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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


ESCUELA TÉCNICA INDUSTRIAL NACIONAL CAPITAN
ANSELMO BELLOSO
SAN FRANCISCO - ESTADO ZULIA
NUCLEO DE HIDROCARBUROS
AÑO: 6° ESPECIALIDAD GAS NASTURAL
ASIGNATURA: GEOLOGIA ESTRUCTURAL
Año Escolar 2020 – 2021

ESTUDIANTE; DIEGO LARREAL


SEXTO AÑO (6TO) DE GAS NATURAL
Noviembre 2020
CI: 29.722.330

MATERIA : GEOLOGIA ESTRUCTURAL DOCENTE: BELKYS PACHECO

1. Concepto de esfuerzo y
deformación.- diagramas
2. Propiedades Físicas de las rocas
3. Factores que controlan el
comportamiento de los materiales.
Deformación de La Corteza Terrestre: Geología Estructural

La Tierra es un planeta dinámico. En los capítulos anteriores vimos que la


meteorización, los procesos gravitacionales y la erosión causada por el agua, el
viento y el hielo modelan continuamente el paisaje. Además, las fuerzas tectónicas
deforman las rocas de la corteza. Entre las evidencias que demuestran la actuación
de fuerzas enormes dentro de la tierra se cuentan los miles de kilómetros de
estratos que están doblados, plegados, volcados y a veces muy fracturados. En
las montañas Rocosas canadienses, por ejemplo, algunas unidades de roca han
sido empujadas sobre otras de una manera casi horizontal durante centenares de
kilómetros. A una escala menor, durante los grandes terremotos, la corteza se
mueve unos pocos metros a lo largo de las fallas. Además, la expansión y la
extensión de la corteza producen depresiones alargadas y en los largos intervalos
de tiempo geológico crean las cuencas oceánicas.

Geología estructural: estudio de la arquitectura terrestre

Los resultados de la actividad tectónica son impresionantes en los principales


cinturones montañosos de la Tierra, donde pueden encontrarse rocas que
contienen fósiles de organismos marinos miles de metros por encima del nivel del
mar actual y las unidades rocosas están intensamente plegadas, como si fueran
de masilla. Incluso en los interiores estables de los continentes, las rocas revelan
una historia de deformación que muestra que han aflorado de niveles mucho más
profundos de la corteza.
Los geólogos estructurales estudian la arquitectura de la corteza terrestre y cómo
adquirió este aspecto en la
Medida en que fue consecuencia de la deformación. Estudiando la orientación de
los pliegues y las fallas. Así como los rasgos a pequeña escala de las rocas
deformadas. Los geólogos estructurales pueden determinar a menudo el ambiente
geológico original, y la naturaleza de las fuerzas que produjeron esas estructuras
rocosas. De este modo se están descifrando los complejos acontecimientos que
constituyen la historia geológica.
La comprensión de las estructuras tectónica no es sólo importante para descifrar
la historia de la Tierra. Sino que es también básica para nuestro bienestar
económico. Por ejemplo, la mayor parte de los yacimientos donde aparecen
petróleo y gas natural está asociada con estructuras geológicas que atrapan esos
fluidos en valiosos. Además, las fracturas rocosas son el lugar donde se producen
las mineralizaciones hidrotermales,
Lo cual significa que pueden ser fuentes importantes de menas metálicas. Además,
cuando se seleccionan las zonas
De ubicación de proyectos de construcción importantes, como los puentes, las
centrales hidroeléctricas y las centra-
Les de energía nuclear, debe considerarse la orientación de las superficies de
fractura, que representan zonas de debilidad de las rocas. En resumen, un
conocimiento de estructuras es esencial para nuestra forma de vida actual.

Deformación de La Corteza Terrestre


Cualquier cuerpo de roca, con independencia de su dureza, tiene un punto en
el que se fracturará o fluirá. La deformación (de = fuera;forma = forma) es un
término general que se refiere a todos los cambios de tamaño, forma, orientación
o posición de una masa rocosa. La mayor parte de la deformación de la
corteza tiene lugar a lo largo de los márgenes de las placas. Los movimientos. de
las placas y las interacciones a lo largo de los límites de placas generan las las
fuerzas tectónicas que provocan la deformación de las unidades de roca.
Fuerza y esfuerzo
La fuerza es lo que tiende a poner en movimiento los objetos estacionarios o a
modificar los movimientos de los cuerpos que se mueven. De la experiencia
cotidiana sabemos que si una puerta está atascada (estacionaria), aplicamos
fuerza para abrirla (ponerla en movimiento).
Para describir las fuerzas que deforman las rocas, los geólogos estructurales
utilizan el término esfuerzo, que es la cantidad de fuerza aplicada sobre un área
determinada. La magnitud del esfuerzo no es simplemente una función de la
cantidad de fuerza aplicada, sino que también está relacionada con el área sobre
la que la fuerza actúa. Por ejemplo, si una persona anda descalza sobre una
superficie dura, la fuerza (peso) de su cuerpo se distribuye por todo el pie, de modo
que el esfuerzo que actúa en cualquier punto de su pie es pequeño. Sin embargo,
si esa persona pisa una pequeña roca puntiaguda, la concentración de esfuerzos
en un punto de su pie será elevada. Por tanto, puede pensarse en el esfuerzo como
una medida de cuán concentrada está la fuerza, el esfuerzo puede aplicarse de
manera uniforme en todas las direcciones (presión de confinamiento) o de manera
no uniforme (esfuerzo diferencial).

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Tipos de esfuerzo. Cuando se aplica un esfuerzo en direcciones diferentes, se
denomina esfuerzo diferencial. El esfuerzo diferencial que acorta un cuerpo rocoso
se conoce como esfuerzo compresivo (com = junto; primero = presionar) Los
esfuerzos compresivos asociados con las colisiones de las placas tienden a
acortar engrosar la corteza terrestre, plegándose, fluyendo o fracturándose (Figura
GEST-01B). Recordemos, de lo que hemos dicho de las rocas metamórficas, que
el esfuerzo compresivo se concentra más en los puntos en los que los granos
minerales están en contacto, provocando la migración de la materia mineral de las
zonas de esfuerzo elevado a las zonas de esfuerzo bajo (véase la Figura MET-05).
Como consecuencia, los granos minerales (y la unidad de roca) tienden a acortarse
en dirección paralela al plano del máximo esfuerzo y a alargarse en dirección
perpendicular a la de mayor esfuerzo.
Figura GEOEST-01
Deformación de la corteza terrestre provocada por las fuerzas tectónicas y los
esfuerzos asociados
Resultante del movimiento de las placas litosféricas.
A. Estratos antes de la deformación.
B. Los esfuerzos complexionales asociados con las colisiones de las placas
tienden a acortar y engrosar la corteza terrestre mediante pliegues y fallas
C. Los esfuerzos tensionales en los bordes de placa divergentes tienden a alargar
los cuerpos rocosos mediante el
Deslizamiento a lo largo de las fallas en Ia corteza superior y el flujo dúctil en
profundidad.
D. Los esfuerzos de cizalla en los bordes de placa pasivos tienden a
producir desplazamientos a lo largo de las zonas de falla. el lado derecho del
diagrama ilustra la deformación de un cubo de roca en respuesta a los esfuerzos
diferenciales que se ilustran en los diagramas correspondientes de la izquierda
Cuando el esfuerzo tiende a alargar o a separar una unidad rocosa, se conoce
como esfuerzo tensional (tenderé= estirar) Figura GEOEST-01C). Donde las
placas se están separando (límites de placa divergentes) , los esfuerzos
tensionales tienden a alargar Ios cuerpos rocosos situados en la corteza superior
mediante el desplazamiento a lo largo de las fallas. Por otro lado, en profundidad
el desplazamiento es consecuencia de un tipo de flujo plástico.

El esfuerzo diferencial también puede hacer que la roca se cizalle (Figura


GEOEST-01D). Un tipo de cizallamiento es similar al deslizamiento que se produce
entre los naipes de una baraja cuando la parte superior se desplaza en relación a
la inferior (Figura GEOEST-02). En los entornos próximos a la superficie, el
cizallamiento suele producirse en superficies de debilidad paralela y
estrechamente espaciada, como los planos de estratificación, foliación y el micro
fallas. Además, en los bordes de falla transformante, los esfuerzos de.
Cizallamiento producen desplazamientos a gran escala a lo largo de las principales
zonas de falla. Por el contrario, a grandes profundidades, donde las temperaturas,
las presiones de confinamiento son elevadas, un flujo en estado sólido es el
responsable del cizallamiento.

Figura GEOEST-02 ilustración del cizallamiento y la deformación resultante.

A. Baraja de naipes ordinaria con un círculo estampado en el lateral.


B. Deslizando la parte superior de tal baraja en relación con la parte inferior,
podemos ilustrar el tipo de cizallamiento que suele tener lugar a lo largo de los
planos de fragilidad poco separados de las rocas. Obsérvese que el círculo se
convierte en una elipse, la cual puede utilizarse para medir la cantidad y el tipo de.
Deformación. Un desplazamiento añadido (cizallamiento) de los naipes tendría
como consecuencia una mayor deformación y quedaría indicado por un cambio de
la forma de la elipse.

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edición – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Huygens".
Deformación
Quizá el tipo de deformación más fácil de imaginar ocurre a lo largo de las
superficies de las fallas pequeñas, donde el esfuerzo diferencial hace que las rocas
se muevan unas en relación con otras, de tal manera que su tamaño y su forma
originales ser conservan. El esfuerzo también puede provocar un cambio
irreversible en la forma y el tamaño del cuerpo rocoso, denominado deformación.
Como en el círculo que aparece en la figura (GEOEST-02B), los cuerpos
deformados no mantienen su configuración original durante la deformación. Al
estudiar las unidades de rocas deformadas por el esfuerzo, los geólogos se
preguntan ¿Qué nos dicen esas estructuras sobre la disposición original de esas
rocas y cómo se han deformado?

Como se deforman las Rocas


Cuando las rocas son sometidas a esfuerzos que su propia resistencia, empiezan
a deformarse, normalmente plegándose, fluyendo o fracturándose
(Figura GEOEST-01) Es fácil hacerse una idea de cómo se quiebran
las rocas porque normalmente pensamos en ellas como algo quebradizo. Pero
¿cómo pueden doblarse la, grandes unidades rocosas en pliegues complicados
sin romperse durante el proceso? Para responder a esta pregunta, los geólogos
estructurales realizaron experimentos de laboratorio en los que las rocas fueron
sometidas a esfuerzos diferenciales bajo condiciones que simulaban las existentes
a diversas profundidades debajo de la corteza (Figura GEOEST-04).
Aunque cada tipo de roca se deforma de una manera algo diferente, a partir de
esos experimentos se determinaron las características generales de la
deformación de las rocas. Los geólogos descubrieron que. Cuando se aplica
gradualmente ''n esfuerzo, las rocas responden primero deformándose
elásticamente. Los cambios resultantes de la deformación elástica son
recuperables: es decir, igual que ocurre con una cinta de goma. La roca
volverá prácticamente a su tamaño y forma originales cuando cese el esfuerzo.
(Como veremos en el siguiente capítulo, la energía para la mayoría de los
terremotos procede de la liberación de la energía elástica almacenada cuando una
roca vuelve a su forma original.)
Una vez sobrepasado el límite elástico (resistencia) de una roca, ésta fluye
(deformación dúctil) o se fractura (deformación frágil). Los factores que influyen en
la resistencia de una roca y, por tanto, en cómo esta se va a deformar son la
temperatura, la presión de confinamiento, el tipo de roca, la disponibilidad de
fluidos y el tiempo.
Figura GEOEST-03 Estratos sedimentarios deformados que afloraron al hacer la
carretera de Palmadle, California. Además del plegamiento obvio, los
estratos claros están desplazados a lo largo de una falla localizada en el lado
derecho de la fotografía. (Foto de E. J. Tarbuck.)

Temperatura y presión da confinamiento Las rocas próxima a la superficie,


donde las temperaturas y las presiones de confinamiento son bajas, tienden a
comportarse como un sólido frágil y se fracturan cuando se supera su resistencia..
Este tipo de deformación se llama deformación Frágil, De nuestra experiencia
cotidiana, sabemos que los objetos de vidrio, los lápices de madera, las
bandejas de porcelana e incluso nuestros huesos exhiben fracturas frágil una vez
se supera su resistencia, Por el contrario, en la profundidad, donde las
temperaturas y las presiones de confinamiento son elevadas. las rocas exhiben un
comportamiento dúctil. La deformación dúctil es un tipo de flujo en estado solido
que produce un cambio en el tamaño y la forma de un objeto sin fracturarlo. Los
objetos normales que muestran un comportamiento dúctil son la arcilla de modelar,
la cera de las abejas, el caramelo y la mayoría de los metales. Por ejemplo, una
moneda de cobre colocada en el rali de una vía se aplanará y deformará (sin
romperse) debido a la fuerza aplicada por un tren que pase por encima. La
deformación dúctil de una roca -fuertemente ayudada por una temperatura y una
presión de confinamiento elevada- es algo parecida a la deformación de una
moneda aplanada por un tren. Una manera mediante la cual se produce este tipo
de flujo en estado sólido en el interior de una roca es mediante el deslizamiento
gradual y la recristalización a lo largo de planos de fragilidad en el interior de la red
cristalina de los granos minerales (véase Figura MET-05B). Esta forma
microscópica de flujo gradual en estado sólido implica el deslizamiento que altera
la red cristalina y la inmediata recristalización que repara la estructura, Las rocas
que muestran signos de flujo dúctil normalmente se deformaron a una gran
profundidad y exhiben pliegues que dan la impresión de que la resistencia de la
roca era parecida a la de la masilla blanda.

Tipo de Roca

Además del ambiente físico, la composición mineral y la textura de las rocas


influye mucho en cómo éstas se van a deformar. Por ejemplo, las rocas cristalinas
compuestas por minerales con enlaces moleculares internos fuertes tienden a
fracturarse. Por el contrario, las rocas sedimentarias débilmente cementadas o las
rocas metamórficas que contienen zonas de debilidad como la foliación, son más
susceptibles de experimentar deformación dúctil. Entre las rocas débiles y por
tanto, que más probablemente se comporten de una manera dúctil cuando se
someten a un esfuerzo diferencial, se cuentan la halita, el yeso y las lutitas,
mientras que la caliza, el esquisto y el mármol tienen una resistencia intermedia.
De hecho, la halita es tan débil que se deforma bajo pequeñas cantidades de
esfuerzo diferencial y asciende en forma de columnas a través de los estratos de
sedimentos que se extienden por el golfo de México y sus alrededores. Quizás el
sólido más débil que existe en la naturaleza y que exhibe flujo dúctil a gran escala
es el hielo glacial. Por comparación, el granito y el basalto son resistentes y
Frágiles. En un entorno prójimo a la superficie, las rocas frágiles se fracturarán
cuando sean sometidas a fuerzas que excedan su resistencia. Es importante
observar, sin embargo, que la presencia de cantidades pequeñas de agua en las
rocas favorece su deformación dúctil.

