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INDICE.
INTRODUCCIÓN................................................................................................................................
I. ECONOMÍA POLÍTICA (ANÁLISIS DE LAS TEORÍAS DE CARL MENGER KARL MARX)........
2.1 CARL MENGER................................................................................................................
A. CONTENIDO TEMÁTICO PRINCIPAL DE SUS OBRAS....................................................
B. PROPUESTAS TÓRICAS DEFINIDAS EN SUS OBRAS....................................................
Teoría del valor subjetiva........................................................................................................
Los bienes económicos............................................................................................................
Principio de Equimarginalidad................................................................................................
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS EN QUE LAS OBRAS SE APOYAN...........................
2.1 KARL MARX...................................................................................................................
A. PROPUESTAS TEÓRICAS DEFINIDAS EN SU OBRA.....................................................
B. PROPUESTAS TEÓRICAS DEFINIDAS EN SUS OBRAS.................................................
Mercancía tiene valor de uso y valor de cambio..................................................................
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS EN QUE LAS OBRAS SE APOYAN.........................
II. POLÍTICA ECONÓMICA (ANÁLISIS DE LAS TEORÍAS DE JOSEPH SITIGLITZ - THOMAS
PIKETY).............................................................................................................................................
3.1 JOSEPH STIGLITZ..........................................................................................................
A. CONTENIDO TEMÁTICO PRINCIPAL DE SUS OBRAS..................................................
Sobre la eficiencia del sector público...................................................................................
Sobre una renta básica universal..........................................................................................
Sobre frenar el poder del mercado.......................................................................................
Sobre La Creación De Una "Opción Pública”........................................................................
Sobre El 1% Que Concentra La Riqueza Del Mundo..............................................................
B. PROPUESTAS TEÓRICAS DEFINIDAS EN SUS OBRAS................................................
Aportes A La Economía..........................................................................................................
Aversión Al Riesgo..................................................................................................................
Teorema de henry george......................................................................................................
Asimetría de la información...................................................................................................
Competencia monopolística..................................................................................................
Implicaciones Prácticas De Las Teorías De Joseph Stiglitz..................................................
Críticas a las agencias de calificación....................................................................................
Sobre La Regulación...............................................................................................................
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS................................................................................
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3.2 THOMAS PIKETY...........................................................................................................
A. CONTENIDO TEMÁTICO PRINCIPAL DE SUS OBRAS..................................................
Un reparto más equitativo de la riqueza..............................................................................
En relación a las tensiones sociales......................................................................................
Sobre el capitalismo progresista...........................................................................................
B. PROPUESTAS TEÓRICAS DEFINIDAS EN SUS OBRAS.................................................
El ingreso y la productividad marginal.................................................................................
Dualidad Entre La Economía Y La Política.............................................................................
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS................................................................................
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INTRODUCCIÓN.
MONOGRAFÍA
EPISTEMOLOGIA.
POLITICA ECONÓMICA
ECONOMIA POLÍTICA.
(ECONOMICS).
CARL MENGER (ESCUELA KARL MARX (ESCUELA JOSEPH STIGLITZ THOMAS PIKETTY
AUSTRIACA) MARXISTA) (NEOKEYNESIANISMO) (NEOKEYNESIANISMO)
Para el análisis de los autores descritos se ha leído en su totalidad, resumido y sintetizado las
siguientes obras principales:
Contribución a la crítica de la económica política de Karl Marx (Ed. Progreso, 1989)
Principios de Economía Política de Carl Menger (Ed. Unión, 1871)
La gran Brecha de Joseph STUGLITZ (Taurus, 20015)
El Capital en el Siglo XXI de Thomas Pikety (Fondo de Cultura Económica, 2013)
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2.1 CARL MENGER
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valor subjetiva, Los bienes económicos, Principio de Equimarginalidad e
imputación de valores.
Menger define los bienes económicos como “aquellos de los que existe
una necesidad mayor que la oferta disponible" y los bienes no
económicos “aquellos, como el aire o el agua, cuya oferta supera las
necesidades.” El carácter de un bien, entre económico o no económico,
puede cambiar con las fluctuaciones en la oferta o en las necesidades.
También define la “base de la propiedad como la protección de la
propiedad de los bienes económicos”.
Para Menger el valor de un bien existe cuando una persona se da
cuenta de que la satisfacción de una necesidad depende de la
capacidad para disponer del bien. Tanto los bienes económicos y no
económicos tienen utilidad, ya que la utilidad es la capacidad de algo
para satisfacer necesidades humanas pero el valor de uso solo es
exclusivo de los bienes económicos porque presupone escasez.
Principio de Equimarginalidad
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Menger destaca que los individuos tienen diferentes grados de
importancia en sus satisfacciones y por consiguiente dentro de una
misma clase bienes, las satisfacciones pueden variar en importancia.
Los individuos tratan de satisfacer las necesidades más urgentes antes
que las necesidades menos urgentes, pero combinara la satisfacción
más completa de las necesidades más apremiantes con la menor
satisfacción de las necesidades menos apremiantes.
De modo que Menger estableció el principio de marginalidad como:
“dados unos medios escasos, el individuo dispondrá sus diversos
consumos de tal modo que las satisfacciones sean iguales en el
margen.”
Imputación de Valores
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consecuencia del conocimiento de la significación que tienen para
nuestra vida o nuestro bienestar. Sería, pues, inútil que nos
esforzáramos en considerar como sin valor un bien del que tenemos
conciencia que su posesión es imprescindible para satisfacer nuestras
necesidades. En vano intentaríamos, por el lado contrario, adscribir
valor a los bienes de que tenemos conciencia que no son necesarios
para dicha satisfacción. El valor de los bienes no es, por tanto,
arbitrario, sino siempre la secuencia necesaria del conocimiento que
tiene el hombre de que la conservación de su vida y su bienestar
dependen de su disposición sobre un bien o una cantidad de bienes o
de una parte al menos, por mínima que sea, de los mismos.
El valor de los bienes se fundamenta en la relación de los bienes con
nuestras necesidades, no en los bienes mismos. Según varíen las
circunstancias, puede modificarse también, aparecer o desaparecer el
valor.
