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170 El hombre viejo y el hombre nuevo (3, 5-11) Col3,l1 171

contraposición, «griego y judío» 522, «esclavo y libre», aparecen originarios, y si el acceso a la cultura (o la liberación frente a ella)
también en Gál 3, 28; 1 Cor 12, 13. La contraposición «hombre, no debería ser radicalmente posible para todos. Tanto más si se
mujer» de Gál 3, 28 falta en todas partes 523, quizá porque dio tiene en cuenta que el último par describe un estado creado por el
origen a prácticas entusiásticas. Es nueva la interpretación explí- hombre y por su organización de la sociedad, estado que se halla
cita del primer par por «circuncisión e incircuncisión» 524, que en un plano distinto de la división natural en hombre y mujer y
advierte que se trata de algo más que simples fronteras naciona- que se puede cambiar totalmente 527. Lo único claro es que en el
les. Es extraña la continuación con «bárbaro y escita». La asig- nuevo mundo influenciado por Cristo todas estas diferencias son
nación de los cuatro pueblos a occidente, oriente, sur y norte 525 irrelevantes y por eso, en la medida de lo posible, deben desapa-
es difícil, a pesar de la aplicación eventual del término «bárba- recer cuando agobian al ser humano. El texto no se apoya, pues,
ros» a los africanos; el término (especialmente alIado de «grie- en la idea estoica de una ciudadanía del mundo donde sólo cuen-
go» al comienzo del versículo) designa a todos los no griegos, y ta el hombre interior, su vida espiritual, de forma que todas las
para Occidente estarían más próximos los romanos que los grie- diferencias de nación o de estamento pierden importancia. Las
gos. También resulta difícil pensar que el texto contemple la con- diferencias existen en Pablo y en Col 3, 11, pero se deben poner
traposición racial entre blanco y negro. Col 3, 11 no hace sino bajo la soberanía de Cristo y, por tanto, no deben prevalecer
modernizar la antigua confrontación religiosa, quizá precisamen- cuando hacen sufrir a otros. Sólo Cristo debe prevalecer; él es la
te porque la circuncisión y la incircuncisión no son ya actuales, y medida para definir todo lo demás. Ello es todo 528 en todo. El
son importantes, en cambio, los contrastes entre pueblos más texto de 1 Cor 15,28 refiere la misma expresión a Dios. Detrás de
cultos y (según la concepción de entonces) menos cultos. Bárbaro esta fórmula está la idea helenístico-estoica del mundo regido to-
es el término adecuado para expresar esto, y dado que hay aún talmente por Dios y envuelto totalmente por él (cf. p. 66 s), que
un segundo miembro que añadir, el texto escoge un pueblo muy podía acabar en la equiparación de Dios y del mundo (cf. nota
lejano y calificado a menudo como muy bárbaro 526. La tenden- 142). Esta fórmula como frase hecha sólo se encuentra en textos
cia ya visible en 1, 23.27 a situar la misión universal, como mar- relativamente tardíos, como la invocación «tú, Isis, eres la única
cha triunfal de Cristo, en el centro del acontecimiento de salva- diosa, lo eres todo», o la alabanza de Hércules como «el sol que
ción deja sentir también aquí su influencia. (obra) en todos y (penetra) en todo» 529; pero los autores neotes-
Pero esta enumeración plantea un problema. Se nace hombre tamentarios presentan sin duda expresiones análogas recibidas
o mujer y esto no puede ni debe ser objeto de cambio. Esto mis- del judaísmo helenístico, como da a entender'el relato de Filón en
mo se puede aplicar aquí a los tres primeros pares, siempre que Spec Leg 1 208 según el cual «el Universo es Uno o desde el Uno y
la circuncisión no constituye ya un signo indiscutible de perte- con vistas al Uno». Pero si ya en este pasaje aparece, además de
nencia al pueblo de Dios y el denominado nivel cultural no se la afirmación sobre el ser, la afirmación sobre el devenir que indi-
considera como decisivo. Lo cierto es que el pagano puede acep- ca el origen y la meta, tanto más está presente en Col 1, 15-18 la
tar la circuncisión o el judío rechazarla (1 Cor 7, 18), el griego fe bíblica en la creación y en la consumación final. En Col 3, 11,
puede renunciar a su cultura y el bárbaro puede apropiársela. la afirmación de que Cristo lo es «todo» se refiere a los denomi-
Habría, pues, que someter a estudio si en la comunidad de Cristo nados antagonismos condicionados históricamente, que quedan
la circuncisión no queda abolida para todos, aun para los judíos superados desde el momento en que él vive y obra 530 en todo; lo
cual se puede entender, como en la fórmula citada sobre Hércu-
522. Pablo escribe (aunque sin duda acentuándolo teológicamente en Rom 1, 16; 2, 9;
cf. 3, 9): «judío(s) y griego(s»>. 527. Sobre esto, cf. Stuhlmacher, Phlm, sobre todo 67-69.
523. D*O lo vuelven a añadir en Col 3, 11, como es lógico. 528. B:tí DO añaden el artículo, recordando sin duda a 1, 16 s; pero aquí no se habla del
524. Quizá influyera Oál6, 15, donde la <<nueva creación» consiste en la abolición de es- universo, sino de los opuestos mencionados.
ta contraposición. 529. Dessau, Inscr Lat Select n, 4362 (¿tiempo?); Macrob, Sat 1, 20, 11 (en torno al afto
525. Bengel 822. 400 d.c.).
526. H. Windisch, ThWNT 1, 550, 23-45; Jos, Ap n, 269: «diferenciándose apenas de 530. R. Schnackenburg, Der neue Mensch - Mitte christlichen Weltverstiindnisses, Kol3,
los animales salvajes». En cualquier caso el mundo nuevo corresponde a aquel anterior a la 9-11, en Id., Schriften zum Neuen Testament, München 1971, 408 entiende «en todos» en
construcción de la torre de Babel (Karnlah, Form, 33 s). masculino (cL Severiano 327: en todos los que le obedecen). Frente a cualquier equiparación

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