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"Año 

de la lucha contra la corrupción e impunidad"

UNIVERSIDAD PRIVADA TELESUP

MAESTRÍA EN DERECHO CORPORATIVO Y FINANZAS

CURSO: ANALISIS Y GESTIÓN DE RIESGO

TRABAJO MONOGRÁFICO

“CRISIS FINANCIERAS INTERNACIONALES Y SU

IMPACTO EN EL PERÚ”
PARTICIPANTES:

COLLAZOS COLLANTES, ROSSY

LAURA FERRO, JUAN LUIS

LUDEÑA QUISPE, YVAN MATEO

PELAGATTI DELLEPIANE, SERGIO ANTONIO

RIQUELME CISNEROS, LINDA URSULA

SOLIS ROJAS, JORGE ALEX

LIMA – PERÚ

2019
ÍNDICE DE CONTENIDO

PÁGINA

INDICE 2
INTRODUCCIÓN 3
1. Crisis mundial y su impacto en el Perú 4
2. La crisis subprime 4
3. La crisis española 10
4. La crisis de Turquía 13
5. La crisis de Argentina 18
6. El caso Europeo 27
7. La crisis Rusa 31
8. Relación entre la crisis internacional y su impacto en el Perú 33

CONCLUSIONES 37
BIBLIOGRAFÍA 38

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INTRODUCCIÓN

La presente investigación realiza un análisis de la crisis financiera mundial y sus


efectos en el Perú y el mundo, En las dos últimas décadas, los flujos de capital
externos a economías emergentes, particularmente, la inversión extranjera
directa, han representado una importante fuente de financiamiento para su
crecimiento. Sin embargo, su reversión repentina también ha sido el origen de la
mayoría de sus crisis financieras.1 Este rol dual de los flujos de capitales en el
crecimiento económico y en la estabilidad macroeconómica de economías
emergentes ha motivado la aparición de una numerosa cantidad de artículos
especializados que estudian este fenómeno desde distintos ángulos. Por un lado,
Calvo, Izquierdo, y Mejía (2004); Gertler, Gilchrist, y Natalucci (2007); Aghion,
Bacchetta, y Banergee (1999, 2000); Krugman (1999); y Chang y Velasco (1998)
enfatizan el rol de los pasivos dolarizados como un factor que puede iniciar y
propagar una crisis financiera frente a una salida repentina de capitales.2 Por otro
lado, los trabajos de Calvo, Izquierdo, y Mejía (2003); Edwards (2004); Guidotti et
al. (2004); Goldstein y Razin (2005); y, Cavallo y Frankel (2007) se concentran en
los determinantes de los flujos de capital y sus consecuencias. Sin embargo, el
análisis a las respuestas de política frente a la reversión repentina de los flujos de
capitales ha merecido menos atención en la literatura, a pesar de ser éste un
aspecto fundamental en la determinación de los costos que generan estos
choques tanto de corto como de largo plazo. En este documento, se ofrece un
análisis comparativo de las experiencias del Perú frente a la reversión repentina
de los flujos de capital generada por la crisis rusa, a fines de la década de 1990, y
aquella originada por la crisis del sector construcción y financiero en Estados
Unidos, a partir de 2008, con especial énfasis en la combinación de políticas que
eligieron las autoridades peruanas en ambas experiencias y en los factores que
contribuyeron o limitaron la efectividad de las mismas. Esta evaluación indica que
el determinante crucial para la efectividad de las políticas implementadas por las
autoridades peruanas en ambos episodios fue la existencia de un amplio saldo de
activos internacionales. En 1997, el Perú contaba con el segundo mayor nivel de
reservas internacionales como porcentaje del total de depósitos de sistema

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financiero (67 por ciento) al nivel de los países latinoamericanos, tan solo detrás
de Venezuela.

1.- CRISIS ECONÓMICA MUNDIAL Y SU IMPACTO SOBRE EL PERÚ

La primera crisis financiera internacional del siglo XXI estalló en el 2007 con el
virtual colapso del sistema financiero de Estados Unidos; el detonante fue el
estallido de una burbuja inmobiliaria, alimentada por un boom crediticio durante
los seis años previos. En paralelo, burbujas inmobiliarias también estallaron en
España, Irlanda y Reino Unido. Por tanto, ocasionó una crisis en las economías
avanzadas con impactos en todo el mundo, manifestados en una desaceleración
de la actividad productiva y aumentos en el desempleo.

2.- LA CRISIS SUBPRIME

En el 2007, estalló la primera crisis financiera internacional del siglo XXI en


Estados Unidos y en algunos países europeos. Cinco años después la crisis no
ha terminado, pues muestra diversas ramificaciones, y en esencia se trata de la
misma crisis que estalló en el 2007 en Estados Unidos y generó repercusiones
globales a partir de setiembre del 2008. Los mecanismos de solución alimentaron
aún más la crisis, que mutó de financiera y privada a fiscal y pública.

¿En qué consistió y por qué ocurrió?

En términos generales, la crisis puso sobre el tapete una antigua lección: si un


gobierno gasta por encima de sus ingresos, genera un déficit fiscal; el exceso de
gasto público puede ser cubierto durante un tiempo con deuda, pero si la
tendencia persiste, llega un momento en que ya no es posible endeudarse más.
En esa circunstancia solo queda reducir el gasto. Dicho de otro modo, al igual que
en una familia, no se puede gastar por encima de los ingresos de manera
indefinida. Más aún, en Estados Unidos y varios países europeos no solo se trata
de un problema de los gobiernos, sino también de las familias en sí, es decir,
todas se han acostumbrado a gastar más de lo que pueden pagar. Esto ha
ocurrido desde hace un par de décadas, pero con mayor profundidad en los
primeros diez años del siglo XXI. El crecimiento alto y sostenido de la economía

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mundial en medio de una ola de innovaciones en las tecnologías de la información
había generado la “muerte del riesgo”, es decir, los agentes económicos redujeron
la aversión al riesgo casi hasta eliminarla debido al optimismo sobre el
comportamiento de la economía mundial. El resultado fue el boom crediticio y el
sobreendeudamiento de las familias y el gobierno de Estados Unidos que
acompañó la burbuja inmobiliaria ocurrida entre los años 2002 y 2007. Desde esa
óptica, la crisis fue un resultado del éxito anterior. El mundo transitó del
crecimiento y la confianza a la depresión y el pánico.

Ante ese panorama sólo quedaba ajustar, es decir, disminuir el gasto y aumentar
los ingresos públicos para reequilibrar las finanzas públicas. Como consecuencia,
las familias compran menos, las empresas venden menos y la economía se
contrae.

¿Y por qué afecta esta situación al resto del mundo?

Porque Estados Unidos y Europa son los principales demandantes de bienes y


servicios del resto de países, entre ellos China. Si Estados Unidos y Europa
compran menos al resto del mundo, China producirá menos, pues observa cómo
se reducen sus principales mercados; los tres motores de la economía mundial se
frenan y con ellos la economía mundial. En el 2009, la economía mundial
experimentó una recesión sincronizada, es decir, una caída de la producción de –
0.5%. En Estados Unidos fue de –2.6% y en la Eurozona la recesión fue de –
4.1%. El Perú, luego de crecer en 9.8% en el 2008, lo hizo solo en 0.9% en el
2009. Como consecuencia, en América Latina el resultado de la evolución del PBI
fue de –1.7%. China, gracias al tamaño de su mercado interno, creció en 9.2%.

La implicancia principal para una economía pequeña como la peruana es su


dependencia de la evolución de la economía mundial; lo que pase con ella
impactará sobre nuestro país. Por ello, la crisis actual configura un entorno
externo desfavorable para el gobierno actual, a diferencia del contexto
internacional favorable que enfrentaron Toledo y García durante el periodo de
auge de la economía mundial. Y por ello debe tenerse cautela con los

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incrementos en el gasto público, pues la solidez macroeconómica es nuestro
principal amortiguador de los embates de la crisis.

¿Cuál fue el origen de este problema?

El colapso del sistema financiero de Estados Unidos hacia los años 2007 y 2008.
Los sistemas financieros tienen como principal función la canalización de los
fondos de los depositantes a los inversionistas. Si dejan de operar de manera
normal, el sector productivo de la economía se frena, debido a la reducción
drástica del crédito. ¿Y por qué colapsan los sistemas financieros? Porque
algunos no pueden pagar sus deudas. La historia muestra que las crisis
financieras son crisis de deuda, sea del sector privado o del sector público, que
aparecen luego de un periodo de auge crediticio manifestado en burbujas
especulativas en algún activo, por lo general en acciones o viviendas.

Durante la primera década del siglo XXI, Estados Unidos vivió por encima de sus
posibilidades. Por un lado, hubo una disminución de impuestos y un alto nivel de
gasto público del gobierno, en especial por guerras en el exterior como la de Irak,
como consecuencia del ataque a las Torres Gemelas del 2001. Por otro lado, las
familias se sobreendeudaron gracias a un boom crediticio que llevó a un aumento
desmedido de los precios de las viviendas y otros activos. ¿Y por qué las
entidades financieras otorgaron tantos créditos? Porque gracias a los adelantos
en las tecnologías de la información, los bancos comerciales que otorgaban los
préstamos revendían estos a bancos de inversión en Wall Street, los cuales, a
través de complicadas técnicas financieras, creaban nuevos productos financieros
opacos y exóticos que, a su vez, eran vendidos a inversionistas en todo el mundo.
La disminución en la tasa de interés abarató aun más los préstamos; como dirían
los economistas, fue una combinación de una política fiscal expansiva (mayores
gastos y menores impuestos) con una política monetaria expansiva (menores
tasas de interés). El resultado: un boom crediticio y sobreendeudamiento que
colapsó en agosto del 2007 y alcanzó impactos globales a partir de setiembre del

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2008 con la quiebra y desaparición de los bancos de inversión en Wall Street.
Mientras tanto, en varios países de la Eurozona como España e Irlanda, el boom
crediticio también generó burbujas en los precios de varios activos, como las
viviendas. La interconexión del mundo hizo que la posibilidad de una nueva Gran
Depresión, similar a la de hace ochenta años, fuera real.

