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GUÍA PARA PADRES

CRIANZA EN TIEMPOS DE CRISIS:


EL RESGUARDO EMOCIONAL DE LA FAMILIA
EN TIEMPOS DEL COVID-19
UNA PRIORIDAD
Ana Julia Alvarado Parra . Margel Parra Fernández
Ignacio Muñoz Delaunoy . Nelson Lay Raby
COMPILADORES

Dirección de
Educación Continua y
Proyectos Educativos
Facultad de Educación y Ciencias Sociales
CRIANZA EN TIEMPOS DE CRISIS:
EL RESGUARDO EMOCIONAL DE LA FAMILIA
EN TIEMPOS DEL COVID-19
UNA PRIORIDAD

Ana Julia Alvarado Parra


Margel Parra Fernández
Ignacio Muñoz Delaunoy
Nelson David Lay
COMPILADORES

SantaBárbara

CRIANZA EN TIEMPOS DE CRISIS | 1


CRIANZA EN TIEMPOS DE CRISIS:
EL RESGUARDO EMOCIONAL DE LA FAMILIA
EN TIEMPOS DEL COVID-19. UNA PRIORIDAD
ISBN: 978-958-5483-78-1

Ana Julia Alvarado De Sampieri


anajalvarados@gmail.com

Margel Parra Fernández


margel.alejandra@gmail.com

Ignacio Muñoz Delaunoy


ignacio.munoz@unab.cl

Nelson Lay Raby


nelson.lay@unab.cl

Compiladores

Alfonso Ávila, editor literario


Alejandra Herrera, coordinador editorial
Camilo Ávila Bustos, maquetación
Carmen Bustos Giraldo, corrección ortotipográfica

SantaBárbara Editores E.U.


Carrera 65 No.84/25, Oficina
santabarbaraediciones@gmail.com
www.santabarbaraeditores.com
Barranquilla, Colombia

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier


forma de reproducción, distribución, comunicación pública y trans-
formación de esta obra sin contar con autorización de los titulares
de la propiedad intelectual. Queda hecho el depósito que previene
la ley.

Impreso en Colombia.

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APARTADO: COMPORTAMENTAL

ROL DE LOS PADRES EN LA ESTIMULACIÓN DE LA


COGNICIÓN SOCIAL EN NIÑOS PREESCOLARES

Javid Francisco Escalona-Oliveros


Jescalon2@cuc.edu.co
https://orcid.org/0000-0003-2363-2708

Irmina Beatriz Hernández-Sánchez


ihernand8@cuc.edu.co
https://orcid.org/0000-0002-7024-2668

Introducción
Desde el nacimiento hasta los últimos años de vida, el
ser humano es un ser social por naturaleza, debido a que
está en constante interacción con los demás a lo largo del
ciclo vital, siendo las primeras interacciones sociales con
sus padres o cuidadores un aspecto crucial para desarro-
llar habilidades necesarias para entablar relaciones socia-
les saludables y adecuadas de acuerdo con los diferentes
contextos en los que se desenvuelve durante el transcurso
de los primeros años de vida y en los años posteriores.
En este capítulo encontraremos un abordaje teórico
acerca de la cognición social desde una perspectiva biopsi-
cosocial, teniendo en consideración cada uno de sus com-
ponentes y haciendo especial énfasis en la cognición social
durante los primeros años de vida, desde el nacimiento
hasta la etapa preescolar, es un etapa crucial para el desa-
rrollo del niño en las dimensiones emocional y social, las
cuales son piezas clave para construir interacciones socia-
les saludables con otros niños y con los adultos.

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Finalmente, se resalta la importancia y el rol de los pa-
dres en la estimulación de los diferentes procesos de la
cognición social en los niños durante esta etapa, conside-
rando que son los primeros agentes de socialización de los
menores, con los cuales se forman los primeros vínculos y
se construyen las primeras relaciones sociales, que tendrán
un gran impacto y transcendencia para el desarrollo de las
futuras situaciones sociales con otras personas.

