seguir repitiéndose día a día…

…a menos que te decidas a detenerlos conscientemente y hagas un plan para


sustituirlos por hábitos más saludables.

Imagina que decides dejar de comer dulces, pero no tienes claro qué vas a hacer
para conseguirlo.

Seguramente nunca conseguirás dejarlo porque tu hábito funciona de forma


inconsciente y aunque conscientemente intentes detenerlo, cuando bajes la
guardia se volverá a poner en marcha.

Qué Son Los Hábitos

Los hábitos son un mecanismo que te permite liberar la mente consciente de tener
que pensar en todas las actividades rutinarias que llevas a cabo.

Son patrones de comportamiento que has adoptado porque te han funcionado en


el pasado y sigues usándolos porque te resultan cómodos.

¿Pero qué pasa si te das cuenta que los hábitos que en el pasado eran aceptables
ya no lo son más?

Supón que de niño comías galletas de chocolate para merendar y es uno de los
hábitos que has conservado siendo adulto.

Tu hábito de comer estas cosas implica que ahora estés ganando peso en exceso
y tu cuerpo pide un cambio.
Los hábitos son difíciles de cambiar porque han sido esculpidos en tu mente a
fuerza de repetir una y otra vez en mismo proceso a lo largo del tiempo.

Como Se Forma Un Mal Hábito

Los malos hábitos empiezan por accidente. Por ejemplo, algún día que te aburrías
y decidiste ponerte a hacer zapping en la televisión y como te resultó una
experiencia gratificante, decidiste volver a mirarla al día siguiente.

Ahora han pasado unos años y pasas cada día un rato mirando la tele aunque te
das cuenta que es una perdida de tiempo. ¿Porque?

Los hábitos se desarrollan en 3 partes:


1. Desencadenante
Es el estimulo que provoca tu hábito. Si por ejemplo, sueles morderte las uñas en
situaciones estresantes, el desencadenante es tu estado emocional de tensión.

2. Respuesta
La respuesta es la reacción que provoca en ti el estímulo, los pensamientos y
acciones que te hacen llevar a cabo el hábito propiamente dicho. Siguiendo el
ejemplo, este es el momento en que te pones el dedo en la boca para morderte las
uñas.

3. Recompensa
La recompensa es el placer y satisfacción inmediata que te produce tu respuesta.
La recompensa de morderte las uñas es la disminución de tu ansiedad.

Aquí está la trampa de los malos hábitos: el efecto placentero de la recompensa


es corto y la siguiente vez que te encuentres con el estímulo inicial es fácil que
quieras volver a repetir el proceso.

Como eliminar un mal hábito

El primer paso para cambiar un hábito es ser consciente de que tienes este hábito
y reconocer bien el proceso que sigues desde el desencadenante hasta la
recompensa.

Para terminar un hábito debes eliminar cualquiera de las 3 partes que lo forman:

1. Eliminar el desencadenante
Si eliminas el estímulo inicial el hábito desaparece. Por ejemplo, si quieres dejar el
hábito de comer chocolate, bollería y dulces simplemente saca de tu casa todas
las golosinas que tengas. Si no tienes, no puedes comer y tus malos hábitos se
sustituirán con el tiempo por hábitos más sanos.

2. Eliminar la respuesta
Eliminar la respuesta implica cambiar tu reacción ante el estímulo.

Una forma eficaz para cambiar tu respuesta es prometer a alguien que no vas a
repetir más tu comportamiento actual. Siguiendo el ejemplo de antes, puedes
prometer a tu pareja, amigos o compañeros de trabajo que no comerás golosinas
o comida basura. Tu respuesta cambiará ya que en lugar de pensar en comer
pensarás en la decepción de las personas que te rodean al verte comer golosinas.
Para hacerlo aún más interesante puedes prometer que cada vez que te vean
comiendo comida basura pagarás X cantidad o harás X cosa a cambio.

Otra alternativa es recordarte los beneficios de no repetir tu hábito y las


consecuencias negativas que tiene seguir con el hábito cada vez que te
encuentres con el estímulo. Cada vez que veas una golosina recuerda como
bajarás de peso y ganarás en salud si no te la comes y en como engordarás y tu
salud empeorará si comes.

3. Eliminar la recompensa
Para eliminar la recompensa debes evitar que tus hábitos te resulten placenteros.
Por ejemplo puedes: Comer chocolate amargo, poner sal en las galletas para que
te resulten desagradables o beber cerveza sin alcohol.

Ideas Que Puedes Aplicar

1. Modifica tus hábitos de uno en uno


Si te centras en cambiar tus hábitos de uno en uno tienes muchas más
posibilidades de tener éxito que si intentas cambiarlos todos a la vez. Concentra tu
esfuerzo.

2. Sustituye tus malos hábitos por hábitos mejores


Un hábito existe porque satisface una necesidad. Si quieres eliminar un hábito
actual debes tener preparado otro hábito con que substituirlo. Por ejemplo, si
fumas porque te gusta tener algo en la boca, puedes probar a masticar chicles, o
comer barritas de regaliz o piruletas.

3. Planifica y modifica tu plan


Es esencial que tengas un plan escrito sobre los pasos que vas a seguir para
cambiar tu hábito. Un plan te permite concretar exactamente cuáles son los pasos
que vas a seguir para evitar tu antiguo hábito y empezar el nuevo. Planifica, pon tu
plan en marcha y modifica todo aquello que no te esté funcionando bien.

4. No te rindas
Cuantos más antiguos sean tus hábitos, más difícil te será cambiarlos. Es
importante que aunque falles y vuelvas a tus hábitos anteriores no dejes de
intentarlo. Es normal que tus hábitos sean difíciles de romper. ¡No te rindas! Si hoy
no lo has podido conseguir, mañana tienes otra oportunidad para intentarlo.

Como eliminar los malos hábitos en cinco pasos

Podemos hacer muchas cosas para estar saludables, el punto aquí es que
seamos constantes y no perdamos lo ganado. Si algo no esta saliendo bien, es
momento de revisar tus hábitos. Muchas veces hacemos algo sin si quiera
pensarlo. Un ejemplo muy claro es abrir el refrigerador solo "para ver que hay". En
esta nota veremos como eliminar los malos hábitos en 5 pasos.

Ese modo automático que suelen tener los hábitos, pueden estar llevándonos a la
ruina sin darnos cuenta. Pero no hay nada de que preocuparse, podemos usar
este piloto automático con buenos hábitos también. Naturalmente haremos las
cosas independientemente de la fuerza de voluntad.

He aquí 5 maneras de crear nuevos hábitos que ayudarán a mantener un estilo de


vida saludable:

1. Ir más lento: una manera de cambiar los hábitos de alimentación es


literalmente ir frenando. Al organismo le toma 20 minutos responder a las
señales de saciedad o sentirse "lleno". Si comemos muy deprisa, comeremos
mas alimento del que necesitamos antes de alcanzar ese punto de saciedad.
La solución está en masticar lentamente , disfrutar de los alimentos y no comer
a la carrera.

