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Apunte Jurisprudencial
Apunte Jurisprudencial
III.2. Sobre el derecho a la salud de los privados de libertad Sobre el tema, la SCP
0618/2012 de 23 de julio precisó lo siguiente: “En primera instancia, conviene resaltar que
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, ha establecido que el derecho a la salud
de los privados de libertad, se mantiene intacto durante la ejecución de la medida,
entendiendo este derecho como el disfrute del más alto nivel posible de bienestar físico,
mental y social, que incluye, entre otros, la atención médica, psiquiátrica y
odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e
imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la
implementación de programas de educación y promoción en salud, inmunización,
prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y, las
medidas especiales para satisfacer las necesidades particulares de salud de las personas
privadas de libertad pertenecientes a grupos vulnerables o de alto riesgo, tales como: las
personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las personas con
discapacidad, las personas portadoras del VIH-SIDA, tuberculosis, y las personas con
enfermedades en fase terminal. El tratamiento deberá basarse en principios científicos y
aplicar las mejores prácticas”
DERECHO AL AGUINALDO
El art. 51 EFP, al establecer las bases generales de las remuneraciones a los servidores
públicos, señala que fundan en los siguientes aspectos: a) Periodicidad y oportunidad de
la retribución; g) Derecho a la percepción de un aguinaldo de navidad equivalente a
un salario mensual o duodécimas correspondientes. Nótese que esta norma no
efectúa ninguna discriminación relativa a la calidad de funcionario permanente o
por tiempo definido.
Asimismo, es menester recordar que aunque la cláusula Tercera de los cuatro contratos a
plazo fijo celebrados por el recurrente con el Ministerio de Trabajo manifieste que el monto
fijado como sueldo “incluye todos los beneficios de ley, pagaderos a la conclusión de cada
mes trabajado”, los derechos laborales son irrenunciables por mandato
constitucional en su art. 162-II, que categóricamente reconoce: “Los derechos y
beneficios reconocidos en favor de los trabajadores no pueden renunciarse, y son
nulas las convenciones contrarias o que tiendan a burlar sus efectos”.
En este sentido, para explicar, que la actuación del Estado en los contratos administrativos,
siempre fue realizada a partir de un interés eminentemente público, que determina su
calidad de persona y entidad de derecho público, es preciso citar lo orientado por el
Tribunal Supremo de Justicia, que en un estudio minucioso de las características del
contrato administrativo señaló en el Auto Supremo (AS) 210/2017 de 8 de marzo, que:
“Para el autor Miguel Ángel Bercaitz, citado por Juan Carlos Cassagne, en la obra
‘Contratos Administrativos’: El contrato no es una figura exclusiva del Derecho Privado,
existe también el de Derecho Administrativo con elementos comunes al contrato de
Derecho Privado, pero con elementos diferentes que derivan de su contenido, de su fin, de
los intereses distintos que afecta y de su régimen jurídico propio.