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Bases misianas para la reflexión sobre el liberalismo en el siglo XXI

Esp. Yanina Torres


Introducción
Yuval Noah Harari, en su libro “21 lecciones para el siglo XXI” pretende analizar la
actualidad y el futuro inmediato de las sociedades humanas. En este análisis considera que,
si bien el liberalismo es el modelo más flexible y de mayor éxito para el afrontamiento de los
desafíos del mundo moderno, en la actualidad, no posee respuestas obvias para afrontar la
evolución de las sociedades. En este sentido, Harari (2018) indica que a partir del año 1998
parecía que triunfaba un único relato, el liberal, y ya en el 2018, el desencanto de las
personas ha llevado a la pérdida de credibilidad del este.
Ante esta situación, el autor propone dos vías de acción: la creación de un relato
actualizado para el mundo de hoy, o la renuncia a la idea de un único relato global.
Sin embargo, la mirada de Harari debe ser relativizada en cuanto se analiza el
pensamiento de Mises, ya que la obra de este autor no ha perdido vigencia, y es un
referente ineludible para comprender por qué el liberalismo, lejos de no tener respuestas, es
el único relato posible para dar cuenta de los cambios a los que se enfrentan las sociedades
humanas. En el presente trabajo se analizará la concepción filosófica del liberalismo
misiano, como manera de contribuir al debate sobre el liberalismo del siglo XXI.

Breve biografía de Ludwig von Mises


Ludwig Heinrich Edler von Mises nació en el año 1881 en la ciudad de Lemberg. En
su infancia, la familia trasladó su residencia a Viena, en cuya universidad realizó estudios de
derecho y administración pública. Allí descubrió la obra de Carl Menger, “Principios de
Economía Política”, fundadora de la Escuela Austríaca de Economía, y esto influyó en sus
intereses. En 1912 escribe “La teoría del dinero y del crédito”, y logró en ella la integración,
en líneas generales, de aspectos macroeconómicos y aspectos microeconómicos. En el año
1920, Mises alertó al mundo sobre el pánico bancario y la depresión que sucederían a la
“era de la prosperidad”. En ese mismo año escribió el artículo “El cálculo económico en la
comunidad socialista” (1920), en el que alertaba acerca de la imposibilidad de planificar un
sistema económico moderno por parte de un consejo planificador socialista, y que no era
posible el funcionamiento de mecanismos de mercados artificiales, debido a que se requiere
la propiedad privada de los medios de producción. En el año 1922 escribió el libro
“Socialismo”, en donde efectúa una crítica demoledora desde los puntos de vista filosófico,
sociológico y económico. En el año 1927 expone su filosofía política en el libro
“Liberalismo”, mientras que en 1929 concluye que la intervención pública no funciona, y
tiende a llevar al socialismo, en su libro “Crítica al intervencionismo”.

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De una manera calificada por algunos contemporáneos como “intransigente”, Mises
criticó distintas tendencias políticas, filosóficas y metodológicas vigentes en su tiempo, y
sobre todo, la negación de la verdad objetiva. Asimismo, desarrolló la praxeología, que
consideró la metodología adecuada para la economía, de tipo deductivo, teórico y lógico,
que parte de axiomas evidentes.
En el año 1940 emigró hacia Estados Unidos, en donde escribió en 1944 el
“Gobierno Omnipotente”, y en él enfrenta la visión marxista de que el nazismo y el fascismo
fueron impuestos por las grandes empresas. En 1944 escribe “Burocracia”, en el cual
considera que el funcionamiento del gobierno debe ser burocrático y cuáles son sus efectos.
A partir del año 1946 se hace cargo de la cátedra de Economía de la Universidad de Nueva
York. En el año 1949 escribe “La acción humana”, su obra cumbre, que se caracteriza por
ser el primer tratado completo sobre economía desde la Primera Guerra Mundial, en el cual
desarrolla la teoría económica de acuerdo a su propia visión. En 1957 Mises publicó “Teoría
e Historia”, su última obra, que diferenciaba la teoría y la historia, además de seguir
refutando al marxismo y al historicismo. Falleció a la edad de 92 años en 1973, dejando una
influencia notable.

