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VALLET DE GOYTISOLO
Sumario:
1
Determinación Notarial del Derecho
2
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
3
ALVAREZ SUÁREZ, Ursicino, La jurisprudenica romana en la hora presente, II, 4º, a, Madrid,
R.A.L.G. (discurso de ingreso), p. 140.
4
Cfr. Perspectiva histórica, 51, pp. 137 y ss.
5
Cfr. Perspectiva histórica, 51, pp. 137 y ss.
6
Ibid.7., pp. 18 y ss.
7
SAN ISIDORO DE SEVILLA. Etimologías, 9, 4.27.
3
Determinación Notarial del Derecho
4
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
168-228. En síntesis cfr. mi Metodología de la Determinación del Derecho, II…, cit., 85, b,
párrafo que Ileva la nota 164.
17
GOURON, André, “Dinamismo y continuidad sobre la historia de los nótarios franceses y de
sus escrituras”, R.D.N., CXXDC-CXXX, julio-diciembre 1985, pp. 386 y ss.
18
Ibid, pp. 392 y ss.
19
Ibid, p. 403.
20
NICOLAI, Giovanna, “Informe para el forum cultural del XVII Congreso Internacional del
Notariado Latino” (Florencia 5-1984), R.D.N., ult. cit., p. 365.
5
Determinación Notarial del Derecho
Algunos de los logros de ese ars notarii fueron objeto de dictámenes que
firmaron relevantes comentaristas y consiliatores, destacando entre estos
dictámenes los concilio emitidos con ocasión de la cautela contenida en el
testamento del noble florentino y eximio doctor y abogado Nicolaus
ANTENOREUS, de todo lo cual también se ha hablado en la parte histórica 22. A
este arte, adicionado al ars notarii el ars dictaminando o como Luis FIGA23 lo ha
denominado, ars dictaminis, del que señala como máximo exponente -creo que
con toda razón- el De pactis nuplialibus de Joan Pere FONTANELLA24, notario
que fue de Besalú, a la par que “el jurisconsulto catalán de mayor vuelo”25.
El ars notarii incluye una función práctica y otra función técnica, que confluyen
en el dictum o narración documental del actum, hecho, acto o negocio jurídico,
perfectamente diferenciados por Rafael NUÑEZ LAGOS26. Ahora bien, en los
negocios jurídicos -que son los que aquí nos interesan, puesto que tratamos de
la determinación negocial del derecho-, si bien puede haber un dictum
simplemente narrativo; también se produce el actum dispositivo, en el cual
21
Perspectiva, 96, C, pp. 254 y ss.
22
Ibid, 222, c. pp. 760 y ss. cfr. más ampliamente lo expuesto en mis estudios “Perspectiva
histórica de las cautelas de opción compensatoria de la legítima”, III, en A.D.C. XVII - II, 1963,
pp. 386 y ss. y “Cautelas de opción compensatoria de la legítima”, III, C, en Centenario… cit.,,
pp. 652 y ss. y Estudios de derecho de sucesiones, vol. III. pp. 463 y ss.
23
FIGA FAURA, Luis, “Homenaje a Fontanella”, R.J.C., 75, 1976, p. 724; cfr. su resumen en
Perspectiva, 218. p, 744 en relación con 214, d, pp. 729 y ss.
24
FONTANELLA, Joannes Petrus, De pactis nuptíalibus sive de capitula matrimonialibus, obra de
dos volúmenes en folio, de la cual, en los siglos XVII y XVIII se hicieron las ocho siguientes
ediciones: Barcelona, Mathevat, 1612 y Dou 1622; Gerona 1638; Venecia 1647; Ginebra,
Chouet, 1641; Lyon, Nanty, 1687 y 1709 o 1719, y Ginebra, Cremer 1752.
25
Así lo ha escrito MIA DE BROCÁ, Guillermo, Historia del derecho de Cataluña, capartado V, I,
a, p. 413 in fine.
26
NÚÑEZ LAGOS, Rafael, Hechos y derechos en el documento público, 29, pp. 50 y ss., recogido
en sus Estudios de derecho notarial, vol. I, p. 504.
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Es, sin duda, insuficiente esta indicación de la función que corresponde a los
notarios como profesionales del derecho. Resulta mtcho más completa la
descripción contenida en una de las resoluciones adoptadas en el Primer
Congreso de la Unión Internacional del Notariado Latino, Buenos Aires, 194827,
que declaró:
7
Determinación Notarial del Derecho
A) Hasta muy entrada la segunda mitad del siglo pasado los estudios
notariales se centraron en el ars notarie, como ciencia práctica o arte
jurídico. La palabra ars, arte, se empleaba en su significado de praxis,
que antes hemos indicado29, orientada a la configuración negocial y a su
plasmación documental, que el notario efectúa en el ejercicio de esa
función -respecto de la cual la teckné o técnica poiética tiene solo un
carácter auxiliar.
En la parte histórica de esta obra hemos visto 30 que el nivel de esa ciencia
práctica, que era el ars notarie, osciló entre la elaboración de formularios y la
formación de principiantes, y que ha alcanzado una altura muy dispar según los
tiempos y lugares. La formación de esos principiantes era eminentemente
práctica, basada en un largo ejercicio en la función de oficial de una notaría 31.
No obstante, también requería conocimientos jurídicos teórico-prácticos,
acreditados a través de estudios y exámenes. Tomás M IERES se refirió a los
exámenes que en Cataluña les eran exigidas -como reiteraron las cortes de
Tortosa, presididas por la reina Eleonor como lugarteniente general de su
marido Pedro el Ceremonioso32-, al requisito de haber estudiado por lo menos
tres años en un estudio general o practicado con otro antiguo y buen notario,
idóneo tanto en teoría como en práctica -conforme el capítulo In civitatibus de
Pedro el Ceremonioso con las cortes de Monzón- y, además, de su obligación
de tener algunos libros de arte notarial, como los de ROLANDINO o SALATIEL33.
En el siglo XVII -explica FIGA 34-, en Cataluña, el aspirante después de los ocho
años de práctica como oficial en una notaría establecida, solo llegaba a ser
admitido como notario si añadía dos años de estudio de las Instituciones de
Justiniano y superaba con éxito un examen privado seguido de otro público,
éste de mera exhibición en el acto de ser ya admitido en el gremio o colegio
notarial. De ellos el mismo FIGA ha hallado veintidós ejercicios en el manuscrito
23.362 de la biblioteca del Colegio de Abogados de Barcelona.
29
Vid. mi Metodología de la Determinación del Derecho, II…, cit., texto correspondiente a las
notas 41 a 44.
30
Perspectiva, 96, pp. 252 y ss.; 217-220, pp. 739-751 y 269 A, pp. 968 y s.
31
Cfr. especialmente, FIGA FAURA, Luis, Los formularios notariales y la formación del notario en
Cataluña, A.A.M.N. XXII-II, p. 333: donde refiriéndose al Principado, explica: “lo que hace
durante ocho años el futuro notario es redactar escrituras -cuando se decida a estudiar teoría
es, ya, un magnífico primer oficial que conoce a fondo los secretos del oficio del arte notaría; la
teoría corona esa formación y le da solidez necesaria.
Los formularios son la consecuencia -el recuerdo que el nuevo notario lleva a su notaría- de
ocho años de práctica”.
32
MIERES, J., Apparatus, II. VII, IV, 97, pp. 144.
33
Ibid, VI, XVII, 97, p. 91.
34
FIGA FAURA, L., loc. ult cit., p. 330.
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35
FEBRERO, Josef, Librerié de escribanos, Prólogo de la primera parte; cfr. reproducción
facsímil de la 2ª ed. Madrid 1789, efectuada por el Consejo General de Notariado, Madrid,
1990, vol. I.
36
Ibid, II-1, prólogo.
37
Perspectiva, 219, pp. 745 y ss.
38
RODRÍGUEZ ADRADOS, Antonio, Don José FEBRERO en la literatura notarial española, en
“Bicentenario de la muerte de Don José FEBRERO”, Madrid, Consejo Superior del Notariado,
1991, pp. 133 y ss.
39
En “Bicentenario de la muerte de D. José Febrero”, cfr. los estudios: Las ediciones de la
"Librería de Escribanos" de D. José Febrero por CARDETE MARTÍNEZ, pp. 69-73. y La difusión de
libro de Don José Febrero en América por JOSÉ MARÍA CASTÁN VÁZQUEZ, pp. 139-147.
9
Determinación Notarial del Derecho
Estimó CASTÁN TOBEÑAS que, en las postrimerías del siglo XIX, Miguel
FERNÁNDEZ CASADO “parecía ya presagiar que una nueva ciencia notarial se
estaba fraguando”. En efecto, este notario había escrito 41: “Hoy la notaría es
una ciencia de aplicación que ha llegado a la mayor edad y necesita
emanciparse del derecho civil, por tener condiciones de vida propia e
independiente” -nótese que jamás tuvo esta aspiración el secular ars notariae.
CASTÁN comentó: “No acertó, sin embargo, este ilustre escritor a descubrir el
verdadero carácter que había de tener la nueva disciplina”.
40
CASTÁN TOBEÑAS, José, “Hacia la constitución científica del derecho notarial (Notas para un
esquema doctrinal)” I, R.D.N., I, julio-diciembre 1963, pp. 25-48.
41
FERNÁNDEZ CASADO, Miguel, Tratado de notaría, vol. I., Madrid, Imprenta Viuda M. Minuesa
de los Ríos, 1895, p. 6.
42
MONASTERIO GALÍ, Antonio, Biología de los derechos en la normalidad y su representación,
Tortosa, Impr. Arturo Voltes Robot, 1901.
43
CASTÁN TOBEÑAS, José, loc. ult. cit., II, pp. 20 y ss.
44
Prólogo, I, 2, a los Estudios de derecho notarial de Rafael NÚÑEZ LAGOS, vol. I, pp. VII y ss.
45
FERNÁNDEZ CASADO, M., op. y vol. cits. p. 24
46
TORRES AGUILAR-AMAT, Salvador, Guía para el estudio de tas lecciones de práctica forense y
redacción de instrumentos públicos, Madrid, Impr. Helénica, 1915, p. 5.
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
b) Concepción administratívista
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Determinación Notarial del Derecho
Esta tesis fue la defendida por MONASTERIO Y GALÍ en su obra antes citada.