2. Romper el patrón: en algún sitio leí sobre un experimento que se realizo


durante una función de cine. Se le pidió al público, que comieran palomitas con
su mano no dominante. Al interrumpir este patrón, el contenedor de palomitas
duró mas. Podemos aplicar el mismo truco en las botanas que comemos frente
al televisor, computadora o escritorio. También podemos empezar a romper
patrones para ver lo fácil que es crear un hábito al modificar conductas, como
sentarse en diferente lugar en el sillón o a la hora de comer, el momento de
irse a dormir o despertarse...
3. Mantenlo fuera de tu vista: recuerda, "si no lo viste, no lo comiste". Tener
comida o botanas a nuestra vista y alcance es un gran estimulo y demasiado
tentador que difícilmente podemos esquivar. usemos este poder a nuestro
favor, y tengamos comida saludable a nuestro alcance. Frutas frescas, nueces,
verduras listas para comer, galletas integrales, cubitos de queso fresco, y fuera
todo lo tentador que solo aportan calorías vacías. Suena simple, pero funciona.

4. Hidrátate: crea el hábito de tomar agua al despertar todas las mañanas.


Aunado a esto, empieza con un desayuno saludable. Conscientemente le
estamos dando lo mejor a nuestro cuerpo y no queremos arruinar el buen inicio
dándole alimentos no saludables el resto del día ¿o sí?

5. Construye el momento: para complementar el punto anterior, empieza el día


con algo saludable y continua el patrón a lo largo del día y ve sumando
acciones positivas para tu cuerpo. Como agregar una rutina de ejercicios,
reducir el consumo de sal, si acostumbras beber refresco disminuye
gradualmente la cantidad que bebes, hasta que después de unas semanas,
este hábito desaparezca. Crearás una espiral positiva de autorefuerzo y te
sentirás pleno y orgulloso de ti mismo ¿Quién no quisiera tener esto todos los
días?

5 consejos para acabar con tus malos hábitos


Cuando hablamos de hábitos nos referimos a todas aquellas conductas que
tenemos interiorizadas y que repetimos de modo sistemático en el tiempo. De
algunas de ellas ni siquiera somos conscientes.

1. ACEPTARLO. Lo primero que hay que hacer para eliminar de nuestra vida lo
que nos hace mal es detectar nuestros malos hábitos y entender cómo nos
perjudica. Si eres un adicto que no puede dejar de fumar será mejor que entiendas
lo problemático del caso y que tomes en cuenta la necesidad de solicitar ayuda
para acabar con él.

2. ¿CÓMO TE AFECTA?. Todo mal hábito te generará daños personales,


físicos, emocionales o psicológicos. Ten en cuenta cómo podría mejorar tu vida de
tener solo hábitos saludables. Si eres un fumador piensa cómo eso perjudica tu
salud, si te genera dificultades a la hora de hacer ejercicio, si ha dañado tu
dentadura y si te malhumora el no poder fumar.

3. BUSCA UN SUSTITUTO. Si bebes porque liberas estrés o para sentirte


más cómodo, será mejor que incorpores algún otro hábito que te permita sentirte
igual pero sin hacerte daño. Si te comes las uñas cuando estás nervioso, procura
mejor mover las manos.
4. EVITA LAS PERSONAS O SITUACIONES QUE PUEDAN MOTIVAR
TU MAL HÁBITO. Lo mejor que puedes hacer en estos casos es evitar todo lo
que pueda conducirte al vicio o hábito que quieras eliminar. Si tus amigos fuman
mucho y quieres dejar el cigarrillo, procura no verlos tan frecuentemente como
antes.

5. PRÉMIATE. Ve paso a paso y prémiate por cada logro para estar motivado. Si
en vez de comer en demasía o tomar de más cuando estás estresado decides dar
una vuelta y calmarte, mereces un reconocimiento.

Estos son los malos hábitos que debes eliminar

Conoce las malas prácticas que no puedes darte el lujo de tener cuando te
vuelves emprendedor.
Todos tenemos malos hábitos de trabajo que nos parecen muy cómodos. Claro,
puede que nos hagan un poco menos productivos, pero son relativamente
inofensivos para nuestra rutina diaria.

Por supuesto esto solo es real cuando trabajas para alguien más, pero cuando
eres emprendedor todo cambia. Tendrás más dirección, autoridad y libertad, pero
también deberás hacerte responsable por cada decisión que tomes. Tus malos
hábitos no solo tendrán impacto en tu salud y el futuro de tu empresa, también
fijan el ejemplo para las personas que trabajen para ti.

Antes de lanzarte a la vida emprendedora, trata de eliminar las siguientes


prácticas:

1. No planear tu día (o semana): puedes no hacerlo en un trabajo más


estructurado, pero como emprendedor puede ser fatal no tener claras tus
prioridades. Cada día y semana, revisa los pendientes que tienes en tu agenda y
organízalos por orden de importancia.

2. Reaccionar a los correos electrónicos en cuanto te llegan: es bueno


responder pronto a los mensajes, sin embargo, pasar todo el día contestando
emails es una manera muy ineficiente de pasar el día. Planea tus proyectos con
antelación y no dejes que tu bandeja de entrada de distraiga constantemente. No
obstante, hay una excepción a la regla: siempre responde con prontitud los
mensajes de tu equipo de ventas.

3. Comunicarse de manera deficiente: tener una comunicación pobre puede ser


un ligero inconveniente en la vida de cualquier persona, pero como emprendedor
puede generarte un gran dolor de cabeza y hacerte ver poco profesional. Revisa
cómo son tus habilidades de comunicación y haz las mejoras que sean
necesarias. No te apresures y piensa muy bien antes de hablar.

4. Tener una rutina muy rígida: los horarios son buenos para tener productividad
en tu día, especialmente para atender esas tareas mundanas que se te pueden
olvidar. Sin embargo, asentarse en una rutina poco flexible puede limitar tu
capacidad de reacción cuando las cosas cambien de manera abrupta (y como
emprendedor, créeme, lo harán). Sé lo suficientemente flexible para hacer los
cambios que necesites.

5. Nunca tomar descansos: a veces parece buena idea trabajar durante los
descansos para hacer más cosas. La realidad señala que, al contrario, no
descansar puede afectar severamente tu productividad. Como emprendedor
encontrarás que es mejor tener seis horas de buen trabajo que ocho de trabajo
mediocre. Y definitivamente no quieres arriesgarte a “fundirte” de cansancio.

6. Llegar tarde: como empleado (a veces) no hace mucha diferencia en tu día


llegar 10 minutos tarde, pero como emprendedor, arribar tarde a una cita con un
cliente puede dañar severamente tu imagen. Está bien tener un horario flexible,
pero si dices que vas a estar en un lugar a una hora, no puedes darte el lujo de
fallar.

7. Postergar los proyectos difíciles: en un trabajo normal puedes darte el lujo de


dejar pendientes en tu agenda, pero dejar de hacer algo porque no te gusta puede
ser mortal para tu negocio. Si no puedes cumplir con una tarea, delégala o busca
un colaborador externo. No la postergues solo porque sí.

