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TEMAS
I) PRIMERA LECTURA
1- EL INDUCTIVISMO EN ECONOMÍA
Si nos situamos bajo el punto de vista de aquellos autores que son considerados
como precursores de la economía, durante el mercantilismo se da un enfoque
metodológico de tipo empírico-realista 72. No se proponen leyes que expliquen el
comportamiento económico y posteriormente lo controlen, sino sugerencias y normas
de conducta sistemáticas. La economía se reducía a una lista de fórmulas prácticas
para el uso de los gobernantes en defensa de los intereses nacionales, sin embargo, en
opinión de Pheby (1988, pág. 10) el trabajo de W. Petty constituye una aportación
interesante y , en cierto modo, en una línea inductiva en el sentido marcado por Bacon.
72Qu izás, por su den om in ación , el m er can tilism o da la im pr esión de tr atar se de u n m ovim ien to m etodológico,
per o en r ealidad n o fu e así, a este r especto n os com en ta Katou zian (1 9 8 2 , pág. 2 6 ): “Se tr ata de u n tér m in o
con fu so, especialm en te por qu e da la falsa im pr esión de qu e su s ideas se h abían desar r ollado com o u n cu er po
coh er en te y sistem ático de pen sam ien to econ óm ico”. La fisiocr acia con vive con el m er can tilism o en los ú ltim os
1
Dejando a un lado la aportación de los precursores de la economía, que no
adoptan un enfoque metodológico claro, para Pheby (1988, pág. 10), la primer
contribución importante en la línea inductivista corresponde a R.R.Jones a comienzos
del siglo XIX. Jones no estaba conforme con la tendencia abstracta y deductiva que
dominaba la economía por esa época. Su deseo era que la economía estuviera basada
mucho más en los hechos. La posición de Jones será más tarde compartida por la
Escuela Histórica Alemana.
El auge del historicismo tiene lugar en Alemania en la segunda mitad del siglo
XIX como reacción al grado de abstracción de los economistas clásicos, aunque ya en
la primera mitad del mismo siglo habían comenzado a oírse quejas sobre el método de
la economía política clásica. Los principales exponentes de la Escuela Historicista
fueron, entre otros, Roscher, Hildebrand, Schmöller, Knies, List, etc.. Aunque
pertenecientes incluso a diferentes generaciones, y mantuvieran sus propias diferencias
en cuanto a temática y método, compartieron el número suficiente de posiciones
metodológicas para posibilitar una descripción y valoración generales en su forma de
abordar los problemas. Katouzian (1982, pág. 55) señala cuatro características
fundamentales de la Escuela Historicista:
añ os de la pr im er a m itad del siglo XVIII, per o su pon e u n plan team ien to m etodológico totalm en te distin to.
2
la importancia que concedió a los trabajos históricos, y de una forma general, a la
descripción de los detalles, esta es, para ella, la labor más importante o, por lo menos,
la que se imponen primer lugar, a las ciencias sociales” (Schumpeter, 1967, pág. 160).
A pesar de sus indudables éxitos, para Katouzian (1982, pág. 57), la escuela
Histórica mantuvo un error fundamental, consistente en su creencia en la posibilidad
de realizar estudios socio-económicos por observación directa y de hacer inferencias
de leyes generales a través de ese procedimiento.
2- DEDUCTIVISMO EN ECONOMÍA
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conjunto del proceso económico, sin considerar necesario reunir sistemáticamente los
hechos particulares” (Schumpeter, 1967 pág. 58). Sin embargo, este conjunto de ideas
desarrolladas, tanto por unos como por otros, no constituye un sistema de
pensamiento, pues como expone Katouzian (1982, pág. 28): “ Las ideas estaban allí,
pero faltaba el sistema. Las hipótesis existían, pero se carecía de paradigma, los
elementos habían sido desarrollados, pero la matriz disciplinar era inexistente”.
Lo esencial del método de los clásicos viene recogido en las siguientes palabras
de Schumpeter: “El conjunto de problemas que se presentan inmediatamente a ellos,
era más importante y más difícil de asimilar, intelectualmente, que el descubrimiento
de los hechos, más allá de los que la existencia acumula para nosotros. Sus esfuerzos
fueron de naturaleza analítica, y es lo que se designa en general y de forma muy
lamentable por medio de los términos: deductivo, abstracto, a priori. Pusieron de
relieve los factores que les parecían importantes, procurando representar cómo
ocurrirían las cosas si no interviniera ningún otro factor. Redujeron estos factores a
algunas nociones fundamentales simples que la experiencia ponía a su alcance. Los
aislaron y procedieron por abstracción” ( Schumpeter, 1967, pág. 100).
