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¿qué hay de malo


en la felicidad?
Zygmunt Bauman

L
a pregunta puede sorprender a vuelvan más felices. Parece como si la miento masivo de los ingresos de los
más de un lector. Es lo que pre- búsqueda humana de la felicidad fuera estadounidenses en los años de la pos-
tende: sorprender y provocar una un engaño. Todos los datos empíricos guerra, su sensación de felicidad había
pausa para la reflexión. ¿Una pausa en disponibles sugieren que entre las po- disminuido2. Y Richard Layard, a par-
qué? La búsqueda de la felicidad, que blaciones de socieda- des desarrolladas tir de los datos comparativos de toda la
ocupa nuestro pensamiento gran parte puede no existir una relación entre una nación, ha llegado a la conclusión de
del tiempo y llena la mayor parte de riqueza cada vez mayor, que se consi- que si bien los índices de satisfacción
nuestra vida –como seguramente reco- dera el principal vehículo hacia una vi- vital suelen crecer en paralelo con el
nocerán la mayoría de los lectores–, no da feliz, y un mayor nivel de felicidad. producto interior bruto, sólo lo hacen
puede reducir su presencia ni mucho hasta el punto en que la necesidad y la
menos detenerse... más que por un Crecimiento y felicidad pobreza dan paso a la satisfacción de
momento (fugaz, siempre fugaz). ¿Por La estrecha correlación entre creci- las necesidades esenciales de “supervi-
qué esta pregunta nos desconcierta? miento económico y felicidad suele vencia”. A partir de este punto dejan
Porque preguntar “qué hay de malo en considerarse una de las verdades más de crecer e incluso tienden a bajar, a
la felicidad” es como preguntar qué incuestionables, quizás incluso la más veces de forma drástica, con mayores
hay de cálido en el hielo o qué hay de evidente. Por lo menos, esto es lo que niveles de riqueza3. En conjunto, sólo
hediondo en la rosa. Siendo el hielo in- nos dicen los políticos más conocidos y unos pocos puntos porcentuales sepa-
compatible con el calor y la rosa con el de mayor prestigio, sus asesores y sus ran a países con una renta anual per
hedor, este tipo de preguntas asume la portavoces, y lo que nosotros, que ten- cápita de entre 20.000 y 35.000 dóla-
verosimilitud de una coexistencia in- demos a confiar en sus opiniones, re- res de aquellos que quedan por debajo
concebible (donde hay calor no puede petimos sin pararnos a pensar ni a re- de la barrera de los 10.000 dólares.
haber hielo). En realidad, ¿cabría la po- flexionar. Tanto ellos como nosotros La estrategia de hacer feliz a la
sibilidad de que hubiera algo malo en partimos de la base de que la correla- gente elevando sus ingresos no parece
la felicidad? ¿Acaso la palabra felicidad ción es cierta. Queremos que actúen que funcione. En cambio, un índice
no es sinónimo de la ausencia del mal? según esta creencia con mayor resolu- social que parece haber crecido de for-
¿De la imposibilidad de su presencia? ción y energía y les deseamos suerte ma espectacular con el aumento del ni-
¿De la imposibilidad de todo y cual- con la esperanza de que su éxito (es de- vel de vida, al menos con la misma ra-
quier tipo de mal? cir, el aumento de nuestros ingresos, pidez que se prometía y se esperaba
Sin embargo, ésta es la pregunta del saldo de nuestra cuenta, del valor que aumentara el bienestar subjetivo,
que plantea Michael Rustin1, como la de nuestras posesiones, inversiones y es la incidencia de criminalidad: hay
ha planteado antes que él un buen nú- patrimonio) añada calidad a nuestras más robos de casas y de automóviles,
mero de personas preocupadas y como vidas y nos haga sentir más felices de lo más tráfico de drogas, más atracos y
probablemente lo harán otros en el fu- que somos. más corrupción económica. También
turo. Rustin explica la razón: socieda- Según prácticamente todos los in- hay una incómoda y molesta sensación
des como la nuestra, movidas por mi- formes de investigaciones analizados y de inseguridad, difícil de soportar y ya
llones de hombres y mujeres que bus- valorados por Rustin, “las mejoras en
can la felicidad, se vuelven más próspe- el nivel de vida de naciones como Esta-
ras, pero no está nada claro que se dos Unidos o Gran Bretaña no van 2 Robert E. Lane, The Loss of Happiness in
asociadas a mejora alguna –más bien Market Democracies, Y ale University Press, 2000.
3 Richard Layard, Happiness: Lessons from
1 Michael Rustin , “What is wrong with
un poco a la inversa– en el bienestar
a New Science, Penguin, 2005 (trad. cast.: La nue-
happiness?”, Soundings, verano de 2007, págs. subjetivo”. Robert Lane ha comproba- va felicidad: lecciones de una nueva ciencia, Taurus,
67-84. do que, a pesar del espectacular creci- Madrid, 2005).

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tración (principalmente el crecimiento


económico continuado medido por el
incremento del “producto interior bru-
to”) fueron mal elegidos. En este caso,
¿cuál fue exactamente el error en dicha
elección?
Teniendo en cuenta que el único
denominador común de la gran varie-
dad de productos del trabajo humano,
intelectual y físico es el precio de mer-
cado que alcanzan, la estadística del
“producto interior bruto” (PIB), orien-
tada a expresar el crecimiento o la dis-
minución de la disponibilidad de pro-
ductos, registra la cantidad de dinero
que cambia de manos en el curso de
las transacciones de compra y venta.
Aparte de si los índices del PIB cum-
plen correctamente o no su función
declarada, queda todavía la cuestión de
si deberían de tratarse, como suele ha-
cerse, como indicadores del crecimien-
to o descenso de la felicidad. Se parte
de la base de que, si el gasto crece, de-
be coincidir con un movimiento as-
no digamos de vivir con ella de forma estrategias “políticas de la vida” de no- cendente similar en la felicidad de los
permanente, una incertidumbre “am- sotros, sus ciudadanos. El crecimiento que gastan, pero esto no es evidente a
biental” y difusa, ubicua aunque apa- económico también ha servido como primera vista. Si, por ejemplo, la bús-
rentemente inespecífica y poco funda- vara para medir el éxito y el fracaso de queda de la felicidad como tal, que sa-
mentada y, por esta razón, más irritan- las políticas gubernamentales y de bemos que es una actividad absorben-
te y enojosa todavía. nuestra búsqueda de la felicidad. In- te, erizada de riesgos, que consume la
Estas conclusiones son profunda- cluso podríamos decir que nuestra era energía y castiga los nervios, lleva a
mente decepcionantes si tenemos en moderna empezó en serio con la pro- una mayor incidencia de depresiones
cuenta que es precisamente el aumento clamación del derecho humano uni- mentales, sin duda gastaremos más di-
del volumen general de felicidad “del versal de buscar la felicidad y la prome- nero, pero en antidepresivos. Si, gracias
mayor número de personas” (un au- sa de demostrar su superioridad sobre a una mayor cantidad de automóviles,
mento basado en el crecimiento eco- las formas de vida que reemplazaba, crece el número de víctimas de acci-
nómico y una mayor disposición de haciendo que esta búsqueda de la feli- dente, también crece el gasto sanitario
dinero y de crédito) lo que nuestros cidad fuera menos engorrosa y ardua y, y el de las reparaciones de coches. Si la
gobernantes han declarado durante las al mismo tiempo, más efectiva. Por calidad del agua del grifo sigue deterio-
últimas décadas que era el principal tanto, cabe preguntarse si los medios rándose en todas partes, gastaremos
objetivo de su política, así como de las propuestos para conseguir tal demos- cada vez más dinero en agua embote-

