Está en la página 1de 19

HORA SANTA

ENCUENTRO CON JESÚ S


SACRAMENTADO
INICIO
(Todos se ponen de pie)

Guía: Señor abre mis labios.


Todos: Y mi boca proclamará tu alabanza.

Guía: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.


Todos: Como era en el principio ahora y siempre por los
siglos de los siglos. Amén.

(Se sugiere este u otro canto apropiado)

CANTO DE ADORACIÓN

Hoy en oración, quiero preguntar Señor;


quiero escuchar tu voz, tus palabras con amor.

Ser como eres tú, servidor de los demás


dime cómo y en qué lugar te hago falta más.

Dime Señor, en que te puedo servir


déjame conocer tu voluntad.

Dime Señor, en ti yo quiero vivir


quiero de ti aprender saber amar.

SALMO 75. ACCIÓN DE GRACIAS POR LA


VICTORIA. (Todos se pueden sentar)

Este salmo de acción de gracias bien puede ser una


recompensa. El oráculo va dirigido a la asamblea reunida para
dar gracias. Ante Dios, de nada sirve la altanería humana.
Aunque los poderosos bravos como toros y fuertes, levanten
su frente no se impondrán al exceso. Solo Él gobierna y lo
hace a su modo, abatiendo el poderío de los malvados y
exaltando el poderío de los justos. La profecía no se calló ante
la arrogancia de los poderosos. Orando con este salmo
podemos ser legítimos herederos de los profetas, en un
mundo que se construye sobre el poder y la opresión.

(La siguiente antífona se puede cantar o recitar)


Te damos gracias Señor, invocando tu nombre.

Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel; su


tabernáculo está en Jerusalén, su morada en Sión. Allí quebró
los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra.
Te damos gracias Señor, invocando tu nombre.

Tú eres deslumbrante, magnifico, con montones de botín


conquistados. Los valientes duermen su sueño, y a los
guerreros no les responden sus brazos. Con un bramido, oh
Dios de Jacob, inmovilizaste carros y caballos.
Te damos gracias Señor, invocando tu nombre.

Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira?


Desde el cielo proclamas la sentencias: la tierra teme
sobrecogida, cuando Dios se pone en pie para juzgar, para
salvar a los hombres de la tierra.
Te damos gracias Señor, invocando tu nombre.

La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al


castigo te rodearán. Haced votos al Señor y cumplirlos, y
traigan los vasallos tributos al temible: él deja sin aliento a los
príncipes, y es temible para los reyes del orbe.
Te damos gracias Señor, invocando tu nombre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el
principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA BREVE
DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN
(4, 11-17)

Queridos, si Dios nos ha amado tanto, también nosotros


debemos amarnos unos a otros. A Dios nunca lo ha visto
nadie; si nos amamos unos a otros, Dios permanece en
nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en
nosotros. Reconocemos que está con nosotros y nosotros con
él porque nos ha hecho participar de su Espíritu. Nosotros lo
hemos contemplado y atestiguamos que el Padre envió a su
Hijo como salvador del mundo. Si uno confiesa que Jesús es
Hijo de Dios, Dios permanece en él y él con Dios. Nosotros
hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos
tuvo. Dios es amor; quien conserva el amor permanece con
Dios y Dios con él. El amor llegará en nosotros a su
perfección si somos en el mundo lo que él fue y esperamos
confiados el día del juicio. Palabra de Dios.

Señor Jesús, gracias por tu Sagrado Corazón bendito, pues en


él vivo, me muevo y existo. En mis días de alegría, es mi luz
y mi paz; en las noches oscuras de mi alma, es mi fortaleza
para seguir tus huellas. Sagrado Corazón, pozo de sabiduría,
dame inteligencia de amor para ser fiel a tus caminos,
sirviendo a todos los hombres y mujeres de este nuestro
tiempo. Sagrado Corazón, bendito seas, gracias por tu amor y
misericordia infinitas.
(Se sugiere este u otro canto apropiado)(Todos de pie)
ALTÍSIMO SEÑOR

ALTÍSIMO SEÑOR,
QUE SUPISTE JUNTAR
AUN TIEMPO EN EL ALTAR,
SER CORDERO Y PASTOR.
QUISIERA CON FERVOR,
AMAR Y RECIBIR
A QUIEN POR MÍ, QUISO MORIR.

