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Estos programas los administra la Dirección General de Comercio Exterior, y son los siguientes:
A fin de gozar de los beneficios de un programa IMMEX, la empresa deberá registrar ventas
anuales al exterior por un valor superior a 500,000 dólares de los Estados Unidos de América, o su
equivalente en otras divisas, o bien, facturar productos de exportación cuando menos por el 10%
de sus ventas totales.
Este esquema opera, siempre que las importaciones definitivas se hayan realizado dentro del
plazo de un año y las exportaciones realizadas dentro de los dos meses anteriores a la solicitud.
Una empresa tiene, básicamente dos motivos por los cuales necesita financiamiento: gastos de
capital (Capex) y gastos de operación (Opex). Esto quiere decir, que ya sea para invertir en tu
crecimiento o tus actividades del día a día, tu empresa necesita tener fondos.
Si bien cada empresa cuenta con un cierto patrimonio (equity) y flujos de efectivo, costear tus
operaciones y tu crecimiento con estos siempre será una alternativa costosa: el efectivo es volátil,
difícil predecir y, por ende, implica más riesgos.
En ese sentido, una buena práctica para cualquier negocio es recurrir al financiamiento y, de
hecho, constituye una de las mejores formas de hacer crecer su negocio, especialmente cuando se
trata de una empresa que trata con clientes y mercados internacionales.
Factoraje
Lejos de funcionar como un crédito tradicional, es una transacción comercial para vender a
crédito, pero cobrar de contado.
En este esquema, una institución (factor) te adelanta el pago de facturas que un comprador va a
pagar a crédito (ya sea 30, 60 o 90 días después del envío de la mercancía). En ese sentido, es una
de las maneras más rápidas y sencillas de compensar el impacto de las cuentas por cobrar en tu
flujo de efectivo.
Financiamiento de proveedores
En términos generales, consiste en que una empresa negocia la compra de la materia prima para
su producción con el compromiso de un pago a futuro al proveedor (usualmente entre 30, 60 o 90
días) sin recargos por intereses.
Una de las razones por las cuales es tan recurrido es que este tipo de acuerdos consiste en una
operación no bancaria y no genera gastos financieros. Sin embargo, también implica riesgos como
incrementos que lo hagan más caro (los cuales pueden ser modificados a discreción del proveedor
para recuperar el costo del préstamo).
Créditos bancarios
Pueden ser los créditos simples o, por ejemplo, los créditos revolventes que otorgan los bancos
nacionales a las empresas.
En el primera caso, hablamos de todos aquellos esquemas en los que la empresa recibe una cierta
cantidad de dinero, con la condición de una promesa de pago con intereses y una garantía como
colateral.
El segundo se trata de una línea de crédito con un límite establecido, regularmente también con
un requerimiento de colateral como garantía, con la intención de que la empresa utilice sólo el
capital que se requiere en el momento. De esta forma se puede financiar capital de trabajo,
aunque no necesariamente al nivel que requiere un negocio de exportación en crecimiento.
Las complicaciones que ambas presentan es que suelen ser líneas costosas para financiar
operaciones, aunque resultan alternativas útiles para invertir, incrementar el retorno sobre los
activos de tu empresa y ahorrar en impuestos.
Cartas de crédito
Los negocios exportadores tienen la opción de inyectar liquidez a través del pago anticipado de
letras de cambio a plazo al amparo de una carta de crédito
Una carta de crédito es un documento a través del cual el exportador obtiene una garantía de que
el banco emisor realizará el pago por la mercancía vendida bajo los términos y plazo establecidos.
En ese sentido, son también un instrumento útil de financiamiento, pues al existir un compromiso
de pago (incluso si el comprador se declarase en bancarrota), una institución puede adelantar la
entrega del efectivo al vendedor.
Forfaiting
Usual en transacciones de exportación a países calificados con un alto riesgo político y/o
económico, consiste en una operación similar al factoraje, con la diferencia de que, en lugar de
facturas, la institución financiera que adelantará el pago de la venta acepta letras de cambio,
pagarés y recibos, así como o instrumentos de pago negociables, como las cartas de crédito
negociables en poder del exportador.
Entre las opciones presentadas, la respuesta de la mejor alternativa depende mucho de las
necesidades de capital de cada empresa, pero también cómo diversifica sus fuentes de capital.
Por ejemplo, opciones como el factoraje a través del sistemas de tecnología financiera brindan
flexibilidad a los exportadores, lo que le permite destinar sus créditos bancarios a otros proyectos
de capital e inversiones de crecimiento.