Por tanto, aunque resulte imposible hala de un método común para ello, en
todos se da la característica del predominio del método deductivo, aunque sin una
mención expresa al mismo, como señala Blaug (1985, pág. 76): “No vieron la
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necesidad de expresar los principios metodológicos explícitamente, considerándolos
quizás tan obvios que no necesitaban defensa alguna”.
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el método “a posteriori” con el “a priori”, el primero o inductivo, se usaría par
descubrir que leyes obraban en cada caso, el segundo o deductivo, para combinar estas
leyes y obtener el resultado. Blaug (1985, pág. 81.) resume de la siguiente forma el
método de Mill: “ Debido a la imposibilidad de realizar experimentos controlados en
los temas que implican acciones humanas, el método mixto inductivo-deductivo “a
priori” es la única forma legítima de investigación en el campo de las ciencias morales.
Y el método específicamente inductivo “a posteriori” entra en escena, no como medio
de descubrir la verdad, sino de verificarla”.
6
equilibrio general y la introducción del cálculo diferencial y otras técnicas
matemáticas en economía.
73 Es interesante destacar que aunque Walras fue el primer economista matemático por excelencia, la aparición y
difusión de la economía matemática como un enfoque diferenciado del análisis matemático no tendrá lugar hasta
el final de la Segunda Guerra Mundial, en Inglaterra y Norteamérica, la influencia de Marshall y Clark, aunque
no de carácter antimatemático, no favorecieron demasiado la construcción de modelos matemáticos. Marshall y
Keynes eran ambos buenos matemáticos pero no lo demostraron, al menos en sus obras cumbres: Los detractores
de la utilización de este instrumento suelen argumentar que la realidad es demasiado compleja para reducirla a
formulismo matemáticos, sin embargo, pensamos que se trata de un importante medio, de un apoyo, de un
lenguaje con la finalidad de representar y simplificar los procesos de abstracción que conllevan las teorías
económicas, en palabras de Lipsey: “Las Matemáticas no constituyen ni conllevan el hacedor no el destructor de
la buena teoría económica. Son, simplemente, un medio de expresión compacto y precio y un instrumento eficaz
para obtener implicaciones a partir de los supuestos” (Lipsey, 1985, pág. 28), Katouzian (1982,pág. 203) hace
una interesante valoración de la inclusión de las matemáticas en el análisis económico que se resume en los
siguientes puntos: a) el uso de cualquier técnica, incluida la matemática, con cualquier propósito científico, incluida
la economía, es legítimo cuando ayuda al análisis, exposición y precisión., b) la matemática es una de tales
técnicas, o un medio par la exposición, No es en sí misma superior a cualquier otra, no añada nada por si misma
al contenido de la teoría y no confiere ningún honor especial a quien la usa, c) las formulaciones matemáticas de
las teorías ayudan en ocasiones a lograr una claridad y economía expresiva que son deseables..
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1. Énfasis en agentes individuales, consumidores y empresas, frente a las
clases sociales.
2. Desplazamiento de la atención a un tipo de bienes limitados, los escasos. Lo
que llevaría a insistir en un tipo de premisas distintas. El núcleo del análisis
marginalista lo forman las siguientes magnitudes dadas: preferencias,
tecnología y dotaciones de recursos.
3. Planteamiento del problema económico como un problema de asignación de
recursos escasos, de características estáticas.
Una vez vistos los pilares básicos sobre los que se asienta la doctrina marginalista
analizaremos su metodología. Estos economistas se mantiene firmes en el enfoque
deductivo, “a priori”, y aunque realizaran algunas alabanzas a la utilidad del
conocimiento histórico, en la práctica no modificaron su forma de proceder: “ Menger
dio algunos pasos hacia la escuela histórica, haciendo algunas concesiones referentes
al ámbito de aplicación de las generalizaciones y ala utilidad del conocimiento histórico.
Pero en la práctico no hubo ninguna concesión y, además, una vez que se cerró el debate
principal, la actitud neoclásica cristalizó en un conjunto de criterios metodológicos
increíblemente ortodoxos, inflexibles y autocomplacientes” (Katouzian,
1982, pág. 58).