¿Cómo reaccionaron los gobiernos?

Con el objetivo de evitar un descalabro similar al ocurrido durante la Gran


Depresión de los años treinta del siglo anterior, los gobiernos implementaron
programas de estímulo económico, es decir, incrementos en el gasto público con
el objetivo de “reavivar” la economía, dado que el sistema financiero no
funcionaba y, por tanto, el consumo y la inversión privada, motores del
crecimiento, mostraban disminuciones históricas; la solución fue mayor gasto
público ante el menor gasto privado. El problema es cómo financiaron el mayor
gasto, y es aquí donde la solidez o la debilidad macroeconómica entran en juego,
pues el punto de partida sí importa.

Mientras que los gobiernos de Estados Unidos y de algunos países de la


Eurozona (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia) se endeudaron para financiar
los mencionados programas en circunstancias en que los niveles de deuda ya
eran altos, el Perú no requirió hacerlo, pues tenía ahorros (superávits fiscales) del
trienio 2006-2008. La prudencia fiscal rindió sus frutos.

En términos simples, los bancos centrales y los gobiernos fueron al rescate, los
primeros
emitiendo dólares y euros (préstamos de los bancos centrales a los gobiernos) y
los segundos, gastándolos, de modo que el mayor gasto público “reemplazara”
temporalmente al menor gasto privado. Ello permitió una “recuperación desde la
demanda” en el 2010, que no era sostenible, pues el mecanismo no podía
continuar, pero que sí otorgaba tiempo para enfrentar los problemas del sistema
financiero, tarea que no se hizo; por esa razón el año 2010 mostró una ligera
recuperación, aunque no sostenible. En ese año, el PBI mundial creció en 5.2%,
mientras que el de Estados Unidos lo hizo en 3.0% y el de la Eurozona en 1.9%.

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La “aparente” recuperación económica mundial estuvo liderada por las economías
emergentes, que crecieron en 7.3%, mientras que las avanzadas lo hicieron en
3.2%.

De esta manera, hacia el 2011 la capacidad de repago de las deudas de los


gobiernos se redujo y los acreedores comenzaron a dudar de los préstamos
realizados a los gobiernos. En Estados Unidos, es necesaria la aprobación por
parte del Congreso para que el gobierno siga endeudándose; en otras palabras,
cuando la deuda llega al límite establecido, el Congreso tiene que aprobar la
ampliación del techo de la deuda. Sin embargo, aquí comenzó un problema
político, pues en una de las cámaras tiene mayoría el Partido Republicano,
mientras que en la otra lo tiene el Partido Demócrata, del cual es miembro el
actual presidente, Barack Obama, candidato a la reelección en noviembre de este
año. Luego de días de intensa negociación política, se llegó a un acuerdo:
aumentar el límite de la deuda a cambio de reducciones en el gasto público.

Sin embargo, endeudarse más no soluciona el problema, a menos que la


economía crezca más, de modo de tener los recursos para el repago. De ahí que
la relación entre la deuda y el PBI sea clave. Mientras más crezca la economía,
mayor recaudación logra el gobierno, pues las empresas tienen más utilidades.
Pero si las familias en Estados Unidos están con altos niveles de endeudamiento,
no pueden gastar y con ello incentivar la demanda; por eso la economía crece
menos, y el gobierno recauda menos y reduce su probabilidad de pago de deuda.
En agosto del 2011, la calificadora de riesgo Standard & Poor redujo la
calificación crediticia de la deuda pública de Estados Unidos, de AAA a AA , algo
que ocurría por primera vez con la deuda del país del norte. La deuda pública
como proporción del PBI era de 100%, y de 150% si agregamos la deuda del
sector privado, y el plan de consolidación fiscal no fue percibido como suficiente.
A modo de comparación, en el caso peruano la deuda pública asciende al 21%
del PBI. El Perú tiene mayor capacidad de repago que los Estados Unidos.

Standard & Poor hizo lo correcto: los niveles de deuda señalados, un déficit fiscal
cercano al 10% del PBI y, en especial, un crecimiento muy bajo, unidos a los
problemas políticos de concebir un plan de consolidación fiscal tenían que

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reflejarse en una rebaja de la calificación crediticia, sea la de Estados Unidos o la
de cualquier país del mundo.

"LA LECCIÓN MÁS IMPORTANTE DE LA CRISIS SUBPRIME PARA PERÚ ES


EL ROL DEL REGULADOR PRUDENCIAL"

Lawrence White, profesor de Stern School of Business, dijo que la SBS juega un
rol fundamental para mantener el sistema financiero saludable. El crecimiento
hipotecario consideró no es alarmante porque el ente regulador “hace una buena
labor”.

La crisis subprime es considerada la más devastadora de la historia y sus efectos


aún persisten en ciertos ámbitos de la economía mundial. Una debacle de tal
magnitud ha dejado lecciones muy importantes a tener en cuenta, según dijo
Lawrence White, profesor de Stern School of Business, en la Universidad de
Nueva York.

El catedrático, quien estuvo de visita en Lima por invitación de la


Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), indicó que el rol de la
regulación prudencial en los mercados financieros es la lección más importante
que la crisis del 2008 ha dejado, y de la cual el Perú debe tomar nota.

"Desafortunadamente, una vez cada 20 años en los Estados Unidos aprendemos


la lección de la importancia de la regulación prudencial. Luego, pasa un tiempo y
nos olvidamos la lección y tenemos que volver a aprenderla", afirmó.

En ese sentido, opinó que la SBS está "haciendo una buena labor" en cuanto a
ser firme y supervisar la actividad bancaria. Ello implica que las entidades hagan
buenas colocaciones crediticias y estén preparados en caso los prestatarios
caigan en condiciones de insolvencia.

Mercado hipotecario La causa de la crisis subprime radica en una burbuja en el


sector inmobiliario, que generó problemas en las hipotecas. El crecimiento de

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ambos sectores en el Perú ha sido muy dinámico en los últimos años, pero para
White no es una cuestión de alarma.

"Era previsible que hubiera un crecimiento rápido debido a la estabilización


económica y a su crecimiento en general. Cuando hay un crecimiento rápido, uno
se preocupa si es que la gente se va a descuidar. Es el trabajo de la
Superintendencia: Asegurarse que los bancos no se descuiden. Creo que están
haciendo una buena labor", sostuvo.

El crecimiento económico que el Perú ha mostrado en la última década señaló ha


sido el motor de impulso para los sectores inmobiliario e hipotecario. La
estabilidad social y de la actividad productiva han generado confianza, lo cual
contribuye con la dinámica.

Posicionarnos en el mundo.- De otro lado, el experto cree que el éxito


económico del Perú es una historia que es desconocida en el mundo,
especialmente en los mercados e instituciones financieras.

"El Perú debe hacer un mejor trabajo al contarle su historia al mundo. El mundo
sabe sobre Chile y el buen desempeño que la economía chilena ha tenido, pero
saben mucho menos sobre el Perú. Necesita contarle mucho mejor esta historia al
mundo", finalizó.

3.- LA CRISIS ESPAÑOLA

La crisis económica española, también llamada depresión económica


española, se refiere a la crisis económica que se inició en 2008 y que en
la contabilidad nacional según los datos del Instituto Nacional de Estadística,
dependiente de la Administración General del Estado, afirma que concluyó en el
año 2014. Sin embargo, hasta la actualidad (2019) la economía española no ha
recuperado los valores previos a la crisis, en particular en cuanto a desempleo,
por lo que existe división de opiniones sobre en qué fecha situar el final de la

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crisis. En 2008 los principales indicadores macroeconómicos tuvieron una
evolución adversa. Los efectos se han prolongado durante más de seis años
hasta la actualidad, no solo en el plano económico sino también en el político y el
social. Esta crisis se enmarca dentro de la crisis económica mundial de 2008 que
afectó a la mayor parte de países del mundo, en especial a los países
desarrollados.

El comienzo de la crisis mundial supuso para España la explosión de otros


problemas: el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria de 2010 y
finalmente el aumento del desempleo en España, de lo que derivó el surgimiento
de movimientos sociales encaminados a cambiar el modelo económico y
productivo así como cuestionar el sistema político exigiendo una
renovación democrática. El movimiento social más importante fue el
denominado Movimiento 15-M, surgido en mayor medida por la precariedad y las
condiciones económicas de las clases media y baja; dos consecuencias de
la crisis financiera. La drástica disminución del crédito a familias y pequeños
empresarios por parte de los bancos y las cajas de ahorros, algunas políticas de
gasto llevadas a cabo por el gobierno central, el elevado déficit público de las
administraciones autonómicas y municipales, la corrupción política, el deterioro de
la productividad y la competitividad y la alta dependencia del petróleo fueron otros
de los problemas que también contribuyeron al agravamiento de la crisis. La crisis
se extendió más allá de la economía para afectar a los ámbitos institucionales,
políticos y sociales.

Reconocimiento de la crisis (julio de 2008)


A mediados de junio de 2008, el diputado Gaspar Llamazares (IU) pregunta en el
Congreso al vicepresidente Pedro Solbes por las medidas adoptadas «frente a la
crisis». En su réplica, Solbes se convierte en el primer miembro del Gobierno y del
PSOE que utiliza el término "crisis" para referirse a la situación económica, sin
embargo ya era un término profusamente utilizado en los medios y en distintos
análisis económicos. No fue hasta el 8 de julio de 2008 cuando Zapatero, en una
entrevista en Antena 3 tras las celebración del 37.º Congreso Federal del PSOE,
menciona por primera vez la palabra «crisis, como ustedes quieren que diga».

