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La criminal destrucción terrorista de los gasoductos NORDSTREAM 1 y 2 en el Mar Báltico, por parte de
Washington, con la cual Joe Biden cumplió una promesa pública hecha al canciller alemán Scholz en la
capital estadunidense el 7 de febrero, demuestra que el imperialismo utilizará cualquier crimen de
guerra o de lesa humanidad para mantener el monopolio de control energético global, que es uno de
los pilares trascendentales de su dominación mundial.
Con su guerra de agresión en Ucrania –posibilitado por el regime change logrado en Alemania, al
sustituirse la canciller centrista Angela Merkel por un gobierno QUISLING de socialdemócratas, verdes
y capitalistas (diciembre 2021)-- Washington ha logrado destruir a Alemania y a la Unión Europea como
competidores globales. Sin embargo, está perdiendo las guerras contra Rusia y China.
Si el terrorismo imperialista gringo se atreve a atacar coram público a dos potencias nucleares
mundiales, ¿qué pueden esperar los débiles países latinoamericanos? Es decir, ¿Pueden México o
América Latina tener soberanía y autonomía estratégica ante el mensaje terrorista reclamado
cínicamente urbi et orbi por Biden y Blinken?
El 7 de febrero, ante los medios del mundo reunidos en la Casa Banca, Josef Robinette Jr. Biden, le
prometió públicamente al canciller títere alemán Olaf Scholz, que si Rusia invadía “otra vez a
Ucrania…entonces, dejaría de existir…Nord Stream 2. Nosotros lo destruiremos – If Russia
invades…Ukraine again. We will bring an end to it… Les prometo que somos capaces de hacerlo – I
promise you, we'll be able to do it."
This is “a tremendous opportunity to once and for all remove the dependence on Russian energy and thus
to take away from Vladimir Putin the weaponization of energy as a means of advancing his imperial
designs… That’s very significant and offers tremendous strategic opportunity for the years to come…We’re
now the leading supplier of LNG to Europe…” (Reuters)
El cinismo de los imperialistas que hablan constantemente del “rules based-international system”, y de
su “value based-foreign policy”, no merece un comentario propio. Simplemente, hay que recordar el
antiguo axioma jurídico romano: A nullam confessio est pars test (confessio est regina probation): A
confesión de parte, relevo de pruebas.
Y las promesas de Josef Robinette Biden Jr. sobran. Por qué, después de los ataques nucleares de
Washington contra la indefensa población civil de Hiroshima y Nagasaki, ¿Quién dudaría de la intención
y energía criminal del Imperialismo gringo?
El Petróleo, Gas y Litio de México y la cercanía geográfica de sus yacimientos convierten a México
automáticamente en un feudo geoestratégico trascendental del imperio, al igual que Canadá. Dicho en
terminología militar: México es un blanco fijo permanente en el target radar de Washington, o sea, un
blip en el sistema electrónico de un avión de combate que dirige la carga destructiva hacia el objetivo
identificado.
No cabe duda, que el nacimiento del nuevo orden mundial policéntrico que estamos viviendo, con la
inevitable derrota imperialista en Ucrania y China y la evolución de India, es un proceso mundial objetivo
que va en esa dirección libertadora. Un proceso, que abre la posibilidad de la autodeterminación,
autonomía estratégica y soberanía nacional para los pueblos y Estados de Nuestra América. Sin
embargo, el Arte de la Guerra (Sun Tzu) de liberación en esos procesos, consiste, por supuesto, en
entender los tiempos de la transformación posible, la correlación de fuerzas y las alianzas disponibles.
Sigue, en otras palabras, las leyes generales de la guerra.
Resumiendo y, en buen romance, no habrá soberanía plena en México, ni en ningún otro país
latinoamericano, hasta que no se quiebre el imperialismo gringo, aunque los delusionarios líderes de la
socialdemocracia criolla reciclable y la pequeña burguesía intelectual progre, que mano en mano van
de derrota en derrota, digan lo contrario, para mantener su nicho de mercado político.
El Modelo de Gobernanza de AMLO y su selección de Adán Augusto López como presidente 2024, son
la resultante en esta geometría de vectores existencial azteca: la resultante de las fuerzas que obran
sobre el presidente (Gran Capital, Washington, Medios, justicia corrupta, militares, burocracias
universitarias estériles, ONGs, etc.) y de las decisiones, que a su juicio permitan implementar las ideas
motoras de su proyecto político.
