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CURSO 2021/ 2022

HISTORIA DEL MUNDO ACTUAL


DESDE 1989

PEC2

Alumno: Pablo Ayala Ruiz de Temiño

Centro Asociado de Córdoba

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CLAVES DEL MUNDO ACTUAL 2021-22 PEC 2
COMENTARIO DE IMÁGENES E ILUSTRACIONES:
ESTADOS UNIDOS Y CHINA

a) Repase los capítulos del manual de la asignatura referentes a la historia


reciente de Estados Unidos y China (Temas 8 y 13 en Las Claves del Mudo Actual)
b) Consulte en el glosario los conceptos pertinentes.
c) Lea con atención las instrucciones para los comentarios de imágenes y gráficos
que se encuentran en el sitio de la asignatura.
Tras ello analice y comente las siguientes ilustraciones. Dado que están
interrelacionadas, no es necesario hacer el comentario completo de cada una
(pero sí señalar sus ideas centrales), ya que se trata de hacer un comentario
general sobre el estado de desarrollo político y socioecómico de Estados Unidos y
de la República Popular China, y, de forma especial, de las relaciones de
cooperación y rivalidad entre ambas superpotencias.
Analice el contexto histórico, las claves de las imágenes y gráficos y la
interrelación que sugieren. Acabe con unas conclusiones.
INTRODUCCIÓN:
La redacción debe ser precisa y concisa. La extensión de la prueba debe situarse
entre 2.000 y 3.000palabras.

El objeto de la siguiente exposición es el comentario y análisis de unas imágenes y


documentos gráficos que ilustran de una manera muy precisa las relaciones existentes
actualmente entre dos grandes potencias mundiales, EEUU y China, que se
toman el pulso por el liderazgo mundial, especialmente en el
plano político, económico y militar.

La primera fotografía propuesta corresponde al encuentro diplomático bilateral entre el


presidente chino Xi Jinping y el mandatario norteamericano Barack Obama que se celebró en
Hanghou (China) en septiembre de 2016, cuando la preocupante escalada de tensión existente
entre ambos países precisó que ambos líderes abordaran urgentemente soluciones de primer nivel
a los temas calientes del momento, tales entre otros como los de la seguridad en Internet (en
realidad un eufemismo para abordar el espinoso asunto de los cyberataques informáticos
detectados por los servicios de seguridad norteamericanos), el nuevo posicinamiento
geoestratégico del gigante asiático (la construcción de instalaciones militares en el Mar
Meridional) o el respeto a los acuerdos internacionales sobre libre comercio.

Para China, el objeto de esta reunión y otras que se celebrarían posteriormente en otros
escenarios, sería también plantear un modelo de relación más igualitaria entre ambas potencias,
una realidad a la que los Estados Unidos, hegemonía indiscutible en el siglo XX,
le cuesta de facto acostumbrarse.

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La segunda viñeta, publicada en la versión transatlántica del diario económico Financial Times,
nos desplaza de forma satírica al escenario de guerra comercial y arancelaria iniciada por la
nueva política proteccionista del líder republicano Donald J. Trump en 2018, que siguiendo
su conocido y prometido slogan electoral America first, observó en las estrategias comerciales
chinas, entre otros aspectos, “prácticas desleales”, “robo intelectual” y transferencias
“de tecnología punta”, muy contraproducentes para los intereses industriales de EEUU.
En contrarrespuesta, China se posicionará grabando la importación de numerosos productos
norteamericanos en sectores clave como la agricultura y la ganadería; no obstante, los
organismos internacionales verán desde el inicio de este inquietante duelo comercial
entre los dos gigantes económicos peligrosos obstáculos a la recuperación económica
y al crecimiento mundial, por lo que la OMC intervendrá, a instancia de las partes, en la
mediación del conflicto.

El dossier se completa con dos mapas-gráficos de contenido militar, que nos informan
sobre las áreas de influencia de EEUU y China en el área asiática subrayando específicamente
la construcción del denominado “collar de perlas”, una serie de bases militares y enclaves
logísticos que asegurarían los trasportes y los suministros del Imperio de Medio,
y la que parece su natural respuesta norteamericana, el correspondiente collar de contención.