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Derrumbe de los mercados financieros (octubre de 2008)
A principios de octubre de 2008, se presentan acciones a escala internacional
para restablecer la confianza tras la espiral de quiebras en el sector bancario
(Fortis, Dexia, Hypo Real Estate Bank, etc.). Por un lado, la Cámara de
Representantes de EEUU aprueba un plan de rescate financiero diseñado por el
Gobierno de George W. Bush para la adquisición de deuda de mala calidad de los
bancos, con un coste de hasta 700.000 millones de dólares (medio billón de
euros). Por otro lado, los líderes de Alemania, Francia, Reino Unido e Italia
realizan una declaración conjunta en la que se comprometen a apoyar a los
bancos problemáticos y a actuar de forma coordinada.

Por su parte, Zapatero, tras respectivos encuentros con el líder de la oposición,


representantes de la banca y agentes sociales, anuncia la creación de un fondo
de 30.000 millones de euros (ampliable a 50.000 millones) para la compra de
«activos financieros sanos, no tóxicos», con cargo al Tesoro Público, que
permitiría garantizar la liquidez del mercado español. Además, también anuncia
un aumento de la garantía mínima de los depósitos españoles en caso de
quiebras bancarias a los 100.000 euros, el doble del mínimo pactado por la Unión
Europea. Al mismo tiempo, el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel
Fernández Ordóñez, ya advierte que «es absolutamente inevitable un proceso de
reestructuración en el sector financiero español, ya sea con fusiones o con otras
fórmulas».

Ante este escenario, las bolsas mundiales sufren un viernes negro el 10 de


octubre, especialmente la de Madrid, que cierra la sesión con una caída del
9,14 %, la mayor de su historia, perdiendo la cota de los 9000 puntos. Ese mismo
fin de semana, en París, los líderes de los entonces quince países de
la eurozona acuerdan una estrategia común para asegurar la liquidez de las
instituciones financieras y proporcionarles capital adicional. La ayuda conjunta
supera el billón de euros. De ellos, España compromete cien mil millones para
garantizar avales bancarios. En palabras de Zapatero, estas medidas «son
imprescindibles» para solventar «la grave situación de nuestro sistema financiero
y de nuestras economías». Las bolsas europeas responden el lunes siguiente con
fuertes subidas (París un 11,18 %, Frankfurt un 11,40 %, Milán un 11,49 %,

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Londres un 8,2 %). El Ibex 35 registra ahora la mayor subida de su historia, al
ganar un 10,65 % y rozar los 10 000 puntos.

Plan de activación económica (noviembre de 2008)

A finales de noviembre, Zapatero anuncia un plan urgente para la reactivación de


la economía dotado con 11 000 millones de euros, un 1,1 % del PIB, con el que
se espera conseguir la creación de 300.000 puestos de trabajo durante 2009. El
plan contempla que 8.000 millones de euros se destinen a la inversión pública en
los ayuntamientos (Fondo Estatal de Inversión Local).

Primera recesión de la crisis económica española (2008-2010)

Durante el cuarto trimestre de 2008, la economía española entra oficialmente


en recesión, al caer el producto interior bruto (PIB) un 1,1 %, descenso que se
suma al del 0,3 % en el tercer trimestre. Por otro lado, la escalada en la
destrucción de empleo se va haciendo cada vez más notable: en agosto de 2008
se supera la barrera de los dos millones y medio de parados, la cifra más alta en
diez años. En diciembre, España se convierte en el país que más empleo
destruye del mundo, al rozar los tres millones de desempleados.

La primera recesión en España de la crisis termina en el primer trimestre de 2010.


Un año y tres meses después, en el segundo trimestre de 2011, el país volvía a
caer en recesión.

4.- LA CRISIS DE TURQUÍA

Durante 2018 se ha desarrollado una crisis financiera en la República de


Turquía, con repercusiones internacionales debido al contagio financiero. Se
caracteriza por la depreciación de la lira turca, la alta inflación, el aumento de los
costos de endeudamiento y el consiguiente aumento en el incumplimiento de los
préstamos. La crisis fue causada por el excesivo déficit en cuenta corriente y la
deuda en moneda extranjera de la economía turca, y por las ideas poco ortodoxas
sobre la política económica de tasas de interés del presidente Recep Tayyip
Erdoğan.

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Déficit de cuenta corriente y deuda en moneda extranjera

Una característica de larga data de la economía turca es una baja tasa de ahorro.
Desde que Recep Tayyip Erdoğan asumió el control del gobierno, Turquía ha
estado registrando enormes y crecientes déficits de cuenta corriente, $ 33.1
billones en 2016 y $ 47.3 billones en 2017, ascendiendo a US $ 7.1 billones en el
mes de enero de 2018 con el aumento de 12- el déficit de mes aumentó a $ 51.6
mil millones, uno de los déficits de cuenta corriente más grandes del mundo. La
economía se ha basado en las entradas de capital para financiar el exceso del
sector privado, y los bancos y las grandes firmas de Turquía obtuvieron grandes
préstamos, a menudo en monedas extranjeras. Bajo estas condiciones, Turquía
debe encontrar aproximadamente $ 200 mil millones al año para financiar su gran
déficit en cuenta corriente y su deuda en vencimiento, mientras corre siempre el
riesgo de que las entradas se agoten; el estado tiene reservas brutas en moneda
extranjera de solo $ 85 mil millones.

Las entradas de inversión ya habían disminuido en el período previo a la crisis,


debido a que Erdogan instigaba desacuerdos políticos con países que eran
fuentes importantes de tales entradas (como Alemania, Francia y los Países
Bajos), en medio de preocupaciones sobre la regla de la ley en Turquía después
del intento de golpe de 2016 que llevó al gobierno a apoderarse de los activos de
aquellos con vínculos tangenciales con el golpe, y preocupaciones sobre la lira,
cuyo menor valor amenaza con comer los márgenes de ganancia de los
inversores. Los flujos de inversión también han disminuido debido a que el
creciente autoritarismo de Erdogan ha sofocado la información libre y objetiva de
los analistas financieros en Turquía.

A fines de 2017, la deuda corporativa en moneda extranjera en Turquía se había


más que duplicado desde 2009, hasta $ 214 mil millones después de compensar
sus activos en moneda extranjera. La deuda externa bruta de Turquía, tanto
pública como privada, ascendía a $ 453.200 millones a fines de 2017. A partir de
marzo de 2018, $ 181.8 mil millones de deuda externa, pública y privada, debían
vencer en un año. Las tenencias de acciones nacionales no residentes
ascendieron a 53.300 millones de dólares a principios de marzo y 39.600 millones
a mediados de mayo, y las tenencias de bonos públicos nacionales a no

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residentes alcanzaron 32.000 millones a principios de marzo y 24.700 millones a
mediados de mayo.

Interferencia presidencial en el Banco Central de Turquía

La Lira turca tiene un historial de pérdida acelerada de valor en relación con el euro,


incumpliendo la marca de cinco liras por euro a principios de 2018

En un mes la lira turca perdió 20% frente al dólar. [¿cuándo?] Y, a pesar de las
tentativas tranquilizadoras del gobierno, los turcos estaban cada vez más
inquietos por el futuro de la economía, solo un mes antes de las
elecciones presidenciales y parlamentarias, cruciales para el régimen. El jefe del
Estado turco decidió, en efecto, convocar a elecciones anticipadas para el 24 de
junio, casi un año y medio antes del plazo normal. No había apuro. Salvo la
voluntad apremiante de Erdogan de comenzar a ejercer los poderes ampliados
que le garantizan las recientes enmiendas a la Constitución. Erdogan fue culpable
que la lira turca se desmoronara, después de prometer que, en caso de triunfo, se
implicará mucho más en las decisiones del banco central. La moneda turca, que
se cambiaba a 4,92 contra un dólar, compensó la semana pasada parte de las
pérdidas sufridas después que el banco central aumentó una de sus tasas
directoras. Para muchos, sin embargo, la medida sigue siendo insuficiente. «La
gente solo piensa en una degradación de la situación y teme que el país esté
atravesando lo que algunos expertos describieron esta semana como una crisis
monetaria», dice Mohamed A. El-Erian, analista para Turquía en el grupo Alliaz.

Los economistas pedían desde hace meses un aumento de las tasas de interés
para frenar la inflación de dos cifras y evitar un recalentamiento de la economía.
Pero Erdogan se negó rotundamente, pidiendo, por el contrario, una reducción de
esas tasas. El Banco Central de Turquía anunció un aumento de emergencia en
las tasas de interés de 13.5% a 16.5%.

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Consecuencias de las crisis

Durante el surgimiento de la crisis, los prestamistas en Turquía se vieron


afectados por las demandas de reestructuración de las empresas que no podían
pagar su deuda denominada en USD o EUR, debido a la pérdida de valor de sus
ganancias en la lira turca. Si bien las instituciones financieras habían sido el motor
de la bolsa de Estambul durante muchos años, representando casi la mitad de su
valor, a mediados de abril representaban menos de un tercio. A fines de mayo, los
prestamistas enfrentaban un aumento en la demanda de compañías que
buscaban reorganizar el pago de la deuda. La calidad de los activos de los
bancos turcos, así como su coeficiente de solvencia, se deterioraron a lo largo de
la crisis.

