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Universidad de Costa Rica

Facultad de Letras Escuela de Filosofía

F6155 Seminario de la religión en Kant


Profesor: David
Grupo 01

Respuesta argumental II

Elaborado por:

Edwin

Ciudad Universitaria Rodrigo Facio


II ciclo lectivo, 2022
Tema
La moral como concepto religioso en el catolicismo tiene antecedentes de
pensamiento filosófico, sin embargo, en el protestantismo costarricense, este concepto se ha
moldeado a cuestiones sociales incluyendo la herencia católica, sin tener necesariamente
una teorización ni filosófica ni científica del concepto; a partir de esta falta, la ley moral
Kantiana ofrece una fuente teórica poco usual o esperable en la realidad religiosa, pero que
puede ofrecer aportes interesantes para el fortalecimiento del concepto de moral en el
protestantismo costarricense.

Delimitación
La ley moral desde un punto de vista tanto filosófico kantiano, así como desde la
religión protestante en Costa Rica.

Objetivo General
Analizar la ley moral desde un punto de vista tanto filosófico kantiano, así como
desde la religión protestante en Costa Rica.
Objetivos específicos
 Estudiar el concepto de moral en la escena protestante costarricense.
 Diferenciar la ley moral Kantiana y el concepto de moral protestante.
 Describir algunas limitantes que contiene la ley moral Kantiana.
La moral es un concepto que se ha utilizado desde hace muchísimos años, para
explicar y guiar el comportamiento del ser humano, de forma que a partir de esto se ha
juzgado su accionar, dependiendo de la moral que ha sido instaurada en cada uno. Para este
caso en concreto, se hará referencia sobre la moral en la escena protestante costarricense,
por lo que también es importante definir el concepto de “protestante”.
De acuerdo con Barrantes, González, Hernández, Marchena, Quirós y Quesada
(2005):
El protestantismo empezó como un movimiento reformador de la
Iglesia cristiana occidental en el siglo XVI, ya que la religión católica estaba
siendo reducida a fórmulas rígidas e inadecuadas, y el accionar popular
estaba reducido a ritualismo, mecanisidad, observancia y obediencia de
mecanismos externos. (p.1)

Es decir, este surge ante un desacuerdo de ideas sobre lo que era la religión católica,
por lo que se instaura como una forma de protestar contra ella, lo que genera que en la
actualidad existan una gran cantidad de religiones que no pertenecen a la católica, dentro de
la que predomina la religión evangélica. La cual, cuenta con diferentes doctrinas, no
obstante, se rigen en su mayoría por una moral similar, dictada por la sociedad y por los
escritos universales que contienen lo que ellos consideran como su verdad.
Al ubicarse, propiamente en Costa Rica, se tiene que, según la información
suministrada en la World Christian Encyclopedia, en Costa Rica, la Misión
Centroamericana inicia labor misionera permanente en 1891. (Bonilla, 1987, p.2)
Por lo anterior, la moral y la religión tienen un fuerte vínculo, puesto que quienes
practican o pertenecen a algún grupo religioso actuarán conforme a la moral que estos
tienen, ya que al apegarse a estas normas de moralidad podrán alcanzar el mismo fin que
tiene la religión, por eso las personas llevarán a cabo sus acciones, esperando conseguir los
propósitos que promete la religión.
Además, los mandatos que esta promulga, requiere de un compromiso con aquello
que es considerado moralmente correcto por la sociedad, colocándolo como la única forma
para poder alcanzar diferentes propósitos en la vida, por lo que se dicta que las personas
deberán apegarse a esto para alcanzar dichos propósitos.
De acuerdo con Delgado, (1941): “la moral religiosa entraña un fin último
sobrenatural, y actúa como promotor del mismo la aspiración de acordar la propia
existencia con la voluntad divina”. (p.8)
Es decir, la moral en la religión va más allá de conseguir un fin temporal, sino más
bien de alcanzar un propósito sobrenatural. Por lo que las acciones que realizan las
personas que desean regirse por esta moralidad, deberán ser conformes a la voluntad divina.
Además, Delgado (1941), menciona que:
Es comprensible que según la doctrina y las formas del culto de cada
religión variará la influencia que ejerza sobre la moralidad de sus adeptos, en
lo que atañe al tenor y la jerarquía, la diferenciación y la profundidad del
mundo de los valores éticos. (p.9)

