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Perú logró varios Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) antes de lo previsto en 2015, una señal de
un importante progreso económico y social en las últimas décadas. Sin embargo, aún existen altos
niveles de heterogeneidad en los indicadores de desarrollo que revelan fuertes disparidades al interior
del país, particularmente en lo que respecta a las categorías tradicionalmente clasificadas. Se excluyen
mujeres, pueblos indígenas y afrodescendientes.
Con el cambio de milenio, el Perú atravesó una transición democrática y cambios políticos que
incluyeron la introducción de políticas públicas orientadas a resultados destinadas a mejorar la cantidad
y calidad de la inversión pública y el gasto social. Desde 2000 hasta 2016, Perú experimentó un fuerte
crecimiento económico, lo que resultó en un crecimiento anual promedio del PIB de 5,6% entre 2000-
2010 y 4,6% durante 2011-2016 (INEI, 2017). El crecimiento sostenible del país ha ido acompañado de
una de las mayores reducciones de los índices de pobreza en América Latina en el nuevo milenio: entre
2003 y 2013, el índice de pobreza se redujo casi a la mitad (Herrera, 2017). El país también ha logrado su
objetivo de reducir la mortalidad de los niños de 6 años para 2015 y ha logrado avances significativos en
las metas relacionadas con la educación y la salud.
Sin embargo, la mejora de los indicadores de desarrollo no se ha logrado de manera equitativa. Por
ejemplo, en 2018, el 32,4 % de los indígenas peruanos vivía en la pobreza, frente al 17,5 % de los no
peruanos. Las disparidades regionales también son evidentes: si bien la tasa de pobreza en la costa
peruana es del 13,5%, se eleva al 30,4% en la sierra y al 26,5% en la selva (INEI, 2019). La evidencia
sugiere que todavía existen algunas brechas sociales, como las basadas en el género, la raza, el lugar de
residencia y el grupo de edad. Así, a pesar del crecimiento económico sostenido de las últimas décadas y
de políticas públicas favorables a la inclusión social, el Perú sigue siendo un país caracterizado por
grandes disparidades en las condiciones de vida entre grupos. La población varía: entre hombres y
mujeres, entre indígenas e inmigrantes, entre afrodescendientes y no africanos, y entre discapacitados y
no discapacitados.
Si bien hay muchas otras poblaciones vulnerables como LGTBI1, adultos mayores o grupos de
inmigrantes, este documento se enfoca en mujeres, pueblos indígenas, afroperuanos y personas con
discapacidad debido a la proporción de la población. Dan cuenta de la gravedad de la disparidad entre la
población vulnerable y la no vulnerable, y la disponibilidad de información estadística. Este estudio, de
Lorena Alcazar2 del Grupo de Análisis del Desarrollo (GRADE) del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), presenta las características de los grupos vulnerables que fueron considerados por primera vez.
Luego presenta las principales brechas sociales y económicas que enfrentan estos grupos en términos
de educación, empleo, ingresos, pobreza y salud, considerando también la naturaleza multidisciplinaria
de los grupos desfavorecidos.
Particularmente por las mujeres indígenas. En tercer lugar, examina el marco institucional para la
atención de los grupos marginados y las principales normas, acuerdos y programas que abordan sus
problemas sociales y económicos. Finalmente, el estudio proporciona conclusiones y recomendaciones.
Mujeres:
Pueblos indígenas:
El Ministerio de Cultura define a los pueblos indígenas como “(...) personas que provienen de las
personas que vivían en un país precolonial, independientemente de quiénes fueran personalidad
jurídica, conservando la totalidad o parte de sus instituciones sociales, económicas y políticas que,
además, se autodefine como tal. Definición ampliada para incluir la participación expresión cultural y
lenguaje (Martínez Cobo, 1982).
La definición de raza es indiscutible recordemos que Valdivia (2011) la identidad étnica es compleja
porque la identidad es 'abundante, flexible y 'porosa' y la 'identidad' depende del nivel de referencia.
Valdivia también reconoce la importancia de las "señales" (lengua, vestimenta, costumbres, "raza") en
los censos y encuestas con fines políticos de educación, salud y antidiscriminación.
Pueblos afrodescendientes:
La identidad afroperuana se centra en una autopercepción racial. También reconoce valores, hábitos
comunes y características psicológicas, pero resultado de una “raza” o fenotipo negro (Valdivia, 2014). A
diferencia de los pueblos indígenas, que suelen ser identificados con su lengua materna, los
afroperuanos hablan español, lo que los invisibiliza en las estadísticas oficiales. Parte de la razón
histórica del grupo afroperuano se debe a su menor importancia demográfica y a la falta de elementos
de cultura y tradiciones indígenas ancestrales en el territorio, en contraste con la población indígena
(Valdivia, Benavides, & Torero, 2007).