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Borges todo el año

Dejo a los varios porvenires (no a todos) mi jardín de senderos que se bifurcan.

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Jorge Luis Borges: El ruiseñor de Keats
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Borges todo el año
@borgestodoelani
Por qué hay un solo animal así,
por qué soy yo su poseedor y no
otro, si antes ha habido un
animal semejante y qué
sucederá después de su muerte,
si no se siente solo, por qué no
tiene hijos, cómo se llama
No me tomo el trabajo de
contestar#Kafka #Borges
borgestodoelanio.blogspot.com/2
021/02/jorge-…

Feb 8, 2021
Quienes han frecuentado la poesía lírica en Inglaterra no olvidan la Oda a un ruiseñor que John Keats,
tísico, pobre y acaso infortunado en amor, compuso en un jardín de Hamppstead, a la edad de
Borges todo el año
veintitrés años, en una de las noches del mes de abril de 1819. Keats, en el jardín suburbano, oyó el
eterno ruiseñor de Ovidio y de Shakespeare y sintió su propia mortalidad y la contrastó con la tenue Embed View on Twitter
voz imperecedera del invisible pájaro. Keats había escrito que el poeta debe dar poesías
naturalmente, como el árbol da hojas; dos o tres horas le bastaron para producir esas páginas de
inagotable e insaciable hermosura, que apenas limaría después; su virtud, que yo sepa, no ha sido
discutida por nadie, pero sí la interpretación. El nudo del problema está en la penúltima estrofa. El Translate
hombre circunstancial y mortal se dirige al pájaro, «que no huellan las hambrientas generaciones» y Seleccionar idioma ▼
cuya voz, ahora, es la que en campos de Israel, una antigua tarde, oyó Ruth la moabita.

