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“AÑO DE LA UNIVERSALIZACIÒN DE LA SALUD”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÌTICA


ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
TRABAJO ACADÈMICO
EL DERECHO NOTARIAL, SU ORIGEN, NATURALEZA JURÌDICA,
PRINCIPIOS, CARACTERÌSTICAS, OBJETO Y FINES.
IDENTIFICA EL CONTENIDO DEL DERECHO NOTARIAL, NOTARIO,
NOTARIADO Y NOTARÌA. SISTEMAS NOTARIALES.

PRESENTADO POR: CRUZ ASTOCAZA JESSICA BRIGUITHE


HERNANDEZ LEUYA ROSA
BENDEZU QUISPE JULIO
HERNANDEZ DE LA ROSA ROBERT
ATAUJE GARCÌA VERÒNICA SERENIT

ASIGNATURA: DERECHO NOTARIAL Y REGISTRAL

DOCENTE RESPONSABLE: CRISOLOGO GALVAN VICTOR

CICLO: NOVENO

ICA, PERÙ
2020
DEDICADO A MI MAESTRO POR SU DEDICACÒN,
ESFUERZO, PACIENCIA Y COMPROMISO, ES LA
BASE FUDAMENTAL DE MI DESARROLLO COMO
PERSONA GRACIAS A SUS GRANDES APORTES.
RESUMEN EJECUTIVO
ABSTRACT
INDICE
INTRODUCCION
UBICACIÒN DEL DERECHO NOTARIAL

El derecho notarial se ubica en el derecho público, sin embargo, es necesario


dejar constancia que pocos autores nacionales y extranjeros han estudiado este
tema, por lo tanto, para estudiar este tema debemos recurrir a autorizada doctrina,
la cual permitirá conocer la misma de forma tal que conozcamos los principios que
se le aplican al mismo, y en todo caso no se pueden pactar requisitos de
escrituras públicas o de otros instrumentos notariales, pero desde otra perspectiva
podría ubicarse en el derecho mixto o social, sin embargo, para algunos autores
son dos ramas del derecho diferentes estas dos últimas, pero debemos dejar
constancia que se podría ubicar en el derecho social porque existen contratos ante
notario público, los cuales se celebran a diario en todo el mundo, lo cual hace
notar que antes de hacer afirmaciones en el derecho debemos estudiar bastante lo
cual permite tener autoridad suficiente para ello y no ser meros repetidores de lo
que dicen otros autores.

ORIGEN DEL DERECHO NOTARIAL


ORÌGENES HISTÒRICOS PRE- NOTARIALES

Para poder adentrarnos en la historia del Notario y de la función notarial en el


Perú, es imprescindible primero hacer un paneo sobre el origen de la materia a
comentar. Por ello, haremos una breve referencia a las civilizaciones antiguas, las
cuales, conforme fueron evolucionando, vieron surgir la necesidad de figuras que
dieran fe de las leyes, los contratos o que redactasen y guardasen documentos
diversos. En esta época pre-notarial nace el Escriba, de quien eventualmente
deriva el Escribano español y colonial.

A.- LAS GRANDES CIVILIZACIONES:

Como diría Rafael Núñez Lagos, parafraseando el primer versículo del Evangelio
de Juan, en el principio fue el documento. El documento creó al Notario, aunque
en la actualidad es el Notario el encargado de la facción del documento. Siendo
así, desde el nacimiento del documento en la historia del hombre, surge la
necesidad de la existencia de un sujeto avocado a su redacción y archivo. Debido
a que la aptitud requerida para conocer el lenguaje escrito era extremadamente
limitada en tiempos antiguos, la existencia de un redactor especializado era una
consecuencia natural.

Es en este contexto donde surge el Escriba. El vocablo Scriba proviene del latín y
era utilizado para designar a una clase de funcionarios con cierta cultura general y
específica que los distinguía del común y les aseguraba privilegios y
consideraciones especiales. El contenido de la función del escriba varía según la
época y la región donde llevaba a cabo su función.

Las actuales arenas de la ciudad egipcia de Menfis, entre los años 2850 y 2052
antes de la era cristiana, nos dan una primera señal al pasado del Notario, vía la
función del Escriba en Egipto. El Escriba fue un funcionario burocrático
indispensable para una organización estatal en que la administración se apoyaba
en los textos escritos. Por ello es que se le considera un ilustrado en jeroglíficos,
geografía y cosmografía. Su quehacer más generalizado parece haber sido las
funciones contables, en particular de control de la producción agrícola, y la
confección de documentos escritos. El conocimiento que los Escribas tenían de la
escritura y de los números, los cuales adquirían gracias al estudio y a la educación
proporcionada por la casta sacerdotal, les hacía funcionarios sumamente útiles y
necesarios, en razón a su actividad como redactor de documentos sin ninguna
facultad pedante, pues los documentos debían ser sellados por el Visir a fin de
adquirir el carácter de documento público, en particular durante la época del
Imperio Medio, entre 1573 y 712 antes de Cristo.

Otra civilización que tuvo insinuaciones notariales fue la de los hebreos. Su


organización estatal y social también contempló a los denominados Escribas,
existiendo los escribas del rey, de la ley, del Estado y del pueblo. Los escribas del
Rey tenían como finalidad principal la de autenticar los actos del Rey; los escribas
de la Ley tenían el deber de interpretar los textos legales y el Talmud; los escribas
del pueblo prestaban sus servicios a los ciudadanos que lo requerían redactando
acuerdos entre particulares y los escribas del estado ejercían las funciones de
secretarios del Consejo de Estado, de los Tribunales y de todos los
establecimientos públicos.

Mas, como todo aspecto de la vida hebrea, todas estas funciones se encontraban
profundamente entrelazadas con la religión, siendo entendido de una manera
general como un custodio de la ley y un intérprete de la misma.

Siguiendo el derrotero de las civilizaciones más importantes de la antigüedad,


posaremos nuestra mirada en la cultura griega, que tanta influencia tuvo en los
romanos y, por ende, en nuestro sistema jurídico. En Grecia no hubo propiamente
Escribas, pero por la similitud de algunas de las funciones, puede decirse que
hicieron sus veces, aunque sin el sentido religioso de los egipcios o hebreos. Los
logógrafos (de logo: palabra, y grafo: grabar, escribir), hacían los discursos y
alegatos ante los tribunales y escribían, asimismo, todos los documentos y datos
que les solicitaba el público; los Singraphos, en cambio, eran considerados como
verdaderos escribanos, cuya principal función consistía en llevar un registro
público. Estos sujetos eran muy comunes en la ciudad de Atenas, en la cual no se
otorgaba contrato alguno si no se inscribía en Registro Público llevado por ellos.
En Grecia los notarios asumieron directamente la función registradora, tanto para
los contratos celebrados entre particulares, como para las convenciones
internacionales. En esta cultura existieron oficiales públicos encargados de
redactar los documentos de los ciudadanos y llevarlos en su registro, pero, debido
a la diversidad de costumbres de las diversas ciudades-estado, recibieron
diferentes denominaciones: Apógraphos, Singraphos, referidos al tema de la grafía
o escritura, y los llamados Mnemon, Hyeromnemon o Promnemon, cuyo nombre
hacía referencia a la memoria o mnemónica. Todas estas denominaciones, en
resumidas cuentas, hacían alusión a la función redactora y de constancia que
hacían estos funcionarios con respecto a los hechos y actos que acontecían.