Figura GEOEST-04
Cilindro de mármol deformado en el laboratorio mediante la aplicación de
miles de kilogramos de peso desde arriba. Cada muestra se deformó en un entorno
que duplicaba la presión de confinamiento hallada a distintas profundidades.
Obsérvese que cuando la presión de confinamiento era baja, la muestra se
deformó por fractura frágil, mientras que cuando la presión de confinamiento era
elevada, muestra se deformó plásticamente. (Foto cortesía de M. S. Patterson,
Australiano National University.)
Tiempo. Un factor clave que los investigadores son incapaces de duplicar en el
laboratorio es cómo las rocas responden a pequeños esfuerzos aplicados durante
largos intervalos de tiempo geológica. Sin embargo, en escenarios
Cotidianos pueden observarse los efectos del tiempo en la deformación. Por
ejemplo, se sabe que los bancos de mármol se hunden por su propio peso después
de un período de unos cien años aproximadamente y que las estanterías de
madera pueden combarse después de cargarlas de libros durante un período
relativamente corto de tiempo. En la
Naturaleza, fuerzas pequeñas aplicadas durante largos períodos desempeñan
seguramente un papel importante en la deformación de las rocas. Fuerzas
incapaces de deformar inicialmente una roca pueden hacer que la roca fluidez
si el esfuerzo se mantiene durante un período prolongado de tiempo.
Es importante destacar que los procesos por los que las rocas se deforman ocurren
a lo largo de un continuo que se extiende entre la fractura frágil pura en un extremo
al flujo dúctil (viscoso) en el otro. No hay límites marcados entre los diferentes tipos
de deformación. También necesitamos recordar que, en general, los elegantes
pliegues y los modelos de flujo que observamos en las rocas deformadas se
alcanzan en general por el efecto combinado de la distorsión, el deslizamiento y la
rotación de los granos individuales que componen una roca, Además, esta
distorsión y la reorganización de los granos minerales tienen lugar en la roca que
es esencialmente sólida.

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Cartografía de las estructuras Geológicas

Los procesos de deformación generan estructuras a muchas escalas diferentes.


En un extremo se encuentran los principales sistemas montañosos de la Tierra. En
el otro, los esfuerzos muy localizados crean fiacturas menores en las rocas. Todos
estos fenómenos, desde los pliegues más grandes de los Alpes hasta las fracturas
más pequeñas de una lámina de roca, se conocen como estructuras tectónicas.
Antes de empezar nuestra discusión de las estructuras tectónicas examinemos el
método que utilizan los geólogos para describirlas y cartografiarlas.
Cuando estudia una región, el geólogo identifica y describe las estructuras
principales. A menudo, una estructura es tan grande que desde una zona concreta
sólo puede verse una pequeña porción. En muchas situaciones, la mayor parte de
las capas está cubierta por vegetación o por sedimentos recientes. Por
consiguiente, debe hacerse utilizando los datos recogidos de un número limitado
de afloramientos, que son lugares donde el sustrato de roca aflora en la superficie
(véase Recuadro 10.1). Pese a esas dificultades, una serie de técnicas
cartográficas permiten a los geólogos reconstruir la orientación y la forma de las
estructuras existentes. En los últimos años, los avances acaecidos en la fotografía
aérea, en la obtención de imágenes a través de los satélites y en el desarrollo del
sistema de posicionamiento global (GPS) han ayudado en este trabajo. Además,
los perfiles de reflexión sísmica y las perforaciones proporcionan datos sobre la
composición y la estructura de las rocas que se encuentran en profundidad.

Figura GEOEST-A Denominación de algunas unidades (formaciones) del


Gran Cañón de colorado (U.s.A.).

La cartografía geológica
Se realiza con mucha más facilidad cuando los estratos afloran en la
superficie. Esto se debe a que los sedimentos suelen depositarse en capas
horizontales. Si los estratos de rocas sedimentarias siguen estando horizontales,
esto les dice a los geólogos que probablemente el área no ha experimentado
modificaciones estructurales. Pero si los estratos están inclinados, doblados o
rotos, esto indica que se produjo un período de deformación después de la
deposición.

Dirección y buzamiento
Los geólogos utilizan dos medidas denominadas dirección (rumbo) y
buzamiento (inclinación) para ayudar a determinar la orientación de un estrato
rocoso o de una superficie de falla (Figura GEOEST-05). Conociendo la dirección
y el buzamiento de las rocas en la superficie, los geólogos pueden predecir la
naturaleza y la estructura de unidades rocosas y las fallas que están ocultas debajo
la superficie fuera del alcance de nuestra vista,
Figura GEOEST-05
Dirección y buzamiento de un estrato rocoso.
La dirección es el ángulo entre el norte magnético y una línea obtenida mediante
la intersección de un estrato inclinado, o falla, con un plano horizontal (Figura
GEOEST-05). La dirección, o rumbo, se suele expresar como un valor de un ángulo
en relación con el norte. Por (N 10º E) significa que la línea de dirección se dirige
al este desde el norte. La dirección del estrato ilustrada en la Figura GEOEST-05
es de aproximadamente norte 75º este. (N 75" E).
El buzamiento es el ángulo de inclinación de plano geológico, como por
ejemplo una falla, medida desde un plano horizontal. El buzamiento incluye ¿??? el
valor del ángulo de inclinación como la dirección hacia la cual la roca está inclinada.
En la Figura GEOEST-5, el ángulo de buzamiento del estrato rocoso es de 30º Una
manera de visualizar el buzamiento es imaginar que el agua descenderá siempre
por la superficie rocosa según una línea paralela al buzamiento. La dirección caída
formará siempre un ángulo de 90º con la dirección.
En el campo, los geólogos miden la dirección (rumbo) y el buzamiento
(inclinación) de las rocas sedimentaría en tantos afloramientos como sea
conveniente. Esos se representan luego en un mapa topográfico o en fotografía
aérea junto con una descripción codificada colores de la roca. A partir de la
orientación de los estratos puede establecerse la orientación y la forma supuesta
de la estructura, como se muestra en la Figura GEOEST-06. Utilizando esta
información, el geólogo puede reconstruir las estructuras previas a la erosión y
empezar a interpretar la historia geológica de la región.

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología
Física. Edward J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Deformación de la corteza y Pliegues
Durante la formación de las montañas, las rocas sedimentarias y
volcánicas suelen doblarse en una serie de ondulaciones semejantes a ondas
denominadas pliegues. Los pliegues de los estratos sedimentarios se parecen
mucho a los que se formarían si se cogiera una hoja de papel por sus extremos y
se fueran empujando uno hacia el otro. En la naturaleza, los pliegues aparecen en
una gran variedad de tamaños y configuraciones. Algunos pliegues son amplias
flexuras en las cuales unidades rocosas de centenares de metros de grosor se han
doblado ligeramente. Otros, son estructuras microscópicas muy apretadas que se
encuentran en las rocas metamórficas. Diferencias de tamaño aparte, la mayoría
de los pliegues se produce como consecuencia de esfuerzos compresivos que
provocan el acortamiento y engrosamiento de la corteza. A veces, los pliegues se
encuentran aislados, pero es mucho más frecuente que aparezcan como una serie
de ondulaciones.
Para entender los pliegues y el plegamiento, debemos familiarizarnos con la
terminología utilizada para nombrar las partes de un pliegue. Como se muestra en
la Figura GEOEST-07, los dos lados de un pliegue se denominan flancos. Una
Línea trazada a lo largo de los puntos de máxima curvatura de cada estrato se
llama línea de charnela, o simplemente charnela. En algunos pliegues, como el
ilustrado en la Figura GEOEST-07A, la charnela es horizontal, o paralela a la
superficie. Sin embargo, en los pliegues más complejos, la charnela del pliegue
está a menudo inclinada según un ángulo conocido como inmersión (Figura
GEOEST-07B). Además, el plano axial es una superficie imaginaria que divide un
pliegue de la manera más simétrica posible.

Figura GEOEST-06
Estableciendo la dirección y el buzamiento de los estratos sedimentarios que
afloran en un mapa A., los geólogos pueden deducir la orientación de la
estructura en el subsuelo B.
Figura GEOEST-07
Esquemas idealizados que ilustran las características asociadas con
pliegues simétricos. El eje del pliegue en A es horizontal, mientras que el eje del
pliegue en B tiene inmersión.

Tipos de pliegues
Los dos tipos de pliegues más comunes se
denominan anticlinales y sinclinales (Figura GEOEST-08). Un anticlinal se forma
casi siempre por plegamiento convexo, o arqueamiento, de las capas de
roca*. La Figura GEOEST-07 es un ejemplo irle un anticlinal.
Los anticlinales afloran, a veces de manera espectacular en los puntos donde las
carreteras atraviesan estratos deformados. Asociados a menudo con los
anticlinales, se encuentran los pliegues cóncavos, o surcos,
denominados sinclinales. Obsérvese en la Figura GEOEST-09 que el flanco de un.
Anticlinal lo es también del sinclinal adyacente.
Dependiendo de su orientación, estos pliegues básicos se describen
como simétricos, cuando los flancos son imágenes espectaculares el uno del otro
y como asimétrico cuando no lo son. Se dice que un pliegue asimétrico
está volcado o capotado si uno de los flancos está inclinado más allá de la
vertical (Figura GEOEST-08) Un pliegue volcado puede también de manera que
un plano que se extendiera a través del eje del pliegue sería en realidad horizontal.
Esos pliegues tumbados (decumbentes) son comunes en algunas regiones
montañosas como los Alpes.
Los pliegues no se extienden indefinidamente; antes bien, sus extremos
terminan de una manera muy parecida a corno lo hacen las arrugas en la ropa.
Algunos pliegues tienen inmersión, porque el eje del pliegue penetra en el
terreno (Figura GEOEST-10). Como muestra la figura, pueden tener inmersión
tanto los anticlinales corno los sinclinales. En la Figura GEOEST-11 se muestra un
ejemplo de un anticlinal con inmersión y el modelo que se produce cuando la
erosión retira las capas superiores de la estructura y deja expuesto su interior.
Nótese que la traza del pliegue de un anticlinal apunta en la dirección de su
inmersión, mientras que lo contrario es cierto para un sinclinal. Un buen ejemplo
de tipo de topografía que se produce cuando las fuerzas erosivas afectan a
estratos sedimentarios plegados se encuentra en la provincia Valley and Ridge de
los Apalaches (Véase Figura GEOEST-11).
*. Definido de una manera estricta, un anticlinal es una estructura en la cual
los estratos más antiguos se encuentran en el centro. Esto se produce
generalmente cuando los estratos se pliegan hacia arriba. Además:, un sinclinal se
define estrictamente como una estructura en 1a cual los estratos más jóvenes se
encuentran en el centro. Esto ocurre casi siempre cuando los estratos se pliegan
hacia abajo.

Figura GEOEST-08 Bloque diagrama de los principales tipos de estratos


plegados. Las estructuras arqueadas o convexas son anticlinales. Los
pliegues cóncavos o depresiones son sinclinales. Obsérvese que el flanco
de un anticlinal lo es también del sinclinal adyacente.

Revisar
Figura GEOEST-09 El sinclinal (izquierda) y el anticlinal (derecha) comparten un
flanco común. (Foto de E.J.Tarbuck.)
Figura GEOEST-10 Pliegues con inmersión.

A. Vista idealizada de pliegues con inmersión en los cuales se ha añadido


una superficie horizontal.
B. Vista de los pliegues con inmersión como podrían aparecer después de
experimentar mucha erosión.

Obsérvese que en un anticlinal con inmersión, terminación pericial del


pliegue en la dirección de inmersión, mientras que en los sinclinales con inmersión
ocurre justo lo contrario.
Figura GEOEST-11 Sheep Mountain, un anticlinal con doble inmersión.
Obsérvese que la erosión ha cortado los estratos sedimentarios de los
flancos en pequeñas crestas en forma de que apunta a la dirección de la
inmersión. (Foto de John S. Shelton.)

Es importante comprender que los resaltes no están necesariamente


asociados con anticlinales, ni los valles relacionados con sinclinales. Antes bien,
crestas y valles se producen por meteorización diferencial y erosión. Por
Ejemplo, en la provincia Valley and Ridge, los estratos de arenisca más resistente
permanecen como imponentes riscos separados por valles excavados en estratos
de caliza y lutita mucho más fáciles de erosionar

Aunque hemos separado en nuestra explicación los pliegues y las fallas, en


el mundo real, en general los pliegues están estrechamente ligados a las fallas.
Ejemplos de esta relación estrecha son las amplias estructuras regionales
denominadas monoclinales. Estrucnrras particularmente destacadas de la llanura
de Colorado, los monoclinales (mono = uno; kleinen = inclinar) son grandes
pliegues en forma de escalón situados en estratos sedimentarios por lo demás
horizontales (Figura GEOEST-12). Estos pliegues parecen ser el resultado de la
reactivación de las zonas de falla situadas en las rocas del basamento por debajo
de la cobertera. Conforme los grandes bloques de roca del basamento ascendían
a 1o largo de antiguas fallas, los estratos sedimentarios comparativamente dúctiles
de encima respondían plegándose. En La llanura del Colorado, los monoclinales
muestran una zona estrecha de estratos muy inclinados que se allanan y forman
las capas superiores de las grandes áreas elevadas, como el pliegue Zuni, el
pliegue Echo Cliffs y la ondulación de San Rafael (Figura GEOEST-12). El
desplazamiento a lo largo de estas fallas reactivadas es a menudo superior a 1
ki1ómetro, y los mayores monoclinales muestran desplazamientos próximos a los
kilómetros.
Figura GEOEST-12 Monoclinal. El monoclinal consiste en estratos
sedimentarios plegados que fueron deformados por una fractura del
basamento. El cabalgamiento de este diagrama se denomina cabalgamiento
ciego porque no alcanza la superficie.

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Domos y cubetas
Grandes elevaciones de las rocas del basamento pueden deformar la cubierta de
estratos sedimentarios superiores y generar grandes pliegues. Cuando este
movimiento ascendente produce una estructura circular o alargada, la estructura
se denomina domo (Figura GEOEST-13A). Las estructuras descendentes que
tienen una forma similar se denominan cubetas (Figura GEOEST-l3B).
Las Black Hills del oeste de Dakota del sur son un gran domo que, se cree, se
formó por levantamiento. La erosión ha eliminado las porciones más elevadas de
los estratos sedimentarios levantados, dejando expuestas en el centro las rocas
metamórficas e ígneas más antiguas (Figura GEOEST-14). Pueden verse restos
de esos estratos sedimentarios, que antiguamente fueron continuos, flanqueando
el núcleo cristalino de esta cordillera montañosa. Los estratos más resistentes son
fáciles de identificar porque la erosión diferencial los ha hecho aflorar como
prominentes crestas denominadas hogbacks. Dado que los hogbacks pueden
formarse en cualquier sitio en que las es- tratos resistentes están muy inclinados,
también están asociados con otros tipos de pliegues.
Los domos pueden formarse también por intrusión de magmas (facolitos) como se
muestra en la Figura GEOEST-16. Además, la migración ascendente de
formaciones salinas puede producir los domos de sal que son comunes en el
Golfo de México.
En Estados Unidos existen varias grandes (Figura GEOEST-15). Las cuencas de
Michigan e Illinois estratos de pendientes muy suaves que definen una geometría
cóncava. Se piensa que estas cubetas son cuenca de grandes acumulaciones de
sedimentos, cuyo peso hizo que la corteza se hundiera (véase sección sobre
Figura GEOEST-13 Elevaciones y descensos suaves, de las rocas de la
corteza producen domos (A) y cubetas (B). La erosión de esas estructuras
produce un patrón de afloramiento que es aproximadamente circular o
alargado

(Isostasia). Unas pocas cubetas estructurales pueden haber sido


consecuencia de impactos de asteroides gigantes.
Dado que la. Grandes cubetas contienen estratos sedimentarios inclinados
según ángulos muy pequeños. Suelen identificarse por la edad de las rocas que
las componen. Las rocas más jóvenes se encuentran cerca del centro y las más
antiguas, en los flancos. Éste es exactamente el orden contrario observado en un
domo, como las Black Hills, donde las rocas más antiguas aparecen en el núcleo.

table.MsoNormalTable { font-size: 10pt; font-family: "Times New Román"; }


Figura GEOEST-14 Las Black Hills de Dakota del Sur, una gran estructura
dómica con rocas ígneas y metamórficas resistentes aflorantes en el
núcleo.