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llada, que deberemos transportar en ción a nuestro país. En una palabra: el PIB lo ción y disfrute de los otros bienes no
mochilas o bolsas en nuestros despla- mide todo excepto lo que hace que valga la comerciales citados hace un momento
zamientos, largos o cortos. (Y se nos pena vivir la vida”. y que no están a la venta. Bien puede
obligará a dejar la botella antes de tras- suceder, y sucede con frecuencia, que
pasar el control de seguridad de un ae- Robert Kennedy murió asesinado lo que se pierda supere lo que se gane y
ropuerto y tendremos que comprar pocas semanas después de haber publi- que la infelicidad causada por la reduc-
otra una vez pasado). En todos estos cado esta feroz diatriba y de haber de- ción del acceso a los bienes que “el di-
casos y en una multitud de situaciones clarado su intención de restituir la im- nero no puede comprar” supere la ca-
parecidas, hay más dinero que cambia portancia de lo que hace que la vida pacidad del aumento de los ingresos de
de manos y se hincha el PIB. Esto es merezca la pena, por lo que nunca sa- generar felicidad.
indudable; lo que es menos evidente es bremos si habría intentado, ni desde El consumo requiere tiempo (co-
que se produzca un crecimiento para- luego conseguido, materializar sus pa- mo lo requiere ir de compras) y, natu-
lelo de la felicidad de los consumidores labras en caso de haber sido elegido ralmente, los vendedores de bienes de
de antidepresivos, las víctimas de acci- presidente de Estados Unidos. Lo que consumo están interesados en reducir
dentes, los portadores de botellas de sí sabemos es que en los cuarenta años al mínimo el tiempo dedicado al pla-
agua mineral y, en general, de todos transcurridos desde entonces ha habi- centero arte de consumir. Simultánea-
aquellos a quienes les preocupa la mala do pocas muestras, por no decir nin- mente, les interesa recortar el máximo
suerte y temen que les llegue el turno guna, de que su mensaje fuera escu- posible, o eliminar totalmente, las acti-
de sufrir. chado, comprendido, aceptado o re- vidades necesarias que ocupan mucho
En realidad, nada de esto es nue- cordado. Tampoco se ha visto ningún tiempo pero generan pocos beneficios.
vo. Como nos recordó Jean-Claude gesto por parte de nuestros represen- Por la frecuencia con que aparecen en
Michéa recientemente en su oportuna tantes electos para rechazar o negarse a sus catálogos comerciales, las promesas
revisión de la enrevesada historia del reconocer la pretensión de los merca- en las descripciones de los productos
“proyecto moderno”4, el 18 de marzo dos de materias primas de desempeñar que ofrecen –como “no exige esfuerzo
de 1968, en el fragor de la campaña el papel esencial en el camino hacia alguno”, “no se necesita ningún tipo
presidencial, Robert Kennedy ya lanzó una vida llena de significado y de feli- de preparación”, “disfrutará de (músi-
un mordaz ataque contra la falsedad cidad, ni ha habido pruebas por nues- ca, vistas, delicias del paladar, la blan-
en que se basa la idea de que el PIB es tra parte de inclinación alguna a refor- cura de su blusa, etc.) en cuestión de
una medida de la felicidad: mar nuestras estrategias vitales en con- minutos”, o “basta con un solo to-
secuencia. que”–parecen partir de la idea de que
“Nuestro PIB tiene en cuenta, en sus Los observadores señalan que hay una convergencia entre el interés
cálculos, la contaminación atmosférica, la pu- aproximadamente la mitad de los bie- del vendedor y el del comprador. Este
blicidad del tabaco y las ambulancias que van
a recoger a los heridos de nuestras autopistas.
nes cruciales para la felicidad humana tipo de promesas constituyen una ad-
Registra los costes de los sistemas de seguri- no tienen precio de mercado y no se misión indirecta o encubierta por parte
dad que instalamos para proteger nuestros venden en las tiendas. Sea cual sea la de los vendedores de que no desean
hogares y las cárceles en las que encerramos a disponibilidad de efectivo o de crédito que los compradores dediquen dema-
los que logran irrumpir en ellos. Conlleva la que uno tenga, no hallará en un centro siado tiempo a disfrutar de lo que han
destrucción de nuestros bosques de secuoyas
comercial el amor y la amistad, los pla- adquirido, malgastando de este modo
y su sustitución por urbanizaciones caóticas y
descontroladas. Incluye la producción de na- ceres de la vida hogareña, la satisfac- un tiempo que podrían dedicar a hacer
palm, armas nucleares y vehículos blindados ción que produce cuidar a los seres otra escapada a las tiendas, aunque evi-
que utiliza nuestra policía antidisturbios para queridos o ayudar a un vecino en apu- dentemente también deben mostrarse
reprimir los estallidos de descontento urbano. ros, la autoestima que nace del trabajo como un punto de venta muy fiable.
Recoge [...] los programas de televisión que
bien hecho, la satisfacción del “instinto Deben de haber descubierto que el po-
ensalzan la violencia con el fin de vender ju-
guetes a los niños. En cambio, el PIB no re- profesional” que es común a todos no- sible comprador desea resultados rápi-
fleja la salud de nuestros hijos, la calidad de sotros, el aprecio, la solidaridad y el dos y una implicación mínima de sus
nuestra educación ni el grado de diversión de respeto a nuestros compañeros de tra- facultades mentales o físicas... proba-
nuestros juegos. No mide la belleza de nues- bajo y a todas las personas con quienes blemente para disponer de tiempo pa-
tra poesía ni la solidez de nuestros matrimo- ra alternativas más atractivas. Si las la-
nos relacionamos; tampoco allí encon-
nios. No se preocupa de evaluar la calidad de
nuestros debates políticos ni la integridad de traremos la manera de liberarnos de las tas pueden abrirse con menos esfuerzo
nuestros representantes. No toma en conside- amenazas de desconsideración, despre- (el esfuerzo es “malo para usted”) gra-
ración nuestro valor, sabiduría o cultura. Na- cio, rechazo y humillación. Más aún, cias a un ingenioso abrelatas electróni-
da dice de nuestra compasión ni de la dedica- ganar el dinero suficiente para poder co, se dispondrá de más tiempo para ir
comprar aquellos bienes que sólo se al gimnasio y ejercitarse con una serie
4 Jean -Claude Michéa, L’Empire du moin-
encuentran en las tiendas supone una de aparatos que prometen una varie-
dre mal: Essai sur la civilization libérale, Climat, pesada carga sobre el tiempo y la ener- dad de esfuerzos (que sí son “buenos”
2007, pág. 117. gía que podríamos invertir en la obten- para usted). Sea cual sea la ganancia