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3. La Escuela “psicológica” Austriaca, cuyos principales exponentes fueron
Karl Menger y Bohm-Bawek. Su objeto de estudio es el individuo y , en
especial, el consumidor.
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El método psicológico y el método matemático podría considerarse, aunque con
los matices particulares expresados anteriormente, como un frente único que se
fundamenta en los tres pilares siguientes:
Sin duda, resulta difícil señalar los instantes exactos en los que se producen las
innovaciones y controversias en el campo de la metodología económica. La obra de
Robbins “Essay on the Nature and Significance of Economic Science”, publicada en
1932 constituye el inicio de una controversia en torno al método.
Para Robbins las proposiciones de la teoría económica, como las de toda teoría
científica, son deducciones a partir de una serie de postulados y no se necesitan
experimentos controlados par establecer su validez, pues basta enunciarlos par que
sean reconocidos como obvios. Si aceptamos como válida esta idea, para Robbins
(1951) la Economía presentaría una ventaja con respecto a la Física: “En Economía los
componentes básicos de nuestras generalizaciones fundamentales nos resultan
10
conocidos por comprensión inmediata, mientras que en las ciencias naturales sólo son
conocidos por inferencia”.
Según este autor, las teorías son las únicas que pueden proporcionar soluciones.
Su validez dependerá de los supuestos de partida y su aplicabilidad dependerá de la
medida en que é3stas reflejen las situaciones reales. El método de Robbins resulta
claramente deductivista y para él no era posible buscar en la contrastación empírica un
criterios de selección de la validez de las teorías.
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Para concluir, recogeremos una interesante cita de Pheby (1988, pág. 20) en la que se
recoge, según su opinión, la influencia de ambas metodologías en la economía actual:
“El inductivismo y deductivismo ha afectado a la economía de dos formas
fundamentales. Primero, han jugado un rol importante en la división actual entre micro
y macroeconomía. Ello se deriva de sus diferentes formas utilizadas para obtener
resultados, la microeconomía es esencialmente deductiva, mientras que la
macroeconomía está más inclinada hacia la inducción....La segunda, se infiere de la
influencia de Bacon y Descartes en el desarrollo de posteriores metodologías”.
FIN DE PRIMERA LECTURA
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II) SEGUNDA LECTURA PARA SUSTENTACIÓN
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Atendiendo a la contribución metodológica señala en los puntos anteriores, se
infiere que el método lógico propuesto por Neville Keynes podríamos concretarlo en
estos tres puntos:
4- EL MÉTODO DE MARX
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Una primera, de abstracción, mediante la que se aíslan los elementos esenciales
del proceso económico
Una segunda, denominada de concretización progresiva, con la cual, en el curso
del desarrollo, se introducen elementos cada vez más particulares del proceso
económico.
Una tercera etapa, de verificación, consistente en confrontar los resultados
obtenidos con el proceso económico real.
Katouzian describe con las siguientes palabras el método de Marx (1982, pág. 46):
“El método de Marx era una combinación de teoría y hechos, de lógica e historia. No
era ni un especulador puro ni un puro empirista”.
6- ULTRAEMPIRISMO
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Como se ha observado, Hutchinson sigue la corriente de moda en la década de
los treinta en el ámbito de la metodología, la línea neopositivista del Círculo de Viena.
Frente al apriorismo o deductivismo de Robbins, este autor ofrece buscar de forma
sistemática la contrastación empírica de las hipótesis y teorías económicas.
7- OPERACIONALISMO
La utilidad de la teoría surge, según Samuelson, del hecho de que por medio del
análisis podemos determinar la naturaleza de las variaciones que experimentan
nuestras incógnitas a consecuencia de determinadas variaciones de uno o más
parámetros. La teoría carecería de sentido operacional si no implicase algún tipo de
restricción sobre las cantidades observables, de forma que sirva de base para la posible
refutación de aquella.
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Asimismo, Samuelson aplica el cálculo cualitativo a alguno de los pilares
básicos de la teorías económica, concluyendo con un marcado escepticismo hacia el
contenido empírico de la moderna teoría del consumidor y de las principales
proposiciones de la teoría del bienestar.
Resumiendo los párrafos anteriores, una teoría operacional sería una teoría
falsable, con la relación suficiente con el mundo real y con los datos de la observación
para permitir su contrastación.