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Deformación de la corteza Fallas y fracturas
Las fallas son fracturas en la corteza a lo largo de las cuales ha tenido lugar
un desplazamiento apreciable. A veces, pueden reconocerse pequeñas fallas en
los taludes de las carreteras, observándose estratos sedimentarios desplazados
unos pocos metros. Las fallas de esta escala normalmente aparecen como
pequeñas rupturas: aisladas. Por el contrario, las grandes fallas, como la de San
Andrés en California, tienen desplazamientos de centenares de kilómetros y
consisten en muchas superficies falladas interconectadas. Estas zonas de falla
pueden tener una anchura de varios kilómetros y a menudo son más fáciles de
identificar a partir de fotografías aéreas que a nivel del suelo Los movimientos
súbitos a lo largo de las fallas es la causa de la mayoría de los terremotos. Sin
embargo, la gran mayoría de las fallas son inactivas y por tanto, restos de una
deformación antigua. A lo largo de las fallas, las rocas suelen romperse v
pulverizarse conforme los bloques de corteza situados en los lados opuestos de
una falla se rozan unos con otros.
El material arcilloso débilmente coherente que resulta de esta actividad se
denomina salbanda de falla. En algunas superficies de falla, las rocas acaban muy
pulidas y estriadas, o con surcos, a medida que los bloques de corteza se deslizan
unos con respecto a otros. Estas superficies pulidas y estriadas, denominadas
espejos de falla, proporcionan a los geólogos pruebas de la dirección del
desplazamiento más reciente a lo largo de la falla. Los geólogos clasifican las fallas
por sus movimientos relativos, que pueden ser predominantemente horizontales,
verticales u oblicuos.

Flgura GEOEST-15. Geología del basamento de la cuenca de Michigan.


Obsérvese que las rocas más jóvenes están localizadas en el centro,
mientras que los estratos más antiguos flanquean esta estructura.
Fallas con desplazamiento vertical
Las fallas en las que el movimiento es fundamentalmente paralelo al
buzamiento (o inclinación) de la superficie de falla se denominan fallas con
desplazamiento vertical. Este tipo de movimiento puede producir pequeños
resaltes denominados escarpes de falla (escarpe: pendiente). Estos últimos, como
el que se muestra en la Figura GEOEST-16, son producidos por desplazamientos
que generan terremotos.
Se ha convertido en una práctica común denominar a la superficie rocosa que
está inmediatamente por encima de la falla el techo y a la superficie de roca inferior,
el muro (Figura GEOEST-17). Esta nomenclatura surgió de los prospectares y
mineros que excavaban tineles a lo largo de zonas de falla, porque son
frecuentemente zonas con depósitos minerales. En esos túneles, los mineros
andaban sobre las rocas situadas debajo de la zona de falla mineralizada (muro) y
colgaban sus linternas en las rocas de arriba (techo).

Figura GEOEST-16
Escarpe de falla localizado cerca del monumento nacional Joshua Tree,
California. (Foto de A. P. Trujillo/APT Photos.)
Los dos tipos principales de fallas con desplazamiento vertical se denominan
fallas normales y fallas inversas, Además, cuando una falla inversa tiene un
ángulo de buzamiento (inclinación) menor de 45º, se denomina cabalgamiento. A
continuación consideraremos estos tres tipos de falla.

Figura GEOEST-17
La roca situada inmediatamente por encima de una superficie de falla se
denomina techo y la de debajo, muro, según los nombres que utilizaban los
mineros que excavaron las menas a lo largo de las zonas de falla. Los mineros
cuelgan sus lámparas en las rocas situadas encima de la traza de la falla (techo) y
andan por las rocas situadas debajo de la traza de la falla (muro).

Fallas normales.
Las fallas con desplazamiento vertical se clasifican como fallas normales
cuando el bloque de techo se desplaza hacia abajo en relación con el bloque de
muro (Figura GEOEST-18). La mayoría de las fallas normales tienen buzamientos
de unos 60º, que tienden a disminuir con la profundidad. Sin embargo, algunas
fallas con desplazamiento vertical tienen buzamientos mucho menores,
aproximándose en algunos casos a la horizontal. Debido al movimiento
descendente del techo, las fallas normales acomodan el alargamiento, o la
extensión, de la corteza.
La mayoría de las fallas normales son pequeñas, con desplazamientos
más o menos de un metro. Pero hay algunas que se extienden decenas de
kilómetros, dibujando sinuosamente el límite de un frente montañoso. En el oeste
de Estados Unidos, las fallas normales a gran escala como éstas se asocian con
estructuras denominadas montañas limitadas por fallas.

Figura GEOEST-18 Bloques diagrama que ilustran una falla normal


A. Estratos rocosos antes de la falla
B. Movimiento relativo de los bloques desplazados. El desplazamiento puede
continuar formando
un relieve montañoso limitado por fallas a lo largo de millones de años y que
representa muchos episodios de fracturación espaciados en el tiempo.
C. Cómo puede la erosión modificar el bloque levantado.
D. Finalmente el período de deformación acaba y la erosión se convierte en el
proceso geológico dominante.

Son ejemplos de montañas limitadas por fallas la cordillera Teton de


Wyoming y Sierra Nevada de California. Ambas están falladas a lo largo de sus
flancos orientales, que se fueron levantando a medida que los bloques se
inclinaban hacia abajo en dirección oeste. Estos escarpados frentes montañosos
se produjeron a 1o largo de un período de 5 a 10 millones de años por medio de
muchos episodios, irregularmente espaciados, de formación de fallas. Cada
acontecimiento fue responsable de un sólo unos pocos metros de desplazamiento.
Ejemplos excelentes de montañas limitadas por fallas se encuentran en la
provincia Basin and Range, una región que abarca Nevada y zonas de los estados
circundantes (Figura GEOEST-19). En esta región, la corteza se ha alargado y se
ha roto para crear más de 200 alineaciones montañosas relativamente pequeñas.
Con una media de alrededor de 80 kilómetros de longitud, las cordilleras se elevan
de 900 a 1.500 metros por encima de las cuencas adyacentes, constituidas por
bloques hundidos.

La topografía de la provincia Basin and Range ha sido generada por un


sistema de fallas normales con un rumbo aproximado norte-sur. Los movimientos
a lo largo de estas fallas han producido bloques de falla elevados alternos y
denominados horst y bloques hundidos llamados graben (Graben : zanja). Los
horst generan cordilleras elevadas, mientras que los grabens forman muchas
cuencas. Como se ilustra en la Figura GEOEST-19, las estructuras llamadas fosas
tectónicas asimétricas, que son bloques de falla inclinados, también contribuyen a
la alternancia de altos y bajos topográficos en la provincia Basin and Range. Los
horst y los extremos superiores de los bloques inclinados de la falla son la fuente
de los sedimentos que se han acumulado en las cuencas que fueron creadas por
los graben y los extremos inferiores de los bloques inclinados.

Obsérvese, en la Figura 10.19, que las pendientes de las fallas normales de la


provincia Basin and Range disminuyen con la profundidad y finalmente se juntan
para formar una falla casi horizontal denominada falla de despegue (detachment).
Estas fallas se extienden durante cientos de kilómetros por debajo de la superficie,
donde
Constituyen un límite importante entre las rocas situadas debajo, que
exhiben deformación dúctil, y las rocas situadas encima, que muestran
deformación frágil.
Las fallas con desplazamiento vertical son también predominantes en los centros
de expansión, donde se produce la divergencia entre las placas tectónicas. En
estos puntos, un bloque central (graben o fosa tectónica) está limitado por fallas
normales y se hunde cuando las placas se separan. Los graben definen un valle
alargado limitado por dos bloques de falla elevados (horst).
El valle del Rif de Afija oriental está compuesto por varias fosas grandes tectónicas,
limitadas por horst inclinados que producen una topografía montañosa lineal. Este
valle, de casi 6000 kilómetros de longitud, con- tiene los yacimientos de algunos
de los fósiles humanos más antiguos. Ejemplos de valles de Rift inactivos son el
valle del Rin, en Alemania, y las fosas tectónicas del Triásico del este de Estados
Unidos. Sistemas aún mayores de fallas con desplazamiento vertical inactivas son
los márgenes continentales, como las costas orientales del continente americano
y las costas occidentales de Europa y .África

Figura GEOEST-19 Fracturación normal dela provincia Basin and Range. Aquí los
esfuerzos tensionales han alargado y fracturado la corteza en numerosos bloques.
El movimiento a lo largo de esas fracturas ha inclinado los bloques produciendo
alineaciones montañosas paralelas denominadas montañas limitadas por fallas.
Los bloques hundidos (grabens) forman cuencas, mientras que los bloques
elevados (horst) se erosionan y originan una topografía montañosa accidentada.
Además, numerosos bloques inclinados (fosas tectónicas asimétricas) dan lugar a
cuencas y montañas.
El movimiento de las fallas proporciona a los geólogos un método de
determinación de la naturaleza de las fuerzas que actúan en el interior de la
Tierra. Las fallas normales indican la existencia de esfuerzos tensionales que
separan la corteza. Esa puede llevarse a cabo o bien por levantamiento, que hace
que la superficie se estire y rompa, o bien mediante fuerzas horizontales opuestas.
Fallas inversas y cabalgamientos. Las fallas inversas y los cabalgamientos son
fallas con desplazamiento vertical en las cuales el bloque de techo se mueve hacia
arriba con respecto al bloque de muro (Figura GEOEST-20). Recordemos que las
fallas inversas tienen buzamientos superiores a 45º y que los cabalgamientos
tienen buzamientos inferiores a 45º. Dado que el bloque de techo se mueve hacia
arriba y sobre el bloque de muro, las fallas inversas y los cabalgamientos refleja
un acortamiento de la corteza.
Las fallas inversas de alto ángulo suelen ser pequeñas y acomodan
desplazamientos locales en regiones dominadas por otros tipos de fallas. Los
cabalgamientos, por otro lado, existen a todas las escalas. Los cabalgamientos
pequeños exhiben desplazamientos que oscilan entre milímetros y unos pocos
metros. Algunos grandes cabalgamientos tienen desplazamientos del orden de
decenas a centenares de kilómetros. Mientras que las fallas normales aparecen en
entornos tensionales, los cabalgamientos son resultado de fuertes esfuerzos
compresivos. En esos ambientes, los bloques de la corteza se desplazan uno ha
cia el otro, moviéndose el techo hacia arriba con respecto al muro. La formación
de cabalgamientos es más pronunciada en las zonas de subducción y otros bordes
convergentes, donde las placas están colisionando. Las fuerzas compresivas
producen generalmente pliegues además de fallas y provocan un engrosamiento
y acortamiento del material implicado.

Figura GEOEST-20 Bloque diagrama que muestra el movimiento relativo a lo largo


de una falla inversa.

En regiones montañosas, como los Alpes, las Rocosas septentrionales, el


Himalaya y los Apalaches, los cabalgamientos han desplazado los estratos hasta
50 kilómetros sobre las unidades de roca adyacentes. El resultado de este
movimiento a gran escala es que los estratos más antiguos se superponen sobre
las rocas más jóvenes. Un lugar clásico de cabalgamientos es el Parque Nacional
Glacier Figura GEOEST-20). En é1, los picos montañosos que proporcionan el
aspecto majestuoso al parque han sido esculpidos en rocas precámbricas que
fueron desplazadas sobre estratos cretácicos mucho más jóvenes. En el borde
oriental del Parque Nacional Glacier hay un pico solitario denominado Chef
Mountain. Esta estructura es un resto aislado de una lámina de cabalgamiento que
fue dividida por las fuerzas erosivas del hielo glacial y las aguas superficiales. Un
bloque aislado se denomina klippe (Kipple: acantilado).

Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología
Física. Edward J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Fallas de desplazamiento horizontal
Las fallas en las que el desplazamiento dominante es horizontal y paralelo a
la dirección de la superficie de la falla, se denominan fallas de desplazamiento
horizontal o desgarres. Debido a su gran tamaño y a su naturaleza lineal, muchas
fallas de desplazamiento horizontal tienen una traza que es visible a lo largo de
una gran distancia.
En vez de una fractura única a lo largo de la cual tiene lugar el movimiento,
las fallas de desplazamiento horizontal consisten en una zona de fracturas
aproximadamente paralelas, cuya anchura puede ser superior a varios kilómetros.
El movimiento más reciente, sin embargo, suele producirse a lo largo de una banda
de tan sólo unos pocos metros de ancho que puede cortar estructuras como los
cauces de los ríos (Figura GEOEST-22). Además, las rocas trituradas y rotas
producidas durante la formación de la falla son erosionadas con más facilidad,
produciendo, a menudo, valles lineales o depresiones que marcan la ubicación de
estas fallas transcurrentes.

Figura GEOEST-21 Desarrollo idealizado del manto de cabalgamiento


Lewis.
A. Entorno geológico antes de la deformación.
B, C. El movimiento a gran escala a lo largo de un cabalgamiento desplazó rocas
precámbricas sobre estratos cretácicos en la región del parque Nacional Glacier
D. La erosión por el hielo glacial y el agua superficial produjo la segmentación del
cabalgamiento originando un paisaje majestuoso y aisló un resto del
cabalgamiento denominado Chief Mountain.
Figura GEOEST-22 Bloque diagrama que ilustra las estructuras
asociadas con las fallas con desplazamiento horizontal. Obsérvese cómo los
cauces de las corrientes han sido desplazados por el movimiento de la falla.
Las fallas de este diagrama son fallas con movimiento horizontal destral.
(Modificado según R. L. Watson y colaboradores.)

