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EL CONOCIMIENTO GEOPOLÍTICO: LOS VESTIGIOS ESPACIALES DEL PODER

El término Geopolítica surge en el último tercio del siglo XIX. El análisis geopolítico es una rama de la
geografía política. En 1897 Friedrich Ratzel publicó su obra, la cual trataba de establecer leyes que
explicaran la expansión de los países, un estudio sobre el comportamiento estatal.

La geopolítica trata de estudiar las relaciones de espacio y poder, las influencias geográficas del
poder y cómo influyen estas en las relaciones políticas. Rudolf Kjellen, fue el primero en acuñar el
término geopolítica afirmando que "la geopolítica es la ciencia que concibe el Estado como un
organismo geográfico o como un fenómeno en el espacio”.

A partir del siglo XX la geopolítica sufrió muchos cambios con la desaparición del mapamundi
policroma, con el establecimiento de los grandes imperios, creando una conflictividad latente entre
las potencias europeas. En las últimas décadas del siglo XIX, para garantizar las pretensiones
imperialistas europeas, estas buscaban recursos más allá de sus fronteras políticas. Justificándose
en la moralidad de que los pueblos menos desarrollados necesitaban ser civilizados.

Esta competición y tensión entre las potencias que intentaban consolidar su posición geopolítica
sería la que conducirá a la primera guerra mundial, la cual, provocará cambios en el orden mundial
de occidente con la desaparición de los imperios.

Al finalizar la guerra, en el periodo que se conoce como el periodo de entreguerras (1918-1939) se


genera una gran inestabilidad política. Se crea un sistema basado en las propuestas idealistas de los
catorce puntos de Wilson y se forma la Sociedad de Naciones con la intención de redimir los
conflictos en Europa, en el Tratado de Versalles. Pero en Europa se empiezan a restaurar los
regímenes antidemocráticos y países como Italia, Alemania y Japón tienen aspiraciones
expansionistas. Estas pretensiones expansionistas chocan con los intereses de Gran Bretaña

En este contexto nace la Geopolitik, una escuela alemana, la cual quiere asegurar el triunfo de
Alemania en el escenario de las tensiones después de la primera guerra mundial, estudiando el curso
de la geopolítica. Haushofer fue uno de los ideólogos. Plantean una propuesta agresiva para
recuperar el prestigio de Alemania. Pero esta visión aparentemente científica estaba plagada de
ideología. Por lo que el término geopolítico queda marcado como la “ciencia maldita” por Estados
Unidos. Ya que se relaciona el término geopolítica con Geopolitik, escuela que había guiado la
Alemania de Hitler

Después de la segunda guerra mundial se creará un nuevo orden geopolítico, marcado por dos
megapotencias en constante tensión, la cual desemboca en la guerra fría.

A partir de la década de los 60’ Kristof trata de recuperar el término geopolítica, pero es cancelado
por sus compañeros. No fue hasta los años 70 que el término geopolítica renació. Se recuperan las
reflexiones tradicionales capaces de crear enfoques críticos.

El tratado de Westfalia en 1648 fue el origen del estado moderno, que permitió cerrar siglos de
guerras religiosas. Se trata de un tratado que abre una nueva etapa y crea los fundamentos de la
geopolítica moderna. Esto fue una producción de las grandes élites políticas que aspiraban a ejercer
una hegemonía, la cual también demandaba el reconocimiento de los estados extranjeros que
jugaban en el área internacional. Para que una hegemonía se desarrolle no solo debe ser fruto del
poder coercitivo, sino que debe haber un reconocimiento. Para entender la definición de geopolítica,
hay que concebir el mundo como una entidad físico política integrada.
A finales del siglo XV las potencias europeas comenzaron a tener contacto con otras naciones
mediante las expediciones marítimas. Esto permitió la elaboración de mapas, los cuales pretendían
representar de forma fidedigna el mundo. Estos mapas representaban el mundo más allá de nuestros
horizontes, considerado como caótico y amenazante. Debido a la creación de estos mapas se
empiezan a establecer jerarquías. Se redescubre el pensamiento de Ptolomeo en el siglo XVI, lo que
permite superar la concepción medieval y dar un paso más allá. Estos mapas estaban marcados por
un eurocentrismo, situando a Europa en el papel central y un carácter jerárquico de los espacios a
través de la topografía. El proceso de jerarquización de las zonas se determinaba en función de su
acomodo en unas determinadas actividades, básicamente económicas. Aunque se intente transmitir
una imagen fidedigna de la realidad, estos mapas enmascaran sesgos ideológicos.
Se divide el mundo en cuadrículas, permitiendo la reproducción de latitudes y longitudes y la
posibilidad de visualizar el espacio de forma integral. Serán las monarquías europeas las que estén
detrás de estas reproducciones cartográficas.

Según Robert Cox, las potencias históricas dependen de tres fuerzas: la capacidad económica, la
biológica y la institucional. La cristalización de esos órganos mundiales está asociado a un estado
que logra imponer su criterio y normas a una población.

Modelsky ideó una teoría cíclica que explicaría el auge y caída de las potencias. Pero su teoría obvia
la concepción global de la economía. Otro modelo es el de Wellerstein, el cual afirma que cuando un
estado consigue la supremacía en eficacia productiva, adquiere ventajas comerciales, frente a sus
competidores, lo que le lleva a controlar las finanzas a nivel mundial. Al contrario de Modelsky tiene
más en cuenta el ámbito económico.

Los códigos geopolíticos son todos los razonamientos por los que se articula la política exterior de un
estado, estos se pueden convertir en modelos geopolíticos que expresan las ideas de forma práctica.

En estas sesiones hemos tratado cuatro modelos geopolíticos: en primer lugar tenemos a Mackinder
quien, desde una perspectiva británica, propone la teoría del corazón continental (heartland), una
fortaleza asiática, la cual representa una pieza indiscutible para ejercer la hegemonía a escala
mundial. La región de Asia central es la región pivote de la historia, alrededor de la cual gira el curso
histórico. Todos los modelos geopolíticos buscan su propio beneficio, desde su correspondiente
perspectiva y contexto.

En segundo lugar, está Haushofer (perspectiva Alemana de la Geopolitik) quien propone la idea
orgánica del estado y el lebensraum, ese espacio vital que debe tener cualquier estado y debe estar
bien protegido y ampliado si las condiciones lo determinan. Divide el mundo en tres regiones con tres
centros: Estados Unidos, Alemania y Japón. Los cuales dispondrían de enormes regiones
funcionales, para explotar sus recursos naturales y crear una autarquía. Estas zonas son
denominadas como periferias.

En tercer lugar, Kennan se inspira en la teoría de contención de Spykman, la cual dice que la zona
fundamental son los Rimland, los bordes que rodean el corazón continental. Esta teoría nace en el
contexto de la guerra fría desde una perspectiva estadounidense.

Por último, tenemos a Huntington con su teoría del choque de civilizaciones, señala que las pautas
ideológicas que habían dominado el orden bipolar de la Guerra Fría habían sido desplazados por
factores culturales. Plantea un modelo geopolítico, donde existen unas civilizaciones (las cuales él
identifica), que representan una agrupación mucho más elevada. Sostiene que las principales líneas
de fractura están localizadas en los trazados fronterizos que separan esas civilizaciones. El papel de
la religión ejerce un papel importante en este modelo.

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