Ante la necesidad social de dotar en los derechos de una corporabilidad o
visibilidad, de una representación externa, que facilite su evolución natural o
normal y refleje tos acontecimientos y modificaciones que vayan sobreviniendo
en su vida, entiende que el Estado, para atender esa necesidad, dispone de
una función, distinta de la judicial, destinada a la conservación, reconocimiento
y garantía del derecho en estado normal. Esta función la ejerce el notariado,
que mediante ella realiza la justicia reguladora, diferenciada de la justicia
reparadora que compete al poder judicial.
e) Concepción autenticadora
50
LAVANDERA, Víctor, “Acto público: ministerio notarial”, R.D.P. S. 1915, pp. 228 y ss.,
específicamente 232 y ss.
51
BELLVER CANO, Antonio, Principios dsdrégimen notarial comparado, Madrid, Libr. Gral
Victoriano Suárez, s.f., pp. 16 y ss.
52
MENGUAL MENGUAL, J. M., op. cit., vol. II-1º, pp. 13 y ss.
53
OTERO y VALENTÍN, Julio, Sistema de la función notarial, Igualada, Artes Gráficas, N. Poncel,
1933, pp. 58 y ss.
54
GARCÍA MARTÍNEZ, Francisco, “La competencia juriseiccional del Notario”, La Notaría XXX,
1er. trimestre 1945, pp. 7 y ss.
55
VÁZQUEZ CAMPO, Antonio, Ideario notarial (Naturaleza y desenvolvimiento del poder
legitimador del Estado), Burgos, Hijos de Santiago Rodríguez 1928, pp. 101 y ss.
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Por otra parte -como advirtió Luis RIERA AISA58-, la perspectiva de la función
autenticadora “no puede concebirse como independiente y separada de las
demás que el notario realiza”. Si bien todas, “en progresión única llegan a su
punto culminante en la autenticación”, ésta “tiene como precedentes necesarios
la asesoría o consejo y la confirmación del acto, y como consecuencias
inmediatas el efecto producido por el instrumento publico”.
En España esta tesis sería desarrollada por José María SANAHUJA SOLER, quien
creyó hallar las líneas directrices del derecho notarial “en la relación jurídica
concebida como una proposición lógica que, con sus premisas referidas al
sujeto, al objeto y a la forma y sus consecuencias afectantes al valor del
instrumento publico, encuadra los textos legales vigentes en España, sobre
derecho notarial”60. Esta relación notarial la calificó de accesoria o de pura
garantía de la sustancial, pero 'dotada de “condiciones propias, distintas, en
parte, de ésta”61, destacando en ella las funciones de autenticación, legalización
o legitimación, dirección o configuración de las relaciones jurídicas, reguladora
56
NAVARRO AZPEITIA, “Teoría de la autenticación notarial”, R.D.P., XXVI, 1942. p. 678.
57
Vid. mi Metodología de la Determinación del Derecho II..., cit., p. 205, textos
correspondientes a las notas 14 y 15, así como los lugares en ellas citados.
58
RHERA AISA, Luis, “Derecho notarial”, Nueva Enciclopedia Jurídica, Barcelona, Seix, 1950, p.
825.
59
CASTÁN TOBEÑAS, José, loc. ult. cit., p. 35.
60
SANAHUJA SOLER, J. M., op. y vo. cits. VIII, p. 10.
61
Ibid. II-I, IV, vol. cit., p. 425.
13
Determinación Notarial del Derecho
De otra parte Rafael NÚNEZ LAGOS65 afirmó que el derecho notarial “no se
puede organizar en tomo de una supuesta relación jurídica notarial”,
principalmente por falta de sujeción -pues ni el compareciente, ni la parte están
sujetos al notario, como lo están al juez por el imperium de éste-, y porque la
intervención notarial no tiene una concatenación, serie o sucesión de actos
jurídicos, reglada y oficial, que vinculen las partes al notario desde el primer
acto y día hasta la firma del documento. Mientras que en el proceso judicial hay
ya “sujeción inicial a la sentencia”, en cambio, en la llamada relación jurídica
notarial solo hay una sujeción final al documento una vez esté ya otorgado y
62
Ibid. I, I, X y XI, pp. 21 y ss.
63
Ibid. II, IV, pp. 424 y ss.
64
GONZÁLEZ PALOMINO, José, Instituciones de derecho notarial, I, III, A, Madrid, Inst. Ed. Reus
1948, vol. I, pp. 75, in fine y ss.
65
NÚÑEZ LAGOS, Rafael, “Los esquemas conceptuales del instrumento público”, II, 5, R.D.N. I-II.
julio-diciembre 1953, pp. 58 y SS., o en “Estudios de derecho notarial”, XVI, Madrid, Instituto de
España 1986, vol ll, pp. 10 y ss.
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
autorizado.
“Así a través de una contextura lógica del derecho notarial, sin angosturas de
doctrinas, pero a la luz de unas ideas, se puede enfocar el estudio hacia la viva
realidad humana que late en todo acto social”.
15
Determinación Notarial del Derecho
La función notarial fue centrada así por NÚÑEZ LLAGOS74 desde un principio;
después seguirían esta línea Enrique GIMÉNEZ ARNAU75 y Pedro José DE
AZURZA Y OSCOZ76.
Rafael NÚÑEZ LAGOS partió de una nítid` distinción entre la forma y el contenido
del documento público. Concretando cuál era su propia posición, explicó 77:
“El primero, el hecho de la forma del acto notarial, viene estudiado en lo que he
llamado el plano del instrumentum puramente formal, unitario y unificador, y
siempre en el terreno de hecho de las presencias físicas de personas o cosas,
plano en el que distingo dos direcciones: la dimensión acto y la dimensión
papel o cartalidad (de charta).
69
GONZÁLEZ PALOMINO, J., “Hacia un derecho notarial”, R.D.P., XXI, 1934, pp. 288 y ss.
70
Ibid, p. 292.
71
Ibid, Instituciones, II, IV, p, 81.
72
/bid, pp. 115.
73
Ibid, pp. 119 y ss.
74
NÚÑEZ LAGOS, Rafael, “Estudios sobre el valor jurídico del documento notarial (Notas de
historia y exégesis)”, A.A.M.N., I, pp. 379-510, “Documento público y autenticidad de fondo”, R.
del N., 550, Buenos Aires, mayo 1947. y en La Notaría, LXXXIII, 1 y 2 trim. 1948, pp. 69 y ss.;
Hechos y derecho en el instrumento público, Madrid, I.N.E.J. 1950. Todos recogidos en
Estudios..., respectivamente en vol. I, pp. 89-182; 183-207 y vol. II, pp. 481-668
75
GIMÉNEZ-ARNAU, Enrique, Introducción al derecho notarial, Madrid, Ed. Rev. Der. Priv., 1944 y
“El instrumento público”, R.D.P., XXVIII, pp. 518 y ss.
76
DE AZURZA Y OZCOZ, Pedro José, “Dación de forma y preconstitución de prueba”, La Notaría,
LXXXI y 3er. trimestre 1942, pp. 209 y ss.
77
NÚÑEZ LAGOS, R., “Los esquemas conceptuales de derecho notarial”, I. 3, R.D.N. I-II, pp. 52 y
s. o en Estudios.... XVI, vol. II, p. 5.
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
“Por lo mismo, hay que rechazar para el derecho notarial una concepción
civilista en bloque, que dentro del instrumento publico sería un cuadro con
perspectivas desmedidas; todo resultaría deformado por largo, corto o
estrecho. Hay que recoger el derecho civil, pero para el instrumento, y, por
tanto, dentro de las dimensiones del instrumento, lo que supondrá ampliación o
reducción de aspectos del derecho civil. Es el fenómeno de toda
especialización”.
17
Determinación Notarial del Derecho
80
ROMERO VIEITEZ, Manuel, Vicente FONT BOIX, Manuel OTERO PEÓN y Juan VALLET DE
GOYTISOLO, “Problemas que afectan al principio de seguridad jurídica, derivados de la
transmisión de inmuebles mediante documento privado El seguro de título”, R.D.N. XCIX,
enero-marzo 1978. Así lo expresé también en mis conferencias, en el Palacio de Justicia de
Brasilia el 8 de abril de 1978, “La función notarial de tipo latino”, 9, R.D.N., c. abril-junio 1978,
pp. 197 y s.; la que reiteré en 1978 en varias capitales hispanoamericanas “La seguridad
jurídica en los negocios jurídicos dispositivos de bienes inmuebles” 10, en R.D.N., CVIII, abril-
junio 1980, pp. 229 y ss.; y en el Palacio de la Minería de México, en el acto de la Constitución
de la Academia Notarial Mexicana, el 24 de mayo de 1984, “La función notarial” VIIl, R.D.N.,
CXXIV, abril-junio 1984, pp. 330 y ss.
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Del denominado, por Rafael NÚÑEZ LAGOS, derecho notarial puro, interesa
específicamente aquí el aspecto que se refiere a las funciones que el notario de
tipo románico o latino desempeña como profesional del derecho. Es decir,
todas con excepción de la potestas de dar fe pública, que -en él- se superpone
y que es considerada delegada por el poder político supremo. Podría decirse
que, en la actual situación, la función autenticadora del notariado de tipo latino,
guarda cierta semejanza con la función de respondere que los jurisconsultos
romanos durante el Principado, que, si bien la tenían fundamentada en su
auctoritas personal, el emperador Augusto, a aquellos que él seleccionó y lo
aceptaron, les concedió el ius respondendi ex auctoritate principis81 que,
propiamente hablando, no significaba sino su concesión como potestas.
Esa circunstancia ha dado lugar a que el notario latino haya sido considerado,
por unos autores, a la par profesional del derecho y funcio mrio público, y, por
otros, como profesional del derecho ejerciente de una función pública (no en el
sentido de ser la suya una función de derecho público sino de interés público).
19
Determinación Notarial del Derecho
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Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Claro que la misma práctica judicial mostró enseguida que una u otra cosa eran
contrarias a la realidad del derecho -como hemos visto 87- observándose
sobretodo en la evolución y en especial, en la práctica del recurso de casación.
Tanto más aún ocurre en el ejercicio de la profesión notarial. De ahí que, como
sigue explicando FONT BOIX, los notarialistas franceses de la época, a esa
calificación del notario como funcionario publico solo le dieron “un valor
aproximativo”, “nunca lo consideraron exacto en el terreno de los principios”, e,
incluso, el propio legislador francés lo reconoció así, al reformar el texto legal,
en la Ordenanza de 2 de octubre de 1945 en la cual se califica al notario de
“officier public”. En el empleo de esa expresión ya “se había anticipado el
artículo 1° de la Ley italiana de 1913, que los había calificado de ufficiale
publici; y un paso más dio el artículo 2, 1 de la Ley del notariado de 18 de
diciembre de 1968 del Estado de Québec, que los consideró como “practiciens
du droit et officiers publics”. Por su parte, la Ley federal alemana
Bundesnotarornung de 24 de febrero de 1961 considera al notario como per-
sona independiente encargada de una función pública.