Finalmente, llegamos a Roma, la cuna de nuestro derecho. En el sistema jurídico


romano, las funciones notariales originalmente carecían de la facultad de
autenticación, al amparo del poder del imperio que se confiere al Pretor. Siendo
así, en Roma la función notarial estuvo atribuida y dispersa a multitud de oficiales
públicos y privados, pero sin que todas las atribuciones de estas personas se
reunieran en una sola. Pese a ello, se conocen cuatro funcionarios que ejercían
funciones similares a las notariales: el escriba, el notarii, el tabularius y el tabelion.
Sin embargo, tanto Giménez-Arnau, Fernández Casado y Pondé se refieren a
diversos sujetos que eran conocidos en el Imperio Romano, tales como chartularii,
librarii, refrendarii, cancelarii, diastoleos, censuales, libelenses, scriniarii,
cornicularii, amanuensiis, cognitor, acturarius, axeptor, logofraphis, numerarius,
entre otros.

B.- EL ORDENAMIENTO JURÌDICO ESPAÑOL PRE- CONQUISTA

Haciendo un salto en el tiempo, una vez producida la caída del Imperio Romano,
podemos ver que las instituciones jurídicas que originalmente nacieron en dicho
periodo se fueron adaptando y evolucionando de acuerdo a la nueva época: la
Edad Media.

Según José Bono, ¨los Tabelliones romanos sobreviven a la caída del Imperio en
Occidente (y en Oriente, sin la menor solución de continuidad, perduran en el
Biznatino), y empiezan a usar en la práctica el título de notarius, conservando en
los siglos de transición a la Alta Edad Media las tradiciones profesionales y
documentales antiguas¨.

Sin necesidad de entrar en toda la riqueza jurídica que trajeron consigo el Imperio
bizantino y la época Carolingia, ambos con injerencia en la función del notario, es
importante circunscribirnos al Derecho Español, del cual deriva inexorablemente
nuestro derecho. Para ello seguiremos apoyándonos en el Notario Español José
Bono.

Según Bono, las instituciones notariales tienen un origen común y un desarrollo


paralelo en toda Europa Latina, razón por la que su desenvolvimiento en España
habrá de hacerse correlacionándola con la evolución en los demás países. Siendo
así, señalaremos que la institución notarial en España se trata, por vez primera, en
forma orgánica y sistemática, en el Fuero Real, ya que hasta entonces sólo se
tenían normas dispersas en la legislación foral y el Fuero Juzgo.

El Fuero Juzgo es el código de la legislación de los godos españoles. Se trata de


la versión a la lengua romance castellana del Liber judiciorum, que se efectúa
durante la Baja Edad Media, en el que se recogen las leyes visigodas, cuyo "uso,
autoridad y observancias" se hacía (desde muy antiguo) dentro y fuera de España.
Pese a la dominación musulmana, acaecida por la invasión de 711 que culminó el
reinado de Don Rodrigo, el último rey visigótico, los españoles siguieron
rigiéndose por las leyes visigóticas, realizando sus actos de acuerdo a lo
estipulado por dichas normas.

Eduardo Bautista Pondé califica el contenido del Fuero Juzgo, en lo referente a lo


notarial, como "macilento¨ y, según su opinión, no aportó nada especial a lo
orgánico notarial, pero sí contiene referencia a la existencia de dos tipos de
escribanos: el escribano del rey y el escribano comunal del pueblo, que
posteriormente, lo será de las ciudades o villas y que, por ser numéricamente
limitados, se conocieron luego como escribanos de número.

El Fuero Real de España surgió en su versión terminada alrededor del año 1255 y
constituyó un código general que se fue extendiendo a los diversos pueblos.
Trataba sobre los notarios en el título VIII del Libro I, titulado ¨De los escribanos
públicos¨. Asimismo, abordaba el tema de los documentos notariales en el título IX
del Libro II, al referirse a ¨Las Cartas y Traslados¨. De igual manera hay
referencias al secreto notarial y al testamento, señalando que éste se haga por
escrito "de mano de los escribanos que sean públicos, o por otro escribano en que
ponga su sello conocido", "que sea de creer o por buenas testimonias".

Otra norma coetánea, denominada El Espéculo (espejo de todos los derechos),


supone también un avance jurídico y notarial. Fue elaborada entre los años 1256 y
1260 y se dice fue sólo un suplemento de las leyes de las partidas y al igual que
éstas fueron normas supletorias por el localismo de la legislación foral, tal y como
lo señala Amelia Lezcano de PodettiMN

. Recalando en el tema materia de comentario, y de acuerdo a Pondé, el


Espéculo se refiere a los Notarios en el Libro 11,Título XII, Leyes IIy IV,
vinculándolo a las condiciones de honradez y moralidad; y ya in extenso, trata de
ellos en el Libro IV, Título XII, cuyas 61 leyes se relacionan con los escribanos

Finalmente, llegamos a las Siete Partidas de Alfonso X. Esta norma contiene


contienen el primer estatuto legal orgánico de la función notarial y su principal
actor: el Notario. En efecto, es a partir de Alfonso X, donde se tiene datos precisos
de la implantación del cargo de Notario como funcionario público encargado de
escribir y leer las leyes, así como velar por su autenticidad. Esta necesidad había
surgido a razón de la de la falsificación del Fuero Juzgo, la misma que se había
extendido a todos los rincones del reino.

Las referidas Siete Partidas tratan por primera vez de forma expresa sobre la
institución notarial estableciendo que “los notarios son los que pasan las notas de
los privilegios y de las cartas por mandato del Rey o del Chanceller”. Asimismo, el
tútulo XIX, ley 1, prescribe que: “los Escribas son los que escriben los privilegios e
las cartas e los actos del Rey, y los que escriben las cartas de las vendidas de las
compras e de los pleytos e las posturas que los homes ponen entre si en las
cibdades e en las Villas”. Es decir, se usan los términos “Notario y “Escriba” que
más tarde daría origen a la palabra “Escribano”, ambos con cargos similares en
aquel entonces, aunque el notario era el encargado de la autenticación de los
documentos del Rey y responsable de la fehaciencia de la legislación, es decir era
el secretario del Rey; en cambio de Escriba era un hombre que de acuerdo al
fuero o instancia a que pertenecía se dedicaba a la redacción de los documentos
de la administración pública, lo cual luego se extendería a redacción de
documentos de los privados, imbuyéndoles características de certeza y fe pública.