8. Evitar tomar decisiones duras: las elecciones que tomes como emprendedor
van a ir dejando su huella en ti, pero debes tomarlas. Recuerda: una mala decisión
es mejor que la indecisión.

9. Nunca decir “No”: debes ser capaz de dar negativas cuando eres un
emprendedor. No todo cliente vale la pena y no todo candidato debe ser
contratado. No toda idea puede ser un buen negocio.

10. Multitasking: puede parecer que estás haciendo muchas cosas, pero la
verdad es que solo estás distrayendo tu cerebro “medio completando” dos tareas a
la vez. En realidad tardarás más haciendo dos cosas al mismo tiempo que si le
dedicaras tiempo individual a cada pendiente.

Puede parecer difícil eliminar estas prácticas, pero una vez que lo logres podrás
ser un mejor emprendedor.

Deshazte de tus malos hábitos para siempre

¿De donde provienen los malos hábitos?


By Cynthia Hanson for Life & Beauty Weekly
Ya sabes que no debes comerte las uñas o visitar la máquina expendedora todas
la tardes, pero es muy difícil romper con los malos hábitos cuando estás en una
situación de estrés. Pero ¿de dónde vienen esos comportamientos?
“La mayoría de los malos hábitos que tienen los adultos, son comportamientos que
desarrollaron durante la infancia o la adolescencia cómo métodos para calmar la
ansiedad", dice Mary C. Lamia, psicóloga clínica y profesora en el Wright Institute
de Berkeley, Ca. “A fin de cuentas, los malos hábitos causan más estrés debido a
sus efectos negativos, ya sea la vergüenza de tener las uñas carcomidas, unos
kilitos de más por culpa de los dulces, o deudas abismales por compras
excesivas".
Te tenemos buenas noticias: ¡Romper con los malos hábitos es más fácil de lo que
crees! Sentirte estresada o triste no es algo que hayas elegido, pero lo
que sí puedes elegir es la forma en la que manejas esos sentimientos. Prueba con
este plan de cuatro pasos:
Cómo eliminar los malos hábitos
1. Comprométete a cambiar. “Mientras no fijes tus metas como una
prioridad, no podrás lograr el cambio que deseas", dice Susan Gayle,
especialista en terapia cognitiva y fundadora del New Behavior Institute en
Nueva York. No basta con querer tener uñas bonitas y cuidadas, tienes que
querer realmente deshacerte del hábito de mordértelas. Una vez que hayas
tomado esa decisión, mantén tu mirada fija en el resultado final que quieres
lograr (una manicura perfecta), durante el tiempo que te lleve romper con
ese esquema de conducta negativo.
2. Analiza tu rutina. La mayoría de los comportamientos relacionados con el
estrés son rituales; es decir, están estructurados alrededor de una situación
y un tiempo específicos. Para eliminar tus malos hábitos préstales atención
y trata de analizar cuándo y por qué suceden. Quizás fumas un cigarrillo en
cuanto terminas de comer o tienes antojo de galletas cuando el trabajo se
vuelve muy estresante. Si identificas el momento en el que más te dejas
vencer por tus malos hábitos, será más fácil darte cuenta de tus acciones y
dejar de repetirlas.
3. Opta por un comportamiento más saludable. “La clave para romper con
los malos hábitos reside en reconocer que tienes una necesidad emocional
y luego tratar de satisfacerla con algo positivo", señala Gayle. Una vez que
hayas analizado cuales son los momentos en los que es más probable que
te dejes vencer por un mal hábito, encuentra un escape más saludable para
tus sentimientos. Come una fruta o un trozo de queso cuando empieces a
sentir el antojo de galletas. Cómprate un pelota anti stress y déjala sobre tu
escritorio. Esto te impedirá atacar tus pobres uñas en los momentos más
tensos. Llama a un amigo y descarga todas tus penas en lugar de ir al
centro comercial a sacarle chispas a tu tarjeta de crédito.
4. Piensa positivo antes de irte a dormir. “La información se almacena en
nuestro subconsciente a través de los traumas y la repetición", dice Gayle.
“Dale a tu subconsciente una nueva manera de pensar". Intenta con este
ejercicio: Escribe un enunciado acerca del cambio que quieres lograr, pero
redáctalo de tal forma que parezca que el cambio ya es una realidad (por
ejemplo "estoy perdiendo peso", "estoy tomando menos café " , "tengo mis
papeles en orden", etc.). Luego repítelo cuatro veces en voz alta antes de
irte a dormir. “Cuando estás relajada físicamente, tu subconsciente es más
receptivo", explica Gayle.

Finalmente, no te martirices si vuelves a caer en los viejos hábitos en tu camino


hacia unas uñas perfectas o una cintura más marcada. Después de todo, los
expertos dicen que romper con los malos hábitos toma en promedio 21
días. “Muchas personas piensas que han fracasado y se dan por vencidas cuando
regresan a su antiguo comportamiento", dice Gayle. “La batalla aún no ha
terminado. Son sólo tus viejos hábitos que le dejan el lugar a los nuevos".
Cynthia Hanson es una periodista de Philadelphia que escribe para diversas
publicaciones nacionales tales como Ladies’ Home Journal, Parents y American
Baby. Ya ha escrito antes para Life&BeautyWeekly.

TU CUERPO Y TUS HABITOS

Superar malos hábitos

1. Identificar por qué lo haces.


2. Avisarle a tus amigos. Manifiesta que te corrijan si te ven haciendo eso que
deseas eliminar.
3. Lleva un registro. Marca los días en los que no hagas tu mal hábito, sea en
una agenda, en un calendario, en tu celular.
4. Recompénsate. Cuando sientas has pasado varios días sin recaer en los
malos hábitos celébralo, bien sea con una comida, un regalo.
5. Remplaza el mal habito. Invierte tu tiempo o sustituye tu mal habito por algo
positivo.