Los bancos aumentaron continuamente las tasas de interés para los préstamos
comerciales y de consumo y las tasas de los préstamos hipotecarios, a un 20 por
ciento anual, lo que frenó la demanda de las empresas y los consumidores. Con
un crecimiento correspondiente en los depósitos, la brecha entre los depósitos
totales y los préstamos totales, que había sido uno de los más altos en los
mercados emergentes, comenzó a reducirse. Sin embargo, este desarrollo
también ha conducido a propiedades inmobiliarias comerciales y de viviendas sin
terminar o desocupadas a las afueras de las principales ciudades turcas, ya que
las políticas de Erdoğan han impulsado al sector de la construcción, donde
muchos de sus aliados comerciales son muy activos, para liderar el crecimiento
económico pasado. En marzo de 2018, las ventas de viviendas cayeron un 14 por
ciento y las ventas de hipotecas cayeron un 35 por ciento en comparación con el
año anterior. A partir de mayo, Turquía tenía alrededor de dos millones de casas
sin vender, un retraso acumulado tres veces mayor que el promedio anual de
ventas de viviendas nuevas.

Como consecuencia de la política monetaria anterior de dinero fácil, cualquier


nueva estabilidad macroeconómica frágil a corto plazo se basa en tasas de
interés más altas, creando así un efecto recesivo para la economía turca.

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Posibles contagios

La crisis ha traído considerables riesgos de contagio financiero. Según el Banco


de Pagos Internacionales, los bancos internacionales tenían préstamos
pendientes de $ 224 mil millones a prestatarios turcos, incluyendo $ 83 mil
millones de bancos en España, $ 35 mil millones de bancos en Francia, $ 18 mil
millones de bancos en Italia, $ 17 mil millones cada uno de los bancos en los
Estados Unidos Estados y en el Reino Unido, y $ 13 mil millones de bancos en
Alemania. El 31 de mayo de 2018, el Instituto de Investigación Financiera (IIF)
informó que la crisis turca ya se había extendido a Brasil, Líbano, Colombia,
Argentina, México y Sudáfrica.

Teorías conspirativas

En la campaña para las elecciones generales de 2018 en Turquía, una amplia


teoría de la conspiración, impregnada de antisemitismo, afirmó que el declive de
la lira turca era obra de un grupo tenebroso, formado por estadounidenses,
ingleses, holandeses y "algunas familias judías" que querer privar al actual
presidente Erdoğan de su apoyo en las elecciones. Según una encuesta de abril
de 2018, el 42 por ciento de los turcos y el 59 por ciento de los votantes del
Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) gobernantes de Erdogan vieron el
declive de la lira como un complot de las potencias extranjeras.

Los miembros del gobierno han promovido esta actitud con una corriente
implacable de teorías de conspiración que culpan a las potencias extranjeras por
las desgracias económicas de Turquía.  Durante la gran liquidación de liras del 23
de mayo, el ministro de energía de Turquía, el yerno de Erdoğan, Berat Albayrak,
dijo a los medios que la reciente caída en el valor de la lira era el resultado de las
maquinaciones de los enemigos de Turquía. El 30 de mayo, el ministro de
Asuntos Exteriores Mevlüt Çavuşoğlu afirmó que la caída de la lira habría sido
causada por una campaña organizada en el extranjero, añadiendo que la
conspiración incluiría tanto "el lobby de tasas de interés" como "algunos países
musulmanes", que sin embargo rechazó nombrar.

El 16 de mayo, un día después de que el presidente del Partido de la Justicia y el


Desarrollo (AKP), Recep Tayyip Erdogan, perturbara los mercados durante su

17
visita a Londres al sugerir que frenaría la independencia del Banco Central de
Turquía después de las elecciones presidenciales del Partido Popular
Republicano (CHP) el candidato Muharrem İnce y el candidato presidencial del
partido İYİ, Meral Akşener, prometieron garantizar la independencia del banco
central si fueran elegidos.

En una entrevista el 26 de mayo en su campaña electoral, el candidato


presidencial de CHP Muharrem İnce dijo sobre la política económica que "el
banco central solo puede detener el deslizamiento de la lira temporalmente
elevando las tasas de interés, porque no es el caso que la depreciación alto o
bajo. Entonces, el banco central intervendrá, pero las cosas que realmente se
deben hacer se encuentran en las áreas política y legal. Turquía necesita ser
inmediatamente liberada de una situación política que genere incertidumbre
económica, y su economía debe ser manejado por instituciones independientes y
autónomas. Mi equipo económico está listo, y hemos trabajado juntos durante
mucho tiempo ".

En una encuesta nacional realizada entre el 13 y 20 de mayo, el 45 por ciento vio


la economía (incluyendo la lira y el desempleo en constante descenso) como el
mayor desafío de Turquía, con una política exterior del 18 por ciento, el sistema
de justicia al 7 por ciento y terror y seguridad al 5 por ciento.

El candidato presidencial del partido Meral Akşener, apoyado por un sólido equipo
económico liderado por el ex gobernador del Banco Central Durmuş Yilmaz,
presentó el 7 de mayo el programa económico de su partido, diciendo que
"compraremos las deudas de préstamos al consumo, tarjetas de crédito y cuentas
de sobregiro de 4.5 millones de ciudadanos cuyas deudas están bajo supervisión
legal de bancos o compañías de financiamiento al consumidor y cuyas deudas
han sido vendidas a compañías de cobro al 30 de abril de 2018. Es nuestro deber
ayudar a nuestros ciudadanos con esta condición, ya que el estado ayudó a las
grandes compañías en situaciones difíciles ". El 25 de mayo, el vicepresidente del
Partido Republicano del Pueblo (CHP), Aykut Erdoğdu, llamó a la Junta de
Investigación de Delitos Financieros de Turquía (MASAK) para investigar las
transacciones cambiarias realizadas en medio de un rápido declive y una
recuperación parcial del valor de la lira el 23 de mayo. por parte de los

18
participantes en el mercado que conocían de antemano el aumento de 300 puntos
básicos en las tasas de interés por parte del banco central turco.

Dos semanas antes, el candidato presidencial del Partido Democrático Popular


(HDP) Selahattin Demirtaş, escribiendo en una carta desde la prisión -donde ha
estado detenido sin condena desde 2016, acusado de incitar a la violencia con
palabras- criticó al gobierno de Recep Tayyip Erdoğan como corrupto, diciendo
que "el mayor problema para los jóvenes en Turquía es la corrupción que ha
acompañado al gobierno del AKP".

5.- LA CRISIS DE ARGENTINA

La crisis económica argentina fue una situación financiera que afectó


severamente a la economía de Argentina durante fines de los años noventa y
principios de los 2000. Macroeconómicamente hablando, el período crítico se
inició con la disminución del PBI (producto bruto interno) real en 1998 y terminó
en 2002 con el final de la convertibilidad y el regreso al crecimiento del PBI, pero
el origen del colapso de la economía de la Argentina, y sus efectos sobre la
población, se puede encontrar muchos años antes.

Orígenes

En 1983, la democracia en el país fue restaurada con la elección del


presidente Raúl Alfonsín. Los planes del nuevo gobierno incluyen la estabilización
de la economía de Argentina, incluyendo la creación de una nueva moneda,
el austral (primera de su clase en no llevar la palabra peso como parte de su
nombre), para lo que se requirieron de nuevos préstamos. El Estado llegó a ser
incapaz de pagar los intereses de esta deuda y la confianza en el austral cayó. La
inflación, que había aumentado entre un 14 y 20% en un mes, creció fuera de
control, provocando una hiperinflación. En el mes de julio de 1987, la inflación de
la Argentina llegó a 200%, superando el 5.000% para 1989. Los salarios reales
cayeron a casi la mitad (el nivel más bajo en cincuenta años) y se produjeron
diversos paros laborales. En medio de los disturbios el presidente Alfonsín
renunció cinco meses antes de terminar su mandato y Carlos Menem, quien ya
era presidente electo, tomó posesión.

19
Década de 1990

Después de un segundo combate ante la hiperinflación en 1990, Domingo


Cavallo fue nombrado Ministro de Economía. En 1991 tomó las medidas de
ejecución que fijaron el valor de la moneda argentina a 1 peso por dólar
estadounidense. Para garantizar esta "convertibilidad", el Banco Central de
Argentina tuvo que mantener sus reservas de dólares en divisas en el mismo nivel
que el efectivo en circulación. El objetivo inicial de estas medidas era asegurar la
aceptación de la moneda nacional, ya que durante el periodo entre 1969 y 1990,
con múltiples picos de hiperinflación de por medio, la gente había comenzado a
rechazarlo como pago y exigía dólares en su lugar. Este régimen fue fijado más
tarde por la Ley de Convertibilidad del Austral, que restauró el peso como la
moneda argentina con un valor monetario fijado por la ley para el valor del dólar
estadounidense.

Como resultado de la ley de convertibilidad la inflación se redujo drásticamente, la


estabilidad de precios fue asegurada y el valor de la moneda fue preservado. Esto
logró una mejor calidad de vida de muchos ciudadanos, que pudieron viajar al
extranjero, comprar bienes importados o solicitar créditos en dólares a tasas de
interés muy bajas.

Argentina todavía tenía que pagar la deuda externa y para mantener al pueblo era
necesario pedir dinero prestado a casi la mitad de América Latina. El tipo de
cambio fijo hacía las importaciones más baratas, produciendo un vuelo constante
de dólares fuera del país y una pérdida progresiva de la infraestructura industrial
de la Argentina, lo que llevó a un aumento del desempleo.