La comprensión de la evolución social a partir del liberalismo misiano


El pensamiento de Mises ha sido tan prolífico y profundo, que ha tenido la virtud de
anticipar muchos de los flagelos a los que se enfrentarían la sociedad de su época. Sin
embargo, ese mismo pensamiento sigue siendo la base ineluctable de la que hay que partir
para reflexionar sobre los nuevos desafíos que traerán a las sociedades los adelantos
tecnológicos y la Cuarta Revolución Industrial. En este sentido, el liberalismo es el único
“relato” (en términos de Harari) que puede asegurar el avance de la libertad, el gobierno
limitado, la conservación del fruto del trabajo, tal como se desprende de la obra de Mises,
quien ha profesado una profunda fe en las personas y la libertad personal, de la que se
deriva, también, la libertad de cometer errores.
Ante la disyuntiva de renunciar a un relato unificado propuesta por Harari, se debe
anteponer la visión de Mises en cuanto a la importancia del examen de la epistemología, ya
que no se debe renunciar a la lucha por el más perfecto conocimiento para la eliminación
del error, a través del único instrumento humano existente para hacerlo: la razón. En este
sentido, el autor reconoce que el porvenir de la civilización moderna está inexorablemente
unido al futuro de la economía, y fundado en las bases de la cooperación social. El
liberalismo se va construyendo de generación en generación, teniendo como punto de
partida las ideas de los pensadores anteriores, y es el único que puede asegurar el análisis
de lo social y sus productos, tal como la evolución tecnológica. Tal como el mismo Mises

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destaca en su “Liberalismo”, este no es un dogma fijo ni una cristalizada ideología, sino que
es la aplicación a la sociedad de los descubrimientos científicos.
No se debe perder de vista que fue el triunfo liberal y capitalista el que ha llevado al
logro del actual nivel de vida, el desarrollo tecnológico y la potencialidad futura. Esto
asegura que la mayoría de los habitantes de hoy tengan una calidad de vida superior a la de
tiempos pretéritos, lo que se ha logrado sobre la base de la propiedad privada de los medios
de producción, la división social del trabajo y la cooperación social. El hecho de que las
demás ideologías hayan sucumbido, deberían motivar a la reflexión sobre por qué el
liberalismo ha triunfado, y cómo puede interpretar la evolución económica y social para el
futuro. Así Mises enfatiza que la cooperación social solamente puede prosperar en donde
exista paz duradera, lo que permite el perfeccionamiento tecnológico.
Mises también aboga por un Estado con una función específica: la de salvaguardar
la propiedad, la libertad y la convivencia pacífica, ya que considera que sin él, peligraría la
convivencia social. Aunque también advierte sobre la nocividad del incremento del poder
estatal. Este es el riesgo que seguirá estando en el futuro, ya que, ante el
perfeccionamiento tecnológico, la tentación será la regulación, ya sea de la existencia de
máquinas, o de sus propias actividades.
Ya en la época de Mises, tal como se desprende de “Las chances políticas del
liberalismo ingenuo”, las perspectivas del liberalismo eran consideradas por algunos como
sombrías. A lo que el autor respondía que la base fundante de la civilización occidental es el
principio de libertad, ya que los logros de esta sociedad fueron resultado de la acción de
hombres libres. En este sentido, no se debe limitar el poder del hombre a decidir entre lo
que es moralmente recomendable y lo que es moralmente censurable.
Ahora bien, esto no debe llevar a la consideración de que la sociedad libre está
exenta de errores, tal como se podría desprender de los dichos de Harari. Mises reconoce
que existe un gran campo de acción para el incremento del nivel de vida de la humanidad. Y
esto se debe a que el liberalismo no es un dogma, sino que está vivo, y depende del apoyo
de los ciudadanos que se adhieren a sus principios de manera integral.
Si bien Mises también anticipó la responsabilidad de las cátedras universitarias, el
púlpito y los medios de comunicación existentes en aquella época, en la masificación de las
ideologías que han producido catástrofes en su tiempo, la advertencia sigue siendo válida.
En la actualidad la misma importancia posee la educación universitaria en la difusión de las
ideas, y los medios de comunicación, especialmente la convergencia que se produce en
Internet, ha llevado al surgimiento de lo que algunos autores denominan “posverdad”, y la
existencia de ​fake news​ que obstaculizan el predominio de la razón y de la objetividad.
Es por todo esto que el liberalismo se encuentra en una oportunidad única de seguir
demostrando que es el relato dominante, por qué lo es, y que tiene la capacidad de