Cordero divinal, por nuestro sumo bien


inmolado en Salem; en tu puro raudal
de gracia celestial lava mi corazón
que fiel te rinde adoración.

QUEJAS DE DIOS
(El que guía a la asamblea dice las siguientes
invocaciones)(Se les pide a todos que se sienten)

Yo soy el Camino y no me buscas.


Yo soy la Verdad y no me crees.

Yo soy la Vida y no comulgas.


Yo soy tu Redentor y se te olvida.

Yo soy tu Salvador, y me rechazas.


Yo soy Misericordioso, y siempre abusas.

Yo soy tu Guía, y no me sigues.


Soy Justo y desconfías.

Soy Amor y me persigues.


Soy Luz y no me miras.
Me dices Maestro, y nunca aprendes.
Me dices Pastor y no me oyes.

Me dices Señor, y no obedeces.


Me dices Rey y de mi te burlas.

Me llamas Eterno y no me esperas.


Me llamas Bueno y no me estimas.

Me llamas Santo y no me imitas.


Me llamas Amigo y me traicionas.

Me llamas Dueño y no me sirves.


Me llamas Dulce y te repugno.

Me llamas Rico y no me pides.


Te di memoria y tú me niegas.

Te di inteligencia y tú no me entiendes.
Te di voluntad y te resistes.

Te perdono y más me ofendes.


Te espero y nunca llegas.

Te busco y tú te escondes.
Te hablo y no me escuchas.

Te hago fuerte y exterminas.


Te hago poderoso y esclavizas.

Te hago rico y te corrompes.


Te hago pobre y me maldices.

Te hago sabio y me desprecias.


Te hago importante y me denigras.
Te hago santo y te envileces.
Te hago mi hijo y no me honras.

En fin soy tu Dios y no me temes.

PLEGARIA AL SEÑOR

Señor, enséñanos a pensar en los demás, porque nadie es tan


rico que no le haga falta una sonrisa, ni tan pobre que no
pueda ofrecerla. Dichoso tú que nos das amor, porque estuve
triste un día y me sonreíste; estuve atribulado y me
consolaste, estuve ciego y me llenaste de tu luz. Gracias te
doy por tu infinita bondad y dicha no permitas que me aparte
de ti; eres mi Padre, mi Redentor y mi Dios. Eternamente en
ti confío Señor.

SALMO 146. PODER Y BONDAD DEL SEÑOR

Este salmo está entre la acción de gracias y el himno. Se da


gracias a Dios o se alaba al Señor de la historia y del cosmos
en cuyas manos está el dominio de la naturaleza. Dios pone
nombre a las estrellas, aunque sean innumerables, pues es
Señor de ellas. Realmente nuestro dueño es grande; tan
grande que ha abatido a los impíos y sustenta a los humildes.
Tanto poder es digno de una alabanza gozosa. Oramos con
este salmo de acción de gracias, porque es justo y necesario
dar incesantes gracias a Dios, por medio de Jesucristo.

(Esta antífona se puede cantar o recitar)


Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa
Alabad al Señor, que la música es buena; nuestro Dios merece
una alabanza armoniosa.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa

El Señor reconstruye Jerusalén, reúne a los deportados de


Israel; él sana los corazones destrozados, venda sus heridas.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa

Cuenta el número de las estrellas, a cada una la llama por su


nombre. Nuestro Señor es grande y poderoso, su sabiduría no
tiene medida. El Señor sostiene a los humildes, humilla hasta
el polvo a los malvados.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa

Entonad la acción de gracias al Señor, tocad la cítara para


nuestro Dios, que cubre el cielo de nubes, preparando la
lluvia para la tierra.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa

Que hace brotar hierba en los montes, para los que sirven al
hombre; que da su alimento al ganado, y a las crías de cuervo
que graznan.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa


No aprecia el vigor de los caballos, no estima los músculos
del hombre: el Señor aprecia a sus fieles, que confían en su
misericordia.