Mientras tanto, el gasto público seguía siendo alto y la corrupción fue rampante.
La deuda pública de Argentina creció enormemente durante la década de 1990 y
por falta de fondos, el país no mostró signos verdaderos de poder pagarla.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), sin embargo, mantuvo los préstamos de
dinero a la Argentina y difirió su calendario de pagos. Un comité del Congreso
inició investigaciones en 2001 sobre las acusaciones de que el presidente del
Banco Central, Pedro Pou, como así parte de la junta directiva, no había
investigado los casos de supuesto lavado de dinero a través del sistema

20
financiero de Argentina. El banco alemán Clearstream también fue acusado de
cumplir un papel decisivo en este proceso financiero mundial.

Otros países, como Cuba y Venezuela (dos de los cuales también resultan ser


importantes socios comerciales de la Argentina), ante las crisis económicas
propias, desconfían de otros países de América Latina y eso afecta a la economía
general de la región. La afluencia de divisas proporcionadas por la privatización
de empresas estatales se había secado. Después de 1999 las exportaciones
argentinas fueron perjudicadas por la devaluación del real brasileño y una
considerable revalorización internacional de la libra, que provocó una revaluación
del peso frente a su principal socio comercial, Brasil (30% del total de flujos
comerciales) y la zona del dólar (23% del total de flujos comerciales).

El 10 de diciembre de 1999 asumió como presidente Fernando de la Rúa cuando


la recesión ya se notaba con fuerza (1999 cerró con una caída del PBI del 4%). La
estabilidad económica se convirtió en el estancamiento económico (incluso
deflación en algunos casos) y las medidas económicas adoptadas no hicieron
nada para impedirlo. De hecho, el gobierno continuó con las políticas de
contracción económica de su predecesor. La posible solución (abandono del
cambio fijo, con una devaluación voluntaria del peso) se consideró un suicidio
político y una receta para el desastre económico. A finales del siglo, un espectro
de monedas complementarias había surgido.

Mientras que las provincias siempre habían emitido moneda complementaria en


forma de bonos y letras para hacer frente a la escasez de dinero en efectivo, el
mantenimiento del régimen de convertibilidad provocó que esto se hiciera en una
escala sin precedentes. Esto llevó a que fueran llamadas “cuasi-monedas”, siendo
el más fuerte el Bono Patacón de la provincia de Buenos Aires. El Estado nacional
también emitió su propia cuasi-moneda, el Bono Lecop.

La crisis
.

Argentina perdió rápidamente la confianza de los inversores y la fuga de


capitales fuera del país aumentó. En 2001, la gente temiendo lo peor comenzó a
retirar grandes sumas de dinero de sus cuentas bancarias, dando vuelta de pesos

21
a dólares y enviándolos al extranjero, provocando una corrida bancaria. Luego, el
gobierno promulgó un conjunto de medidas, informalmente conocido como
el "Corralito", que restringió la libre disposición de dinero en efectivo de plazos
fijos, cuentas corrientes y cajas de ahorros.

Debido a este límite de indemnización y de los graves problemas que causó en


algunos casos, muchos ahorristas argentinos se enfurecieron y salieron a
protestar a las calles de las ciudades más importantes del país, sobre
todo Buenos Aires. Esta forma de protesta popular que se conoció
como "cacerolazo" (golpeando ollas y cacerolas) y se produjeron sobre todo en
2001 y 2002. Al principio, los cacerolazos fueron simplemente manifestaciones
ruidosas, pero pronto se incluyó la destrucción de propiedad y los saqueos, a
menudo dirigida a bancos, empresas extranjeras privatizadas, y empresas
estadounidenses y europeas, especialmente las más grandes. Vallas publicitarias
de empresas multinacionales como Coca-Cola y otras fueron destruidas por las
masas de manifestantes y muchas empresas instalaron barreras de metal, porque
sus ventanas y fachadas de cristal estaban completamente rotas.

Los enfrentamientos entre la policía y los ciudadanos se convirtieron en algo


común, y los incendios también se establecieron en las principales avenidas de
Buenos Aires. Fernando de la Rúa declaró el estado de sitio, pero esta situación
solo empeoró las cosas, ya que precipitó las violentas protestas del 19 y 20 de
diciembre de 2001 en la plaza de Mayo, donde los manifestantes se enfrentaron
con la policía, lo cual terminó con varios muertos, y precipitó la caída del gobierno.
El 20 de diciembre De la Rúa tuvo que salir de la Casa Rosada en un helicóptero.

La crisis política se acentuó el 7 de octubre del 2000 con la renuncia del


vicepresidente Carlos Álvarez. Tras los procedimientos de la sucesión
presidencial establecida en la Constitución, el presidente del Senado, Ramón
Puerta, asumió el cargo y la Asamblea Legislativa (un cuerpo formado por la
fusión de las dos cámaras del Congreso) fue convocada. Por ley, los candidatos
fueron los miembros del Senado, además de los gobernadores de las provincias,
quienes finalmente nombraron a Adolfo Rodríguez Saá, gobernador de San Luis.
El presidente interino, Rodríguez Saá, declaró el default financiero, con lo que

22
Argentina se declaraba insolvente para pagar las deudas contraídas. Esta acción
fue muy popular entre los argentinos. Sin embargo, solo unos pocos días después
de establecer el default, se descubrió que Rodríguez Saá había pagado US$ 150
millones al FMI. También designó al ex intendente de Buenos Aires, Carlos
Grosso, como miembro del gabinete de ministros, con el cargo de Jefe de
Asesores, hecho que motivó nuevas protestas, debido a que Grosso tenía por
entonces una imagen muy negativa y su figura era asociada al menemismo.

Rodríguez Saá presentó un proyecto diseñado para preservar el régimen de


convertibilidad, apodada la "tercera moneda". Consistía en la creación de una
nueva moneda no convertible llamada «Argentino» conviviendo con el peso
convertible y el dólar estadounidense. La única diferencia sería que circularía
como dinero en efectivo (cheques, pagarés u otros instrumentos podrían ser
nominados en pesos o en dólares, pero no en Argentinos) y se utilizaría para el
pago de salarios en la administración pública y las jubilaciones y para financiar los
planes sociales.

Se esperaba que la preservación de la convertibilidad restauraría la confianza


pública, mientras que la naturaleza no convertible de esta moneda permitiría una
medida de flexibilidad fiscal (impensable con el peso) que podría mejorar la
agobiante recesión de la economía. Los críticos llamaron a este plan "devaluación
controlada". Había partidarios entusiastas del plan de la "tercera moneda" entre
ellos Martín Redrado, quien posteriormente llegaría a ser presidente del Banco
Central. Sin embargo, nunca pudo aplicarse porque el gobierno de Rodríguez Saá
carecía del apoyo político necesario.

Rodríguez Saá, totalmente incapaz de hacer frente a la crisis y sin el apoyo de su


propio partido, renunció antes de que finalizara el año. La Asamblea Legislativa
fue convocada nuevamente, y se nombró al exgobernador y excandidato
presidencial Eduardo Duhalde, en ese entonces senador por la provincia de
Buenos Aires para tomar su lugar.Y así fue.

Fin de la convertibilidad

Después de mucha deliberación, el 6 de enero de 2002, el presidente interino


Eduardo Duhalde decidió dar fin a la Ley de Convertibilidad que había estado en

23
vigor durante diez años. En cuestión de días, el peso perdió una gran parte de su
valor en el mercado no reglamentado. Un provisional "oficial" del tipo de cambio
se fijó en 1,40 pesos por dólar.

Además del corralito, el Ministerio de Economía dictó la pesificación, por la cual


todos los saldos bancarios en dólares se convertirían a pesos al tipo de cambio
oficial. Esta medida enfureció a la mayoría de los ahorristas y se hizo un
llamamiento por muchos ciudadanos para declarar su inconstitucionalidad.

Después de unos meses, el tipo de cambio se dejó flotar más o menos


libremente. El peso sufrió una devaluación enorme, y a su vez subía el índice de
inflación (ya que Argentina dependía fuertemente de las importaciones y no tenía
medios para sustituir a nivel local en el momento).

La situación económica era cada vez peor en lo que respecta a la inflación y el


desempleo durante el año 2002. En ese momento la tasa de cambio se había
disparado a cerca de 4 pesos por dólar, mientras que la inflación acumulada
desde la devaluación fue del 35,2%. La calidad de vida de la media de los
argentinos se redujo proporcionalmente, muchas empresas cerraron o se
declararon en quiebra, muchos de los productos importados se hicieron
prácticamente inaccesibles y los sueldos se quedaron como estaban antes de la
crisis.

La desocupación y la pobreza llegaron en dicho momento a su récord histórico.


En Argentina había 3.036.000 desempleados y el 21,5% de la población era
económicamente activa. La pobreza, alcanzó en junio de 2002 el 52,8% en
Capital y GBA, así, a 1 de cada 2 personas no le alcanzaban sus ingresos para
cubrir sus necesidades básicas.

Efectos inmediatos
Muchas empresas privadas se vieron afectadas por la crisis: Aerolíneas
Argentinas, por ejemplo, fue una de las empresas argentinas más afectadas,
teniendo que parar todos los vuelos internacionales durante varios días en el año
2002. La aerolínea estuvo a punto de quebrar, pero sobrevivió.

Varios argentinos sin hogar y sin trabajo optaron como salida laboral más rápida
la de recolectores de cartón, más conocidos como cartoneros. Según una

24
estimación de 2003, entre 30.000 y 40.000 personas recolectaban cartón de la
calle para ganarse la vida mediante la venta a plantas de reciclaje. Este método
se tenía en cuenta como solo una de las muchas maneras de hacer frente a un
país que en ese momento sufría de una tasa de desempleo del 21%, con 54% de
la población debajo de la línea de pobreza y 27% en pobreza extrema.