21
Determinación Notarial del Derecho
Esa concepción del notario como órgano de la sociedad más que del Estado,
como ejerciente de una función social pero no estatal, siempre la he
compartido95.
22
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
liberales, incluso la del abogado o del médico son en efecto, como decía
SAVATIER, ‘parapúblicas’98, tienen un marcado interés público, que se acentúa
en el caso del notario; pero no cabe desconocer que la mayor parte de los
problemas, que modernamente afectan a la profesión notarial son enteramente
semejantes a las que presentan en general las profesiones liberales”.
Entiende RODRÍGUEZ ADRADOS99 " que el notario es “un profesional del derecho
que ejerce una función privada” y “que esta función privada penetra y modaliza
la misma función pública, de manera que una y otra resultan inescindibles”.
Acerca del mismo carácter de funcionario publico que, por esa mixtura
corresponda al notario, advierte que no toma partido sino en un solo punto: “el
notario no es, desde luego, ni de hecho ni de derecho, un funcionario de la
administración civil del Estado”. Esta única toma de partido la fundamenta por
las siguientes razones que expone100 y voy a resumirle a continuación:
98
SAVATIER, René, Las métamorphoses économiques et sociales du droit civil d'ajourdhui, 2ª
serie, L'uníversalisme reunouvelé des disciplines juridiques, Paris, Dalloz, 1959, p. 208
99
RODRÍGUEZ ADRADOS, A., loc, ult. cit., V, pp. 362 y ss.
100
Ibid., 41, pp. 363, in fine y ss.
23
Determinación Notarial del Derecho
representado en el otorgamiento).
6. Todo esto muestra que el notario no se halla super partes, como lo están
en mayor o menor medida los funcionarios, sino extra partes, y ni
siquiera tiene la módica coerció que se reconocía a los notarios en la
jurisdicción voluntaria. Su oficialía pública es solo quod officium -como
dice GIACOBBE- y de ninguna manera quod potestatem.
24
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
-Es el notario un consultor jurídico por excelencia. “Para hacerse cargo del
valor de sus consejos -explica CARNELUTTI106- no hay un ejemplo más
convincente que el del testamento”-.”Un juicio que sirve para regular la vida de
los otros después de la muerte de quién la pronuncia, o sea cuando no hay
lugar a reconocer el error. El que lo emite debería tener entre manos una
101
CARNELUTTI, Francesco, “La figura jurídica del notario”, A.A.M.N., VIII, pp. 382-396.
102
Ibid, pp. 384 y ss.
103
Ibid, pp. 389 y ss.
104
Ibid, pp. 391 y ss.
105
Ibid, pp. 392 y ss.
106
Ibid, pp. 393 y ss.
25
Determinación Notarial del Derecho
“Ciertamente, dentro del campo específico del derecho no hay duda de que el
notario hace la misma cosa, que el juez; ambos juzgan”. Pero “el juez juzga en
presencia de un inconveniente que ya se ha verificado mientras el notario juzga
para que el INCONVENIENTE NO SURJA”. Al ensamblar las cláusulas de un
contrato, el notario ha de ponderar el valor de los fines que persiguen las
partes, según ellos la declaran, para que tengan su valor “según derecho, y
más allá. El negocio puede ocultar en su regazo una litis; ahora bien. entre el
abogado y el notario el cometido es distribuido de tal forma que, mientras aquel
interviene cuando la litis ya ha estallado o está por estallar, la obra del notario
tiene de primordialmente a que no estalle”.
“Bastante más, amigos míos, que la cultura del derecho conviene al notario el
buen sentido y la buena fe”.
En 1960, Vicente FONT BOIX111 destacó que, mientras la función pública está
regida por la justicia distributiva y el derecho público, la función privada se rige
por la justicia conmutativa y por el derecho privado. Pero que, dada la evidente
107
Ibid, pp. 394 y ss.
108
“La misión del notario”, conferencia pronunciada el 9 de abril de 1957 en el Colegio Mayor
Santa María del Campo en la Ciudad Universitaria de Madrid, invitado por su Decano, el
Catedrático de Derecho Romano JUAN IGLESIAS SANTOS. Fue publicada en R.D.N., XVI, abril-
junio 1957, reproducida en R.J.N., 33, Buenos Aires, enero-marzo 1957, pp. 5-24 y traducida al
italiano en Vita Notarile, Palermo, enero-marzo 1958, pp. 9-21.
109
GONZÁLEZ PALOMINO, J., Instituciones, vol. I, tema II, IV, pp. 86-120.
110
“La misión del notario”, C, en R.D.N., XVI, p. 398.
111
FONT BOIX, Vicente, “La función notarial y la jurisdicción voluntaria”, 11, R.D.N., XXIX-XXX,
julio-diciembre 1960, pp. 204 y ss.
26
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Este “itinerario” -sigue- “no debe ser eclipsado jamás por el brillo de una bella
contienda. El derecho contencioso es el derecho de los accidentes; no es el
derecho de las creaciones. El derecho notarial no es el derecho de gentes
enfermas, sino el derecho de personas saludables”.
112
LAFÉYRE, André, “La Europa de los contratos. Realizaciones y posibilidades del notariado
(25 junio 1966)”, cfr. traducido en R.D.N., LXI-LXII, julio-diciembre 1968, pp. 133-152.
113
DE TINGUY, François y ANDRE ̀ LAPEYRE, Le tiers témoin au service des droits de l'homme. II
parte X, Paris, C.C.N.I., 1979 (texto reproducido en ordenador), pp. 19 y ss.
27
Determinación Notarial del Derecho
grandes vías jurídicas. Una es la del liberalismo sin barreras; otra, la del
dirigismo”, y, entre ellas, se halla la tercera vía, por ellos propugnada, “la del
contrato, también libremente consentido, pero beneficiado por una red
protectora para que pueda realizarse con equidad. Esta protección se
caracteriza principalmente por la presencia de un ‘arbitro del contrato’,
encargado de proteger la libertad de los consentimientos frente a la libertad de
sus agresores”. Este árbitro de los contratos es el notario, como “tiers temoin”,
que “desarrolla en el interior de las naciones y en las relaciones internacionales,
las reglas de justicia y de equidad”.
Interviene, como tal, en el contrato para que no sea “simplemente una técnica
de transmisiones”, sino de “creación, para conservar su verdadera naturaleza
jurídica, pues con el contrato cada una de las partes gana, y así la sociedad
gana. El contrato contribuye, por lo tanto, al ascenso de la civilización, en otro
caso queda reducida a una mera ficción.
“En esa concepción, el ‘tiers temoin’ rinde toda su eficacia. Es el árbitro de las
prestaciones, el fiscalizador de los valores añadidos, el juez de los intereses en
juego. Es el hombre que protege al hombre y no al texto, los reglamentos, la
letra”...”Todos los países del mundo lo aceptan excepto aquellos entregados al
mercantilismo liberal o sujetos a las constricciones del dirigismo”.
Fausto NAVARRO AZPEITIA -que antes de ser notario había sido juez-, con la
experiencia que tenía, en 1972, ya cumplidos sus cincuenta años de ejercicio
notarial, contempló114 “el deber calificador y adaptador del notario jurista”, unido
al “deber ineludible de prestar su ministerio, salvo causa justificada y bajo su
responsabilidad”, e hizo observar que ese deber se halla favorecido en nuestro
derecho por las circunstancias siguientes:
“a) La elasticidad española del concepto de los principios generales del derecho
y su justificada admisión.
“d) Y por tenerse que buscar ineludiblemente, para problemas vivos, siempre
importantes y muchas veces urgentes, soluciones expeditas, dentro de los
principios legales vigentes”.
“Donde hay igual razón, debe regir igual disposición, y. por ello, el espíritu por
el cual los principios generales de derecho ‘iura novit curia’ y ‘da mihi factum
ego dabo tibí ius’, que la jurisprudencia considera utilizables para el buen
114
NAVARRO AZPEITIA, F., “Reflexiones acerca de la naturaleza de la función notarial”, IV,
R.D.N., LXXVII-LXXVIII, julio-diciembre 1972, pp. 18 y ss.
28
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
cumplimiento, por los juzgados y tribunales, lo que preceptúan los artículos 359
y 361 de la Ley de Enjuiciamiento civil, podía aplicarse al deber que se impone
a los notarios de no negar su intervención cuando sea requerida, salvo justa
causa, según el artículo 2 de la Ley y 145 del Reglamento notarial. Y el artículo
6" del Código civil [hoy 1, 7] no obligaría solo a los jueces y tribunales: también
a los notarios que puedan eludir aplicaciones concretas del derecho positivo”.
La función social del notario como profesional jurídico asimismo ha sido muy
bien observada por FIGA FAURA y OTERO PEÓN.
Luis FIGA FAURA trató precisamente de la función social del notario 116 e indicó
que la institución del notariado español “está justificada en la conveniencia de
alcanzar la máxima seguridad jurídica posible 117. Para ello, atiende a tres
factores: “la fehaciencia, la juricidad externa y la verdad interna de los actos en
que el notario interviene”.
Manuel OTERO PEÓN118 establecía el siguiente paralelo: “la misión que tiene la
promulgación respecto de las leyes generales, dictadas por los órganos
legislativos del Estado, la tiene la función notarial respecto de las normas
jurídicas elaboradas por los particulares, con tas diferencias naturales de
matiz”.
Cierto es -advierte- que esas normas son “siempre una actividad particular y no
115
Ibid., V, pp. 19 y ss
116
FIGA FAURA, Luis, La función social del notario, R.D.N., LXXIX, enero-marzo 1973, pp. 7 y ss.
117
Acerca de la seguridad jurídica negocial, véase supra la ponencia cit. en primer tugar en la
nota 95 y mis conferencias “La función notarial y la seguridad jurídica” (Rosario, República
Argentina, 17 de marzo de 1976), R.D.N. CXII, abril-junio 1976, pp. 203-219; y “La seguridad
Jurídica en tos negocios dispositivos de bienes inmuebles”, que como presidente de la U.l.N.L,
reiteré varias capitales americanas el año 1978, cfr. en R.D.N. CVIII, abril-junio 1980, pp. 217-
239. Así como el libro de José Luis MEZQUITA DEL CACHO citado, supra. 84. nota 139.
118
OTERO PEÓN, Manuel, “En torno al notario y la función notarial”, R.D.N.L., XXXIV, abril-junio
1974, pp. 113-127, especialmente III, B. y C., pp. 119 y ss.