CONTENIDO Y DESARROLLO:

Desde hace recientes fechas, se ha entendido que el fenómeno de la globalización


ha ido abarcando todas las posibilidades de lo social, y uno de los campos donde más
profundamente se ha observado su existencia ha sido en el de las relaciones internacionales.
Se trata de un fenómeno poliédrico, causado y causante, de gran capacidad modeladora,
que altera las superestructuras de las sociedades actuales, estén éstas avanzadas
o en proceso de serlo.

Tras los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 nace una nueva concepción de la
geopolítica mundial, al demostrarse que ciertos valores como la seguridad y el riesgo,
la prevención medioambiental o el crecimiento económico trascienden las fronteras espaciales
y temporales, incluso las de los dos estados más potentes del planeta.

El estatus y poder alcanzado por Estados Unidos no tiene parangón en la historia, y por ello
cualquier intención de recurrir a anteriores conceptos se queda a medio camino y no da cuenta
de su compleja naturaleza. Su hegemonía se encuentra asociada y se efectúa ahora
a través de circuitos globalizantes y sofisticados hilos, tejidos para reproducir su poder.

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La potencia del Norte ha desempeñado un papel fundamental en la constitución y consolidación
de las nuevas redes de interpenetración económica a nivel mundial a través de la expansión
de la cobertura de acción de las corporaciones transnacionales, - empresas cuyo origen,
desarrollo y actual fortalecimiento- se identifican con la lógica de funcionamiento
del capitalismo norteamericano.

Estas corporaciones se han convertido igualmente en los actores internacionales que de modo
más concreto cuestionan la supremacía que han detentado los estados en la vida internacional.
La emergencia de este sistema de libre empresa, es decir, libre de las constricciones impuestas
sobre el proceso de acumulación de capital a escala mundial por la exclusividad territorial
de los estados, ha sido el resultado más específico de la hegemonía norteamericana.

No es fortuito que la liberalización de la economía mundial, tal como se ha venido registrando


desde la segunda mitad de la década de los años cuarenta del siglo XX, haya sido una empresa
defendida con mucho celo por las autoridades norteamericanas. Esta liberalización comercial
tuvo un acusado impacto en el crecimiento del comercio mundial, intensificó la interdependencia
económica y contribuyó al desencadenamiento de las guerras comerciales, las cuales, de suyo,
han terminado moldeando la economía mundial en torno a unos patrones similares en términos
de competitividad.

El fin de la Guerra Fría se consideró por parte de los estadounidenses como una oportunidad
de no replegarse, sino de ampliar su influencia; de extender hacia el este, hasta Rusia, la alianza
que lideraban; de fortalecer sus relaciones con aquellas naciones del Extremo Oriente que
estaban en vías de democratizarse; de fomentar sus intereses en partes del mundo como Asia
Central, cuya existencia ni siquiera conocían muchos estadounidenses. El mito de la tradición
aislacionista de Estados Unidos es notablemente persistente, pero no deja de ser un mito. Por el
contrario, la expansión, tanto de su territorio como de su influencia, ha
constituido la incuestionable realidad de la historia estadounidense, y no ha sido una
expansión inconsciente.

Esto explicaría el compromiso de Estados Unidos con el mundo, el cual debe evolucionar a su
imagen y semejanza. Este cúmulo de factores histórico-ideológicos constituye un conjunto de
principios que comparte la mayor parte de la élite dirigente y la sociedad estadounidenses, con
total independencia de los colores políticos o las posturas ideológicas o religiosas. Se presentan
diferencias, sin embargo, en los procedimientos y en los mecanismos de realización de esta
anhelada universalidad, siendo predominante entre los tomadores de decisión de la entonces
administración Trump, reconstruir el orden mundial de una manera tal que Estados Unidos
pueda seguir preservando su completa independencia, conserve su amplia supremacía y evite los
efectos disruptivos externos y globalizantes que perturban a su sociedad. Esto último se
alcanzaría mediante el fortalecimiento de sólo aquellos ámbitos que son considerados como
indispensables, pero levantando grandes muros de contención contra aquellos
segmentos y circuitos que sean evaluados en términos negativos.

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La propuesta básica del equipo republicano consistió, por tanto, en levantar nuevos limes entre su
país y el resto del mundo. Como esta tarea es imposible de realizar desde un punto de vista
geográfico o espacial, tanto por las condiciones naturales de Estados Unidos como por la
intensidad que ha alcanzado la misma globalización, de la que la potencia del Norte constituye el
nervio central, la única alternativa consiste en recurrir a aquellos procedimientos políticos y
militares que producen nuevos mecanismos de contención.
La guerra preventiva ha sido el principal procedimiento sugerido para producir ese divorcio
(limes), ejercer un necesario control y asegurar la conservación de su dominio.