El saldo global del balance de pagos de Argentina durante la época de la


convertibilidad (1991-2002) fue superavitario. El continuo déficit de la balanza
comercial se compensaba en ese período por una entrada masiva de capital
extranjero proveniente, sobre todo, de préstamos y privatizaciones. Con la
devaluación de 2002, las importaciones se derrumbaron en un 60% respecto al
año anterior. Ello posibilitó la acumulación de un importante superávit comercial
durante los últimos años, que se encontró alrededor de los 11.500 millones de
dólares anuales en 2005.

Históricamente, Argentina se caracterizó por el bajo nivel de desocupación, de ahí


su condición de receptor de inmigración. Sin embargo, a partir de mediados de
la década de 1980 la desocupación empezó a ser un factor creciente de
preocupación, como consecuencia de las sucesivas crisis económicas. El pico del
desempleo se produjo en el 2002, cuando llegó a medir 20,8%. Más
recientemente, la exclusión en el mercado laboral logró perforar el piso de los dos
dígitos, con una tasa oficial de desocupación del 9,8% y de subocupación del
9,3%, a valores de mayo de 2007.

Argentina se declaró en default en enero del 2002, en lo que se conoció como la


mayor cesación de pagos soberana de la historia. A partir del 2004, el gobierno
de Néstor Kirchner empezó la reestructuración de la deuda externa. La tendencia
desde entonces es la reducción del pasivo, ayudada en parte por la cancelación
total de la deuda con el Fondo Monetario Internacional en 2006 y por la
renegociación con otros organismos internacionales y con bonistas privados. En
septiembre de 2007, las obligaciones totales ascendían a 118 mil millones de
dólares, equivalente al 55% del PBI argentino.

Los productores de canales de televisión se vieron obligados a producir


más reality shows que cualquier otro tipo de espectáculos, ya que estos eran por
lo general baratos para producir en comparación con otros programas.

25
Prácticamente todos los programas de televisión relacionados con la educación
fueron cancelados.

El 27 de agosto de 2002, el New York Times publicó una noticia falsa titulada


"Algunos en Argentina ven la secesión como una respuesta al peligro
económico" (Some in Argentina See Secession As the Answer to Economic Peril),
afirmando que existía un movimiento para declarar la independencia de la
Patagonia, poniendo énfasis en el hecho de que la mayor parte de la tierra
patagónica y de sus recursos naturales estaba en manos extranjeras, como los
grupos Benetton y Turner. La operación, de acuerdo al New York Times, se
completaría con una base militar de Estados Unidos en Tierra del Fuego y la
renuncia a los derechos argentinos en la Antártida, en pago de la deuda externa

La recuperación

Eduardo Duhalde convocó a elecciones. El 25 de mayo de 2003 asume el nuevo


presidente electo, Néstor Kirchner. Kirchner mantuvo a Roberto Lavagna, Ministro
de Economía de Duhalde, en su puesto. Lavagna, un economista respetado,
mostró una considerable aptitud en el manejo de la crisis, con la ayuda de
medidas heterodoxas.

El panorama económico era totalmente diferente a la década de 1990, la


devaluación del peso hizo que las exportaciones argentinas sean más baratas y
competitivas en el extranjero, mientras que desalentaba las importaciones.
Además, el alto precio de la soja en el mercado internacional produjo una
inyección de enormes cantidades de moneda extranjera (con China,
convirtiéndose en un importante comprador de productos de soja de Argentina). El
gobierno alentó la sustitución de importaciones y el crédito accesible para las
empresas, organizó un plan para mejorar la recaudación de impuestos y dejar de
lado grandes cantidades de dinero para el bienestar social.

Como resultado del modelo productivo de la administración y las medidas de


control (venta de dólares de reserva en el mercado público), el peso lentamente
revalorizado, alcanzó un valor de 3 unidades con respecto al dólar. Las
exportaciones agrícolas crecieron y se volvió al turismo.

26
Las diferencias con la situación actual Argentina

La fuga de capitales, la devaluación del peso argentino, la inflación y la caída del


PBI son recordadas con la actual situación argentina. Sin embargo, existen
diferencias, a saber:

 La situación de déficit lleva atravesando el país desde hace más de 70 años.


 El levantamiento del cepo cambiario disparó el dólar gradualmente hacia un
precio elevado.
 Aumento de retenciones por parte del sector agrícola y ganadero.
 Se deterioró el desequilibrio en el saldo de la cuenta corriente.

En junio de 2018 el presidente de la Nación, Mauricio Macri, concretó un


préstamo con el Fondo Monetario Internacional por 50.000 millones de dólares,
acordando una entrega inmediata de 15.000 millones y la entrega del resto en
cuotas supeditadas a auditorías periódicas conforme el cumplimiento de los
requisitos impuestos por el FMI. Sin embargo, a fines de agosto de ese mismo
año, el peso argentino se depreció un 14% y la tasa de interés subió un 60% para
evitar que los inversores no recurrieran al dólar. El peso argentino se ha
devaluado un 50% hasta la actualidad, teniendo una caída de salarios similar a la
vivida en el año 2009.

6-EL CASO EUROPEO.

Durante el primer trimestre del 2012, los problemas europeos han puesto en tela
de juicio la existencia misma de la Eurozona. ¿Qué pasa con Europa?

La crisis europea combina varios elementos. En primer lugar, varios países tienen
un problema de sobreendeudamiento público, como Grecia, Italia, Portugal e
Irlanda, en los cuales la deuda pública es mayor que el 100% del PBI (en Grecia
se ubica en torno al 160%); en Francia, Bélgica, Alemania y Reino Unido se ubica
entre el 80% y el 99%. En segundo lugar, el déficit fiscal supera el 6% del PBI en
Reino Unido, Irlanda, Grecia y España. En tercer lugar, el crecimiento es lento, y
esto es clave, pues el crecimiento genera los recursos para el repago de la deuda.
Grecia y Portugal enfrentarían una recesión de –3% este año, al igual que Italia (–

27
2.2%) y España (–1.7%), mientras que Alemania y Francia apenas estarían por
encima del 0%. En cuarto lugar, Europa enfrenta problemas de competitividad, es
decir, le es caro producir y por ende competir con otros países en los mercados
externos, problema más visible en Italia, España, Portugal, Grecia e Irlanda. En
quinto lugar, algunos países como Irlanda enfrentan los efectos de una crisis
bancaria. En sexto lugar, en España e Irlanda hubo una burbuja inmobiliaria. En
sétimo lugar, y como consecuencia, existe un problema de desempleo: la tasa de
desempleo en España alcanza el 23% (y el 50%, es decir, uno de cada dos, si
nos referimos al desempleo juvenil); en Grecia, el 18%; y en Portugal e Irlanda,
alrededor del 15%. La variedad de problemas genera la necesidad de varias
respuestas en forma simultánea y coordinada, y no solo medidas de reducción del
déficit fiscal como viene ocurriendo.

Desde un punto de vista estructural, la Eurozona tiene un problema de diseño


institucional. La Eurozona está compuesta por 17 países, todos son parte de la
Unión Europea, que está compuesta por 27 países. La zona del euro es una unión
monetaria, que desde 1999 utiliza al euro como moneda oficial y tiene sus
fundamentos institucionales en el Tratado de Maastricht de 1992; esto significa
que una entidad llamada Banco Central Europeo (BCE) tiene bajo su
responsabilidad la política monetaria de los 17 países y, por tanto, la emisión del
euro; los países miembros no tienen moneda propia y usan como banco central
común al BCE. Sin embargo, además de incluir economías con distintos niveles
de competitividad, la Eurozona no es una unión fiscal; en términos simples,
mientras que el control monetario está en manos de una institución común, la
disciplina fiscal depende de cada gobierno, por lo que ellos pueden contraer
deuda y generar altos déficit fiscales. Esto, a pesar de que el tratado constitutivo
impone restricciones fiscales que quedan bajo la responsabilidad de cada
gobierno.

Los problemas de solvencia de Grecia, Irlanda y Portugal en cuanto a la situación


fiscal aumentaron el nerviosismo de los mercados, y desde el último trimestre del
2011 la atención se centró en la posibilidad real de una moratoria de la deuda.
Los inversionistas muestran cada vez menos disposición a prestar dinero a
economías percibidas como riesgosas en términos de repago de deuda, y en caso
de hacerlo, exigen una tasa de interés mayor para compensar el riesgo, con lo
cual la deuda mantiene su espiral ascendente. Los programas de rescate por
parte del Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario

28
Internacional no han sido suficientes, pues el problema no es de liquidez, sino de
insolvencia.

Así como la crisis financiera de Estados Unidos fue enfrentada con paquetes de
rescate que implicaron mayor deuda e inyección de liquidez a las entidades
financieras, los problemas en Europa fueron afrontados de manera similar con
más dinero que “rescató” a los gobiernos con problemas de repago de deuda a
cambio de programas de ajustes. Los casos más emblemáticos son los de Grecia,
Portugal e Irlanda. En el cuarto trimestre del 2011, entraron en recesión los
siguientes países: Bélgica, República Checa, Irlanda, Grecia, España, Italia,
Países Bajos (Holanda), Portugal y Eslovenia. Las tasas de desempleo,
consecuencia del ajuste, superan el 20% en España, Grecia, Irlanda y Portugal.
La tasa de desempleo juvenil (menores de 25 años) es 50% en España y Grecia,
y 36% en Eslovaquia. Los problemas europeos tardarán aún en resolverse.

¿Hasta cuándo?

La primera crisis financiera internacional del siglo XXI no es un fenómeno nuevo,


pues eventos similares han ocurrido desde la burbuja de los tulipanes en Holanda
en 1634. Por tanto, existen precedentes para evaluar hasta cuándo puede durar la
resolución de la crisis, aunque sean solo referenciales.