Cognición social y sus componentes


La cognición social (CS) comprende un proceso neu-
robiológico, psicológico y social, a través del cual se perci-
ben, reconocen y evalúan los acontecimientos sociales du-
rante la interacción social con los demás, para generar las
respuestas más apropiadas según la situación que se pre-
sente (Salas-Picón y Cáceres-Durán, 2017). En este sentido,
la CS juega un papel importante en el desarrollo y mante-
nimiento de relaciones sociales adecuadas, al ser conside-
rada como la base de las interacciones sociales saludables
(Eslinger & Eslinger, 2017).
Al ser un proceso complejo e integral implicado en un
gran número de funciones neurocognitivas y afectivas
como el procesamiento emocional, el reconocimiento facial
de emociones, el uso y recuperación de la información so-
cial, la interpretación de signos emocionales, la codifica-
ción de la información social, la inhibición de estímulos
emocionales, la toma de decisiones sociales, el comporta-
miento moral, entre otros (Sánchez-Cubillo, Tirapu y
Adrover-Roig, 2012), la cognición social cuenta con dife-
rentes componentes relacionados con cada uno de estos
procesos, entre los que se encuentran la teoría de la mente,

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la percepción social, el procesamiento emocional, el estilo
atribucional y la empatía.
La teoría de la mente hace referencia a la capacidad de
hacer inferencias sobre los estados mentales ajenos (Prado-
Guzmán, González-Ortiz y Acosta-Barreto, 2017), inclu-
yendo intenciones, pensamientos, creencias, deseos, emo-
ciones o actitudes de los demás (Maroño et al 2013); entre
tanto la percepción social es vista como la capacidad para
identificar normas, reglas y roles en contextos sociales a
través de señales sociales, clave verbales y no verbales
(Quemada, Rusu y Fonseca, 2017).
Por otra parte, el procesamiento emocional se reco-
noce como la “capacidad de reconocer y entender las emo-
ciones propias y ajenas” (Quemada, Rusu y Fonseca, 2017.
p. 37), mientras que el estilo atribucional consiste en atri-
buir causas internas o externas que explican la ocurrencia
de situaciones sociales positivas o negativas (Prado-Guz-
mán, González-Ortiz y Acosta-Barreto, 2017) y finalmente
la empatía corresponde a la capacidad de entender lo que
los demás piensan, necesitan y sienten como si fuera pro-
pio, sintiendo a la vez el deseo de brindar consuelo y
ayuda ante las situaciones que pueden estar experimen-
tando (Carpena, 2016).
Cada uno de estos componentes de la cognición em-
pieza a desarrollarse desde los primeros años de vida; de
allí la importancia de empezar a estimular estos procesos
desde el nacimiento.

Cognición social en los primeros años de vida


Meltzoff & Kuhl (2016) afirman que desde que un ser
humano nace intenta buscar y responder a las señales so-
ciales de quienes están a su alrededor, teniendo en cuenta

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que los humanos son exquisitamente por naturaleza agen-
tes sociales (Blakemore, 2010). Desde esta perspectiva,
Ciarrusta et al (2019) aseguran, basados en diferentes au-
tores, que la cognición social es una habilidad que co-
mienza a desarrollarse a temprana edad, y se va compleji-
zando a través de la construcción de procesos fundamen-
tales como la integración sensorial básica, el reconoci-
miento de emociones y la atribución del estado mental,
pero en primera instancia, los bebés dependen en gran
parte de las señales sociales no verbales, entre estas la mi-
rada, mientras que van aprendiendo sobre el mundo social
y físico (Meltzoff & Kuhl, 2016).
Por tanto, se reconoce entonces que “la capacidad de
percibir expresiones emocionales o entender el comporta-
miento social de las personas en situaciones específicas, es
una habilidad que se desarrolla en los primeros años de
vida”(Gelves-Ospina, Benítez-Agudelo, Escalona-Olive-
ros y Jaraba-Vergara, 2020, p.1), de allí que de acuerdo con
Papalia y Feldman (2012) los estudios acerca de la cogni-
ción social (CS) sugieren que la CS empieza a desarrollarse
desde el primer año de vida, cuando los bebés entre los 0
y 3 meses comienzan a mostrar interés y curiosidad por los
demás, sonriéndoles fácilmente a las personas, mientras
que hacia los 3 y 6 meses de vida ya pueden anticipar res-
puestas sociales que pueden suceder y experimentan de-
cepción en caso de que no ocurran, evidenciando esta de-
cepción a través del enojo o el recelo, sin embargo, también
sonríen, arrullan y se ríen frecuentemente, por lo cual estos
primeros meses representan un período de despertar so-
cial, con el inicio de intercambios recíprocos con su cuida-
dor.