Nuestro Dios, merece una alabanza armoniosa

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

(Se puede cantar este u otro canto apropiado)(Todos de pie)

CANTO. TAN CERCA DE TI

TAN CERCA DE TI, TAN CERCA DE MÍ,


QUE HASTA LO PUEDO TOCAR,
JESÚS ESTA AQUÍ.

Le hablaré sin miedo al oído,


le contaré las cosas que hay en mí;
y que solo a él le interesarán
Él es más que un mito para mí.

SALMO 134. ALABANZA AL DIOS VIVO

Himno a la grandeza divina con su invitación hímnica. Los


sacerdotes son los encargados de entonar la alabanza. La
bondad divina, el renombre de Dios, la elección del pueblo y
la donación de la tierra son los motivos para alabar al Señor.
Los tres ámbitos de la creación: cielo, tierra y abismo, son
obra suya, como en sus manos está el gobierno del universo.
Así fue como el Señor hizo justicia a su pueblo y se
compadeció de sus siervos. Dios nos muestra su bondad cada
día, nos da a conocer su Nombre, por ello podemos continuar
la bendición, iniciada en el templo de Jerusalén, orando con
este salmo.

(Se sugiere que este salmo se recite a dos coros)

Coro 1. Alabad el nombre del Señor, alabadlo siervos del


Señor, que estáis en la casa del Señor, en los atrios de la casa
de nuestro Dios.

Coro 2. Alabad al Señor porque es bueno, tañed para su


nombre que es amable. Porque él se escogió a Jacob, a Israel
en posesión suya.

Coro 1. Yo sé que el Señor es grande, nuestro dueño más que


todos los dioses. El Señor todo lo que quiere lo hace: en el
cielo y en la tierra, en los mares y en los océanos.

Coro 2. Hace subir las nubes desde el horizonte, con los


relámpagos desata la lluvia, suelta a los vientos de sus hilos.

Coro 1. Él hirió a los primogénitos de Egipto, desde los


hombres hasta los animales. Envió signos y prodigios en
medio de ti Egipto, contra el Faraón y sus ministros.

Coro 2. Hirió de muerte a pueblos numerosos, mató a reyes


poderosos: a Sijón, rey de los amorreos: a Hog, rey de Basán,
y a todos los reyes de Canaán. Y dio su tierra en heredad, en
heredad a Israel su pueblo.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
(Se puede cantar este canto u otro más apropiado al Señor)(Se
invita a todos a ponerse de pie)

CANTO. SEÑOR VEN A NUESTRAS ALMAS

SEÑOR, VEN A NUESTRAS ALMAS,


QUE POR TI SUSPIRAN, VEN SEÑOR.

Como el siervo que a las fuentes


de agua fresca va veloz,
los anhelos de mi alma
van en pos de ti, Señor,

Del Señor Dios de los cielos


tiene sed mi corazón.
Cuando al fin, podrá este siervo
ver tu rostro gran Señor.

LECTURA BREVE

DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN


PABLO A LOS TESALONICENSES (4, 1-7)
(Se invita a todos a sentarse)

Por lo demás hermanos, les pedimos y rogamos en el nombre


del Señor Jesús que viva conforme a lo que han aprendido de
nosotros sobre la manera de comportarse para agradar a Dios.
Ustedes ya viven así, sigan haciendo progresos. Ya conocen
las instrucciones que les dimos en nombre del Señor Jesús.
Esta es la voluntad de Dios: que sean santos. Que se
abstengan de las inmoralidades sexuales que cada uno sepa
usar de su cuerpo con respeto sagrado, sin dejarse arrastrar
por los malos deseos, como hacen los paganos que no
conocen a Dios. Dios no los ha llamado a la impureza, sino a
la santidad. Palabra de Dios.

RESPONSORIO BREVE

Guía: Sagrado Corazón de Jesús.


Todos: En ti confío.

Guía: Jesús manso y humilde de corazón.


Todos: Haz mi corazón semejante al tuyo.

Guía: Inmaculado Corazón de María.


Todos: Sed la salvación de nuestras almas.

Guía: Jesús Eucaristía.


Todos: Infámame de tu amor cada día.