29
Determinación Notarial del Derecho
del notario”. Ahora bien: “Los particulares al elaborar sus normas privadas, aun
cuando han de respetar los límites que, a las posible opciones en busca de la
realización de la justicia divina, ha señalado la dirección política del Estado, no
se hallan constreñidas a seguir concretamente la misma opción que sigue, en
su opción legislativa, el órgano estatal correspondiente, y el notario, como
profesional libre del derecho, esta profesionalmente al servicio de esa
diversificación de opciones”.
Por eso, indicó su creencia de que “la función notarial tiene una misión de
progreso y evolución de situaciones reales -cualesquiera que ellas sean- hacia
otras de incorporación de valores trascendentes: y siendo así es totalmente
imposible calificarla de ultra-conservadora o de soporte de estructuras de nada.
Evidentemente ella no será el agente provocador de ninguna revolución; pero
cualquiera que sea el resultado de una revolución, si no es eliminada la función
notarial, allí estará para seguir impulsando hacia la meta, no alcanzable por el
hombre pero siempre superable, el estadio social resultante de esa misma
revolución”118 bis.
Las funciones del notario como profesional de la práctica del derecho podemos
calificarlas, ante todo:
-En unas funciones que son previas al inicio de su labor de dar forma jurídica al
negocio jurídico para el cual se solicita su actividad conformadora. Funciones
previas que le exigirán, ante todo, una respuesta o un consejo.
Al acudir al notario para otorgar un negocio jurídico -e, incluso para formalizar
Después de escrito este capítulo ha sido publicada la ponencia al tema I del XXI
119118 bis
Congreso Internacional del Notariado Latino “Funciones públicas y sociales del Notariado”
(Berlín, 199S) de Emilio GARRIDO CERDA (Madrid, Consejo General del Notariado, 1995) que
merece ser tenida en cuenta y también la ponencia para el tema II de Alfonso RENTERÍA
AROCENA e Ignacio PAGOLA VILLAR, “La seguridad jurídica contractual. Medio de protección del
consumidor”, que en sus apartados V al X trata de: V La escritura pública y la seguridad
jurídica, VI E! deber de asesoramiento, VIII La imparcialidad del notario, IX El control de la
legalidad, X La seguridad jurídica forma! en la escritura pública, que también merece ser leída y
meditada.
?
Así las distinguí en “La misión del notario”, D; cfr. R.D.N., XVI, pp. 398 y ss.
30
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Para desempeñar esta función el notario debe actuar como consejero previsor
y asesor, no como un mero contestador escueto y frío; y, en caso de que hayan
de concurrir en el negocio voluntades de varias personas, también le compete
actuar a veces como componedor de los respectivos intereses y deseos de
unos y otros consultantes.
31
Determinación Notarial del Derecho
120
OTERO PEÓN, Manuel, loc. cit., IV, C, pp. 126 y ss.
32
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
-La titularidad jurídica del sujeto respecto del objeto y cuál sea la situación
jurídica que afecte a ésta titularidad (condiciones, cargas, gravámenes y
limitaciones que la afecten), que son determinantes de la legitimación del
sujeto para aquello que pretende realizar.
b) El deber de consejo.
121
ROÁN MARTÍNEZ, José y Manuel DE LA CÁMARA ALVAREZ, “La formación y selección del
notario”, R.D.N., LXI-LXII julio-diciembre 1968, I, 1,II, A, a, pp. 162 y ss.
33
Determinación Notarial del Derecho
34
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
“El cliente que entra en nuestro despacho no hace otra cosa: es -en principio-
un hombre indigente en derecho; un hombre que se pone en nuestras manos,
que pone su fe en nosotros. Y nosotros, quizá deslumbrados por la otra fe, la
que está al final del proceso,... nos olvidamos un tanto de esta otra fe que se
halla al principio, que se manifiesta por el simple hecho, por el insignificante
acontecimiento de que un comprador, un prestatario, llame a nuestra puerta. Y
sin hacer honor a esta fe privada, nadie puede pretender hacer honor a la fe
pública”.
35
Determinación Notarial del Derecho
Como, por su parte, explica RODRÍGUEZ ADRADOS -con quien sigo- no se trata
de una imparcialidad formal, “que ante una desigualdad profunda de las partes
podría significar, en el fondo, una verdadera parcialidad; tiene que ser una
imparcialidad sustantiva, tendente a corregir la inferioridad del llamado
contratante débil (débil en medios económicos, en experiencia, en
conocimientos y en asesores jurídicos), pero no para que prevalezcan sus
intereses –que sería, de nuevo, parcialidad- sino para que se sitúe en con-
diciones de defenderlos. Este contratante débil sería quien más padecería si el
notario, su único asesor, viera reducido su papel al de mero funcionario
autorizante.
“En virtud de la imparcialidad sustancial, el notario tiene que dar a cada parte la
información que necesita, que no tiene porqué ser igual; y, por ello el precepto
ordena al notario que insista en informar a una de las partes respecto de las
cláusulas propuestas por la otra”. Insistencia que deberá ser mayor cuando
esas cláusulas se presenten como “un contrato de adhesión” o como
“condiciones generales de la contratación”.
Todo esto -advierte130- es algo que el notario jamás debe aceptar. Ante los
contratos propuestos en serie, debe tratar al cliente, no en serie, sino como
“sujeto activo en el mundo privado”; y, ante “las nuevas circunstancias”, debe
atender a los “nuevos deberes que tales circunstancias imponen al notariado”
en “respuesta” de aquéllas. A aquél cliente que acude al despacho del notario Y
vaya “con un documento privado firmado a ciegas que la ata y no le concede,
cualesquiera que sean nuestros consejos, capacidad alguna de negociación”,
cuestiones. específicamente y con detenimiento, trata del deber de imparcialidad en los tratos
preliminares (J.N.P, pp. 160 y ss. y Deontología 678 y ss.) y, con respecto de terceros (J.N.P.,
p. 172 y ss. y Deontología, pp. 688 y ss.).
129
FIGA FAURA, L., loc. ult. cit., pp. 11 y ss.
130
Ibid, pp.17 y ss.
36
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
“Las nuevas circunstancias, los nuevos tipos de contrato, las nuevas presiones
sociales -concluye FIGA- no han alterado las características fundamentales de
nuestra institución; han servido, por el contrario, para poner de relieve de forma
más acusada la función social que al notariado corresponde, la función que
éste siempre había cumplido de forma espontánea y que hoy está obligado a
cumplir de forma consciente, reclamando de quien sea, y exigiendo, si es
preciso, el derecho a cumplirla”.
37
Determinación Notarial del Derecho
prevenir.
38
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
falsa, porque la que el otorgante creía era su verdadera voluntad, dejo de serlo
en cuanto comienza la información y el asesoramiento del notario. La actividad
del notario es, como muchas veces se ha dicho, una ‘mayéutica’ tendente a
alumbrar la verdadera voluntad de las partes; incluso aquella ‘triste’ voluntad de
las partes de que hablaba SATTA; pero solo lo que es su verdadera voluntad”.
Durante un tiempo, por influjo del positivismo legalista, la función del notario de
interpretar se consideró como una consecuencia de su misión de aplicar las
leyes y demás normas legales en la normalidad y sin contienda, y de enjuiciar
la legalidad de aquellos negocios jurídicos para cuya autorización se solicite su
ministerio. Así continuaba entendiéndolo a principios de la década de los
cuarenta CÁCERES GARCÍA134, quien, sin embargo, estimaba que, además de la
legalidad en sí, corresponde al notario la actividad de cuidar de “la
indispensable ‘perfección interna’ y externa del acto”. Por ello, consideró 135 “que
todo aquel que aplique las leyes ha de empezar por fijar su verdadero sentido,
por interpretarla”. Lo cual -reconoce con F. DE CASTRO- “requiere una
interpretación jurídica conforme a su fin”.
39
Determinación Notarial del Derecho
40
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Como él mismo había escrito años antes137. “en las disensiones que
lógicamente surgen” entre las partes, “el notario actúa como arbitro, por sus
especiales condiciones de imparcialidad, de hombre práctico y de hombre de
leyes, pero un arbitro que necesita ser libremente aceptado, tanto en su tácito
nombramiento como en sus dictámenes, que nunca impone, sino que solo
propone o, a veces, meramente expone, señala las respectivas ventajas e
inconvenientes, para una y otra parte, de las distintas soluciones, sin llegar a
proponer ninguna”.
El referido artículo 147,1, del Reglamento Notarial añade que “la voluntad
común de los otorgantes”, el notario la “deberá”: “adecuar al ordenamiento
jurídico”. RODRÍGUEZ ADRADOS138 lo comenta: “Aparece recogida, al menos en
principio, la teoría de la adecuación formulada por D'ORAZI FLAVIONI, seguida
por BETTI, MEVO, SAVIO, etc., y que hoy puede considerarse dominante”.
41
Determinación Notarial del Derecho
140
PÍO Xll. Pour celebrer o La función jurídica del notario (5 de octubre de 1958), cfr. en
“Doctrina pontificia-Documentos Jurídicos”, Madrid, B.A.C., 1960, p. 698.
141
CÁCERES GARCÍA, M., op. y parte ult. cit., C. pp. 123 y ss.
142
SANAHUJA SOLER, J., op. y vol cits., I parte, capartado V, p. 57.
42
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Mediante el ejercicio de esa labor los notarios han dado cauce a nuevas
143
DANÉS TORRAS, Daniel. El notario como funcionario, como técnico en derecho, consultor y
asesor, en “Centenario”, cit., “Estudios de derecho notarial”, vol. II, pp. 127 y ss.
144
Alocución al XV Congreso Ínternacional del Notariado latino (Paris 1979), cfr. R.D.N. CIII.
enero-marzo 1979, p. 456.
145
LAPÉIRE, Andrè, op. cit., R.D.N, XLI-XLII, pp. 142 y ss.
146
La función del notario y la seguridad jurídica, R.D.N., XCII, 1976, pp. 205 y s. cfr. también
CÁMARA, Manuel de la, “El notario latino y su Función”, 18, R.D.N., LXXVI, pp. 218-226.
43
Determinación Notarial del Derecho
147
Perspectiva, 54, párrafo final, pp. 148 y ss.; 98-100, pp. 258-266; 221-222, pp. 751-761; 269,
B, pp. 969-972 y 334, pp. 1283-1288
148
R.D.N., CIII, enero-marzo 1979, p. 59.
