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Corona dolorosa

Oraciones Iniciales
Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ofrecimiento:
Dios mío, te ofrezco esta corona de los dolores principales de María, para mayor gloria vuestra, y
para venerar a María Santísima, meditando y compartiendo en Ella sus dolores. Alcánzame la gracia
del perdón de mis culpas y una verdadera disposición para obtener las gracias prometidas a los que
se ocupan en este santo ejercicio.
Ofrecemos también esta Corona a: intenciones propias o de la comunidad
Prendemos las veladoras

Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, me arrepiento profundamente de todos mis pecados. Humildemente suplico tu
perdón y por medio de tu gracia concédeme ser verdaderamente merecedor de tu amor, por los
méritos de tu Pasión y Muerte y por los dolores de tu Madre santísima.

Primer Dolor. La profecía de Simeón


Lectura bíblica: Lucas 2, 32-35

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste cuando Simeón te anunció que una espada de dolor
atravesaría tu alma por los sufrimientos de Jesús, y en cierto modo, te
manifestó que tu participación en nuestra redención como
corredentora sería a base de sufrimiento; te acompañamos en este
dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos hijos tuyos y
sepamos imitar tus virtudes.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por nosotros.


(Si queremos hacer una reflexión más breve, podemos rezar después de cada dolor un único Avemaría)

Canto:
//Virgen dolorosa, Madre del Señor, sufres en silencio, sufres con amor//

Vosotros los que pasáis, por el mundo con dolor;


decidme si lo sabéis, quién sufre igual que yo.
Segundo Dolor. La huida a Egipto
Lectura bíblica: Mateo 2, 13-15

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste cuando tuviste que huir precipitadamente tan
lejos, pasando grandes penalidades, sobre todo al ser tu Hijo tan
pequeño; que ya al poco de nacer, era perseguido de muerte el que
precisamente había venido a traernos vida eterna; te acompañamos
en este dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos huir siempre de las
tentaciones del demonio.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por


nosotros.
Canto:
//Virgen dolorosa, Madre del Señor, sufres en silencio, sufres con amor//

Vosotros los que pasáis, por el mundo con dolor;


decidme si lo sabéis, quién sufre igual que yo.

Tercer Dolor. El niño Jesús perdido en el templo


Lectura bíblica: Lucas 2, 43-45

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste al perder a tu Hijo; tres días buscándolo angustiada;
pensando qué le habría podido ocurrir en una edad en que todavía
dependía de tu cuidado y de San José; te acompañamos en este
dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, haz que los jóvenes no se pierdan por
malos caminos.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por


nosotros.

Canto:
//Virgen dolorosa, Madre del Señor, sufres en silencio, sufres con amor//

Vosotros los que pasáis, por el mundo con dolor;


decidme si lo sabéis, quién sufre igual que yo
Cuarto Dolor. María encuentra a su hijo cargando la cruz.
Lectura bíblica: Juan 19, 25-27

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste al ver a tu Hijo cargado con la cruz, cargado con nuestras
culpas; Él, que era creador de la vida y que aceptó por nosotros sufrir
este desprecio de ser condenado a muerte de cruz; sufrió y se humilló
hasta lo indecible, para levantarnos a nosotros del pecado; te
acompañamos en este dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, haz que seamos dignos vasallos de tan
gran Rey y sepamos ser humildes como Él lo fue.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por nosotros.

Canto:
Al pie de la Cruz estaba, afligida y dolorosa, la madre triste y llorosa, traspasado el corazón,
sufriendo junto a su Hijo, el dolor de su Pasión.

//Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros al Redentor. //

Quinto Dolor. La crucifixión del Señor


Lectura bíblica: Juan 19, 17-39

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste al ver la crueldad de clavar los clavos en las manos y
pies de tu amadísimo Hijo, y luego al verle agonizando en la cruz,
para darnos vida a nosotros, tú misma también te sentirías morir de
dolor en aquel momento; te acompañamos en este dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, no permitas que jamás muramos por el
pecado y haz que podamos recibir los frutos de la redención.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por


nosotros.