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En este mismo orden de ideas, Delgado-Losada (2015)
asegura que desde los 6 meses de vida en adelante empieza
a surgir en los bebés la habilidad para detectar el signifi-
cado de expresiones emocionales de los demás, en especial
las expresiones de aprobación o enfado de la madre, segui-
damente entre los 9 y 12 meses los bebés comienzan a
orientar su comportamiento basados en las reacciones de
sus padres, entre éstas el tono de voz, las expresiones de
enfado o alegría y gestos de negación o aprobación, entre
otros, y durante los primeros dos años las relaciones socia-
les de los bebés están enfocadas hacia sus cuidadores,
desarrollando un vínculo de apego con ellos.
Sin embargo, diferentes factores pueden afectar el
desarrollo de la cognición social en los primeros años de
vida, entre ellos el nacimiento prematuro y la presencia de
autismo. De acuerdo con Fenoglio, Georgieff & Elison
(2017) diferentes estudios han encontrado que los sistemas
cerebrales múltiples asociados con la cognición social se
ven afectados por el parto prematuro, lo que su vez afecta
las capacidades de atención conjunta de estos niños y sus
respuestas sociales, contribuyendo a deficiencias posterio-
res en la cognición social y las habilidades de interacción
social (Zmyj, Witt, Weitkämper, Neumann & Lücke, 2017).
Por otra parte, otros estudios han demostrado que los
niños que muestran características sintomáticas de au-
tismo a temprana edad, suelen presentar problemas futu-
ros en la cognición social (Elsabbagh & Johnson, 2016), en-
contrándose durante los primeros dos meses de vida dife-
rencias funcionales en las regiones sociales del cerebro y
hacia los 4 y 6 meses deficiencias en las respuestas hacia
estímulos sociales (Dean, Freeman & Lainhart, 2020), sin
embargo, se hacen necesarios más estudios que permitan

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comprender las consecuencias del autismo temprano en la
cognición social de los bebés.
En casos como los descritos anteriormente o si se tiene
a un niño con un buen estado de salud, la labor de los pa-
dres o cuidadores durante los primeros años de vida es la
de estimular los diferentes procesos que competen a la cog-
nición social, con el fin de que se logre en el niño un pro-
greso importante en el manejo de sus interacciones sociales
futuras, como las que empieza a gestar durante la edad
preescolar.

Cognición social en niños preescolares


Con respecto al desarrollo socio-afectivo y la cogni-
ción social de los niños en la edad preescolar, Papalia y
Feldman (2012) así como Delgado-Losada (2015) coinciden
en que durante esta etapa los niños van mejorando su ca-
pacidad de reconocimiento y expresión verbal de sus emo-
ciones, teniendo como base de su desarrollo social a las re-
laciones con familiares y con amigos, en cuya interacción
con estos, a través del juego, un factor crucial durante esta
etapa, van adquiriendo conductas socialmente deseables,
normas sociales y entiendo las diferentes reglas y roles so-
ciales que deben considerar durante el proceso de sociali-
zación.
Con respecto a la cognición social (CS) durante esta
etapa, se presenta a continuación en la tabla 1, hitos del
desarrollo de los diversos componentes de la CS en estos
niños:

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TABLA 1
DESARROLLO DE LOS COMPONENTES DE LA
COGNICIÓN SOCIAL (CS) EN NIÑOS PREESCOLARES

COMPONENTES HITOS DEL DESARROLLO


DE LA CS
Procesamiento  Mayor capacidad para conocer y ex-
y expresión presar en palabras sus propias emocio-
emocional nes básicas (miedo, la tristeza, el
enojo) y morales (culpa, vergüenza, or-
gullo), así como para entenderlas y con-
trolarlas.

Percepción social  Van adquiriendo conductas conside-


radas socialmente deseables que se
ajustan a los diferentes contextos.
 Interiorizan reglas y normas sociales,
y su papel en un grupo social a través
del juego asociativo y de roles, incluso
empiezan a entender su rol e identidad
de género.

Teoría de la mente  Con frecuencia logran distinguir los


estados mentales y afectivos ajenos,
entendiendo su relación con experien-
cias y deseos.