Si esta política y su concepción de la moderna democracia han impulsado la economía, también


se ha convertido en una grave amenaza para Estados Unidos, al facilitar el crecimiento de las
redes terroristas, la proliferación de los conocimientos tecnológicos para fabricar armas de
destrucción masiva, la multiplicación de estados fracasados que tienen que hacer frente a
crecientes problemas de insurgencia y el aumento del anti-americanismo y de los rencores contra
un Estados Unidos dominante. Este intento por establecer mecanismos de control sobre la
globalización se observa claramente cuando se tiene en mente que últimamente ha emprendido
acciones tales como la instauración de mayores controles a la inmigración legal, ha establecido
un creciente proteccionismo comercial, ha estimulado el aumento de los subsidios agrícolas, ha
promovido la iniciativa de defensa de los contenedores, la cual establece que algunos puertos
sean vigilados de modo estricto para controlar los cargamentos que salen con destino a Estados
Unidos, o cuando se ha propuesto vigilar la información científica y
técnica en Internet, sobre todo aquella que puede ser utilizada para fines militares o terroristas.

Las ventajas que le depara su condición de potencia global tienen, sin embargo, un reverso
de la medalla. Una potencia global tiene también que asumir una serie de costos, muchos de los
cuales se escapan a su control. Dados los altos niveles de compenetración y la magnitud de los
problemas que aquejan al mundo en su conjunto, Estados Unidos sólo puede realizar su
supremacía y encontrar mecanismos para la resolución de los problemas a través de la
constitución de alianzas, sean éstas económicas, políticas o militares. Es cierto que las
coaliciones crean facilidades, reducen costos y permiten desarrollar actividades a gran escala.
Pero las alianzas establecen también límites al ejercicio del poder porque precisan del apoyo y de
la buena disposición de otros actores para la realización de sus objetivos, los cuales no siempre
son globales, pues en ocasiones son estrictamente nacionales.

Siguiendo la línea argumental que nos propone la fotografía, China es el segundo cowboy de este
caliente desafío mundial. Su acelerado y sostenido crecimiento, entorno al desconcertante ritmo
del 10 por ciento anual, la mano de obra barata, la alta tasa de ahorro, las ágiles reformas
emprendidas en el sistema financiero, las crecientes inversiones y su apuesta
por la industrialización podrían próximamente desbancar, según datos ofrecidos por el Banco
Mundial, al gigante norteamericano. Actualmente, es el país con  mayor volumen de
transacciones y juega un papel clave en el comercio internacional gracias a sectores como la
construcción, las manufacturas y los servicios, que en su mayor parte destina a la
exportación.

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Sin embargo, el Estado sigue llevando a cabo un férreo control sobre una economía muy
burocratizada y que sufre una excesiva dependencia de las inversiones y del exterior
-tanto en exportaciones como en importaciones-, una debilidad que el gobierno pretende
remediar mediante una profunda reestructuración económica, con el doble objetivo de
conceder un mayor peso al consumo interno y dejar de depender de la inversión y de las
exportaciones para seguir creciendo.

ENTONCES…¿QUIÉN GANA? : POSIBLES CONCLUSIONES

Lo que pudiera parecer en principio un escenario perfecto para una guerra económica y
política sin cuartel, sin embargo, ha sido suavizado gracias a una diplomacia bilateral
altamente eficaz y a la ratificación de una serie de acuerdos que respetan las diferencias del
sistema social y la política exterior de ambos países. Así, ya en 1972 se firmó el
Comunicado Shanghai y en 1982 el Comunicado de Agosto, que establecen pautas básicas de
funcionamiento en la relación entre Estados Unidos y China. Esto ha mantenido una coexistencia
de competencia y cooperación en un equilibrio que hasta el momento ha durado 50
años. Cuando las relaciones se inclinan hacia el lado de la competencia, debido a los equilibrios
entre poder nacional y política exterior, la balanza se inclina hacia el otro lado
tensionando los acuerdos de cooperación.

