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LÓGICA Y FILOSOFÍA

Prof. Rosales Papa


GRUPO 22
Sotelo Abad, Irene Sotelo
2022-2
LECTURA N°1
EL CONCEPTO DE FILOSOFÍA. (Salazar Bondy, Augusto)
Hay una paradoja y no es la única de la filosofía que consiste en que todo el
mundo cree saber lo que es la filosofía y, en cambio, los filósofos no están
seguros de poder dar una definición cabal de ella, pese a que entre sus
principales afanes está el esclarecer el concepto de filosofía. Esto tiene que
ver directamente con la clase de actividad que desenvuelve el filósofo, de
tal manera que podría decirse que llegar a entender en qué consiste la
filosofía es llegar a entender por qué es difícil y hasta imposible definir
exactamente el cometido del filósofo. En efecto, la filosofía se ofrece
históricamente como una actividad desarrollada por ciertos hombres de
modo tan múltiple y variado que, si bien en cada coyuntura concreta puede
alguien singularizar a un filósofo, no es fácil y seguramente nunca faena
plenamente cumplida el comprender la filosofía. Hay razones para
extrañarse de que se consideren dedicados al mismo quehacer hombres
como, por ejemplo, Plotino, cuyo pensamiento está penetrado de aliento
místico y se expresa en un lenguaje poético, Marx, para quien la filosofía
cobra su verdadero sentido en la crítica de la existencia social y da paso a la
denuncia política y a la acción subversiva, y Carnap, cuya metodología y
vocabulario distan poco de los modos de proceder del científico.
Con esta extrañeza está emparentado el sentimiento de insatisfacción que
frecuentemente se experimenta cuando, buscando el concepto de filosofía
por remisión a las primeras manifestaciones de esta forma de pensamiento,
se reúne documentación sobre los usos de las palabras 'filósofo' y 'filosofía
en la tradición de la antigüedad clásica. Restringir el concepto de filosofía
de tal manera que queden fuera de su extensión las religiones, las obras
literarias y artísticas en cuanto tales, las disciplinas científicas, las doctrinas
políticas, las creencias e ideas del sentido común, no significa reducir sin
más la filosofía a una noción simple.
Sin ánimo de anular los matices y las variaciones, antes bien, con el
propósito de facilitar su comprensión y su incorporación en una idea más
rica y contrastada de la filosofía, intentemos señalar algunas faenas que
principalmente han sido y siguen siendo consideradas, alternativa o
simultáneamente, competencia de los filósofos. Y es por cierto también lo
que Kant, dirigiendo la mirada crítica en todas las direcciones de la
actividad humana, ofreció como fundamentación de la ciencia, la moralidad
y el arte en sus tres Criticas famosas. Desde este punto de vista, la filosofía
es, pues, una reflexión sobre los problemas del conocimiento, la acción, la
invención o la existencia. Trabaja sobre lo ya dado por la ciencia, la praxis
moral, la creación artística y la vida cotidiana, como una indagación acerca
de realizaciones espirituales ya producidas.
Pero conviene distinguirlos suficientemente, no sólo porque de hecho se
dan así en la obra de muchos filósofos, sino, además, porque la confusión
de estas tareas es susceptible de conducir a vicios de procedimiento en el
juicio sobre los filósofos y en la práctica misma del filosofar.
El filósofo, en efecto, opera de modo diverso cuando crítica y analiza los
supuestos de la ciencia y del comportamiento, cuando construye una visión
metafísica del mundo y cuando expresa una valoración o pro- pone una
meta de acción. Aunque los resultados de estas operaciones penetren los
unos en los otros, la crítica, la especulación y la prescripción tienen cada
uno su sentido peculiar y su valor como momentos del esfuerzo filosófico.