Para los habitantes de un oasis, que disponen de un manantial que
cubre completamente sus necesidades de agua, una cantidad de la
misma no tiene ningún valor a pie de manantial. Pero si, a consecuencia
de un terremoto, el manantial disminuye de pronto su caudal, hasta el
punto de que ya no pueden satisfacerse plenamente las necesidades de
los habitantes del oasis y la satisfacción de una necesidad concreta
depende de la disposición sobre una determinada cantidad, esta última
adquiriría inmediatamente valor para cada uno de los habitantes:
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histórico del devenir y actuar de los sistemas económicos y, por el otro,
se buscaba superar el problema a través de la mejora de las teorías
económicas del desarrollo. Esta última solución fue, en una mezcla casi
indisoluble con el ambiente académico antí-positivista de las ciencias
sociales de Viena, el camino que adoptó Menger.
Sus obras representan, además de un tratado sobre el método de las
ciencias sociales, un intento de unificar el marcado cambio en el estudio
de la economía con las ciencias humanas teóricas. Menger tuvo, a raíz
de esta obra, la virtud de encaminar su teoría de los valores subjetivos
hacia un verdadero enfoque novedoso de las ciencias sociales: la
concepción innovadora expresaba que la economía era la puerta para
analizar nuevas perspectivas en la predicción de las acciones del
hombre o en la interpretación de sus motivaciones.
Específicamente, el economista austríaco, en términos generales, forjó
una tendencia conceptual que comprende al subjetivismo del valor
como un fenómeno que genera un proceso en donde el individuo
interactúa en los mercados cargado de diversas valoraciones subjetivas.
Se genera, en esta visión, una formación de precios guiada por
decisiones individuales de producción y consumo. En este esquema
teórico, el subjetivismo no se relaciona necesariamente en un enfoque
del valor relacionado con la identificación de apreciaciones individuales,
sino que comienza, paulatinamente, a colocar el foco de atención en la
búsqueda de un equilibrio en dónde las interacciones se desarrollarían
continuamente en tanto las circunstancias exógenas logren cierta
permanencia. Esta nueva concepción entró en clara confrontación con
el enfoque inductivista que predominaba en los ambientes intelectuales
germánicos, que consideraban que la ciencia económica ocupaba una
posición de menor rango bajo la égida de la historia (Schiera, 1987: 185-
205). Esto iniciaba una disputa que sigue vigente hasta hoy en día y es la
de las incumbencias de la historia sobre la economía y viceversa:
Menger instaló en los economistas del siglo XX la premisa que sostiene
que la red de relaciones existentes entre la política, el poder, la ética y
la economía estaban subordinada a esta última como la ciencia que
mejor articulaba lo instrumental con lo teórico.
Si bien las innovaciones mencionadas son consideradas de labor
relevante, cabe destacar que fueron elaboradas a partir de críticas
formuladas a la Nueva Escuela Histórica Alemana y siempre se
enmarcaron en los límites epistemológicos de la ciencia de la economía
con respecto a la historia económica (Milford, 1988). No existe
actualmente ninguna línea de interpretación acabada de porqué
nuestro autor se dedicó, con mucho esmero, a criticar el programa de
investigaciones de Berlín cuando era consciente de que se trataba de
un conflicto de universidades o, si se quiere, de nacionalidades y que el
debate epistemológico quedó muchas veces relegado.
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Es por ello, que el camino de las críticas epistemológicas que
contribuyeron a la elaboración de sus obras se fue bifurcando hacía
enjuiciamientos planfletarios de corpus ideológico de la Nueva Escuela
Histórica. El hecho que el programa de investigaciones de los alemanes
nunca se tomara el trabajo real de reconocer la relevancia de la
revolución marginalista iniciada en Austria molestaba seriamente a
Menger (rf. Menger, 1885).
Por esto, el esquema conceptual de la obra se establece mediante una
serie de críticas dirigidas al papel de la intervención de la historia en las
ciencias sociales (Roscher, Knies y von Schmoller); a la reinterpretación
sobre el conocimiento racionalista de Adam Smith; y a la doctrina
positivista de Bacon y Mill. En otras palabras, Menger se negó a aceptar
la concepción positivista de la ciencia junto a la fragmentación del
conocimiento; rechazó el pragmatismo del «racionalismo abstracto» y
cuestionó la validez de las teorías fundadoras del conocimiento y
lasconclusiones de la Nueva Escuela Histórica alemana.
Se acusó, de esta manera, al racionalismo abstracto de que tenía una
consideración errónea acerca de la concepción de la economía en la
ciencia social y una percepción desviada de los problemas de la historia
económica. De acuerdo con esta visión, los problemas socioeconómicos
planteados por los alemanes en sus estudios no podían ser analizados a
través de un enfoque histórico dado que, para Menger, la economía no
era una ciencia de la historia ni tampoco la historia se fundamentaba
como ciencia de segundo margen de la economía. En este sentido, la
investigación teórica en economía y la histórica eran dos empresas
disimiles con objetos, métodos y problemáticas diferentes.
Sería simplista de nuestra parte sólo mencionar la crítica a los
supuestos teóricos de Berlín. Así, algunos años más tarde Menger
publicó “Investigation into the Method in Social Sciences…” en donde
no dudó del valor del conocimiento de la historia en el campo de la
acción política (enteramente ligada a la economía). Esta obra estaba
plagada de ejemplos tomados de Platón, Aristóteles, Maquiavelo,
Bodin, Voltaire y Montesquieu y dedicó su labor a utilizar estos
ejemplos para dar sustento a la distinción de las ciencias de la acción
humana y su método:
“Primero, las ciencias históricas (historia) y las estadísticas de la
economía, que tienen la tarea de investigar y describir la naturaleza
individual y la conexión individual de los fenómenos económicos;
segundo, la economía teórica, con la tarea de investigar y describir su
naturaleza general (sus leyes); finalmente, en tercer lugar, las ciencias
prácticas de la economía nacional, con la tarea de investigar y describir
los principios básicos para una acción adecuada (adaptada a la variedad
de condiciones) en el campo de la economía nacional (política
económica y ciencia financiera)” (Menger, 2009: 219).
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Con esta clasificación, Menger trató de no extender a la filosofía de las
ciencias sociales los objetivos propios de la ciencia económica pero sí,
establecer la conexión de las ciencias sociales teóricas (en especial la
economía) con la teoría de la acción humana y el funcionamiento de las
instituciones sociales. Aquí, el postulado de innovación consistía en
abrir al estudio de valores subjetivos el análisis de los fenómenos
sociales.