Las Siete Partidas tuvieron una difícil aplicación en España, en razón a que la
mentalidad del pueblo aún se encontraba afincada en la normativa del Fuero
Juzgo. Por ello mismo, nace el ordenamiento de Alcalá, dado en 1348 al reunirse
las cortes en Alcalá de Henares, a la luz del reinado de Alfonso XI. Esta norma
modificó las Siete Partidas e hizo expedita su aplicación. En lo notarial, el
Ordenamiento de Alcalá ratificó lo señalado con respecto al notario y al documento
notarial por las Siete Partidas, dándole a dichas normas organicidad.

Conforme continuó evolucionando el quehacer notarial en la España medieval, a


partir del Siglo XV, afloran distintos tipos de escribanos, de acuerdo a la relación
efectuada por el historiador peruano José Antonio del Busto Duthurburu:

a. Escribano Real: Nombrados directamente por el rey, previo examen rendido


ante las Reales Audiencias, con la función exclusiva de actuar como
depositarios de la fe pública, redactando y autorizando los contratos en los que
intervenía la corona. Actúa en todo el reino.
b. Escribano de Número: el cual actúa en una ciudad determinada.
c. Escribano de Cabildo: quien actúa en un Ayuntamiento o municipio.
d. Escribano de Cámara: quien se desempeña a nivel judicial, en las Salas de
Justicia, Chancillerías, Audiencia y Juzgados.
e. Escribano de Provincia: que son dos para cada alcalde de Corte.
Dichos cargos eran nombrados por el Rey mismo. Los gobernadores y virreyes
realizaron, a su vez, nombramientos provisionales de acuerdo a las circunstancias.

Finalmente, antes de adentrarnos en la función notarial en tierras americanas,


cabe mencionar a las Leyes de Toro, que fueron promulgadas en la ciudad del
mismo nombre el 7de Marzo de 1505. Este cuerpo jurídico compuesto por 83
leyes se enmarca dentro de los sucesivos intentos de los gobernantes hispanos,
de ordenar la enmarañada y frondosa legislación que origina una caótica situación
al darse el caso de leyes contradictorias. De todas formas, este cuerpo legal es de
relevancia para la función notarial en cuanto va a validar y fijar la prioridad de otras
leyes españolas que sí tocaban al notariado. Un ejemplo sobre la importancia de
esta Ley es que se exigía la intervención del escribano para dar fe del
cumplimiento de las solemnidades que revestía la confección del testamento y de
la severa penalidad que generaba la no observancia de lo preceptuado en la ley:
la invalidez del testamento extendido sin la participación del escribano.

C.- EL ESCRIBANO EN LA CONQUISTA Y EL VIRREYNATO DEL PERÙ

De acuerdo a los señalado por el Notario peruano Carlos Enrique Becerra


Palomino en su artículo antes citado, Don Rodrigo de Escobedo, Escribano del
Consulado del Mar, integrante de la Flota de Cristóbal Colón, es considerado el
primer notario que pisó tierra americana y actuó profesionalmente como tal. Era
una autoridad en el campo administrativo y tenía a su cargo registrar en forma
fidedigna los acontecimientos de la expedición; por ello, Aldo Borzoni expresa que
dicho personaje "daría fe que el Almirante Colón tomaba posesión de la isla
descubierta en nombre de sus muy católicas majestades, labrando así la primera
acta notarial en estas tierras de América". Sin embargo, le aguardaba un trágico
desenlace puesto que moriría junto a los 40 hombres dejados al mando de Diego
de Arana en el fuerte Natividad en la isla La Española, al sufrir el ataque de los
naturales, comandados por el Cacique Canaobo. Dicho destino trágico fue
también compartido por quien fuera, de acuerdo a los primeros cronistas, el primer
escribano que pisase tierras peruanas, don Sancho de Cuellar.
La normatividad española se trasladó íntegramente a América. España procuró
una ordenación legislativa, utilizando el sistema compilatorio que se venía dando
en la tierra madre. Resultado de ello surgieron la Nueva Recopilación y la
Novísima Recopilación. También las leyes que se dictaron expresamente para las
Indias, las que fueron compiladas en la llamada Recopilación de Leyes de Indias,
ordenada por el Rey Carlos lI el 18 de mayo de 1680. Precisamente estos
ordenamientos consolidan lo que se conoce con el nombre de Derecho Indiano, el
que en opinión de Tau Anzoátegui "ofreció la particularidad de constituir el
vehículo que permitió al rancio derecho europeo enfrentarse a una nueva situación
geográfica y humana; y poner a prueba una flexibilidad inigualable para extender a
los vastos territorios descubiertos su tradición jurídica, remozada por las nuevas
soluciones que las circunstancias exigían". La mencionada recopilación de Leyes
de Indias se refiere a la función notarial en el Libro V, Título VIII: "de los
escribanos de gobernación, de cabildo, de número, públicos, reales y de los
notarios eclesiásticos", viéndose claramente una abundancia de denominaciones y
clases de notarios, con un fundamento más que todo comercial que doctrinal. Ello
pues es menester recordar que hasta el Siglo XIX el oficio notarial podría ser
vendido o subastado. Ello se dio tanto en la época colonial como en los primeros
años de nuestra vida republicana.

Antes de plantear el escenario de la Conquista, debemos señalar que, a diferencia


de lo entendido por algunos autores del siglo pasado, no podemos considerar que
en Perú haya existido un derecho incaico previo a la llegada de los conquistadores
españoles. Lo más cercano que podemos decir es que existió un pre-derecho o un
proto-derecho, pero no un derecho con normas ordenadas y de aplicación general.
En tal sentido se pronuncian tanto Pondé como Francisco José Del Solar, para
quienes los quipucamallocs no podían considerarse como similares o semejantes
a los escribanos o notarios públicos. De acuerdo a Pondé, la visión de los
quipucamallocs como funcionarios notariales estaría dada por la visión
profundamente hispana que tenía Garcilaso de la Vega, al referirse a ellos en sus
Comentarios Reales de los Incas.