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derivada de un intercambio así, su efec- día conseguimos gracias a nuestro inge- para nosotros a quien interesan nues-
to en la suma total de felicidad es desde nio, dedicación y habilidad lograda a tros pensamientos más íntimos, nues-
luego muy poco claro. base de esfuerzo se “externalizan” a un tras esperanzas y temores, y otras prue-
Laura Potter emprendió una inge- artilugio que sólo exige el pase de la bas similares de atención amorosa,
niosa exploración de todo tipo de salas tarjeta de crédito o el accionamiento de compromiso y cariño. Puesto que no
de espera con el convencimiento de un botón, en el camino se pierde algo todos los bienes necesarios para la “feli-
que encontraría a “personas impacien- que solía hacer feliz a mucha gente y cidad subjetiva”, y especialmente los
tes, contrariadas y enfadadas que mal- que probablemente era vital para la fe- que no pueden ponerse a la venta, tie-
decirían cada milisegundo perdido” y licidad de todos: el orgullo del “trabajo nen un común denominador, es impo-
que estarían desesperadas por la necesi- bien hecho”, de la destreza, la inteligen- sible cuantificarlos; ningún aumento
dad de esperar para resolver el “asunto cia o la habilidad en la realización de en la cantidad de un bien puede com-
urgente” que las hubiera llevado hasta una tarea complicada o la superación pensar plena y verdaderamente la au-
allí5. Con nuestro “culto a la satisfac- de un obstáculo indómito. A la larga, sencia de otro bien de calidad y origen
ción inmediata”, reflexionaba, muchos las habilidades adquiridas en otro tiem- distintos.
de nosotros “hemos perdido la capaci- po, e incluso la capacidad de aprender Cualquier ofrecimiento requiere
dad de esperar”: y dominar nuevas técnicas, caen en el cierto sacrificio por parte del donante y
olvido, y con ellas desaparece el gozo de es precisamente la conciencia de este
“Vivimos en una época en la que ‘esperar’ satisfacer el instinto profesional, esta sacrificio lo que genera en él una sensa-
se ha convertido en una mala palabra. Poco a condición vital de la autoestima, tan ción de felicidad. Los regalos que no
poco hemos erradicado en la medida de lo posi-
ble la necesidad de esperar para algo, y el último
difícil de reemplazar, así como también requieren esfuerzo ni sacrificio y que,
adjetivo de máxima actualidad es ‘instantáneo’. la felicidad generada por el respeto ha- por tanto, no van acompañados de la
No podemos esperar doce minutos escasos para cia uno mismo. renuncia de otros valores codiciados,
que el agua de nuestro arroz comience a hervir, Los mercados, desde luego, se apli- carecen de valor en este sentido. El gran
por lo que hemos creado una versión de arroz can en reparar el daño causado con la psicólogo humanista Abraham Maslow
que se calienta en el microondas en dos minutos.
ayuda de sustitutos hechos en la fábrica y su hijo pequeño compartían su predi-
No podemos esperar a que aparezca el señor o la
señora ideal, por lo que quedamos con el prime- del “hágalo usted mismo”, productos lección por las fresas. Su esposa y ma-
ro que pasa. [...] En nuestras vidas sometidas a la que ya no puede hacer usted mismo dre los obsequiaba con fresas a la hora
presión del tiempo, parece que el ciudadano bri- por falta de tiempo y de vigor. Siguien- del desayuno. “Mi hijo –me contó
tánico del siglo xxi ya no dispone de tiempo pa- do las sugerencias del mercado y ha- Maslow–, como la mayoría de los ni-
ra esperar”.
ciendo uso de sus servicios (pagados y ños, era impaciente, impetuoso, inca-
generadores de beneficios), invitamos paz de saborear lentamente las delicias
Para su gran sorpresa (y posible- por ejemplo a nuestro socio a comer en de las fresas y prolongar el placer de de-
mente para la de muchos de noso- un restaurante, alimentamos a nuestros gustarlas. Se zampaba su plato en un
tros), Laura Potter encontró un cuadro hijos con hamburguesas de McDonald’s instante y entonces fijaba su mirada co-
muy diferente. Allá donde iba, percibía o llegamos a casa cargados con comida diciosa en el mío, que estaba todavía
la misma sensación: “La espera era un preparada en vez de improvisar algo en casi lleno. Cada vez que ocurría eso, yo
placer. [...] El hecho de esperar parecía nuestra propia cocina; o compramos le daba mis fresas. Y ¿sabes qué?
haberse convertido en un lujo, una regalos caros para nuestros seres queri- –concluía–, recuerdo que aquellas fre-
ventana en nuestras vidas sujetas a ho- dos a fin de compensar el poco tiempo sas me sabían mejor en su boca que en
rarios apretados. En nuestra cultura del que les dedicamos y la falta de ocasio- la mía...” Los mercados han detectado
‘ahora’, de Black Berrys, ordenadores nes para hablar unos con otros, así co- perfectamente la oportunidad de capi-
portátiles y teléfonos móviles, los ‘espe- mo la escasez o ausencia total de mani- talizar el impulso al sacrificio, fiel com-
rantes’ veían la sala de espera como una festaciones convincentes de interés, pañero del amor y la amistad. Han co-
especie de refugio”. Tal vez la sala de es- atención y cariño personal. Ni siquiera mercializado este impulso de la misma
pera –reflexiona Potter– nos recuerda el el buen sabor de los platos del restau- manera que otras necesidades o deseos
arte, inmensamente placentero aunque rante o el alto precio y las etiquetas de cuya satisfacción se considera indispen-
olvidado, de la relajación. marcas prestigiosas que llevan los rega- sable para la felicidad humana (una
Los placeres de la relajación no son los que venden en la tienda están a la Casandra de nuestros tiempos nos
los únicos que hemos dejado en el altar altura del valor añadido de felicidad de aconsejaría desconfiar de los mercados
de una vida apresurada con el fin de los productos cuya ausencia o escasez incluso cuando nos ofrecen regalos...).
ahorrar tiempo para poder ir tras otras tratamos de compensar: productos co- El sacrificio, actualmente, significa so-
cosas. Cuando los efectos de lo que un mo reunirse alrededor de una mesa lle- bre todo y casi exclusivamente privarse
na de alimentos que hemos preparado de una suma importante o muy impor-
conjuntamente con la idea de compar- tante de dinero: un acto que puede
5 Véase “English patience”, Observer Maga- tirlos o ser escuchado con atención y contabilizarse debidamente en las esta-
zine, 21 de octu bre de 2007. sin prisas por una persona importante dísticas del PIB.