44
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Se trata de una cuestión que ha sido muy discutida por la doctrina. Esta ha
elaborado teorías interesantísimas, pero completamente dispares, para resolver
aquellos supuestos en los que hay contradicción entre lo convenido
previamente y lo formalizado en la escritura pública. Como ya había puesto de
manifiesto Rafael NÚÑEZ LAGOS, habían tratado de resolver esa cuestión: BÁHR,
en su Vollziehung “Ihering's Jarbuch” XIV, pp. 39 y ss); DEGENKOLB. en Die
Vertragsvollziehung als Vertragsreproduktion (Archiv für die civilististsche Praxis
71,1887, pp. 168 y ss.) con su tesis de la renovatio contractus, y SIEGEL, en Die
privatrechtrecftlichen Funktionen der Urkunde (Archiv cit. 111,1914, pp. 1-134)
con la suya del contrato de fijación jurídica. Por su parte, CARNELUTTI
(“Documento e negozío giuridico”, Riv. Dir. Proc. e Civ. 1926,1, pp. 181 y ss.),
partiendo de que esa discrepancia puede ser debida a error o ser intencional,
señaló que, en ese segundo caso, tal discrepancia puede tener carácter
interpretativo del negocio anterior, carácter complementario, carácter
modificativo o carácter novatorio con total sustitución; es decir, no siempre el
documento será forma de una voluntad dispositiva, pues podrá serlo también,
en muchos casos, de una voluntad confesoria con fines de prueba de certeza
(acertemento) o bien de eficacia. En suma las diversas posiciones muestran un
espectro con gran variedad de tonalidades.
Rafael NUÑEZ LAGOS efectuó una amplísima exposición de todas estas leonas
aducidas acerca de esa cuestión 150, e indicó una extensa bibliografía en torno
149
PACHIONI, Giovanni, Diritto civile italiano, 2a-II, capartado X, 5-12, Padova, Cedam, 1939, pp. 145-
155.
150
Rafael NUÑEZ LAGOS, Estudios sobre el valor jurídico del documento notarial, (5 de mayo de
1942). A.A.M.N., I. pp. 379-510, o en sus “.Estudios de derecho notarial”, XVH, vol II, pp. 89-
182; y Contenido sustantivo de la escritura pública, “Estudios de Der. Not.” del “Centenario”, vol
I. pp- 3-131. o R.D.N. XLHL enero-marzo 1964, pp. 7-144, o en los “Estudios de derecho
notarial”, XXI, vol II, pp. 281-386.
45
Determinación Notarial del Derecho
-”El contrato de fijación jurídica (si existe) será una cosa. La fijación jurídica del
contrato, será otra muy diversa”.
-”En la documentación del contrato, salvo cuando haya una clara voluntad
dispositiva, no hay un contrato necesariamente”.
-”Y el propio BAHR dice que el acto reconocido podrá ser impugnado siempre,
aunque solo mediante la condictio (NUÑEZ LAGOS, Estudios del Centenario p.
487), con lo que no se sale mucho más allá de los efectos del documento como
medio de prueba ya que se trata de regular la carga de la prueba..., de la
causa”.
151
Ibid, Contenido sustantivo, nota*, “Centenario”, vol. cit., pp. 16 y ss., o “Estudios...”, vol II, pp.
292 y ss.
152
Ibid, A.A.M.N. p. 504, o “Estudios...”, vol. II, p. 181.
153
Ibid, A.A.M.N. p. 405, nota 1, o “Estudios...”, voI. II, nota 19, p. 106.
154
José GONZÁLEZ PALOMINO, Instituciones, vol. 1. tema II, III, E. a y c. pp. 106-114.
46
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
155
CÁMARA ALVAREZ, Manuel de la, “El notario latino y su función”, III, B. 4, R.D.N. LXXVI, abril-
junio 1973. pp. 302 y ss.
156
Ibid, 5, pp. 306 y ss.
157
Ibid, pp. 313 y ss.
47
Determinación Notarial del Derecho
Por la importancia que tiene este tema le hemos dedicado mayor espacio del
que yo hubiera querido, pues sale fuera de la materia tratada en este capítulo,
aunque la toque. Pero, por esto, sí nos sirve para comprender mejor cuánto
debemos tratar aquí, que consiste, ni más ni menos, en considerar lo que el
notario debe hacer cuando los comparecientes, que pretenden otorgar v. gr.,
una escritura de compraventa, le presentan un documento privado en el que ya
la tienen comprometida o, incluso, consumada totalmente.
Pienso que, también en este caso, sigue siendo de la competencia del notario y
deber suyo en esta cuestión cumplir su función profesional de consejo y, en
caso de aceptar ambas partes el consejo, la de configurar el negocio jurídico de
que se trate. Ahora bien, la regulación del negocio jurídico contenida en el
documento privado, que como antecedente se presenta al notario, puede ser
incompleta, defectuosa, contener algo que real o legalmente sea imposible, o
resultar poco clara. En cualquiera de estos casos, el notario debe advertirlo a
las partes y proponerles los remedios posibles.
158
Acerca de las contraescrituras, cfr. el magistral estudio de RODRÍGUEZ ADRADOS, Antonio,
“Escrituras, contraescrituras y terceros” (Conferencia pronunciada en la Academia Matritense
del Notariado, el 12 de mayo de 1978, en el Curso en homenaje a Rafael NÚÑEZ LAGOS, cfr.
A.A.M.N, XXII, II, pp. 229-391
48
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Para precisar esa actividad notarial conviene que recordemos aquella distinción
en el contenido del instrumento público -mostrada por Rafael NÚÑEZ LAGOS162
entre actum y dictum. En las escrituras, el actum consiste en el negocio jurídico
objeto de su otorgamiento; y el dictum o narrativo es primordialmente la
narración del actum.
159
CÁCERES GARCÍA, M., op. y partículo cits. G, I, pp. 182 y ss.
160
Ibid, III, pp. 200 y ss.
161
Ibid, V, pp. 203 y ss.
162
NUÑEZ LAGOS, Rafael, Hechos y derechos en el documento público, 28 y 29, Madrid, I.N.E.J.
1950, pp- 48 y ss. o en sus “Estudios…”, vol I. XI, pp. 503 y ss.
49
Determinación Notarial del Derecho
163
CARNELUTTI, F., “Studi sulla sottoscrissone”, en “Studi di diritto processuale”, vol III, Padova,
Cedam, 1937, p. 695, nota 18.
164
RODRÍGUEZ ADRADOS, Antonio, “Naturaleza jurídica del documento auténtico notarial”, 10, en
“Centenario....” vol. cit., pp. 722 y s, en R.D.N., XLl-XLII. pp. 115 y ss.
165
CARNELUTTI, F., loc. ult. cit., nota 19, pp. 191 y ss.
166
RODRÍGUEZ ADRADOS, A., op. ult., cit., 17, en “Centenario”, pp. 738 y ss. o R.D.N., XLI-XLII.
p. 132 y ss.
167
GUASP, Jaime, Derecho procesal civil, Madrid, I.E.P. 1956, nota 5, p. 423, donde dice que
autor del documento es aquel “a quien es imputado jurídicamente”
50
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
f) Teoría del mandato: entiende que “autor del documento es aquel por
cuenta de quien es formado”. Es la tesis de CARNELUTTI168, que no parece
extensiva al documento público notarial, puesto que contiene afirmaciones y
aseveraciones propias del notario autorizante.
Así Paolo GUIDI169 considera que la narratio tiene “una pluralidad de autores
correspondientes a la pluralidad de intereses: el de los requirentes, interesados
en la representación del hecho que forma objeto del documento”: el notario, el
Estado, las partes.
Con mayor precisión, explicó RODRÍGUEZ ADRADOS172 que “el notario no es,
como suele aparecer en los libros no especializados, un taquígrafo que
transcribe las palabras de las partes; tiene, como fácilmente se le reconoce,
una función de intérprete de la voluntad de los comparecientes y una función de
redacción -concepto jurídico, frente al meramente literario de narración, propio
de las actas- de sus declaraciones de voluntad, dándoles forma jurídica, incluso
con expresiones técnicas que las partes no podrán nunca comprender, pero
que son indispensables a fines de brevedad y, sobre todo, de certeza de los
efectos jurídicos de las mismas; puede así decirse que el documento contiene
directamente un pensamiento del notario sobre el pensamiento de las partes,
sin mengua de poder afirmarse que las declaraciones de éstas, son contenido
directo del documento, en cuanto que ellas se apropian, hacen suyo, el
168
CARNELUTTI, F., resume sus ideas a este respecto en Novíssismo Digesto Italiano, vol VI,
Turin 1957, voz “Documento”, pp. 85-89.
169
GUIDI, Paolo, Teoría giuridica del documento, Milán. Guiffrè, 1950. pp. 66 y ss. nota 18.
170
GONZÁLEZ PALOMINO, José, “Negocio jurídico y documento (Arte de llevar la contraria)”,
Conferencia desarrollada en el Colegio Notarial de Valencia el 3 de junio de 1950; Cfr. en
Estudios jurídicos de arte menor, vol. III, Madrid, ed. no comercial del autor, 1976, p. 191.
171
GARCÍA-BERNAROO LANDETA, Alfredo, “Formalismo jurídico y documento notarial”, IV, C. d, en
R.D.N. XXXVI, abril-junio 1962, pp.172 y ss.
172
RODRÍGUEZ ADRADOS, Antonio, op. ult. cit., 19, en “Centenario”, pp. 746 y s., o R.D.N. XLI-
XLII. pp. 141 y ss.
51
Determinación Notarial del Derecho
pensamiento del notario, al mismo tiempo que éste expresa esa parte de su
pensamiento como pensamiento ajeno, de las partes a quienes se lo atribuye”.
52
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
corroboran con su firma -o bien lo hacen del modo supletorio provisto para el
caso de que alguno de los otorgantes no sepa o no pueda firmar.
Como hemos visto, el párrafo final de este artículo 147 concluye diciendo que el
177
MIQUEL, Juan, Aenipna, Conclusiones, I. B, pp. 118 y ss.
178
RODRÍGUEZ ADRADOS, A., loc. ult. cit., pp. 469 in fine y ss.
53
Determinación Notarial del Derecho
No obstante, el notario -como advierte CÁMARA180- “no puede, ni debe, cerrar los
ojos ante el clausulado de los contratos de adhesión, limitándose a darles el
visto bueno en el caso de no infringir directa y abiertamente la ley”...”el notario
debe guardar la independencia frente a la gran empresa. Ser notario del banco
Z o de la constructora H, solo es admisible en tanto en cuanto el notario
advierta que es al mismo tiempo, el notario de la persona que contrata con
aquellas entidades”.