El que estos personajes llevasen algún tipo de registro sobre la producción


agrícola, los miembros de un ejército u otros menesteres, no los convierte en un
escribano o notario, pues no se encontraban regulados por norma alguna ni
redactaban documentos entre particulares ni tenían facultad fedante alguna.

Siendo así, con el inicio de la Conquista del Perú en 1532, llega Francisco Pizarro
junto con quien, dentro de la tradición popular, sería considerado el primer
escribano en tierras peruanas: don Sancho de Cuellar. La historia de este
supuesto escribano se encuentra tanto en fuentes históricas como en las
Tradiciones peruanas de Ricardo Palma. Este autor peruano le dedica una
tradición denominada ¨El que pagó el pato¨. Siguiendo el recuento de dicha
tradición, Sancho de Cuellar fue quien actuó en el proceso seguido a Atahualpa,
siendo quien notificó a este último de su sentencia a muerte. En razón a ellos fue
después apresado pro el hermano del inca, Tito-Atauchi, llevado a Cajamarca, al
mismo cuarto del rescate, y ejecutado con el mismo garrote con el que se dio
muerte a Atahualpa.

La figura de Sancho de Cuellar se ha considerado a través del tiempo más


anecdótica que histórica. Manuel de la Lama, en su Manual del Escribano y en sus
comentarios a la Ley del Notariado, señala que parece ser que no era escribano,
sino nombrado ad hoc, pues no consta que hubiera llevado registro alguno.
Ricardo Palma, en la tradición antes citada, señala que en realidad no era
escribano, sino que se había desempeñado como amanuense de un cartulario en
España durante su juventud.

Alejándonos un poco de lo nebuloso de la anécdota, la historia señala que entre


los expedicionarios que llegaron con Francisco Pizarro, futuro Gobernador de
Nueva Castilla, se encontraba Pedro Sánchez de la Hoz (también conocido como
Pedro Sancho de la Hoz), comerciante y adelantado español nacido en Calahorra,
La Rioja, España, en 1514 y fallecido en Santiago de Chile en 1547. Dicho
personaje figura en algunos documentos con el título de ¨Escribano General de
estos Reinos de la Nueva Castilla¨. Como parte de sus funciones, extendió el acta
fundacional de San Miguel de Tangarará, la primera ciudad fundada en el Perú por
los conquistadores. Dicho escribano intervino autorizando el acta de rescate de
Atahualpa, redactando también el Testimonio del Acta de Repartición del rescate
pagado por dicho Inca, el 17 de junio de 1533. Asimismo, escribió la ¨Relación
para su majestad¨, donde narra lo sucedido en la conquista de Nueva Castilla.
Dicho documento fue finalizado el 15 de julio de 1534. Lastimosamente, a Pedro
Sánchez de la Hoz no tuvo un futuro muy promisorio, en razón a que después de
haberse aliado al también conquistador Pedro Valdivia para la conquista de Chile,
fue muerto por Francisco de Villagra, quien lo ajustició por decapitación, luego de
reconocerse involucrado en una confabulación que buscaba destituirlo como
gobernador suplente de Chile. Cabe señalar, adicionalmente, que Pedro Sánchez
de la Hoz no fue un escribano público nombrado pro Francisco Pizarro, sino que
los escribanos ya venían siendo nombrados por el Gobernador de Tierra Firma, el
infame Pedrarias Dávila.

Pedro Sánchez de la Hoz fue el típico ¨escribano de la hueste¨. Del Busto señala
que dicho personaje era un hombre a caballo, que llevaba siempre su ¨escribanía¨
en la grupa de su animal, encontrándose dispuesto a ejercer su profesión en
cualquier sitio o lugar. La escribanía consistía en un cofre de cuero con cerradura
de llave única. En ella guardaba el papel (tamaño folio), las plumas (de cóndor en
la sierra y de alcatraz en la costa), la tinta (hecha de añil), el tintero (de cuerno de
vacuno) y la caja con arenilla, la cual se usaba como secante. En el primer punto
de descanso, el escribano cosía los papeles numerados, por lo que debía añadir
en su escribanía aguja gruesa e hilo recio.
De acuerdo a Del Busto, los Escribanos de Gobernación nombrados por Francisco
Pizarro para actuar los asuntos de gobierno fueron Francisco López de Jerez,
quien además se desempeño como cronista; Domingo de la Presa, quien redactó
y rubricó el Acta de Fundación de Lima, y Antonio Picado, muerto por los
almagristas en Lima en 1541.

LA FUNCIÒN NOTARIAL EN LA VIDA REPUBLICANA

Al proclamar la independencia del Perú el gran Libertador don José de San Martín,
una nueva época se abre para el pueblo peruano y también para la función
notarial en estas tierras. Surge, desde el inicio, un cuestionamiento clave: ¿cómo
romper con el yugo español sin quedar sumidos en la total anarquía?. En razón a
ello se dictaron diversas normas que buscaron lograr no sólo el equilibrio, sino una
efectiva transición del orden monárquico colonial a un orden republicano
eventualmente democrático.

Don José de San Martín, el 08 de octubre de 1821, dicta el Estatuto Provisorio, a


través del ratifica y amplía lo establecido, en materia judicial, en el Reglamento
Provisorio de febrero del mismo año. En las referidas normas declara que quedan
en "su fuerza y vigor todas las leyes que regían en el gobierno antiguo, siempre
que no estén en oposición con la independencia del país, con las formas
adoptadas por este estatuto y con los decretos que se expidan por el actual
gobierno". Ello nos lleva a colegir que las normas hispánicas se consideran
vigentes, válidas y en vigor, en la medida que no contravengan la gesta
independentista. Por ello mismo, los escribanos públicos podían seguirse rigiendo
por las normas de indias ya mencionadas. Posteriormente, mediante decreto del
01 de enero de 1822, se ordenó a todos los escribanos que tenían despecho
expedido por el antiguo Gobierno español que se presentasen ante el ministerio
de Estado para ser refrendados en sus funciones.
Las normas señaladas fueron seguidas por el Reglamento Provisional para los
Tribunales de Justicia, también dictado por el libertador San Martín el 10 de abril
de 1822, el cual constaba de diez secciones y un total de 166 artículos. Dicha
norma establecía que pertenecían a la Alta Cámara las causas civiles y criminales,
que se dividiría en dos salas, denominadas únicamente como primera y segunda
sala. Estaría compuesta, cada una de ellas, por cuatro vocales designados por el
Presidente, el cual asistiría a la sala que él eligiere. Determinaba que las causas
civiles se verían en tres instancias. Eran jueces de primera instancia los
presidentes de departamentos, los jueces de derecho que se nombren para los
partidos y los alcaldes de las municipalidades.

NATURALEZA JURIDICA

Es un derecho público.