Cómo entrenar a tu cerebro para abandonar los malos hábitos

1- Escúchate a ti mismo. Desconecta el piloto automático en el que sueles


vivir, y no dejes que se conecte solo. vamos por la vida, sin vivir el
presente, sin darnos cuenta de lo que nos rodea. Vivimos desde los hábitos
del comportamiento y con pocos momentos para ser consiente, además
ese piloto automático es una rutina de defensa, pues todo lo que sea nuevo
descoloca el cerebro, debemos salir de nuestra zona de confort.
2- Decide que quieres cambiar de vida y ponte manos a la obra. Que es lo
que nos lleva a iniciar un mal habito, Las personas funcionamos porque
obtenemos un beneficio de forma consciente o inconsciente, seguimos
haciendo cierta cosas porque para nuestro inconsistente es beneficiosos.
Aunque no seamos capaces de verlo, debemos pensar, hacer balance de
que hábitos nos compensan, y cuales no y por supuesto, tener muy en
cuenta todo lo que ganas, si logras dejarlo.
3- Tu estado emocional cuenta. Tus emociones implican una tendencia, a
sentirte de una forma y actuar de una forma determinada, el cambio de
habito por tanto, se inicia en tu interior, pero como saber si estamos
realmente preparados para iniciar ese nuevo cambio, todo depende de la
motivación y el grado de compromiso, pregúntate que te motiva o que
quieres incorporar a tu nueva vida.
4- Presta atención a tu cuerpo y a tus sentidos. Nuestro sistema nervioso
nos envía constantemente mensajes, que debemos escuchar y analizar con
calma, hay veces que esas señales se materializan en tensiones
musculares, hábitos de sueño, irritabilidad, frustración. La única manera de
escuchar al cuerpo, es estableciendo paradas programadas, en la que te
preguntes ¿Cómo estoy?, ¿cómo ha ido el día?, ¿Qué emociones tengo?
5- Cuestiónate ¿Qué quieres?. Presta atención en forma abierta a lo que
diga tu interior, y define con claridad tus objetivos, sabiendo que no quieres
tener mas dentro de tu vida. Cuando quiero hacer algo y lo hago es porque
he tomado la decisión de hacerlo, cuando hay algo que no hago, es porque
no he sido capaz de tomar la decisión, para lanzarnos a dar ese paso y salir
de nuestra zona de confort, deberemos buscar espacio en nuestro interior,
escucharlos de verdad.
6- Presta atención de forma abierta a todo lo que ocurra con aceptación.
No te aferres a determinadas rutinas, sustituye hábitos ineficaces por
buenos hábitos.
7- Se constante en la incorporación del nuevo habito. El cuerpo aprende
en la recurrencia.
8- Voluntad y determinación son dos buenos compañeros de viaje.
9- Haz que el cambio de habito sea divertido. Celebra cada paso que des
en la consecución de tu objetivo y date un premio.
10- Tus neuronas comenzaran a modificarse. Las conexiones entre
neuronas se modifican cuando aprendes algo, cuando dedicas
determinadas neuronas y conexiones específicamente para ello, no basta
con aprender es necesario aplicar lo que aprendes y experimentar las
emociones, de esa experiencia. Solo así tus neuronas se darán por
enteradas.
11- No hay un tiempo estipulado para saber que has conseguido cambiar
de hábitos. No te pongas plazos, dependerá de lo que quieras dejar, de tu
motivación, incluso de tu genética, no todos los aprendizajes son iguales,
hay unos aprendizajes más complicados, que dependen de talentos o
habilidades naturales, esfuerzos dedicados, grados de complejidad, grado
de conocimiento.

A grandes rasgos, la zona de confort es un estado mental que no permite el


crecimiento personal y todos aquellos fenómenos vinculados con el aprendizaje de
conductas que nos hacen lograr un alto grado de satisfacción con el modo en el
que se vive la vida. Aunque esta zona de confort pueda parecer agradable (ya que
nos permite seguir siempre con el "piloto automático" puesto), no es un lugar
suficientemente estimulante y a la larga no salir de ella puede hacer que nos
sintamos vacíos y se caiga en la apatía o en ciertas dinámicas de comportamiento
relacionadas con la depresión. Entre tú y yo… ¿qué es lo que te mantiene ahí
anclado? Seguro que has deseado dar un paso al frente, ser valiente y comerte el
mundo, pero no lo has hecho. Puedes estar sufriendo pero no mueves un dedo
porque estás en tu zona de confort. Si te da miedo y te produce ansiedad
abandonar el pasado para luchar por lo que siempre has soñado, no seas tan duro
contigo mismo y sal de la zona de confort. ¡Verás que un mundo nuevo e
ilusionante te espera!

Los 7 Magníficos de los malos hábitos

Malos hábitos tuve, tengo y tendré. Pero si algo he aprendido en los últimos cinco
años de mi vida es que cualquier hábito se puede cambiar, se puede mejorar. No
importa lo difícil o malo que sea mientras quieras extirparlo. Es posible eliminar
esos malos hábitos y sustituirlos por otros más positivos y beneficiosos para ti.

De los malos hábitos se pueden decir infinidad de cosas, pero posiblemente la


más importante es la siguiente; quédate con esta idea: los malos hábitos te
impiden ser mejor.

Los malos hábitos te limitan, te lastran, te zancadillean, te frenan, te paran y en el


día a día te hacen vivir a medias. Eres menos de lo que podrías ser, das menos de
lo que podrías dar, vives menos de lo que podrías vivir. Ésa es la motivación que
me mueve a animar a las personas (y a mí mismo) a mejorar sus hábitos.

Los malos hábitos tapan todo lo bueno que tienes y eres. Los malos hábitos te
hacen peor.

Esos malos hábitos los hay de todos los colores y sabores, pero sí es cierto que
hay algunos, un puñado de ellos, que se repiten con más frecuencia. En mi
experiencia a la hora de tratar con personas que quieren mejorar su Productividad
Personal, generalmente me encuentro con estos “7 Magníficos de los malos
hábitos”.

1. Trabajar con distracciones y notificadores electrónicos abiertos.


2. Contestar al teléfono en cuanto suena, no apagarlo o no utilizar el buzón de
voz.
3. No planificar —o hacerlo mal— las tareas Clave, las tareas Menores y las
tareas Periódicas.
4. Leer el Email a primerísima hora de la mañana y/o hacerlo cada 15 minutos
// Artículo.
5. No saber descansar: ni pausas entre tareas ni descanso rico y variado //
Artículo.
6. Caer en la multitarea // Artículo.
7. Exceso de información y/o actividad online (no-profesional) // Artículo.
¿Te ves reflejado en alguno de ellos? ¿En varios a la vez? Yo, en varios.

Si estás dispuesto a cambiar, a mejorar, no puedo más que animarte pero sobre
todo sugerirte que intentes un cambio inteligente. Recuerda: todo el mundo
puede cambiar pero no todo el mundo cambia. La clave está en el cómo vayas a
intentar ese cambio. Ahí van las claves que siempre me han funcionado a mí para
lograr ese cambio efectivo:

 Intenta un solo cambio a la vez.


 Que ese cambio sea muy, muy pequeño.
 Que sea muy, muy concreto y preciso.
 Repítelo todos los días o con mucha frecuencia. El nuevo hábito se
desarrolla a base de repetición.
 Párate a evaluar cada cierto tiempo. ¿Cómo te está yendo?

