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En el primer prólogo, Kant sostiene que no hay problema de la Metafísica que él no haya

solucionado o al menos encaminado en el cuerpo de su trabajo (9). Ante esto me surge la duda
de como puede el pensador alemán afirmar saber la extensión de las incógnitas de la
metafísica. En el segundo prólogo, al comparar su trabajo con la revolución de Copérnico (21),
reafirma la convicción en sus observaciones, pero a pesar de todo esto, me resulta difícil creer
que alguien haya podido, por si solo, realizar tal acto cuando tantos filósofos anteriores a el no
pudieron hacerlo en su conjunto. Al mismo tiempo, me gustaría saber como haría Kant para
sostener que la metafísica progresa. Esta rama de la filosofía se encuentra “por encima de las
enseñanzas de la experiencia” (20) entonces me llama la atención como puede corroborar que
lo que él afirma es realmente así, si no hay experimento que pueda realizar al respecto.

Un elemento que me llamó la atención es el de los conocimientos a priori y la física. Utilizando


como base la descripción que él realiza respecto al método de actuar como jueces frente a lo
que la naturaleza muestra (19), me surge la duda de si es posible que Kant considere alguna vez
a otras ciencias en esta misma categoría. En la física el objeto de estudio tiene una constancia
que no existe en otras disciplinas y, por lo tanto, me genera la duda de si hay alguna manera de
pasar por alto esto, o si las disciplinas que no cuenten con un objeto de estudio con tales
atributos nunca llegaran a este “estado”.

Esta es una duda que me quedé pensando luego de la clase pasada: ¿Es posible que Kant, al
realizar su trabajo con la intención de desmentir a Hume, atente contra el espíritu de la
filosofía? La filosofía, desde mi perspectiva, debería ser una búsqueda de la verdad. Debido a
esto, me gustaría cuestionarle si el tener como motivación desmentir las ideas de otro
pensador es la manera correcta de proseguir. Con esto no quiero implicar que está mal que en
su trabajo se termine refutando al filósofo escocés, la realidad es la opuesta. El asunto es que, si
de antemano tiene esta intención, sus opiniones o ideas se pueden sesgar de tal forma que su
trabajo termine no siendo una búsqueda objetiva de la verdad.

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