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Para concluir: pretender que la en las estadísticas del PIB es que mu- medios que uno cree necesarios para
cantidad y la calidad de la felicidad chas de las rutas seguidas por los bus- alcanzar esta vida, los mercados se en-
humana se pueden conseguir centran- cadores de felicidad se han rediseñado cargan de que esta búsqueda nunca
do la atención en un solo parámetro, el y pasan ya por las tiendas, el terreno termine. Los objetivos de la búsqueda
PIB, es extremadamente engañoso. primordial para el cambio de manos se reemplazan unos a otros con una
Cuando esta pretensión se convierte en del dinero, tanto si la estrategias adop- velocidad asombrosa. Los perseguido-
un principio político también puede tadas por los buscadores de felicidad res (y por descontado sus celosos entre-
resultar perjudicial, con consecuencias difieren en otros aspectos (y difieren) nadores y guías) comprenden perfecta-
contrarias a las que supuestamente se como si no, y tanto si las rutas que mente que si la búsqueda es para al-
perseguían. aconsejan varían en otros aspectos (y canzar un propósito declarado, los ob-
En cuanto los bienes que dan real- varían) como si no. De estas estadísti- jetivos alcanzados tienen que quedar
ce a la vida inician su desplazamiento cas podemos deducir cuán extendida y pronto fuera de uso, perder su lustre,
desde el reino de lo no monetario al fuerte es la creencia de que hay un vín- su atractivo y su poder de seducción
reino del mercado de bienes de consu- culo íntimo entre la felicidad y el volu- para acabar abandonados y sustituidos,
mo, no hay quien los pare. El movi- men y la calidad del consumo: un su- una y otra vez, por “nuevos y mejores”
miento tiende a crear su propia inercia puesto que subyace tras todas las estra- objetivos, que a su vez están condena-
y deviene propulsado y acelerado por tegias comerciales. También podemos dos a encontrar el mismo destino. Im-
él mismo, limitando cada vez más los reconocer con cuánto éxito aprovechan perceptiblemente, la visión de la felici-
bienes que, por su naturaleza, sólo los mercados esta presunción más o dad pasa de una dicha anticipada des-
pueden producirse de forma personal y menos oculta como motor generador pués de la compra al acto de comprar
sólo florecen tras el establecimiento de de beneficio al identificar el consumo que la precede: un acto que rebosa de
unas relaciones humanas intensas e ín- que genera felicidad con el consumo alegre expectativa, alegre porque impli-
timas. Cuanto más difícil es ofrecer a de los productos y servicios que se ca una esperanza, aún inmaculada, sin
los demás este tipo de bienes, los que ofrecen a la venta en las tiendas. En es- borrón y sin tacha.
el dinero no puede comprar, o cuanto te aspecto, el éxito comercial repre- Gracias a la diligencia y experien-
más escasea la voluntad de colaborar senta una excusa lamentable y, en defi- cia de los redactores publicitarios, esta
con otros en su producción (una vo- nitiva, un fracaso abominable de la sabiduría de la vida y de la calle (o ave-
luntad de cooperación que a menudo búsqueda de la felicidad que era lo que nida) tiende a adquirirse hoy a edades
se considera el producto más satisfac- pretendía favorecer. más tempranas, mucho antes de que
torio que se puede ofrecer), más pro- Uno de los efectos fundamentales los jóvenes hayan tenido una primera
fundos son los sentimientos de culpa y de equiparar la felicidad con la compra oportunidad de escuchar elaboradas
la infelicidad resultantes. El deseo de de artículos que se espera que generen meditaciones filosóficas sobre la natu-
expiar y redimir esta culpa empuja al felicidad consiste en eliminar la posibi- raleza de la felicidad y el camino hacia
pecador a buscar en el mercado pro- lidad de que este tipo de búsqueda de una vida feliz, y mucho menos de es-
ductos cada vez más caros para susti- la felicidad llegue algún día a su fin. La tudiarlas y reflexionar sobre su mensa-
tuir lo que ya no puede ofrecer a las búsqueda de la felicidad nunca se aca- je. Por ejemplo, podemos enterarnos
personas con las que vive, y a pasar bará, puesto que su fin equivaldría al ya en la primera página de la sección
más horas lejos de ellos para ganar más fin de la propia felicidad. Al no ser al- de “modas” de una revista muy leída y
dinero. La oportunidad de producir y canzable el estado de felicidad estable, respetada, que Liberty, una colegiala de
compartir esos bienes personales triste- sólo la persecuciónde este objetivo por- 12 años, “ya ha descubierto la manera
mente añorados, que uno no puede fiadamente huidizo puede mantener de gestionar adecuadamente su arma-
pensar ni ofrecer por culpa del exceso felices (por moderadamente que sea) a rio ropero”6. Su “tienda favorita” es
de trabajo y del cansancio, resulta en los corredores que la persiguen. La pis- Topshop, y hay una razón para ello.
consecuencia aún más empobrecida. ta que conduce a la felicidad no tiene Según sus propias palabras: “Aunque es
línea de meta. Los medios ostensibles francamente caro, sé que saldré de allí
Los estrategas del consumo se convierten en fines y el único con- con algo a la moda”. Lo que le repor-
Parece, pues, que el crecimiento del suelo disponible ante lo escurridizo de tan sus frecuentes visitas a Topshop es,
“producto interior bruto”es un índice este soñado y codiciado “estado de feli- en primer lugar y por encima de todo,
bastante pobre para medir el crecimien- cidad” consiste en seguir corriendo; un confortable sentimiento de seguri-
to de la felicidad. Más bien puede verse mientras uno sigue en la carrera, sin dad: los encargados de Topshop acep-
como un indicador sensible de las es- caer agotado y sin ver una tarjeta roja, tan el riesgo y cargan con la responsa-
trategias, por caprichosas o engañosas la esperanza de una victoria final sigue bilidad de escoger por ella. Compran-
que puedan ser, que en nuestra bús- viva.
queda de la felicidad nos hemos visto Al pasar sutilmente el sueño de fe-
persuadidos, engatusados u obligados a licidad desde la visión de una vida ple- 6 Véase “My favourite outfit”, Observer Ma-
adoptar. Lo que sí podemos observar na y gratificante a una búsqueda de los gazine, 22 de abril de 2007, pág. 3 9.