Cómo entrenar a tu cerebro para abandonar los malos hábitos


 Solo la práctica y la recurrencia lograrán modificar nuestras neuronas. Te
mostramos el camino para lograrlo
 Siempre te lo propones, pero nunca lo consigues. No te preocupes porque
es algo que nos ha pasado a todos. Lo intentas, vuelves a intentarlo, te
prometes que esta vez no decaerás en tu cruzada por abandonar esa
costumbre que te encanta aunque tanto te perjudica. ¿Pero por qué no lo
logras? La solución está en tu cerebro. Sea cual sea el mál hábito que
quieras corregir, te aseguramos que si sigues unas pautas y logras
escuchar a tu cuerpo y entrenar a tu cerebro no habrá nada que te frene
en tu camino hacia una nueva vida.
 Silvia Escribano, psicóloga, coach y autora de «Neurocoaching», nos da
las pautas para aprender a escucharnos, a salir de la temida «zona de
confort» y a abandonar, de una vez por todas, esos malos hábitos que tanto
nos atormentan:
 — Escúchate a ti mismo. Desconecta el piloto automático en el que sueles
vivir y no dejes que se conecte solo. En opinión de la experta,
habitualmente «vamos por la vida sin vivir el presente, sin darnos cuenta de
lo que nos rodea. Vivimos desde los hábitos del comportamiento y con
pocos momentos para ser conscientes». Además, Escribano apunta que
«ese piloto automático es una rutina de defensa, pues todo lo que sea
nuevo descoloca al cerebro. Debemos salir de nuestra zona de confort».
 — Decide que quieres cambiar de vida y ponte manos a la obra. ¿Qué
es lo que nos lleva a iniciar un mal hábito? En opinión de la experta, «las
personas funcionamos porque obtenemos un beneficio de forma consciente
o inconsciente. Seguimos haciendo ciertas cosas porque para nuestro
inconsciente es beneficioso, aunque no seamos capaces de verlo.
Debemos pensar, hacer balance de qué hábitos nos compensan y cuáles
no» y, por supuesto, tener muy en cuenta todo lo que ganas si logras
dejarlo.
 — Tu estado emocional cuenta. «Tus emociones implican una tendencia
a sentirte de una manera y actuar de una forma determinada. El cambio de
hábito, por tanto, se inicia en tu interior», dice Escribano. Pero, ¿cómo
saber si realmente estamos preparados para iniciar ese nuevo camino?
«Todo depende de la motivación y el grado de compromiso. Pregúntate qué
te motiva o qué quieres incorporar a tu nueva vida».
 — Presta atención a tu cuerpo y a tus sentidos. Nuestro sistema
nervioso, dice la experta, nos envía constantemente mensajes que
debemos escuchar y analizar con calma. «Hay veces que esas señales se
materializan en tensiones musculares, hábitos de sueño, irritabilidad,
frustración... La única manera de escuchar al cuerpo es estableciendo
paradas programadas en las que te preguntes '¿cómo estoy?' '¿cómo ha
ido el día?' ¿qué emociones tengo?'»
 — Cuestiónate: ¿Qué quieres? Presta atencion de forma abierta a lo que
diga tu interior y define con claridad tus objetivos sabiendo qué no quieres
tener más dentro de tu vida. «Cuando quiero hacer algo y lo hago es
porque he tomado la decisión de hacerlo. Cuando hay algo que no hago es
porque no he sido capaz de tomar la decisión». Para lanzarnos a dar ese
paso y salir de nuestra zona de confort, dice la experta, «deberemos buscar
espacio en nuestro interior, escucharnos de verdad».
 — Presta atención de forma abierta a todo lo que ocurra con
aceptacion. No te aferres a determinadas rutinas. Sustituye hábitos
ineficaces por buenos hábitos.
 — Sé constante en la incorporación del nuevo hábito. El cuerpo
aprende en la recurrencia.
 — Voluntad y determinación son dos buenos compañeros de viaje.
 — Haz que el cambio de hábito sea divertido. Celebra cada paso que
des en la consecución de tu objetivo y date un premio.
 — Tus neuronas comenzarán a modificarse: «Las conexiones entre
neuronas se modifican cuando aprendes algo, cuando dedicas
determinadas neuronas y conexiones específicamente para ello. No basta
con aprender, es necesario aplicar lo que aprendes y experimentar las
emociones de esa experiencia, solo así tus neuronas se darán por
enteradas».
 — No te pongas plazos: No hay un tiempo estipulado para saber que
has conseguido cambiar de hábitos. Dependerá de lo que quieras dejar,
de tu motivación e incluso de tu genética. «No todos los aprendizajes son
iguales. Hay algunos aprendizajes más complicados que dependen de
talentos o habilidades naturales, esfuerzo dedicado, grado de complejidad,
grado de conocimiento…», asegura la experta.

El Método del Cómico Jerry Seinfeld para crear Hábitos

Lo mencioné hace unas semanas en Twitter y algunos de vosotros me habéis


preguntado por él. Aunque lo he visto recogido en varios sitios tradicionalmente se
le atribuye al gran cómico y actor Jerry Seinfeld. Es tan sencillo que contarlo
suena ridículo, pero es tan eficaz que contarlo es imprescindible.

Para mí el hábito es la clave total, absoluta e imprescindible de la Productividad y


la Gestión Personal. El “hábito” es lo que hace que tú hagas una cosa
espontáneamente y con naturalidad.

Los hábitos productivos son difíciles de reproducir porque generalmente van


contra nuestra naturaleza, instinto o tendencia que suelen ser justo las contrarias.
Al hábito se llega por la repetición de gestos y de rutinas y es ahí donde el método
de Jerry Seinfeld entra en juego.

¿En qué consiste?

Imagina cualquiera de estos tres hábitos que te cuesta desarrollar pero que
quieres desarrollar: te cuesta recordar que tienes que hacer la revisión diaria de tu
GTD, te cuesta ponerte a hacer deporte al final de la jornada, te cuesta apagar el
“messenger” y demás aplicaciones-distracción cuando te pones a trabajar. ¿Cómo
formar ese hábito?

Imprime o consigue un calendario de proporciones generosas y ponlo en una


pared que vayas a ver con mucha frecuencia. No se trata de esconderlo sino de
verlo “sí o sí”. Lo recalco: tienes que ponerlo en un sitio que inevitablemente vayas
a ver.

El primer día en el que logres hacer lo que te proponías marca con un rotulador
bien grueso y de color vivo (rojo por ejemplo) ese día en el calendario. Pon una
gran equis. Y haz lo mismo con los siguientes en que logres reproducirlo. Cada
nuevo día conseguido, una gran equis.

La visión de ese calendario te “obligará” a repetir cada día ese gesto o esa rutina.
Poco a poco irás ganando en naturalidad y al cabo del tiempo no tendrás que
mirar al calendario para reproducirlo. “Te saldrá de dentro”. No obstante, sigue
marcando con una equis cada nuevo día. Aunque creas que “ya lo tienes”, sigue
marcando el calendario cada día.

El método es tan sencillo que contarlo suena ridículo, pero es tan eficaz que
contarlo es imprescindible.

Si un día te saltas tu rutina en lugar de una equis colorea por completo la casilla
de ese día. El objeto es que destaque bien sobre el resto de días y te convenzas
de que tienes que volver a tu rutina y seguir trabajando ese hábito. Y es que
después de saltarte un día es mucho más fácil hacerlo también al siguiente.

No te recomiendo hacerlo en un “calendario digital” por una sencilla razón: tienes


que acordarte de revisarlo. Es decir, tienes que formar el hábito de revisar tu
calendario digital para revisar tu otro hábito… cosa que terminarás por no hacer.
La clave de este sistema es tener un calendario bien visible que terminarás por ver
tanto si quieres como si no.