Por ejemplo, la decisión de usar a las Fuerzas Armadas y no a las masas como principal sujeto de
transformación del país; de no usar las mañaneras para generar conciencia nacional basada en la ciencia
--lo que significaría enseñar a las clases sociales interpretar la realidad y actuar en ella objetivamente--
sino para mantener la lealtad de las mayorías vía narrativas selectivas binarias, sincronizadas en palabra,
imagen y presentación con el ideario de esas masas. O, también, la decisión de convertir el sudeste
mexicano en un hub de desarrollo mundial, de aplicar “abrazos, no balazos”, de priorizar “la lealtad”
sobre la eficacia de los funcionarios estatales, entre otras determinaciones de gran impacto.
El juicio sobre los aciertos y desaciertos, el fracaso o éxito del gobierno lópezobradorista, después de
cuatro años en el Palacio Nacional, debe derivarse de esta realidad objetiva: del paralelograma de
fuerzas, cuya interacción determina los grados de libertad (transformación) de cualquier funcionario,
que por seis años ostenta la máxima investidura ejecutiva. Ésta es, de hecho, la conditio sine qua non
(condición imprescindible) moral, científica y política de toda crítica valorativa a la praxis gubernamental
actual de México, que reclama ser sería.
Esta primera etapa de análisis para poder evaluar con seriedad los méritos y errores del gobierno tiene
que ser científica, so pena de resultar subjetivista, partidista, propagandístico o frívola.
Lamentablemente, es casi imposible encontrar en el debate público del país análisis serios de este nivel,
debido a varias razones evidentes. Entre ellas, porque la caballada intelectual de la 4T es muy flaca. De
hecho, el único intelectual de nivel estratégico con que cuenta es Alfredo Jalife-Rahme.
Otra razón es, que el presidente tampoco aporta elementos didácticos sistemáticos, destinados a
inducir a los ciudadanos a la comprensión objetiva de la direccionalidad, las contradicciones, la fuerza y
los tiempos del proyecto de modernización desarrollista 4T, que, hoy día y en esencia, constituye un
proyecto bonapartista (Marx) progresista con ideología socialcristiana. Se agrava la situación, porque ni
los diferentes niveles de gobierno, ni la 4T, ni las universidades públicas cuenten con algún programa
que merezca el nombre de “formación política”.
8. El Juicio de Valor sobre la Gobernanza de AMLO
Mientras el primer escalón del análisis de la praxis gubernamental debe y puede ser objetivo –porque
se trata de describir y explicar científicamente los hechos empíricamente constatables-- el juicio final
sobre el resultado positivo o negativo del gobierno de la 4ta Transformación es necesariamente
subjetivo. Esto, se debe a que depende de la escala de valores de las personas que juzguen la praxis del
presidente. La situación de clase social (alta, mediana, popular, marginada) y la posición ética de los que
juzgan decidirá esencialmente su valoración.
Hablando con una analogía de metodología científica, se trata del problema de la ponderación de
variables en un análisis multifactorial, que por la misma razón no puede ser deductiva-nomológica, sino
que inevitablemente refleja preferencias y prejuicios valóricas del sujeto cognoscente. Es decir, es
casuísticamente subjetivo (biased, sesgado).
¿Qué tiene que ver la dictadura militar lumpenburguesa de Maduro en Venezuela con transformación
anti-capitalista? ¿O el socialdemócrata Boric en Chile quién ni siquiera logró derrocar la constitución
pinochetista? ¿O el quebrado gobierno de Fernández/Kirchner en Argentina, país gobernado de facto
por el FMI y la Embajada gringa? ¿O el payaso Pedro Castillo en Perú? ¿O el “capitalismo democrático”
de Gustavo Petro en Colombia, país, que junto con Argentina y Brasil son aliados formales de la OTAN:
a major non-NATO ally (MNNA)?
Es en ese entorno global “basado en reglas”, es decir, las reglas de Wall Street y del Pentagonísmo, con
su terrorífico componente oligárquico-monroeista interna, un contexto hemisférico binario de
neoliberalismo e “izquierda trasvesti” (Jalife-Rahme dixit) y subordinado por un abismo de poder al
imperialismo gringo, que López Obrador trata de llevar adelante la modernización capitalista de México.
Por supuesto, que hay muchos elementos de la gobernanza de AMLO, que merecen ser criticados. Pero,
la crítica abstracta de “la izquierda tradicional”, que con decálogo del buen gobierno en mano y al estilo
de los curas moraliza sobre los cuatro años que han pasado en México, no ayuda a salvar los intereses
de las mayorías y de la nación. Y la crítica del populismo de derecha es esencialmente propaganda
interesada, no debate público objetivo.
En resumen: la pregunta insoslayable para cada ciudadano mexicano es: A la luz de un análisis objetivo
y ponderando éticamente los aciertos y desaciertos de AMLO: ¿Estaría México mejor hoy día con otro
gobierno que hubiera asumido el poder en el 2018, estaría igual o estaría peor?
Hic Rhodos, hic salta.
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