Empatía  Van desarrollando la capacidad de


sentir como propios los pensamientos y
emociones de otras personas, especial-
mente de sus pares y sus padres, orien-
tándose hacia conductas prosociales
como el altruismo.

Estilo atribucional  Empiezan a hacer distinciones entre


“bueno” y “malo”, haciendo atribucio-
nes sobre las causas y consecuencias de
su comportamiento social y el de otros,
en función de esta distinción.

Elaboración propia.

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Como se muestra la tabla 1, cada uno de los compo-
nentes de la CS empiezan a desarrollarse durante la etapa
preescolar, permitiendo al niño tener mayor capacidad de
adaptación y ajuste social. Dentro de estos componentes en
desarrollo, la investigación científica destaca grande-
mente, la exploración del procesamiento emocional, la teo-
ría de la mente y la empatía en niños preescolares, eviden-
ciando a través de diversas investigaciones el progreso y
los factores adyacentes a estos que influyen en su desarro-
llo.
Con respecto a la teoría de la mente (ToM), el compo-
nente de la cognición social más estudiado en estos niños,
se ha encontrado que durante esta etapa, la ToM está aso-
ciada a las conversaciones con otros acerca de los estados
mentales ajenos, que les permiten empezar a hacer inferen-
cias respecto a esto, mejorando su comportamiento y com-
petencia social (Barreto, Osorio, Baptista, Fearon & Mar-
tins, 2017); así mismo He, Guo, Zhai, Shen & Gao (2017)
encontraron que la teoría de la mente está asociada con la
memoria social de trabajo, dado que la capacidad de esta
memoria aumentó constantemente entre los niños de 3 y 6
años, con un fuerte aumento entre los 4 y 5 años, favore-
ciendo la capacidad para inferir los estados mentales y
emocionales ajenos.
Por otra parte, LaBounty, Bosse, Savicki, King & Ein-
senstat (2016) encontraron que tanto la teoría de la mente
como la compresión de las emociones están asociadas po-
sitiva y negativamente con el control inhibitorio del tem-
peramento, es decir, un mayor control de su tempera-
mento y su conducta facilitan la comprensión de estados
mentales y emociones, mientras que un poco del control
de estos aspectos dificulta los procesos de la teoría de la

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mente y el procesamiento emocional. Por tanto, se podría
decir que el ajuste social de los niños durante la transición
del preescolar al primer grado puede estar influenciada
por su autorregulación (Sher-Censor, Khafi & Yates, 2016).
Otros estudios sobre procesamiento emocional, la
ToM y la empatía, como es el caso del realizado por Conte
,Grazzani & Pepe (2018) indican que los comportamientos
prosociales se deben especialmente al conocimiento de las
emociones y el género, siendo las niñas más hábiles para
la compresión de las emociones, tal como lo respalda Gross
et al. (2015) y Sette, Bassett, Baumgartner & Denham
(2015), en sus investigaciones al respecto, mientras que el
comportamiento de compartir se explica mejor por la ca-
pacidad de la teoría de la mente y el desarrollo del lenguaje
en esta etapa. Además, Girard, Pingault, Doyle, Falissard
& Tremblay (2017) muestran que las niñas presentan com-
portamientos más prosociales que los niños durante la
edad preescolar.
Por otra parte, Paulus & Leitherer (2017) evidencian
que las experiencias tempranas de interacción social de los
niños y la respuesta prosocial basada en la empatía se re-
lacionan con la toma de decisiones basadas en la equidad,
es decir, en ayudar a otros de igual manera, independien-
temente de su condición económica.
En este sentido, el ajuste social de los niños en la edad
preescolar es de gran importancia para su salud mental y
para su educación. De allí que identificar e intervenir tem-
pranamente frente a los riesgos de inadaptación social po-
dría ayudar a los niños a adaptarse a diferentes entornos,
favoreciendo un mejor ajuste social de gran utilidad antes
de su ingreso a la escuela primaria, y así mismo prevenir

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el desarrollo de alteraciones en la conducta como los tras-
tornos del comportamiento externalizado (Houssa & Na-
der-Grosbois, 2016), dado que este es el problema más co-
mún en las consultas de salud mental de niños preescola-
res y se ha asociado generalmente con una disfunción en
la cognición social (Houssa & Nader-Grosbois, 2016b).
Como se pudo ver, la cognición social en la edad
preescolar puede estar influenciada por múltiples factores
internos y externos al niño (Bulgarelli & Molina, 2016), en-
tre estos factores podemos encontrar la influencia paternal,
las relaciones con otros niños, las experiencias tempranas
de interacción social con otras personas, la autorregula-
ción, entre otros aspectos, de allí que sea importante que
los padres contribuyan al desarrollo adecuado del cerebro
social, a través de la estimulación de los diferentes compo-
nentes de la cognición social.