Una vez que hayan pasado los días, las semanas o los meses podrás prescindir
del calendario. Ese gesto que al principio casi iba contra tus instintos… ahora te
saldrá solo con total espontaneidad.

Claves para formar el hábito

Ya las he mencionado en alguna otra ocasión pero esto es algo tan importante
que repetiré hasta que se me caigan las falanges de los dedos de tanto escribirlo.
La clave del éxito para inducir cualquier hábito es el modo en que lo hagamos.

Recuerda, cualquier persona puede cambiar pero NO todo el mundo cambia…

 Practica un solo cambio a la vez.


 Propón cambios muy pequeños, casi microcambios.
 Propón cambios muy concretos y palpables. Algo que te permita decir: “he
conseguido ESTO”.
 No propongas un nuevo cambio hasta que el anterior se haya asentado.
Tranquilo, no tengas prisa por cambiar. Hay muchos días.
 Propón cambios que te apetezca hacer. Aquello que te motiva es más fácil
de reproducir.
 Practica diariamente y sigue el método de Jerry Seinfeld. Porque lo que no
se ejercita se pierde.
 Mide y evalúa los cambios: los avances y los retrocesos.
 Practica sin reproches, con paciencia y determinación.

Un calendario de papel para tus nuevos hábitos

Soy muy fan de los calendarios de papel. Para mis citas y eventos utilizo siempre
Google Calendar. Pero para ciertos casos, especialmente cuando hay nuevos
hábitos por el medio, un calendario en papel es mucho más efectivo y eficaz. El
hecho de anotarlo a mano, de tenerlo siempre a la vista, de poder jugar con los
colores, tiene un efecto más directo cuando buscas forjar una rutina o cumplir con
un plan de trabajo ajustado.

Si quiero desarrollar un nuevo hábito con el método de Jerry Seinfeld, trazar un


nuevo plan de entrenamiento (soy corredor), marcar una agenda de trabajo
intensivo de 1-2 semanas, o trazar la agenda con las próximas fases e hitos para
un nuevo proyecto, siempre recurro a un calendario en papel.
 Y lo que hago es utilizar uno en PDF que puedo configurar según mis
necesidades. Luego lo imprimo, trabajo sobre él con rotuladores de varios
colores y finalmente lo pongo en el corcho de mi pared. Siempre a mano,
siempre a la vista, siempre empujándome.

En Internet hay multitud de herramientas y páginas que te permiten crear tu


propio calendario en PDF. He probado montones pero de lejos me quedo
con PDFCalendar.com. Me parece la más completa y ofrece suficientes
opciones como para, de verdad, hacer un calendario de papel totalmente a
medida.
 De entrada ofrece dos grandes opciones: calendario mes a mes (el
tradicional), o calendario de 12 semanas por página, (más compacto y con
menos hojas).
 Elijas el que elijas, puedes personalizar practicamente todo: título de la
página, el primer mes que aparecerá, primer día de la semana, sombreado
en días de otro mes, tipo y tamaño de la fuente, márgenes, grosor de las
lineas, y, finalmente, el idioma. Ya que está disponible en multitud de ellos.
Cada cosa la configuras a golpe de clic y finalmente tu calendario
personalizado está listo para ser descargado.
 Si estás pensando en un nuevo hábito o proyecto para este 2011, mi
recomendación es que lo pongas en papel. En un calendario, con fechas
(compromisos). Para eso PDFCalendar es mi favorito.

¿Y qué tal un calendario más compacto?

 Si lo que buscas es un calendario para llevar encima, más compacto y


reducido, entonces yo tampoco tengo duda. La mejor opción es el que ha
adaptado Jeroen Sangers, de El Canasto (sobre un diseño original de David
Deah). El calendario te permite ver todo el año 2011 de un golpe,
incluyendo las fiestas. Perfecto para planificar a largo plazo y no tener que
pasar páginas con los distintos meses. Jeroen incluso ha personalizado el
calendario con las fiestas locales de bastantes ciudades, regiones y países.
Está disponible en formato Excel, OpenOffice y PDF.
 Si te interesa descargarlo, lo encontrarás en esta página.

Los 7 hábitos de la gente realmente efectiva


¿Cómo ser más efectivo en el día a día y tomar buenas decisiones?

Hoy en día, debido a la competencia que existe en el mundo laboral, las empresas
prestan mucha atención a la efectividad de sus trabajadores. Pero ser efectivo no
solamente es importante si trabajas para alguien, ya que si deseas emprender un
proyecto o si eres estudiante, ser efectivo va a ser determinante a la hora de
conseguir el éxito en cualquier tarea que te propongas.
¿Te ha pasado alguna vez que haces muchas cosas pero parece que no
avances? ¿Malgastas mucho tiempo en una tarea y no consigues acabarla en el
plazo indicado? ¿Piensas que eres muy activo pero poco productivo? Si es así, es
posible que no seas tan efectivo como pensabas.

En el artículo de hoy, e inspirados en el libro “Los siete hábitos de la gente


altamente efectiva” de Stephen R. Covey, vamos a repasar las costumbres más
destacadas de las personas que resultan altamente efectivas en su día a día.

1. Ser proactivo

La persona proactiva asume el control y la responsabilidad consciente sobre su


propia vida, se fija objetivos realistas y no deja de trabajar para lograr sus metas.
Ser proactivo tiene que ver con salir a buscar las oportunidades, ya que el
proactivo entiende que difícilmente vendrán solas estas oportunidades. Por tanto,
la persona proactiva crea su propio destino a base de dar respuesta a sus
ambiciones y retos.

2. Empezar con un fin en mente

Esta costumbre está muy relacionada con el desarrollo personal y la motivación de


los individuos. Hace referencia al liderazgo personal y a la acción, pues una visión
apropiada de futuro puede traer consecuencias positivas para la salud emocional
de un individuo. Es importante entender que el fin en mente debe ser realista.
Cualquier objetivo que nos marquemos debe seguir la regla SMART (deben ser
específicos, medibles, alcanzables, realistas, y se deben conseguir en un plazo
determinado), pues los objetivos irrealistas afectan negativamente al bienestar
individual.

3. Establecer primero lo primero

Este punto hace referencia a la administración de los propios recursos y la


aplicación racional de éstos, y permite a los individuos hacer una distinción entre
lo importante y lo urgente. Se pueden tener muchos objetivos, pero siempre deben
de establecerse prioridades. Por tanto, tener un plan de acción bien definido y
otorgar prioridades a cada objetivo u meta, va a ser crucial para no hacer mil
cosas a la vez y no acabar ninguna.

4. Pensar en en ganar / ganar (beneficio mutuo)

Esta costumbre se refiere al beneficio mutuo y es beneficioso para el equilibrio en


las relaciones interpersonales, pues fomenta el bien común y la equidad. La
cooperación y el trabajo en equipo puede traer consigo muchos
beneficios: aumento de la productividad, reducción del estrés, mayor creatividad y
aprendizaje, etc.
Este hábito se basa en el estudio de los paradigmas de interacción humana, que
son 6:

 ganar / ganar;
 gano / pierdes
 pierdo / ganas;
 pierdo / pierdes
 gano
 ganar / ganar o no hay trato

El primero de estos paradigmas es el importante para ser efectivo, y es el contrario


de gano-pierdes, que es habitual en muchas personas debido a que hemos
crecido en una sociedad que valora la competencia.