8- LA TESIS DE FRIEDMAN
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predicciones suficientemente ajustadas. Podemos resumir su posición diciendo que si
la predicción de una teoría resultó ser verdadera, podemos concluir que la teoría era
verdadera como si sus supuestos fueran verdaderos. Además, el hecho de contar con
supuestos realistas no basta para que la teoría sea aceptable, pues una teoría no puede
probarse comparando sus supuestos con la realidad. Para ilustrar esta explicación
podemos citar las siguientes palabras de Katouzian en su explicación al método de
Friedman: “Una vez que se ha mostrado que una teoría funciona podemos atrapar en el
aire cualquier supuesto y hacer de él su base analítica” (Katouzian, 1982, pág. 107).
Es preciso resaltar también que, aunque el propio Friedman se alinea con una
postura popperiana y , como hemos indicado en párrafos anteriores, Blaug argumenta
que su posición es esencialmente falsacionista, muchos autores han encontrado varios
indicadores en sus escritos que lo identifican con posturas instrumentalistas (Nagel,
1963; Caldwell, 1980; Pheby, 1988).
19
La teoría de Kuhn tuvo una agradable acogida por parte de los científicos
sociales, pues tanto conservadores como radicales veían en ella puntos de apoyo a sus
propias hipótesis. Sin embargo, en su aplicación a la economía las tésis Kuhnianas han
encontrado numerosas dificultades, principalmente por el olvido de una serie de
elementos importantes que resume Katouzian (1982, pág. 130) en los siguientes:
1. La teoría de Kuhn no es un ataque a la contrastabilidad, aunque él dijera que
las hipótesis científicas no necesitaran de forma inherente ser contrastadas.
2. Una ciencia normal madura no excluye las existencia de paradigmas
competidores.
3. Una revolución científica no es algo que pueda suceder por un llamamiento
de científicos disidentes.
4. Una crisis debe mostrar una incompatibilidad persistente entre el paradigma
dominante y el mundo de la realidad empírica.
5. Para que se de una revolución, además de la crisis debe surgir un nuevo
paradigma que sea aceptable por la comunidad científica como teoría
superior.
6. El paradigma victorioso será incompatible con su predecesor.
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Otros autores han afirmado que sólo un paradigma ha dominado la teoría
económica desde el último cuarto de siglo XVIII, y desde entonces no ha existido ningún
cambio sustancial en las ideas económicas, lo que implicaría que sólo ha habido
un paradigma en el sentido de Kuhn, el diseñado por la economía clásica. Este punto de
vista parece discutible, pues ello implicaría que es el paradigma que se impone en
la actualidad y el que ha dominado en nuestra ciencia desde esa fecha.
Dadas las dificultades del método kuhniano para dar explicación al desarrollo y
crecimiento de nuestra ciencia, algunos autores han preferido acogerse a la mayor
operatividad el método lakatosiano para tales explicaciones.
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cinturón protector, en tanto que Keynes fue más lejos, al cuestionar el núcleo central”.La
tesis mantenida por Blaug no se limita a estos dos programas de investigación, sino que
intenta dar una explicación de todas las aportaciones en el campo de la economía a
través de la metodología propuesta por Lakatos. Sin embargo, los resultados de la
metodología de Lakatos también tienen una serie de inconvenientes vistos por
sus detractores y que exponemos a continuación. Según comentamos en el apartado
dedicado a Lakatos en la evolución del método de investigación, la descripción del
crecimiento del conocimiento científico no sería relevante para una disciplina si ésta
no contempla la regla poperiana de la falsación. Muchos elementos del programa de
investigación neoclásico no serían falsables. En base a estas ideas, Katouzian se muestra
contrario a la explicación lakatosiana del progreso científico en economía. Según sus
propias palabras: El rigor y la coherencia impedirían dar una explicación de la historia
y el método de la economía en términos lakatosianos a pesar de superficiales
semejanzas” (Katouzian, 1982, pág. 139).
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11- LA TESIS DE LIPSEY
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único resultado haya sido casual: “utilizando el análisis estadístico podemos controlar
la posibilidad de cometer errores aun cuando no los podamos eliminar” (Lipsey, 1985,
pág.55).
Para Lipsey una teoría deberá abandonarse cuando no sea capaz de predecir
mejor que su alternativa las consecuencias de las acciones que estemos estudiando.