En el caso actual estamos lejos de su resolución; se trata de una crisis de las


economías avanzadas, con características globales, que sólo es comparable con
la Gran Depresión de ochenta años atrás, cuya resolución tardó doce años. Al
igual que en esa época, la combinación de las dificultades en Estados Unidos y la
Eurozona ha desatado una crisis de confianza a nivel global. Cuando eso ocurre,
los inversionistas migran hacia el activo más seguro y probablemente el único que
queda, el oro, que como consecuencia ha visto incrementar su precio a niveles
nunca vistos.

En Estados Unidos, la crisis financiera dio origen a una crisis fiscal, mientras que
en Europa las dificultades fueron mayormente fiscales desde un inicio. La crisis
financiera de los años 2007-2008 tuvo en sus mecanismos de salida —los
programas de estímulo económico— las semillas de la segunda parte de la crisis:
la fiscal.

Otra lección de la historia tiene relación con la solución por implementarse frente
al exceso de endeudamiento. Además de la necesidad de ajustar el gasto, los

29
acreedores “perdonan” parte de la deuda; eso es lo que ha ocurrido con Grecia en
marzo de este año. Los inversionistas privados que le habían prestado al gobierno
griego tuvieron que aceptar una reducción de la deuda de cerca del 70% del valor
original. Lo han hecho porque tienen la idea de que es mejor cobrar menos que
no cobrar nada. Grecia tiene una deuda pública equivalente a 160% del PBI y se
espera que con el acuerdo se reduzca a 120% recién en el 2020, nivel aún
insuficiente. Grecia lleva seis años de recesión.

Una pregunta pertinente es la siguiente: ¿por qué el mundo sigue aceptando


dólares (tanto los bancos centrales como las familias) si el dólar es la moneda de
un país con dificultades? La respuesta no es simple, pero parece ser que la
ausencia de una moneda sustituta, en términos comerciales y como reserva de
valor —es decir, ahorro—, es una de las razones. Desde 1945, el dólar ha sido la
moneda de reser- va del mundo; ello ha permitido que Estados Unidos emita
moneda sin dificultades, pues cualquier exceso de dólares “sale” del país y es
aceptado en el resto del planeta. Eso convierte al país eje del sistema en un caso
único. Y si el núcleo tiene problemas serios, el mundo se tambalea.

¿Qué consecuencias tiene lo descrito en el Perú?

En primer lugar, el menor crecimiento económico mundial se traduce en menores


exportaciones; si bien es cierto que el oro viene aumentando de precio, el resto de
metales y otros productos no tradicionales pueden observar una disminución de
su demanda. Ello se traduce en un menor crecimiento económico del Perú; las
empresas tienen menos utilidades y la recaudación tributaria disminuye, con lo
cual el gasto público, en un contexto de menores ingresos, podría tender a
reducirse. En segundo lugar, la mayor emisión de dólares seguirá inundando los
mercados locales, de manera que es previsible una tendencia hacia la
disminución del tipo de cambio. En tercer lugar, será más complejo mantener la
estabilidad macroeconómica, pues el escenario externo será desfavorable,
comparado con lo ocurrido entre los años 2002 y 2008. En cuarto lugar, la solidez
macroeconómica del Perú, manifestada en un crecimiento económico mayor del
5% con estabilidad monetaria, disciplina fiscal y alto nivel de reservas, es un
factor que juega a favor del Perú, pues puede ser atractiva para hacer negocios,
siempre y cuando la estabilidad política lo permita.

30
Desde luego, la solidez macroeconómica es una condición necesaria pero no
suficiente para enfrentar los problemas de exclusión de una gran cantidad de
peruanos; lo que pasa es que sin esta solidez no se puede enfrentar la
problemática social, pues provee de los recursos para hacerlo. La creación de
empleos por parte del sector privado y el funcionamiento adecuado de los
programas sociales —es decir, una mejor gestión pública— son claves. Invertir
más y mejor en educación, salud y seguridad ciudadana y diseñar programas de
reducción y alivio de la pobreza y desigualdad son parte del esfuerzo social que
debe realizar el gobierno. Ello requiere recursos cuya abundancia dependerá en
gran parte de la evolución de la economía mundial.

¿Cuándo terminará la crisis? ¿Tiene solución?

Aunque los economistas rara vez acertamos con los pronósticos, la revisión de
otros casos similares en la historia muestra que durante los siguientes años
veremos un crecimiento lento de las economías avanzadas, mientras enfrentan el
problema de la deuda. Ello implica que el nuevo motor del crecimiento económico
mundial serán las economías emergentes, lideradas por China, India y las
economías de Asia Oriental.

En los siguientes meses, la constante será la volatilidad, en medio de una crisis


de deuda de las principales economías avanzadas. La prudencia fiscal y la
disciplina monetaria serán los pilares para mantener la solidez macroeconómica.

7-LA CRISIS RUSA

Durante la segunda mitad de 1998 y el primer trimestre de 1999, las crisis Rusa y
Brasilera desencadenaron una significativa reversión repentina (RR) del flujo de
capitales en Perú. Como muestra el cuadro 2, para finales de 1999, el ingreso de
capitales se redujo a 1 por ciento del PBI (US$ 583 millones), representando sólo
el 10 por ciento del nivel observado en 1997 (US$ 5 805 millones).4 Si se
considera como base de comparación el flujo registrado entre 1994-1997 (ver
cuadro 1), la RR fue de 71 por ciento, pasando de 8 por ciento del PBI (US$ 17
302 millones) en este periodo a 2 por ciento del PBI (US$ 4 941) entre 1998-2001.

Esta RR de los flujos de capitales fue no solo significativa en comparación con la


historia reciente del Perú, sino también en comparación con la reducción de los
flujos de capitales observados por otras economías de la región. Como muestra el

31
Gráfico 2, la caída promedio de los flujos de capitales de las siete economías más
grandes de Latinoamérica (LA-7) estuvo alrededor del 80% entre 1997 y 2001,
muy cerca de la reducción de 73 por ciento registrada por Perú en ese periodo.

La mayor reversión se dio en los flujos de capitales de corto plazo, 76 por ciento,
los que pasaron de 4,3 por ciento del PBI (US$ 2 471 millones) en 1997 a -2,9 por
ciento del PBI (US$ -1 476 millones) en 1999. El 48 por ciento de esta caída
correspondió a la reducción de la deuda externa de corto plazo de los bancos,
que habían incrementado fuertemente sus adeudados de corto plazo con bancos
del exterior en los años previos.

Esta reducción del financiamiento a los bancos generó una presión sobre su
disponibilidad de liquidez en moneda extranjera, lo que presionó al alza las tasas
de interés de corto plazo y el tipo de cambio. Por su parte, los flujos de capitales
de largo plazo disminuyeron en US $ 1 278 millones, 38 por ciento del valor
correspondiente a 1997, principalmente bajo la forma de capitales privados de
largo plazo.

La RR estuvo acompañada, como muestran el gráfico 3(a) por un fuerte


incremento de la prima de riesgo país, medida por el diferencial el EMBI Perú, que
se elevó de 500 puntos básicos en julio de 1998 hasta 1 100 en agosto del mismo
año y un rápido cambio de portafolio de agentes residentes como no residentes
que incrementaron su demanda por liquidez en moneda extranjera.
Adicionalmente, los precios de los activos se vieron fuertemente afectados, en
particular, el índice general de la Bolsa de Valores de Lima, que disminuyó 27 por
ciento entre julio y setiembre de 1998.

7.1 Respuestas de Política

La RR de los flujos capitales encarada por la economía durante 1998-2001 fue


una prueba para las autoridades y las reformas implementadas durante la década
de 1990. Debido a la alta dolarización del sistema bancario, una de las principales
preocupaciones de las autoridades era una fuerte depreciación de la moneda que
desencadene efectos hoja de balance sobre las empresas, con consecuencias
sobre la morosidad y estabilidad del sistema financiero.5 Por ello, inicialmente las
acciones de política monetaria buscaron contener las presiones depreciatorias de
la moneda local, permitiendo el aumento de la tasa de interés de corto plazo de
18,6 por ciento el 26 de agosto a 38,3 por ciento el 1 de setiembre del 2008, lo

32
que previno inicialmente una fuerte depreciación del tipo de cambio (4,2 por ciento
entre agosto y octubre de 1998). Si bien estas acciones fueron efectivas para
lograr su objetivo, afectaron seriamente las condiciones crediticias en el sistema
financiero. Dichas consideraciones habrían motivado a que la autoridad
monetaria, un mes después de iniciada la crisis, reoriente sus acciones de política
para proveer directamente liquidez en moneda extranjera al sector bancario, tanto
de forma temporal como permanente, y permita una mayor depreciación en el tipo
de cambio. De esta manera, a fines de 1999, el tipo de cambio nominal se había
depreciado 20 por ciento respecto a su valor de julio de 1998, mientras la tasa de
interés de corto plazo había retrocedido 16,9 por ciento. Para lograr este objetivo,
el Banco Central utilizó activamente sus reservas internacionales a través de los
siguientes mecanismos: • Facilidades de crédito en moneda extranjera. Está fue la
primera medida tomada por las autoridades monetarias para enfrentar la falta de
liquidez en moneda extranjera. Se comenzó a usar el 2 de setiembre de 1998 y su
principal objetivo era proveer liquidez de corto plazo a los bancos y así reducir las
presiones sobre la tasa de interés interbancaria en moneda doméstica. A través
de esta modalidad, el Banco Central inyectó un promedio diario de US$ 135
millones en setiembre, 4 por ciento de la balanza en cuenta corriente de 1997;
US$ 116 millones en octubre; US$ 39 millones en noviembre; y US$ 19 millones
en diciembre de 1998. • Reducción del encaje promedio y marginal para los
depósitos en moneda extranjera. Con esta medida de política, el Banco Central
proveyó de liquidez permanente en moneda extranjera. El encaje promedio se
redujo 4,5 puntos porcentuales entre octubre y diciembre de 1998, lo que
representó una inyección de US$ 420 millones al sistema financiero, alrededor del
12 por ciento del déficit de cuenta corriente de 1997. De manera similar, el encaje
marginal se redujo de 35 a 20 por ciento. De esta manera, los bancos tuvieron un
mayor porcentaje de los depósitos para destinarlo a la intermediación financiera.