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do en esta tienda, la probabilidad de cial. Segundo, porque sabe por su cor- una fuerte IDENTIDAD” (nótese la
cometer un error se reduce a cero, o ta aunque intensa experiencia que lo expresión conservar). El actor famoso,
casi. Liberty no confía en su propio que aparece en los estantes y exposito- que aparece fotografiado en una em-
gusto y su criterio para comprar (ni res un día ya no estará unos días des- barcación que navega por el río Sena
desde luego para mostrarse en público) pués y que, para estar al día y saber con Nôtre Dame al fondo, lleva en la
lo que le entra por los ojos, pero sabe qué es lo que (todavía) “está de moda”, mano el último producto de Samsoni-
que puede lucir en público lo compra- lo que (ya) “ha pasado de moda” y en- te, una maleta “Graviton” (nótese la
do en esta tienda y puede confiar en el contrar lo que realmente “mola” en el referencia a la gravedad en un acceso-
reconocimiento, la aprobación y, por día de hoy, aunque en el de ayer no se rio de viaje que presume de ser muy li-
fin, en la admiración y el alto nivel que encontrara expuesto, hay que actuali- gero), una imagen que los creativos,
le reporta: todas estas buenas sensacio- zar con visitas frecuentes a la tienda por si alguien no la entendiera, se apre-
nes que se intentan conseguir luciendo unos conocimientos que envejecen rá- suran a explicar: el actor famoso, di-
ropa y accesorios en público. Liberty pidamente y asegurarse de que el ar- cen, “hace una declaración mientras
habla de los shorts que se compró en mario ropero “funciona a la perfec- viaja con una Graviton de Samsonite”.
enero: “Los detestaba. Al principio me ción” sin interrupción. Sin embargo, no dicen nada sobre el
gustaron pero una vez los tuve en casa A no ser que encuentres una eti- contenido de tal declaración. Confían,
pensé que eran demasiado cortos. Lue- queta, un logo o una tienda en los que no sin razón, que para un lector exper-
go leí Vogue y vi aquella chica que lucía puedas confiar, te sientes confuso y tal to el contenido de la declaración que-
unos shorts, ¡y eran ‘mis’ shorts de Tops- vez perdido. Etiquetas, logos y tiendas dará claro sin mayor explicación: “Ven-
hop! Desde entonces somos insepara- son los únicos remansos de seguridad go de los grandes almacenes John
bles”. Esto es lo que pueden hacer la entre unos peligrosos rápidos que la Lewis, donde precisamente acaban de
etiqueta, el logo y la ubicación para los amenazan; los únicos refugios de certi- poner a la venta la maleta Graviton.
consumidores: guiarlos por el laberín- dumbre en un mundo insultantemen- He comprado una juntamente con
tico camino lleno de trampas que con- te incierto. Por otro lado, sin embargo, otras personas de peso y, de este modo,
duce a la felicidad. La felicidad de dis- si has otorgado tu confianza a una eti- he aumentado (¿o conservado?) mi
poner de un certificado reconocido y queta, un logo o una tienda, has hipo- propio peso específico”.
respetado que confirma (¡con autori- tecado tu futuro. Los certificados de Para el actor famoso, como para
dad!) que uno está en el buen camino, “estar a la moda” o “al día” sólo se se- Liberty, poseer y exhibir en público ar-
que sigue en la carrera y que puede guirán emitiendo si sigues invirtiendo tículos con la etiqueta y el logo correc-
mantener vivas sus esperanzas. en ellos, y la gente que está detrás de la tos comprados en el establecimiento
El problema es: ¿cuánto tiempo de etiqueta, el logo o la tienda ya se ocu- correcto es principalmente una manera
validez tendrá este certificado? No hay pará de que la validez de los nuevos de obtener y conservar el nivel social
duda de que el hecho de haber sido certificados que emita no sea superior que defienden o al que desean aspirar.
“desde entonces” “inseparables”, algo a la de los anteriores sino acaso menor. El nivel social no significa nada a me-
cierto en abril de 2007, no durará mu- nos que sea reconocido socialmente, es
cho tiempo en la vida de Liberty. La Etiquetas, logos y marcas decir, a menos que la persona en cues-
chica que lucía los shorts ya no aparece- Evidentemente, hipotecar el propio fu- tión reciba la aprobación del tipo ade-
rá en los próximos números de Vogue. turo es un asunto serio y una decisión cuado de “sociedad” (cada categoría de
El certificado de aprobación pública importante. Liberty tiene 12 años y un nivel social tiene sus propios códigos,
revelará su letra pequeña y la abomina- largo futuro por delante, pero sea largo leyes y jueces) y sea considerado legíti-
ble brevedad de su período de validez. o corto el tiempo que nos quede por mo merecedor de pertenecer a ella, de
Incluso podríamos apostar que, en su delante, perseguir la felicidad en una ser “uno de los nuestros”.
próxima visita a Topshop, Liberty ya sociedad de consumo de etiquetas, lo- Etiquetas, logos y marcas son los
no encontrará unos shorts parecidos, ni gos y tiendas exige hipotecar ese futuro. términos del lenguaje de reconocimien-
siquiera en el caso, harto improbable, El famoso actor que aparece en el to. Lo que uno espera ser –y como
de que los buscara. De lo que sí pode- anuncio a toda página de Samsonite es norma es ser “reconocido” con la ayu-
mos estar cien por cien seguros es de mucho más viejo que Liberty, pero su da de etiquetas, logos y marcas– es lo
que Liberty seguirá yendo a Topshop, futuro parece igualmente hipotecado, que en años recientes se ha dado en
una y otra vez. ¿Por qué? Primero, por- aunque, como corresponde por su llamar identidad. La operación descrita
que ha aprendido a confiar en la sabi- edad, firmó el contrato hace ya mucho antes muestra la preocupación por la
duría de quien sea que decide lo que tiempo (o al menos esto es lo que insi- “identidad” como aspecto central de
hay que poner en las estanterías y los núa el anuncio). El título del anuncio nuestra sociedad de consumo. Mostrar
expositores el día de su visita. Ella con- publicitario: “La vida es un viaje”, pre- “carácter”y gozar de una “identidad”
fía en que los productos que venden para el escenario para un mensaje en reconocida, así como encontrar y obte-
tienen una garantía absoluta de apro- letras mayúsculas y negritas: “El CA- ner los medios que aseguren estos pro-
bación pública y reconocimiento so- RÁCTER se demuestra conservando pósitos interrelacionados, se convierten