Es decir, esta moralidad puede cambiar de acuerdo a cada religión, en el caso del
protestantismo se denota que la moralidad es algo fundamental dentro de sus dogmas, ya
que la mayoría de sus acciones están influencias por la estructura moral que ellos
consideran correcta y con la que desean guiarse. Cada persona protestante, probablemente
tendrá el mismo concepto de moral.
Por consiguiente, Delgado (1941): “Respecto al tipo frecuente, se ha dicho que,
entre los protestantes, en conjunto, abunda la moderación, mientras que entre los católicos
predominan, relativamente, los extremos de alta y baja moralidad”. (p.9)
Por lo anterior, el concepto de moral dentro del protestantismo es más moderado, se
puede notar que sus seguidores se mantienen en un equilibrio, es decir, su participación y el
desarrollo de su vida suele basarse en la moralidad con la que están guiados. Por lo que sus
acciones serán definidas por las creencias que tienen, esperando que cada decisión que
tomen los lleve a un fin y no que la acción sea su fin.
Un ejemplo de lo anterior, puede ser el significado y valor que se otorga al
matrimonio dentro del protestantismo, basado en la moral que tienen de este, donde se le
considera un acto muy sagrado y respetable. Donde incluso, cuando una pareja se divorcia,
si una de estas desea casarse nuevamente, puede que un pastor decida no llevar a cabo
dicho matrimonio, puesto que su moral dentro de la religión le indica que el matrimonio no
funciona de esta forma. (Delgado, 1941, p.11)
Asimismo, los protestantes basan su actuar, de acuerdo con lo que dictan sus
escrituras, a partir de esto, deciden cómo tienen que ser para conseguir lo que se promete en
las mismas escrituras.
Para Verdaguer (1993):
Los fundamentalistas protestantes hacen hincapié en un tipo de
conducta moral que deducen de las Escrituras. Gilles Kepel destaca el re-
chazo al aborto, la práctica de la oración, la continencia sexual y pone
especial énfasis en el control de la homosexualidad. La conservación y
protección a la familia es uno de los objetivos más queridos. (p.238)