Esta noción tenía raíces en sus obras donde existía, de forma explícita,
un fuerte criticismo a la aplicación del método de derivación naturalista
en las ciencias sociales teóricas (Cubeddu, 1993). Fruto de esta premisa,
adquirida mientras cursaba sus estudios de derecho en la Universidad
Carolina, surgió la confrontación hacia el método inductivo utilizado en
la Universidad de Berlín, especialmente llevado a la práctica por los
historicistas en su variante comparativa. No sólo trataba, Menger, de
establecer una contraposición de dos métodos de conocimiento sino de
reafirmar dos maneras diferentes de adquirirlo ya que su posición se
caracterizó por sostener que el conocimiento de los fenómenos
sociales no podía obtenerse de una recopilación de datos obtenidos
inductivamente. En este sentido, creemos que su sentido perceptivo se
ve reflejado en construir, a lo largo de su obra, una vinculación
constante del historicismo con el racionalismo pragmático. Según él,
“los esfuerzos hasta ahora emprendidos por trasladar acríticamente las
peculiaridades del método de las ciencias naturales a la investigación de
las teorías de la economía política han desembocado en graves errores
metodológicos y han creado un espacio vacío, en el que sólo existen
analogías extrínsecas entre los fenómenos de la economía y los de la
naturaleza” (Menger. 1997)
No es una coincidencia que fuera en su estancia en la Universidad de
Viena, como alumno de derecho, donde hubiese cristalizado la
militancia contra la extensión del método de las ciencias naturales a las
ciencias sociales (o de la acción humana). Von Mises en “Historical
settings…” habla específicamente de que, en sus charlas con Menger,
él mencionaba constantemente el enfrentamiento de su universidad
con la de Berlín, no sólo en el marco de la Methodenstreit (Batalla de
los Métodos) sino en el comprender las ciencias en general. De esta
manera, el hecho de que se consolidara una estructura que hacía frente
al mayor centro académico de Europa, es un punto fundamental para
comprender su aversión al método naturalista en las ciencias de la
acción humana.
De esta manera, ante la propuesta positivista propugnada en los textos
de Bacon y Mill (Menger, 1997: 200-202) y, junto al historicismo que no
daba lugar a la distinción entre política, economía e historia, el
racionalismo abstracto generó en Menger una discrepancia con el
método de la Escuela Histórica del Derecho. En este sentido, no renegó,
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en ninguna de las dos obras, de su afinidad intelectual con Savigny
quien había comprendido la importancia de los asuntos históricos y
ambientales en la conformación del comportamiento del hombre
(Alter, 1982: 151-154; Marini 1982: 197- 209).
Además de diferir con la Escuela Histórica del Derecho y, junto a sus
críticas a la Nueva Escuela Histórica Alemana, consolidó una serie de
premisas acerca de la naturaleza de la filosofía vinculada
estrechamente con el método de las ciencias de la acción humana,
prácticas y teóricas (Menger, 2009: 26-27, 29): “Existen dos
orientaciones principales de la investigación en general y en elámbito
de los fenómenos económicos en particular: el individuo (lo histórico) y
lo general (lo teórico). El primero se esfuerza por conocer la naturaleza
individual y la conexión individual de los fenómenos, el segundo por el
de la naturaleza general y conexión general” (Menger 2009: 32) De este
modo, estableció, a través del criticismo (Menger, 2009: 259-261), el
modo de las ciencias teóricas:
“Los tipos de las formas empíricas y las relaciones de las leyes de los
fenómenos nos proporcionan una comprensión teórica, una cognición
que va más allá de la experiencia inmediata y, siempre que tengamos
las condiciones de un fenómeno bajo nuestro control, el control esta
sobre ella” (Menger 2009: 34)
En síntesis, los “Principios” de Menger de 1871 e “Investigations into
the method…” contienen, dentro de este análisis, un objetivo doble. En
un primer momento, se trató de proporcionar a la economía de una
visión generalizadora acerca de los problemas metodológicos
pertinentes y una particular y aguerrida defensa de su propio arsenal
teórico. Luego, se trató de una obra que significó una confrontación
directa hacia el enfoque económico alemán en la figura de Schmoller
generando una polémica extendida hacia tiempos presentes: fue el
momento en donde comenzó a generarse la literatura actual sobre el
debate de los problemas metodológicos en la historia económica.
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constante e incontrolada generación de esa plusvalía y, por tanto, la
explotación de los trabajadores es, según Marx, el principio central del
capitalismo. Esta explotación, según su conclusión, será tan intolerable
que los trabajadores se rebelarán y darán fin al capitalismo.
Marx consideraba que el trabajo era la única fuente de valor y pasaba
por alto el hecho de que el capitalismo no funciona por la explotación
de los trabajadores sino por el constante progreso tecnológico. Marx
subestimó las otras fuentes de riqueza, es decir, la innovación, el
espíritu empresarial y el progreso tecnológico.
De ese modo, algunas de las evoluciones sociales predichas por Marx
no se cumplieron. La industrialización y la permanente tecnificación de
los procesos de producción llevaron a la disminución de los costos de
producción y a la reducción de las horas de trabajo. Sin embargo, esto
no fue acompañado por un empobrecimiento simultáneo de los
trabajadores.
Marx no se equivocó en todo. Por ejemplo, su descripción del
capitalismo como un proceso permanente, en el cual el dinero se
acumula y reinvierte una y otra vez, es ahora más relevante que nunca.
Esta dinámica llevó a la crisis financiera y económica global hace solo
unos años.
B. PROPUESTAS TEÓRICAS DEFINIDAS EN SUS OBRAS.
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única fuente del valor de cambio y, por consiguiente, de la riqueza en
tanto que esta consiste en valores de cambio. Es igualmente una
tautología decir que la materia en su estado natural no tiene valor de
cambio, porque no encierra trabajo, y que el valor de cambio como tal
no encierra materia en su estado natural.
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producción ocupan la posición principal.
e. Las sociedades no permanecen estables por los siglos de los siglos. Las
relaciones sociales son el producto de un largo proceso histórico.
f. La historia no tiene un resultado establecido de antemano, sino que
presenta siempre un final abierto.
g. Las contradicciones (el conflicto) son inherentes a todas las sociedades
de clase y son las que impulsan el desarrollo y la transformación de las
mismas.