Los primeros registros


Científicos de fallas de deslizamiento horizontal se debieron al seguimiento
de zonas de ruptura superficial que habían producido intensos terremotos. Uno de
los más notorios fue el gran terremoto de San Francisco de 1906. Durante este
gran terremoto, se desplazaron hasta 4,7 metros las estructuras que se habían
construido a través de la falla de San Andrés, por ejemplo, las vallas. Dado que el
movimiento del bloque de corteza del lado opuesto de la falla fue a la derecha,
según se mira hacia la falla, se denomina falla direccional con movimiento destral.
La falla Great Glen de Escocia es un ejemplo bien conocido de falla de dirección
semestral con un sentido de desplazamiento opuesto. Se ha calculado que el
desplazamiento total a lo largo de la falla Great Glen supera los 100 kilómetros.
También asociados con esta falla hay numerosos lagos, entre ellos el lago Ness,
el hogar del legendario monstruo.
Muchas grandes fallas de desplazamiento horizontal atraviesan la litosfera y
acomodan el movimiento entre dos grandes placas de corteza. Recordemos que
este tipo especial de falla direccional se denomina falla transformante (tras: a
través; forma: forma). Numerosas fallas transformantes cortan la litosfera oceánica
y conectan las dorsales oceánicas. Otras acomodan el desplazamiento entre
placas continentales que se mueven en sentido horizontal una con respecto a la
otra. Una de las fallas transfonnantes mejor conocida es la falla San Andrés, en
California (véase Recuadro GEOEST-02). A esta falla de límite de placas puede
seguírsele el trazado durante unos 950 kilómetros desde el golfo de California
hasta un punto situado a lo largo de la costa norte de San Francisco, donde
desaparece en el mar. Desde su formación, hace unos 29 millones de años, el
desplazamiento a lo largo de la falla de San Andrés ha superado los 560 kilómetros.
Este movimiento ha acomodado el desplazamiento hacia el norte del suroeste
californiano y la Península de Baja California en relación con el resto de
Norteamérica.
Extracto:
"Ciencias de la Tierra 8 Edicion – Una Introducción a la Geología Física. Edward
J. Tarbuck, Frederick K. Lutgens".
Diaclasas
Entre las estructuras más comunes se cuentan diaclasas. A diferencia de las
fallas, las diaclasas son fracturas a lo largo de las cuales no se ha producido
desplazamiento apreciable. Aunque algunas diaclasas tienen una orientación
aleatoria, la mayoría se produce en grupos aproximadamente paralelos.
Ya hemos considerado dos tipos de diaclasas. Antes vimos que las diaclasas
columna res se forman cuando las rocas ígneas se enfrían y se desarrollan
fracturas de retracción que producen columnas alargadas en forma de pilares.
También recordemos que el alejamiento produce un modelo de diaclasas
suavemente curvadas que se desarrollan más o menos en paralelo a la superficie
de los grandes cuerpos ígneos, como los batolitos. En estos casos, la
Formación de diaclasas es consecuencia de la expansión gradual que se produce
cuando la erosión elimina la carga supra yacente. En contraste con las situaciones
que acabamos de describir, la mayoría de las diaclasas se produce cuando se
deforman las rocas de la corteza más externa. En estas zonas, los esfuerzos
tensionales y de cizalla asociados con los
Movimientos de la corteza hacen que las rocas se rompan frágilmente. Por
ejemplo, cuando se produce plegamiento, las rocas situadas en los ejes de los
pliegues se estiran y se separan creándose diaclasas tensionales. También
pueden desarrollarse gran cantidad de diaclasas en respuesta a levantamientos y
hundimientos regionales de la corteza relativamente sutiles y, a menudo, apenas
perceptibles. En muchos casos, la causa de formación de diaclasas en una zona
particular no es fácil de apreciar.
Muchas rocas están rotas por dos o incluso tres tipos de diaclasas que se
intersectan, lo que fragmenta las rocas en numerosos bloques de formas regulares.
Estos conjuntos de diaclasas ejercen a menudo una fuerte influencia sobre otros
procesos geológicos. Por ejemplo, la meteorización química tiende a concentrarse
a lo largo de diaclasas y, en muchas áreas, el movimiento del agua subterránea y,
por tanto, la disolución de las rocas solubles están controlados por el modelo de
las diaclasas (Figura GEOEST-23). Además, un sistema de diaclasas puede influir
en la dirección que siguen los cursos de las corrientes de agua.
Figura GEOEST-23 La meteorización química se intensifica a lo largo de las
diaclasas en las rocas graníticas de la parte superior del domo Lambert,
Parque Nacional Yosemite. (Toto de E. J. Tarbuck.)

Las diaclasas también pueden ser significativas desde un punto de vista


económico. Algunos de los depósitos minerales mayores y más importantes del
mundo se encuentran a lo largo de sistemas de diaclasas. Las soluciones
hidrotermales, que son básicamente fluidos mineralizados, pueden migrar a través
de las rocas fracturadas y precipitar cantidades económicamente importantes de
cobre. Plata, oro, cinc, plomo y uranio.

Además, las rocas con muchas diaclasas representan un riesgo para las
grandes construcciones de ingeniería,
Entre ellas las autopistas y las presas. El 5 de junio de 1976 se perdieron 14 vidas
y casi 1.000 millones de dólares
Cuando se derrumbó la presa Tetón en Idaho. Esta presa de tierra se había
consumido con arcillas y limos muy erosionables y estaba situada sobre rocas
volcánicas muy fracturadas. Aunque se intentó rellenar los huecos de las rocas
diaclasa das, el agua fue penetrando gradualmente en las fracturas de las rocas
del subsuelo v socavó los cimientos de la presa. Por último. El agua en movimiento
excavó un túnel en las arcillas y los limos fácilmente erosionables. En cuestión de
minutos la presa se hundió, lanzando un frente de agua de 20 metros de altura
aguas abajo de los ríos Tetón y Snake.

1)-DIAGRAMA ESFUERZO - DEFORMACIÓN UNITARIA

El diseño de elementos estructurales implica determinar la resistencia y rigidez


del material estructural, estas propiedades se pueden relacionar si se evalúa una
barra sometida a una fuerza axial para la cual se registra simultáneamente la
fuerza aplicada y el alargamiento producido. Estos valores permiten determinar el
esfuerzo y la deformación que al graficar originan el denominado diagrama de
esfuerzo y deformación.

Los diagramas son similares si se trata del mismo material y de manera general
permite agrupar los materiales dentro de dos categorías con propiedades afines
que se denominan materiales dúctiles y materiales frágiles. Los diagramas de
materiales dúctiles se caracterizan por ser capaces de resistir grandes
deformaciones antes de la rotura, mientras que los frágiles presentan un
alargamiento bajo cuando llegan al punto de rotura.

ESFUERZO.

Las fuerzas internas de un elemento están ubicadas dentro del material por lo
que se distribuyen en toda el
Área; justamente se denomina esfuerzo a la fuerza por unidad de área, la cual se
denota con la letra griega sigma (σ) y es un parámetro que permite comparar la
resistencia de dos materiales, ya que establece una base común de
Referencia.
σ = P/A

Donde:
P≡ Fuerza axial;
A≡ Area de la sección transversal

DEFORMACIÓN.

La resistencia del material no es el único parámetro que debe utilizarse al diseñar


o analizar una estructura;
Controlar las deformaciones para que la estructura cumpla con el propósito para
el cual se diseñó tiene la misma o
Mayor importancia.

El análisis de las deformaciones se relaciona con los cambios en la forma de la estructura


que generan las cargas aplicadas.

Una barra sometida a una fuerza axial de tracción aumentara su longitud inicial;
se puede observar que bajo la misma carga pero con una longitud mayor este
aumento o alargamiento se incrementará también. Por ello definir
la deformación (ε) como el cociente entre el alargamiento δ y la longitud inicial L,
indica que sobre la barra la deformación es la misma porque si aumenta L también
aumentaría δ. Matemáticamente la deformación sería:

ε = δ/L

DIAGRAMA.

El diagrama es la curva resultante graficada con los valores del esfuerzo y la


correspondiente deformación unitaria en el espécimen calculado a partir de los
datos de un ensayo de tensión o de compresión.
a) Límite de proporcionalidad:

Se observa que va desde el origen O hasta el punto llamado límite de


proporcionalidad, es un segmento de recta rectilíneo, de donde se deduce la tan
conocida relación de proporcionalidad entre la tensión y la deformación enunciada
en el año 1678 por Robert Hooke. Cabe resaltar que, más allá la deformación deja
de ser proporcional a la tensión.

b) Limite de elasticidad o limite elástico:

Es la tensión más allá del cual el material no recupera totalmente su forma


original al ser descargado, sino que queda con una deformación residual llamada
de formación permanente.

c) Punto de fluencia:

Es aquel donde en el aparece un considerable alargamiento o fluencia del


material sin el correspondiente aumento de carga que, incluso, puede disminuir
mientras dura la fluencia. Sin embargo, el fenómeno de la fluencia es característico
del acero al carbono, mientras que hay otros tipos de aceros, aleaciones y otros
metales y materiales diversos, en los que no manifiesta.
d) Esfuerzo máximo:

Es la máxima ordenada en la curva esfuerzo-deformación.

e) Esfuerzo de Rotura:

Verdadero esfuerzo generado en un material durante la rotura.

2)- Propiedades de las Rocas de


Construcción y Ornamentación

Las rocas, y otros materiales pétreos artificiales utilizados en la construcción,


son sustancias heterogéneas caracterizadas por amplios rangos de
variación composicional, textural y estructural. Esta variabilidad hace que las
propiedades de los materiales, que son las que dictan sus campos de aplicación,
sean también variables. Así, la adecuación de un material para un propósito
concreto, tanto desde el punto de vista constructivo-ornamental como restaurador,
debe basarse en determinadas propiedades que deben, a su vez, ser
fácilmente medibles en el laboratorio.
Las propiedades de los materiales se clasifican generalmente
como físicas, químicas y mecánicas, aunque en el campo de la
construcción/ornamentación/restauración también pueden incluirse las
propiedades relacionadas con su trabajabilidad. Es evidente que la lista de
propiedades que pueden medirse en un material es muy extensa. Por ello en este
tema se presentan aquellas que tienen más relevancia desde el punto de vista que
nos atañe.
Dentro de las propiedades físicas se incluyen densidad, porosidad,
permeabilidad a líquidos y gases, capacidad calorífica, conductividad y expansión
térmicas, etc. Entre las propiedades químicas pueden incluirse la resistencia a
soluciones ácidas y alcalinas, y a las reacciones inducidas por la presencia de
sales. Las propiedades mecánicas incluyen la resistencia a la compresión, tensión,
flexión e impacto y penetración por otro cuerpo y por otras acciones que involucran
la generación de fuerzas, como la cristalización de hielo y sales en el interior del
sistema poroso de los materiales y los cambios volumétricos de los mismos
debidos a cambios de temperatura.
Estas propiedades, que en última instancia resultan de la composición
química y mineralógica de los materiales, de su textura y de su estructura, permiten
caracterizar la resistencia de los materiales a los agentes de deterioro. Esto último
gobierna la vida útil del material, que a fin de cuentas es equivalente a la vida útil
de las partes del edificio construidas con el mismo y, para determinados elementos
constructivos, del edificio mismo.
Una misma propiedad de un material puede medirse en distintos aparatos,
bajo distintas condiciones experimentales y utilizando probetas de muestra de
distintas dimensiones y formas. Esto supone generalmente obtener resultados
distintos para una misma propiedad, por lo que éstas deben medirse siguiendo
normativas que aseguren que los datos obtenidos son comparables con los
obtenidos en otros laboratorios. Entre estas normas cabe mencionar las de la
Sociedad Americana para el Ensayo de Materiales
(American Society for Testing Materials, o ASTM), las de grupo italiano para la
Normativa de Productos Pétreos (Normativa Manuffati Lapidei, o NORMAL)
del Consiglio Nazionale delle Ricerche-Istituto Centrale per il Restauro (CNR-ICR)
y las de la Reunión Internacional de Laboratorios de Ensayos de Materiales
(RILEM), incluyendo las de la Comisión 25 para la Protección y Erosión de los
Monumentos (25 Protection and Erosion des Monuments, o PEM) de la RILEM.

2.1. PROPIEDADES FISICAS


2.1.1. ISOTROPÍA Y ANISOTROPÍA
Estos conceptos se utilizan para calificar el comportamiento de los materiales
respecto de las direcciones del espacio. Así, un material es isótropo respecto de
una propiedad determinada cuando esa propiedad no varía al variar la dirección
en la que se mida la propiedad. En este caso, se dice que la propiedad es escalar.
Por el contrario, un material es anisótropo cuando la propiedad varía según la
dirección considerada. En este caso, la propiedad es vectorial.

2.1.2. DENSIDAD Y PESO ESPECIFICO (ASTM 12-70)


Tanto la densidad como el peso específico son propiedades que no dependen
de la dirección de medida, esto es, son propiedades escalares
Aunque se utilizan indistintamente, los términos de densidad y peso
específico no son idénticos. La densidad es la relación entre la masa y el volumen
de la sustancia, midiéndose en unidades de masa/unidades de volumen (e.g.,
g/cc). El peso específico es la relación numérica entre el peso de un cuerpo y el
peso de igual volumen de agua a 4°C, esto es la relación entre las densidades del
cuerpo y la del agua. Esta propiedad es adimensional (no se expresa en términos
de unidades determinadas) ya que es la relación entre dos cantidades con la
misma dimensión. Dado que el volumen del agua varía con la temperatura, se toma
como referencia la densidad del agua a 4°C.
Densidad = masa/volumen (gr/cc)
Peso específico = Densidad cuerpo/Densidad agua a 4°C
En los minerales, ambas magnitudes son función de la estructura cristalina y
la composición del mineral, así como de la temperatura y presión, ya que los
cambios de estos factores provocan contracciones (descenso de T y/o aumentos
de P) o expansiones (aumento de T y/o descenso de P) de las estructuras. Los
cambios de estructura afectan a estas magnitudes; así por ejemplo, la calcita
presenta un peso específico de 2.72 y el aragonito 2.94, y el cuarzo-a 2.65 y el
cuarzo-b 2.40. La composición también afecta en el caso de los minerales solución
sólida; así por ejemplo, el peso específico del olivino aumenta a medida que los
átomos de Fe (más pesados) sustituyen a los de Mg (más ligeros), pasando de
3.22 para el Mg2[SiO4] (forasterita pura) a 4.41 para el Fe2[SiO4] (fayalita pura).
Cuando se consideran otro tipo de sustancias (por ejemplo, rocas),
la densidad o densidad real se define como la masa por unidad de volumen de una
sustancia, esto es la razón entre la masa en reposo y su volumen, considerando
sólo la parte impermeable (esto es, excluyendo el volumen ocupado por los poros):

Dónde: r es la densidad (kg/m3)


M es la masa (kg) de la sustancia y
V es el volumen (m3) de la parte impermeable de la sustancia.
La densidad de algunos materiales de construcción se presenta en la Tabla 1.

Tabla 1. Densidad (kg/m3) de


algunos materiales de construcción
(de Komar, 1987).
Acero 7800-7900
Cemento Portland 2900-
3100
Granito 2700-2800
Arena cuarzosa 2600-
2700
Ladrillo 2500-2800
Vidrio 2500-3000
Caliza 2400-2600
Madera 1500-1600

La densidad global (a veces también denominada densidad aparente) es la


masa por unidad de volumen de un material en su estado natural, incluyendo poros
y todo tipo de espacios abiertos:

Dónde: ro es la densidad global del material (kg/m3)


M1 es la masa global (kg) del material y
V1 es el volumen global (m3) del material.
La densidad global de los materiales depende de su porosidad y contenido
de espacios abiertos. Materiales sueltos como arena, piedra molida y cementos se
caracterizan por su masa global. El volumen de estos materiales incluye tanto los
poros y espacios abiertos existentes dentro de los granos como entre los granos.
La densidad global de los materiales condiciona en gran medida sus
propiedades físico-mecánicas, tales como resistencia a la compresión y
conductividad térmica, que a su vez son cruciales para cálculo de estructuras y
diseño de edificios. Evidentemente, la densidad global de los materiales es
fuertemente variable (Tabla 2).

El peso específico o peso específico verdadero de una sustancia es la razón


entre la masa de una unidad de volumen de la sustancia y la masa de la misma
unidad de volumen de agua destilada. Para los sólidos, el volumen considerado es
el de la parte impermeable. El peso específico global se define de manera similar,
aunque considera el volumen total del cuerpo, incluyendo los poros.