En primer término, debe tratar de influir, antes de que los contratos sean
firmados, en que el banco o la empresa propongan un texto justo. “Esto no es
difícil de conseguir allí donde el notario goza del prestigio que debe tener. No
es extraño que el notario que ha intervenido en la autorización de las escrituras
previas (compra de los terrenos, declaraciones de obra nueva, divisiones
horizontales, etc.) sea de hecho el asesor jurídico de la empresa, al menos
parcialmente [o bien el asesor del letrado asesor de la misma], en todo cuanto
se refiere a la preparación y desarrollo de la operación proyectada. En tal
evento, es probable que los contratos-tipo sean sujetos previamente a la
supervisión del notario, e incluso que se solicite de él la redacción de una
minuta o proyecto que servirá de base para establecer los contratos definitivos”.
54
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Para iniciar el examen de este tema, creo que será bueno echar una ojeada
retrospectiva a la formación básica que en el derecho romano arcaico se
inculcaba a quienes inicialmente ejercieron la función de cavere, es decir,
primero, a los pontífices en su Colegio pontificio y, después, a los jurisconsultos
en el inicio de la época clásica. Ante todo, consistía en educarles la intuición
realista de las cosas y su virtud y, con ella, también las virtudes que deben
acompañar a todo jurista181; y, consecuentemente, en el sentido jurídico
material, para captar el misterium rerum, y en el empleo con toda precisión del
verbum iuris182; y, después, mediante la experiencia acumulada por los
predecesores, con una suficiente educación dotarles de la prudentia iuris183.
También, en esta formación, debería incluirse cierta ciencia, como vino a ser
resumido por ULPIANO184, consistente en una previa divinarum csque
humanarian rerum nofitiae, presupuesto de la subsiguiente iusli cuque iniusti
scientia. Esta, a su vez, requería una vera nisi fallor philosophia, non simulutam
afectantem185 -esto es, una filosofía esencial de la práctica de la Justicia.
Pienso que esta formación básica, propia del jurisprudente romano, es la ideal
que precisaría el notario de tipo latino. Se ha resumido diciendo que el notario
debe reunir tres factores: “conciencia, ciencia y experiencia”, y que “no cabe
duda de que el de más antigua exigencia es el primero, siguiéndole en
importancia el segundo; pues el tercero es obra del tiempo, compatible con los
otros dos”186. Sin embargo, en otras épocas se consideraba -creo que con toda
razón- que la experiencia debía comenzarse a adquirir antes de investirse
como notario, a través de una pasantía en el despecho de otro notario . Esa
experiencia debe comprender, sin duda, práctica y técnica.
55
Determinación Notarial del Derecho
a) Al decir que el notario requiere sapiencia viva, quiero significar que necesita
un conocimiento realista del hombre, en todas sus dimensiones, y de la
naturaleza de las cosas, observado aquél y éstas -entre las que aquél se halla
inmerso- con sentido ético187.
56
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Esa materia empírica debe ser observada y estimada con sentido de lo justo, a
fin de captar cuál es el derecho que subyace en los hechos, tal como -en su
lugar194- hemos visto. Porque la finalidad del derecho es -como dijo
CARNELUTTI195- someter la economía a la ética, o mejor al orden moral, al bien
común, en toda su extensión, no solo económica sino también moral.
57
Determinación Notarial del Derecho
Uno es de PÍO XII, en su referido discurso, que concluyó diciendo a los notarios
-reunidos al pié de la ventana desde la que les hablo en Castellgandolfo 203- que
“nada os ayudará tanto a desarrollar el sentido de la justicia entre los hombres
como la estima y la práctica de la caridad auténtica, objeto de las enseñanzas
del divino Maestro y fruto de su obra redentora”.
58
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
conceptos y el sistema”.
Observó muy bien, el mismos PALA, que “aunque sea el resultado de una
investigación científica, la técnica es un conjunto de procedimientos,
mecanismos y artificios para transformar la realidad social en realidad jurídica
207
VON IHERING, R., “Cartas confidenciales sobre la ciencia del derecho actual”, carta tercera,
párrafo final; cfr. en Bromas y veras en la ciencia jurídica; ed. Civitas, Madrid, 1987, p. 72.
208
VILLEY, Michel, Preface a l interpretation dans le droit, A. Ph. D., XVII, p. VIL
209
IHERING., op. cit., Carta cuarta, p, 75.
210
PALA MEDIANO, loc. ult. cit., pp. 36 y ss.
59
Determinación Notarial del Derecho
(la ordenación de la vida del derecho)”; por lo cual, de un lado, “no debe olvidar
el técnico los ideales del pensamiento jurídico”, y, de otro, “no puede apartarse
de los hechos”. He ahí como la praxis debe guiar la técnica y ponerla a su
servicio.
Aquel olvido y este apartamiento -sigue diciendo- son “los peligros o las causas
de los fracasos de la técnica jurídica. Porque es difícil, ha dicho GÉNY (op. cit,
III, p. 39), concordar elementos de tan diverso orden como la naturaleza de las
cosas vivientes, esencialmente fluida, maleable, que, a decir verdad no puede
ser recogida (es insaissible) y el artificio rígido, firme, hierático, de ángulos
agudos y paredes abruptas. Y así es frecuente que los principios superiores
sean olvidados por el técnico, atendiendo solo a los artificios de la construcción
jurídica, o porque estime como realidades de la vida, las ficciones del oficio; o,
incluso que, “convencido de la importancia de las fórmulas, relegue la
consideración objetiva de los intereses en presencia, haga prevalecer los
conceptos sobre las cosas y practique la deducción a toda lógica más que la
preferencia individual y ponderada del caso”.
“Por eso -concluía-, se ha dicho que la técnica jurídica debe estar al servicio de
la práctica”. Así debe ser siempre en el quehacer notarial.
60
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Con su propia perspectiva, PALA MEDIANO213 enfoca la técnica notarial como una
técnica instrumental que, en las escrituras públicas, trata de documentar
negocios jurídicos.
En los casos de presentarle a los interesados una minuta, el notario -dice PALA-
debe “reproducir todo el proceso de elaboración técnica, si bien, al revés y a la
inversa”; y -añado yo- ha de guiarlo con una perspectiva práctico-jurídica.
Como, en mi conferencia últimamente citada 214, recordé, así como todo arte,
también el notarial tiene unas normas formales específicas, precisas para que
se plasmen los negocios jurídicos que el notario autorice y para que de forma al
redactar, en cada escritura pública, el negocio jurídico de que se trate. Si el
escultor, el pintor, el músico tienen unos modos de expresar su arte, así los
213
Ibíd, pp. 43 y ss.
214
“La función del....”, p. 208.
61
Determinación Notarial del Derecho
62
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Veamos cómo CASTÁN TOBEÑAS repasa ese proceso de concreción notarial del
derecho.
218
Ibid, III, I, A, pp. 93 y ss.
219
Esto lo he confrontado en el lugar y página indicados.
63
Determinación Notarial del Derecho
64
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Advertimos que, si bien aquí CASTÁN habla de “aplicación notarial del derecho”
y de “conclusión del silogismo”, lo emplea “en cierto sentido” y, de otra parte,
debe recordarse que -como ya observé en la introducción general de esta obra,
que precede a la Perspectiva histórica222-, en su Teoría de la aplicación e
investigación del derecho, cuando habla de aplicación y elaboración del
derecho, se halla más cerca de la “determinación del derecho”, según él
entienda aquéllas, que de la elaboración efectuada por la dogmática
conceptualista, y mucho mas que de la aplicación silogística del método
exegético por la escuela de ese nombre. También aquí comprobaremos esto
siguiendo paso a paso lo que él va diciendo a continuación. Pienso que CASTÁN
había superado tanto la idea como el concepto de la aplicación silogística de la
ley; pero, envuelto por la atmósfera en la que se vivía entonces, no se decidía a
desprenderse del empleo de los nombres que eran de uso corriente.
CASTÁN223 observa que entre los hechos (premisa menor) y el derecho (premisa
mayor del clásico silogismo jurídico), puede haber “un elemento intermedio”
que “también habrá de fijar el notario”, constituido por “aquellas reglas
indeterminadas y flexibles -llamadas ‘máximas de experiencia’ por los
alemanes, ‘conceptos válvulas’ por algunos tratadistas italianos, ‘standards’
jurídicos por la doctrina inglesa y ‘derectivas’ por modernos juristas franceses-,
que el legislador deja a la concreción del intérprete, y ha de fijar éste,
induciéndolas de las realidades prácticas de la vida social”. Se trata -dice- “de
una zona confusa y no bien delimitada todavía, pero que pertenece más que al
concepto de los hechos, al de la elaboración del derecho”. El intérprete “ha de
utilizar los conocimientos adquiridos por su experiencia personal (máximas de
experiencia) para determinar que es lo que, como normal y típico, habrá de ser
considerado como derecho, integrando el supuesto normativo,
incompletamente formulado por el legislador”.
65
Determinación Notarial del Derecho
Prosigue CASTÁN analizando, una por una, las fuentes de elaboración notarial
que antes ha enumerado, comenzando por la ley225 y siguiendo por la
costumbre, de la cual señala las particularidades que su aplicación ofrece al
notario226.
Por otra parte, sean o no los usos locales engendradores o integrantes de una
costumbre propiamente dicha, el notario puede y debe tener en cuenta dichos
usos, no solo por la autoridad y fuerza jurídica que en sí puedan tener, sino
porque, además, la apreciación de las modalidades jurídicas que se observen
en la localidad donde se celebre el contrato o se otorgue el testamento, o en la
que radique el inmueble ha de ser secuela ineludible de la obligación que tiene
el notario de llevar al documento la más fiel expresión de la voluntad de las
partes; los usos locales, que en su día deberán servir para interpretar el
negocio ya formulado (v. artículo 1287 del Código civil), no cabe duda que
servirán también para interpretar la voluntad de las partes en la fase de
formación del acto.
66
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
-Las reglas, máximas, aforismos o brocardos jurídicos, de los cuales dijo: “No
bastan para resolver cualquier cuestión de derecho; pero no se puede
desconocer que ofrecen, con mucha frecuencia, un justo criterio de
interpretación y facilitan la labor de los jueces y de los profesionales, entre otras
razones, porque se prestan a ser fácilmente comprendidos”. Y. además, con
Federico DE CASTRO reconoce: “En bastantes ocasiones han sido, no obstante,
el medio para que se reconozca un verdadero principio jurídico”.
67
Determinación Notarial del Derecho
DEL DERECHO
CASTÁN TOBEÑAS228 los divide en los que facilitan la búsqueda del derecho, y los
que se dirigen a su ejecución, éstos son los que operan dentro del sistema para
la interpretación o la extensión o generalización analógica y acuden a los
principios generales de derecho; y aquellos operan fuera del sistema de
derecho positivo: derecho natural, equidad, sentido o sentimiento jurídico,
228
Ibid, 3, A, pp. 120 y ss.