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una vida mejor.
b. Su profundo sentido orientador, desde lo cognoscitivo, lo
metodológico y axiológico de la ciencia. La epistemología aporta a la
investigación un campo de reflexión que gira en torno a la
producción y validación del conocimiento, en particular al
conocimiento científico, pues contribuye a construir una visión
amplia de la racionalidad científica, en cuyo seno se valoran los
aspectos social, cultural, político, cotidiano y, por supuesto lógico de
la ciencia.
c. El carácter dialéctico de sus formulaciones teórico-metodológicas.
Reflexiona sobre las diferentes mediaciones que tiene el
conocimiento. Se interesa por precisar la lógica de la investigación
científica. Distingue diferentes enfoques de investigación y sus
lógicas específicas.
En torno a la dialéctica como marcador epistemológico de la
investigación social, autores como Fuentes, H, Matos, E. y Cruz, S.
(2004) han destacado tres elementos de significación: el papel de las
contradicciones, el valor de los denominados por Lenin elementos de
dialéctica y el sentido que asume el método en la investigación social.
En torno al primer aspecto, el proceso de investigación científica, está
sujeto a múltiples contradicciones:
La contradicción entre la preservación, desarrollo y difusión de la
cultura; donde la preservación representa lo estable, lo conocido, lo
viejo y que está en contraposición con el desarrollo, con el cambio, con
el nuevo conocimiento, dado que este último, en cierta medida, rompe
lo establecido.
Ambos se dan en unidad, la cultura se preserva sólo en su desarrollo. La
contradicción entre lo objetivo y lo subjetivo: en el proceso de
investigación de lo social existe una interacción entre el sujeto y el
objeto de conocimiento. El investigador (sujeto cognoscente) se
encuentra influido por el proceso que estudia puesto que su actividad
humano-social no puede separarse de la realidad que investiga. Esto no
significa que deje de ser objetivo en el proceso de construcción del
conocimiento. El proceso de investigación se apoya, por un lado, en
teorías, procedimientos e instrumentos desarrollados por la práctica
científica (aspectos objetivos) y, por el otro lado, recibe la influencia
determinante de lo subjetivo, en tanto que es un proceso humano
realizado por un sujeto histórico y no una máquina.
La contradicción entre cantidad y calidad: en cualquier proceso o
fenómeno de la naturaleza, la sociedad o el pensamiento, se identifica
la unidad y diferencia entre su cualidad, dada por el conjunto de
propiedades, atributos, rasgos que lo particularizan y la cantidad, dada
por la magnitud, extensión, número, ritmo en que transcurren los
procesos, grado de desarrollo, intensidad de las propiedades. La unidad
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dialéctica entre la cantidad y la cualidad es la medida. El
quebrantamiento de la medida debido a cambios cuantitativos provoca
que el objeto o fenómeno se transforme en otro, modifique su calidad,
origine cambios cualitativos.
La contradicción entre lo teórico y lo empírico: el proceso de
investigación científica implica también la unidad dialéctica de lo teórico
y lo empírico. Lo empírico, según los positivistas, es la fuente única de la
verdad, mientras lo teórico es la conceptualización y organización de
los datos que los instrumentos nos reportan. O sea, que en el nivel
teórico no se construyen conocimientos, sólo se conceptualizan los
hallazgos de las inducciones empíricas. Desde la concepción que
defendemos, lo teórico y lo empírico representan dos momentos del
conocimiento humano indisolublemente ligados entre sí por la teoría
general en que ambos se inscriben. Lo empírico siempre tiene un
sentido teórico, mientras que lo teórico siempre contiene lo empírico
de una u otra forma, aunque no como criterio último de la verdad.
En un segundo término, vale analizar que, en la investigación de la
sociedad, al igual que cualidad y cantidad, teoría y práctica forman una
unidad dialéctica.
En su crítica magistral a Hegel, Lenin discutió un grupo de aspectos que
revelan la solución general a las interrogantes que plantea la
epistemología de las ciencias sociales, por lo que, para la selección e
implementación correcta de los métodos de investigación, sirven de
inestimable referencia los siguientes elementos de la dialéctica. (Lenin,
1978)
La aplicación del método dialéctico -siempre mediado desde su
enfoque filosófico por los métodos generales de las ciencias y los
métodos particulares de cada una de ellas- contribuye de modo
decisivo a clarificar las perspectivas cognitivas y hermenéuticas de la
investigación científica, ya sea por la vía de la explicación nomológica o
de la interpretación ideográfica, lo que confiere consistencia al enfoque
de la filosofía de cada ciencia y a sus fundamentos epistemológicos.
La auténtica base científico metodológica de toda exploración de la
realidad lo constituye la dialéctica materialista como lógica y teoría del
conocimiento, devenida expresión teórico-filosófica de la lógica de la
ciencia, al asumir como problemáticas: la construcción de las teorías
científicas; la correlación empírico-teórica en el proceso investigativo; el
papel de las leyes científicas, de las definiciones que construyen el
modelo; la naturaleza de la interpretación y constatación de las
construcciones teóricas que sustentan el modelo; la promoción de
hipótesis y sus criterios de confirmación y justificación; la naturaleza de
la modelación y el papel de la explicación y la previsión; la
corroboración de los resultados científicos.
En el campo de las ciencias sociales, cabe señalar que no es el deslinde
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con la filosofía, con su plataforma cosmovisiva y su método filosófico
por excelencia, la dialéctica materialista, la solución de la ansiada
integración entre objetividad subjetividad de sus productos científicos,
sino su estrecha unión con la misma lo que constituye premisa de
solución a las investigaciones concretas de los problemas que
constituyen urgencias y desafíos de la ciencia.
II. POLÍTICA ECONÓMICA (ANÁLISIS DE LAS TEORÍAS DE JOSEPH SITIGLITZ - THOMAS PIKETY).
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Algunos países han tenido mucho más éxito que otros en la creación de
sociedades con altos niveles de igualdad y oportunidades. Y lo que este
libro hace es tomar ese tipo de engranaje y tratar de construir una
visión más holística de lo que tenemos que hacer para reformar el
capitalismo. ¿Qué es lo que está mal? ¿Cuáles son las reformas que
harían que el capitalismo sirva a la sociedad? ¿Cómo nos
reestructuramos? Hay atisbos para una reforma y su nombre es
capitalismo progresista. Se podrían utilizar otros conceptos pero,
especialmente para el público americano, queríamos enfatizar que el
mercado va a ser parte de la solución. El problema es que hemos
perdido el sentido del equilibrio entre los diversos componentes de
nuestra sociedad.