Cabe mencionar tres importantes diferencias que distancian, por el contrario, a los dos países.
En primer lugar, el modelo de desarrollo económico. La economía socialista china está dirigida
por el gobierno gobierno central y la economía estadounidense funciona como una economía
abierta de carácter liberal. Esto supone que Estados Unidos pone menos atención a la protección
de sus empresas nativas que lo viene haciendo el Gobierno chino desde hace décadas.
Sin embargo, al alcanzar China un poder económico mundial, Estados Unidos siente una
evidente amenaza que podría obligarlos a un permanente proteccionismo comercial.

En segundo lugar, hay que considerar los aspectos éticos. Estados Unidos preconiza la libertad
individual, mientras que China favorece el colectivismo. Tradicionalmente, en China se
proclama que es necesario sacrificar la libertad de prensa y de movimiento de las minorías
a fin de protegerlas minorías a fin de proteger el interés común de la colectividad.
Una cuestión que vista desde Estados Unidos provoca una gran preocupación cuando se
consideran la democracia y los derechos humanos, sobre todo, en lo que
concierne a las etnias chinas
minoritarias y a la autonomía regional.

En tercer lugar, la asimetría de las percepciones propias entre los dos países.
Con el ascenso del poder nacional de China en el contexto internacional y con la mayor
participación de China en los asuntos internacionales,

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especialmente bajo el mandato de Xi Jinping, existen políticos en Estados Unidos que
consideran que el país va declinando en términos del poder nacional y de influencia
internacional, especialmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la crisis
financiera de 2008 y el mandato de Donald Trump, concluyendo que China podría sustituir la
posición dominante que disfruta Estados Unidos.

Asimismo, existen políticos en Estados Unidos que consideran a China como una segunda Unión
Soviética.
Respecto al principio de «buscar un terreno común dejando a un lado las diferencias») propuesto
por el Gobierno chino, se trata de una idea que refleja la mentalidad tradicional de China en
cuanto conducir las relaciones internacionales. A los chinos no les gusta rechazar a los demás ni
poner opiniones contrarias de forma directa en las relaciones con otros. Es una característica de
la cortesía china.
Por eso, se busca encontrar puntos comunes con los demás a fin de crear lazos de amistad y abrir
espacios de cooperación.

El presidente Xi Jinping, por su parte, plantea las nuevas relaciones con Estados Unidos en un
esquema «sin conflicto, sin confrontación, con respeto mutuo y cooperación de beneficio
mutuo». Unos principios que se basan en la búsqueda del interés común con Estados Unidos.

Sin embargo, el comportamiento de Estados Unidos muestra unas formas diferentes de China.
Por un lado, el gobierno de Donald Trump definió a China como el primer competidor
estratégico del mundo, y el Gobierno de Joe Biden considera a China como the most serious
competitor. Estados Unidos hace hincapié en la solución de problemas específicos, mientras que
China destaca la importancia de mantener unos principios generales en la relación común.
Así, Estados Unidos se centra en la estructura del sistema político volviendo la vista a la Guerra
Fría, enfatizando los derechos humanos de etnias minoritarias o la política regional en Hong-
Kong, tratando de que ambas partes tomen medidas viables para solucionar las divergencias de
estos problemas específicos en lugar de «esconder» las diferencias y abrir espacios de
entendimiento mutuo.

Bibliografía y webgrafía:

Avilés, J.; Pardo, R.; Sepúlveda, I: Las claves del mundo actual. Una historia global desde 1989.
Ed. Síntesis, Madrid, 2014. ISBN 9788499588421

Sendagorta, Fidel. Estrategias de poder: China, Estados Unidos y Europa en la Era


de la Gran Rivalidad, Ed. Deusto, 2020.

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https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/10028611/08/19/EEUU-el-gran-perdedor-
de-la-guerra-comercial.html

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49784510- guerra comercial, porqué a eeuu


y a China les interesa poner fin a la disputa.

https://www.bcn.cl/observatorio/asiapacifico/noticias/intensificacion-escalada-guerra-comercial-
china-eeuu

https://santandertrade.com/es/portal/analizar-mercados/china/politica-y-economia

https://www.expansion.com/economia/2020/05/27/5ecd3debe5fdeafe1e8b45ff.html eeuu y china


pugnan por dominar el mundo

https://www.xlsemanal.com/conocer/politica/20190206/guerra-fria-comercial-nuclear-china-
estados-unidos.html

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