SALMO 8. GLORIA DEL CREADOR Y DIGNIDAD


HUMANA

Una exclamación entre admiración e interrogación, corre por


el cauce del salmo y los configura: qué admirable, y qué es el
hombre. La admiración se inspira en la contemplación y en el
contraste: los espacios inmensos llevan al poeta hasta el
baluarte en el que reside Dios; el Señor acepta la alabanza que
procede del orante como la de un niño pequeño, pero el poder
de los fuertes se desbarata a los pies del alcázar divino. Dios
ha dejado las huellas de sus dedos en todo lo creado. Todo
nos habla de Dios, cuyo Nombre es admirable, como sus
obras.

(Esta antífona se puede cantar o recitar)

Señor, que admirable es tu nombre


Señor, dueño nuestro, que admirable es tu nombre en toda la
tierra.

Señor, que admirable es tu nombre

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos. De la boca de los


niños de pecho has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Señor, que admirable es tu nombre

Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos; la luna y las


estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que te
acuerdes de él; el ser humano para darle poder?

Señor, que admirable es tu nombre

Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y


dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos, todo
lo sometiste bajo sus pies.

Señor, que admirable es tu nombre

Rebaños de ovejas y toros, y hasta las vestías del acampo, las


aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por las
aguas.

Señor, que admirable es tu nombre

Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu nombre sobre toda


la tierra.

Señor, que admirable es tu nombre

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.
LECTURA BREVE

DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS


FILIPENSES (1, 15-18)

Unos proclaman a Cristo por envidia y por polémica, otros lo


hacen con buena voluntad. Estos obran por amor, sabiendo
que me encuentro así para defender la buena noticia; aquellos
en cambio anuncian a Cristo por ambición y mala intención,
pensando añadir penas a mi prisión. Que importa, en
cualquier caso, sea como pretexto o sinceramente, Cristo es
anunciado y de ello me alegro y me alegraré; porque sé que
esto servirá para mi salvación, gracias a las oraciones de
ustedes y por el auxilio del Espíritu de Jesucristo. Espero y
aguardo no desanimarme por nada; al contrario, estoy
completamente seguro de que ahora como siempre, viva o
muera, Cristo será engrandecido en mi persona, porque para
mí la vida es Cristo y morir una ganancia. Palabra de Dios.

(Se puede cantar este u otro canto apropiado)(Todos de pie)


CANTO. NO HAY DIOS TAN GRANDE COMO TU

NO HAY DIOS
TAN GRANDE COMO TU,
NO LO HAY, NO LO HAY.
NO HAY DIOS
QUE HAGA MARAVILLAS,
COMO LAS QUE HACES TU.

No con espadas, ni con ejércitos,


más con tu Santo Espíritu;
y esos montes se moverán
más con tu Santo Espíritu.
SALMO 70. QUE NO FRACASE PARA SIEMPRE,
SEÑOR
(Todos se pueden sentar)

La amargura y la esperanza de la vejez forman el tablero de


este salmo de lamentación y súplica individual. El bochorno
abre y cierra las dos tablas del tablero. El anciano, recuerda su
juventud, recuerda las tribulaciones que ha vivido y los
peligros por los que ha pasado, también por los que ahora
debe afrontar. Recuerda la justicia salvadora y la instrucción
divina. Cuando flaquean las fuerzas, Dios es fuerza y
fortaleza. Los muchos años no son signo de abandono de
Dios, sino una vida mimada por el cariño del también
Anciano que vive para siempre. El anciano es maestro de
vida. Aunque tiene mucho que decir y mucho más que
esperar, este salmo puede ayudarle en su tarea.

(El siguiente salmo se puede recitar a dos coros)

Coro 1. A ti, Señor me acojo: no quede yo derrotado para


siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a
mí tu oído, y sálvame.

Coro 2. Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve,


porque mi peña y mi alcázar eres té.

Coro 1. Dios mío, líbrame de la mano perversa, del puño


criminal y violento: porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza
y mi confianza, Señor, desde mi juventud.

Coro 2. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno


tú me sostenías, siempre he confiando en ti.

Coro 1. Muchos me miraban como un milagro, porque tú eras


mi fuerte refugio. Llena estaba mi boca de tu alabanza y de tu
gloria, todo el día.
Coro 2. No me rechaces ahora en la vejez, me van faltando
las fuerzas, no me abandones; porque mis enemigos hablan de
mí, los que acechan mi vida celebran consejo.