NATURALEZA JURÌDICA DE LA FUNCIÒN NOTARIAL

La naturaleza jurídica de la función notarial es un tema de suma importancia que


constituye en el punto de partida de esta investigación.

NATURALEZA JURÌDICA DE LA FUNCIÒN NOTARIAL EN EL PERÙ

Las diferentes teorías que intentan explicar la naturaleza jurídica de la función


notarial van desde aquellas que consideran al notario un profesional liberal hasta
aquellas teorías de corte ecléctico o mixto que sostienen que el notario cumple
una función pública desarrollada por un profesional liberal. Por otro lado, tenemos
a quienes señalan que el notario es un funcionario público, tal como lo explica
Bernardo PÉREZ FERNANDEZ, quien explica que, históricamente, fue la Ley del
Ventoso XI de 1803, la que por primera vez estableció que el notario es un
funcionario público. Luego, el mismo autor nos explica que la Ley del Notariado
Francés de 1943, rectifica esta postura y denomina al notario como “oficial
público”. Asimismo, en México la Ley de 1901 califica al notario como funcionario
público.

En el caso del Perú, se le ha dado un tratamiento legislativo a la cuestión, ya que


en el Artículo 4° del Texto Único Ordenado del Reglamento del Decreto Legislativo
N° 1049, Decreto Legislativo del Notariado, dado mediante Decreto Supremo N°
010-2010-JUS, la misma que literalmente dice: “El notario no es funcionario
público para ningún efecto legal”

La posición legislativa adoptada por el Estado Peruano es compartida por PEREZ


FERNANDEZ, quien al respecto manifiesta que el notario no es un funcionario
público por no estar enquistado en la organización de la administración pública,
además de que no recibe un salario, no existe un contrato de trabajo o relación
jurídica de dirección y de dependencia; tampoco el Estado responde por los actos.

de él y su ingreso no es por nombramiento gracioso, sino mediante un examen de


oposición y méritos y su cargo es normalmente vitalicio. Esta explicación zanja
cualquier duda al respecto, dejado claro que el notario no es un funcionario público
en nuestro país. En ese sentido, se coincide con el profesor Eduardo COUTURE,
quien al comentar la Ley del Notariado de Uruguay - la misma que declara como
funcionario público al notario - explica que el notario no es un funcionario público,
aunque una ley lo determine así, porque siempre hará falta el cúmulo de sus
derechos y deberes que así lo acrediten

PRINCIPIOS:
a) De Rogación. A instancia de parte, no actúa de oficio.                        
b) b) De la Forma. Referida al cumplimiento de requisitos establecidos por la
norma para la realización de actos, contratos y demás ámbitos de actuación
notarial.
c) c) De Inmediación. Cercanía, contigüidad, proximidad entre el notario y las
partes, asimismo con el instrumento notarial. Está vinculado con el principio
de unidad de acto.                    
d) d) Del Consentimiento. En el otorgamiento del acto. Es asentimiento.
e)  De Seguridad Jurídica.          
f) De Autenticación. Cumplimiento del acto en cuya virtud la ley ordena
aprobar (por el notario) como cierta la existencia de un hecho o de un acto
jurídico. 
g)  De Publicidad.                      
h) De Fe Pública. Diversas apreciaciones doctrinarias la conciben como
creencia, imposición, asentimiento, orden público. "Es una evidencia de
sentido común; por dimanar de la experiencia, su legitimidad ha sido
reconocida por el Estado e impuesta como expresión legal de garantía, a
manera de cuño, para imprimir de verdad oficial a la instrumentación
pública". 
i)  Unidad de acto. El instrumento notarial como hecho unitario.

CARACTERÍSTICAS 
1.    No existen derechos subjetivos en conflicto; por ello se dice que actúa en la
fase normal del derecho; 
2.    Confiere certeza y seguridad jurídica a los hechos y actos solemnizados en el
instrumento público;
3.    Se aplica el derecho objetivo condicionado a las declaraciones de voluntad a
fin de concretar los derechos subjetivos;
4.    Es un Derecho cuya naturaleza jurídica no puede encasillarse en la tradicional
división entre el Derecho Público y el Derecho Privado;
5.    En sentido amplio, Nery Muñoz, sostiene que el campo de actuación del
Notario es la jurisdicción voluntaria y que la certeza y la seguridad jurídica que el
Notario confiere a los hechos y actos que autoriza es derivada de la fe pública que
ostenta.

 
OBJETIVO Y FINES:

El objeto del Derecho Notarial es la creación del Instrumento Público. 


Dotar de procedimientos formales. Evitar la informalidad.
CONCEPTO DERECHO NOTARIAL

El derecho notarial es la rama del derecho empresarial, corporativo y público que


estudia y regula la actuación notarial al igual que los instrumentos notariales, los
cuales por cierto son protocolares y extra protocolares, al igual que
los procesos notariales. En cuanto a su ubicación existen pocos autores que han
estudiado la del derecho notarial, sin embargo, de acuerdo a nuestras
incesantes investigaciones es en el derecho público. Por lo cual es claro que los
requisitos de los instrumentos notariales no pueden ser acordados o modificados
por acuerdo de partes, sino que son los que establecen las
correspondientes normas notariales, y de otras ramas del derecho como por
ejemplo del derecho civil.

Ya hemos definido esta rama del derecho, sin embargo, existe otros autores que
han escrito sobre el derecho notarial, definiendo la misma, por lo cual a
continuación citaremos algunas definiciones, lo cual servirá para reforzar nuestros
conocimientos sobre esta importante pero descuidada disciplina jurídica.

Para Mengual y Mengual el derecho notarial es aquella rama científica


del Derecho Público que constituyendo un todo orgánico, sanciona en forma
fehaciente las relaciones jurídicas voluntarias y extrajudiciales, mediante la
intervención de un funcionario que obra por delegación del poder público.

En el Tercer Congreso Internacional de Derecho Notarial se estableció que el


derecho notarial es el conjunto de disposiciones legislativas reglamentarias, usos,
decisiones jurisprudenciales y doctrinas que rigen la función notarial y el
instrumento público notarial.

Núñez Lagos afirma que el documento, como la cosa en el derecho real, es objeto
esencial, principal y final del derecho notarial.

Para Enrique Jiménez Arnau el derecho notarial es el conjunto de doctrinas de


normas jurídicas que regulan la función del escribano y la teoría formal del
instrumento público.
José María Sanahuja y Soler define el derecho notarial como la parte del
ordenamiento jurídico que, por conducto de la autenticación y legalización de los
hechos que hacen la vida normal de los derechos asegura el reinado de esta
última.

Guillermo Cabanellas define el derecho notarial como los principios y normas


reguladoras de la organización de la función notarial y de la teoría formal del
documento público.