Cuando esto ocurra se abandona la que peor prediga y se elige la alternativa que
proporcione las mejores predicciones. Lipsey es optimista en este sentido, pues para él
el proceso de rechazo de teorías existentes supone el aprendizaje de hechos nuevos.
Una vez analizado el hecho de que no se puede probar ni refutar una teoría de
forma definitiva, Lipsey propone tomar decisiones y actuar como si efectivamente
fueran refutadas o como si fueran probadas, teniendo en cuenta que estas decisiones
siempre pueden cambiarse si surgieran nuevas evidencias.
Para finalizar la descripción de la tesis propuesta por Lipsey hemos de decir que
la opinión en torno a su criterio es discrepante, siendo los seguidores de la
metodología falsacionista contrarios a aceptarlo. Otros en cambio, ven en su línea el
mejor camino para el progreso de la ciencia económica.
FIN DE TERCERA LECTURA
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IV) CUARTA LECTURA
En 1982 Leontief envió una carta al editor de “ Science” en la que afirmaba que
la profesión económica había llegado a estar dominada por artículos en los que el
trabajo empírico era o bien elemental o trivial o estaba totalmente ausente, y en los que
la teoría, la simulación y una agregación errónea eran fundamentales. La profesión
económica se caracterizaba por no mostrar preocupación ante el deterioro de la calidad
de las fuentes de datos que podían utilizarse para revitalizar el trabajo empírico útil.
Estos problemas los consideraba Leontief serios si la Economía ha de tener éxito como
una especialidad científica (esto es, empíricamente fundamental) y no como una rama
de las matemáticas aplicadas.
Más de dos décadas después las preocupaciones de Leontief siguen siendo
relevantes. Aún más, prácticamente desde sus orígenes la Economía se ha
caracterizado por las controversias metodológicas y concepciones filosóficas muy
distintas, (Coats, 1986, p. 109.)
25
Las elaboraciones teóricas parecían tener que obtenerse mediante procesos
deductivos a partir de unos supuestos básicos de tal naturaleza que “nadie discuta
dicha existencia” (Robbins, 1951, pp.114). El panorama metodológico de la Ciencia
Económica registró, con la publicación de la obra de Hutchison “The Significance and
Basic Postulates of Economic Theory” en 1938 cambios trascendentales. Con esta obra
se produce la introducción explícita del criterio metodológico de falsabilidad de
Popper en los debates económicos.
Deane (1980 y 1983) considera que hay una ruptura metodológica crucial entre
un enfoque positivo y otro normativo en la Economía que subyace en el debate actual
entre los neoclásicos y los postkeynesianos (a veces llamados Escuela de Cambridge);
y esta discusión refleja una diferencia fundamental desde el punto de vista de sí las
teorías económicas deben expresar los juicios de valor personales del teórico y ser
relevantes para un ámbito social e institucional determinado, o, en cambio, las teorías
deben en principio ser formuladas en términos objetivos y tomar en cuenta los valores
éticos y el contexto social en el momento de ser aplicadas al análisis empírico.
Así para Friedman “ La economía es, en principio, independiente de cualquier
posición ética particular o juicio normativo”, en cambio, desde la otra perspectiva,
como ha señalado Myrdal, muchos de los conceptos básicos de la economía están
cargados de implicaciones normativas, por lo que las teorías económicas no son nunca
en la práctica ajena a los juicios de valor, por muy objetivas que sean las intenciones
de los teóricos.
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Por su parte, entre las características que distingue a la metodología
postkeynesiana de la neoclásica, Deane menciona las siguientes:
Finalmente Dugger (1979) considera que salvo los marxistas, la mayoría de los
economistas tienden a agruparse en torno a dos conjuntos significativamente diferentes
de preconcepciones. Un conjunto está compuesto por los neoclásicos, y el otro, por los
institucionalistas. La confluencia a veces es frecuente, pero el hecho de que la
American Economic Association y la Associatión for Evolutionary Economic sean
organizaciones separadas constituye evidencia de las divergencias existentes en la
profesión, al menos en los Estados Unidos.
preferencias individuales.