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en las principales preocupaciones en la normal y corriente mediante el expe- servido todo? ¿No es evidente que re-
búsqueda de una vida feliz. diente del simulacro: un fenómeno (se- sulta más barato, más rápido, más se-
La “identidad”, aunque ha segui- gún la descripción memorable de Jean guro y más conveniente, así como más
do siendo un aspecto importante y Baudrillard) similar al de las enferme- fácil de conseguir, dejar de lado las
una tarea absorbente desde la moderna dades psicosomáticas, que tienden a pérdidas y volver a empezar, liberarse
transición de una sociedad de la “ads- borrar la distinción entre “las cosas co- de la piel vieja, con sus manchas, gra-
cripción” a una sociedad del “logro” (es mo son” y “las cosas como pretenden nos y todo lo demás, y comprar una
decir, desde una sociedad en la que las ser”, entre la “realidad” y la “ilusión”, o nueva, prefabricada y lista para usar?
personas “nacían” con una identidad, a entre “el verdadero estado” de la cues- No es una novedad buscar una vía
una sociedad en la que la construcción tión y su “simulación”. Lo que antes se de escape cuando las cosas van real-
de una identidad es tarea y responsabi- veía y se sufría como un duro trabajo mente mal; es algo que se ha intenta-
lidad de cada uno), comparte ahora el interminable que exigía una moviliza- do, con resultados diversos, en todas
destino de otras guarniciones de la vi- ción ininterrumpida y un esfuerzo ím- las épocas. Lo verdaderamente nuevo
da: desprovista de una dirección deter- probo de nuestros recursos “internos” es el doble sueño de huir de uno mismo
minada desde el principio y para siem- hoy puede conseguirse mediante la y adquirir un yo hecho a medida, así co-
pre, y sin tener que dejar tras ella unas ayuda de artilugios e instrumentos lis- mo la convicción de que este sueño es
trazas sólidas e indestructibles, se espe- tos para usar a cambio de la inversión una realidad alcanzable. No es sólo
ra, y se prefiere, que la identidad pueda de una módica cantidad de dinero y de una opción a nuestro alcance, sino la
fundirse fácilmente y adaptarse a mol- tiempo, si bien, naturalmente, la tram- opción más fácil, la que tiene más pro-
des de formas distintas. Lo que antes pa consiste en que el atractivo de lo babilidades de funcionar en caso de
era un proyecto para “toda la vida” hoy que se compra crece en proporción al problemas; una fórmula mágica, me-
se ha convertido en un atributo del dinero que cuesta. Recientemente, el nos engorrosa, que ahorra tiempo y
momento. Una vez diseñado, el futuro atractivo ha comenzado a crecer en energía, y que por ello resulta a la pos-
ya no es “para siempre”, sino que nece- función del plazo de entrega porque tre más barata si la medimos, según el
sita ser montado y desmontado conti- las tiendas de más prestigio y de dise- consejo de Simmel, en comparación
nuamente. Cada una de estas dos ope- ños más exclusivos han introducido las con la magnitud de los valores a los
raciones, aparentemente contradicto- listas de espera, claramente sin más que hemos renunciado totalmente o
rias, tiene una importancia equiparable propósito que el de elevar el toque de en parte.
y tiende a ser absorbente por igual. distinción que los artículos esperados Si la felicidad está permanente-
En lugar de pedir un pago antici- otorgan a la identidad de sus compra- mente a nuestro alcance y si alcan- zar-
pado y una suscripción para toda la vi- dores. Como señaló hace ya mucho la sólo consume los pocos minutos ne-
da sin cláusula de rescisión, la manipu- tiempo Georg Simmel, uno de los pa- cesarios para hojear las páginas amari-
lación de la identidad es hoy un servi- dres fundadores de las ciencias sociales, llas y sacar la tarjeta de crédito del bol-
cio como el de “paga por ver” (en tele- los valores se miden según los otros va- sillo, es evidente que la persona que no
visión) o “paga por hablar” (por teléfo- lores que han de sacrificarse para obte- consiga la felicidad no puede ser “real”
no). La identidad sigue siendo una nerlos; y la demora en la gratificación o “genuina”, sino que es un dechado
preocupación constante, pero ahora se podría decirse que constituye el más de pereza, ignorancia o ineptitud...
divide en una multitud de esfuerzos terrible de los sacrificios para personas cuando no todo a la vez. Esta persona
extremadamente cortos en el tiempo que se encuentran en los escenarios de debe de ser una falsificación o un frau-
(cada vez más cortos gracias al progre- movimiento y cambios rápidos carac- de. La ausencia de felicidad, su insufi-
so de las técnicas de marketing) que la terísticos de nuestra sociedad líquida ciencia, o una felicidad menos intensa
atención más volátil pueda absorber, moderna de consumo. que la que se proclama asequible para
una sucesión de impulsos de actividad Anular el pasado, “renacer”, ad- todos los que traten de conseguirla con
repentinos y frenéticos que no han si- quirir un yo diferente y más atractivo suficiente ahínco y usen los medios y
do diseñados ni son predecibles pero al tiempo que se descarta el antiguo, habilidades apropiados es toda la moti-
que tienen efectos inmediatos que se gastado y ya no deseado, reencarnarse vación que uno necesita para rechazar
suceden cómodamente y no amenazan en “alguien completamente distinto”, y conformarse con el “yo” que posee y
con durar en exceso. “empezar de nuevo”... son ofertas ape- embarcarse en un viaje de descubri-
Las habilidades necesarias para en- tecibles y difíciles de rechazar de plano. miento, o mejor, de invención de sí
frentarse al reto del reprocesado líqui- Realmente, ¿por qué intentar perfec- mismo. El yo fraudulento o malogrado
do moderno y al reciclado de la mani- cionarse uno mismo, con el esfuerzo debe descartarse por su “falta de auten-
pulación de la identidad son parecidas agotador y la abnegación que inevita- ticidad” mientras prosigue la búsqueda
a las del malabarista o, más exactamen- blemente exige? Y, en el caso de que del “yo” real. Hay escasos motivos para
te, a la destreza y astucia del prestidigi- todo este esfuerzo, abnegación y auste- cejar en la búsqueda si uno tiene la
tador. La práctica de tales habilidades ridad no consigan compensar las pér- certeza de que, en poco rato, el instan-
se ha puesto al alcance del consumidor didas lo bastante rápido, ¿de qué habrá te que se está viviendo pasará a la his-

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toria y que a su debido tiempo llegará


otro instante con nuevas promesas,
henchido de nuevo potencial, que au-
gura un nuevo amanecer...

Una vida en episodios


En una sociedad de compradores y una
vida de compras, somos felices mientras
no perdamos la esperanza de llegar a ser
felices; estamos asegurados contra la in-
felicidad siempre que podamos mante-
ner esta esperanza. Así, la llave de la fe-
licidad y el antídoto contra la amargura
consiste en mantener viva la esperanza
de llegar a ser felices. Sin embargo, sólo
puede mantenerse viva si se cumple la
condición de una rápida sucesión de
“nuevas oportunidades” y “nuevos co-
mienzos”, y con la perspectiva de una
cadena infinita de nuevos comienzos.
Esta condición se consigue dividiendo
la vida en episodios, es decir, en espa-
cios de tiempo preferiblemente cerra-
dos e independientes, cada uno con su
propio guión, sus propios personajes y
su propio final. Este último requisito
–el final–se cumple si se supone que los
personajes implicados en el curso del
episodio sólo aparecen mientras dura,
sin compromiso alguno de ser admiti-
dos en el siguiente. Como cada episo-
dio tiene su propio guión, cada uno re-
quiere su propio casting. Cualquier
compromiso indefinido o interminable
limitaría gravemente la cantidad de Jeffries observa la marea creciente de nes “nuevas y mejoradas”, de “compro-
guiones disponibles para los episodios “fobia al compromiso” y descubre que miso ligero”, limitan su duración a lo
sucesivos. En una sociedad de consu- los “planes de compromiso ligero que que dure la satisfacción que procuran:
midores, todos los lazos y ataduras de- minimizan la exposición al riesgo” van la relación es válida hasta que la satis-
ben ajustarse al patrón de la relación a más7. Estos esquemas pretenden ex- facción desaparece o cae por debajo de
existente entre los compradores y los traer el veneno del aguijón. Iniciar una un nivel aceptable, ni un segundo más.
artículos adquiridos: los artículos no es- relación siempre conlleva un riesgo, Hace unos años, con la esperanza
tán pensados para durar más de lo pre- puesto que las espinas y trampas de la de contener una marea creciente que
visto y deben abandonar el escenario de convivencia tienden a salir a la luz de todavía se consideraba una moda transi-
la vida tan pronto como empiezan a ser forma gradual y es difícil establecer un toria, se libró una batalla bajo el
un obstáculo más que un adorno, inventario por anticipado. Iniciar una eslogan:“Un perro es para toda la vida,
mientras no se espera que los compra- relación con el compromiso de mante- no sólo para Navidad”. Se trataba de
dores deseen jurar fidelidad eterna a las nerla vaya bien o mal, pase lo que pase, evitar el abandono de mascotas durante
compras que se llevan a casa ni les ga- es como firmar un cheque en blanco. el mes de enero, cuando los niños se ha-
ranticen un derecho permanente de re- Augura la probabilidad de enfrentarse a bían cansado del potencial generador de
sidencia. Las relaciones del modelo incomodidades y amarguras desconoci- placer de su regalo de Navidad y éste se
consumista, ya para empezar, son “has- das e inimaginables sin poder invocar convertía en la pesada tarea de cuidar de
ta nuevo aviso”. una cláusula de revocación. Las relacio- un animal. No obstante, según leemos
En un estudio reciente sobre los en el estudio de Jeffries, una compañía
nuevos tipos de relaciones que tienden estadounidense de éxito va a abrir una
a reemplazar a las antiguas del tipo de 7 Stuart Jeffries, “To have and to hold”, sucursal en Londres, Flexpetz, que “per-
“hasta que la muerte nos separe”, Stuart Guardian, 20 de agosto de 20 07, págs. 7-9. mitirá a sus clientes pasar unas horas o