Estimulación paternal de la cognición social en niños


preescolares
Los padres son los primeros agentes de socialización
de los niños, dado que desde su nacimiento están en cons-
tante interacción con éstos, y en etapas posteriores como la
edad preescolar, siguen asumiendo un papel protagónico
en el desarrollo de la cognición social durante su proceso
de desarrollo socio-afectivo.
Desde esta perspectiva, Barreto, Osorio, Baptista, Fea-
ron & Martins (2017) a través de un estudio realizado con
niños en edad preescolar, evidencia que una gran parte de
los niños muestra una compresión más temprana de la
mente y de sus diferencias interindividuales gracias a la
influencia de varios aspectos de su contexto social, parti-
cularmente, las características familiares y los patrones de

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interacción familiar, especialmente con sus padres, que fa-
vorecen en gran medida al desarrollo de componentes de
la cognición social como la teoría de la mente.
Por otra parte, Bulgarelli & Molina (2016) estudiaron
los efectos del tipo de cuidado temprano del niño, educa-
ción e influencia materna, el país de nacimiento de los pa-
dres y lenguaje del niño, sobre la cognición social, encon-
trando que la educación materna y la competencia lingüís-
tica del niño influyen fuertemente en la cognición social,
favoreciendo a los procesos de la teoría de la mente y al
procesamiento y compresión emocional, lo cual es un indi-
cador más de la importancia que tienen los padres en el
desarrollo de los diferentes componentes y procesos de la
cognición social.
Por tanto, teniendo en cuenta la importancia de los pa-
dres en la estimulación de la cognición en niños preescola-
res, se detallan en las siguientes líneas diferentes estrate-
gias que pueden emplear los papás para promover el desa-
rrollo de las diferentes competencias y habilidades relacio-
nadas con la cognición social.

Estrategias para estimular la cognición social en niños


preescolares
A la hora de estimular los diferentes componentes de
la cognición, diferentes investigaciones han destacado el
papel de diferentes actividades o estrategias que pueden
ser útiles a los padres para apoyar al niño durante la etapa
preescolar en el desarrollo de las competencias sociales.
Estas estrategias se describen a continuación y se presen-
tan brevemente en la figura 1.

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Figura 1. Estrategias de estimulación de la cognición social en
preescolares. Elaboración propia.

a. Lectura de cuentos
De acuerdo con Mar (2018) los estudios correlaciona-
les con niños y adultos, han permitido comprender que las
historias se relacionan con la cognición social, debido a que
las historias son sobre personajes y sus interacciones, ayu-
dándonos a ejercer nuestras habilidades cognitivas socia-
les. Por tanto, la lectura de cuentos en niños preescolares
representa una potente herramienta de estimulación y fa-
cilitación de los procesos de la cognición social como la
comprensión e inferencia de estados mentales y emociona-
les, junto con la asimilación de reglas y roles en contextos
sociales. De allí que se recomiende a los padres leer más a
menudo cuentos e historias infantiles que les permitan a
los niños a través de la lectura desarrollar la teoría de
mente, el procesamiento emocional y la percepción social.

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Por otra parte, en las diferentes situaciones que pue-
den presentarse en estos cuentos, algunas se relacionan
con conductas prosociales que muestran en los personajes
la capacidad de empatía, lo cual puede ser un referente
para los niños que favorezca al desarrollo de este compo-
nente de la cognición social. Investigaciones como la reali-
zada por Espejel-Lopez y Gongora-Conronado (2017) dan
cuenta de efectividad del uso de los cuentos para promo-
ver el desarrollo de conductas prosociales relacionadas con
la empatía.
Entre tanto, Nancarrow, Gilpin, Thibodeau & Farrell
(2018) a través de un estudio donde utilizaron la lectura de
un cuento para reconocer la capacidad de detención de
mentiras de los niños preescolares y el funcionamiento de
la teoría de la mente, permitió identificar que las habilida-
des de detención de engaños de los preescolares moderan
la relación entre el conocimiento de las emociones y la teo-
ría de la mente, por lo tanto su conocimiento en la compre-
sión de emociones le facilita el descubrimiento de las men-
tiras. Esta capacidad también podría ser útil para atribuir
causas y consecuencias positivas o negativas de los perso-
najes que mienten, lo que favorecería al desarrollo del es-
tilo atribucional, de allí que a través de la lectura de cuen-
tos se pueda proponer a los niños la explicación e inferen-
cia de las posibles causas que rodean las situaciones socia-
les que les ocurren a los personajes.