Junto a Blaug (1985), podemos decir que no debemos olvidar que el objetivo
principal de la economía consiste en predecir, y no simplemente explicar. En este
sentido, la debilidad primordial de la economía moderna consiste en su dificultad para
producir teorías que generen implicaciones refutables claras, junto con una falta de
voluntad hacia la confrontación de dichas implicaciones con los hechos, Dos ejemplos
claros pone este autor para confirmarlo:
30
crecimiento. Añadiendo el progreso técnico y aumento exógenos de
la oferta de trabajo. Se trataría por tanto de un modelo estático, de un
solo periodo. En este caso, si no existe relación entre la senda de
crecimiento y la experiencia histórica del desarrollo económico,
difícilmente podrán analizarse las causas del crecimiento
desequilibrado o las políticas necesarias para controlar la economía.
La moderna teoría del comportamiento del consumidor, pues pocas
evidencias existen de que esa corriente haya tenido gran impacto
sobre la estimación de curvas de demanda. En palabras de Blaug (1985,
pág. 288): “Predican la importancia de someter las teorías a la
contrastación empírica, pero raramente mantiene en la práctica sus
normas metodológicas declaradas.
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En definitiva, a pesar del alejamiento, que para el análisis de la realidad
económica implica, en gran medida, la postura metodológica de muchos neoclásicos,
se ha de reconocer que los postkeynesianos y los institucionalistas son básicamente
creadores de modelos; y no han logrado tener numerosos seguidores en la economía
aplicada. Paradójicamente, ha sido la escuela neoclásica, con sus supuestos
conscientemente irrealistas, las que más influencia ha tenido en el análisis aplicado.
32
Así pues, es posible que los economistas tengamos que aprender mucho más
sobre el comportamiento de las personas en los aspectos económicos de sus vidas, y
sobre el mecanismo básico del proceso económico, antes que podamos empezar a
formular mejores teorías que conduzcan de un modo inequívoco a unas implicaciones
que sean refutables. Quizás sería mejor abandonar la búsqueda de axiomas y teoremas
formales hasta que puedan sustentarse en supuestos, ellos mismos, empíricamente
refutables.
FIN DE CUARTA LECTURA
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V) QUINTA LECTURA
Popper (1983, pág. 111) nos proporciona una delimitación clara de lo que
significa el instrumentalismo: “Por instrumentalismo se entiende aquella doctrina
según la cual una teoría científica como la de Newton, o Einstein debería ser interpretada
como un instrumento, y nada más que como un instrumento, para la deducción de
predicciones para futuros eventos y otras aplicaciones prácticas, y más especialmente,
que una teoría científica no debería interpretarse como un genuino intento para
describir ciertos aspectos de nuestro mundo. La doctrina instrumentalista implica que
las teorías científicas pueden ser más o menos eficientes, pero se niega que puedan
ser verdaderas o falsas”. De igual forma Poirier (1994, pág. xiii) perfila al
instrumentalista de la siguiente forma: “El instrumentalista cree que el objetivo
primordial de la ciencia es desarrollar herramientas que sean capaces de proporcionar
predicciones reales y útiles para el futuro. Los instrumentalistas no necesitan creer en
un sentido literal la “verdad” de ninguna teoría, tiende a menospreciar la realidad de
los supuestos”. Por otro lado, existe una clara diferenciación entre los instrumentalistas
y los realistas. Estos últimos consideran que la ciencia no sólo debería ser capaz de
proporcionarnos predicciones reales y precisas, sino que además debería ser capaz de
descubrir nuevas “verdades” sobre el mundo y explicar fenómenos. Atendiendo a esta
separación, Lawson (19+89) establece una caracterización de economistas y
económetras según sus tendencias realistas o instrumentalistas. Por ejemplo, señala a
Keynes y a Vining como realistas, a Haavelmo como un poco instrumentalista y a
34
diferentes posturas metodológicas, podemos tomar como válida la amplia división que
realiza Gerrad (1995) en los siguientes dos grupos75:
74 Qu ier o señ alar qu e soy con scien te de qu e las r eflexion es pr eceden tes n o son ú tiles par a con figu r ar u n a
estr icta n or m ativa m etodológica sin o, m ás bien , u n m er o “talan te cien tífico” n o exen to de du das y pr oblem as.