Stiglitz señala que en las próximas dos décadas tenemos el potencial
para reestructurar la economía y que no haya excesos que pongan en
peligro la habitabilidad de nuestro planeta. Tenemos que conseguir una
especie de ruptura, como el compromiso en Europa con el New Green
Deal.
En el libro en inglés es People, Power, and Profits. Progressive
capitalism for an age of discontent (Gente, poder y beneficios.
Capitalismo progresista para una era de descontento). La razón por la
que se incluye al poder como segundo concepto es porque se muestra
que la razón por la que tenemos el sistema actual es un ejercicio de
poder político y económico por parte de aquellos a quienes el sistema
actual beneficia claramente.
Señala también que necesitamos una reforma de este sistema, porque
hay un gran desequilibrio. Plantea que tenemos que frenar el poder del
mercado, especialmente en los Estados Unidos, donde ha habido un
fuerte crecimiento de los monopolios. Así mismo, se señala que existe
un fuerte desequilibrio en el poder político. De nuevo, especialmente
en los Estados Unidos, donde el dinero tiene tantas implicaciones
políticas que distorsiona totalmente las necesidades de la política. Es un
sistema que se describe mejor por 'un dólar-un voto' que por 'una
persona-un voto'. Obviamente, en un mundo con un alto nivel de
desigualdad y un sistema político con este desequilibrio de poder al
final votan los dólares y los ciudadanos con un nivel de renta más alto
usan su poder para perpetuar y exacerbar su poder económico y
político.
Una de las cosas que enfatiza en su teoría es la importancia de los
sistemas de controles y equilibrios ('checks and balances') para lograr
un equilibrio real entre el mercado, el Estado y la sociedad civil.
Necesitamos que el Gobierno controle al mercado, que el mercado
controle al Gobierno y que la sociedad civil controle a ambos. Cuando
explico cómo haremos que funcione nuestro sistema social, económico
y político debemos darle un gran papel a la sociedad civil.
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En una entrevista Stiglitz indica que en los Estados Unidos hasta ahora
se han sentido afortunados de que, a pesar de que Trump no entiendía
los principios de buen gobierno y fue un presidente autoritario, gracias
a sus instituciones muchas de las cosas que Trump ha intentado no han
tenido éxito. Señala además que sus instituciones se han convertido en
un baluarte de la sociedad civil contra actuaciones como las del ex
presidente Donal Trump. La preocupación es qué pasará si
próximamente se eligiera por una opción política como la del
expresidente Trump.
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Stiglitz hace énfasis que en el sector de tecnología se debe frenar el
poder de mercado. Dice que se tiene que forzar a estas empresas a
pagar los impuestos que deben aplicando una regulación, aunque
empiezan a comprender que necesitan estar regulados. Mark
Zukerberg, fundador de Facebook, aparece en Financial Times
hablando de la necesidad de mayor regulación –aunque no esta seguro
de que lo diga en serio.
Parece que hay una creciente sensación de que su poder de mercado
tiene que ser frenado. Europa ha hecho un trabajo mucho mejor que los
Estados Unidos, de hecho la comisaria Margrethe Vestager ha tratado
de frenar algunas de las prácticas anticompetitivas de estas compañías.
Stiglitz indica que no había razones para entender por qué se permitió
que Facebook adquiriera Instagram y WhatsApp, ahora las autoridades
deberían obligarles a que se separaren en empresas diferentes.
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menos concentrado, por eso no se puede separar la política de la
economía.
El capitalismo progresista que propone stiglitz puede cambiar las
actitudes de la gente. No todo el 1% es tan egoísta como los Koch o
Trump, hay mucha gente en el 1% que usa su dinero para el bien público.
Si hacemos que el capitalismo progresista funcione, ayudaríamos a que
más gente trabaje por el bien público.
“Mientras haya una actividad económica en la que los ingresos privados
superen los ingresos sociales, un impuesto servirá para aumentar el
bienestar"
Parte del problema es que tenemos demasiado poder corporativo
tanto en la esfera política como en la económica. Pero también hay que
explicar que tenemos que tener impuestos para que los trabajadores
tengan una educación adecuada o para financiar la investigación, entre
muchos aspectos. Uno de los temas principales de su obra es la fuente
de la riqueza de las naciones que se basa en la creatividad de las
personas.
Se está empezando a dar un cambio de mentalidad que empieza a
rechazar el extremismo del neoliberalismo, ese tipo de egoísmo que ha
generado una situación contraproducente en los últimos 40 años.
En los últimos meses en los Estados Unidos se está criticando
duramente que las compañías solo se preocupen de los accionistas y se
propone avanzar para que el capitalismo sea beneficioso para todos, de
manera que el éxito en nuestra sociedad solo tendrá lugar si empresas,
trabajadores, ciudadanos, comunidades y el medio ambiente
comparten ese beneficio.
APORTES A LA ECONOMÍA
AVERSIÓN AL RIESGO
Después de obtener su doctorado de M.I.T. en 1967, Stiglitz fue coautor
de uno de sus primeros trabajos con Michael Rothschild para el Journal
of Economic Theory en 1970. Stiglitz y Rothschild se basaron en
trabajos de economistas como Robert Solow sobre el concepto de
aversión al riesgo. En un segundo artículo, analizaron las consecuencias
teóricas de la aversión al riesgo en diversas circunstancias, como las
decisiones de ahorro de un individuo y las decisiones de producción de
22
una empresa.
ASIMETRÍA DE LA INFORMACIÓN.
COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA.
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IMPLICACIONES PRÁCTICAS DE LAS TEORÍAS DE JOSEPH STIGLITZ
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eficiencia económica es engañoso, y que en cambio «lo que se necesita
son normas más estrictas, una comprensión más clara de lo que es
aceptable y lo que no lo es, así como leyes y regulaciones más fuertes
para asegurar que aquellos que no se comportan de manera
consistente con estas normas respondan ante la ley».
Joseph Stiglitz es invitado regularmente a muchas conferencias a nivel
global para hablar de sus posturas económicas y políticas. El siguiente
vídeo corresponde a una conferencia suya dada en el año 2012 sobre las
medidas de austeridad que siguieron a la crisis financiera de 2008. En
esta conferencia podemos ver cómo y por qué Joseph Stiglitz se opuso
activamente a las medidas de austeridad.
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS.