Es decir, debemos distinguir el derecho notarial de la legislación notarial o derecho


positivo notarial, lo cual en todo caso definiremos para tener mayores elementos
de juicio y conocer mejor esta disciplina jurídica. A la cual hemos dedicado
un trabajo por publicar y otra publicación en diferentes medios tanto en el
estado peruano como en el extranjero.

Es decir, podemos afirmar que dentro del derecho positivo el derecho notarial es el
conjunto normas jurídicas que determinan la competencia notarial, así como
regulan la actuación de los notarios cuya principal función es la escritura pública.
Sin embargo, es necesario precisar que la competencia notarial comprende a los
instrumentos públicos notariales protocolares, instrumentos públicos notariales
extra protocolares y los procesos no contenciosos.

NOTARIO

Un notario es un funcionario público con estudios en derecho cuya intervención


otorga carácter público a los documentos privados y los autoriza a tal fin con su
firma.

EL NOTARIO PERUANO

El sistema de administración de la justicia peruana cuenta con una serie de


protagonistas, dentro de los cuales podemos decir que sobresalen los jueces,
fiscales, abogados, registradores y notarios. En esta ocasión nos ocuparemos del
rol del notario como operador del derecho y protagonista de gran importancia
dentro del sistema de administración de justicia en el Perú.

DEFINICIÒN DE NOTARIO EN LA LEGISLACIÒN NOTARIAL PERUANA


Carlos Enrique Becerra Palomino, notario de Lima con mucha experiencia,
docente universitario, tres veces Decano del Colegio de Notarios de Lima, dos
veces Presidente de la Junta de Decanos de los Colegios Notariales de la
República, quien ejerció además otros cargos de importancia del notariado
peruano, define el concepto de notario, afirmando lo siguiente: “es un profesional
del derecho que ejerce en forma privada una función pública, especialmente
habilitado para dar fe de los hechos o contratos que otorguen o celebren las
personas, redactar los documentos que soliciten y asesorar a quienes requieran la
prestación de su ministerio”. Este concepto coincide plenamente con lo estipulado
al respecto en la Ley del Notariado Peruano. Como se dijo, el Artículo 2°, del
Decreto Legislativo del Notariado (nos referimos al Decreto Legislativo N° 1049,
del 26 de junio del 2008), señala que: “El notario es el profesional del derecho que
está autorizado para dar fe de los actos y contratos que ante él se celebran.

El notario formaliza la voluntad de los otorgantes, redactando los instrumentos a


los que confiere autenticidad, conserva los originales y expide los traslados
correspondientes. Su función también comprende la comprobación de hechos y la
tramitación de asuntos no contenciosos previstos en las leyes de la materia. El
Reglamento del Decreto Legislativo del Notariado (nos referimos al Texto Único
Ordenado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1049, Decreto Legislativo del
Notariado, Decreto Supremo N° 010-2010-JUS, del 23 de julio del 2010, que fuera
declarado inconstitucional por la Sexta Sala Civil de la Corte Superior de Justicia
de Lima, mediante Resolución N° 01-I, del 22 de abril del 2009), definía al notario
como:

“El profesional del derecho encargado, por delegación del Estado, de una función
pública consistente en recibir y dar forma a la voluntad de las partes, redacta los
instrumentos adecuados a ese fin, les confiere autenticidad, conserva los
originales y expide traslados que dan fe de su contenido” . De esta manera se
explica la esencia del encargo que le da el Estado al notario peruano, quien será
responsable de dar forma a los actos jurídicos, preservar la seguridad jurídica y
conservar los documentos.
EL NOTARIO COMO FUNCIONARIO PÚBLICO

Pedro ÁVILA ÁLVAREZ, refiriéndose al notario como funcionario, explica que el


notario sirve al interés público o general al dar forma y autenticar los actos y
negocios jurídicos de los particulares, a quienes sirve al mismo tiempo y
prevalentemente, esto lleva a que se conserve la paz social mediante la afirmación
del derecho36. El mismo autor continúa explicando su posición al respecto,
definiendo que el notario, por tanto, desempeña una función pública o de interés
público, pero se trata de un funcionario especial que ofrece las siguientes
particularidades: complejidad, independencia, elección y retribución. En las
siguientes líneas se revisará cada una de ellas. En primer lugar, la Complejidad,
hace referencia a que el notario no ejerce una función pública simple, sino que a
esta se le une una función privada. En cuanto a Independencia, se da debido a
que no se trata de un funcionario jerarquizado, es decir no está sometida su
actuación a la voluntad ni criterio de superiores, sino se trata de un funcionario
independiente, que decide por sí y ante sí, sin ulterior recurso. Respecto a
elección, se refiere a que son los particulares los que eligen al notario que deba
intervenir en cada caso concreto. Finalmente, se habla de retribución debido a que
los notarios tienen una forma especial de remuneración mediante honorarios o
derechos satisfechos por los particulares, a los que sirve . Asimismo, es oportuno
mencionar que la Ley del Notariado establece que el “notario no es funcionario
público para ningún efecto legal38, lo que resulta aparentemente contradictorio.

EL NOTARIO COMO PROFESIONAL

El notario peruano es un profesional del derecho que primero obtiene el título de


bachiller en derecho, luego opta el grado de abogado, obtiene la colegiatura en el
Colegio de Abogados de su provincia y luego accede a la función notarial,
convirtiéndose en notario mediante un examen de conocimientos y méritos por
oposición, para finalmente incorporarse a su respectivo Colegio de Notarios.

Lo dicho se sustenta legislativamente, es el Decreto Legislativo del Notariado,


Decreto Legislativo N° 1049, en su Artículo 2°, donde se establece que el notario
es un profesional del derecho que está autorizado para dar fe de los actos y
contratos que ante él se celebran.

Por otro lado, el notario peruano cobra sus honorarios al usuario de sus servicios,
su remuneración no proviene de las arcas del Estado, tema que desarrollaremos a
mayor detalle más adelante. Además, que su actuación es obligatoria, en este
sentido, el Artículo 16, literal b), establece que el notario debe asistir a su oficina,
observando un horario señalado, salvo que por razón de su función tenga que
cumplir diligencias fuera de ella. Estos dos aspectos han suscitado la discusión
sobre la naturaleza jurídica de la relación que existe entre el notario y el particular
que solicita sus servicios. Según el profesor PEREZ FERNANDEZ DEL
CASTILLO, algunos tratadistas consideran que la relación se deriva de un contrato
de prestación de servicios profesionales, otros opinan que se trata de una relación
mixta y compleja compuesta por un reglamento de arancel, prestación de servicios
profesionales del derecho y de orden público40.Evidentemente, la relación jurídica
que existe entre el notario y el usuario es una compleja, ya que actúa un
profesional, requerido y a voluntad del usuario de un servicio que debe ser
prestado en la aplicación de normas específicas del notariado peruano.