5. Procurar primero comprender y después ser comprendido

Este hábito también se refiere a la cooperación y la comunicación efectiva, y se


basa en los beneficios de la inteligencia emocional. Además, es importante para
un clima social correcto y para el respeto mutuo y la convivencia. Las personas
efectivas han desarrollado una capacidad de empatía y escucha activa, para más
tarde ser comprendidos. De esta manera construyen relaciones interpersonales
exitosas y constructivas.

6. Sinergizar

Este principio también hace referencia al trabajo en equipo y la colaboración.


La sinergia se refiere a que trabajando en equipo (sumando el talento) el resultado
colectivo es mayor que la suma de los integrantes. Es decir, que el trabajo en
equipo permite que los talentos de cada individuo se complementen para crear un
producto final que no podría haberse conseguido individualmente.

7. Afilar la sierra

Afilar la sierra se refiere a la mejora continua y al desarrollo personal en todas las


áreas de la personalidad, y tiene que ver con el bienestar. Para el autor del libro,
afilar la sierra se basa en la metáfora de un leñador. El leñador puede hacer uso
de la sierra durante un tiempo, pero luego necesita parar y afilarla para poder
seguir con su labor. Las personas efectivas usan el descanso (afilar la sierra) de
manera productiva, ya que tomarse unas vacaciones, leer o formarse, meditar,
hacer ejercicio, etcétera, ayuda a poder seguir dando un buen servicio. Las
personas cuando no son capaces de hacer un alto en el camino en su vida y
recargar las pilas, sufren consecuencias negativas en su personalidad: física,
mental y socio-emocional.
5 formas de mejorar el día a día

No siempre uno se levanta pletórico de energía, buen humor o ganas de hacer


todo lo que se le pone por delante, pero cuando este tipo de actitudes se
convierten en rutina, pueden llegar a ser un gran handicap para un disfrute total de
la vida. Siempre hay cosas que se pueden hacer para mejorar y sentirnos mejor,
así que os cuento algunas de ellas para los que las queráis llevar a la práctica:

1) Conectar con gente, reforzar lazos

Conectar y establecer relaciones con amigos, familia, colegas de trabajo, vecinos,


etc. En casa, en el trabajo, en la escuela, o donde paséis tiempo normalmente.
Reforzar las relaciones personales refuerza los lazos y sistemas de apoyo, soporte
y ayuda entre todos, y son la mejor inversión que se puede hacer a la larga.

2) Mantenerse activo

Dar paseos, hacer deporte, cuidar el jardín o el huerto, irnos a nadar, coger la bici,
etc. El nivel de movilidad y actividad que llevemos está directamente relacionado
con el nivel de bienestar que podemos sentir en nosotros mismos. El cuerpo se
mueve, la mente se activa y se descarga de tensiones, problemas,
preocupaciones.

3) Mantén activa la curiosidad y la observación

Se alguien curioso, interésate por cosas inusuales, presta atencion a los pequeños
cambios, a las cosas que normalmente no percibes en tu día a día, echa un ojo de
vez en cuando a las puestas de sol o a los arboles de tu parque, aprende nuevas
cosillas que te resulten interesantes, fíjate como suceden las cosas alrededor tuyo,
como los cambios van y vienen, integra nuevas experiencias, disfruta de ellas.

4) Sigue aprendiendo

Prueba cosas nuevas. Redescubre un viejo hobby o pasión. Apúntate a ese curso
o taller, cómprate ese nuevo libro, ofrécete voluntario para hacer esa cosa que no
has hecho nunca. Trata de arreglar algo que este roto o a cocinar un nuevo plato.
Ponte un reto y disfruta consiguiéndolo, refuerza tu autoestima y tu propio valor
viendo como eres capaz de mejorar y aprender nuevas cosas, y ponerlas en
practica, siempre ademas disfrutando en el proceso.

5) Da y entrega

Haz algo por algún amigo, o incluso por un extraño. Da las gracias por cualquier
cosa que te haya pasado. Sonríe y envía tu sonrisa a los que estén cerca. Echa un
cable donde puedas, siempre que puedas. Tu felicidad y bienestar personal esta
muy unido al del resto de tu entorno, es un circulo, una cadena, lo que puedas
aportar hoy por aquí cerca, podrá llegarte a ti mañana a través del cualquier otra
forma. La satisfacción personal por ayudar es inmensa, solo por eso ya vale la
pena estar atento a oportunidades para hacerlo.

5 pasos para mejorar tu día

¿Alguna vez has sentido que te levantas con el pie izquierdo y todo sale mal? No
te pongas de mal humor, mejor actúa y realiza actividades placenteras para
cambiar estos momentos y recuperar tu felicidad; el equilibrio de tu energía es
básico para lograrlo.

1.- Disfruta el sol: Aplícate un buen protector solar y deja que los rayos solares
acaricien tu piel y la llenen de vitamina D. Puedes caminar durante 15 o 20
minutos para respirar profundamente, recuperar fuerzas y olvidar el mal humor, de
según The Huffington Post.

2.- Presiona tu botón energético: Al presionar suavemente el timo, que es un


órgano del sistema linfático que se encuentra en la parte central de tu pecho
(debajo de la clavícula), sentirás cómo se aleja el estrés, el mal humor y la
energía negativa, mientras recuperas tu fuerza y vitalidad. Hazlo durante 20
segundos con una respiración lenta y profunda.

3.- Despeja tu mente: Cuando sientas que todo está en tu contra, parpadea entre
10 y 20 veces por minuto para activar tus ojos. Después, déjalos cerrados por
algunos minutos y piensa en que el resto de tu día será grandioso. También
puedes olvidarte de todo al escuchar o cantar tu canción preferida.

4.- Abrazoterapia: No hay nada mejor para quitar el mal humor que un momento
de abrazos. Identifica a las personas agradables y llenas de energía a tu alrededor
y pídeles un abrazo. Esto te motivará y revitalizará. Si tienes pareja, disfruta una
relajante sesión de besos, te sentirás como nuevo.

5.- Disfruta tus alimentos: Cuando sientas que todo está mal, consiéntete con un
platillo que te reconforte. Pide tu comida favorita y disfrútala al máximo. Notarás
como se te quita el mal humor y la sensación de que todo tu día está mal.

No dejes que los malos momentos invadan tu vida, mejor trata de arreglarlos con
una actitud positiva. Recuerda que el estrés crónico impacta en tu salud física,
mental y espiritual, ¡aprende a evitarlo!
Las 12 claves para organizar tu vida y eliminar el estrés

Tanto la organización extrema como el desorden son factores que nos pueden
estresar. Reduce este problema con estos consejos.