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premios nobeles Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Robert Solow, George
Akelof han admitido, en sendos artículos, que la economía es una
disciplina que tiene serios problemas epistemológicos para enfrentar la
realidad y predecir situaciones. Y que en consecuencia necesita una
revisión de sus fundamentos”
La ciencia, la filosofía y la epistemología, importan mucho por cierto
para dilucidar las causas de la crisis de paradigmas económicos hoy en
día, pero debe recordarse que primero es necesario saber de que ser
social se trata. Porque resulta que este ser social que incluye la
actividad económica de la humanidad, y del que se ocupa la ciencia
social y la filosofía, ha cambiado de forma en las ultimas cuatro
décadas. La última revolución científica-tecnológica ha generado
cambios muy perceptibles en el comportamiento del ser social. Son
cambios que se notan en lo tecnológico, económico, social, político,
etc., y que ha dado lugar a la renovación de las ciencias y al progreso de
la filosofía y los criterios epistemológicos, que pueden contar estos
últimos con definiciones de mayor precisión respecto a todo lo
referente al conocimiento científico.
La metodología de investigación ha progresado mucho en las últimas
décadas, a pesar de ser una materia nueva. Esto se debe al progreso de
las ciencias que nutren a la filosofía para sus razonamientos, y a su vez
la filosofía encamina a las ciencias por nuevos derroteros de
investigación en aras de las verdades objetivas. La nueva forma
hegemónica del ser social; La Globalización La actividad del ser humano
en el mundo constituye la actuación del ser social sobre la modelación
del mundo. De estas actividades humanas las económicas constituyen
las predominantes en los cambios del mundo. A través de la historia de
la humanidad el ser social ha transformado al mundo y lo ha conducido
a las condiciones actuales, en donde el capitalismo ha presentado una
nueva forma de desarrollo que es la globalización. La globalización se
ha convertido en el modo hegemónico de conducción del mundo en la
actualidad y no precisamente para elevar las condiciones de bienestar
de la población mundial, sino únicamente para privilegiar con sus
beneficios a una reducida parte de la población. Como dice Joseph
Stiglitz, Premio Nobel de la Economía en el 2001, “...para muchos en el
mundo subdesarrollado la globalización no ha cumplido con sus
promesas de beneficio económico.
La creciente división entre los poseedores y los desposeídos ha dejado
a una masa creciente en el Tercer Mundo sumida en las más abyecta
pobreza y viviendo con menos de un dólar por día”. La globalización
como nueva forma económica y social, de hegemonía capitalista ha
gestado a sí mismo nuevas ideas, sobre todo en los ámbitos
correspondientes a la filosofía, la economía y en el terreno político.
La Globalización La globalización es la última generación de desarrollo
26
del capitalismo en las actuales circunstancias. Antes de la globalización
hubo capitalismo de competencia entre pequeños y medianos
empresarios y después competencia entre monopolios.
La globalización empezó a gestarse después de la Segunda Guerra
Mundial con los progresos de la ciencia que dio lugar a la creación de
una nueva tecnología, cuyas aplicaciones a la empresa permitió la
reconstrucción industrial de los países que participaron en la guerra.
Las grandes empresas destinaron parte de sus utilidades en
investigación para innovación. Asimismo los gobiernos de los países
desarrollados en apoyo de las grandes empresas destinaron parte del
presupuesto para investigación y tecnología en aras de fomentar un
crecimiento económico. La investigación pública y la privada
concurrieron a la irrupción de la Tercera Revolución Científica -
Tecnológica.
Las empresas que hicieron reconversión de tecnología arrasaron en el
mercado a las que se aferraron a la de tecnología mecánica. Para no
perecer muchas empresas se fusionaron, integraron, hicieron alianzas,
etc., con las de tecnología cibernética. Aparecieron así los
conglomerados multinacionales que con la nueva tecnología compiten
entre sí por mayor espacio en el mercado internacional Son
conglomerados que compiten no solo para disminuir costos y elevar la
productividad, sino también para colocar sus productos e invertir en
industrias extractivas de materias primas en los países no
desarrollados. Estas grandes corporaciones multinacionales reciben el
apoyo de sus gobiernos y tienden a incidir en la política de los países no
desarrollados a través del Consenso de Washington. Es una política que
se fundamenta en la Teoría Monetarista y en la filosofía Neopositivista
para darle un cariz convencional a la política económica neoliberal.
27
desigualdad de rentas ha aumentado de manera significativa desde los
años ochenta», todavía lo ha hecho más la desigualdad de la riqueza
hasta el punto de decir que «la fortísima concentración de la propiedad
privada, sumada a una gran opacidad financiera y fiscal, es una de las
principales características del régimen desigualitario neopropietarista
mundial a comienzos del siglo XXI». Por ello, «la distribución de la
propiedad es una cuestión crucial en el siglo XXI», sobre todo para
mantener a la clase media y revertir su actual desmoronamiento.
28
crecer como consecuencia de la especulación o de apropiación ilícita
de bienes comunales como consecuencia de disponer de una
posición de dominio (el ganador se lo lleva todo, sobre todo si es
amigo del poder). Con ello, se rompe la relación esfuerzo y
enriquecimiento lícito. Aparece una casta que se consolida mediante
la herencia.
3. Toda propiedad privada debe mucho a los esfuerzos públicos
acumulados. Nada es enteramente privado en la generación de los
negocios, por lo que no puede ser enteramente privada la
apropiación de sus beneficios.
4. Los impuestos y el Estado juegan un papel clave en mitigar la
desigualdad, esta vez más de riqueza que, incluso, de renta. Por eso
hace más hincapié en figuras tributarias sobre la riqueza y la herencia
buscando una redistribución de la riqueza más que una
redistribución de la renta.
Hace mucho tiempo Rousseau señaló al derecho de propiedad como
causa de la desigualdad entre los hombres y Proudhon habló de la
propiedad como «un robo», fue Marx quien con más rotundidad señaló
a la propiedad privada de los medios de producción como el eje central
de un sistema social que dividía a la sociedad en clases desiguales,
poniendo en marcha una dialéctica que, además, tendía a incrementar
esa desigualdad entre capital y trabajo hasta llegar a la «pauperización
de la clase trabajadora». Y fue Keynes quien propuso, en defensa del
capitalismo, la necesidad de introducir importantes correcciones al
disfrute privado de la propiedad mediante impuestos progresivos que
financiaran políticas sociales destinando todo ello a compensar con
medidas redistributivas la tendencia natural del capitalismo a agrandar
las diferencias sociales hasta un punto que resultaba peligroso para los
valores liberales, como demostró la crisis del 29 y su influencia sobre el
ascenso de movimientos antidemocráticos como el fascismo, el
nazismo o el comunismo. Defender una democracia liberal exigía, ya
entonces, poner límites legales a la propiedad privada que abriera el
espacio a esa igualdad de oportunidades que debería activar el
ascensor social para que ningún individuo quedara atrapado por una
desigualdad heredada por la clase social de la familia en la que nace.