b. Conversaciones y preguntas
Conversar con los niños, no solo favorece al desarrollo
de lenguaje desde muy temprana edad, sino que también
constituye un espacio de socialización e interacción en

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donde los niños pueden desarrollar a un más sus compe-
tencias sociales, dado que se ha encontrado una asociación
positiva entre la teoría de mente y la conversación con ni-
ños preescolares sobre estados mentales propios y ajenos
que pueden presentarse en diferentes situaciones de la
vida cotidiana (Barreto, Osorio, Baptista, Fearon & Mar-
tins, 2017). Por lo cual se sugiere a los padres mantener
conversaciones con los niños con una mayor frecuencia,
utilizando preguntas para conocer cómo ellos logran infe-
rir y comprender las experiencias cognitivas, emocionales,
y sociales de los demás.

c. El Juego simbólico, asociativo y de roles


El juego es un elemento crucial y necesario en el sano
desarrollo del niño, en especial en el desarrollo de aspectos
cognitivos y socio-emocionales; en este orden de ideas el
juego asociativo y el juego de roles como jugar a médicos,
a padres e hijos, al colegio, etc., representan uno de los mo-
tores más potentes de socialización en los niños (Delgado-
Losada, 2015).
En el juego simbólico se construyen situaciones socia-
les hipotéticas con objetos para desarrollar interacciones
sociales a través de historias inventadas, entre tanto en el
juego asociativo los niños hacen intercambios de materia-
les y conversaciones sobre actividades en común integrán-
dose con otros niños (Caceres-Zuñiga, Granada-Azcagarra
y Pomes-Correa, 2018) y finalmente el juego de roles con-
siste en asumir un papel o personaje dentro de una situa-
ción social compartiendo experiencias, sentimientos, obje-
tivos, intenciones e ideas en un contexto real o imaginario
(Gonzales-Moreno, 2016), empleando el recurso de la dra-
matización e imitación.

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Con respecto al juego, algunas investigaciones han
demostrado que el juego favorece a la identificación, com-
presión y expresión emocional, estados mentales y len-
guaje social, así como a la mejora de las habilidades cogni-
tivas y sociales en niños (Villanueva-Bonilla, Bonilla-San-
tos, Rios-Gallardo y Solovieva, 2018), además de contribuir
a la interiorización de normas sociales en niños preescola-
res (Martínez-Silva, 2018). Por tanto, se recomienda a los
padres propiciar escenarios de juego con sus hijos, donde
interactúe tanto con ellos como con otros niños a través del
juego simbólico, asociativo o de roles, que le permitan es-
timular los procesos de la teoría de la mente, el procesa-
miento emocional y la percepción social.

d. Uso de Recursos audiovisuales


Los materiales audiovisuales como videos, películas,
audiolibros, aplicaciones, entre otros, donde se muestren
procesos de interacción social entre sus personajes, es un
gran recurso para que los niños puedan desarrollar dife-
rentes procesos de la cognición social.
Al respecto García-Rodríguez y Gómez-Díaz (2016)
hacen una descripción de los principales recursos audiovi-
suales que pueden ser útiles y enriquecedores para los ni-
ños, destacando los libros electrónicos, las aplicaciones de
lectura, los videos y películas etc., reconociendo sus bene-
ficios para estimular los procesos de interactividad, ha-
ciendo más ilustrativos los procesos de socialización de sus
personajes, que pueden convertirse en un referente social
y de imitación en los niños, de allí que se recomienda em-
plear estos recursos con cautela y cuidado, asegurándose
de que su contenido sea apropiado para la edad del niño y

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las experiencias que está viviendo, para que de esta ma-
nera pueda ser de gran ayuda en el desarrollo de la cogni-
ción social.