8-RELACIÓN ENTRE LA CRISIS INTERNACIONAL Y SU IMPACTO EN EL


PERÚ.

A finales del año pasado los analistas financieros y los economistas


internacionales se mostraban optimistas respecto a la crisis financiera

33
internacional y muchos estimaban que este año la situación se normalizaría. Sin
embargo, al comenzar el segundo semestre de este año la situación no es muy
halagadora y los mercados financieros internacionales siguen en situación crítica,
aún cuando se han dado ajustes por las autoridades financieras, que incluyen
medidas de intervención excepcionales.

“Los mercados financieros mundiales siguen siendo frágiles y los indicadores del
riesgo sistémico permanecen en niveles elevados”, según el informe de el Fondo
Monetario Internacional (FMI) sobre la Estabilidad Financiera Mundial

En ese sentido la Universidad de San Martín de Porres, no está ajena a la crisis


financiera que preocupa hasta a los más optimistas. Justamente y debido a estas
importantes razones se desarrolló la Sesión XXXV de la Cátedra Perú, que
abordó el tema sobre la “Crisis Financiera Internacional: El impacto en el Perú”,
evento que se llevó a cabo en las instalaciones del Instituto de Gobierno de la
USMP.

En la Conferencia el Ing. Raúl Bao García, Rector de la Universidad de San


Martín de Porres destacó: “La crisis financieras no son un fenómeno inédito en el
mundo moderno, aparte del “crack” norteamericano de la década del 30, entre los
años 1970 y 1990 se produjeron fenómenos internacionales que debemos tener
en cuenta. Así, por ejemplo el 74 fue la crisis del petróleo; el 78 la deuda y el
colapso del Wall Street, coincidente con las depresiones en los mercados
bursátiles de los llamados tigres asiáticos”.

“En la década de los 80s muchos bancos y financieras de Estados Unidos


quebraron, acarreando severos problemas a las finanzas internacionales, hubo
crisis regionales como la moratoria unilateral mexicana y el cese de pagos de
Polonia a los bancos alemanes, induciendo junto a otros factores al desplome del
dólar”.

“Sin embrago el gran elemento diferenciador con la actual crisis financiera, es que
las relaciones económicas están más globalizadas que nunca y por tanto los

34
efectos de una crisis financiera como la de la economía norteamericana,
repercute inmediatamente en otras latitudes”.

“Si bien es cierto que el Perú, está en uno de sus momentos más expectantes de
desarrollo económico, hay una mayor responsabilidad de adoptar las medidas
económicas internas que garanticen este crecimiento y la estabilidad de nuestro
sistema económico, argumentó el Ing. Bao”.

Por su parte el Dr. Pedro Pablo Kuczynski, Ex presidente del Consejo de


Ministros, afirmó: “el origen de esta crisis es por la sobre expansión crediticia y la
política de bajas de tasa de interés deliberada de la reserva federal. Hubo esta
política porque la reserva federal temía que se volviera a crisis anteriores sobre
todo la burbuja del internet que estalló entre el año 2000 y 2001, eso hizo que se
mantuviera a partir del 2002 una política de tasa muy bajas. Esto generó otros
resultados que fue que los intermediarios financieros enfrentados a un mundo de
tasas artificialmente bajas buscaran formas de mejorar sus ingresos”

“Para aquello inventaron una serie de instrumentos de sectorización, que significa


venderlos a terceros los créditos y eso a su vez estuvo estimulado por la reglas de
Basilea”.

“Hace cuatro décadas el banco de reglamentos internacionales en consenso entre


varios países hizo que se adoptaran nuevas leyes de capitalización bancaria en
los cuales créditos garantizados o directamente a gobiernos requerían capital casi
cero, mientras que créditos como el común de los mortales como estamos aquí
tenían que tener reservas muy altas

“De ahí viene en parte las hipotecas de alto riesgo, conocidas en Estados Unidos
como subprime, que eran un tipo especial de hipoteca, preferentemente utilizado
para la adquisición de vivienda y orientada a clientes con escasa solvencia y por
tanto con un nivel de riesgo de impago superior a la medida del resto de créditos.
Su tipo de interés era más elevado que en los préstamos personales (si bien los
primeros años tienen un tipo de interés promocional), y las comisiones bancarias
resultaban más molestas. Los bancos norteamericanos tenían un límite a la
concesión de este tipo de préstamos, impuesto por la Reserva Federal”.

35
“El impacto de la economía real, en la producción, inversión y empleo es lo que
más nos preocupa en el Perú. Lo primero que está pasando es que los precios de
la materia primas bajen, porque las perspectivas de una economía más lenta en
las dos economías más grandes del mundo Norteamérica y Europa, hace que la
demanda del petróleo real baje y hay temores que esto tenga un impacto en
China, por la sencilla razón de que el incremento de la demanda de cubre en los
últimos años que es del 60% viene de China, el incremento de la demanda de
acero que es de 40% viene de China, entonces si es que China se desacelera
como es el caso en estos momentos entonces tiene un impacto en la materia
prima”.

“¿Resultado en el Perú? si bien nuestras exportaciones van a caer, en dólares,


también la inflación va a caer, el componente de la inflación se va a reducir
dramáticamente y vamos a llegar de aquí a abril y mayo a una tasa anualizada de
inflación de 3 hasta 4%, comparado con 6 o 7% que hay en este momento. Lo
malo es que obviamente las exportaciones van a caer por lo menos un par de
años y las decisiones de algunas empresas sobre si expandir o no expandir van a
ser más difíciles. Los grandes proyectos mineros van a seguir adelante, pero los
que vienen después se pueden postergar, refirió el destacado PPK”.

Mientras que el Dr. Humberto Meneses Arancibia, Presidente ejecutivo del Banco
de la Nación, aseguró que el Perú se encuentra en una mejor situación
económica y financiera a cualquier crisis que se haya presentado en el pasado.

“En el 2008, el Perú ha logrado obtener el grado de inversión por parte de las
clasificadoras Fitch Ratings y Standard & Poor`s”.

“En 1998 los activos ponderados por riesgo con relación al patrimonio efectivo de
la banca múltiple se ubicaba alrededor de 9 veces, mientras a agosto 2008 se
ubica en 8 veces”

“Debemos tomar acciones coordinadas, el reto nos convoca a todos, para


preservar las expectativas del desarrollo nacional, debemos cautelar el desarrollo
del sistema financiera. A fin de generar más divisas, incidir en liderar y construir

36
una plataforma de salto exportador no tradicional con mayor valor agregado, que
diversifique mercados”.

Expresó que se debe continuar con la mayor formalización de empresas.

Comentó que se debe continuar con la política de Inversiones en coordinación


con los Gobiernos Subnacionales, destinada a la mejora de la conectividad y
competitividad exportadora no tradicional”.

“Finalmente, ante la magnitud de la crisis internacional a las que nos enfrentamos,


la misma debe ser abordada de manera conjunta por todos los países de la
región. Reuniones entre los Ministros de Economía y Presidentes de los Bancos
Centrales”, explicó el Dr. Meneses.

CONCLUSIONES

1) La crisis del 98 supuso un duro golpe para el sistema financiero peruano. No


obstante, esta etapa dejó importantes lecciones que lo fortalecieron y que le
permitieron resistir mejor la reciente crisis financiera.

2) La violencia e impacto de la crisis del sistema financiero mundial han sido


moderados en el Perú gracias a una rigurosa disciplina fiscal y al orden de las
finanzas públicas. - La intervención temprana de los bancos centrales siempre
es más efectiva para contener las crisis que acciones más tardías.

3) El modelo de panel de datos con efectos fijos, permitió obtener importantes


resultados: las variables de riesgo de mercado son las que explican en mayor
medida la fragilidad o solidez del sistema bancario durante el período de
análisis.

4) La variable CARPC es la que resulta más significativa en el modelo de efectos


fijos, ya que se mueve en la misma línea que el indicador de fragilidad

37
financiera (FRAG). En ese sentido, se puede afirmar que las carteras
refinanciadas son producto de malas colocaciones.

5) El trabajo se orientó a determinar las variables que afectaron al sistema


financiero a finales de la década de los años noventa, y comparar sus niveles
72 actuales para ver en qué medida están relacionadas con la fragilidad
financiera. Para ello se estimó un modelo de datos de panel con efectos fijos,
el cual permitió corroborar el impacto, el cual fue menor debido a las medidas
de precaución tomadas en períodos previos.

6) Los efectos de las variables macroeconómicas sobre la fragilidad financiera


tardan en manifestarse. Esto se pudo verificar con el modelo predictivo, ya que
al realizar la regresión utilizando las variables explicativas rezagadas en dos
periodos, las mencionadas variables macroeconómicas resultaron explicativas
a diferencia del primer modelo.

7) En conclusión, al referirnos a la crisis financiera internacional debemos señalar


que de todas las crisis la que mayor impacto causó en el mundo y el Perú no
fue ajeno a ello. Fue aquella crisis dada en el año 2008, La crisis de Estados
Unidos, o también conocida como “crisis subprime”.

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