EL NOTARIO INVESTIDO DE FÈ PÚBLICA

El notario esta investido de la “fe pública” que viene a ser un atributo del Estado
que tiene la virtud del iusimperium y es ejercida a través de los órganos estatales
del notariado41.En México, como lo comenta el autor precedentemente citado, así
también en el Perú, el notariado, sin formar parte del Poder Ejecutivo del Estado,
es vigilado y disciplinado por él42. Esto se debe a que las facultades que ejerce el
notario las recibe del Estado y allí obtiene injerencia el Consejo del Notariado del
Ministerio de Justicia del Perú. En este punto, es importante recordar que “fe”
significa creer en lo que no se ha percibido directamente por los sentidos, así lo
explica Bernardo PEREZ FERNANDEZ, y “fe pública” según la cita que el autor
realiza de GIMÉNEZARNAU, dice: “Jurídicamente la fe pública supone la
existencia de una verdad oficial cuya creencia se impone en el sentido de que no
se llega a ella por un proceso espontáneo cuya resolución queda a nuestro
albedrío, sino por virtud de un imperativo jurídico o coacción que nos obliga a
tener ciertos determinados hechos o acontecimientos, sin que podamos decidir
autóctonamente sobre su objetiva verdad cada uno de los que formamos el ente
social”43 . De esta manera se puede concluir, tomando las palabras del mismo
PEREZ FERNANDEZ, que el concepto de fe pública es: “La necesidad de carácter
público, cuya misión es robustecer con una presunción de verdad los hechos o
actos sometidos a su amparo queramos o no queramos creer en ellos”.

Resulta importante agregar, que, tanto en México, como en el Perú, y el resto de


países de tradición latina, esta presunción sólo puede ser desvirtuada por el
mandato de un juez. Ahora, profundizando el tema y refiriéndose a la “fe pública
notarial”, el mismo autor menciona que es una facultad del Estado otorgada al
notario por mandato de la Ley45. En este sentido, la “fe pública notarial” significa
la capacidad para que aquello que certifica el notario sea creíble, contribuyendo de
esta manera con el orden público, que se traduce en la tranquilidad de la sociedad
en la que el notario actúa . Finalmente debemos acotar, que el notario actúa sólo a
petición de parte, son los particulares, personas físicas o jurídicas quienes
recurren al notario solicitando su intervención en la formalización de sus actos
jurídicos.

EL NOTARIO COMO JURISTA

ÁVILA ÁLVAREZ se refiere a la actuación del notario como jurista basándose en lo


prescrito por el Reglamento Notarial de España, el cual destaca el carácter de
jurista, de profesional del Derecho del notario y señala que su misión es la de
asesorar a quienes reclaman su ministerio y aconsejarles los medios jurídicos más
adecuados para el logro de los fines lícitos que ellos se propongan alcanzar47 .
De acuerdo a ÁVILA ALVAREZ, esto nos confronta con tres escenarios: con el
avance tecnológico, con los intercambios intensos y masivos de bienes y con la
aproximación política de los Estados a través de organismos supranacionales48 .
Según PIÑAS BLAS, el avance tecnológico, influye en el “modus operandi” de las
transacciones y en el soporte documental de las mismas. La rapidez operativa del
correo electrónico y de Internet, constituyen un claro ejemplo. Por lo que respecta
al desplazamiento masivo de las personas, por razones diversas migra a otros
lugares donde sus fronteras son abiertas. En cuanto a la aproximación política y
económica de las naciones en búsqueda de mercados y órganos supranacionales,
incide en el cambio del panorama jurídico y promueve la creación de nuevas
figuras contractuales, concluye el mismo autor.

RESPONSABILIDADES DEL NOTARIO PERUANO

El Artículo 144° del Decreto Legislativo N° 1049, Ley del Notariado, señala que: “el
notario tiene responsabilidad administrativa disciplinaria por el incumplimiento de
la ley que lo rige, de sus normas conexas y complementarias, del estatuto y
decisiones dictadas por el Consejo del Notariado y de su respectivo Colegio de
Notarios”. El Artículo 145° de la misma ley, agrega que: “el notario es responsable,
civil y penalmente, de los daños y perjuicios que, por dolo o culpa, ocasione a las
partes o terceros en el ejercicio de sus funciones”. Finalmente, el Artículo 146°
agrega que: “las consecuencias civiles, administrativas o penales de la
responsabilidad del notario son independientes y se exigen de acuerdo a lo
previsto en su respectiva legislación”. A esto, Gunter GONZALES BARRÓN,
denomina como la llamada responsabilidad disciplinaria, e individualiza a cada uno
de los supuestos, de la siguiente manera:

LA RESPONSABILIDAD DISCIPLINARIA

GONZALES BARRÓN, explica que: “la responsabilidad disciplinaria, o profesional,


emergente por el incumplimiento de los notarios de los deberes de actuación
funcional regulados en la legislación notarial, o por trasgresiones a la ética
profesional, o por infracciones a los deberes corporativos, e incluso se consideran
como faltas ciertos actos que conciernen a la vida privada del notario, como la
embriaguez habitual, el uso habitual e injustificado de sustancias alucinógenas, la
conducta no acorde con la dignidad y decoro del cargo, el reiterado incumplimiento
de sus obligaciones civiles y comerciales, el ofrecer dádivas para captar clientela,
el aceptar o solicitar honorarios extras u otros beneficios para la realización de
actuaciones irregulares, el uso de publicidad que no se limite al anuncio de su
nombre y dirección”. A ello agrega que el notario cuidará los deberes establecidos
en sus propias leyes, normas reglamentarias o conexas y el estatuto, el no acatar
las prohibiciones de la propia ley, referidas a las prohibiciones del notario con
respecto al ejercicio de una función pública, al ejercicio de la abogacía, al ejercicio
territorial y ubicación del oficio y otros asuntos.

LA RESPONSABILIDAD CIVIL

De acuerdo a GONZALES BARRÓN, ésta se produce cuando la intervención del


notario causa daño a los usuarios en virtud del incumplimiento de alguno de los
deberes señalados en la ley y siempre que exista relación de causalidad entre el
daño y el incumplimiento del deber.

GONZALES BARRÓN nos da algunas hipótesis de responsabilidad civil del


notario:

“Cuando no advierte los vicios de fondo que determinen la nulidad absoluta del
negocio o los defectos formales del instrumento que conlleven a su ineficiencia
documental, por la desacertada elección del medio jurídico para la consecución
del fin propuesto, por la incorrecta conducta del notario como depositario o
mandatario”.