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unos días” con uno de sus “adorables y presión de los neumáticos, cambiarle el y se valoraron a sí mismos y a su obrar
bien adiestrados” perros de alquiler. aceite y controlar el nivel del anticon- como buenos...”8, hasta que se rindie-
Flexpetz es una de esas compañías, que gelante, renovar el permiso de conducir ron a la reacción violenta y al chantaje
aparecen cada vez con más frecuencia, y el seguro, y cientos de cosas más, del resentimiento vengativo de “lo ba-
especializada en “servicios que ofrecen grandes y pequeñas, que hay que recor- jo, abyecto, vulgar y plebeyo”, se retira-
los placeres tradicionales sin los incon- dar y realizar, y uno acaba por impa- ron y perdieron la resolución y la con-
venientes de la propiedad”. La tenden- cientarse por tanta preocupación y tan- fianza en sí mismos. Podemos decir
cia a ofrecer transitoriedad donde antes ta pérdida de un tiempo que podría de- que el “superhombre” (o, según otra
la duración era la norma no se limita a dicar a pasatiempos más placenteros. traducción, “el hombre superior”) es el
los animales domésticos. Al final de esta No obstante (por sorpresa para unos y aristócrata del pasado (o, con mayor
tendencia hallamos un número crecien- evidente para otros), atender las necesi- precisión, el aristócrata retratado/ima-
te de hogares habitados por parejas que dades de un coche no tiene por qué ser ginado por Nietzsche que existió en al-
“conviven” pero que rechazan los votos una actividad decididamente desagra- gún momento del pasado), resucitado
matrimoniales. En 2001, sólo el 45 % dable: también se deriva un placer in- o reencarnado en su forma prístina,
de los hogares británicos estaban forma- trínseco de la realización de estas tareas, pura e íntegra, liberado de los residuos
dos por parejas casadas, mientras que en fruto del trabajo bien hecho y en el que psíquicos de sus desgracias y humilla-
2005 el número de parejas que cohabi- uno –sí, uno mismo– desarrolla sus ha- ciones, y recreando por propia volun-
taban (probablemente no para siempre) bilidades y demuestra su dedicación. Y tad y con su acción lo que los aristócra-
superaba con mucho los dos millones. lentamente, tal vez imperceptiblemen- tas originales de antaño poseían de for-
Hay al menos dos maneras diferentes te, surge el placer de los placeres: el ma natural y consuetudinaria. (“Los
de evaluar el efecto de la “fobia al com- “placer del compromiso”, que debe su bien nacidos –insistía Nietzsche– se
promiso” en el estado y las perspectivas sano crecimiento en igual medida a las sentían a sí mismos cabalmente como
de felicidad de nuestros contemporá- cualidades del objeto que uno cuida y a los felices; ellos no tenían que construir
neos. Una de ellas consiste en alegrarse la calidad de estos cuidados. Es el pla- su felicidad artificialmente... [ni] per-
y aplaudir el descenso de los costes del cer escurridizo pero absolutamente real suadirse de ella, mentírsela[...] por ser
tiempo de placer. El espectro de futuras y abrumador del “tú y yo”, del “vivimos hombres íntegros, repletos de fuerza y,
limitaciones que siempre planeaba sobre el uno para el otro”, o del “somos uno”. en consecuencia, necesariamente acti-
las relaciones de compromiso era, des- El placer de “marcar una diferencia” vos, no sabían separar la actividad de la
pués de todo, la mosca proverbial capaz que no sólo te afecta a ti. De generar felicidad; en ellos aquélla formaba par-
de estropear el barril de la miel más aro- impacto y dejar huella. De sentirse ne- te, por necesidad, de ésta”9).
mática; matar a la mosca antes de que cesario (e irreemplazable: un sentimien- Para el “hombre superior” de Nie-
inicie su conducta perniciosa representa, to profundamente placentero aunque tzsche, el poder y la resolución de pasar
sin duda, una mejora sustancial. No difícil de encontrar) y plenamente inal- por alto todas las reglas y obligaciones
obstante, Stuart Jeffries descubrió que canzable, mejor dicho, inconcebible, en son en sí mismos un valor supremo que
una de las mayores compañías de alqui- la soledad del interés por uno mismo, no necesita que nadie lo defienda a ca-
ler de automóviles aconseja a sus clien- donde la atención se centra estrecha- pa y espada contra el compromiso. No
tes que pongan un nombre personal al mente en la creación de uno mismo, la obstante, el superhombre, con todo el
vehículo que reservan de vez en cuando, autoafirmación y la mejora personal. dominio de sí mismo, no tardó en tro-
una y otra vez. Jeffries comenta: “La su- Este sentimiento sólo puede nacer del pezar con un obstáculo formidable,
gerencia es conmovedora. Sin duda, in- sedimento del tiempo, del tiempo de- que era la irreductible lógica del tiem-
dica que, aun cuando somos poco pro- dicado al cuidado de alguien, el cuida- po, en particular y según el agudo
clives al compromiso, incapaces de do que representa el precioso hilo con comentario de Hanna Buczynska-Ga-
comprometernos con algo a largo plazo, el que se tejen los lienzos del compro- rewicz10, la vejatoria aunque indoma-
el placer sentimental, tal vez incluso el miso y de la unión. La receta ideal de ble “resistencia del momento”. El auto-
autoengaño, del compromiso sigue pre- Friedrich Nietzsche para una vida hu- dominio exige la capacidad de anular o
sente en nosotros, como el fantasma de mana plena y feliz (un ideal que gana al menos neutralizar el efecto de fuer-
una antigua manera de ser”. popularidad en nuestros tiempos pos- zas externas que se oponen al proyecto
Verdad. Una y otra vez, como en modernos o “líquidos”) es la imagen de de creación de uno mismo, aunque las
tantas ocasiones, descubrimos que uno un “superhombre”, el gran maestro del
no puede tener el pastel y comérselo. O arte de la autoafirmación, capaz de eva-
que no hay almuerzos gratis. O que to- dirse o escapar de todas y cada una de 8 Friedrich Nietzsche, La genealogía de la
da ganancia tiene un precio y hay que las cadenas que atrapan a los mortales moral, Alianza, Madrid, 19 72, pág. 3 1.
pagarlo. Se gana la libertad de no tener ordinarios. El “superhombre” es un 9 Ibíd., pág. 44.
10 Véase Hanna Buczynska-G arewicz, Me-
que cuidar todos los días de algo que se verdadero aristócrata; “los poderosos,
tafizyczne rowwazania o czasie [Reflexiones meta-
usa de forma esporádica: un coche hay los hombres de posición superior y ele- físicas sobre el tiempo], Universitas, 2003, págs.
que lavarlo con frecuencia, vigilar la vados sentimientos quienes se sintieron 50 y sigs.