Canto:
Lloramos, Madre, la culpa, por la muerte de tu Hijo, y nos conmueve el perdón, de un amor tan
infinito, que a ti nos da como Madre, y a nosotros como hijo.

//Santa María, Madre de Dios,


ruega por nosotros al Redentor. //
Sexto Dolor. La lanzada y el hijo en los brazos de su madre.
Lectura bíblica: Marcos 15, 42-46

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste al ver la lanzada que dieron en el corazón de tu Hijo;
sentirías como si la hubieran dado en tu propio corazón; y Tú, que
habías tenido en tus brazos a tu Hijo sonriente y lleno de bondad,
ahora te lo devolvían muerto, víctima de nuestros pecados; te
acompañamos en este dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, haz que sepamos amar a Jesús como Él
nos amó.

Padrenuestro..., Avemaría...(siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por nosotros.

Canto:
Tus lagrimas Madre nuestra, van teñidas de esperanza; aun cuando tu hijo espira, crees tú en su
palabra; si el grano de trigo muere, resurge una nueva espiga.

//Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros al Redentor. //

Séptimo Dolor. Sepultura del Señor y Soledad de la Virgen


Lectura bíblica: Juan 19, 40-42

Meditemos: Virgen María: por las lágrimas que derramaste y el dolor


que sentiste al enterrar a tu Hijo; Él, que era Creador, Dueño y Señor
de todo el universo, era enterrado en tierra; llevó su humillación hasta
el último momento; y aunque Tú supieras que al tercer día resucitaría,
el trance de la muerte era real; tan caro pagó nuestro rescate por
nuestros pecados. Y tú, Madre nuestra adoptiva y corredentora, que
le acompañaste en todos sus sufrimientos y ahora te quedaste sola,
llena de aflicción; te acompañamos en este dolor.

Todos:
Y, por los méritos del mismo, concédenos a cada uno de nosotros la
gracia particular que te pedimos.

Padrenuestro..., Avemaría... (siete veces) Gloria….

Corazón doloroso, Inmaculado y Dulcísimo de María. Ruega por nosotros.

Canto:
Contigo estamos Señora, Madre de dolor transida; para enjugar esas lágrimas, que corren por tus
mejillas; ofreciéndote el consuelo, de una vida arrepentida.

//Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros al Redentor. //


Padre nuestro y 3 virtudes de la Virgen María

Letanías de los Dolores de María Santísima


Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.

Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo,
Dios, Espíritu Santo,
Santísima trinidad y un solo Dios,

Santa María Ruega por nosotros Refugio de los abandonados


Santa Madre de Dios Escudo de los oprimidos
Santa Virgen de las Vírgenes Derrota de los incrédulos
Madre crucificada Consuelo de los míseros
Madre dolorosa Medicina de los enfermos
Madre lacrimosa Fortaleza de los débiles
Madre afligida Puerto de los náufragos
Madre abandonada Apaciguadora de las tormentas
Madre desolada Auxiliadora de los necesitados
Madre privada de Hijo Terror de los que incitan al mal
Madre traspasada por la espada Tesoro de los fieles
Madre abrumada de dolores Inspiración de los profetas
Madre llena de angustias Sostén de los apóstoles
Madre clavada a la cruz en su corazón Corona de los mártires
Madre tristísima Luz de los confesores
Fuente de lágrimas Flor de las vírgenes
Cúmulo de sufrimientos Consuelo de las viudas
Espejo de paciencia Alegría de todos los Santos
Roca de constancia
Ancora del que confía

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten piedad y misericordia de nosotros.

Oración Final
Oh Dios, en cuya Pasión fue traspasada de dolor el alma dulcísima de la gloriosa Virgen y Madre
María, según la profecía de Simeón; concédenos propicio, que cuantos veneramos sus dolores y
hacemos memoria de ellos, consigamos el feliz efecto de tu sagrada Pasión.

Virgen Santísima de los Dolores, mírame cargando la cruz de mi sufrimiento, acompáñame, como
acompañaste a tu Hijo Jesús; eres mi Madre y te necesito. Ayúdame a sufrir con amor y esperanza,
para que mi dolor se convierta en un gran bien en las manos de Dios.

Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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