Sara Menéndez Espina

Tanto en la vida laboral, como en la personal, un exceso de tareas, incertidumbre,


de tiempo continuado dedicado a la misma labor, la presión, etc., son factores que
favorecen el desarrollo de estrés. Además, si al final del día hemos dejado tareas
sin cumplir, sentiremos ansiedad porque nos culparemos a nosotros o a los demás
se no haber podido hacerlas, y la falta de orden no nos dejará repasar con calma
el día y reorganizarnos para el día siguiente.

El estrés en sí no es malo, es una respuesta del organismo que nos activa y nos
pone en alerta ante cualquier situación que nos está presionando. En cantidades
bajas nos permite trabajar con cierta concentración y actividad, pero, en exceso,
produce el efecto contrario. Y un estrés continuado en el tiempo nos traerá,
seguro, serios problemas de salud.

Objetivos claros y asumibles

Organizar nuestro día a día, tanto en el trabajo como en la vida diaria, nos permite
establecer unos objetivos claros y realistas, asumibles. Escapamos así de la
incertidumbre y la frustración, además nos permitirá realizar las tareas más
relajados y dando lugar a la creatividad: no podemos pensar bien si estamos
atareados, nos bloqueamos. No debemos olvidar que para el éxito en el ámbito
laboral, de estudio y también el personal, el tiempo dedicado a despejar la mente y
el cuerpo, así como a dormir y alimentarnos correctamente, son tan importantes
como el tiempo dedicado en sí a las tareas. Nos permitirá trabajar más rápido, con
mayor concentración y con las ideas más claras, y la única forma de comprobarlo
es probando.

En el ámbito laboral y/o escolar/universitario, este orden deberá ser más


minucioso que en la vida personal, porque no debemos poner horarios a las
personas de nuestro alrededor, pero cierto orden sí que nos ayudará en muchas
tareas. Sobre todo, nos permitirá disfrutar de horas de descanso, que de otra
manera es muy probable que ocupáramos con más trabajo u obligaciones.

1. Hazte con una agenda

Claramente, este es el primer consejo para ordenar nuestro día a día. Puede ser
una clásica agenda de papel, una app del móvil, un programa del ordenador o
cualquier cosa que nos permita organizarnos de la manera que sea más cómoda
para nosotros.
2. Revisa la agenda cada mañana

Hay actividades que programaremos a medio plazo, por ejemplo, lo que haremos
durante el resto de la semana. Sin embargo organiza y readapta tu horario al inicio
de cada jornada para adaptarlo al nuevo día, y los cambios imprevistos que hayan
surgido.

3. No te agobies con los horarios

No conviertas la organización en un nuevo elemento estresante, por tanto, no seas


excesivamente rígido con el cumplimiento de tus horarios ni las tareas. Deja
siempre lugar al imprevisto, es común que ocurran hechos que no esperábamos y
nos interrumpan el trabajo, por ello, no intentes ser demasiado exigente ni
estableciendo tus tareas y objetivos, ni cumpliéndolos. Disfruta de la
espontaneidad, y de las interrupciones de los demás.

4. Permite la introducción de pausas de 10-15 minutos cada 2 horas

Descansará el cuerpo y la mente, y evitará que te sobrecargues. Además, en


estos descansos estaremos aprovechando para cambiar de postura, estirarnos un
poco y prevenir lesiones derivadas de ciertas posturas.

5. Procura tener nos horarios fijos para cada tipo de actividad.

Por ejemplo, los horarios de descanso, de comida, de trabajo, de tareas del hogar,
etc. Tener unos horarios más o menso marcados es muy beneficioso para el
cuerpo y para la mente, nos adaptamos a ese ritmo y, así, nos facilita ir
cumpliéndolo día a día, combatiendo a nuestra enemiga la pereza.

6. Lleva el orden también a tu entorno

En el trabajo, limpia tu escritorio de cosas que no necesites y ordénalo, cada cosa


tiene un lugar y saber dónde se encuentra te hará perder menos tiempo
buscándolo. En casa igual, no podemos estar relajados en un hogar desordenado,
así como tampoco podemos estudiar en una habitación caótica. Nos distrae y no
permite tener bien a mano e identificadas las cosas que necesitaremos para
nuestro rato de estudio.

7. Establece prioridades

Para las diferentes tareas que tengamos que realizar, piensa cuáles son más
significativas y urgentes y dales más importancia. No pospongas tareas
importantes aunque sean más tediosas, descubrirás que cuando las quitas de en
medio pronto, la satisfacción es mayor.

8. Subdivide las tareas más complejas en subtareas


Así, convertiremos objetivos muy amplios y complejos, en objetivos más claros y
asumibles, como decíamos al principio. Por ejemplo "Terminar lo atrasado de la
semana pasada en el trabajo" es un objetivo difuso y, seguramente, largo si
tenemos mucho atrasado. Lo cambiaremos por: "Hoy redactar los dos informes
más urgentes que he dejado atrasados"; "Mañana llamar por teléfono a las 2
personas que no había llamado para consultar tal asunto", etc. Irás completándola
poco a poco y evitarás el agobio y el estrés de hacerlo a última hora.

Guardia siempre tiempo para ti y los tuyos

9. Se acabaron las comidas rápidas para salir del paso

Si eres tú quien se prepara la comida, dedica tiempo a cocinar platos nutritivos y


que te aporten todo lo que necesitas para tener energía, sobre todo en el
desayuno. Huye de las comidas pre cocinadas, hay un sinfín de platos rápidos y
nutritivos esperándote. Alimentarse bien es clave para tener éxito en todo.

10. Establece horas de descanso, sobre todo al final del día

Dedícalas a actividades de ocio, como jugar con tus hijos, charlar con tu pareja o
alguien de tu hogar, leer, ver la televisión, escuchar música, realizar ejercicios de
relajación, etc. Cualquier cosa placentera y que, además, te relaje. Esto te
ayudará a dormir mejor y a tener la mente más despejada.

11. Delega o anula algunas de tus tareas

No podemos acapararlo todo, aunque pensemos que nosotros manejamos mejor


las situaciones. Pide ayuda, si es posible, a compañeros en el trabajo o a otras
personas de tu hogar para hacer aquello con lo que no puedas. También debemos
aprender a rechazar peticiones de los demás que no puedas cumplir, haciéndelos
entender que no tenemos tiempo.

12. Cuando termines el día, repasa lo que has conseguido

Sentirás una enorme satisfacción, tranquilidad y alivio. Si ha quedado alguna tarea


sin realizar, no sentirás la ansiedad que se te generaba antes, porque ahora sabes
lo que hiciste, por qué, y por qué era imposible cumplir hoy todo lo que tenías
programado.

Verás que, habiendo organizado el día, en realidad tienes mucho más tiempo del
que esperabas. Te proponemos, entonces, introducir alguna actividad deportiva,
aunque sea poco tiempo: caminar, correr, nadar, andar en bicicleta, etc. Si no,
deja estas actividades para el fin de semana, pero el ejercicio es, junto a la
organización, el mejor remedio para el estrés.

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