Tabla 2. Densidad global (kg/m3) y porosidad (%) de rocas y


materiales de construcción (de Winkler, 1973 y Komar, 1987)
Densidad global Porosidad
Acero 7800-7850
Granito 2600-2800 0.15-1.5
Gabro 3000-3100 0.1-0.2
Riolita 2400-2600 4.0-6.0
Basalto 2800-2900 0.1-1.0
Arenisca 2000-2600 5.0-25.0
Lutita 2000-2400 10.0-30.0
Caliza 2200-2600 5.0-20.0
Dolomia 2500-2600 1.0-5.0
Gneiss 2900-3000 0.5-1.5
Mármol 2600-2700 0.5-2.0
Cuarcita 2650 0.1-0.5
Pizarra 2600-2700 0.1-0.5
Hormigón pesado 1800-2500
Hormigón ligero 500-1800
Ladrillo 1600-1800
Arena 1450-1650
Plástico poroso 20-100

2.1.3. POROSIDAD
La porosidad de un material es el volumen de espacios abiertos que
contiene relativo a su volumen total. Los poros son pequeños espacios
abiertos existentes en los materiales rellenos por soluciones acuosas y/o
gaseosas (e.g., aire). Los poros pueden estar abiertos (i.e.,
intercomunicados) o cerrados, y ser grandes o pequeños. El tamaño de poro
medio y el grado de intercomunicación entre los poros determinan el tipo y
grado de movimiento de soluciones líquidas y gaseosas por el interior de
los materiales. Esto controla en gran parte su durabilidad. Los poros
pueden clasificarse en función de su tamaño en:
 Megaporos: _____________ 256-0.062 mm
 Macro capilares: _________ 0.062-0.0001 mm
 Micro capilares:_________ <0.0001 mm
Existen distintos conceptos de porosidad. La porosidad teórica viene
dada por la ecuación:

Dónde: P es la porosidad total (%)


Vp (m3) es el volumen de poros
Vsólidos (m3) es el volumen agregado de las partículas sólidas y
Vo (m3) es el volumen total de la muestra.
Teniendo en cuenta que la relación entre masa, volumen y densidad,
y que la masa del material poroso es idéntica a la masa de la sustancia (sin
poros) si los poros están ocupados por vacío, la expresión anterior queda:

Dónde: P es la porosidad total (%)


o es la densidad global del material (kg/m3) y
 es la densidad real de la sustancia (kg/m3), asumiéndola libre de
poros.
La densidad de la sustancia libre de poros es difícil de estimar. Por
ello se recurre a otro tipo de mediciones. La porosidad total efectiva es la
porosidad medible mediante intrusión de mercurio hasta una presión
forzada de 1000 atmósferas, aunque se puede llegar hasta varios miles de
atmósferas:

donde: Pt es la porosidad total efectiva (%)


Vp (m3) es el volumen de mercurio intuido y
Vo (m3) es el volumen de la muestra seca.
Mediante la técnica de intrusión forzada de mercurio puede estimarse
no sólo la porosidad total efectiva, sino la porosidad media (%) comprendida
entre un determinado rango de tamaño de poro, medido en términos de
radio o diámetro de poro. En general, los aparatos (porosímetros de Hg)
más comunes permiten evaluar los porcentajes de radios de poro menores
de 1 mm de los materiales, por lo que no se obtiene información sobre la
porosidad debida a mega poros, que en algunas rocas sedimentarias y
materiales de construcción como morteros puede ser muy elevada. Las
dimensiones de las probetas de muestra medidas en el poros
metro de Hg dependen del aparato utilizado, aunque es común que sean
pequeñas, de unos mm de diámetro. Para asegurar que los análisis sean
representativos, pueden seguirse las recomendaciones del Documento
NORMAL 4/80.

Otra medida de la porosidad se puede obtener mediante pesada hidrostática,


que define la porosidad abierta o accesible al agua. El material se sumerge en
agua (u otro líquido de densidad conocida) hasta su saturación (ver más adelante),
calculándose la porosidad a partir de la masa del material seco, saturado y
saturado por pesada hidrostática (i.e., peso de la muestra saturada inmersa en un
recipiente con agua) mediante la expresión:

Dónde: no es la porosidad abierta (%)


Ms (kg) es el peso medido en saturación
Mo (kg) es el peso seco de la muestra, y
Mh (kg) es el peso de la muestra saturada medida por pesada hidrostática.
Al contrario que la porosidad total efectiva medida por intrusión forzada, la
porosidad abierta da información sobre la porosidad debida a los poros más
gruesos por los que el agua puede circular. No obstante, no se pueden extraer
valores de porosidad media para distintos rangos de tamaño de poro. Las
dimensiones de las probetas de muestra son las mismas que las utilizadas para
estimar la saturación de agua.

Figura 1. Porosidad total por intrusión de Hg y distribución de la porosidad en


función del radio de poro (% volumen absoluto y acumulado) en biocalcarenita y
mortero de cal de San Jerónimo, Granada (de Fernández-Cardell, 1998).

2.1.4. ADSORCION Y ABSORCION DE AGUA


Estas propiedades se relacionan con la movilidad de vapor de agua o
agua líquida en los materiales, esto es con la permeabilidad del medio a
estas sustancias:
 Adsorción es la adhesión de moléculas de gases o de moléculas
en solución a las superficies de los cuerpos sólidos con los que están
en contacto. La higroscopicidad es la propiedad de los materiales de
adsorber vapor de agua de la atmósfera.
 Absorción es la incorporación o asimilación de líquidos en el
interior del sistema poroso del material. La succión de agua es la
propiedad de los materiales de absorber agua líquida en contacto
con los mismos.
La higroscopicidad está controlada por la temperatura y humedad
relativa del aire, por los tipos de poros, su número y tamaño, y por la
naturaleza de la sustancia implicada. Debido a la naturaleza polar del
agua, este último control se debe a la existencia o no de cargas residuales
no compensadas en las superficies de las sustancias. Así, las superficies
de algunas sustancias compuestas por átomos con enlaces iónicos atraen
al agua (i.e., sustancias hidrófilas) mientras que las superficies de otros
compuestos por átomos con enlaces covalentes la repelen (i.e.,
sustancias hidrófobas). Las sustancias hidrófilas tienen a disolverse en agua,
mientras que las hidrófobas no, resistiendo la acción de los medios acuosos.
A igualdad de otros factores, la higroscopicidad de un material depende del
área superficial expuesta, i.e., incluyendo la de los poros y canales capilares. Los
materiales con idéntica porosidad total, pero con poros más finos (capilares) son
más higroscópicos que los que presentan poros grandes, lo cual es debido a que
los primeros presentan mayor superficie específica.

Figura 2. Adsorción de moléculas agua (polares) por partículas hidrófilas


(con cargas electrostáticas residuales en su superficie) durante ciclos de
mojado y secado.

La succión de agua en el interior de los sistemas porosos de los


materiales incluye también la higroscopicidad. La saturación en agua
afecta de forma sustancial a otras propiedades físicas y mecánicas de los
materiales, tales como densidad global, conductividad térmica y resistencia
mecánica, por lo que su medida es importante. La técnica es muy sencilla,
y se basa en sumergir una probeta de muestra completamente en agua, a
tiempos parciales, y medir el incremento de masa de las probetas en esos
tiempos. Las recomendaciones del Documento NORMAL 7/81 indican
utilizar probetas cúbicas de 5x5x5 cm. Los incrementos de masa permiten
calcular la cantidad de agua absorbida:
Dónde: Wt (%) es el contenido de agua absorbida en el tiempo t (s)
Mt (kg) es el peso medido en el tiempo t (s) y
Mo (kg) es el peso seco de la muestra
Por lo tanto, Wt representa incrementos de masa en % relativos al material
seco. Estos datos permiten construir curvas Wt-t (generalmente, el tiempo
se expresa como ), que caracterizan el comportamiento del material.
La absorción de agua es función de la porosidad total, y del tamaño y
forma de los poros. Así, la cantidad de agua absorbida es siempre menor
que la porosidad total del material ya que parte de los poros se encuentran
cerrados, i.e., aislados del medio exterior y no accesibles al agua. Dado que
los porcentajes de agua absorbida son proporcionales a la porosidad del
material, y esta puede variar entre distintos materiales, se recurre a una
normalización ulterior para comparar materiales de porosidad variada.
Esta normalización se lleva a cabo respecto del porcentaje en peso de agua
bajo saturación forzada, esto es, bajo condiciones de presión mucho
menores de la atmosférica, tendiendo al vacío, recalculando el incremento
de masa en los distintos tiempos respecto de la cantidad máxima de agua
absorbida (Wt, max), esto es, el porcentaje de peso de agua para el tiempo t.
Esta normalización permite obtener el grado de saturación en función del
tiempo:

Dónde: St es el grado de saturación (%)


Wt (%) es el porcentaje de peso de agua en el tiempo t (s) y
Ws (%) es el porcentaje en peso de agua bajo la saturación forzada.

2.1.5. DESORCION DE AGUA


Los materiales localizados en contacto con el aire retienen cierta cantidad de
humedad. La cantidad de agua retenida es función de las condiciones ambientas
(temperatura y humedad relativa), así como de la naturaleza de las sustancias
(hidrófilas o hidrófobas) y de la composición de la solución acuosa (agua pura vs.
soluciones salinas). Si las condiciones ambientales cambian, por ejemplo,
descendiendo la humedad relativa, el material tiende a ceder vapor de agua al
medio aéreo, secándose. Este proceso de desorción de agua es inverso al de
adsorción, aunque si la muestra se encuentra saturada en agua, es inverso al de
absorción.
La tasa de desorción o secado depende de la diferencia entre la humedad del
material y la del medio ambiente (a mayor diferencia, mayor tasa de secado), de la
naturaleza del material y de la naturaleza de la porosidad
(sustancias hidrorepelentes con poros grandes tienden a eliminar más
rápidamente la humedad).
La técnica de medición de la desorción de agua es similar a la de saturación
de agua, y persigue evaluar la facilidad de los materiales para eliminar el agua
absorbida en el interior de su sistema poroso. El ensayo se realiza con el mismo
material utilizado en el de saturación, y se basa en medir las pérdidas de masa, a
tiempos parciales, respecto del peso de la muestra saturada en agua. Este ensayo
debe realizarse en un ambiente con temperatura (20 ºC) y humedad relativas (60
%) constantes para asegurar la comparación de muestras distintas. Las pérdidas
de masa permiten calcular la cantidad de agua desorbita:

Dónde: W e (%) es la cantidad de agua perdida


Mt (kg) es la masa medida en el tiempo t (s) y
Mo (kg) es el peso de la muestra saturada en agua.
Por lo tanto, W e representa pérdidas de masa en % relativos al material saturado.
Igualmente, estos datos permiten construir curvas W e-t (generalmente, el tiempo
se expresa como ), que caracterizan el comportamiento del material.
Al igual que en el caso de absorción, se calcula el grado de saturación en
función del tiempo con el fin de comparar muestras de porosidad muy variada:

Dónde: Se (%) es el grado de saturación


W eb es el porcentaje de peso de agua en el tiempo t (ser) y
W es el porcentaje en peso de agua bajo la saturación forzada.
Las tasas de saturación observadas en los ensayos de absorción y desorción,
evaluadas mediante las curvas respectivas Set-t y Se-t no tienen por qué coincidir.
Esto se debe a que los procesos físicos involucrados en ambos procesos son
distintos.
Como se ha indicado más arriba, la humedad en los materiales de
construcción afecta a sus propiedades físicas y mecánicas. El principal efecto es
un cambio de volumen: los materiales se hinchan cuando absorben agua y se
contraen al evacuarla. Dado que los cambios de volumen generan tensiones
internas en los materiales, ciclos continuados a escala diaria y estacional de
mojado-secado inducen esfuerzos alternantes en el material que, aunque poco
significativos en términos absolutos para materiales pétreos, generan pérdida de
resistencia mecánica por fatiga (ver más adelante). Un ejemplo claro son los
morteros, cuyo aglomerante (cal, cemento) sufre contracción durante el secado
mientras el árido no, lo que genera esfuerzos tensionales que conllevan la pérdida
de cohesión del agregado por micro fracturación del aglomerante. Ensayos de
ciclos de secado-mojado durante largos periodos de tiempo permiten calificar la
resistencia al deterioro por esta causa.

2.1.6. CAPILARIDAD
El fenómeno de la capilaridad, cuyo resultado es el movimiento ascendente
o descendente de un líquido en el interior de un tubo fino de un material sólido
cuando éste es sumergido en el líquido, es debido a la existencias de fuerzas en
la superficie de las sustancias sólida (e.g., vidrio), líquida (e.g., agua) y gaseosa
(e.g., aire) en contacto. Estas fuerzas se denominan de tensión superficial. La
conjunción de estas fuerzas hace que las gotas de un líquido depositadas sobre la
superficie de un material sólido presenten ángulos de contacto sólido-líquido
variados en función de la naturaleza de los sólidos y líquidos. Así, los líquidos
“mojan” a los sólidos cuando el ángulo de contacto está comprendido entre 0 y 90º,
en cuyo caso el líquido asciende por el capilar. Si por el contrario la conjunción de
fuerzas mencionada anteriormente condicionan que el ángulo de contacto sólido-
líquido esté comprendido entre 90 y 180, el líquido no moja al material y desciende
por el capilar. Estas relaciones se ilustran en las Figuras 3 y 4. En consecuencia,
el efecto que debe producir un material hidrofugante (protectivo o consolidante)
aplicado sobre un material debe ser el de incrementar el ángulo de contacto del
material pétreo, y obstaculizar el ascenso del agua por su sistema poroso. El efecto
contrario es el obtenido por los agentes detergentes o jabones (i.e., tensoactivos).
La altura a la que asciende (o desciende) un líquido en un capilar no es sólo
función del ángulo de contacto, sino que depende también del radio del capilar. La
ecuación que permite calcular la altura alcanzada es:

donde: h es la altura (m)


SLV es la tensión superficial líquido-vapor (0.0728 N/m para el agua-aire,
a 20 ºC)
es el ángulo de contacto (en radianes, = grados· /180)
es la densidad del líquido (1000 kg/m3 para el caso del agua)
g es la aceleración de la gravedad (9.8 m/seg2) y
r es el radio de poro (m)

Figura 3. Variación en el ángulo de contacto sólido-líquido. En (a) el líquido (e.g.,


agua) moja al sólido (e.g., piedra), y < 90º, mientras que en (b) el líquido (e.g.,
mercurio) no moja al sólido y > 90º.
Figura 4. Fuerzas resultantes (F) de la conjunción de las tensiones superficiales
en un sistema sólido-líquido-gas en un tubo capilar (w es el peso de la columna
de agua para el caso a). El líquido se eleva una altura h si (a) < 90º, y
desciende si (b) > 90º.

La Figura 5 muestra las curvas altura-radio de capilar calculadas para el


sistema agua-aire y distintos valores de . Nótese que valores de altura negativos
se obtienen para ángulos > 90º, lo que implica que el agua descenderá en el
capilar, y que la altura ascendida (o descendida) es del orden de varios metros
para radios de poro muy pequeños, como los que generalmente presentan rocas
y morteros.

Figura 5. Curvas altura-radio de capilar calculadas para el sistema agua-aire.