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más formidables y avasalladoras de es- mente dominen, manipulen y exploten y aunque uno necesitaría desarrollar
tas fuerzas son precisamente las hue- cada uno de los momentos presentes una fuerza realmente sobrehumana pa-
llas, los sedimentos o residuos del pro- para reabastecer y ampliar la felicidad ra alcanzar este destino y con ello hacer
pio impulso prospectivo del super- que anida en el poder y sus manifesta- justicia a su propio potencial humano,
hombre para completar su autodomi- ciones, más profundas e indelebles se- el “proyecto del superhombre” lleva las
nio; las consecuencias de los hechos rán las marcas de sus “logros” y más es- semillas de su derrota desde el princi-
que él mismo realizó y completó para trecho será el terreno futuro de que dis- pio. Tal vez de manera inevitable.
alcanzar esta meta. El momento pre- pondrán para maniobrar. Nuestra vida, tanto si lo sabemos
sente (y cada paso en el camino hacia El “hombre superior” de Nietzs- como si no, y tanto si nos gusta esta
el autodominio es un “momento pre- che parece condenado a acabar como noticia como si la lamentamos, es una
sente” u otro) no puede aislarse com- la mayoría de nosotros, humanos ordi- obra de arte. Para vivir nuestra vida co-
pletamente de todo lo que ya ha ocu- narios. Como, por ejemplo, el héroe mo lo requiere el arte de vivir, como los
rrido. “Empezar de nuevo” es una fan- de la historia de Douglas Kennedy del artistas de cualquier arte, debemos
tasía irrealizable porque el sujeto llega “hombre que quiso vivir su vida”11. plantearnos retos que sean (al menos en
al momento actual arrastrando las hue- Aquel hombre se fue encerrando entre el momento de establecerlos) difíciles
llas indelebles de todos los momentos los muros de las obligaciones que lo de conseguir a bocajarro, debemos es-
anteriores y, siendo un “superhombre”, rodeaban y que constantemente au- coger objetivos que estén (al menos en
las huellas de momentos previos sólo mentaban su grosor con las numerosas el momento de su elección) mucho más
pueden ser las de sus propias acciones trampas y emboscadas de la vida en fa- allá de nuestro alcance y unos niveles de
anteriores. Un episodio autosostenido milia, mientras soñaba todo el tiempo excelencia que parezcan estar tozuda e
e independiente es un mito, pues las con una mayor libertad. Había decidi- insultantemente muy por encima de
acciones tienen consecuencias que las do viajar ligero de equipaje, pero sólo nuestra capacidad (al menos de la que
sobreviven. “La voluntad que diseña el conseguía acrecentar el peso que lo ya poseemos) en todo lo que hacemos o
futuro está desprovista de libertad por mantenía amarrado al suelo y que con- podemos hacer. Tenemos que intentar
el pasado –dice Buczynska-Garewicz–. vertía cada movi- miento en un trabajo lo imposible. Y sólo podemos esperar,
La voluntad de arreglar viejas cuentas ímprobo. Embrollado (o mejor, em- sin el apoyo de un pronóstico fiable y
se desvía al pasado y esto es (como dice brollándose a sí mismo) en estas con- favorable (ya no digamos de certidum-
Zaratustra, el portavoz literario de Nie- tradicciones irresolubles, el héroe de bres), que mediante un esfuerzo largo y
tzsche) el rechinar de dientes y el tor- Kennedy no sufría más opresión que agotador podremos algún día llegar a
mento solitario de la voluntad”. Po- cualquier otra persona. No era víctima alcanzar estos niveles y conseguir aque-
dríamos decir que “la resistencia del de nadie ni objeto del resentimiento ni llas metas para, de este modo, ponernos
momento” es el toque de difuntos de la malicia de nadie. Nadie coartaba sus a la altura del reto planteado.
los intentos de un “nuevo comienzo”. sueños de libertad y de autoafirmación La incertidumbre es el hábitat na-
Para un oído entrenado, ese toque de más que él mismo y por ninguna otra tural de la vida humana, si bien la es-
difuntos es audible incluso antes de causa que sus propios esfuerzos de au- peranza de escapar de esta incertidum-
que se acometa el “nuevo comienzo”. toafirmación. El peso que lo aplastaba bre es el motor de nuestra búsqueda
En la gestación del autodominio, la vi- y le hacía lamentarse lo constituían los vital. Escapar de la incertidumbre es
da de la mayoría de los embriones ter- codiciados y sin duda apreciados frutos un ingrediente esencial, aunque sólo
mina en pérdida, si no en aborto. de sus esfuerzos –su carrera, su hogar, sea tácito o supuesto, de todas y cada
Nietzsche quiere que su “hombre sus hijos, su amplio crédito–, todos es- una de las imágenes combinadas de la
superior” trate el pasado (incluyendo tos “bienes de la vida” admirables y co- felicidad. Esto explica por qué la felici-
sus propios actos y compromisos) con diciados que le ofrecían una buena ra- dad “genuina, verdadera y completa”
desprecio y que se sienta libre de él. Pe- zón, como sugiere Kennedy, para le- siempre parece encontrarse a cierta dis-
ro permítaseme repetir: el pasado que vantarse de la cama por la mañana. tancia: como un horizonte que sabe-
frena o impide el vuelo de la imagina- Así, fuera o no ésta la intención de mos que se aleja cada vez que intenta-
ción y ata las manos de los diseñadores Nietzsche, podemos interpretar su mos acercarnos a él. n
del futuro no es más que un sedimento mensaje (probablemente contra su in-
de los momentos pretéritos; las debili- tención) como una advertencia: si bien [Introducción de El arte de la vida. Tra-
ducción de Dolors Udina. Paidós 2009].
dades actuales son efectos directos o in- la autoafirmación es un destino huma-
directos de pasadas demostraciones de no, y si bien para llevar a cabo este
fuerza. Y, horror de los horrores, cuan- destino se precisaría un poder genuina-
tos más recursos y resolución tengan los mente sobrehumano de autodominio,
aspirantes a “superhumanos” (es decir,
Zygmunt Bauman es catedrático emérito de
hombres y mujeres que se tomen en se- 11 Véase Douglas Kennedy, The Pursuit of Sociología en las Universidades de Leeds y Var-
rio la llamada a las armas de Nietzs- che Happiness, Arrow , 2002 (trad. cast.: En busca de sovia. Autor de La cultura como praxis, Vidas
y decidan seguirla), cuanto más diestra- la felicidad, RBA Libros, Barcelona, 2002). desperdiciadas y Vida Líquida.

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