«La desigualdad no es algo natural», requiere una justificación de las
reglas que permiten una adquisición legítima de la propiedad por parte
de un grupo o de un individuo.
Se desarrolló, así, una cultura del esfuerzo individual y de la
meritocracia reconocida, en la que Estado jugaba un papel fundamental
poniendo los instrumentos para evitar aquella desigualdad debida a
factores sobre los que el individuo no tiene ninguna influencia. Mejorar
las oportunidades de los menos favorecidos se convirtió en la razón de
ser de la democracia social.
29
Si para los marxistas, acabar con la propiedad privada de los medios de
producción era la única manera de poner fin a la desigualdad social, los
keynesianos se conformaban con dotar de un papel relevante al Estado
como el instrumento que con sus regulaciones y políticas redistributivas
compensaría la fuerza centrífuga de la propiedad privada, creando una
fuerza compensadora suficiente como para mantener las diferencias
sociales dentro de unos límites tolerables y compatibles con la
democracia liberal.
La tesis que defiende Piketty es que esto fue así hasta que «la
revolución conservadora de los años ochenta, el colapso del
comunismo soviético (el fracaso de la socialdemocracia) y el desarrollo
de una nueva ideología neopropietarista han llevado al mundo a
principios del siglo XXI a niveles extraordinarios y descontrolados de
concentración de la renta y la riqueza, generando así crecientes
tensiones sociales en todas partes» . En otras palabras, la ideología
neopropietarista de principios del siglo XXI se apoya en grandes
narrativas entre las que cuales están «el fracaso del comunismo, el
miedo al vacío que genera la posibilidad de redistribuir riqueza y un
régimen de circulación de capitales sin regulación, sin información
compartida y sin una fiscalidad común». Y añade: «La culpabilización de
los más pobres […] constituye uno de los principales rasgos distintivos
del actual régimen desigualitario», en una ideología que va de la mano
«de un discurso de exaltación de empresarios y multimillonarios»
La propiedad privada del capital está en el centro del debate sobre la
desigualdad a lo largo de la historia. Según Piketty, la desigualdad está
promovida por razones ideológicas y políticas mucho más que
económicas o tecnológicas.
Utilizando el amplio despliegue de datos pikety constata que, a pesar
de que la población y la renta per cápita se han multiplicado por diez
desde el siglo xviii, esta evolución positiva no ha sido lineal y esconde
muchas desigualdades y debilidades. En concreto, entre 1980 y 2018,
aunque los más pobres han mejorado su posición, las grandes fortunas
han crecido mucho más de lo que lo ha hecho la economía y, además, la
riqueza se ha concentrado en los más ricos, haciendo que las clases
medias hayan sido los grandes olvidados del crecimiento económico:
«Asistimos a un aumento de las desigualdades en prácticamente todas
las regiones del mundo desde 1980». Este hecho entra en abierta
contradicción con el discurso hegemónico en favor de un libre acceso a
las posibilidades de una sociedad abierta que permite a cada cual
desarrollar libremente sus capacidades.
El autor dedica su libro a estudiar la dimensión política e ideológica de
30
«la transformación de los regímenes desigualitarios desde las antiguas
sociedades trifuncionales y esclavistas hasta las actuales sociedades
hipercapitalistas y poscomunistas, sin olvidar las sociedades
propietaristas, coloniales, socialdemócratas y comunistas» . Pikty
ropone un «socialismo participativo» que tiene dos pilares esenciales:
«La propiedad social y el reparto de los derechos de voto en las
empresas y, por otra parte, la propiedad temporal y la circulación del
capital» evitando grandes concentraciones que se heredan. En suma,
defiende Piketty que «el bloque patrimonial, compuesto por el
impuesto progresivo sobre la propiedad y por la dotación universal de
capital, tiene un impacto estructural de largo plazo en la distribución de
la riqueza y el poder económico»
31
márgenes de la economía neoclásica, es por lo que se le debe ubicar en
tal escuela de pensamiento .
32
portadora del conjunto de factores “impuros” a los que se puede
atribuir la razón de los desequilibrios en la economía. Constituye el
lugar en el que se desarrollan pugnas sociales que desembocan en la
mencionada capacidad de negociación, y la razón de que el enfoque
neoclásico del equilibrio resulte incompleto. TP pretende superar esta
dualidad, pero no explica la relación entre las cuestiones económicas y
políticas, sino que incorpora lo no económico como un elemento
exógeno sin aparente conexión, que no se articula apropiadamente con
la esfera económica . Lo relevante es que esta incorporación que realiza
TP no atenta contra los fundamentos neoclásicos, sino que se lleva a
cabo como un desarrollo desde lo excesivamente abstracto del modelo
económico de equilibrio general, hacia lo concreto propio de las
economías existentes. En consecuencia, se produce en su análisis una
tensión entre lo que para Pikety (erróneamente) constituyen, por una
parte, leyes cerradas y determinismo económico, y, por otra, una
indeterminación de raíz sociopolítica que en verdad revela, a nuestro
entender, incapacidad explicativa. El corolario inevitable es que TP
considera que una determinada gestión de la política económica puede
lograr evitar las crisis y las desigualdades excesivas en el capitalismo. De
esta forma, el autor explica la menor desigualdad en Europa respecto
de la denominada Belle Époque a partir de eventos excepcionales y la
fiscalidad sobre el capital . En esta fase de atenuación de las
desigualdades: lo político-cultural irrumpe en el texto sin conexión
coherente con las “dos leyes fundamentales” del capitalismo. Es que en
esos años de excepción habría operado, siempre según Piketty, una
lógica política y cultural muy distinta de la mecánica económica
“autónoma” que habría prevalecido durante los siglos xviii y xix, y hasta
comienzos del siglo xx, y que volvería a regir ahora. Por eso, en este
marco teórico, la instancia política y económica explica la “excepción”,
pero nada más; en tanto que lo económico mecánico explica todo el
resto de la historia, pero parece interrumpirse en la excepción (Astarita,
2014). Igualmente, el aumento de la desigualdad a partir de 1980 se
debería, en gran medida, a los cambios políticos, sobre todo con
relación a la fiscalidad y las finanzas. Por ello, afirma TP, la historia de la
desigualdad está moldeada por la manera en la que los actores
económicos, sociales y políticos perciben lo que es o no justo, así como
por su poder relativo y las elecciones colectivas que resultan. La
argumentación de TP resulta, sin embargo, poco clarificadora y
contradictoria, por lo que se puede interpretar de dos formas. Por una
parte, que la política económica puede, efectivamente, modificar la
tendencia hacia la desigualdad, pero no de manera permanente, sino
coyuntural. La tendencia hacia la desigualdad seguiría operando y
finalmente acabaría por manifestarse, existiendo una “ley económica”
hacia la divergencia, de ahí el alcance igualmente limitado de sus
33
propias propuestas. Por otra, que la política económica sí puede alterar
profundamente la tendencia sistémica hacia una mayor desigualdad.