Aquí se presenta un tema muy importante respecto de la responsabilidad civil del


notario, siendo válido preguntarnos: ¿esta responsabilidad es contractual o extra
contractual? De acuerdo a lo establecido por la legislación notarial, el literal c) del
Artículo 16° de la Ley del Notariado, Decreto Legislativo N° 1049, el notario está
obligado a prestar sus servicios profesionales a cuantas personas se lo requieran.
GONZALES BARRÓN comenta al respecto que, al no existir libertad de contratar
entre el usuario y el notario, pues este se encuentra obligado a realizar el servicio,
entonces estamos ante obligaciones de carácter legal y no convencional, por lo
que la responsabilidad del notario será extra contractual.

El mismo autor ratifica su postura con apoyo del Artículo 144° de la Ley del
Notariado, Decreto Legislativo N° 1049, en cuanto esta señala que el notario es
responsable por el incumplimiento de la ley, normas reglamentarias, conexas,
estatuto y demás, es decir, para el autor, la norma no menciona que el notario
responde por “sus obligaciones contractuales”, sino que es responsable por su
incumplimiento de la ley. Esta solución resulta lógica para GONZALES BARRÓN,
quién afirma que, si tenemos en cuenta que el servicio notarial se encuentra en su
integridad delineado por la ley, las partes no pueden acordar nada respecto a las
características del servicio, su función y el valor jurídico de los instrumentos
notariales que son su finalidad.

En consecuencia, GONZALES BARRÓN concluye mencionando que los


presupuestos de la responsabilidad civil extra contractual del notario son: la
existencia de un incumplimiento del deber, la culpa o dolo y el daño sufrido, y la
relación de causa adecuada entre el daño y el evento. Los afectados pueden ser
las partes o terceros, y en cualquier caso se tratará de responsabilidad legal, es
decir, de carácter extracontractual, según el mismo autor.

LA RESPONSABILIDAD PENAL

Según GONZALES BARRÓN, la responsabilidad penal se produce cuando el


notario dolosamente incurre en alguna de las conductas tipificadas en la
legislación penal. Si para el juez la conducta típica es el prevaricato, para el
notario lo es el delito contra la fe pública

La fe pública solamente se extiende respecto a la comprobación de hechos que


haya visto u oído durante su actuación, explica GONZALES BARRÓN. El mismo
autor continúa diciendo que la autenticidad se aplica exclusivamente en el ámbito
de los hechos, los cuales pueden ser calificados como ciertos o falsos y no sobre
el derecho. Por lo tanto, concluye el autor, en los instrumentos notariales existe un
margen delimitado de fe pública, sobre los hechos que el notario comprueba
directamente, ya que el resto de su actuación no está amparada por la fe pública,
ya sea porque emite un simple juicio o estimación profesional, por ejemplo, acota
GONZALES BARRÓN, que la simple estimación de que una persona es capaz de
entender sus actos, no es asunto de fe pública. Otro ejemplo, la declaración del
vendedor de ser propietario, no es asunto de fe pública.

En los casos en que exista una atestación falsa por el notario, en ámbitos propios
de la fe pública, y en los que se haya actuado con dolo, se configura la
responsabilidad penal por delito contra la fe pública. Este tipo penal está recogido
por el Código Penal peruano en el Artículo 428°, como falsedad ideológica, siendo
el texto de la norma el siguiente:

“El que inserta o hace insertar, en instrumento público, declaraciones falsas


concerniente a hechos que deban probarse con el documento, con el objeto de
emplearlo como si la declaración fuera conforme a la verdad, será reprimido, si de
su uso puede resultar algún perjuicio, con pena privativa de libertad no menor de
tres ni mayor de seis años y con ciento ochenta a trescientos sesenta y cinco días
multa”

En el mismo sentido y refiriéndose al mal uso del contexto, la norma establece lo


siguiente:

“El que hace uso del documento como si el contenido fuera exacto, siempre que
de su uso pueda resultar algún perjuicio, será reprimido, en su caso, con las
mismas penas”

En cambio, si el notario se niega dolosamente a cumplir sus obligaciones,


simplemente se configura el tipo penal de negativa al cumplimiento de
obligaciones de notario y auxiliares jurisdiccionales, descrito en el Artículo 423° del
Código Penal Peruano, que dice:

“El notario o secretario de juzgado o fiscalía o cualquier otro auxiliar de justicia que
se niega a cumplir las obligaciones que legalmente le corresponde, será reprimido
con pena privativa de libertad no mayor de un año, o con treinta a sesenta días-
multa”

Por el contrario, explica GONZALES BARRÓN, que si el notario incumple sus


deberes en forma positiva, por ejemplo el de prestar de mala forma el servicio, y al
no encontrarse esto en el ámbito de la fe pública, entonces la conducta será
atípica y quedará sujeta a responsabilidad civil y disciplinaria correspondiente.

NOTARIADO

Institución que comprende todo lo relativo a la notaria ya los notarios.


Es la institución que organiza el estado para autenticar y legitimar los derechos
que se declaran voluntariamente y en forma práctica.

NOTARÌA

Se debe tomar en dos aspectos:

 Como lugar físico (oficina, despacho) donde el notario ejerce su función.

 Como arte y disciplina que enseña a redactar, con precisión, claridad y con
arreglo al derecho positivo, los actos y contrato celebrados entre
particulares.

SISTEMAS NOTARIALES

 SISTEMA NOTARIAL ANGLOSAJON

En el sistema anglosajón, no existe protocolo notarial, ni formalidades de


documentos. El notario redacta y certifica contratos, pero la eficacia de sus
documentos es menor a la del notariado latino. Inclusa en USA que adopta este
sistema, el nombramiento este sujeto a tiempo determinado. El notario americano
exclusivamente a certificar firmas, su producto se ofrece como un producto
comercial, los documentos que certifican no gozan de ninguna presunción de
legalidad ni de licitud.

 SISTEEMA NOTARIAL ADMINISTRATIVO

El notario es un funcionario público propiamente dicho, debe ser profesional del


derecho y son utilizados en los países socialistas.
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS
 DERECHO NOTARIAL PERUANO
AUTOR: GERMÀN NUÑEZ PALOMINO
ANEXOS
http://tesis.pucp.edu.pe/repositorio/bitstream/handle/20.500.12404/9323/Torres_Valdivieso_Pri
ncipales_manifestaciones_oficios1.pdf?sequence=1&isAllowed=y

https://www.monografias.com/trabajos35/derecho-notarial-peru/derecho-notarial-
peru.shtml#historia

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