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evolucionar a la par de la sociedad. Y esto se debe a que ha permitido la gran evolución
económica de la que disfrutamos en la actualidad. En palabras de Mises (1975, p. 106): “(...)
la vida nunca está en reposo. La economía jamás se detiene; es permanente el cambio, el
movimiento, la innovación y la aparición de imprevistas situaciones (...) bajo el sistema
capitalista, por lo general, debido al rápido progreso del nivel de vida que él mismo provoca,
el desarrollo es tan rápido que es preciso que las gentes sepan acomodarse a las
correspondientes mutaciones.” La gran evolución tecnológica producida en el mundo y que
se avizora para el futuro, es producto de la mentalidad capitalista, tal como Mises anticipa:
“el capitalismo es el padre de la tecnología”. Hoy, como en la época de Mises, existen voces
que abogan por la construcción de un orden social que permita evitar la agotadora marcha
hacia las innovaciones y los cambios sociales. Sin embargo, esa postura va en contra de la
naturaleza del hombre social como ser racional, cuyo objetivo es la prosperidad y la mejora
de su estado personal. Y el único que puede interpretar esta necesidad es el liberalismo, ya
que su objetivo es, según Mises, minimizar el malestar e incrementar la felicidad del mundo
entero. El liberalismo pretende llegar “(...) al fondo de la verdad, (...) aguzando sin descanso
las correspondientes armas dialécticas, por ver si, algún día, la gente llega a entender las
cosas. Y, por tal vía, la única posible, al final, indudablemente prevalecerá” (Mises, 1975,
233).

Conclusión
El punto de partida del presente trabajo fue la consideración de la crítica de Harari
en cuanto a lo que considera la “falta de respuestas del relato liberal” a las nuevas
condiciones sociales, políticas y económicas a las que se enfrenta la sociedad actual y se
enfrentará la sociedad futura. En la Introducción de su “21 lecciones para el siglo XXI”, el
autor plantea la disyuntiva entre renunciar a un relato que englobe la realidad en su
integralidad, o reactualizar el liberalismo para que brinde respuestas a esta evolución.
Tomando partido por la segunda alternativa, se relativizó la conclusión de la falta de
respuestas del liberalismo ante los desafíos sociales, ya que el aporte del pensamiento
misiano hace posible comprender que existe una base sólida en sus proyecciones para
repensar el siglo XXI.
En este sentido, no hay que perder de vista que el capitalismo fue la fuente de la
actual revolución tecnológica, y la que se producirá en el futuro. Solamente a través de la
existencia de la propiedad privada y la cooperación social, es que se ha permitido que los
actuales habitantes gocen de un nivel de vida superior a los de épocas pasadas. Asimismo,
el liberalismo es un arma fundamental para la lucha contra la posverdad y las ​fake news que
ponen en riesgo los tradicionales valores de objetividad y verdad como correspondencia.

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La cooperación social y la ausencia de conflictos bélicos son los elementos
fundamentales para la futura evolución social, que podrá ser analizada a partir de la
articulación entre la teoría del conocimiento y la teoría económica. La influencia de las
cátedras universitarias y de los medios de comunicación es de fundamental importancia,
debido a que ellas fueron responsables por la masificación de las ideologías que hoy han
demostrado ser erróneas.
Las enseñanzas de Mises no han perdido vigencia, y fructificarán en el pensamiento
liberal del siglo XXI. En palabras del autor: “todo lo que ocurre en el mundo social de estos
días es el resultado de ideas. Las cosas buenas y las cosas malas. Lo que se necesita es
combatir las malas ideas. Las ideas, y solamente las ideas, pueden llevar luz a la oscuridad”
(Mises, 2002, p. 54). Para lo cual se debe responder al llamado misiano: “Si en esta hora de
decisión faltan los hombres idóneos, entonces la ruina de nuestra civilización es
irremediable” (Mises, 1960, p. 28).

Bibliografía
Harari, Y. N. (2018). ​21 lecciones para el siglo XXI. Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Debate.
​ uenos Aires:
von Mises, L. (1960). ​Objetivos inmediatos para la educación económica. B
Centro de Estudios para la Libertad.
von Mises, L. (1975). ​Liberalismo.​ Barcelona. Unión Editorial.
von Mises, L. (1986). Las chances políticas del liberalismo genuino. En ​Planificación para la
libertad: y otros dieciséis ensayos y conferencias.​ Centro de Estudios para la Libertad.
​ ueva
von Mises, L. (2002). ​Política Económica. Pensamientos para hoy y para el futuro. N
York: Free Market Books.
von Mises, L. (2011). ​La Acción Humana. Tratado de Economía. ​Madrid: Unión Editorial.

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