Las decisiones que toman los protestantes en cuanto a estos temas, lo harán guiados
por lo que dicen las escrituras, pues ellos buscarán la respuesta ahí, ya que confían en esto y
son las creencias que aceptan. Debido a que tienen un manual que les da instrucciones,
sobre cómo deben llevar su vida para alcanzar la santidad que les permitirá alcanzar el
propósito divino.
Es por esto que el concepto de moral puede cambiar para otros que no son
protestantes, puesto que este está dependiendo de las creencias y dogmas que cada una
tenga, sin importar si pertenecen a alguna religión o no, por lo que, al cambiar la creencia
de cada religión, asimismo se verá modificado su concepto de moral y el actuar de quienes
la siguen.
Por el contrario, al hacer referencia al concepto de moral de Kant, se encuentra que
la definición que compete a este, es muy diferente a la idea que tienen los protestantes. Ya
que, mientras los segundos basan su accionar en sus creencias y confiando en que es la
única forma de alcanzar la verdadera felicidad o propósito de vida (la salvación), para Kant
esto no es así, pues según sus afirmaciones esta moral debería estar basada en la razón y
desde su análisis, la felicidad no es congruente con la salvación.
Para referirse a la moral, Kant hace referencia a lo que denomina la ley de la moral.
En esta Kant plantea que: “es un hecho (Faktum) de la razón, algo que se da
originariamente en nosotros en cuanto sujetos racionales finitos “. (Gonzáles y Molina,
2018, p.277)
Kant no hace mención de lo que está bien o mal, ya que según su ley cada uno tiene
que regirse por sí mismo y no por las normas o costumbres. Es decir, diferente a lo que
plantea el protestantismo, cada uno debería actuar conforme lo que considera en ese
momento y no de acuerdo a las indicaciones que ya alguien más estableció. Sino, que sea la
razón quien ayude a tomar la decisión de qué hacer y no que se base en cuestiones de fe.
De acuerdo con Aramayo, 2013, para Kant:
Aquello que constituye el deber se brinda por sí mismo a cualquiera,
mientras que cuanto reporta un provecho auténtico y perdurable (si debe
abarcar toda la existencia) se ve siempre envuelto en una impenetrable
oscuridad y requiere mucha prudencia para acomodar aceptablemente a los
fines vitales la regla práctica que se ve determinada por las oportunas
excepciones. En cambio, la ley moral ordena a cualquiera el cumplimiento
más puntual. (p.127)
Para cumplir con esta ley moral, él hace referencia al imperativo categórico, el cual
será el encargado de regir esto. Este imperativo, permite que cada persona pueda
determinar por su cuenta cómo actuar ante las diferentes situaciones que se le presenten.
Es decir, no actuará pensando en un objetivo o en conseguir algo, como lo hace la
religión, donde la moral que define las acciones, se basa en conseguir algún tipo de
recompensa. Sin embargo, en esta ley de la moral no se piensa en esto para tomar las
decisiones, sino que funciona para poner a prueba las acciones, tomando en cuenta que
estas se pueden universalizar.
Cuando Kant habla de “universalizar”, se refiere a que se debe actuar como si se
quisiera que esa acción se convirtiera en acción universal, es decir que los demás hicieran
lo mismo. En este concepto, aplica la frase de “no hagas lo que no te gustaría que te
hicieran”, por ejemplo, si una persona se encuentra un celular, esta deberá actuar usando la
razón, pensando en qué le gustaría que hiciera otra persona, si el celular perdido fuese el
suyo, probablemente le gustaría que se lo devuelvan, así que la decisión que esta persona
toma es devolver el celular, basado en el análisis que hizo de la situación.
Esta ley no está regida por ninguna legislación externa, por las religiones, creencias
o culturas. El imperativo categórico se convierte en un fin, no en un medio para alcanzar
este fin, ya que cuando se usa de forma contraria se convierte en un imperativo hipotético,
que lo que hace es actuar de una forma específica para poder conseguir algo.
Sin embargo, dentro de la ley de la moral que propone Kant, se pueden describir
algunas limitantes que tiene el argumento que él plantea, dentro de esto, Roldan (2002),
citado por Montoya 2007, menciona que: “Kant pareciera no dar soluciones cuando las
obligaciones morales entran en conflicto”. (p.297)
Es decir, la razón no siempre va a indicar lo mismo para todas las situaciones y no
todos podrían actuar de la misma forma, ya que esto puede depender de lo que indique
tomar una decisión.
Otra limitación que se ve en esto, es cuando menciona que se debe actuar pensando
en la colectividad, o como si la acción fuese universal, ya que, determinar la voluntad de un
modo universal, es decir, determinar la voluntad de cada sujeto de modo tal que esa
determinación valga para todos, imposibilita la singularidad y se estrella cuando entra en el
campo de la sensibilidad, en el campo del padecer, donde no hay universalidad posible.
(Karothy, 1996, citado por Montoya, 2007, p.297)
Es decir, no se pueden encapsular todas las acciones de los seres humanos en un
mismo lugar, pues no todo sucede de forma colectiva, cada uno cuenta con su singularidad
y no siempre se puede generalizar estas acciones, o pretender que todos actúen de la misma
forma bajo un mismo panorama.
Por otro lado, otra de las limitantes indica que los principios kantianos pueden
entrar en conflicto, no ofrece oportunidad para resolver las contradicciones. La teoría no
contempla la posibilidad de alcanzar acuerdo entre diferentes obligaciones, carece de un
procedimiento para resolver los conflictos. (Montoya, 2007, p.298)
Al poner en contraste la moralidad según Kant y la moral según un escenario
protestante, se encuentra que puede existir varias diferencias en el desarrollo de su concepto
y accionar. Sin embargo, esto no quiere decir que una esté bien o mal, simplemente el ser
humano puede decidir cuál va más acorde a lo que desea alcanzar o al estilo de vida que
quiere llevar.

Bibliografía
Aramayo, R. (2013). Crítica de la razón práctica, Immanuel Kant. España, Alianza
Editorial.
Barrantes, E., Burgos, F., Hernánez, M. Marchena, D., Quirós, N., Quesada, M. (2005).
Protestantismo. Universidad de Costa Rica.
Bonilla, P. (1986). Crisis del Protestantismo Costarricense Actual. Today's Crisis of Costa
Rican Protestantism). Revista Pastoralia, 18.
Delgado, H. (1941). La intransigencia de la Iglesia Católica y las contemporizaciones del
protestantismo en cuestiones de moral.
González, M., Molina, E. (2018). Consciousness of the Moral Law and Faktum of Reason
in Kant. Revista de Filosofía, 55, 275-297
Montoya, C. (2007). Elementos de la ética kantiana aplicables a las organizaciones
educativas. Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Laurus, 13, (25), 286-
304.
Verdaguer, S. P. (1993). El fundamentalismo protestante. Estudios Eclesiásticos. Revista de
investigación e información teológica y canónica, 68(265), 235-242.

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