En su monografía sobre Keats, publicada en 1887, Sidney Colvin (corresponsal y amigo de Stevenson) Más leídos
percibió o invento una dificultad en la estrofa de que hablo. Copio su curiosa declaración: «Con un
Jorge Luis Borges:
error de lógica, que a mi parecer, es también una falla. Keats opone a la fugacidad de la vida humana, Historia de los dos
por la que entiende la vida del individuo, la permanencia de la vida del pájaro, por la que entiende la que soñaron
vida de la especie.» El 1895, Bridges repitió la denuncia: F.R Leavis la aprobó en 1936 y le agregó el El historiador
escolio: «Naturalmente, la falacia incluida en este concepto prueba la intensidad del sentimiento que arábigo El Ixaquí
refiere este suceso:
la prohijó…» Keats en la primera estrofa de su poema, había llamado dríade al ruiseñor; otro crítico, «Cuentan los hombres dignos de
Garrod, seriamente alegó ese epíteto para dictaminar que en la séptima, el ave es inmortal porque es fe (pero sólo Alá es omnisciente y
una dríade, una divinidad de los bosques. Amy Lowell escribió con mejor acierto: «El lector que tenga poderos...
una chispa de sentido imaginativo o poético intuirá inmediatamente que Keats no se refiere al
Jorge Luis Borges:
ruiseñor que cantaba en ese momento, sino a la especie.»
El brujo postergado
En Santiago había
un deán que tenía
Cinco dictámenes de cinco críticos actuales y pasados he recogido; entiendo que de todos el menos codicia de aprender
vano es el de la norteamericana Amy Lowell, pero niego la oposición que en él se postula entre el el arte de la magia.
Oyó decir que don Illán de Toledo
efímero ruiseñor de esa noche y el ruiseñor genérico. La clave, la exacta clave de la estrofa, está, lo la sabía más que ning...
sospecho, en un párrafo metafísico de Schopenhauer, que no la leyó nunca.
Jorge Luis Borges:
La Oda a un ruiseñor data de 1819; en 1844 apareció el segundo volumen de El mundo como La duración del
Infierno
voluntad y representación. En el capítulo 41 se lee: «Preguntémonos con sinceridad si la golondrina
Especulación que ha
de este verano es otra que la del primero y si realmente entre las dos el milagro de sacar algo de la ido fatigándose con
nada ha ocurrido millones de veces para ser burlado otras tantas por la aniquilación absoluta. Quien los años, la del
me oiga asegurar que este gato que está jugando ahí es el mismo que brincaba y que traveseaba en Infierno. Lo descuidan los
este lugar hace trescientos años pensará de mí lo que quiera, pero locura más extraña es imaginar mismos predicadores,
desamparados tal vez de...
que fundamentalmente es otro». Es decir, el individuo es de algún modo la especie, y el ruiseñor de
Keats es también el ruiseñor de Ruth Keats, que sin exagerada injusticia pudo escribir: «No sé nada, Jorge Luis Borges: La muralla y
no he leído nada», adivinó, a través de las páginas de algún diccionario escolar, el espíritu griego; los libros
sutilísima prueba de esa adivinación o recreación es haber intuido en el oscuro ruiseñor de una noche He, whose long wall
the wand'ring Tartar
el ruiseñor platónico. Keats, acaso incapaz de definir la palabra arquetipo se anticipó en un cuarto de
bounds... Dunciad ,
siglo a una tesis de Schopenhauer. II, 76 Leí, días
pasados, que el
Aclarada así la dificultad, queda por aclarar una segunda, de muy diversa índole. ¿Cómo no dieron con hombre que ordenó
la ed...
esta interpretación evidente Garrod y Leavis y los otros? Leavis es profesor de uno de los colegios de
Cambridge; —la ciudad que, en el siglo XVII, congregó y dio nombre a los Cambridge Platonists—;
Jorge Luis Borges:
Bridges escribió un poema platónico titulado The Fourth Dimension; la mera enumeración de estos El Simulacro
hechos parece agravar el enigma. Si no me equivoco, su razón deriva de algo esencial en la mente En uno de los días
británica. de julio de 1952, el
enlutado apareció en
aquel pueblito del
Observa Coleridge que todos los hombres nacen aristotélicos o platónicos. Los últimos sienten que las Chaco. Era alto, flaco, aindiado,
clases, los órdenes y los géneros son realidades; los primeros, que son generalizaciones; para éstos, con una cara inex...
el lenguaje no es otra cosa que un aproximativo juego de símbolos; para aquéllos es el mapa del
universo. El platónico sabe que el universo es de algún modo un cosmos, un orden; ese orden, para el Jorge Luis Borges:
El espejo de tinta
aristotélico, puede ser un error o una ficción de nuestro conocimiento parcial. A través de las latitudes
La historia sabe que
y de las épocas, los dos antagonistas inmortales cambian de dialecto y de nombre: uno es el más cruel de los
Parménides, Platón, Spinoza, Kant, Francis Bradley; el otro, Heráclito, Aristóteles, Locke, Hume, gobernadores del
William James. En las arduas escuelas de la Edad Media, todos invocan a Aristóteles, maestro de la Sudán fue Yakub el
Doliente, que entregó su país a la
humana razón (Convivio, IV, 2), pero (p.719) los nominalistas son Aristóteles; los realistas, Platón. El
iniquidad de los re...
nominalismo inglés del siglo XIV resurge en el escrupuloso idealismo inglés del siglo XVIII; la
economía de la fórmula de Occam, entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem permite o Jorge Luis Borges:
prefigura el no menos taxativo esse est percipi. Los hombres, dijo Coleridge, nacen aristotélicos o Emanuel
platónicos; de la mente inglesa cabe afirmar que nació aristotélica. Lo real, para esa mente, no son Swedenborg
los conceptos abstractos, sino los individuos; no el ruiseñor genérico, sino los ruiseñores concretos. Es Voltaire dijo que el
hombre más
natural, es acaso inevitable, que en Inglaterra no sea comprendida rectamente la Oda a un ruiseñor. extraordinario que
registra la historia fue Carlos XII.
Que nadie lea una reprobación o un desdén en las anteriores palabras. El inglés rechaza lo genérico Yo diría: quizá el hombre más
extraordinar...
porque siente que lo individual es irreductible, inasimilable e impar. Un escrúpulo ético, no una
incapacidad especulativa, le impide traficar en abstracciones, como los alemanes. No entiende la Oda
Jorge Luis Borges:
a un ruiseñor; esa valiosa incomprensión le permite ser Locke, ser Berkeley y ser Hume, y redactar, La última sonrisa de
hará setenta años, las no escuchadas y proféticas advertencias del Individuo contra el Estado. El Beatriz
ruiseñor, en todas las lenguas del orbe, goza de nombres melodiosos (nightingale, nachtigall, Mi propósito es
usignolo), como si los hombres instintivamente hubieran querido que éstos no desmerecieran del comentar los versos
más patéticos que la
canto que los maravilló. Tanto lo han exaltado los poetas que ahora es un poco irreal; menos afín a la literatura ha alcanzado. Los
calandria que al ángel. Desde los enigmas sajones del Libro de Exeter («yo, antiguo cantor de la incluye el canto XXXI del
tarde, traigo a los nobles alegría en las villas») hasta la trágica Atalanta de Swinburne, el infinito Paraíso y, aunque...
ruiseñor ha cantado en la literatura británica; Chaucer y Shakespeare lo celebran, Milton y Matthew
Jorge Luis Borges:
Arnold, pero a John Keats unimos fatalmente su imagen como a Blake la del tigre.
La ceguera
Señoras, Señores:
En el decurso de mis
En Otras inquisiciones (1952) muchas, de mis
Foto: Enrique (Catire) Hernández D’Jesús demasiadas
conferencias, he observado que
se prefiere lo personal a lo
gener...

Jorge Luis Borges:


La perpetua carrera
de Aquiles y la
tortuga
Etiquetas: Ensayo, Otras inquisiciones Las implicaciones de
la palabra joya —
valiosa pequeñez, delicadeza que
no está sujeta a la fragilidad,
facilidad suma de traslaci...
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