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Sobre-La-Oracion Gregg Martin
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Sobre-La-Oracion Gregg Martin
La mayoría de nosotros creemos que las cosas malas que nos suceden son
nuestro karma. Pensamos que nuestro karma existe fuera de nosotros, pero esto
es incorrecto. No somos los únicos a los que nos pasan cosas negativas: a todo
el mundo le pasan cosas malas. Entonces, ¿qué es el karma?
Hemos oído hablar acerca de las Cuatro Fuerzas del Budismo. Las
fuerzas de la Fe y de la Práctica activan las fuerzas del Buda y de la Ley.
¿Dónde residen los poderes del Buda y de la Ley? ¿En el Gohonzon? No. Las
fuerzas del Buda y de la Ley yacen en la naturaleza de Buda dentro de nuestra
propia vida. Las fuerzas de la Fe y de la Práctica las despiertan y las hacen
emerger. La fuerza de nuestra Fe determina el grado en que manifestamos la
fuerza del Buda y la fuerza de la Ley en nuestra vida.
¿Cuál es la fuerza del Buda? La fuerza del Buda es la sabiduría. Equivale
a decir la mente del Buda, o sea la mente que percibe la verdadera naturaleza
de todos los fenómenos. ¿Cuál es la fuerza de la Ley? Es el cuerpo o acción del
Buda. Cuando oramos al Gohonzon, contactamos la sabiduría para percibir la
verdadera naturaleza de lo que realmente está ocurriendo y así atacar la raíz de
nuestro problema. El camino de nuestra vida ha sido ya muy transitado por
nosotros: es como una autopista. Hemos estado caminando por el sendero de
nuestra vida, tomando las mismas decisiones, haciendo las mismas cosas,
existencia tras existencia. Jamás habíamos despertado al hecho de que estamos
caminando en círculos, regresando siempre al mismo punto.
Un ejemplo es cuando usted lee la orientación del Presidente Ikeda con una
actitud seria, no por mera formalidad sino con la siguiente postura: “Ikeda
Sensei, tengo un problema: necesito sabiduría”. Comienza a leer y, de pronto,
su vista se detiene en un párrafo y usted siente: “Él está hablando acerca de
mí”. Deténgase allí mismo y llévelo a la práctica. Eso es sabiduría. La
sabiduría provino de su mentor, de su maestro. Entonces, usted se dará cuenta
de que posee un vínculo personal con el Presidente Ikeda. Descubrirá que él le
está dando instrucciones acerca de cómo vencer. Él le está enseñando las
reglas.
Cada vez que invoque daimoku buscando la verdad, se tornará en una persona
extraordinariamente consciente de sí misma -lo cual requiere de coraje- y
asimismo podrá descubrir que usted también posee la naturaleza de Buda. A
menos que usted tenga el coraje de realmente verse tal como es, vale decir, de
confrontar los aspectos negativos de su vida, no podrá encontrar la naturaleza
de Buda. Tiene que tener el coraje para ver.
Este gosho sigue diciendo que si usted no comprende que esto está
sucediendo dentro de usted y no allá, en otro lugar, no podrá cambiar su
karma. Su práctica se convertirá así en una “interminable, penosa austeridad”.
Veámoslo de otro modo: observe su vida, ¿hay algún aspecto de ella en el cual,
cuando invoca daimoku, le resulta una interminable y penosa austeridad?
Puede que sea el trabajo, sus relaciones, sus hijos o cualquier otra cosa. Hasta
puede que le vaya muy bien en las demás áreas, pero cuando se trata, por
ejemplo, de las relaciones personales, puede llegar a comportarse de manera
totalmente no budista y no obtener beneficios; esto puede llegar a prolongarse
por años y hasta puede llegar a darse por vencido de tanto dolor.
La oración del Devoto del Sutra del Loto es respondida porque él lleva a
cabo estas tres prácticas enérgicamente. El devoto del Sutra del Loto no está
buscando beneficios personales sino iluminación y sabiduría para desarrollarse
como un Buda. Por supuesto, cuando uno se convierte en un Buda,
naturalmente obtiene beneficios.
La pregunta es: ¿Por qué entonces está usted sufriendo? Usted tiene
el karma de estar con esa persona, pero de todas maneras esa persona iba a
ser así: usted no ocasionó que ella sea así. Pregúntese a sí mismo: “¿Por qué
soy incapaz de tratar armoniosamente con esa persona? ¿Por qué esa persona
se enfurece? ¿Por qué permito que esa persona me haga infeliz?” . En un caso
así, usted tiene el karma de no ser capaz de manejar estas circunstancias de su
entorno: allí radica su problema. Cuando invoca daimoku para ser capaz de
conducirse bien con esa persona, para ser capaz de crecer más y más y de ser
más fuerte que esa persona con el propósito de no seguir siendo influenciado
por ella, entonces ya no le afectará: usted habrá transformado su entorno.