229
STAMMLER, Tratado 142 y ss. pp. 355 y ss.; cfr. en Perspectiva. 313, pp. 1182-1187.
230
CASTÁN TOBEÑAS, J., loc. ult. cit., B, p. 123.
231
Ibid, C, pp. 125 y ss.
232
Ibid, D, pp. 126 y ss.
68
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
En la función notarial observa que “hay más ancho camino que en la judicial
[que debe “sujetarse, en primer lugar, a una base contractual o documental ya
fijada”: en segundo término, “a la rigidez del procedimiento y del principio
dispositivo”, y, en fin, “al resultado de las pruebas”] para la aplicación de la
equidad”; pues, ante el notario, “el caso jurídico se presenta en toda su
espontánea realidad y pureza. El notario puede modelar una masa jurídica que
después se mostrará ante el juez como una materia ya formada y poco dúctil.
e) La función del sentimiento jurídico -según CASTÁN234 dice- tiene “gran papel”.
Entiende que “aquella cualidad de la intuición que se llama sentido jurídico”
representa “una función colaboradora de la actividad mental y técnica”. Ya
hemos hablado antes del sentimiento jurídico y de su función, y advertido que
debe someterse a la razón y a la realidad de las cosas. Esto es también lo que
aconseja CASTÁN: “el sentimiento jurídico, como repercusión emocional de un
ideal de justicia, es ciertamente un presupuesto de la existencia misma del
derecho y un elemento valiosísimo para su aplicación, pero no es fuente
233
Ibid, E, pp. 128 y ss.
234
Ibid, F, pp. 131 y ss.
69
Determinación Notarial del Derecho
70
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
“La intervención tan destacada que el notario tiene -dice CASTÁN TOBEÑAS237- en
la modelación del negocio jurídico -en la construcción, se dice, de las
relaciones jurídicas con validez interna y eficacia constitutiva (NÚÑEZ MORENO,
La función notarial, R.D.P. XIV, 1927. p. 339)- y el papel tan importante que el
negocio jurídico desempeña en la dinámica de la creación del derecho, podrían
servir de base para reconocer la realidad de esa labor creadora (BELLVER CANO
habla de que la función notarial es declaratoria-creadora, op. cit, p. 18)”.
Según esta perspectiva -que él veía avalada por KELSEN y por CARNELUTTI-
entendía que “los actos o negocios jurídicos notariales -en los que colabora con
las partes el autorizante, perito en derecho, que las asesora, dirige, recoge la
determinación de sus voluntades y, aprobándola, le presta sanción- son una
fuente del derecho, situada en el extremo inferior de la serie o cadena, está
subordinada a la legislación y a otras posibles fuentes de las categorías
superiores”.
Sin embargo, enseguida reconoce 238 que las fuentes del derecho son “el
complejo de normas obligatorias impuestas por el poder social, una de cuyas
características más destacadas”: “es la de su generalidad”. Pero, transando,
concluye239: “Sea de ello lo que quiera, es de tener en cuenta que lo
fundamental en el negocio jurídico es la exteriorización de la voluntad privada
dirigida a provocar una consecuencia jurídica, y siendo esto así, la función
notarial no puede ser considerada como constitutiva y creadora de los
derechos, sino simplemente como legitimadora del acto que los engendra. El
derecho subjetivo -ha dicho VÁZQUEZ CAMPO (Ideario notarial, 1,7, p. 36)- tiene
siempre su origen en la voluntad privada, al desplegarse, con más o menos
libertad, dentro de las normas del derecho objetivo".
237
Ibid, IV, 2, A, pp. 145 y ss.
238
Ibid, pp. 148.
239
Ibid, pp. 149.
71
Determinación Notarial del Derecho
“a) Utilizando -como los demás juristas oficiales- los procedimientos dirigidos a
completar el derecho prefijado (inducción, analogía, principios generales,
derecho natural, etcétera).
“b) Modelando -y ello es más típicamente notarial- los actos jurídicos dentro de
las categorías creadas por la norma para encerrar la voluntad privada, y dando
paso, a través de esos actos, a nuevos tipos o figuras de relaciones jurídicas
dentro de los limites que permite la norma”.
Pero advierte241: “No quiere esto decir, sin embargo, que sea escasa o pequeña
la aportación que el notariado hace a la producción del derecho”. Y, como tales
aportaciones, señala las siguientes:
a) Los trabajos profesionales del notario. Sobre todo, los recursos gubernativos
contra la calificación hipotecaria del documento notarial, en el cual -dice- se
ejercita “la libre actividad científica” del notario.
72
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
242
Ibid, b, pp. 154 y ss.
243
Ibid, pp. 156 y ss.
244
CASTÁN TOBEÑAS, J., loc. ult. cit., pp. 158 y ss.
73
Determinación Notarial del Derecho
Ante todo, debo advertir que OGAYAR -como CASTAN TOBEÑAS-, tiene la
desventaja de hallarse envuelto en la atmósfera impuesta por la terminología
en uso y por el sentido que entonces se le daba. Por ello, ni uno ni otro
prescindieron de emplearla, a pesar de que muchas veces también utilizaron
otra que resultaba más adecuada a su pensamiento renovador, o dieron un
sentido distinto a la comúnmente utilizada. Así vemos que el término aplicación
del derecho, que aparece en el título de la conferencia de OGAYAR y en uno sus
subtítulos246, luego en el texto trata de acomodarlo con otras palabras y
expresiones, que también emplea, que yo creo resultan más adecuadas a su
propio pensamiento” tales como: realización del derecho247 individualización,
realización o elaboración del derecho248, realización del derecho según ley y
justicia249. Él mismo, dice250 que hay “igualdad sustancial entre las actividades
judicial y notarial en la función de realizara derecho”.
74
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Pienso que este mismo criterio podría haberlo aplicado al tema de la legitimidad
de la norma, en la que él se extiende con referencia a jueces y tribunales, pero
en la que no penetra al referirse a los notarios, Se limita a decir 256 que el notario
no puede hacer un “examen de las normas subordinadas”, cuando “actúe
aplicando el derecho, porque carece de la potestad jurisdiccional para decidir
sobre su aplicabilidad”.
Aquí lo que nos interesa son las observaciones que él hace cuando se refiere al
método de interpretación que emplea el notario al llevar a efecto su labor 262.
75
Determinación Notarial del Derecho
“No se puede negar la posibilidad de que hayan leyes injustas, y para este
supuesto, tiene el notario con el arma de la interpretación suficiente para eludir
la injusticia de la norma en la mayor parte de los casos, mediante su
acomodación a las transformaciones de la vida, a través de la ficción de la
voluntad presunta del legislador en relación con el particular a resolver (Dr.
Guillermo DE MONTAGÚ, “El juez ante la norma injusta”, Rev. de Derecho
Internacional, 91, Habana 30 septiembre 1944, pp. 19-20), pues con el racional
empleo de los medios de interpretación lógica y sistemática, debe producir el
efecto de rechazar cualquier sentido de la ley que sea opuesto a la justicia, que
es el objeto supremo de la norma legal”.
“La función notarial, no sólo modela los actos jurídicos dentro de las categorías
de la ley, sino que da paso a muchos tipos de figuras de relaciones jurídicas,
porque el notario es un colaborador en el proceso dinámico de creación del
orden jurídico, y de tal calidad que con frecuencia va a la vanguardia del
legislador, preparando, con las costumbres notariales y los usos
convencionales revelados por las escrituras publicas, la oportuna reforma
legislativa”.
Como ejemplos de esta actividad, que califica de “creadora”, indica: los pactos
consignados en las escrituras de transmisión de pisos con los estatutos
reguladores de la comunidad, origen de la actual propiedad horizontal; la
sociedad de responsabilidad limitada antes de toda regulación legal, el
perfeccionamiento de las sociedades anónimas y de sus estatutos, que fueron
uno de los antecedentes de la legislación entonces vigente; el régimen
económico familiar en diversas regiones; las fórmulas empleadas para ampliar
los derechos del cónyuge viudo; diversas formas contractuales, pues -observa-,
“la obra notarial no se detiene nunca, con la seguridad de que los tanteos de
hoy se convertirán mañana en nuevas instituciones y normas.
76
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Creo que estas distinciones ofrecen una perspectiva suficientemente clara, que
nos permite situarnos fuera de la dialéctica entre aplicación de la ley (o del
derecho) y creación del derecho, que ha sido el campo de batalla en que se
han venido enfrentando quienes en posiciones dispares, tratan de explicar la
función judicial y la profesional del notario, intentando situarlas en el marco ya
sea de uno o bien del otro de esos dos terrenos aplicativo y creativo del
derecho.
Creo que esta dialéctica ha sido otro fruto de la dañosa herencia del
nominalismo, el iluminismo y la ilustración, que nos trajeron la confusión del
derecho con la ley -que lo subsumiría totalmente-; perspectiva ampliada más
tarde identificando el derecho con las normas jurídicas, con lo cual se incluían,
además de la ley, a la costumbre, los principios generales del derecho e,
incluso, según ciertas tendencias, la jurisprudencia de los tribunales.
265
Metodología Jurídica, XV, 1, p. 368.
266
Metodología de las leyes, Introducción, 1, p. 1.
267
Metodología de la determinación del derecho, Introducción general, 1, vol. I, pp. 3 y ss.
268
Ibid, 4, pp. 7 y ss.
77
Determinación Notarial del Derecho
Hace unos años que, tras unos primeros tanteos 269, me fue explicado
claramente cual era el genuino concepto del derecho 270. Esta luz se la debo a
mi admirado Michel VILLEY271, que me hizo volver la mirada a las definiciones
del derecho de ARISTÓTELES272, “tho dikaion, de PAULO273. “guod semper aequun
ac bonum est”, y de SANTO TOMÁS DE AQUINO274, “ipsam rem iustam”, de quien
es también la afirmación de que la ley no es el mismo derecho, hablando con
propiedad, sino “cierta razón de derecho”, como una idea preexistente a la
determinación del derecho, tal como la regla de arte preexiste y es distinta de la
obra de arte275. Como aquella, también la ley, tiene carácter instrumental para
determinar lo justo en concreto, o sea, el derecho.
