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TECNICATURA SUPERIOR UNIVERSITARIA EN COMERCIALIZACIÓN
ASIGNATURA: DERECHO COMERCIAL - 1er. Año
Las garantías reales, por ejemplo la prenda y la hipoteca, confieren un derecho directo sobre la
cosa, «jus ad rem», con todos los beneficios que ello aporta, «ius persequendi» y «ius
praeferendi» (derechos de preferencia y persecutorio), que garantizan al acreedor el cobro de
su crédito. La responsabilidad contraída se centra exclusivamente en la cosa prendada o
hipotecada, que es materia concreta de esta garantía.
Muchas son las operaciones principales que implementan este contrato accesorio y subsidiario.
Tal sería el caso de garantizar obligaciones derivadas del contrato de locación de cosas
inmuebles, cuentas corrientes bancarias o el contrato de franquicia comercial, entre otros.
Los contratos de garantía son aquellos contratos accesorios que se suscriben para asegurar el
cumplimiento de un contrato principal. Así, sólo serán exigibles cuando no se cumpla la
prestación principal. Las principales modalidades son la fianza, la hipoteca, la prenda y la
caución de títulos.
Los contratos de garantía pertenecen a la especie de los contratos que se suscriben con la
finalidad de asegurar el cumplimiento de otro contrato principal. Su objeto es una prestación
accesoria que sólo deviene exigible en caso de que no se cumpla la prestación del contrato
principal. Ello requiere que la prestación principal sea posible, lícita y determinada o
determinable. Si no es así, el contrato de garantía será nulo y, por tanto, inexigible.
Los contratos de garantía son, pues, accesorios y subsidiarios. Lo primero porque sólo son
exigibles en caso de que no se cumpla la prestación del contrato principal y no pueden
concebirse sin la existencia del contrato principal. Lo segundo, esto es, la subsidiariedad,
significa que el obligado en el contrato de garantía sólo lo hace en caso de que el deudor del
contrato principal no cumpla su obligación.
La fianza
En sentido general, la fianza o caución es una garantía prestada para el cumplimiento de una
obligación. En un sentido más técnico, la fianza es la garantía personal que se constituye
asumiendo un tercero el compromiso de responder del cumplimiento de la obligación si no lo
cumple el deudor principal. La fianza se caracteriza por ser un contrato accesorio (no puede
concebirse sino condicionado por la existencia de una obligación principal) y subsidiario (el
fiador sólo se obliga para el caso de que el deudor principal no cumpla su obligación).
Aunque la deuda garantizada por la fianza debe ser existente en el momento de suscribirla,
también pueden garantizarse deudas futuras cuyo importe no sea aún conocido, aunque la
reclamación contra el fiador no procederá más que cuando la deuda sea líquida. Además, la
fianza debe ser expresa, sin que pueda presumirse su existencia,debiendo por tanto, constar
expresamente la voluntad de afianzar.
Dentro del contenido de la obligación de fianza desde la perspectiva del fiador, debe aludirse
también a los dos beneficios de que dispone el fiador frente al acreedor, que son los de
excusión y de división. Estos suponen un suavizamiento de la primitiva regulación de la fianza,
que permitía al acreedor dirigirse contra el fiador antes incluso de haber requerido de pago al
deudor. El beneficio de excusión implica que el fiador puede eludir el pago mientras no se
acredite la insolvencia total o parcial del deudor y, así, el acreedor tiene que dirigir previamente
su ejecución contra el deudor principal (beneficium excussionis o "excusación" del fiador). Si los
bienes excutidos sólo alcanzan para un pago parcial, el acreedor sólo puede demandar al fiador
por el saldo. El fiador no puede invocar el beneficio de excusión si: a) el deudor principal se ha
presentado en concurso preventivo o ha sido declarada su quiebra; b) el deudor principal no
puede ser demandado judicialmente en el territorio nacional o carece de bienes en la República;
c) la fianza es judicial; d) el fiador ha renunciado al beneficio.
Hipoteca
Así como la fianza es un contrato de garantía personal, la hipoteca, junto con la prenda, forma
parte del grupo de los contratos de garantía real, esto es, en los que la garantía en caso de
incumplimiento por el deudor no es el comportamiento de una persona sino la entrega de una
cosa o de sus frutos.
Se llaman contratos de garantía real a los que tienen por objeto afectar una cosa o valor
determinado al cumplimiento de una obligación, constituyendo sobre él un derecho real que es
accesorio de la obligación que aseguran.
En cuanto a su contenido, el contrato de hipoteca sirve de título para la constitución del derecho
real de hipoteca, con todos los efectos inherentes a éste, como son el derecho del acreedor
hipotecario a enajenar o ceder el crédito hipotecario y el solicitar el remate del inmueble
hipotecado, una vez vencida e incumplida por el deudor su obligación, para hacerse pago con el
precio de la venta. Una vez que sea satisfecha la obligación principal garantizada, tiene el
hipotecante el derecho de pedir del acreedor ya pagado la cancelación y consiguiente liberación
de la finca hipotecada.
Prenda
1) Su constitución es siempre por contrato que genera el derecho real de prenda, por tanto, no
se admite la prenda judicial ni legal.