Es cierto que la reflexión parece tener mayor vigencia en la lógica, la
epistemología y la semiótica, mientras que la concepción del mundo resulta
ser nervio de la metafísica y la ontología, en tanto que la ética y la
antropología pueden considerarse muy estrechamente ligadas a un saber de
la vida. Pero no debe olvidarse que una antropología puede ser también
francamente metafísica, y una ética, que da sustento al saber de la vida
cuando se traduce en valoraciones, es análisis crítico en el sentido más
riguroso cuando pone en tela de juicio los supuestos de la moralidad.
LECTURA N°2
EL PROBLEMA CONOCIMIENTO. (Miro Quesada Cantuarias,
Francisco)
PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO
Un ejemplo muy conocido es la redondez de la Tierra. Los antiguos creían
que era plana. 5 Y lo creían porque, efectivamente, se ve plana. Es lo que
sucede en el caso de la apariencia plana de la Tierra y en el de los otros
ejemplos que hemos dado.
Incluso después de saber que la Tierra es redonda, la seguimos viendo
plana. Como creíamos que la Tierra era plana, estábamos convencidos que
al observar el barco con el catalejo lo íbamos a ver muy pequeñito, pero
completo y que conforme se fuera acercando se iba a ver más grande. Hay
una contradicción entre lo que debería de suceder si la Tierra fuera plana y
lo que realmente está sucediendo. Si la Tierra es plana los barcos deben
aparecer de manera completa en el horizonte, pero el hecho es que vemos
primero el mástil.
Tierra no puede ser plana. Pero si la tierra fuera plana habríamos seguido
siempre hacia el Oeste y no habríamos regresado jamás por el Este. Si la
Tierra fuera plana tendríamos que seguir viendo las mismas estrellas, no se
comprende que ya no las veamos. En los tres ejemplos que hemos dado, la
observación de los hechos contradice lo que esperábamos observar
teniendo la creencia de que la Tierra es plana.
Ahora bien, mientras sigamos creyendo que la tierra es plana, seguiremos
encontrando graves contradicciones entre las cosas que esperamos percibir
y las que realmente percibimos. Y como nuestra razón no acepta una
situación semejante, porque conduce a contradicciones y evita comprender
lo que sucede, llegamos a la conclusión de que la Tierra no es plana. Pero si
no es plana debe tener alguna forma diferente. Como no sabemos cual es su
verdadera forma, pues la seguimos viendo plana, hacemos la hipótesis de
que es redonda.
Y al hacer esta hipótesis descubrimos que las contradicciones señaladas
desaparecen como por encanto. Y esta comprensión nos permite considerar
que la hipótesis es verdadera. Para superar la situación
contradictoria, hacemos la hipótesis de que lo que estamos percibiendo es
diferente de lo que parece.
LAS TEORIAS CIENTIFICAS
Y nos vemos obligados a hacer hipótesis para explicar estas situaciones
racionalmente incómodas. Pero las hipótesis que hacemos nos permiten
distinguir entre las apariencias que corresponden a los hechos tales como
son y las que son engañosas. Partiendo de unas cuantas hipótesis somos
capaces de adquirir un enorme conjunto de conocimientos sobre la realidad
y de desechar creencias falsas que daban la impresión de ser conocimientos
verdaderos. De acuerdo a los análisis que acabamos de efectuar, una teoría
científica está constituida por un conjunto de hipótesis sobre determinados
caracteres de algún sector de la realidad.
O, lo que es lo mismo, por un conjunto de hipótesis que pretenden
revelarnos cómo es alguna parte de la realidad. Para superar la apariencia
engañosa de que la Tierra es plana y para comprender por qué lo primero
que un barco que aparece en el horizonte es el mástil y los otros fenómenos
descritos, hemos hecho la hipótesis de que la tierra es esférica. Esto quiere