La rutina de trabajo (recomendaciones RILEM y NORMAL 11/85) consiste en


la colocación de las probetas (la relación de área/volumen de la probeta cúbica,
prismática o cilíndrica debe estar comprendida entre 1 y 2 cm-1) sobre una
superficie mojada, dentro de una cubeta de material plástico con agua destilada e
interface de papel absorbente para asegurar un flujo de humedad continua, sin
llegar a mojar otra superficie que no sea la base de la probeta. Para evitar una
rápida evaporación del agua de la cubeta, ésta se cubre con una tapadera de
plástico protegida con papel absorbente para evitar el goteo de condensación
sobre las probetas junto con las paredes laterales de la cubeta. El recipiente debe
colocarse dentro de una campana aislante con unos valores de temperatura y de
humedad relativa constantes.
El ensayo consiste en pesar y medir la altura del agua sobre las diferentes
probetas a tiempos parciales. Las pesadas se realizan eliminando previamente el
exceso de agua depositada sobre la base de las probetas con una bayeta
absorbente ligeramente humedecida; de esta forma se retiran los excesos de agua
sin llegar a restar parte de la contenida en la probeta. Los resultados que se
obtienen con el ensayo son los siguientes: peso en función del tiempo (Mt)
expresado en gramos y altura ascendida en función del tiempo (ht) expresada en
centímetros. La cantidad o incremento de agua absorbida de la muestra, por
unidad de superficie en el tiempo se calcula con la siguiente ecuación:

Dónde: M/S es el incremento de masa por unidad de superficie (kg/m 2)


Mt (kg) es el peso de la muestra en función del tiempo t (s)
M0 (kg) es el peso de la muestra seca y
S es el área (m2) de la cara de la probeta en contacto con el agua.
Con los datos obtenidos es posible construir dos curvas, una de absorción
capilar y otra de ascenso capilar, en función de (min0.5). La primera se traza en
función del incremento de peso experimentado por la probeta a lo largo del ensayo,
la segunda curva representa la altura de agua ascendida en función del tiempo
transcurrido. Además de observar el comportamiento del material, se pueden
obtener el coeficiente de absorción capilar (con dimensiones kg/m2·s0.5) y
el coeficiente de penetración capilar (con dimensiones m/s0.5) obtenidos mediante
cálculos de regresión en los tramo rectilíneos de las curvas.

2.2. PROPIEDADES MECANICAS


Las propiedades mecánicas definen la capacidad del material para resistir
acciones externas o internas que implican la aplicación de fuerzas sobre el mismo.
Esencialmente, estas fuerzas son de compresión, tensión (o extensión), flexión y
de impacto.

2.2.1. RESISTENCIA A LA COMPRESION


La resistencia a la compresión es la carga (o peso) por unidad de área
a la que el material falla (se rompe)
por fracturación por cizalla o extensional (Figura 6). Esta propiedad es muy
importante en la mecánica de materiales, tanto en situación no confinada
(i.e., uniaxial) como confinada (i.e., triaxial). Dado que los materiales cerca
de la superficie terrestre, incluyendo los edificios, suelen estar sometidos a
condiciones no confinadas, consideraremos exclusivamente esta situación.
En este caso, la resistencia a la compresión uniaxial (i.e., longitudinal) se
mide en una prensa hidráulica que registra el esfuerzo compresor (l)
aplicado sobre una probeta de material en una dirección del espacio, y
la deformación lineal (l) inducida en esa misma dirección.
Figura 6. Desarrollo de fracturas extensionales y de cizalla como resultado de
compresión.

Es importante indicar que los resultados obtenidos en los experimentos de


resistencia a la compresión para un mismo material dependen de la forma y
tamaño de la probeta. Así, los prismas y cilindros largos presentan menores
resistencias a la compresión que los cubos con la misma área de sección, y estos
a su vez menor que los prismas y cilindros cortos (con alturas menores que sus
lados o radios). Igualmente, la resistencia a la compresión depende de la tasa de
aplicación de la carga, de forma que a mayores velocidades de compresión mayor
es el valor de la resistencia. La metodología experimental puede seguir la norma
ASTM D3148-86, según la cual las probetas de muestra serán cilíndricas, con una
relación altura/diámetro comprendida entre 2.5 y 3 (e.g., 10 cm de altura
por 4 cm de diámetro). Deben ensayarse al menos 5 probetas por cada tipo de
material, manteniendo la tasa de aplicación de la carga constante (entre 0.5 y
1 MPa/s). Por otra parte, hay que evitar una mala colocación de la probeta en la
prensa, para asegurar una distribución homogénea del esfuerzo compresor.
El esfuerzo es igual a la fuerza aplicada por sección o superficie:

Dónde: Él es la fuerza aplicada longitudinalmente, expresada en newtons en el


sistema mks (N=kg·m·s-2), dinas en el sistema cgs o kilogramos-fuerza
en el sistema técnico
S es la sección de la probeta (m2) y
2 2 2
l es el esfuerzo lineal expresado en Pa (N/m ), dinas/cm o kg/m (las
dimensiones del esfuerzo son las mismas que las de presión).
Dado que la fuerza es un vector, también lo es el esfuerzo. Así, dado que el
signo de la fuerza se toma negativo por convenio cuando es compresiva, y positivo
cuando es tensional, el esfuerzo compresor es negativo y el tensor es positivo.
La deformación lineal es igual al cambio de longitud experimentado por la
longitud original de la probeta:
Dónde: l0 (m) es la longitud original
l1 (m) es la longitud final
l (m) es el incremento de longitud de la probeta.
Puesto que al comprimir l0 es siempre mayor que l1, l y l son negativos (positivos
para el caso de tensión). El valor de l (que es adimensional) es generalmente
muy pequeño para materiales pétreos (del orden de 0.01 y menores).
La deformación inducida sobre un cuerpo debido a la acción de un campo de
fuerzas exteriores puede ser elástica o plástica. La deformación es elástica cuando
el cuerpo recupera su forma y volumen iniciales una vez cesada la acción de las
fuerzas externas. En caso contrario, la deformación es plástica (esto es, si la
deformación persiste en parte). El que la deformación sea elástica o plástica
depende de la naturaleza del cuerpo, de la temperatura, y del grado y tasa
(velocidad) de deformación al que ha sido sometido. A temperatura constante, los
materiales se comportan normalmente como elásticos cuando los esfuerzos
aplicados son pequeños, si bien se tornan plásticos cuando los esfuerzos superan
un cierto límite.
Para estudiar el comportamiento mecánico de los materiales, se recurre a la
experimentación sometiendo a los mismos a esfuerzos progresivos y registrando
la deformación resultante. Estos datos se expresan en diagramas l- l como los
de la Figura 7, donde toma la forma de curvas similares (en forma) a las obtenidas
en los ensayos de succión capilar. En la Figura 7 puede apreciarse un tramo de la
curva l- l donde el esfuerzo es directamente proporcional a la deformación. Este
comportamiento constituye la ley de Hooke, que aplica solo para pequeñas
deformaciones, hasta un límite denominado límite de proporcionalidad,
representado en la Figura 7 por el punto a. En este tramo, el comportamiento del
material es elástico, esto es, si se disminuye el esfuerzo aplicado lentamente, se
recorre el mismo tramo de la curva en sentido contrario, hasta alcanzar el punto de
origen donde el esfuerzo y la deformación son nulos. La proporcionalidad entre el
esfuerzo y la deformación en el tramo de la ley de Hooke permite definir el módulo
de Young o módulo de elasticidad (E). Este módulo es la constante de
proporcionalidad, de manera que:

Donde el módulo de elasticidad E es positivo ( l y l son negativos) y


presenta las mismas dimensiones que el esfuerzo ya que l es adimensional. El
valor del módulo de Young es característico para distintos materiales, por lo que
puede utilizarse para comparar las características mecánicas de los mismos.
Figura 7. Curva esfuerzo-deformación para compresión, con ilustración de los
tramos elástico y plástico.

Para deformaciones superiores al límite de proporcionalidad, existe un cierto


tramo de la curva l- l donde el comportamiento del material es elástico, aunque
no existe proporcionalidad entre el esfuerzo y la deformación. El límite en el que el
comportamiento del material deja de ser elástico se denomina límite elástico,
representado por el punto b de la curva en la Figura 7.
Al aumentar el esfuerzo y superarse el límite elástico (punto b), la
deformación aumenta rápidamente y es en parte permanente. Así, si se disminuye
el esfuerzo aplicado lentamente a partir del punto c de la curva, se recorrerá el
trayecto indicado por una flecha de puntos hasta alcanzar el punto donde el
esfuerzo es nulo, pero existe una cierta deformación permanente (el cuerpo no
recupera su longitud original). Al aumentar el esfuerzo se llega finalmente al
punto d, denominado punto de ruptura, donde el cuerpo experimenta
una fracturación catastrófica por cizalla o fisuración extensional. Este punto de
ruptura define, en términos del esfuerzo compresivo, la resistencia a la
compresión (R).
La resistencia a la compresión de los materiales de construcción es muy
variable, oscilando desde materiales:
muy débiles (<70 kg/cm2)
débiles (70-200 kg/cm2)
moderadamente resistentes (200-700 kg/cm2)
fuertes (700-1400 kg/cm2) hasta
muy fuertes (>1400 kg/cm2).
Las rocas naturales son relativamente resistentes a la compresión (no tanto
a la tensión y flexión), aunque las rocas sedimentarias son las más débiles debido
sobre todo a su mayor porosidad y variable grado de cementación, al igual que los
hormigones (Tabla 3). Aunque no puede generalizarse el efecto del tamaño de
grano, puede decirse que, en general, la resistencia a la compresión aumenta a
medida que aumenta el tamaño de grano de los materiales, a igualdad de otras
variables como composición mineral, estructura, porosidad, cementación, etc.

Tabla 3. Resistencia a la compresión de algunas rocas y


materiales de construcción (modificado de Winkler, 1973).
(Mpa) kg/m2·106 kg/cm2·103
Granito 97 310 10 32 1.0 3.2
Sienita 186 434 19 44 1.9 4.4
Gabro, diabasa 124 303 13 31 1.3 3.1
Basalto 110 338 11 34 1.1 3.4
Caliza 14 255 1 26 0.1 2.6
Arenisca 34 248 4 25 0.4 2.5
Gneiss 152 248 15 25 1.5 2.5
Cuarcita 207 627 21 64 2.1 6.4
Mármol 69 241 7 25 0.7 2.5
Pizarra 138 207 14 21 1.4 2.1
Hormigón 5.5 69 1 7 0.1 0.7

La resitencia a la compresión de rocas utilizada en monumentos granadinos


son (valores obtenidos en seco por Guardia Olmedo et al., 1986, Arte y Deterioro
en los Monumentos Granadinos. Catedral, Chancillería y Palacio de Carlos V.
Universidad de Granada, 140 p.)

Tabla 4. Resistencia a la compresión de rocas utilizadas


en monumentos granadinos (Guardia Olmedo et al.,
(1986).
Calcarenita: 75-500 kg/cm2
Travertino: 400-700 kg/cm2
Conglomerados: 200 kg/cm2
Caliza de Sierra Elvira: 600-900 kg/cm2
Mármol de Macael: 680-980 kg/cm2
Serpentinita: 400-700 kg/cm2

Las relaciones entre esfuerzo y deformación ilustradas en la Figura 7 son


ideales, ya que representan un comportamiento estrictamente elástico para el
material en el tramo lineal de la curva correspondiente a la ley de Hooke. No
obstante, los materiales reales muestran relaciones esfuerzo-deformación más
complicadas, no siguiéndose estrictamente la relación de linearidad. Esto significa
que las curvas esfuerzo-deformación pueden presentar tramos elásticos, casi-
elásticos, semi-elásticos y no-elásticos (o plásticos). Los tipos de curvas para
materiales casi-elásticos, semi-elásticos y no-elásticos se representan en la
Figura 8.
Por otro lado, los materiales pueden clasificarse como frágiles y dúctiles
(Figura 9). Los materiales frágiles (como el vidrio) se rompen cuando se supera
el límite elástico, (b y d son muy cercanos), mientras que los materiales
dúctiles (como el acero o el cobre) presentan un tramo de comportamiento plástico
amplio.
Los materiales pétreos pueden caracterizarse, en general, como frágiles bajo
condiciones de temperatura ambiental (si bien a altas presiones y temperaturas
presentan tramos plásticos más amplios, Figura 9). La deformación permanente
entre el límite elástico y el punto de ruptura en los materiales heterogéneos como
los pétreos se verifica a bajas temperaturas mediante una microfracturación frágil.
Esta microfracturación se produce sobre todo en el interior de los minerales que
forman las rocas, a favor de sus sistema de exfoliación, o entre microporos. El
grado de microfracturación, que es controlado por las características texturales y
estructurales de los materiales (e.g., tamaño de grano, porosidad,
razón clastos/matriz, cementación, etc.), define en gran medida la forma de la
curva esfuerzo-deformación. Así, puede generalizarse que los materiales pétreos
con tamaño de grano fino tienden a ser casi-elásticos, mientras que los de grano
grueso tienden a ser semi-elásticos, siempre a igualdad de otros factores.
Respecto de la porosidad, materiales compactos y poco porosos tenderán a un
comportamiento casi-elástico o semi-elástico, mientras los materiales muy porosos
y poco o moderadamente coherentes (esto es, escasamente cementados, como
las calcarenitas bioclásticas utilizadas en la construcción de edificios históricos de
Granada o morteros de cal) tienden a un comportamiento semi-elástico o plástico.
El comportamiento semi-elastico o plástico indica un rápido aumento de la
deformación en los primeros incrementos de esfuerzo, lo cual se explica por
acomodo de la carga por el movimiento relativo de los granos (gruesos) del
entramado y/o deformación de los poros, pasándose a continuación a una situación
en que la tasa de deformación es menor, esto es, de recuperación mecánica, en la
que el esfuerzo y la deformación aumentan más o menos proporcionalmente una
vez el entramado de granos ha adquirido cierta compactación (Figura 8).
Como puede deducirse de lo anterior, el módulo de Young sólo puede
definirse en rigor cuando los materiales elásticos, ya que la proporcionalidad lineal
entre esfuerzo y deformación no se verifica en los materiales casi-elásticos, semi-
elásticos y plásticos. A pesar de ello, este módulo puede calcularse para partes
determinadas de las curvas esfuerzo-deformación, aunque sin el conocimiento de
sus formas este dato sirve de poco. No obstante, cuando los materiales son
frágiles, y su comportamiento es elástico o casi elástico, el módulo de Young y la
resistencia a la compresión nos permiten tener una idea bastante aproximada de
las curvas esfuerzo-deformación, ya que en estos materiales el límite de
proporcionalidad, el límite elástico y el punto de ruptura casi son coincidentes. En
estos casos, el módulo de Young será muy util para evaluar el comportamiento
mecánico de los materiales ante la acción de esfuerzos compresivos de
tipo uniaxial.
Las anisotropías estructurales de los materiales, tales como superficies de
estratificación o foliación, introducen lógicamente anisotropías mecánicas. Dado
que estas superficies introducen debilidades mecáncias (i.e., los materiales se
fracturan por extensión y cizalla más fácilmente a favor de las mismas), la
resistencia a la compresión y el módulo de elasticidad disminuyen si el esfuerzo
principal mayor (i.e., compresor, 1) es paralelo u oblicuo (cercano a 45º) a tales
superficies. La resistencia a la compresión de materiales anisótropos es máxima
cuando las superficies están orientadas perpendicularmente al esfuerzo principal
mayor. Esto es importante en la estabilidad de las estructuras en los edificios y en
los trabajos de restauración que impliquen sustitución de piezas por materiales
estructuralmente anisótropos.