Además -según también hemos visto 279- la determinación del derecho, en cada
caso concreto, se halla subsumida en la explicación de la naturaleza de la cosa
que subyace en el hecho. Esa explicación constituye una parte integrante de la
interpretación, inseparable de la intelección de la norma. La determinación del
derecho es excluyente, por lo tanto, de toda idea de aplicación mecánica de la
norma. Pero no se opone, en modo alguno a legalidad; pues, si bien
propiamente no se aplica norma alguna al hecho sino que se determina el
derecho que subyace en el hecho 280, esta determinación debe efectuarse con
una mediación instrumental de principios, normas y pautas de valor 281 y, en
todo caso, ha de realizarse sin contravenir ley alguna que sea imperativa o
prohibitiva. Ahí está el evidente deber del notario de actuar de conformidad con
las leyes (artículo 145.2 del Reglamento Notarial).
269
En la 1a. edición de mi Panorama del derecho civil (Barcelona, Bosch, Casa Ed. 1963, tomo
1,1, p. 15), donde distinguí según lo que es nuclear en el concepto del derecho se cargara en lo
justo, en lo ordenado positivamente o en lo vivido realmente; es decir, en la justicia, en la
normatividad o en la vigencia.
270
“De la virtud de Injusticia a lo justo jurídico”, I, R.D.E.A., X, 10 octubre-diciembre 1965, pp.
28 y ss. recogido en En torno al derecho natural, pp. 6 y s. donde distinguí la norma
positivamente impuesta por el Estado, su vigencia efectiva en la vida social, y el arte de lo justo
o, bajo otro aspecto, el propio obiectum iustitiae. Mas claramente cfr. en Metodología de las
leyes, 2, pp. 1 y ss., donde distinguí como concepto genuino del derecho el de quod iustum est,
o sea, tejaste en concreto; y como significados extensivos: el arte o la ciencia de conocerlo; la
sentencia, sea o no justa; la ley, y el derecho subjetivo.
271
VILLEY, Michel, Una definition du droit. A. Ph. D., 1959. pp. 59 y s., cfr. Perspectiva histórica,
288, p. 1054.
272
ARISTÓTELES, Etica. V, 3,1131 a.
273
PAULO, Dig,1, 1, 11,.
274
SANTO TOMÁS DE AQUINO, S. Th., 2a - 2ac. 57, l, ad. I.
275
Ibid, ad 2.
276
Perspectiva general, 4, b, de mi Metodología, vol I, pp. 7 in fine y s.
277
Ibid, 10, pp. 23 y s.
278
Ibid, 133, a, párrafo final.
279
Ibid, 158, desde la nota 114 hasta el final.
280
Ibid, 155, párrafo que lleva las notas 15 a 17.
281
Ibid, 168.
78
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Ahora bien, en esto, se observa una clara diferencia entre la actividad del juez y
la del notario. Aquél en su sentencia debe concretar la solución más justa
posible del caso enjuiciado; pero se halla sujeto, para ello, a las normas rígidas
del proceso y a los resultados de las pruebas, además, de afectarle plenamente
el orden de prelación de fuentes determinado por el Código civil. En cambio, -
como hemos visto que advierten CASTÁN TOBEÑAS y OGAYAR- “en la utilización
de los métodos y los instrumentos de aplicación y desenvolvimiento de tales
fuentes, puede moverse el notario con libertad y amplitud mayor que los
jueces”282. Asimismo, ocurre lo mismo en la indagación de las costumbres 283, en
la tarea de “indagar, determinar y aquilatar los principios generales del derecho,
en relación al caso que se le presente” 284 y, específicamente, en cuanto a la
apreciación de los principios del derecho natural 285. En fin, la actuación notarial
ofrece “más ancho campo que la judicial para la aplicación de la equidad” 286.
Si esto es así se debe, ante todo, al que la actividad del notario, como
profesional del derecho, se mueve en el ámbito de aquello que puede ser
determinado de uno u otro modo, tanto allí donde impera el principio de la
libertad civil287 como la libertad reconocida en los artículos 1255 y 1258 C.c.
español, y, en general, de modo parecido en casi todos los Códigos civiles
actuales288. Estamos en un ámbito de determinaciones prudenciales de
cuestiones prácticas. Acerca de las cuales -hemos visto 289- dijo ARISTÓTELES
que aquellas cosas que no tienen necesariamente que ser de un solo modo,
sino que también “pueden ser otra manera”, entre las que están las que son
“objeto de la acción”290, “son guiadas por la prudencia” para determinar en cada
caso lo que es bueno y más conveniente y, por lo tanto, aquello que procede
hacer291,
79
Determinación Notarial del Derecho
En 1933, también buscando una salida fuera del legalismo imperante, OTERO y
VALENTÍN295, escribió que la base amplia del concepto de derecho natural,
entendida como “el conjunto de los principios universales del derecho que
están arraigados en los hombres”, constituye un punto de apoyo que resulta
muy apropiado a la función del notario, “por la esfera extrajudicial en que actúa;
y, porque, a falta de otras normas de legalidad determinada, y de las
sancionadas por la jurisprudencia: los hombres, al obrar jurídicamente, no
traspasando los límites marcados por las prohibiciones ni contra las buenas
costumbres, pueden determinar sus actos y relaciones libremente: dentro del
derecho natural”.
80
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Con toda razón advertía el mismo OTERO y VALENTÍN que nuestra legislación no
pone límite a la constitución de derechos reales "en el sentido de que no
tenemos un numerus clausus que los estereotipe-, ni “tampoco son exclusivas
las fórmulas y reglamentación de los contratos”.
Como único límite ponía OTERO297 que el notario “no debe autorizar nada que
directa o indirectamente se refiera a eludir una prohibición legal” y ha de actuar
conforme con la moral, lo que “significa la conformidad de las acciones del
hombre con las leyes naturales y positivas, en cuyo sentido la moral pública es
referente a las acciones que salen de la esfera privada y trascienden a los
intereses generales de la sociedad (sentencia de 28 de enero de 1884)”.
También, tras de él, la tuvo bien abierta Tomás OGAYAR298, que con convicción
había recibido las tendencias jurisprudenciales, entonces aún nuevas, que se
orientaban hacia la denominada interpretación modificativa y la interpretación
evolutiva, que él consideraba suficientes para que, con su manejo, el notario
pueda “eludir la injusticia de la norma en la mayor parte de los casos, mediante
su acomodación a las transformaciones de la vida”, y aptas para “rechazar
cualquier sentido de la ley que sea opuesto a la justicia, que es el objeto
supremo de la norma legal”.
Pienso que la clave de la función notarial se haya en saber captar el sentido del
derecho, en actuar dentro del ámbito de la libertad civil y de conformidad con
los usos negociales.
Estos tres puntos creo que fueron muy bien observados por el entonces notario
de Barcelona, José María FERRÉ MOREGÓ299 en una conferencia que expuso en
el Colegio Notarial de la Ciudad Condal el 28 de abril de 1942, en la cual,
además de su magnífica formación filosófica, mostró su gran experiencia
profesional.
296
El concepto que OTERO tenía del Derecho natural no coincide totalmente con el que yo
tengo, sino solo parcialmente en cuanto, si bien entiendo que el sentido natural y la buena
razón captan y adecuan, respectivamente, los “principios universales del derecho”, en cambio,
según mi convicción, se obtienen abstrayéndolos por sindéresis de la naturaleza de las cosas.
297
OTERO Y VALENTÍN, J. op. cit., 269, 5° y 9o, p. 465.
298
OGAYAR, loc. ult. cit., 4, pp. 454-457.
299
FERRÉ MOREGÓ, José María, Voluntad y derecho. en Temas varios de derecho público y
privado, Conferencias del Cursillo de 1942 del Colegio Notarial, Barcelona, 1943, pp. 103-130.
81
Determinación Notarial del Derecho
82
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
Creo que esta pauta interpretativa debe tenerla en cuenta el notario, tanto si se
trata de comprender documentos presentados para su intelección como
también para penetrar en cuál es la intención subconsciente de los otorgantes.
Claro es que, en este caso, el notario se cerciora interrogando a quienes le
expresan lo que quieren hacer; pero esos usos le indicarán cuáles son las
preguntas que es preciso formularles.
83
Determinación Notarial del Derecho
En Logroño, cuando unos cónyuges querían dejarse los bienes “el uno para el
otro”, ya sea “para hacer y deshacer” o solo “por sus días”, o bien “del uno para
el otro y luego para los hijos”, la fórmula que habitualmente empleada consistía
en que se dejaran la cuota legal usufructuaria y el tercio de libre disposición en
pleno dominio. Así se posibilitaba al cónyuge viudo suficientes bienes para
disponer a título oneroso en caso de necesidad y, además, que conservara de
hecho el poder familiar, al ser titular, en pleno dominio o usufructo, de la mayor
parte del patrimonio, teniendo la posibilidad de mejorar a aquellos hijos que no
rompieran la armonía familiar de la casa, y de efectuarlo no solo con lo suyo
sino también con un tercio de los bienes heredados del cónyuge premuerto. De
tal modo, no solían partirse las herencias sino después de haber fallecido
ambos cónyuges305.
La pauta ética y el respeto a los usos vividos para configurar la voluntad de los
otorgantes, siguiendo los cauces que dejan libres las normas imperativas y
prohibitivas, creo que deben constituir la pauta general orientadora para el
notario en su función configuradora de los negocios jurídicos y un punto de
orientación de las preguntas que es preciso formularles.
Como hizo notar NÚÑEZ MORENO307, “el notario no cumple su misión si solo
conoce la ley escrita y no acude a la experiencia propia de la vida social. El
derecho formulado en preceptos legales y aun en obras científicas, suele ser un
derecho estático, que solo al contacto con la vida social se anima y vivifica.
En fin, la afirmación de CASTÁN TOBEÑAS308 de que “el notario debe ser ministro
y guardián de la equidad”, debemos entenderla en el mismo sentido en el que
CELSO y ULPIANO dijeron -éste repitiéndolo de aquél- que el derecho es el arte
gananciales con igual derecho a favor de los esposos vendedores”, R.D.P., XXX, 1946, pp.
943-958, recogido en Estudios varios, pp. 417-152.
305
Cfr. mi encuesta Sucesión testada (en la Rioja). El cónyuge viudo ante el lente de cada
testador, Berceo, Revista del Instituto de Estudios Riojanos, IV. 13, Logroño 1949, reproducida
en A.A.M.N., VII, pp. 465-484.
306
Cfr. mi tratado Las legítimas, XI, II, 14, b, pp. 1066 in fine y ss.
307
NÚÑEZ MORENO, F., loc. cit., p. 342.
308
CASTAN TOBEÑAS, loc. ult. cit., E, p. 130.
84
Juan B. VALLET DE GOYTISOLO
309
ULPIANO, Dig, 1,1,1, pr.
85