decir que el conocimiento de que la Tierra es redonda no nos ofrece
seguridad suficiente. En efecto, una hipótesis es una suposición de que algo
es de cierta manera.
Hacer una hipótesis sobre algo no es tener la seguridad de que sea cierta de
todos modos sino simplemente creer que hay una buena probabilidad de
que lo sea. Cuando, en el caso de la Tierra, estamos desconcertados porque
las observaciones que hemos hecho contradicen lo que esperábamos,
estamos ante un problema y queremos resolverlo. Nuestra convicción de
que la Tierra es plana nos lleva a una situación que se nos hace
racionalmente insostenible. Para superar esta situación rechazamos la
convicción de que la Tierra es plana.
Pero no podemos saber, así, de buenas a primeras, como es, puesto que, por
más que hagamos, la seguimos viendo plana. Una vez elegida la hipótesis
necesitamos disponer de algún criterio que nos permita saber si ha sido
bien o mal elegida, es decir si la Tierra es realmente como se ha supuesto o
es diferente. En otras palabras, necesitamos saber si la hipótesis es
verdadera o falsa. Si recordamos lo dicho en la exposición del ejemplo,
cuando nos damos cuenta de que la hipótesis de la redondez de la Tierra
nos permite comprender por qué observamos cosas diferentes de las que
esperamos, llegamos a la conclusión de que la hipótesis es posiblemente
verdadera.
Vemos, así que el criterio de la posible verdad de una hipótesis es que nos
permite comprender o explicar determinados hechos en nuestro ejemplo,
los tres hechos mencionados que contradicen la creencia de que la Tierra es
plana. Basta este sólo ejemplo para convencernos de que cuando las
predicciones que permite hacer una hipótesis se cumplen, la posibilidad de
que dicha hipótesis sea verdadera se hace cada vez más firme. La capacidad
de explicar y de predecir es, como vemos, el criterio racional que nos
permite distinguir las hipótesis con buena probabilidad de verdad de
aquéllas que no tienen esta probabilidad. Mientras más hechos permita
explicar y predecir una hipótesis, mayor será la posibilidad de que sea
verdadera.
Y como una teoría científica es un conjunto de hipótesis que se utilizan
para conocer una región determinada de la realidad, la probabilidad de que
una teoría científica sea verdadera será tanto mayor, cuanto más grande sea
su poder explicativo y predictivo. El hecho que se quiere explicar por
medio de la hipótesis se deduce de ella. Asimismo, una predicción es una
deducción efectuada a partir de la hipótesis. Regresemos a nuestro ejemplo
de la forma de la tierra.
Antes que nada, nos dimos cuenta de que lo primero que aparece de un
barco en el horizonte es el mástil y luego mediante la hipótesis de que la
Tierra es redonda, explicamos por qué sucedía esto. Hecha la hipótesis,
predecimos que cuando se viera la Tierra desde el espacio exterior, se vería
como una esfera.
LECTURA N°3
LAS FUNCIONES DE LA CIENCIA (Sanz Elguera, Julio)
Las funciones se refieren a lo que hace un científico no en su calidad de
individuo humano similar a todos los seres humanos, sino en su condición
de individuo perte- neciente a la ciencia, que es una institución
social. Dentro de las actividades propias de la ciencia se encuentran la
investigación científica, la publicación de los proyectos, avances y
resultados de la investigación y la discusión y crítica de hipótesis y teorías
de la disciplina científica respectiva. Una descripción científica
fundamentalmente es la presenta- ción verbal o escrita de
entidades, propiedades de tales entidades, y relaciones que se pueden
establecer entre las entidades y/o sus propiedades. En vez de entidades
hemos podido usar los términos «hechos» o «fenómenos».