7 5 Adicion alm en te en la segu n da edición del libr os clásico de Blau g (1 9 9 2 ) sobr e m etodología de la econ om ía,
y en la obr a de Hau sm an (1 9 9 2 ),, se ilu str a con bastan te clar idad esta división m etodológica de la econ om ía
au n qu e desde difer en tes pu n tos de vista. Blau g r epr esen ta el en foqu e em pir ista de la m etodología econ óm ica,
m ien tr as qu e Hau sm an adopta u n en foqu e m ás dedu ctivista .
35
2. Nuevas metodologías. Los nuevos puntos de vista sobre la ciencia giran
entorno a dos aspectos fundamentales: a) las teorías científicas son un
conglomerado de estructuras y b) la ciencia es un proceso social. Ambos
elementos son recogidos por Kuhn en su obra “ La estructura de las
revoluciones científicas”. La consideración de la economía como una
estructura científica se ha adoptado utilizando principalmente dos marcos de
análisis: la estructura de las revoluciones científicas de Kuhn y los
programas de investigación científica de Lakatos. Sin embargo, la aplicación
de estas metodologías a la economía no está exenta de problemas. Por
ejemplo, en que en nuestra disciplina no se produce la sustitución de
paradigmas propugnadas por Kuhn. Como ya expusimos en su momento, si
analizamos los ejemplos de los paradigmas neoclásicos y keynesiano, el
advenimiento de este último no supuso la sustitución del anterior, se produce
una coexistencia de ambos. Con relación a la aplicación de la metodología
de Lakatos a la economía, analizábamos cómo proporcionaba una
interpretación de la historia de nuestra ciencia bastante ingeniosa, no
obstante, para algunos detractores, como Katouzian, la explicación lakatosiana
ofrece inconvenientes que se derivan de la inexistencia de una continua
revisión de la heurística positiva de los distintos programas, y de la falta de
refutación de la misma. En definitiva, el procientífico en economía, como ya
expusimos en un principio, no se produce en base a una aplicación estricta de
una u otra metodología, todo lo contrario, pensamos que las distintas
aportaciones y controversias metodológicas con enriquecedoras par el
conocimiento científico en general y, por supuesto, para el nuestro en
particular Es más, como apunta Gerrard (1995), cualquier intento de encuadrar
a los economistas en una escuela metodológica perfectamente definida sería
un error. Los economistas están motivados primaria y fundamentalmente por
la aplicación de sus métodos, sin necesidad de que éstos sean explícitos o
filosóficamente consistentes.
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Como conclusión de lo tratado, podría afirmarse que el progreso de la Ciencia
Económica, entendiendo por tal progreso la elevación de su capacidad explicativa,
predictora y transformadora de la realidad, conlleva necesariamente la mejora de los
niveles de comunicación y cooperación entre aquellos economistas dedicados a la
teoría y aquellos otros cuya actividad preferente es la economía empírica. Para lograr
este objetivo parece imprescindible que en la línea de lo que realizan o han realizado
prestigiosos economistas como A. Marshall, Chamberlain o J. Robinson, los
profesionales que trabajan preferentemente en el área teórica diseñen modelos más
flexibles que den cabida a problemas y supuestos más reales y susceptibles de
contrastación. Solo así será factible que el “economista aplicado”, cuya tarea
absorbente es la búsqueda, depuración y tratamiento analítico de la información, logre
el aprovechamiento y, en su caso, enriquecimiento de los modelos teóricos. Es claro que,
pese a su aparente facilidad, la anterior tarea es ardua y difícil por cuanto implica la
confrontación con los prejuicios y hábitos imperantes en nuestra comunidad científica.
Por último señalar, que al economista aplicado le quedan aún las tareas,
tampoco sencillas, de fundamentar sus trabajos empíricos en un marco teórico de
referencia, tratando de incorporar, además, todas aquellas cuestiones de índole
institucional e histórica que puedan quedar marginadas de los modelos genéricos pero
que son imprescindibles para la interpretación de una parcela concreta de la realidad
económica. Además de ello, ha de seleccionar y utilizar el aparato instrumental más
adecuado para el tratamiento de los datos.
En definitiva, esta parece la mejor vía para, aprovechado las ventajas que brinda
la especialización, conseguir avanzar en el conocimiento y transformación de una
realidad mutante y compleja. Esto no impedirá que sigan existiendo tendencias y
posturas dispares, pero si permitirá que éstas se intercambien en un clima de auténtico
debate científico en vez de estériles enfrentamientos que se suscitan cuando siquiera
existe un mínimo consenso sobre el lenguaje formal.
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