Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Autor:
Eva María Rodríguez
Edades:
A partir de 6 años
Valores:
las apariencias engañan, hospitalidad
Martina volvía todos los días corriendo de sus clases de
ballet para que no le hiciera de noche. De camino tenía
que pasar delante de una casa que no le gustaba nada.
Todo el pueblo decía que estaba encantada. Y algo debía
de haber de verdad en todo aquello porque, a pesar de
que allí no vivía nadie, se decía que por las noches había
luces y se oían unos ruidos muy extraños.
-Vamos, Martina, que cuanto más te lo pienses más tarde se hará -le dijo
una de las niñas que iba con ella a clase. Y no le faltaba razón, pensó
Martina.
Martina se quedó allí agazapada, muerta de miedo, hasta que las figuras
blancas dejaron de entrar. Entonces, la niña se armó de valor y salió
corriendo a una velocidad que ni ella misma creía que era capaz de
alcanzar. Y no paró hasta llegar a casa.
-Será mejor que vayamos a ver qué pasa allí, hija -dijo su madre-. Tiene
que haber una explicación.
-Mañana te iré a buscar a clase y pasaremos por allí, a ver qué pasa -dijo
mamá-. Y no hay más que hablar.
-Creo que hay que llevarte a graduar la vista, hija -dijo su madre-. Son
personas vestidas de blanco, como tú y como yo. Vamos, te lo demostraré.
No te apartes de mi lado.
Madre hija se acercaron hasta la casa. Las luces estaban encendidas, pero
todavía no se oía ningún ruido. Llamaron al timbre. Alguien abrió. Era una
mujer vestida completamente de blanco.
-Volved cuando queráis -les dijeron. Martina y su madre les dieron las
gracias y volvieron a casa.
-La gente dice muchas cosas y es importante comprobar si son verdad, hija
-dijo su madre.
-Si eso me servirá para ver personas en vez de fantasmas, me parece una
idea estupenda, mamá.