Coro 1. Dicen: Dios lo ha abandonado; perseguirlo, agarrarlo,


que nadie lo defiende. Dios mío, no te quedes a distancia, ven
aprisa a socorrerme.

Coro 2. Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi


vida, queden cubiertos de oprobio y vergüenza los que buscan
mi daño.

Coro 1. Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus


alabanzas: mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu
salvación. Proclamaré tus proezas, Señor mío, narraré tu
victoria, tuya entera.

Coro 2. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta


hoy relato tus maravillas; ahora, en la vejez y en las canas, no
me abandones, Dios mío.

Coro 1. Hasta que describa tu brazo a la nueva generación,


tus proezas y tus victorias excelsas, las hazañas que
realizaste: Dios mío, ¿quién como tú?

Coro 2. Me hiciste pasar por peligros muchos y graves: de


nuevo me darás la vida, me harás subir de lo hondo de la
tierra.

Coro 1. Acrecerás mi dignidad, de nuevo me consolarás; y yo


te daré gracias, Dios mío, con el arpa por tu lealtad, tocaré
para ti la citara, Santo de Israel.
Coro 2. Te aclamarán mis labios, Señor, mi alama, que tu
redimiste; y mi lengua todo el día recitará tu auxilio, porque
quedaron derrotados y afrentados los que buscaban mi daño.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el


principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

(Aquí se sugiere un canto al Señor, de no ser así, se sigue con la


oración universal)

ORACIÓN UNIVERSAL

Guía: Aclamemos alegres a Cristo, que después de ser


sepultado en el seno de la tierra resucitó gloriosamente a vida
nueva, y digámosle confiados: Rey de la gloria escúchanos.

Te rogamos, Señor, por los obispos, los presbíteros y los


diáconos; que sirvan con celo a tu pueblo y lo conduzcan por
los caminos del bien. Oremos.
Todos: Rey de la gloria escúchanos.

Te rogamos, Señor, por los que sirven a tu Iglesia con el


estudio de tu palabra: que escudriñen tu doctrina con pureza
de corazón y deseo de adoctrinar a tu pueblo. Oremos.
Todos: Rey de la gloria escúchanos.

Te rogamos, Señor, por todos los fieles de la Iglesia; que


combatan con fuerza la lucha de la fe y habiendo corrido
hasta la meta, alcancen la corona merecida. Oremos.
Todos: Rey de la gloria escúchanos.

Tú que en la cruz cancelaste la nota de cargo de nuestra


deuda, destruye también en nosotros toda clase de esclavitud
y líbranos de toda tiniebla. Oremos.
Todos: Rey de la gloria escúchanos.
Tú que al bajar al lugar de los muertos abriste las puertas del
abismo, recibe a nuestros hermanos difuntos en tu reino.
Oremos. Todos: Rey de la gloria escúchanos.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


Oh Espíritu Santo, fuente perenne de todas las gracias,
iluminado por la fe, creo firmemente que eres la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad, verdadero Dios, que
procedes, como de un solo principio, del Padre y del Hijo.
Atraído por estas verdades y deseando participar de tu infinita
vida y fecundidad, me postro ante ti, para consagrarme
especialmente hoy y siempre. Quiero vivir bajo tu sombra que
establezcas en mi tu morada sin separarte jamás de mí. Oh
Espíritu Consolador, se desde hoy mi guía y mi luz; mi
fortaleza y mi consuelo para que, vivificado por ti, rechace
todo aquello que atenta contra la vida y abrace la cruz de
Jesús; que ella sea nuestra gloria y salvación. Amén.

RESPONSORIO BREVE
Guía: Alabemos y demos gracias en cada instante y
momento.
Todos: Al Santísimo Sacramento del Altar.

Guía: Señor, yo creo en ti.


Todos: Pero aumenta mi fe.

Guía: Señor, yo espero en ti.


Todos: Pero alienta mi esperanza.

Guía: Señor, tu sabes que te quiero.


Todos: Pero inflama mi amor.

Guía: Bendigamos al Señor.


Todos: Demos gracias a Dios.

También podría gustarte