No habría leyes objetivas, sino meras fuerzas de alcance superficial en
la medida que puedan ser contenidas por este tipo de decisiones. Si tal
es el caso, en última instancia la economía capitalista estaría gobernada
por las decisiones de política económica, que pueden depender del
poder, los deseos de justicia de ciertos actores o las decisiones
tomadas. Pero en tal caso, el análisis debería alejarse de la economía y
girar hacia la política, la sociología o la psicología. Ahora bien, ¿cómo
justificar entonces cualquier modelo económico, incluido el de TP?
Nótese, en este sentido, que en la medida que TP argumenta que la
contradicción fundamental del capitalismo se encuentra en la esfera de
la distribución del ingreso, no hace sino revelar la importancia que
otorga al factor político. Pero concretemos más: en la medida que
habla de contradicción, si bien sustentada en la fragilidad inherente al
difuso ámbito de la moralidad, está aludiendo a las imperfecciones o
asimetrías del mercado que originan, en última instancia, un desvío de
los ingresos de ciertos grupos respecto de su productividad marginal.
Estas inconsistencias se reflejan en otra tensión teóricamente no
resuelta, a saber: la que se produce entre la tendencia al aumento del
ratio capital-producto (K/Y) y la política económica. A continuación,
abordamos la manera como el autor explica la función de tal variable,
pues parece tener un protagonismo estructuralmente superior en la
inestabilidad que azota al capitalismo actual.
C. SUPUESTOS EPISTEMOLÓGICOS.
34
La matemática y la estadística han ido ganando espacio en los
programas académicos de las mejores Facultades de economía. Pero la
tendencia al positivismo en las ciencias sociales ha permeado también
en otras disciplinas como la sociología, las ciencias políticas o las
relaciones internacionales. Prestigiosas universidades como la London
School of Economics and Political Science han hecho de la traslación del
método científico a las ciencias sociales su bandera. En esta universidad
no se estudian Masters of Arts sino Masters of Science.
Y en disciplinas como las relaciones internacionales, reciben especial
atención aquellas teorías que permiten cuantificar la probabilidad de
conflictos entre Estados sobre la base de cálculos numéricos, que
relacionan su grado de interdependencia económica o de profundidad
democrática. Es lo que la teoría de la paz democrática resume bajo el
lema “las democracias no van a la guerra entre ellas”, cuantificable
mediante correlaciones entre el grado de democratización y la
disminución de la conflictividad entre países.
Francis Fukuyama saltó a la fama a principios de los 90 por su tesis del
fin de la Historia, que predecía un mundo menos conflictivo gracias al
triunfo de las democracias liberales con el fin de la Guerra Fría. En
efecto, otra muestra más del abrazo del positivismo a las ciencias
sociales (a mayor número de Estados que entren en la fase final de la
historia —la democracia liberal—, menor presencia de conflictos
internacionales). Es sintomático que, explicando el éxito de Pikkety,
Fukuyama afirmara en Twitter que “los economistas aún deben superar
su pasión infantil por las matemáticas a expensas de la investigación
histórica”.
El auge del positivismo en las ciencias sociales coincidió también con el
periodo de “hiperglobalización” estudiado por Dani Rodrik. En este, la
liberalización de los flujos de capital y la globalización financiera se
elevaron a cuotas desconocidas hasta la fecha. Los mejores estudiantes
de economía tenían un futuro asegurado en las empresas de capital
riesgo y la banca de inversiones, consolidándose un estrecho vínculo
entre universidad y sistema económico y financiero.
Todas las clasificaciones universitarias coincidían en otorgar las mejores
calificaciones a aquellas facultades cuyos programas académicos
(positivistas) mejor servían a las necesidades de una economía
hiperglobalizada e hiperfinanciarizada. En cierta medida, se iba
confirmando la máxima de la teoría crítica hacia los paradigmas
dominantes, según la cual el conocimiento siempre acaba sirviendo a
alguien y a algún propósito.
Piketty ha dado un paso de gigante para repensar el método de estudio
de la economía. En su libro, concluye que esta disciplina nunca debería
haberse divorciado del resto de ciencias sociales y que su avance solo
será posible en conjunción con ellas. Los estudiantes agrupados en el
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colectivo ISIPE (Iniciativa Internacional de Estudiantes para el
Pluralismo en Económicas, www.isipe.net) han recogido el guante
lanzado por Piketty y en su “llamamiento internacional a favor de una
enseñanza pluralista”, reclaman una enseñanza más abierta al debate
de ideas, más diversa teórica y metodológicamente y más pluralista en
lo referente a los programas de estudio. Sobra decir que el profesor
suscribe su manifiesto.
No se trata, pues, de dar carpetazo a las aportaciones del positivismo a
la economía y el resto de ciencias sociales, sino de denunciar su
supeditación al mismo. En otras palabras, lo que se pone de manifiesto
es la dificultad de estudiar fenómenos sociales eminentemente
complejos sobre la base de resultados metodológicamente predecibles
y cuantificables.
Más allá de las contribuciones de la obra de Piketty al estudio de las
desigualdades y la concentración del capital, su impacto sobre la
epistemología de las ciencias sociales puede ser también
revolucionario. Los vínculos entre teoría y práctica económica nunca
fueron más evidentes que durante los años de la burbuja financiera.
Nuevas aproximaciones metodológicas al estudio de las ciencias
sociales deberían contribuir a la gestación de políticas económicas
alternativas. ¿O no es cierto aquello de que grandes cambios sociales
empiezan a menudo en la universidad?
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