Figura 8. Curvas esquemáticas esfuerzo-deformación para materiales casi-


elásticos (e.g., basaltos, granitos de grano fino), semi-elásticos (e.g., calizas,
areniscas, mármoles) y plásticos (morteros de cal, morteros de yeso).

Figura 9. Deformación frágil y dúctil bajo compresión, torsión y extensión


( 1, 2 y 3, son los esfuerzos principales mayor, intermedio y menor,
respectivamente). Las flechas marcan las tendencias en el comportamiento de
los materiales al variar la presión, la temperatura, la presión de fluidos localizados
en los poros y la tasa de deformación.

Como se ha indicado más arriba, la presencia de agua en el interior del


sistema poroso de un material altera sus propiedades mecánicas. Este efecto se
debe dos causas: 1) al desarrollo de presiones hidráulicas en los poros rellenos de
agua que afectan a los esfuerzos intergranulares (i.e., contactos de granos), y 2) a
la alteración de las propiedades de superficie de los granos (minerales). Esto
puede causar inestabilidad a lo largo de superficies más débiles y disminuir la
resistencia a la cizalla o fricción, produciéndose una reducción más o menos
significativa de su resistencia a la compresión.
La razón entre los coeficientes de resistencia a la compresión del material
saturado en agua y seco, denominado coeficiente de ablandamiento, es una
medida del efecto del agua sobre la resistencia a la compresión:

Dónde: Ks es el coeficiente de ablandamiento (adimensional)


Rs (Pa) es la resistencia a la compresión del material saturado en agua y
Rd (Pa) es la resistencia a la compresión del material seco.
Para algunos materiales muy porosos fácilmente empapables, este
coeficiente tiende a 0, ya que Rs tiende a 0, mientras que otros materiales poco
porosos como vidrios o aceros el coeficiente de ablandamiento tiende a 1, esto es,
retienen sus propiedades mecánicas ante la presencia de agua. Los materiales
con coefientes de ablandamiento mayores de 0.8 se califican de resistentes
mecánicamente respecto de la acción del agua. Los materiales con coeficientes
menores de 0.8 nunca deben exponerse a la acción de la humedad (e.g., zócalos
de elementos constructivos que sufren infiltración capilar), y en caso de exponerse,
deben aislarse de la humedad con barreras impermeables o tratarse con
productos hidrofugantes.

2.2.2. RESISTENCIA A LA TENSION


La resistencia a la tensión es el esfuerzo tensional por unidad de área a la
que el material falla (se rompe) por fracturación extensional. Esta propiedad, que
es una indicación del grado de coherencia del material para resistir fuerzas
“tirantes”, depende de la resistencia de los minerales, del área interracial entre
granos en contacto y del cemento intergranular e intragranular.
Existen distintas técnicas para medir la resistencia a la tensión, tanto en
materiales pétreos como en morteros, cementos y hormigones. En el ensayo de
tracción directa, quizás el más apropiado, se utilizan probetas cilíndricas con una
razón longitud/diámetro de 2 a 2.5. Los extremos de las probetas se introducen (y
pegan con resina epoxi) en unas cápsulas que están unidas a cadenas que
transmiten el esfuerzo tensional sin introducir componentes de torsión. La norma
ASTM D2936 regula los métodos y condiciones experimentales este ensayo.
Los conceptos, definiciones y controles de la deformación introducidos
anteriormente para la resistencia a la compresión pueden ser extendidos sin más
problema a la resistencia a la tensión. Respecto de los materiales pétreos de
construcción, puede generalizarse que, para un material dado, la magnitud de la
resistencia a la tensión suele ser de un orden de magnitud menor que la resistencia
a la compresión. En la Tabla 5 se presentan valores de resistencia a la tensión
para algunas rocas medidos con la técnica de tracción directa.

Tabla 5. Resistencia a la tensión


(Mpa) de algunas rocas
(de Touloukian y Ho, 1981).
Basalto 8.6
Conglomerado 29.7
Calizas 4.2 5.8
Arenisca 1.1 1.7
Arenisca calcárea 4.3
Esquistos 3.1

2.2.3. RESISTENCIA A LA FLEXION


La resistencia a la flexión, o módulo de ruptura, es la resistencia de un
material a ser doblado (plegado) o flexurado. La medida de esta propiedad se
realiza con barras de material asentadas sobre dos pivotes y aplicando carga sobre
el centro de la barra (norma ASTM C99-52). La resistencia a la flexión (Sm) viene
dada por la expresión:

Dónde: P (Pa) es la carga aplicada


l (m) es la distancia entre los pivotes y
d3 (m) es el diámetro de la probeta
Si la probeta es cilíndrica, y por la expresión:

Dónde: b (m) es el ancho de la sección de la probeta y


H (m) es el largo de la probeta
Si la probeta es prismática.
Para un material pétreo dado, el valor de resistencia a la flexión es cercano
al doble de su resistencia a la tensión medida con el método de tracción directa.

2.2.4. FATIGA
Cuando los materiales sufren esfuerzos de forma cíclica sin llegar al punto de
ruptura, se observa un debilitamiento mecánico de los mismos con el tiempo. Esto
implica una pérdida de sus propiedades mecánicas, que puede dar lugar a
la fracturación bajo esfuerzos mucho menores que los apropiados para los
materiales “frescos” que no han sido sometidos a esfuerzos. A esta característica
de los materiales se le denomina fatiga.
Se ha encontrado que la causa fundamental del fallo por fatiga de los
materiales pétreos es el micro fracturación. Los experimentos llevados a cabo
sugieren una evolución episódica para la fatiga. Inicialmente, se produce un micro
fracturación entre los contactos de grano y en el interior de los cristales a favor de
los planos de exfoliación y superficies de partición de los mismos. A continuación,
existe un periodo de aquiescencia, con escasa deformación adicional. En el último
estadio, las microfracturas coalescen, perdiéndose coherencia e iniciándose el
fallo (fracturación) del material. No obstante, también parece que la fatiga es un
proceso continuo, disipándose la energía en forma de microfracturas hasta el punto
en que se supera un nivel crítico en el que ocurre el fallo.
La mayor parte de los procesos de deterioro de tipo mecánico que sufren los
materiales pétreos en los edificios se deben al fallo por fatiga, ya que los esfuerzos
generados no suelen superar la resistencia a la compresión, tensión o flexión de
los materiales “frescos”. No obstante, también hay que tener en cuenta el efecto
de otros procesos físicos y químicos de alteración, que modifican las propiedades
mecánicas originales de los materiales, generalmente reduciendo sus propiedades
mecánicas.
Las rocas son materiales con elevada resistencia a la compresión y en menor
medida a la flexión y la tensión. Por esta razón son materiales apropiados para
elementos constructivos tales como muros, paramentos, columnas, etc., que
sufren importantes cargas compresivas, y no tanto para elementos constructivos
que sufren importantes esfuerzos tensionales y de flexión, como los generados en
estructuras adinteladas o alquitranadas. Por esta razón, la luz de los arquitrabes
no puede ser elevada.
La resistencia a la tensión es una propiedad particularmente importante
desde el punto de vista de los procesos de alteración de materiales pétreos de
construcción. Esto es debido tanto a la existencia de procesos de alteración
cíclicos que generan importantes esfuerzos tensionales capaces de producir fallos
mecánicos (fracturación) por fatiga en los materiales, como al hecho de ser la
propiedad mecánica cuantitativamente más deficiente en los mismos. Entre los
procesos de deterioro mecánico por generación de esfuerzos tensionales cabe
destacar los cambios volumétricos que sufren los materiales al sufrir variaciones
de temperatura, la formación de hielo y la cristalización e
hidratación/deshidratación de sales solubles en el interior del sistema poroso de
los materiales.

Figura 10. Acciones mecánicas en el sistema adintelado (modificado de Ortega Andrade,


1993)

2.2.5. DUREZA
La dureza es la resistencia de los materiales para resistir la penetración de
otro cuerpo. Para el caso de minerales, la dureza se ha considerado clásicamente
como la resistencia que presenta un mineral a ser rayado por otro mineral o
material. F. Mohs dedujo empíricamente una escala cualitativa basada en las
durezas relativas de distintos minerales que ha sido muy utilizada como criterio de
clasificación y de determinación. Esta escala es como sigue:

Dureza Mineral Dureza Mineral


1__________ Talco 6__________ Ortosa
2__________ Yeso 7__________ Cuarzo
3__________ Calcita 8__________ Topacio
4__________ Fluorita 9__________ Corindón
5__________ Apatito 10_________ Diamante

Cada uno de estos minerales es capaz de rayar a los situados antes que él
en la escala, y a su vez es rayado por los que vienen después. La medida de la
dureza suele ser cualitativa (aunque hay métodos de determinación precisa)
estableciéndose en una primera aproximación en base a los siguientes criterios: si
la uña raya al mineral la dureza es menor de 2.5; si una navaja raya al mineral la
dureza es menor de 5.5; si el mineral raya al vidrio la dureza es igual o mayor de
7. Así, el cuarzo se diferencia de la calcita en que aquel raya al vidrio y ésta no.
Esta propiedad es vectorial, es decir, depende de la dirección en que se
aplique en un mineral, debido a la diferente distribución de enlaces cristalinos en
las estructuras minerales. Así por ejemplo, la distena (Al2SiO5) es un mineral de
hábito prismático que presenta una dureza de 4 a lo largo de su elongación mayor
y de 6.5 perpendicularmente a la misma. En general, los minerales presentan
durezas más bajas en superficies de exfoliación respecto de otras direcciones. En
cualquier caso, la dureza depende del tipo de enlaces atómicos presentes, de la
estructura y de la composición. A igualdad de otros factores, los minerales con
estructuras más densas son más duros (e.g. el aragonito tiene una dureza de 4 y
la calcita de 3), y los que presentan elementos más pequeños son más duros (e.g.
el corindón (Al2O3) tiene una dureza de 9 y la hematites (Fe2O3) de 6, presentando
el Al+3 un radio iónico de 0.57 Å y el Fe+3 de 0.67 Å). En general, los minerales que
presentan moléculas de (OH) o de agua (H2O) tienen durezas bajas, lo cual es
debido a que en las estructuras hidratadas existen enlaces débiles entre estas
moléculas y el resto de los átomos, como en el caso del yeso (CaSO4·2H2O) y el
talco (Mg3Si4O10(OH)2).
Aplicadas a los materiales pétreos, esta propiedad es importante para evaluar
la trabajabilidad, con utensilios de impacto y abrasivos, de los materiales en la
cantera y en la obra. Existen muchos métodos de evaluar la dureza: la resistencia
al rayado, a la indotación, a la abrasión, al rebote y al impacto. La gran complejidad
de los materiales pétreos no permite una correlación clara entre los distintos
parámetros de resistencia mecánica y de dureza, aunque en general, la dureza de
los materiales aumenta a medida que la resistencia a la compresión aumenta.
Dado que las rocas son materiales frágiles, presenta débil o moderada resistencia
al impacto, por lo que son materiales trabajables con herramientas de impacto.
Esto permite en la mayor parte de los casos un buen acabado. Lo mismo puede
decirse de su buena trabajabilidad por pulido, particularmente en rocas como
calizas y mármoles, aunque existen rocas relativamente duras (i.e., aquellas que
presentan abundante cuarzo, como cuarcitas y granitos) que resisten bien la raya
y la abrasión.

2.3. EXPANSIÓN TÉRMICA


En general, el incremento de la temperatura de cualquier material produce un
aumento de su volumen. Esto se debe a que la energía térmica absorbida induce
un incremento en las vibraciones de los átomos constitutivos de la materia,
agrandando las distancias interatómicas. Este fenómeno se describe
como expansión volumétrica de origen térmico a presión constante, o
simplemente expansión térmica, y su medida se realiza en términos del coeficiente
de expansión térmica ( ). Este coeficiente representa el incremento relativo de
volumen producido al aumentar la temperatura en un grado a presión constante, y
puede escribirse como:

= 1/V*( V/ T)
Cuando el incremento de volumen no depende de la temperatura a la que
se mida. Las dimensiones de son ºC-1, y sus valores son positivos en la mayor
parte de los casos ya que, como se ha indicado anteriormente, las sustancias
suelen aumentar de volumen al aumentar la temperatura. No obstante, existen
algunas sustancias que disminuyen su volumen al aumentar la temperatura en
determinados rangos de esta última, como es el caso del cuarzo- (y el agua).
Por lo que se refiere a los minerales cuya estructura cristalina no es cúbica,
como es el caso de la mayoría de los minerales que constituyen las rocas comunes,
sus coeficientes de expansión térmica dependen de la dirección cristalina en la que
se mida (esto es, los minerales son anisótropos respecto de esta propiedad). Así,
el cuarzo- se expande más perpendicularmente a su eje c (eje principal de
simetría y de elongación) que paralelamente a él. Este comportamiento se
denomina expansión térmica diferencial, y su medida se realiza en términos
de coeficientes de expansión térmica lineal (l), que representan los incrementos
relativos de longitud producidos al aumentar la temperatura en un grado a presión
constante:

= 1/l*( l/ T)
La dimensión de este coeficiente es también ºC-1, y sus valores son positivos
en la mayor parte de los casos por la misma causa que se ha indicado más arriba.
No obstante, existen algunas sustancias que disminuyen su longitud en direcciones
determinadas al aumentar la temperatura, como en el caso de la calcita, que se
expande paralelamente a su eje c y se contrae perpendicularmente a él. No
obstante, el coeficiente de expansión térmica de la calcita en términos de volumen
es positivo, ya que la contracción que sufre perpendicularmente al eje c es
proporcionalmente menor a la expansión que sufre paralelamente al mismo. En el
caso del cuarzo- , el incremento de temperatura supone contracciones en todas
las direcciones cristalográficas, por lo que el resultado neto es un descenso
de volumen (o aumento de densidad).
Figura 11. Expansión térmica volumétrica y lineal de algunos minerales formadores de
rocas (tomado de Winkler, 1973).