Y en vez de propiedades, los términos «cualidades» o quizás


«determinaciones». Galileo descubrió, por ejemplo, los cráteres y montañas
de la Luna por primera vez en la historia humana al emplear el telescopio a
principios del siglo XVII, lo mismo que las manchas solares, algunas de
cuyas propiedades tam- bién descubrió. Es directa cuando las
entidades, propiedades y relaciones se captan o aprehenden por medio de
los órganos de los sentidos en forma directa o por intermedio de
instrumentos como el telescopio y el microscopio que amplían los umbrales
de la sensibilidad sensorial. Es indirecta cuando las entidades, relaciones y
propiedades se describen por medio de otras con las que están conectadas
de alguna manera.

Explicación científica

La explicación es el conocimiento de las causas de las


entidades , propiedades y relaciones constantes o variables que se dan en su
producción o determinación. La ley de Balmer sirvió a fines del siglo
pasado para dar cuenta de las principales propiedades del espectro del
hidrógeno, pero se ignoraba qué podían significar los detalles del espectro
respecto a la materia del hidrógeno. En 1913, con la aplicación de la teoría
cuántica a los átomos por obra de Niels Bohr, se explicó la ley de Balmer
en- tendiéndose recién que las líneas coloreadas brillantes del espectro
significan la emisión de fotones de energía precisa por el mismo
átomo. Así, las propiedades del átomo, señaladas por la teoría atómica, han
venido final mente a ser explicadas por la teoría de los cuantos.
La explicación científica tiene una estructura lógica básica. La predicción
científica consiste en deducir de una hipótesis o teoría fenómenos
nuevos, que no sean conocidos. Menos de dos siglos antes, Newton, a partir
de la teoría de la gravitación, había deducido que la Tierra debería ser
abultada en el ecuador y achatada en los polos. « Recientemente, la teoría
de la gran explosión del universo o teoría del big bang predijo la existencia
de una radiación de fondo en el universo, lo que fue des cubierto sin
conocer la teoría por Arno Penzias y Robert Wilson en el año de
1962, mientras trataban de determinar el »ruido o radiación mínima con
una superantena en los Laboratorios Bell.
Tal reproche se le ha planteado a la teoría de la evolución de las especies y
a la gran mayoría de las teorías sociales.
LECTURA N°4
LA LIBERTAD Y SUS LÍMITES (Camps, Victoria)
La Autonomía Moral

Pese a lo cual, la nueva escuela moderna convirtió en uno de sus


estandartes más celebrados el lema «educar en la libertad». Incluso la
libertad exige una educación a propósito. Aprender –y, por lo
tanto, enseñar– a distinguir el para qué de la libertad, el hasta dónde de la
libertad, el sentido de la libertad. La libertad es un valor moderno.

Se entiende que el proceso hasta el reconocimiento de la libertad haya sido


lento. La ética de los griegos no gira en torno al principio de la libertad, si
bien el concepto existe. De una u otra forma, los pensadores medievales se
debaten entre el autoritarismo de una ley revelada y la libertad de la
persona, entre la conciencia y la ley externa. Pero es la Reforma
protestante, por un lado, y la secularización del pensamiento filosófico, por
otro, lo que consagra la libertad como principio indiscutible de la existencia
humana y condición necesaria para la perfección moral.

El poder divino, sin embargo, sigue siendo, en el protestantismo, un


obstáculo para poder dar un valor moral auténtico a la
libertad. Mirándola, ya citada, es un canto a la libertad de un ser que no
ocupa un puesto determinado en la jerarquía del cosmos ni posee una
naturaleza fijada de una vez por todas y para siempre, que es libre de elegir
y convertirse en cualquier creatura. Las teorías del contrato social, que
suscriben Hobbes, Locke o Rousseau, coinciden todas ellas en hacer ver
que sin Estado no hay libertad, pues la función del Estado no es sino la de
proteger a los individuos de agresiones externas. Sin autonomía o libertad
no cabe hablar de moral.

Pero no acaba aquí el sentido de la libertad. No sólo nos encontramos ante


leyes o deberes que podemos dejar o tomar, sino que esos deberes proceden
de nosotros mismos, son, por decirlo así, obra nuestra, producto de nuestra
libertad o de nuestra capacidad para decidir qué tipo de vida y qué tipo de
mundo queremos como realización de los verdaderamente humano.
Desarrollar la creatividad, la capacidad de ser original, de ser «individuo»,
desarrollar la conciencia crítica, debería ser la máxima finalidad educativa.
Pero eso es, en realidad, lo que quiso la escuela nueva con su educar en
libertad. Queda una última cuestión, inevitable cuando de la libertad se
trata. Sabemos que nuestra libertad no es absoluta, que nacemos
condicionados por la época, la historia, la cultura, el sexo, el estatus social,
los genes.
Lo cierto es que la pregunta se la han hecho ya muchos filósofos, desde los
estoicos hasta Marx, pasando por Spinoza y Hegel. La libertad es sólo un
recurso de la imaginación que cubre así los huecos del desconocimiento. La
auténtica libertad no consiste en esta supuesta capacidad de elegir y tomar
decisiones, sino que debería consistir en «el conocimiento de la necesidad».
Ninguno de los filósofos citados creyó, de hecho, en la ética.
Superar eso que delataba tan descaradamente la pobreza de nuestra
condición.

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