e. Fotografías y dibujos de caras


Gran parte de las pruebas de cognición social están
basadas en fotografías con expresiones faciales que se pre-
sentan a la persona evaluada para que reconozca estados
mentales y emocionales de los personajes de las fotogra-
fías. Un estudio realizado por Bisson (2018) en niños prees-
colares, empleo fotografías de emociones luego de leerles
seis viñetas acerca una situación social y se les pidió que
usaran su cara para mostrar cómo se sentiría el protago-
nista y así mismo elegir una imagen de una cara que se vea
como este personaje y mencionar la emoción correspon-
diente, encontrando que hubo una interacción significativa
entre estas tareas y la categorización de emoción, así como
en la precisión de la comprensión de la emoción.
Otros estudios en los niños han encontrado que el di-
bujo representa un tipo de juego social que les permite ex-
presarse y ampliar sus interacciones con otros (Kukkonen
& Chang-Kredl, 2017), de allí que además del uso de foto-
grafías se les recomienda a los padres emplear el recurso
del dibujo de caras en los niños preescolares con el propó-
sito de que a través de éste puedan representar gráfica-
mente emociones y estados mentales, lo que puede ser fa-
vorecedor para los procesos de la teoría de la mente.
Finalmente, un estudio experimental de capacitación
en cognición social para niños preescolares realizado por
Houssa, Jacobs & Nader-Grosbois (2017), utilizó fotogra-
fías de emociones y escenas de dibujos animados, entre
otros recursos para estimular los procesos de la cognición

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e intervenir frente al comportamiento externalizado, lo
cual favoreció a la mejora de la teoría de mente y el proceso
de la información social en niños preescolares que presen-
taban conductas externalizadas.

Conclusiones
Como pudimos apreciar en este capítulo la cognición
social es un proceso neurocognitivo muy importante que
se empieza a desarrollar desde los primeros años de vida,
por lo cual es importante que, en los niños, especialmente
en la etapa preescolar, donde empiezan a socializar más
ampliamente con otros niños y otros adultos, distintos a
sus padres, se lleven a cabo estrategias de estimulación en
casa a cargo de los papás, quienes representan la base de
su desarrollo socio-afectivo.
Por lo anterior, podemos entonces concluir que dentro
de las principales estrategias de estimulación de la cogni-
ción social en niños preescolares encontramos la lectura de
cuentos, las conversaciones con preguntas, el juego simbó-
lico, asociativo y de roles, diferentes recursos audiovisua-
les como audiolibros, películas y videos, y finalmente la
realización de dibujos y la presentación de fotografías de
caras expresivas, que muestren diferentes emociones.
Cada una de estas estrategias promueven el desarro-
llo de aspectos como la teoría de la mente, la percepción
social, el procesamiento emocional, la empatía y el estilo
atribucional, además de favorecer a otras competencias
como las habilidades sociales, el lenguaje oral, los procesos
de memoria y el control de la conducta, los cuales son as-
pectos cruciales para que un niño tenga un buen ajuste so-
cial en cada uno de los entornos donde se desenvuelve, es-
pecialmente en la escuela, donde las interacciones sociales

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son más frecuentes y se hacen necesarios estos factores
para que se lleven a cabo de mejor manera los procesos de
enseñanza y aprendizaje, garantizando una buena educa-
ción preescolar.

Referencias bibliográficas

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GUÍA PARA PADRES | 80


En la familia como espacio emocional ocurren acontecimien-
tos diversos que tienen gran importancia para el crecimiento
y realización de los niños y niñas. Es al interior de la familia
donde se fundan las bases de la ciudadanía, se provee los
valores, creencias y modos de actuar de sus miembros.

El presente libro tiene como objetivo comprender cuáles son


los procesos que contribuyen al fortalecimiento de interac-
ciones positivas en esta etapa de desarrollo, e identificar los
recursos que emergen y permiten crecer ante situaciones de
crisis.

Está conformado por un conjunto de guías que examinan los


fundamentos de distintas problemáticas y proponen proto-
colos de acción que permiten transformar estos desafíos en
oportunidades de crecimiento.

Estas recomendaciones son planteadas desde una convic-


ción: el entorno familiar es la pieza clave para enfrentar las
tensiones propias de una región del mundo afectada por
situaciones de violencia, pobreza, desplazamiento y explo-
tación infantil.

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