Tabla 6. Expansión térmica lineal y volumétrica del cuarzo desde 0 a 1000 ºC a 1 bar de
presión (tomado de Winkler, 1973).
Temperatura ( ºC) Incremento de l (%) Incremento de volumen (%)
c // c
50________________ 0.07____________ 0.03_____________________ 0.17
100________________ 0.14____________ 0.08_____________________ 0.36
200________________ 0.30____________ 0.18_____________________ 0.78
300________________ 0.49____________ 0.29_____________________ 1.27
400________________ 0.72____________ 0.43_____________________ 1.87
500________________ 1.04____________ 0.62_____________________ 2.70
570________________ 1.46____________ 0.84_____________________ 3.76
573 Transición de cuarzo- a cuarzo-
580________________ 1.76____________ 1.03_____________________ 4.55
600________________ 1.76____________ 1.02_____________________ 4.54
700________________ 1.75____________ 1.01_____________________ 4.51
800________________ 1.73____________ 0.97_____________________ 4.43
900________________ 1.71____________ 0.92_____________________ 4.34
1000________________ 1.69____________ 0.88_____________________ 4.26

2.4.MORTEROS DE REINTEGRACION EN PILARES DE


TRAVERTINO DE LA COLEGIATA DEL SALVADOR
(ALBAYCIN)
Los morteros de reintegración que han sido utilizados en la obra de
restauración realizada en el curso 1993/94 fueron fabricados específicamente para
reintegrar las faltas en los pilares de travertino. Los criterios fundamentales para la
elaboración de estos morteros fueron los siguientes:
Que presentasen una elevada porosidad, además de un tamaño
de macroporos elevado, similar al del travertino.
Que la proporción de poros de dimensiones menores de 1 m no fuese
elevada, o en cualquier caso similar a la del travertino, para evitar
problemas de infiltración capilar preferente a través de los morteros.
Que el aglomerante presentase cierta hidraulicidad, utilizando para ello
mezclas de cal aérea, cal hidráulica y/o cemento portland.
Que contuviesen la menor proporción posible de cemento portland (que
incluye en torno a 2-5% de yeso), para evitar problemas ulteriores como
presencia de sales y ataque químico.
Que presentasen una resistencia mecánica inferior a la del travertino,
lo que garantiza su degradación preferencial respecto a la del mismo.
En total, se diseñaron 12 mezclas, cuya composición se expresa en la Tabla 4
en partes de cada componente en volumen. En estas mezclas, el aireante utilizado
consistió en poliestireno expandido (poliespán), ya que es soluble en acetona y
puede retirarse una vez fraguado el mortero. La proporción de aireante fue elevada
en todos los casos (50% en volumen), para conseguir una porosidad elevada en
los morteros, similar o mayor que la del travertino (ver más adelante). La adición
de tal cantidad de poliestireno expandido confirió unas propiedades mecánicas
deficientes en la mayoría de los morteros, que resultaron ser demasiado frágiles
una vez fraguados y retirado el poliestireno con acetona a pesar de que en algunos
morteros se añadió acetato de polivinilo (de acción aglomerante).
Las únicas mezclas que resultaron factibles para su utilización como morteros
de reintegración desde el punto de vista mecánico fueron las M3 y M4, ambas a
base de cal hidráulica y sin cemento portland. Paralelamente a los trabajos de
restauración, se llevó a cabo una serie de trabajos de control sobre las propiedades
mecánicas y el comportamiento de los morteros de restauración M3 y M4 y
el travertino. A continuación se describen los ensayos efectuados y los resultados
obtenidos.

Tabla 4. Composición (partes en volumen) de los morteros de


reintegración diseñados para reintegrar los pilares de travertino del
patio de la Iglesia del Salvador (Albaycin).
Cal Cal Cemento Arido Aireantes Acetato
aérea hidráulica Portland de polivinilo
m1 1 - - 3 4 0.5
m2 1 - - 2 3 0.5
m3 - 1 - 3 4 -
m4 - 1 - 2 3 -
m5 1 2/3 - 4 6 -
m6 1 1/3 - 4 5 -
m7 1 1/15 - 4 5 0.3
m8 1 1/30 - 4 5 0.3
m9 1 - 2/3 4 6 -
m10 1 - 1/3 4 5 -
m11 1 - 1/15 4 5 0.3
m12 1 - 1/30 4 5 0.3

2.4.1.RESISTENCIA A LA COMPRESIÓN UNIAXIAL


Las probetas utilizadas fueron cilíndricas de 4 cm de diámetro por 10 cm de
alto. Se ensayaron 4 probetas de travertino y 3 probetas por cada tipo de mortero
de restauración. Los resultados obtenidos se presentan en los diagramas l-
l de la Figura 12. En esta figura pueden apreciarse los tramos elásticos de las
curvas l- l donde el esfuerzo es directamente proporcional a la deformación (i.e.,
ley de Hooke). Es en estos tramos donde se han medido las constantes de
proporcionalidad (i.e., módulo de Young), que se indican en los diagramas
(expresados en Mpa). Puede apreciarse que los valores de los módulos
de Young para los travertinos son bastante mayores que para los morteros de
restauración M3 y M4, lo que garantiza una mayor debilidad mecánica de estos
últimos. Esto es importante ya que cualquier mortero de reintegración debe
responder con menor efectividad que el material pétreo original ante cualquier
esfuerzo aplicado, como esfuerzos derivados de cambios volumétricos debidos a
cambios de temperatura, de cristalización de sales o de la transición hielo-deshielo
en el interior del sistema poroso, etc. No obstante, el mortero M4 es preferible al
M3, ya que el primero presenta mayores valores de E y las diferencias respecto de
los valores de E del travertino son de un orden de magnitud.
Figura 12.- Diagramas esfuerzo-deformación para las muestras de travertino y
morteros M3 y M4. Las cifras que aparecen en los diagramas son los módulos
de Young respectivos calculados mediante regresión lineal sobre los tramos
rectos de las curvas.

Por otra parte, el comportamiento mecánico de los morteros de restauración


M3 y M4 es esencialmente plástico, lo cual permite suponer que la deformación se
acomodará por deformaciones permanentes, y no por fracturación.

2.4.2.POROSIDAD
La porosidad se ha obtenido con un porosímetro de inyección de mercurio
sobre pequeñas muestras de unos mm de diámetro. Los resultados obtenidos se
muestran en la Figura 13, que permite apreciar la gran heterogeneidad en la
distribución de poros del travertino y la homogeneidad de la porosidad de los
morteros. No obstante, los mayores porcentajes de porosidad se localizan en
ambos tipos de materiales en el rango de 0.001 y 0.01 milímetros (1-10 micras).
En términos generales, puede concluirse que la porosidad de los morteros no
difiere excesivamente de la de los travertinos.
Figura 13.- Distribución de la porosidad en función del tamaño de poro en
los travertinos y morteros M3 y M4.

Aunque este tipo de ensayo no permite evaluar los porcentajes de radios de


poro mayores de 1 mm, no se dispone de información sobre la porosidad
macroscópica tan elevada que presentan tanto los travertinos como los morteros
de restauración fabricados. No obstante, los ensayos de saturación libre en agua
y desorción permiten especular con una macroporosidad similar en ambos
materiales.

2.4.3.SATURACION Y DESORCION DE AGUA


Se utilizaron 3 probetas cúbicas de dimensiones 3 x 3 x 3 cm por cada tipo
de material. El ensayo de desorción se realizó bajo condiciones de temperatura
(ca. 20 ºC) y humedad relativa (40-50 %) controladas. Las curvas W t- que
caracterizan el comportamiento del material se representan en la Figura 14.
Los resultados obtenidos permiten concluir que los morteros de restauración
absorben mayores cantidades de agua que el travertino. Esta característica no
debe ser interpretada necesariamente como negativa, ya que debe tenerse en
cuenta que los pilares de travertino rara vez se encontrarán inmersos en agua (sólo
una gran inundación daría las condiciones apropiadas). Además, una mayor
absorción de agua supone que los morteros actuarán como “esponjas” por
comparación con el travertino, lo que garantiza su alteración preferente de los
morteros. Por otro lado, las curvas de desorción indican que los morteros expulsan
mayores cantidades de agua que el travertino en rangos de tiempo similares, lo
cual es claramente una ventaja adicional de estos morteros de restauración.
Figura 14.- Curvas de saturación libre (diagramas de la derecha)
y desorción (diagramas de la izquierda) en las muestras de travertino y morteros
M3 y M4. C.A y C.S son los coeficientes de absorción y desorción,
respectivamente. Las curvas se han construido sobre los valores medios
respectivos obtenidos para cada tiempo. Se indican además las barras de error
sobre las medias para cada tiempo y el error en las regresiones lineales con las
que se han estimado los coeficientes

2.4.4. CAPILARIDAD
Se han utilizado probetas prismáticas de dimensiones 3 x 3 x 10 cm (3
probetas por tipo de material). Las curvas de succión y penetración capilar (Figura
15) muestra que los coeficientes de absorción y penetración capilar son algo
mayores en los morteros que en el travertinos, aunque las diferencias son mínimas
y las formas de las curvas son similares para todos los materiales. En
consecuencia, la succión capilar en los morteros de restauración fabricados será
algo mayor que en el travertinos. La importancia de esta característica negativa
puede minimizarse a nuestro juicio, ya que los arriates que anteriormente existían
adyacentes a los pilares, y que eran una fuente importante de agua en el subsuelo
que ascendía por capilaridad, han sido eliminados. Aunque el ascenso capilar no
debe una fuente importante de degradación en los pilares, ante la ausencia de un
reservorio de agua de riego, se recurrió a hidrofugarlos con un
proyectivo hidrorrepelente.
3)-Factores que controlan el
comportamiento de los materiales
Según el Manual de Geo mecánica aplicada a la prevención de caída de
rocas en minería subterránea, publicada por la Sociedad Nacional de Minería
Petróleo y Energía, son múltiples los factores que influyen en la estabilidad del
macizo rocoso. En el siguiente extracto veremos algunos de ellos que
contribuirán a una excavación minera segura.
La caída de rocas constituye uno de los mayores riesgos en el minado
subterráneo. Por esta razón, para que las operaciones mineras sean seguras, es
esencial que el personal de la mina identifique los problemas de inestabilidad de la
masa rocosa, que pueden conducir a la falla potencial de la misma. De esta
manera, se podrá adoptar medidas adecuadas para prevenir los accidentes
ocasionados por la caída de rocas.
Los factores que influyen en las condiciones de estabilidad de la masa rocosa
de las excavaciones subterráneas, que son de particular interés en términos de la
operación minera día a día, son: la litología, intemperización y alteración, la
estructura de la masa rocosa, los esfuerzos, el agua subterránea, la forma, el
tamaño y orientación de las excavaciones, el esquema y secuencia de avance del
minado, la voladura, el tiempo de exposición abierta de la excavación y los
estándares de sostenimiento.

Antes de realizar una excavación, la masa rocosa se encuentra en equilibrio.


Sin embargo, cuando la excavación se ha creado, esta rompe las condiciones de
equilibrio pre-existentes. Lo mencionado crea perturbaciones en la masa rocosa
que es necesario controlar. Cuando estas perturbaciones son adversas, pueden
resultar en inestabilidades de la masa rocosa como fracturamientos y aflojamientos
de la roca. Asimismo, crea deslizamientos a través de superficies de
discontinuidad, deflexiones excesivas del techo, convergencia o cierre de los
contornos de la excavación o de las cajas de una labor en veta, astillamientos,
lajamientos, reventazones y estallidos de rocas.

La identificación de las inestabilidades de la masa rocosa, debe ser llevada


a cabo en forma continua durante el desarrollo de la mina. En ese sentido, se debe
realizar en base a la información geomecánica que se tenga disponible y las
inspecciones de rutina de la masa rocosa de las aberturas mineras.

Influencia de la litología, intemperización y alteración

El tipo de roca influye en las condiciones de estabilidad de la masa rocosa de


las excavaciones. Por ejemplo, las margas, tufos y tobas volcánicas de textura
granular o brechoide, caracterizadas por su baja densidad y alta porosidad, son
rocas que absorben rápidamente la humedad. Como consecuencia, se deterioran,
pudiendo llegar paulatinamente al fallamiento. En especial si es que no se adoptan
medidas de control de la estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones.

Las condiciones inestables de estos tipos de roca, se incrementan en


condiciones de mayor presencia de agua (goteos y flujos), presencia de agua ácida
y materiales rocosos carbonatados. Asimismo, en la presencia de altos esfuerzos
y cuando se ubican entre capas de roca de mejor calidad. Por ejemplo, brechas
tufáceas entre lavas andesíticas o margas entre calizas.

Particularmente en la roca estratificada, se presentan horizontes de rocas de


mala calidad como lutitas, margas, calizas carbonosas, calizas porosas u otras
rocas que contienen arcillas. Estos materiales constituyen estratos débiles,
principalmente en presencia de agua. Como consecuencia, pueden influir
adversamente en las condiciones de estabilidad de la masa rocosa de las
excavaciones.

Por otro lado, las rocas intemperizadas y alteradas también pueden influir en
las condiciones de estabilidad de la masa rocosa. Las rocas superficiales
intemperizadas, son rocas deterioradas y propensas a causar inestabilidades al
ser excavadas. Su rasgo principal es la presencia de óxidos de fierro debido a la
oxidación y el contenido de arcillas por la descomposición de los feldespatos u
otros minerales. En la mayoría de los casos las bocaminas requieren ser
sostenidas.

Las rocas alteradas tienen características más complejas. Las alteraciones


hidrodrotermales son muy relevantes en el minado, desde que están asociadas
con la formación y tipo de los yacimientos minerales. Las características de la
alteración influyen en forma adversa o en forma favorable a las condiciones de
estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones.

A manera de ejemplo, presentamos el zoneamiento simplificado de una


estructura mineralizada en un ambiente de alteración hidrotermal en vetas:

1. Zona de alteración silícea o cuarzo sericita, asociada con la mineralización


de la veta, en donde ocurren rocas de calidad regular.

2. Zona de alteración argílica, avanzada o intermedia, correspondiente a las


cajas inmediatas, donde ocurren rocas de mala calidad y propensas al
fallamiento.

3. Zona de alteración propi lítica potásica, asociada a la periferia de las cajas,


en donde la roca mejora su calidad, sin embargo, las fracturas presentan
minerales de clorita formando superficies lisas.

4. Zona de roca estéril no afectada por la alteración, en donde ocurren


condiciones geo mecánicas características de los macizos rocosos.

Además del zoneamiento de la alteración local (en la veta), algunos


yacimientos presentan un zoneamiento hidrotermal regional, mostrando las
diferentes zonas de alteración, condiciones geo mecánicas que la caracterizan y
que influyen en la estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones. También es
importante anotar que algunas rocas presentan, en su composición mineralógica,
materiales de características expansivas como la anhidrita (sulfato de calcio) y la
montmorillonita (tipo de arcilla). La primera relacionada con las calizas y la segunda
con tufos volcánicos o rocas como las fillitas.

Influencia de la estructura de la masa rocosa


La influencia de los rasgos estructurales geológicos sobre las condiciones
de estabilidad de la masa rocosa de las excavaciones, es de particular interés en
términos de las operaciones mineras día a día. La influencia de la estructura de la
masa rocosa puede ser simplificada considerando los siguientes tipos generales
de excavaciones:

 En roca masiva o levemente fracturada.

 En roca fracturada.

 En roca intensamente fracturada y débil.

 En roca estratificada.

 En roca con presencia de fallas y zonas de corte.

Influencia de los esfuerzos

Cuando el minado procede a poca profundidad respecto de la superficie, la


estabilidad de las excavaciones está condicionada principalmente por la influencia
de la estructura de la roca, tal como se ha descrito en el acápite anterior.

A medida que la profundidad del minado aumenta (mayor encampane), en


general los esfuerzos naturales en toda la masa rocosa también van
incrementándose. Esto debido principalmente al peso de la roca sobre yacente o
denominada también carga litostática. Cuando se apertura una labor minera en
esta masa rocosa, se rompe el campo de esfuerzos naturales y se induce un nuevo
estado de esfuerzos en la roca circundante a la excavación. Conforme avanza el
minado, los esfuerzos inducidos pueden concentrarse en ciertos lugares de las
excavaciones, en otros pueden disiparse. Particularmente en las áreas de
concentración de esfuerzos, estos pueden exceder la resistencia de la roca. Lo
mencionado genera problemas de inestabilidad en la masa rocosa de las
excavaciones, que se traduce a problemas potenciales de caída de rocas.

En términos de la estabilidad de las labores mineras, la influencia de los


esfuerzos en la masa rocosa puede ser simplificada considerando a los siguientes
tipos generales de terrenos:

 Esfuerzos antes de la excavación.

 Esfuerzos en roca masiva o levemente fracturada

 Esfuerzos en roca fracturada.

 Esfuerzos en roca intensamente fracturada y débil.

 Esfuerzos en roca estratificada.


 Esfuerzos en presencia de fallas y zonas de corte.

 Esfuerzos en roca expansiva.

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